Falsumentales: Puede que no todo lo que emiten sea cierto

Tengo en proceso La Columna de hoy. Tranquilos, saldrá. Pero será esta tarde, porque parece que la actualidad manda y precisamente con El Receptor como web independiente me puedo permitir estas cosas. Así que vamos a ello.

Anoche se armó. No sé por qué, pero se armó. No lo sé porque no estaba viendo la tele. Y porque, probablemente, no hubiera estado viendo ese programa. Pero sí puedo contar lo que pasó después y lo que busqué y vi a continuación. En Salvados, el programa liderado por Jordi Évole, ofrecieron una pieza llamada Operación Palace. [EDITO: Me avisa Obdriftwood de que en realidad nunca se llegó a decir que el especial fuera parte de Salvados. Aunque medios y espectadores pensaran que sí. Una forma de cortafuegos para las respuestas posteriores.] En ella se explicaba que el 23F había sido un teatrillo puesto en práctica para reforzar la democracia.

Esto, que en realidad no está tan lejos de algunas voces que aseguran que se montó con el conocimiento del rey y quizá de algún partido, era emitido con un punto intermedio de cachondeo que hacía difícil creérselo. Pese a lo cuál hubo gente que se lo creyó, claro. Sobre todo -como ha pasado tantas veces antes- los que no vieron que al final se desmentía. Porque Évole faltó a una de las reglas principales. Decirlo también al principio. Total, hubiera sido lo mismo.

Así, mientras unos y otros discutían sobre si era el peor programa de la semana -que no- o si es lo que hace Évole todas las semanas -que tampoco- o si era un intento de apuntalar la versión oficial ridiculizando las falsas -que sería un ejercicio no ya de CT sino de uso de lo falso para apuntalar lo falso frente a lo real, demostrando que lo real es lo que nos emiten que sea, demasiado bonito como para poder creerlo, pero eh- otra gente se encontraba con un término nuevo: Mockumentary.

A mí me cuesta considerarlo como nuevo. Aunque reconozco que siempre me ha gustado más la versión española del asunto: Falsumental, por la unión de Falso y Documental. Porque en Mockumentary tenemos Mock y Documentary, y Mock significa Burla, pero no siempre hay un componente de diversión cómica. Ni en lo que se emite ni en aquellos que lo emiten. Pero novedad, novedad… pues me temo que no es.

Podemos considerar la famosa edición de La guerra de los mundos de 1938 por Orson Welles como el primer ejemplo, pero en realidad eso solo era ficción bien hecha. Con su explicación al principio y su audiencia no especialmente alta -además de la posibilidad de cambiar de cadena y comprobar que el resto pasaba- no deja de ser más una magnificación a posteriori y un ejemplo de la influencia de la ficción.

¿Dónde pondría yo el principio de estos falsumentales? -Sí, voy a seguir usando la palabreja, mala suerte- Pues en la BBC. En 1957 dentro del programa Panorma del 1 de Abril, y siguiendo el espíritu del April’s Fool presentaron la pieza conocida como Swiss Spaghetti Harvest sobre unos obreros recolectores de spaghetti del árbol que los produce. Es decir, esto:

Como veis todo muy ligero con, aquí sí, una intención de broma propia de sus Inocentes.  Pero, aquí hablamos de otra cosa así que vamos a ir delimitando.

Dentro de lo que se puede considerar falsumental están películas cómicas de una credibilidad digamos que ligera, quizá las más celebradas sean las de El Muy Honorable Barón de Haden-Guest o, como le conocemos casi todos, Christopher Guest. Dentro de las muchas que ha montado y que han ido influyendo en la televisión -véase Modern Family o The Office– como Very Important Perros (Best in show, 2000), la que puede ser mejor o al menos más divertida es This is Spinal Tap, película del año 1984 en la que ejerció de guionista junto a Michael McKean, Harry Shearer y el propio director del invento: Rob Reiner.

