Louie vs Louis CK

Louis Szekely cumplirá 47 años en septiembre. Desde los 17 estuvo participando en noches de micrófono abierto en clubs de comedia, tratando de convertirse en un profesional. Para 1989 consiguió que empezaran a contratarle en diversos es programas –lates sobre todo- y en 1996 tuvo su primer especial en la HBO. además de un puesto de guionista -luego Jefe de Guionista- en el no muy duradero The Dana Carvey Show. No era su primer puesto como guionista pues ya había trabajado para Conan, pero le sirvió para ser contratado en el The Chris Rock Show logrando sus primeras candidaturas. Todo lo cuál le llevo a dirigir una serie de películas – Tomorrow Night por su cuenta y otra para Rock, Pootie Tang, para el que también guionizó Down to Earth– a lo que iba añadiendo un interés mayor por realizar los especiales que periódicamente iba creando. Así llegamos a 2006.

En ese año y en la HBO decide probar suerte con Lucky Louie, una sitcom inspirada en dos de los héroes de Louis, Norman Lear y Roseanne. Igual que George Carlin o Woody Allen en su parte de stand-up comedy, la influencia de Lear y Roseanne le llevan a querer hacer un programa similar al de estos: Crítico, poco complaciente, que tocara los grandes temas y que no reflejara a las clases altas sino a las bajas. Con All in the family como -comprensible- punto de referencia, Louis CK intentó hacer algo que permitiera evolucionar el género. Y se la pegó a lo grande. Nada funcionaba demasiado y ni siquiera las grandes ideas que él pretendía defender quedaban bien reflejadas, ya sea por el trabajo añadido de otros profesionales en los guiones, la dirección, el montaje, etc… o porque aún no había llegado su momento.

Así que siguió trabajando en todos los campos que pudo. Bien conocido y apreciado en la comunidad cómica gracias a esos casi veinte años que llevaba en la parte más profesional del negocio, Louis es todo un ejemplo de los cómicos más progresistas aunque no suela servir como representante de nada al asegurar que no cree encajar claramente en ello. Su propia historia personal parece empujarle a ello: Su padre es mexicano, hijo de un cirujano judío húngaro emigrado durante la segunda guerra mundial,  él pasó parte de su infancia allí y ha visto los problemas de la inmigración de primera mano, incluso considerando que su padre era un economista con titulación universitaria mexicana que completó su formación en Harvard.  Si parece un lío en cuanto a nacionalidades -pues a estas alturas aún conserva la doble nacionalidad- os podéis imaginar el de las religiones, parte de su familia es judía, la otra católica y él mismo fue criado como católico durante años, aunque ahora parece claro que es ateo. Y digo parece porque, una vez más, se niega a ponerse una etiqueta. Quizá por ello en sus actuaciones suelen llevar estas ideas de manera algo más sutil, envueltas en chistes autodespreciativos, escatológicos y de un patetismo sexual que permite introducir el discurso de fondo.

Algo que será relevante para lo que quiero contar hoy. Volviendo a su carrera, en 2008 se divorcia de su mujer  -con la que llevaba casado desde 1995 y con la que había tenido a dos hijas- y para 2010 empieza en el canal FX una nueva serie que sería multipremada: Louie. Serie que le ha dado fama crítica, relevancia y premios, -Sin salir de aquí, fue mi Serie Nueva de 2010. Que también ha ganado Emmys pero EH- permitiéndole una libertad en el canal que le ha servido para ir introduciendo no solo a todos sus compañeros cómicos que ha querido sino, además, para dar rienda suelta a todos sus referentes, desde los ya citados a directores undeground como Robert Downey Padre o cómicos peligrosos como Lenny Bruce y Richard Pryor. Eh, incluso, la posibilidad de tomarse pausas entre temporadas en lugar de hacer una al año. Hasta el punto de que la continuidad de la serie parece pasar más por que el cómico decida seguir con ella que con imposiciones de la cadena.

Todo lo cual nos lleva a la temporada que acaba de terminar. Si en la tercera temporada hubo dos arcos en los que había momentos especiales en los episodios se seguían como Daddy’s Girlfriend y Late Show, en esta temporada lo raro han sido los episodios sueltos. De los 14 episodios de la  temporada solo los tres primeros funcionaban de manera independiente. A partir de ahí comenzaría un largo arco argumental con el título de Elevator que acabaría teniendo 6 partes, un especial con el título de In the woods que marca el episodio número 50 (y se supone que el 51 también) y Pamela, que consta de 3 partes. De manera que al final podríamos hablar de tres episodios sueltos y tres películas.

