«La oscura noche del espantapájaros» (Dark Night of the Scarecrow,1981) Tan muertos como: Halloween 2014 (y 3)

Terminamos nuestra Maratón de Halloween con la que quizá sea el mayor triunfo de los telefilmes de terror televisivo. La oscura noche del espantapájaros es una película que reúne los motivos clásicos del suspense, la venganza y el terror, todo ello en un magnífico envoltorio. Con un novelista dirigiendo, Frank De Felitta, un guionista dispuesto a meterse en el mundillo, J.D. Feigelson, y un buen reparto encabezado por Larry Drake -aún lejos de sus papeles en La ley de Los Ángeles o Darkman– como el héroe y un villanesco Charles Durning interpreta al cartero de mente sucia que causa la tragedia con la ayuda de secundarios clásicos como Lane Smith. Pero acerquémonos un poco más…

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A principio de los ochenta Feigelson paseaba un guión que esperaba poder vender para que se realizara una película independiente. No logró que ninguno de los pequeños estudios que se estaban montando se interesara por él, pero sí que lo hiciera la división de ficción de la CBS que rápidamente se puso a la tarea de adaptarlo. Sin que realmente tuvieran que hacer demasiado, el peso del guión no recaía tanto en complicados efectos especiales o escenas llenas de violencia y sexo tanto como en un par o tres de conceptos clásicos debidamente recuperados y remontados.

El inicio de la historia tiene algún eco de Frankestein. Drake interpreta a Charles Eliot Bubba Ritter, un deficiente mental que pasa sus días en una población rural echando una mano a su madre y poco más porque aunque su cuerpo es adulto su mente es infantil. Allí juega con una amiga, la pequeña Marylee. Una amistad como la que podría haber entre dos niños cualquiera pero que a los ojos del personaje de Durning, el cartero Otis P. Hazelrigg, es bastante menos pura y, sin duda, una catástrofe a punto de suceder. Otis y sus amigotes lo tienen muy claro. Tanto que cuando Bubba llega azorado con la pequeña en brazos habiendo sufrido claramente una agresión no dudan un minuto en culparlo, decididos a vigilantear para acabar con su amenaza. La madre de Bubba le ocultará disfrazado de espantapájaros en mitad de un campo, pero todo dará igual. El descubrimiento de que un perro atacó a la pequeña y que Bubba fue lo único que la salvó llegará demasiado tarde, una falsa coartada bien construida librará de la cárcel a los linchadores… pero no les librará de la aparición de inquietantes espantapájaros frente a sus casas, mucho menos de la acción directa en venganza por la muerte de este en varias maneras inocente jovenzuelo.

Podemos considerarlo una primera variación de las películas de venganza -sin que la violación aparezca más que en turbia ensoñación de los hombres malos-, como un acercamiento televisivo al slasher, como actualización rural y algo grotesca del gótico americano, como muchas cosas, en resumen. Lo que no cabe duda es que estamos ante una gran película. Una demostración -como las otras dos obras de nuestro Maratón de Halloween de este año- de que da igual que hablemos de 1971, ’81 o ’91, la televisión es más que capaz de ofrecernos magníficas películas de terror. Como pasa con La oscura noche del espantapájaros que espero, aún en VO, disfrutéis:

Hasta aquí hemos llegado por este año. ¡Feliz Halloween!


«El hombre de papel» (Paper Man, 1971) Tan muertos como: Halloween 2014 (2)

Habrá quien crea que me lo estoy inventando. No es para menos. ¿Una obra de 1971 que reúne temas de computadoras y asesinatos? ¿Una trama que incide en el robo -o recreación, según se mire- de identidad cuando apenas acababa de comenzar la década? ¿Protagonizado con un Dean Stockwell en uno de los peinados más locos de su carrera y una Stefanie Powers cuyo papel de más éxito habían sido la serie de una temporada The Girl from U.N.C.L.E. y a la que le faltaba más de un lustro para hacerse popular con Hart y Hart? Pues sí, todo eso y mucho más es lo que se puede encontrar en este inexplicablemente olvidado telefilme.

