Un año más vamos a ofreceros una pequeña selección de Literatura infantil y Juvenil. Podría, por supuesto, hacer un repaso al fondo editorial pero sospecho que a estas alturas los padres estarán más que servidos del Pollo Pepe y El pez arcoiris y el resto de bichos y seres del catálogo así que voy a ceñirme a lo aparecido este año. Voy, además, a intentar ordenarlo de menos a más edad. Algo que es en realidad ridículo porque tiene que ver más con a) lo que les interese a los niños y b) la maduración interna -tanto intelectual como, digamos, educativa para que no haga trizas el libro de primeras- de modo que habrá niños de diez que se irán a pescar a las recomendaciones para los de doce y otros que estarán aún donde los de ocho. ¿Solución? No poner números. Me parece que aún así resultará bastante claro e intuitivo y, eliminando barrreras, será más sencillo dar pasos de uno a otro lado.
– Violín de Antonio Rubio con ilustraciones de Óscar Villán, ed. Kalandraka
Libro para los más pequeños dentro de la estupenda colección De la cuna a la luna que permite famirializarles con conceptos básicos -en este caso los instrumentos musicales, pero échenle un ojo que tienen muchos más- y hacer además una lectura rítmica de los mismos.
– Frankenstein (El primer libro de anatomía) de Jennifer Adams y Alison Oliver, ed. Coco Books
Ya que vamos a poner a aprender con estos libros -de páginas gruesas- por lo menos que sea con un poco de humor, como en esta colección que saca ideas de clásicos de la literatura. Y de paso aprender -enseñar- conceptos básicos.
– ¿Qué hace el búho Lulo? de Jo Lodge, ed. Bruño
Los libros con movimiento son un imprescindible y esta colección de Jo Lodge es realmente buena, sean búhos, pollos, dinosaurios o vacas, los colores brillantes y los movimientos. Que se supone que fomenta lo psicomotriz, interacción, observación y esas cosas, pero que sobre todo es divertido.
– El gato de Matilda de Emily Gravett, ed. Picarona
Entramos ya en los álbumes ilustrados con la historia de esta chica que tiene un gato que quiere que haga cosas, esté por la labor o no. Una historia para reforzar el amor a los animales y su necesidad -de ellos- de un poco de tranquilidad.
– Garabato y tinta de Ethan Long, ed. Lata de sal
Siguiendo las ideas clásicas de lucha entre ratón y gato tenemos esa separación entre estilos de dibujos que acaba en la necesidad de dejar de pelearse.
– Oliver y el Troll de Adam Stower, ed. Picarona
Un libro con muchos trucos para contar cómo Oliver escapa de los peligros hasta que descubre que es mejor cooperar que enfrentarse. Y que cocinar siempre ayuda.
– Max el valiente de Ed Vere, ed. Juventud
Pequeñas ilustraciones en grandes páginas, este libro sobre la valentía es un cuento estupendo ideal para cuando están empezando a leer solos, o cuando quieren una historia sobre vencer al miedo.
Para que hablen de brecha generacional, un cuento de humor para que los niños pongan un poco de cronología en sus vidas. Y vean dinosaurios, que siempre gusta.
– ¡¡¡Papa!!! de Gabriela Keselman y Christian Ynaraja, ed. SM
Aquí ya una historia que trata directamente las relaciones paternofiliales dejando claro para qué están -o deberían estar- también ahí ellos, avergüencen o no.
– Todos mis patitos de Janosch, ed. Libros del Zorro Rojo
Narración de Janosch adaptando el clásico que cumple la doble función de aprender a contar e ir viendo desaparecer a los patitos por múltiples e imaginativos métodos.
– Superhéroe por los pelos y el barbero malvado de John Rocco, ed Tramuntana
Dentro de las cosas que les gustan al chavalerío están los superhéroes, y dentro de lo que suele hacerles menos gracias está el barbero. Así que aquí se presenta una historia para que los unos toleren a los otros y entiendan que se puede seguir teniendo una personalidad más allá de tu corte de pelo.
– ¡Monstruo, sé bueno! de Natalie Marshall, ed. Juventud
De los supes a los monstruos, otro objeto de interés suyo que aquí es usado como metáfora de su comportamiento cuando tienen rabietas y, de esa manera, para explicarles por qué no deben comportarse así. Las ilustraciones son llamativas, para su utilidad les deseo suerte.
– La casa encantada de Kazuno Kohara, ed. Picarona
Más cosas sobrenaturales y más niñas venciendo sus miedos, aquí con un estupendo trabajo gráfico de Kohara que enseña que la mejor forma de vencer es demostrando humor al ponerse al mando.