Sin embargo pese a la sensación de verosimilitud que podría transmitir no hay realmente una intención de hacerlo pasar por algo cierto, digamos que se limita a aplicar un formato documental a la organización y el aspecto, algo que ya hiciera Woody Allen en Zelig (1983) pero que está tan cerca de intentar tener una credibilidad total como las películas de Found footage o los Papiros encontrados que se usaban desde hacía siglos en la literatura. es un mecanismo más de la ficción para buscar un aspecto de realidad. Pero no hay realmente intención de lograr que alguien se lo crea y, desde luego,mucho menos de realizar una emisión televisiva. Algo similar al corto al estilo de los de Ken Burns The old negro space program (2005) -firmada con el pseudónimo Spacenigs– que realmente no tiene un lugar en el que encajar.

o incluso de la pieza más cercana al arte conceptual que a un intento de engañar a nadie, me refiero a la película Death of a President (2006) de Gabriel Range, que jugaba a especular con un atentado que acabara con la vida de Bush hijo. Lamentablemente se emitió no en televisión primero sino como película, y el hecho de que situar la muerte del presidente en el pasado también hacía poco sencillo llegar a creerlo. sobre todo porque lo que intentaba era establecer un discurso sobre la Patriot act y las mentiras oficiales, el control de la prensa, etc, más que jugar a confundir. Lo único que lo separaba de una película de ficción al uso era, precisamente, el uso de figuras reales. Que es por donde atacaron diciendo que era de mal gusto. Posiblemente debido a una restrictiva idea de lo que es el gusto.

Del mismo modo el italiano Il mistero di Lovecraft (2005) -como veis unos años muy locos para tratar de distinguir lo real de lo televisado- de Federico Greco y Roberto Leggio jugaba con la posibilidad de que Lovecraft hubiera viajado a Italia y descubierto algo aterrador. Lo que pasa es que, además de ser otro film, es casi un thriller rodado con aspecto documental. Así que está tan cerca de ser un falsumental como lo estuvo en su día El misterio de la Bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999)

Dentro de todas estas creaciones que estarían en el borde de lo que podríamos considerar similares a lo ocurrido ayer vamos con la última que se puede dejar de lado sin problemas. Al menos en mi opinión. Me refiero a Paedogeddon!, el Especial Pedofilia (2001) del programa satírico inglés Brass Eye. Un programa y un especial del que ya hemos hablado antes, en el que sus responsables, Chris Morris fundamentalmente, aunque entre los guionistas estaba Charlie Brooker, querían llamar la atención sobre el problema del tratamiento sensacionalista de los medios y que tuvo problemas pero no por que nadie se confundiera, ni mucho menos, sino porque los medios se tomaron la crítica… como se toman siempre estas cosas. Era imposible, tras una temporada entera de Brass Eye ya emitida en 1997, que nadie pudiera realmente pensar que nada de lo allí ocurrido, con un tono extremo y disparatado, era cierto. Así que fuera también.

He explicado todo esto para dejar claro que no es tan sencillo. Que siempre ha habido creaciones falsas que buscaban el aspecto de realidad pero que no muchas veces conseguían ser emitidas en televisión de una manera medianamente razonable. Es decir, que espero que haya quedado claro que por cada Swiss spaghetti harvest hay tres Borat. ¿Y entonces?

Pues pese a todo esto aún puedo sacar unos cuantos ejemplos de falsumentales similares a lo vivido ayer. Y, sorprenderos si queréis, pero los ha habido durante décadas.

Si a algo le debe homenaje y respeto lo de ayer es al explícitamente aludido Operación Luna (Opération Lune, 2002) de William Karel que emitió el canal ARTE explicando que la llegada del hombre a la Luna no se había producido, siendo en realidad una costosa creación de Hollywood dirigida por Kubrick. Para darle más verosimilitud se buscó la forma de que aparecieran personas reales. Para ello se dirigieron a la viuda de Kubrick o a Buzz Aldrin con falsos pretextos de rodaje realizando preguntas vagas para poder insertalas, también buscaron ne los archivos de entrevistas algunas que poder sacar con políticos existentes –Rumsfeld y Kissinger entre ellos- para dotar de verosimilitud algo que no tenía nada que ver. También podemos considerarlo exitoso por ser la base de First on the moon (Первые на Луне, Pervye na Lune, 2005) de Aleksei Fedorchenko que explicaba cómo los rusos llegaron en los años treinta y que salió como película aunque durante su rodaje algunos periódicos rusos creyeron estar ante un auténtico documental. Pero volviendo al de Karel, cuando fue preguntado explicó que la finalidad de la pieza era demostrar que con un grado medio de manipulación se podía crear la sensación de realidad que aumentaba gracais al contexto proporcionado por, en este caso, el serio canal ARTE.