51EtMzDeMXL._SL500_SY300_El éxito de la Movie of the week de la ABC hizo que a principios de los ’70 todas las otras cadenas se pusieran a copiarles. Películas de todo tipo y condición, con cierta predominancia de las de intriga o romance bien es cierto, pero que no dejaba de lado la posibilidad de ofrecer obras de terror como esta que nos ocupa u otros contendientes a este pequeño espacio como fueron Satan’s School for Girls o Gargoyles -de los que, si os portáis bien, ya hablaremos en otra ocasión, jejeje-. En esta ocasión la CBS puso en marcha una historia que nos mostraba a unos teóricos veinteañeros en un grupo muy variadito -un nerd, una asiática, un malote y una ingenua- que ante un error otorgando una tarjeta de crédito deciden aprovecharse y, antes que ser pillados, convencer a un conocido que es informático para crear una personalidad ficticia que se cargue con las deudas, Henry Norman.

El problema es que cuando el informático termina parece que algo ocurre con la máquina y, sin duda, algo pasa con los estudiantes, que empiezan a caer como moscas en extrañas circunstancias -Con mención especial para la escena del pasillo y el ascensor.- victimas de esa extraña personalidad creada, se encuentre detrás quien se encuentre. Pese a tratarse de una creación televisiva; sobre todo en lo corto del reparto, quizá el punto más flojo de la película; estamos ante una muy buen a premisa y un desarrollo con varios puntos fuertes. Un clásico de estas cosas que debería ser más conocido. Y, precisamente para eso, ahí tenéis la posibilidad de echarle un ojo. En inglés y sin subtítulos, eso sí. Pero, ¿quién los necesita teniendo esas computadoras tan inteligente? ¡NYA-HA-HA!


«El que decide» (Historias del otro lado, 1991) Tan muertos como: Halloween 2014 (1)

Empezamos aquí una maratón muy especial aprovechando Halloween, con un tema unitario que ya iréis viendo. Tres producciones para una noche fantástica.

Comenzamos muy cerca. Con un invitado probablemente inesperado: Jose Luis Garci. A finales de los ochenta llegó a un acuerdo con Pilar Miró para resucitar las series antológicas de terror. Sí, con esa misma Pilar Miró que tantos años ha sido bestia negra del género. La idea era realizar una serie de género fantástico como las que tantas veces antes y con tanto éxito se habían realizado, al fin y al cabo Garci no había dirigido ninguna de ellas pero sí había guionizado, entre otras, el clásico La Cabina. El proyecto se fue retrasando y, pese a la fecha inicial de 1988, acabaría saliendo ya sin Miró a los mandos de TVE en 1991, con una primera tanda de 7 episodios que sería seguida por una segunda de 6 en 1996. Una producción que el mismo Garci reconocía como hecha con todo el apoyo material y presupuestario de TVE –80 millones de pesetas por episodio, se dijo en su momento que costó la serie– y que planteaba explorar todas las diversas posibilidades del fantástico. En este tubo encontrado podéis echarle un ojo a lo que había.

 Elegido por tanto un episodio para ir abriendo boca para lo que nos viene nada mejor que hacer con el primero de ellos: El que decide. Reunión de talentos actorales de la ficción española -una baza constante de la serie incluso por encima de su vocación de venta internacional- entre los que tenemos a Jesús Puente, Fernando Guillén y Rafael de Penagos, en una historia mefistotélica. Un autor teatral no conforme con su éxito inicia la búsqueda de un personaje del que se habla entre cuchicheos y susurros, un personaje con un trasfondo turbio y peligroso pero que parece ser el responsable de que una obra tenga éxito entre el público. La búsqueda y lo que en ella va encontrando servirá para reflexionar sobre lo que hace algo popular y el precio a pagar por esa fama.

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