¡Que entre la pila!
– Esa gente que no conocemos de Lydia Davis, ed. Eterna Cadencia
Muy rápido ha ido la publicación de este nuevo libro de relatos de Davis, que salió el año pasado en USA. Y yo que me alegro, porque Davis es una de esas grandes autoras estadounidenses, especialmente de relato. Lo que significa que es más que previsible que encontremos algo interesante, con humor y humanidad, para seguir con su obra.
– Mentirosas y encantadoras de Karen M. McManus, ed. Alfaguara
¡Nuevo libro de McManus, viva y bravo! Y teniendo en cuenta que salió tan a finales de julio que era casi agosto está claro que se han dado prisa en publicarlo. Una ladrona que quiere reformarse, un embaucador poco de fiar, que además son ex-hermanastros. Y, por supuesto: Una fiesta, gente con dinero y un cadáver. Así que ahora están atrapados, marcados y sin poder confiar en nadie, especialmente en el otro.
– Cabeza de serpiente de Patrick Radden Keefe, ed. Reservoir Books
Dentro de su mirada habitual al crimen esta vez Keefe nos habla de una criminal que buscaba parecer inofensiva, la Hermana Ping que desde su pequeña tienda de fideos de Chinatown dirigía un enorme imperio criminal. Keefer lo hace hablando de la manera de trabajar de Ping, de las investigaciones del FBI, de las vueltas que Hacienda daba, y en todo su contexto, desde los inmigrantes ilegales a los funcionarios corruptos. Una historia que busca mostrarnos lo que podría ser increíble si no nos resultara tan real. Y es que no puedes olvidarte… aunque sea Chinatown.
– Una tienda en Chicken Hill de James McBride, ed. Tusquets
Una ciudad de Pensilvania en los años setenta hace un descubrimiento como poco extraño y muy probablemente escalofriante que no da para novela de terror o de misterio sino para recordar como cuarenta años antes en ese barrio de judíos inmigrantes y afroamericanos la gente intentaba sobrevivir mientras el Ku Klux Klan campaba a sus anchas, el racismo era tan abierto como en nuestros días e incluso mejor visto, y quienes se enfrentaban a esas injusticias sufrían las consecuencias. Así que podríamos decir que James McBride -al que Planeta ha sacado de las editoriales independientes para intentar darle lustre a Tusquets, que falta le hace- nos cuenta una historia de ese pasado que no podemos olvidar para explicarnos este presente que tantas veces se le parece.
– Un detective en Virgina (Los mejores casos del Tío Abner) de Melville Davisson Post, ed. Siruela
Recuperación de un autor de principios del S XX que creó a uno de esos personajes de éxito en las décadas de los 10s y los 20s del siglo pasado, El Tío Abner, que además puede contarse como parte del misterio histórico al situar en la segunda mitad del S XIX sus misterios, aprovechando el poco tiempo de la nación y el que aún se estuviera montando un sistema policial. Pero sí, en las montañas de Virginia hay misterios, y para esto está Abner, con su aspecto rocoso y su barba canosa, acompañado por su joven sobrino Martin -el narrador- y el algo estirado Juez de Paz, Randolph. Historias de fondo clásico con un protagonista de gran capacidad deductiva y, sobre todo, de gran humanidad.
– La cinta Duncan de Todd Keisling, ed. La Bibloteca de Carfax
Una cinta de vídeo maldita siempre es una cinta de vídeo maldita… pero es que en esta aparece un congresista estadounidense que se le aparecerá en sueños a un grupo de adolescentes que deciden ver la cinta. Así que habrá que ver cómo conduce la historia este autor que llega con ella a España.
– Aunque ya supiera el final de C.L. Polk, ed. Duermevela
Una de esas obras con un misterio que intenta recuperar el noir de los años cuarenta. Si en los años cuarenta hubiera habido magia. Con una detective Y adivina, al que una atractiva clienta -ah, sí, también hay un componente sáfico en el texto, claro- contrata para atrapar a El Vampiro de la Ciudad Blanca. Aunque si algo sabemos del hardboiled es que las cosas nunca son lo que parecen.