Lo que no significa que el contexto sea innecesariamente reprochable como demostró el especial del SyFy -entonces aún SciFi Channel– emitía en 2004 The Buried Secret of M. Night Shyamalan documental de Nathaniel Kahn sobre el director de la recién estrenada The Village en un intento de crear una pieza original y, a la vez, de crear una cierta publicidad en ambas direcciones. Incluyendo en su estrategia a Shyamalan diciendo días antes del estreno que estaba molesto por la emisión del documental y que tenía intención de evitarlo. La historia, que buscaba explicar la verdad tras el director -en fin- hizo que el canal tuviera que emitir una disculpa oficial días después. Y aún hoy hay gente quejándose, así que quizá el contexto no sea lo único.

Por ejemplo, ¿podría alguien realmente creerse The canadian conspirancy (1985)? Este falsumental emitido por la HBO narraba los intentos de los canadienses por hacerse con la industria del espectáculo estadounidense para, a través de ella, hacerse con el control del resto del país. Robert Boyd aprovechaba que Erik Nielsen, hermano de Leslie, era en ese momento vicepresidente para lanzar una serie de ideas bastante ridículas aprovechando la entrada de cómicos canadienses, con Lorne Michaels señalado como sucesor de Lorne Green al mando del asunto y la colaboración de nombres conocidos como Eugene Levy, John Candy, Martin Short y, por supuesto, William Shatner. Por algún extraño motivo la gente pareció creérselo menos que el de Shyamalan.

Puede que se deba al responsable del invento. Quizá si eres Peter Jackson te resulte más sencillo, incluso cuando emites en una televisión neozelandesa en un horario dedicado habitualmente a miniseries y telefilmes te dejan que les casques un Forgotten Silver (1995) sobre un compatriota pionero olvidado del negocio del cine. Armarse se armó, claro, a la TV ONE de Nueva Zelanda le tocó salir a dar explicaciones de por qué no se había sido más claro -¡más aún!- sobre lo ficticio que era el producto.

Aunque eso no es nada comparado con la que puede ser mi pieza favorita de todo el recorrido. En 1992 la BBC decidió celebrar Halloween con un especial de fantasmas. Originalmente pensado como una serie que usara a personas reales y conocidas, problemas de presupuesto y tiempo obligaron al canal a convertirlo en un especial. Así nació Ghostwatch. Quizá uno de los más controvertidos de entre todas las creaciones que estamos viendo, pese a que se emitieron anuncios al principio y que las líneas habilitadas para que llamaran los espectadores explicaban que era una creación. Dio igual. Los presentadores -gente conocida de la televisión de aquella época- iban exponiendo casos a la vez que desde la misma realización se jugaba con la ambigüedad de lo que había sucedido en una casa en la que una mujer divorciada y sus dos hijas decían estar siendo sometidos al acoso de algo paranormal, así hasta llegar a una primera conclusión, que la hija mayor lo había montado todo. Pero aquello parecía solo el principio y pronto en la casa y el estudio se iban multiplicando los sucesos. Podéis echar un ojo a este texto de Santi Pagés, el Dr Zito, sobre el programa. La gente llamó primero para compartir sus experiencias con Lo Paranormal pese a que se les dijera que era falso. Luego para alarmarse, sin acabar de creer la explicación que se les ofrecía. Y es que la sugestión era mucho más poderosa que, en fin, la realidad. Lo que llevó, por cierto, a cambiar en el último minuto el final de la obra para no sugerir que ahora los fantasmas se habían trasladado a las de los espectadores mediante la televisión. Pero ya hablaremos más a fondo de este caso en otra ocasión.

Volvamos a lo de ayer. Si hemos visto que el contexto y el contenido muchas veces no influyen en el público tanto como el formato, ¿qué sucede cuando todo se junta? Es decir, ¿cuándo fue la última vez que se armó a lo grande? Posiblemente la respuesta a esa pregunta sea Bye, bye, Belgium (2006) en el que el periodista Philippe Dutilleul usó el canal público belga RTBF para ofrecer un boletín especial sobre Flandes declarándose independiente. Todo el proceso y reacciones posteriores es tratado con la seriedad propia del tema de modo que apenas media hora después de iniciado el programa, y a resultas de una llamada directa del Ministro del ramo, aparecen unos bloques de texto impresos indicando que es todo falso. La historia, preparada durante dos años, causó un revuelo internacional enorme entre sus vecinos y algunos otros países europeos y lo que podríamos calificar si buscáramos una definición técnica como Tormenta de mierda sobre el responsable dentro de Bélgica con prácticamente todos los políticos llevando antorchas a su puerta.

