Es divertido ver cómo una cadena trata de romper con su propia imagen, que en el caso del SyFy significa ir poco a poco quitarse ese sambenito de que su Ciencia Ficción es más que limitada. Para lo cual montan Ascension (USA) que resulta que está rodada con mucho medio y mucha cosa y es una miniserie y blablabla… pero vuelve a estar más centrada en casi cualquier otra cosa que en la parte futurista/científica. Hay un asesinato a bordo de una nave, hay una historia de continuación de los años ’60 -más lucha de clases que de raza, que eso lo tenemos superado, claro- y varias conspiraciones políticas y similares que, francamente, parecen producto de haber entendido solo a medias Battlestar Gallactica. Dicho todo esto, la serie no está mal. Y es un buen paso para tratar de mejorar la cadena. Pero, oh, están aún tan lejos de superar sus problemas con la CiFi.
Reconozco que iba con muchas expectativas para ver el
Black Mirror: White Christmas (UK) -como demuestra que lo haya metido aquí cuando como especial en realidad no es su sitio- pero es que la serie me gusta,
Brooker me gusta y habían dicho
Amicus. Bueno, lo de la
Amicus no es tanto que os podáis olvidar como que es lo de menos teniendo en cuenta lo
blackmirroresco que les ha quedado el especial, un ejemplo de narración organizada y compresión de tramas que permite a
Brooker seguir repasando sus obsesiones. Por su mismo formato hay quizá menos
variedad tecnológica inventada de la que podría esperarse pero, en fin, lo importante es disfrutar de la maldad y la reflexión que siempre salpican de esta serie.
Hablando de especiales extraños, la
NBC -y sus
Divertidas Aventuras– sigue con la idea de
Greenblatt de que hay poco musical en televisión. Algo con lo que en general estaría de acuerdo si no conllevara la idea de que agarrar a alguien por el gaznate y meterle un embudo es la mejor forma de introducirle luego en ello. Esta vez su Idea Magnífica era crear un nuevo especial navideño usando mimbres antiguos. Concretamente, una película de
Will Ferrell y el musical de Broadway que se hizo de ella. Y como es Navidad hay que adaptarlo a stopmottion, que debe ser lo único que han aprendido de
Community. El resultado es
Elf: Buddy’s Musical Christmas (USA), una historieta que saca ideas de ambos antecedentes, que aprovecha la sustitución de
Ferrell por
Jim Parson y que, personalmente, no me podría acabar dando más igual. Pero, quién sabe, lo mismo como paso intermedio a que hagan algo bien en lugar de crear subproductos como este, que parece más el fruto de un tipo de marketing que de un creativo, lo mismo entonces, digo, tiene valor alguno.
Una prueba del éxito de las series europeas es que en Estados Unidos han empezado a importar incluso las que no son inglesas, de esa manera acaba de llegarles (y llegarme)
Good Night, Darling (OT) (Noruega) una comedia negra (de 2009) sobre un hombre que, por azar, acaba pudiendo realizar un chantaje. Por supuesto con ese arranque pronto empieza a torcerse todo. Así que bien.
En
Netflix han decidido que ellos querían tener también su dosis de épica y gente a caballo así que han sacado
Marco Polo (USA), a mí me parece una serie bastante aburrida que solo gustará a los más acérrimos fanes de ese tipo de historias epiquísimas llenas de ejércitos dándose toñas y luego apartes con personajes e Intensidad Dramática. Yo, desde luego, no lo soy.