– Final de capítulo (Cozy Mystery) de Elizabeth Penney, ed. Alma
– Misterio en Egipto (Cozy Mystery) de Elizabeth Petters, ed. Alma
– Blanca Navidad y café negro (Cozy Mystery) de Cleo Coyle, ed. Alma
Continúan los lanzamientos de la colección de Cozy Mystery de Alma, esta vez con dos novedades y un regreso. Así que vamos primero con las novedades. Toca otra vez librerías con The Cambridge Bookshop Series, una serie en la que dos mujeres (madre e hija) viajan a Cambridge a hacerse cargo de la librería de una familiar. Un negocio en precario equilibrio que habrá que relanzar… aunque algún cadáver parezca interponerse. El otro es menos una novedad que un regreso, pero una sin duda bienvenida. Porque tras tantos años volvemos a tener con nosotros los misterios egipcios de Amelia Peabody, la serie que Barbara Mertz escribió con el pseudónimo Elizabeth Petters y que se convirtió en todo un éxito la anterior vez que se publicó en España, hasta su desaparición hace una década o así. ¡Bienvenida sea de vuelta! Y, por último, tenemos una nueva obra de The Coffeehouse Mysteries, el tercero que publican en España (y el octavo de la serie original, editoriales españolas y su forma de publicar) y que esta vez toca en ambientación navideña. Con un Papá Noel muerto y todo. Así que ya sabéis lo que hay.
Pues aquí seguimos, creo que esta es ya la… ¿tercera? entrega del asunto. Esta vez centrándose en la conciencia, el ser, el cerebro o lo que queramos llamar.
El nuevo libro ilustrado de La Felguera es una selección y repaso por las revistas de crímenes, las españolas y no las mexicanas -de momento- comenzando con Los Sucesos en 1866, pasando por El Caso y todos sus émulos, con los casos pero también las reflexiones sobre esta manera de mostrar los crímenes reales, con investigadores sagaces -periodistas o investigadores judiciales de diverso pelo- y también, casi sobre todo, con festines de sangre en distintos estilos y cierta propensión a la casquería. Pero, sobre todo, ilustrados. Muy ilustrados.
– Marvel Cómics: La historia jamás contada de Sean Howe, ed. Es Pop
A veces uno dice que un libro merece una mejor edición. Por ejemplo, si lo editan en el Grupo Planeta. Así que ver que una pequeña pero tan cuidadosa como dedicada editorial como es Es Pop va a recuperar un libro como este que Panini publicó hace una década para demostrarnos lo que una edición en condiciones puede hacer por un libro.
– Bailar lento de Rainbow Rowell, ed. Suma de Letras
Dos jóvenes, una amistad juvenil, un romance, una ruptura, dos vida separadas que se van mustiando y que, años más tarde, vuelven a coincidir en ese pueblo de origen. Esto, que con una ejecutiva y un veterinario en Navidad nos darían un tipo de obra muy distinto, sirve para explorar ese primer amor, los reencuentros y el paso del tiempo. Ella está divorciada y trabaja en el teatro… pero no donde había soñado. Él se alistó en la Marina. Y ahora hay una boda, de un amigo de instituto. Y si conocéis a Rainbow Rowell ya sabéis lo que toca.
– La caminante de la niebla de Stephane Fert, ed. Nuevo Nueve
Ya nos hemos encontrado antes con las obras de Fert, con ese estilo tan característico que él tiene, y en este caso estamos ante lo que parece el principio de una obra en la que la Niebla, que se lleva todo, también deja algo atrás. Una niña peculiar cuidada por unas ancianas. Para que cuando regrese la Niebla todas estén preparadas.
– Pepito Carapizza de Rafael Salmerón con ilustraciones de Núria Aparicio, ed. Anaya
El título parece que nos va a hablar de una cosa, pero es otra… que podría ser metáfora de la misma. Y es que Pepito tiene miedo de ir a un colegio nuevo porque… ¡tiene cara de pizza! Pero no como Freddy, no. Pepito tiene LITERALMENTE una pizza por cara. Y, claro, teme la reacción de sus compañeros. ¿Puede ser ponerse una máscara para que sus compañeros no sospechen la solución? Un libro para primeros lectores con una historia humorística y una enseñanza metafórica debajo de la divertida historia literal.
– No hay nada más rápido que un guepardo de Tom Nicoll y Ross Collins, ed. Base
Un divertido álbum ilustrado con unos dibujos llenos de expresividad y humor en el que vemos una peculiar carrera llena de disparatados participantes que quieren superar al guepardo por todo tipo de imaginativos medios, por delirantes que sean. Una carrera descabellada que ofrecerá a sus jóvenes lectores una oportunidad de divertirse y reír.
Nos leemos.