La gente, cómo es. ¿Eh? Porque en España… ¿Qué pasa con España? ¿Es que no tenemos inventiva? Ni mucho menos. Ya antes de que terminara el programa la gente estaba recordando otros sucesos. Sin salir de La Sexta se hablaba del famoso Os la hemos colado de Wyoming a Intereconomía en 2009, del documental ucrónico ¡Viva la república! de Jaume Grau, emitido también por La Sexta en 2008 que especulaba con un triunfo del otro bando en la Guerra Civil de manera similar al que en 2004 había hecho el falsumental C.S.A.: The Confederate States of America de Kevin Willmott con los Estados del Sur y su propia Guerra Civil. Pero ninguna de esas dos pueden ser consideradas como realmente equivalentes. Tenemos que remontarnos a Camaleó.

En 1991 dentro de TVE-Cataluña se emitía el espacio Camaleó que decidió jugar con la realidad y ficción televisiva y emitir un falso informativo sobre un golpe en la URSS.

Que La Vanguardia parara sus rotativas a la espera de saber si era o no cierto no es demasiado preocupante, que el resultado de este… experimento… fuera el cese del área de programas de la cadena, o esta maravillosa frase de Enric Sopena, en aquel entonces jefe de TVE-Cataluña, «es falso que L’¡nformaflu se haya emitido bajo amenazas. Lo único que hizo la dirección fue recordar al grupo de redactores que se oponía a su emisión que tendrían que atenerse a las consecuencias». ¡Que es una cosa completamente diferente! El asunto trajo cola y aún hoy los responsables, Miguel Ángel Martín y Manuel Delgado, se resienten como me recordaba ayer MeComíaUnFlan aportando este documento que, por cierto, tanto viene al caso. Y eso incluso sin saber que unos meses más tarde ocurriría de verdad.

Con eso y con todo, y por difícil que os resulte creerlo, aún se armó aún más gorda en otra ocasión en España. Aunque no por culpa de los españoles. Bueno, no exactamente culpa nuestra. Me recordaba ayer Fangar que, por si a mí se me pasara, había que hablar de Alternativa 3. No se me pasa, pero lo agradezco, claro que sí. Y es que Alternativa 3 fue…

Alternativa 3 fue un falsumental escrito por David Ambrose en 1977 -¿Recordáis cuando decía que tampoco era un asunto tan novedoso? ¡Ta-Da!- sobre desapariciones de científicos por todo el mundo que el aguerrido periodista de turno descubre que forma parte de un plan para crear una estación espacial ante la inminente destrucción de la Tierra por culpa de un fenómeno climático ante la cuál pocas alternativas quedaban siendo esta la preparación para establecerse en Marte. Inicialmente pensado para emitirse el April’s Fool, problemas de producción lo postpusieron hasta junio, dejando la fecha original como pista para los espectadores -que lo pillaran desde el principio, como siempre- que, como de costumbre, se quejaron por la falsedad. ¿Y qué pintan los españoles en esto? Si no aparecen ni en el final. Y eso que sí había otros países apareciendo como los rusos y estadounidenses que son mostrados cooperando para llegar a Marte. De neuvo la cadena explicó que era falso y al día siguiente sacó un comunicado. ¿Entonces? Pues porque nosotros somos así.

Esto es, ¿cómo creéis que se organizó? Pues porque en 1983, seis años después -Sí, seis. España, ¿recordáis?- Fernando Jiménez del Oso emitió en su programa La puerta del misterio el documental como si fuera verdadero. En serio.

Más aún, cuando llegaron las críticas porque se lo hubiera tragado y emitido se limitó a decir que estaba integrado dentro de una serie de documentales y que cómo iban a saber ellos que era falso. Repito: SEIS AÑOS DESPUÉS. Sobre algo desmentido al día siguiente y que se había avisado a los críticos televisivos de que era falso antes de emitir. [EDITO: No os perdáis lo del libro que cuenta Emilio Martín en los comentarios.] Por si os lo estáis preguntando, Jiménez del Oso tardó solo un año en volver a tener un programa en la televisión. Por aquel entonces la pública y única.

Cómo veis no es un asunto de si en España nos lo podemos tragar, de si lo que pasó con esta Alternativa 3, con Camaleó o con las diversas ideas alternativas de La Sexta funcionan con nosotros. Es un asunto del valor que le damos a la realidad televisada. ¿Necesitamos realmente que nos digan «Esto te lo crees», «Esto no»? ¿O podemos tener una conciencia crítica como espectadores para decidir lo que no nos cuadra de lo que vemos e intentar aprender más sobre ello?