El problema -llamémoslo así- en esta temporada, lo que podríamos considerar de cierta manera un tema unificador, ha sido la relación de Louie con las mujeres. No es que fuera algo nuevo, claro. Con un personaje tan desastrosos que, además, llega como el propio autor de un divorcio tras un largo matrimonio, ya habíamos tenido oportunidad de comprobar lo espinoso del tema amoroso. Incluso de comprobar no solo momentos más humorísticamente habituales como esa primera cita del piloto que acaba con una huida en helicóptero de la gran Chelsea Peretti -como decía, la serie está llena de cómicos-  hasta otros más complejos en la anterior temporada, fundamentalmente el segmento con Melissa Leo -que ganaría un Emmy a Actriz Invitada por su papel- y, por supuesto, la historia en dos partes Daddy’s Girlfriend en la que Parker Posey interpretaba a una chica un tanto alocada pero muy arty, y el remate en dos partes, por un lado en un segmento en el que buscaba al personaje de Posey, Liz, con ayuda de otra ilustra invitada: Chloë Sevigny, que también interpretaba un papel un tanto exagerado, y, finalmente, en la conclusión del último capítulo de la temporada, en el que Liz reaparecía para acabar muriendo y obligando a Louie a dar un paso más allá.

Precisamente la forma de ser de Liz, contrapuesta a la de la exmujer de Louie y al que venía siendo el papel femenino adulto principal de la serie, Pamela, ya causó cierta discusión sobre si se trataba de un ejemplo de Manic Pixie Dream Girl, que algo de eso puede haber aunque sea más difícil de señalarlo en una serie como esta, proclive a momentos oníricos, a disfrutar de un sentido de continuidad interna muy laxo y al cambio de actores continuos, bien sea con varias personas interpretando un mismo papel o con un actor interpretando varios. La tercerca temporada tuvo, además, otro motivo de discusión, este por asuntos de raza, al presentarnos a la exmujer de Louie, Janet, interpretada por primera vez por Susan Kelechi Watson, debido principalmente al hecho de que es afroamericana. Una forma de poner de relieve el problema de la raza, pues las anteriores habían sido blancas, y que llevó incluso a algunos espectadores a indagar si la exmujer del propio Louis CK, la pintora Alix Bailey, lo era también.

Pronto se vio que esto no iba a ser nada comparado con lo que tenía preparado para la cuarta temporada. Ya en el segundo capítulo, una actuación desastrosa le lleva a una cita con una modelo –Yvonne Strahovski, aunque el capítulo vuelve a estar lleno de invitados- a la que termina golpeando. No es una agresión completamente premeditada pero está lejos de ser algo fortuito y, desde luego, más lejos aún de poder señalarse como algo realizado por las risas. Y eso que no dejaba de ser un aperitivo de lo que vendría. El siguiente capítulo So Did the Fat Lady incluía a Louie negándose a salir con una chica que trabaja en el club de comedia y que acaba llevando a un largo monólogo por parte de ella en la que expone los problemas de las chicas gordas -no extremadamente siquiera- y como los hombres con el mismo problema son tratados de manera distinta. El episodio parecía dejar claro un posicionamiento a partir de estas palabras, pero eso no nos separaba del hecho de que Louie como personaje había vuelto a actuar mal una semana más. Simplemente nos mostraba como se abría una brecha entre Louie personaje y Louis CK, el guionista del capítulo, director, responsable último de que la actriz Sarah Baker le echara ese chaparrón más que merecido a su sosias en pantalla. Y a partir de aquí ya llegan las curvas a toda velocidad: Con Elevator se nos muestra como Louie liga con una inmigrante que no habla palabra de inglés, no solo sale con ella, también acaba urgiéndola a que decida dar el paso de acostarse, por mucho que ella se niegue una y otra vez. Hasta que lo consigue, claro. Todo ello mientras se nos sigue mostando a Louie como un buen chico, un Nice Guy, una persona que sigue defendiendo esas ideas que se consideran progresistas -durante la serie le hemos visto hablar con claridad de otras razas, otras orientaciones sexuales, de emigración y de religión, en esta misma saga le vemos defendiendo la idea de una educación pública- pero al que cada vez encontramos más costuras en su forma de comportarse en privado. Parece empeñado no solo en demoler su personaje sino en ejemplificar lo que ha ido significando el término Nice Guy, una persona de apariencia afable y encantadora, que con su alegría y optimismo -aunque sea solo de puertas para fuera- va creando un clima psicológico para lograr lo que se propone.