– Salvaje de Emily Hughes, ed. Libros del Zorro Rojo
Con un dibujo magnífico tenemos este álbum sobre una muchacha que vive en libertad y luego en sociedad pero la forma de intentar adaptarla por la fuerza demuestra las ventajas de su anterior modo de vida.
– Mis robots en pijamarama de Michaël Leblond y Frédérique Bertrand, ed.Kalandraka
Los libros del ombrocinéma de la serie Pijamarama me parecen estupendísimos, no solo porque el lector queda al cargo del movimiento, también porque permite un estilo distinto de narración. De manera que cuando sacaron esta versión con robots y formato de cuaderno de actividades me alegré por tratarse de un paso más en su desarrollo.
– Soy un artista de Marta Altés, ed. Blackie Books
Libro ideal para sacar al pequeño artista interior -y explicar los problemas de usar las paredes como lienzo-, así que muy a favor de la creatividad pero también de entender que luego alguien tiene que recoger.
– María de Eva Mejuto y Mafalda Milhões, ed. OQO
Un cuento estupendo, no solo está escrito con un estilo rítmico que lo hace perfecto para leérselo a los niños, también ofrece una historia con doble lectura pues junto con el texto propiamente dicho en el que se le van ofreciendo tareas encadenadas a uno de los personajes está el subtexto en el que una mujer está sobrepasada por tener que ocuparse de todas las tareas mientras su pareja vaguea y decida, harta, darle un escarmiento para que entienda que si los dos trabajan los dos podrán disfrutar.
– No he hecho los deberes porque… de Cali y Chaud, ed. Nubeocho
Colección de excusas con grandes ilustraciones que sin duda hará gracia a los pequeños -y que se le puede regalar también a algunos mayores, *cof*-.
– Ábreme con mucho cuidado de Nick Bromley con ilustraciones de Nicola O’Bryen, ed. Bruño
Dentro de la corriente de los libros interactivos nada como esta reinterpretación de El patito feo en la que se cuela un cocodrilo. El lío subsiguiente requerirá que la lectora mueva de un lado a otro, gire, pase páginas, etc… De manera que lo que parecía una sencilla lectura de un cuento conocido se convierte pronto en una fiesta.
– La calle del puchero de Charo Pita y Massimiliano di Lauro, ed. OQO
Un niño llorando pone en marcha una serie de sucesos que terminan afectando a todo el barrio. La forma en la que los sucesos se encadenan primero en una dirección y luego en la otra permite presentar la idea de causa -> efecto a los jóvenes lectores y, quizá, explicarles también el efecto de los berrinches. Me da la sensación de que este año hay muchos padres que están intentando acabar con ellos.
– El cambalache de Jan Ormerod, ed. Ekaré
Pasamos a los hermanitos con esta historia sobre su falta de utilidad y, pese a todo, lo que significa una familia. Porque no es tan sencillo descambiarlos como alguno querría.
– La pequeña Amelia se hace mayor de Paula Bonet y Elisenda Roca, ed. Combel
El crecimiento de la pequeña Amelia a la algo-más-grande Amelia mediante pop up sirve tanto para explicar el crecimiento a los niños como para mantenerlos entretenidos -aunque si no son muy cuidadosos casi mejor que a distancia- con sus desplegables.
– ¡Súper Jaime! de Verónica Álvarez y Daniel Martínez de Leiva, ed. La Tribu
Cómic divertido, educativo y estupendamente escrito y dibujado para que los más pequeños entienda y asuman ideas y comportamientos cotidianos. Un disfrute.
– El dragón de papá de Ruth Stiles Gannett ed. Turner
Aquí tenemos el primer cuento-texto, un clásico americano para que se les cuente a los pequeños con un joven viajero y multitud de animales que va conociendo.
– Feliz Feroz de El Hematocrítico con ilustraciones de Alberto Vázquez, ed. Anaya
Con unas ilustraciones primorosas, esta historia de un lobo al que intentan convertir en malvado pero que demuestra la bondad de la bondad -valga la redundancia- servirá para ofrecer a los pequeños otra mirada sobre personajes clásicos y también una serie de pequeñas aventuras que permiten una lectura tanto continuada como por etapas.
– Los Jolley-Rogers y el galeón fantasma de Jonny Duddle, ed. Fortuna
El siempre divertido Duddle pasa de los álbumes ilustrados a una narración sencilla y también ilustrada continuando con sus historias de piratas infantiles haciendo incluso perdonable que la chica pirata tenga que ir de rosa.
– Pequeño peatón de Patricia Geis, ed. Combel
Un curioso acercamiento con solapas y desplegables a la educación vial, el tipo de cuento que no sabías que no existía y necesitabas hasta que a alguien se le ocurre hacerlo y entonces ves las múltiples posibilidades para que aprendan a comportarse como peatones (y conductores si fuera necesario) los chavales.