Mucho se ha hablado del programa de ayer de Évole. De lo cercano que estaban los hechos para bromear sobre ellos (?), de su utilidad para combatir toda versión que se aparte de la oficial, del famoso giro a la derecha de los medios con esa teoría según la cuál Lara pretende meter en vereda a La Sexta aún a costa de destruir a sus caras reconocibles, ¡o quizá es algo que se buscan ellos solos? Tanto da. Porque quizá la pregunta importante que podemos sacar de esto. Del de ayer, pero también de todos los otros ejemplos que he estado poniendo es:

¿Está usted preparado para ver la televisión sin tutela?


17 comments to this article

  1. E. Martin

    on 24 febrero, 2014 at 3:10 pm - Responder

    El problema en realidad es que La Secta (y hasta Antena 3) se han pegado DOS SEMANAS metiendo una promo a todas horas (más otra semana previa de «teaser») prometiendo sacar a la luz toda la verdad sobre el 23F generando un hype desaforado.

    Incluso si la promo hubiera sido más ambigua hacer esto en un programa que en un par de años se ha destacado por sacar a la luz más mierda que ningún otro es un suicidio mediático que sólo se puede explicar por el orgullo de unos creadores se han llegado a creer intocables o por la voluntad de alguien de más arriba de eliminarlo sin quedar tan mal como han quedado los dueños de El Mundo.

  2. E. Martin

    on 24 febrero, 2014 at 3:13 pm - Responder

    Por cierto, tengo un libro editado en España que «explica» que en realidad Alternativa-3 es un documental en serio y que el desmontaje posterior es obra de las consabidas y todopoderosas fuerzas conspiradoras en la sombra. De la misma manera que los creyentes sostienen que la falsísimo filmación de la autopsia de Roswell de Chantilly es una maniobra de contrapropaganda (una subcorriente de quienes sostienen que en general el incidente de Roswell es una creación de ya-sabeis-quienes para desacreditar los «verdaderos» casos de astronaves estrelladas)

  3. Otis B. Driftwood

    on 24 febrero, 2014 at 3:42 pm - Responder

    Veamos. Creo que habría que revisar las promos, porque las que yo recuerdo no prometían eso que dice Emilio.
    En una de ellas el tagline era «Puede una mentira explicar una verdad?». En otra (o la misma, no recuerdo), Èvole dice sólo que no es un documental al uso sobre el 23F, sino «otra cosa».
    Seguramente se me escape algo, pero a mí esto me parece parte del juego. Precisamente que no ha prometido contar la verdad, pero nos ha parecido oír lo que queríamos oír.

    Como digo, hay que revisarlas. Pero me da la sensación de que el troleo ya venía de mucho más lejos que el propio falsumental.

    Yo confieso que me lo estuve creyendo un rato, porque uno de los que participaron fue Felipe Alcaraz, al que no le reconozco ningún tipo de sentido del humor y del que jamás, JAMÁS habría esperado que se prestara a este juego. Ya ven, nunca se conoce a la gente…

  4. E. Martin

    on 24 febrero, 2014 at 3:56 pm - Responder

    Las promos están calculadas perfectamente pera sugerir una cosa («¡Salvados destapa la verdad sobre el 23F!») pero sostenerse al ser revisadas a posteriori. Exáctamente igual que la letra pequeña de un préstamo bancario, que sólo no puede considerarse una estafa desde un estricto punto de vista legal. En eso se acaba de quedar la credibilidad de Évole y su Salvados, en la de un banco.

  5. JLP

    on 24 febrero, 2014 at 3:57 pm - Responder

    Muy interesante la recopilación. Te comentaba que hace no mucho tiempo también la lió –modestamente- en tuiter un falso documental sobre sirenas que emitió, creo, el Discovery Channel. “Mermaids: the body found”, creo que se llamaba. Una pieza de ficción casposilla que dio lugar a comentarios sorprendentes 😉

    Pero bueno, en vista de la deriva sobrenatural y alienígena de los canales de documentales en la TDT española se podría hacer una clasificación bastante compleja sobre documentales de ficción, ¿verdad?

    Por otra parte, esto de los mockumentaries me recordaba la referencia a cierto Sigma fake, de Allen Smithy, que desarrollaba Javier Avilés en Constatación brutal del presente.