Y entonces regresa Pamela. Pamela Adlon es una cómica y amiga de Louis CK de hace años, en la serie apareció por primera vez en la primera temporada interpretando a un personaje de su mismo nombre, una madre soltera cuyo hijo es amigo de las de Louie, el personaje servía a la vez como amigo de Louie y como ligero interés romántico, algo que fue pronunciándose durante las sucesivas apariciones hasta terminar de manera desoladora en la temporada dos con su marcha a París. Adlon es, además, la única persona que ha coescrito episodios con Louis CK: Uno en la segunda, dos en la tercera -incluyendo la primera parte de Daddy’s Girlfriend– y los dos últimos de la cuarta. Además de lo cual suele figurar como consulting producer. Podemos decir que es la colaboradora más estrecha de Louis CK a lo largo de estos años. ¿Qué pasa entonces con Pamela Personaje?

Regresa de París dispuesta a decirle a Louie que ahora está preparada para una relación, pero se lo encuentra saliendo con Amia, la chica húngara, aunque él supiera ya que era una relación con poco futuro, dado que ella tenía que regresar a su país. Cuando la relación con Amia termina y Louie decide regresar a Pamela se encuentra, en Pamela Pt. 1, que ahora es ella la que ha vuelto a pensárselo y no está muy por la labor. Y, en el momento más escalofriante de la serie, en un episodio que recupera parte de un monólogo especialmente feminista y que Louis CK había usado en el SNL ese mismo año, haciéndolo además parte de su material más conocido, Louie fuerza a Pamela a besarle. Una escena bastante dura, incluso aunque se realice con el mismo estilo torpe y se remate con ella gritándole que ¡Esto sería violación si no fueras tan estúpido! ¡Dios, ni violar correctamente sabes!, y el muy idiota de Louie aún hace un gesto de éxito. Era imposible que no fuera consciente de que acababa de terminar de dinamitar su imagen. El último paso de un Nice-Guy-ismo total y absoluto a un paso de la violación, Y encima con un Pt. 1 en el título. ¿Cómo seguiría?

Pues la semana siguiente… nada. En su lugar metió In the woods, el especial con una reflexión sobre las drogas y la paternidad que poco tenía que ver con lo demás y que elimina el factor romántico de la ecuación. Una forma deliberada y premeditada de extender en el tiempo la resolución del final del capítulo anterior, algo tan claro que parece sintomático de lo que esperaba lograr. Y es que cuando por fin se emitieron las pt. 2 y 3 de Pamela lo que nos encontramos es con…

Nada. Es decir, sigue adelante su relación, sin hablar explícitamente de ello, e incluso hay una especie de final feliz, pero sobre ellos pende siempre eso que hemos visto suceder. El final feliz es agridulce no solo por la forma de ser de ambos personajes –Pamela es desde el principio una persona dura y realista, con cierta tendencia al sarcasmo, no un personaje femenino de arquetipo dulce- sino por lo que hemos visto durante toda la temporada hacer a Louie: Golpear a una mujer, rechazar a otra por los motivos incorrectos, empujar a una tercera de manera psicológica a tener sexo con él pese a estar en una situación de indefensión y, finalmente, forzar físicamente un beso.

Reconozco que pensé que aún quedarían un par de capítulos finales. Que esta felicidad sería la mitad de la historia. Que aún tendríamos algún tipo de explicación, dirección o revelación. Que habría algún tipo de conclusión similar a la que se había dado en temporadas anteriores. Pero no. La temporada ha llegado a su final y lo ha hecho así. Con Louie saliendo con Pamela, con dos capítulos coescritos por CK y Adlon, con una muestra de química entre los personajes considerablemente mayor que cuando interpretaban a un matrimonio en Lucky Louie -como decía, son amigos y colaboradores desde hace años- pero, aún así, ensombrecida por este hecho.

Louis CK no ha dado entrevistas desde que comenzó a emitirse la temporada. Curiosamente otros actores sí han hablado, lo hizo Baker para hablar del gran papel que le habían dado, lo hizo -en un extraño movimiento, dado que solo era otro de los cameos famosos- Jeremy Renner para hablar de In the woods y el papel de que Philip Seymour Hoffman iba a realizar en Louie, pero ni él ni Pamela Adlon han hablado todavía de esta temporada.