– Mi árbol de los secretos de Olivier Ka y Martine Perrin, ed. Kókinos
Bellísimo libro que usa todos los trucos posibles del libro de la edición -pop up, lengüetas, troquelados, páginas semitransparentes…- para reforzar la historia de los secretos y cómo manejarlos.
– El cocodrilo al que no le gustaba el agua de Gemma Merino, ed. Picarona
Uno de mis álbumes favoritos de este año, una historia con un trasfondo muy clásico -sobre todo una vez descubres su final- pero que sirve para ilustrar la importancia de la diferencia más allá de ideas de mejor y peor.
– Herman y Rosie por Gus Gordon, ed. Corimbo
Una historia de amor y nostalgia, hacia la música. Grandes ilustraciones y mucho gusto con un punto quizá algo triste pero no por ello con un final menos feliz. ¡Sirve también para adultos!
– ¡Hola! ¡Hola! de Mathew Cordell, ed. Juventud
Una pequeña crítica al uso -y abuso- de la cosa tecnológica frente a la diversión del mundo real. Reconozco mis reticencias que expresaré con Cada cosa en su momento y lugar, pero dentro de ellas el libro es tan útil como cierto.
– La carrera espacial de Tom Clohosy Cole, ed. Barbara Fiore
Magnifiquísimo libro ilustrado -que huele un poco a ceras de colores- sobre la conquista espacial. Desde un punto de vista americano, eso sí -qué le vamos hacer- pero su propio formato mudo y en acordeón lo convierte en una curiosidad para todos los públicos.
– Odio la escuela de Jeanne Willis y Tony Ross, ed. Océano
Nos ponemos ya con la cosa escolar en un libro al que las ilustraciones de Tony Ross hacen ganar enteros. Para niños con problemas en el colegio y también para los que simplemente sienten el fastidio de tener que ir todos los días.
– Hilda y la cabalgata del pájaro de Luke Pearson, ed. Barbara Fiore
– Hilda y el perro negro de Luke Pearson, ed. Barbara Fiore
Pocas historietas para público infantil me gustan más que los cómics de Hilda de Luke Pearson. Los dibujos, la mitología, las historias y cómo lo cuentan, todo es pura genialidad que hace que cada anuncio de un nuevo libro sea motivo de alegría.
– Mi monstruo Burrufú de Alberto Corral y Alessandra Sorrentino, ed. Grande Idée
Una historia para aprender a superar los miedos, aceptar a los diferentes, entender el valor de la narración y muchas cosas más. Una gran pequeña narración.
– Ada Goth y el fantamas del ratón de Chris Riddell, ed. Edelvives
– Ada Goth y el festival de Mortillunio de Chris Riddell, ed. Edelvives
No se reivindica lo suficiente a Chris Riddell y es una lástima. Sus Ottolines son libros estupendos y los Ada Goth permiten ir un paso más en una historia que ofrece tanto una brillante narración como un trasfondo bien trazado y coherente.
– Misterio en el castillo del terro de Robert Arthur, ed. Molino
Empezamos la tanda de reediciones con esta puesta al día de Los tres investigadores. Policíaco juvenil ochentero para adeptos al misterio -a veces terrorífico- y la aventura que realza la amistad y todas esas cosas.
– Puck colegiala de Lisbeth Werner, ed. Molino
Seguimos con Puck, esa joven decidida e independiente que fue pasando por todo tipo de cosas.
– La noche del muñeco viviente de R. L. Stine, ed. Hidra
Terminamos con el regreso de las Pesadillas, la colección de terror-mas-o-menos que arrasó en las librerías noventeras y que suele atrapar a los chavales aún hoy.
– Mira lo que has hecho (2, Desastre total) de Stephan Pastis, ed. RBA
¡PASTIS! De nuevo el algo inepto DeSastre preparado para organizar -involuntariamente- líos a su paso con su particular manera de entender lo que significa ser un niño detective.
– La cocina de Naneta de Nob, ed. Dibbuks
Los cómics de Naneta llevan años teniendo éxito entre los pequeños, los programas de cocina están causando que se interesen cada vez más por ella, así que este cómic que reúne pequeñas recetas en mitad de cómics autoconclusivos no podía ser más oportuno (y recomendable).
– Brujarella de Iban Barrenetxea, ed. Thule
Lo bueno de Barrenetxea es que te sirve para casi cualquier cosa. Lo mismo te ilustra un cuento que te escribe un libro, ¡y luego te lo ilustra! Así que esta historia con una bruja que intenta descubrir un par de misterios no podía llegarnos mejor ni dejarnos más satisfechos.
– El bandido del colt de oro de Simon Roussin, ed. Libros del Zorro Rojo
Un libro ilustrado para mayores con una historia western que se centra más en las relaciones humanas que en la acción. O, cuanto menos, lo complementan.