  6. absence

    on 24 febrero, 2014 at 4:27 pm - Responder

    Estupendo resumen y más estupenda conclusión.
    Por cierto, como bibliografía española sobre el tema está el libro «Imágenes para la sospecha» que sacó Glénat hace más de una década y que quizá se encuentre saldado por ahí (porque Glénat lo casi saldó todo).

  7. Jónatan Sark

    on 24 febrero, 2014 at 6:31 pm - Responder

    Emilio, Obdriftwood;

    Reconozco que yo de estas cosas me entero menos por no ver televisión, pero sí entiendo que es un intento de hacer algo ‘distinto’ usando el contexto de los programas de «Salvados». Otra cosa es si se les ha ido la mano por lo exótio o si han preferido conseguir audiencia y notoriedad para destrozar a un rival.

    El caso es que sacó un 29% de share y hoy sigue siendo un tema central de conversación y que mientras tanto el nuevo programa de Mejide ha pasado sin pena ni gloria.

    JLP;

    Sí, los canales televisivos de «historia y documental» están llenos de estas cosas. El asunto es si en algún momento son capaces de reconocer que lo que hacen es falso. Es decir, no es lo mismo un documental falso que falsear un documental. Aunque a veces lo parezca.

    Absence;

    Cierto, todo un libro sobre el tema teníamos editado en España, y en 2001 nada menos. Por estas cosas aún me sorprendo de que la gente encuentre novedosas según que creaciones.

  8. EFE

    on 24 febrero, 2014 at 6:49 pm - Responder

    De repronto todo tiene sentido.

  9. John Constantine (@JohnConstantin1)

    on 24 febrero, 2014 at 7:49 pm - Responder

    Señores, somos todos unos cazurros. Y a usté en particularno le perdono la omisión, Mr Absence.
    Nos hemos dejao el falso documental mas famoso de todos: Holocausto Canibal.

  10. Jónatan Sark

    on 24 febrero, 2014 at 7:56 pm - Responder

    Lo he tenido en cuenta, pero he preferido limitarme no ya a los de la tv sino incluso a los que tenían cierta intención de verosimilitud.

    Que ya sé lo de las controversias con los Mondos pero, como los documentales de extraterrestres del canal historia, no me parece que realmente busquen ser creídos.

    • Jónatan Sark

      on 26 febrero, 2014 at 11:05 am - Responder

      ¡Estupendo!

      Y gracias a ti por el post, todo lo que escriban los demás es texto que no me toca escribir a mí.

  11. Osin

    on 26 febrero, 2014 at 3:52 pm - Responder

    Me gustaría añadir algo del tema de si Operación Palace es Salvado o no y sobre si ya nos avisaron antes de tiempo o no.

    -En la página web de la sexta Operación Palace ha estado todo el rato como especial, no dentro del espacio dedicado a Salvados.

    -Jordi Évole SÍ avisó que no habría Salvado, además avisó que NO era un documental: http://www.lasexta.com/videos-online/especiales/operacion-palace-23f/jordi-evole-invita-ver-operacion-palace_2014021700073.html

    -En las promos usaron esta frase en todo momento como bien ya han dicho “¿Puede una mentira explicar una verdad?”. En ningún momento dijeron que revelarían nuevos datos ni nada de eso.

    -Además al terminar la promo siempre se leía «Operación Palace. Una historia de Jordi Évole.»
    http://silviacobo.com/wp-content/uploads/2014/02/Operacio%CC%81n-Palace-Tejero-acepto%CC%81-inmediatamente-participar-en-la-operacio%CC%81n-del-23F-YouTube-2014-02-24-00-55-27.jpeg
    No un reportaje ni nada de eso, sino UNA HISTORIA.

    Se quejan muchos de que no avisaron, joder que no, estaba ahí en todo momento, lo único que no lo vieron, se lo creyeron y luego se sintieron ofendidos por su propia ingenuidad.

    • Jónatan Sark

      on 28 febrero, 2014 at 3:24 am - Responder

      Es cierto, pero como comentaba Emilio antes está diseñado para que lo parezca. Así una vez mantenida esa ilusión se puede pedir que en retrospectiva se revise. Como en un truco de manos o en un giro argumental.

      De todas formas, como decía en el texto, la mayoría de la gente no se queja porque se lo haya creído. Se queja porque lo considera una mamarrachada y confiaba en Évole, porque considera que esto es hacerle el juego a la versión oficial o porque cree que es algo aún sensible como para jugar con ello. Y he leído aún más quejas diferentes pero diría que estas tres características reúnen un buen % de las habituales.

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