Pilotos Deathmatch: Henry Danger, Manhattan, Outlander, The Quest y mas

Empecemos con algo poco original: The Divide (USA) es una serie para WEtv pensada originalmente para la AMC -que aparece como desarrolladora- y que se dedica a seguir un caso legal. Hace poco más de una década un hombre fue condenado a muerte por un caso de asesinato, ahora una idealista luchadora de una fundación en busca de la verdad y la justicia y tralalá que cree en su inocencia se enfrenta con un fiscal apasionado aunque más proclive a las áreas grises con el que tuvo un pasado común. Y eso. Que si sí, que si no, giros sobre el caso presente pero pasado. En fin, poco más.

Probablemente si no estuviéramos en una de las semanas más tranquilas del año en lo que a novedades televisivas se refiere hubiera olvidado una vez más hablar de Girl Meets world (USA), secuela directa de esa Yo y el Mundo (Boy Meets World) que pasó con éxito los noventa en la ABC. Ahora es una serie del Disney Channel. Por dentro y por fuera. Pero sobre todo por dentro. Los ocasionales destellos de brillantez de la serie están perdidos hasta el punto de que los intentos de metareferencialidad fallan por completo. Por no mencionar los problemas del cast, que podríamos reducir a que han ido a buscarlos en los puntos habituales del Disney Channel en vez de en las granjas para niños actores. No necesariamente de UK. De modo que a la vez que intenta capturar algo del espíritu original -que tampoco es que fuera especialmente brillante- nos ofrece una revisión que parece pensada para poder comparar las series de antes con las de ahora.

Seguimos con series infantiles por culpa de Henry Danger (USA), creación que -como con Mighty Med– vuelve a poner un gran punto de partida -un chaval de 13 años se convierte en el sidekick del héroe más famoso de la ciudad- a los pies de las convenciones más vulgares de la sitcom infantil americana. En este primer capítulo, además, vemos como no solo los secundarios parecen sacados del kit de casitas para hacer la serie de televisión cuadriculada -los padres, los amigos, la hermana- sino que la motivación del personaje y lo que le lleva a convertirse en sidekick es, simplemente, que esa es la premisa de la serie. De manera que otra tontorrona comedia más de superhéroes junto al horror antes mentado y a The Thundermans… A ver si a fuerza de darles luz verde les acaba saliendo alguna que merezca la pena.

Cuando tus propios productores dicen que están haciendo una serie a medio camino entre Lost y Mad Men lo mejor que puedes hacer es echarte a temblar. Si lo dicen después del estreno casi mejor olvídate. En el caso de Manhattan (USA) tenían que defenderse de alguna manera de las quejas por la falta de rigor histórico en un proyecto que, en principio, se suponía que iba a servir para contar la historia de la construcción de la bomba atómica. En general se nota que están demasiado ocupados contando su idea de lo que pasó como para que tonterías como la realidad se interpongan, no digamos ya realizar una reconstrucción real en lugar de rellenar huecos como el de las científicas que intervinieron con una token lady o el de científicos preeminentes metidos en el asunto con el siempre reconocible Dr. Oppenheimer. Se une a todo ello una cierta incapacidad del cast para descubrir hasta qué punto tiene que ser serios con esos guiones que hacen que en ocasiones parezca una comedia dramática. En fin, un batiburrillo al que su producción y pretendida profundidad sin duda conseguirá atención entre los teóricos espectadores de series avanzadas. Que la disfruten. Yo me quedo esperando a que hagan una basada en El proyecto Manhattan.

Tenía ganas de ver qué hacía Ronald D. Moore con el Outlander (USA) de Diana Gabaldon, la exitosa serie romántica/aventurera/fantástica sobre highlanders y viajes en el tiempo que iba a adaptar para Starz. Y me parece que solo con el piloto poco voy a poder contar porque cuenta lahistoria de un modo tan lento que casi ni vemos esa parte del viaje al pasado de la protagonista que es el momento fundamental y definitorio de la serie. Reconozco que las historias nunca me han interesado gran cosa por parecerme excesivamente alargadas y muy centradas en el conflicto amoroso, no sé por qué confiaba en que Moore supiera darle un aire más movido. De momento esperaré a ver también un segundo capítulo para confirmar mis temores, pero sospecho que -como los libros- esta no es serie para mí.

Terminamos con una rareza en forma de concurso de larga duración. Si el año pasado la ABC trataba de sacar adelante la idea de un Murder Mystery este año se ha ido a LARPear. Porque pueden intentar vendernos la moto como les de la gana pero lo que nos han presentado con The Quest (USA), lo que ellos definen como un cruce de The Amazing Race y Lord of the Rings y yo llamaría más bien una versión con parte de la estructura de Supervivientes adaptada dentro de La noche de los castillos. Olvidad a Van Damme, Kurt Russell o Stephen Cannell, este The Quest está más cerca de buscar una manera de aprovechar todos esos decorados que han construido para Once Upon a Time y la experiencia que les dan décadas de parques temáticos. En resumen: Hicieron un casting en el que buscaban capacidad para realizar pruebas atléticas y mentales (veremos) además de unos conocimientos e intereses por las creaciones del fantástico, de esa manera reunieron a un grupo variopinto -que incluye desde profesores a entrenadores personales pasando por administrativos y, sobre todo, Shondo Blades, luchador de celda de la MMA- les reunieron en una habitación y allí les hicieron un viaje secreto para ir adaptándolos al nuevo mundo en el que iban a vivir durante semanas, un ejemplo claro de la ambientación conocida como Medievalinventa’o en la que, llegarán a un mundo fantástico, lleno de seres extraños. Una vez ahí tenemos a los PNJs preparando el LARPeo, contando historias, dando misiones pero, sobre todo, poniendo dos pruebas. Una general para todos -individual o colectiva- y otra eliminatoria. Como en todos los concursos eliminatorios de toda la vida. El problema viene, para mí, de esa idea tan americana de que tengan que ser los propios jugadores los que elijan al eliminado en vez de hacerlo los jueces, permitiendo así la posibilidad de quitarse de en medio a uno de los contendientes fuertes que haya tenido una mala semana o de hacer que la personalidad y alianzas pesen más que las capacidades demostradas. Total, que el resultado general es un pequeño desastre que valdría para venderlo como fin de semana para irse con los amigos al campo a hacer el cabras -total, es ya casi una despedida de soltero- pero que como programa de televisión poco tiene que ofrecer. Aunque, en fin, al menos han optado por La noche de los castillos y no por El secreto del talismán. Vosotros veréis.


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