– ¿Cuándo la vio por última vez? de Lemony Snicket y Seth, ed. La Galera
Snicket es un maestro del suspense y el humor y esta colección Preguntas equivocadas es una buena muestra de por qué. Incluso aunque no leyeras su Una serie de catastróficas desdichas merece la pena que le eches un ojo a esta narración.
– Hilary Westfield: Aprendiz de Pirata de Caroline Carlson, ed. RBA/ Molino
Porque siempre hay tiempo para alentar la ruptura de roles sociales y demostrar que los piratas son solo cosa de chicos llega esta historia de aventuras y ficción con aguerrida protagonista.
– Los libros de A de Josep Lluis Badal y Zuzzana Celes, ed. La Galera
Colección de historias con una edición -más allá de las ilustraciones- que es una auténtica belleza mostrándonos las múltiples posibilidades para evocar el fantástico de unos chicos en el bosque.
– Wild boy (El chico salvaje) de Rob Lloyd Jones, ed. Alfaguara
Un particular acercamiento al fantástico victoriano con un pequeño detective sherlockholmiano que resulta ser, además, un fenómenos de feria por su aspecto. Una amiga/antagonista con peculiares conocimientos y todo un catálogo de personajes extraños y duros en la presentación de una nueva serie de la que esperamos grandes cosas.
– Catherine de Patrick Modiano con ilustraciones de Sempé, ed. Blackie Books
Sempé ilustra y con eso debería bastarnos. La edición, además, no destroza estas ilustraciones así que mejor aún. Luego resulta que el señor que escribe esta historia de padres separados en la distancia y relaciones complejas ha ganado un premio de esos. Pero lo importante es lo importante.
– La prueba de hierro (Magisterium) de Black Holly y Cassandra Clare, ed. Planeta
Cassandra Clare no se podía quedar solo con los Cazadores de sombras y en compañía de Holly Black ha creado su propio colegio para personas dotadas de poderes especiales en la que poder desarrollar una nueva mitología propia llena de suspense y aventuras.
– Los visitantes (1, Agencia Lockwood) de Jonathan Stroud, ed. Montena
Más aventuras aún con lo nuevo de Stroud, una agencia de detectives y cazafantasmas victorianos que no sabe aún lo que se va a encontrar.
– Diez de Gretchen McNeil, ed. Maeva
Reunir los Diez negritos de Christie con los slashers noventeros tipo Scream merece todo mi respeto. Más aún cuando pese a un inicio algo expositivo logra ir ganando velocidad según comienzan a apiolar jovencitos más o menos odiosos. A mí es que estas cosas me gustan.
– Buscando a Alaska de John Greem, ed. Nube de Tinta
Este ha sido el año de Greene en España, el exitazo de Bajo la misma estrella ha provocado la publicación de tres novelas -y multitud de material relacionado- de las que ponemos esta como podríamos haber puesto Ciudades de papel, El teorema Katherine. Reconozco que prefiero su faceta de toutuber divulgativo pero si alguien busca historias con humor, amor y buenos sentimientos tampoco se sentirán decepcionados.
– Fangirl de Raimbow Rowell, ed. Alfaguara
Fanes como somos del trabajo y la variedad que presenta Raimbow Rowell la llegada de esta Fangirl que presenta por un lado la vida de los creadores de fanfics y la historia romántica de una chica que va saliendo al mundo aunque sea empujada por otros tenía que aparecer en esta lista.
– El maravilloso Mago de Oz de L. Frank Baum, ed. Cátedra
Dentro de este listado también puede haber lugar para los clásicos si son como los de esta colección Letras Populares de Cátedra, con mucha anotación y contexto para poder comprenderlo mejor.
– Perillán de Terry Pratchett, ed. Fantascy
Fuera de Mundodisco pero aún con todo el humor de Pratchett, esta aproximación al universo de Dickens con una curiosa historia-fuera-de-la-historia de uno de los personajes más memorables de Oliver Twist es la clase de acercamiento tanto al uno como al otro que sirve para que ganen todos, especialmente los lectores.
– Madama Butterfly de Benjamin Lacombe, ed. Edelvives
Pocos autores ilustradores son más interesantes e impresionantes para el gran público hoy que Benjamin Lacombe, de ahí que se pueda permitir proyectos como este, una edición en acordeón que permite ofrecer una única extensa historia en forma de ilustración continua en una presentación maravillosa.
Bueno, pues ya está. Espero que encontréis todo algo que pueda gustar -más allá del puro espíritu consumista, que al final es lo que me deja siempre la sensación de estar alentando haciendo estos pequeños catálogos- y, por supuesto, que lo paséis todo lo bien que sea posible en estos días. ¡Un abrazo a todos!
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