Es posible que haya decidido hacer como la propia temporada y dejar que hable por si misma, sin darle un cierre ni buscar una continuidad, sin dedicar una escena a explicar lo que pasaba o tratar de hacer comprensible todo lo que habíamos visto. Así que no queda más que decidir cómo lo podemos interpretar. Yo sigo pensando que ha sido una forma más -como los cambios de actores- de separar a la persona y al personaje, de denunciar una hipocresía entre la persona pública y privada de ese personaje y poner de relieve ese Nice-Guyismo tan extendido, como si no fuera otra forma de empujar a la gente a que haga cosas que no quiere, poner de relieve una serie de problemas a costa de demoler la imagen de su propio personaje. Hacer hablar y reflexionar al espectador dándole un entretenimiento que está lejos de ser sencillo o agradable, recuperando así la idea de seguir los pasos de Norman Lear, un hombre capaz de dedicar un par de capítulos de Maude a que su personaje principal decidiera abortar. Seguir esa idea del cómico como alguien que saca realidades incómodas, como Bruce, Carlin o Pryor, y en una muestra no sé si de valentía o de deseo de cerrar de una vez la serie y dedicarse a sus películas, hacerlo con el botón de autodestrucción en lugar de ejemplificando el comportamiento correcto frente al incorrecto. Superando incluso a Woody Allen, de quien tantas veces parece beber, en lo extremo e impresentable de su personaje.

Aunque, como siempre ocurre en los finales abiertos, esto no deja de ser lo que yo interpreto.


3 comments to this article

  1. Jónatan Sark

    on 23 junio, 2014 at 12:02 pm - Responder

    Que no lo he dicho en el texto, esta entrada va dedicada a La Corrosifa, con la que no pude hablar más del tema durante el HUL y a la que tuve que resumir mis puntos de vista. Aquí los tienes, un poco más desarrollados. Espero que no te parezcan muy mal.

  2. La Corro

    on 23 junio, 2014 at 8:51 pm - Responder

    Pues muy agradecida quedo con tu post, ¡hasta estoy de acuerdo con lo que dices!

    A mí otra cosa que me ha dejado bastante plof de esta temporada es el desarrollo de algunos personajes femeninos. Me da la impresión de que esta temporada ha ido a por un enfoque más realista en su relación con las mujeres y eso ha hecho que me chirríen algunas cosas. Que a lo mejor lo ha hecho aposta, a saber, pero meh.

    En el caso de Baker me chirrió cómo acepta la mano de Louie. Nos pone delante a una tía segura de sí misma, con las cosas claras, con poca paciencia para las tonterías y a la vez a una tía que le ruega a un capullo que le dé la mano. Espera, ¿qué? Entiendo las motivaciones de Louie, entiendo que haga lo que hace, pero a ella no le encuentro sentido. No me pega que una persona con tanta dignidad y fuerza como demostró (o se suponía que estaba demostrando con el discurso) ruegue, no me cuadra que acepte sin rechistar el gesto que hace Louie al darle la mano, no entiendo que Louie le cuente un chiste malo para quitarle hierro al asunto y ella se lo ría como si nada.

    El caso de Pamela es más complicado por la elipsis, la maldita elipsis. En pt I y pt II me dio la impresión de que mostraba a Pamela más capulla que en comparación con las otras temporadas, ya no bruta en su sinceridad con Louie (que siempre lo ha sido) sino burlona con él, desagradable. Y por eso me chirría que Louie la intente violar, la fuerce a un beso y no se nos dé ninguna explicación de cómo pasan de eso a acabar juntos. Me cuesta que un personaje como Pamela (o al menos la Pamela que nos ha mostrado en otras ocasiones) acepte que Louie le haga eso como si nada. Pamela ve el niceguyismo de Louie y le dice que es BULLSHIT a su cara, joder.

    Lo dije en tuiter en su momento, ha separado a Louie de Louis CK a hostias pero me ha parecido una temporada intensa en los temas, sí, pero floja. Esa es la sensación con la que me quedo. MEH.

    • Jónatan Sark

      on 27 junio, 2014 at 1:31 am - Responder

      Me alegra que estemos de acuerdo. Creo que se puede juzgar dos cosas por separado. Por un lado la calidad de esta temporada, que parece claramente inferior a las dos anteriores. Por otra la relación y el desarrollo del personaje.

      Aunque podemos comprender que parte del problema de lo segundo se debe a lo primero: La falta de desarrollo y explicación de Pamela lastra esos últimos episodios. No sé dónde tiene la cabeza, aunque sospecho que es en hacer cine. Sin darse cuenta de que son medios distintos de los que puede salir sin el mismo éxito. Pero, de nuevo, eso tampoco importa tanto aquí. Es decir, una cosa es lo que ha hecho, otra el cómo y otra el qué lo ha causado.

      Y, francamente, me parece que esta temporada es más interesante para reflexionar sobre ella que para verla.

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