Sobre la cantidad de temporadas de las series

Con la llegada un año más de la temporada de Upfronts, sus renovaciones, cancelaciones, su elección de series que serán las novedades del año próximo y esas otras que no pasarán del piloto, y se hablará -mucho- de algunas de esas series que llevan ya años en antena y parecen seguir más por la pura inercia que por lo que ofrecen.

Pero, ¿realmente funcionan así las cosas?

Las dos series que más temporadas llevan de entre las que los USA emiten en sus noches son Law & Order: SVU que ya llega a las 16 temporadas en la búsqueda incansable de Dick Wolf – ese hombre- de superar a Gunsmoke como la serie dramática en prime-time estadounidense de mayor duración. Que os parecerán muchos condicionantes pero las 20 temporadas de Gunsmoke llevan imbatidas desde 1975 con Wolf logrando un semi-empate con el Ley y Orden original en 2010.  Así que lograr que una serie aguante dos décadas no parece tan sencillo.

Al menos no de esta manera. Los culebrones diurnos no han tenido ningún problema, Los Simpson parecen interminables  y en el resto del mundo hay todo tipo de programas como Sazae-san o han estado estirando el tiempo a trancas y barrancas como Dr. Who o los casos del detective japonés Zenigata Heiji que lleva dando vuelta en la televisión desde 1952 (Y si alguien tiene que relevarle sospecho que será Detective Conan que lleva ya 24 temporadas en anime) porque si algo puede enseñarnos es, precisamente, que las series con una fuerte coralidad y centradas en algún tipo de profesión que permita un ‘caso de la semana’, sobre todo las policíacas, son las que más duran. La inglesa The Bill tuvo 26 temporadas, Taggart 27 y la alemana Tatort ha logrado seguir en antena desde 1970 pese a usar el cambio de localización (y con ello de personajes) y una tan variada como laxa elección de número de capítulos por temporada o paso a telefilmes cuando les ha parecido bien, porque siempre han tenido claro que lo importante era que la historia se adaptara a la duración y no al revés.

Eso es lo que permite que haya una comedia, Last of the Summer Wine, en los puestos de honor, pues siendo británica sus 31 temporadas se limitan a 295 episodios, lo que en temporadas americanas de 22 episodios equivaldrían a unas 13 temporadas y media -igual de meritorias, sin duda alguno, pero menos impresionantes- lo que tampoco significa que no haya dramas británicos con un extenso número de episodios como el inglés Casualty, drama médico de emergencias estrenado en 1986 que en sus 29 temporadas lleva casi mil episodios emitidos.

Frente a esto poco parece lo que lleva L&O:SVU. O los 16 de CSI, que se encuentra este año en la cuerda floja y que ya sabemos todos, al menos cualquier aficionado a esa parte tan ajena a la calidad de los productos como son las cifras y -desde luego- a ese templo que es TV by the Numbers, se encuentra entre una cancelación directa o que le permitan una última temporada corta el año próximo a modo de Vuelta de celebración.

No es la única con problemas. Bones huele a muerto con 10 temporadas y pocas probabilidades de arreglo frente a, por ejemplo, Anatomía de Grey que lleva 11 y parece preparada para seguir las que hagan falta aunque tenga que destruir la carrera de todos sus actores o las policíacas Mentes criminales (10) y la otra hora triunfante NCIS que con 12 temporadas parece igual que el primer día, algo de lo que parecen conscientes sus programadores españoles sabedores de que mezclar temporadas no es mucho problema.

Normalmente para esa década ya han perdido al creador, a veces incluso antes –Supernatural acaba de llegar a la 10 pero lo perdió en la 5ª, tuvo una nueva la  6ª y 7ª y desde la 8ª hasta al menos la próxima seguirá con otro- cuando no son directamente los actores los que van y vienen. (De ahí que Whedon aún lamente no haber llamado a la serie Vampire Slayer) Porque en realidad pasado un punto que podríamos llamar creativo el nombre está lo suficientemente consolidado como para ir tirando de las series. Logrado esto lo importante para la cadena es que no se caigan mucho las audiencias y que el precio del producto no suba en las renegociaciones de los contratos. Que sí, que las productoras –recordad cómo va el asunto, el acuerdo entre productora (principal interesada) y la cadena es lo que permite la renovación- buscan las formas de mantenerlas cuando hay acuerdos internacionales o posibilidades aunque sea de pasarlo bien a otra cadena o a otra plataforma. Pero no es ni lo más habitual ni lo más sencillo.

Lo habitual suele ser que entre la 5ª y la 7ª temporada ya no tengan nada que contar. La 1ª ha sido de presentación y prueba, la 2ª y 3ª desarrollan, a partir de ahí de la 4ª a la 7ª suele ser cosa de lo que tengas que contar o cómo quieras contarlo. The Wire podría haber seguido muchos más años por contenido interno, Justified o Sons of Anarchy fueron más decisiones del equipo artístico. Y cuando eso ocurre la cadena trata de sacarle más jugo, de ahí los estirones a Mad Men o Breaking Bad. Algo que pasa también en Europa, claro. Si una serie funciona y detrás hay un criterio comercial tiran de ella para lograr vender más. Eso lo sabían cuando hicieron la trilogía de House of Cards o cuando regresaban a Prime Suspect (que mantuvo un nivel general más que alto, todo sea dicho) igual que cuando han ido continuando con Red Dwarf o Jonathan Creek independientemente de lo que el buen juicio (o las posibilidades de tener en un solo pack la serie completa, maldita sea) dictara. Porque es más fácil que continúe la serie si los creadores no tengan nada que contar pero la cadena quiera seguir que al contrario. Hay que hacer algo muy barato -como los chicos de It’s always sunny in Philadelphia que ya están preparando la temporada 11 y siempre tienen al menos un gran capítulo en cada una- para que duren porque quieran ellos.

De modo que cuando esta semana y la que viene vayáis viendo el aparentemente caótico juego de renovaciones y cancelaciones pensad que no tiene que ver tanto con lo que llevan como con cuánto están sacando o le pueden sacar. Y sí, siempre habrá series veteranas, sobre todo con el actual estancamiento de la televisión generalista, que irán llegando y saliendo porque al final las predicciones solo se pueden hacer de manera limitada y Gunsmoke sigue, 40 años después de su cancelación, como una meta imbatible.


7 comments to this article

  1. Anónimo

    on 6 mayo, 2015 at 6:42 pm - Responder

    «porque siempre han tenido claro que lo importante era que la historia se adaptara a la duración y no al revés.»

    Creo que ahí has dicho justo lo contrario de lo que querías decir, si la duración de la temporada cambia dependiendo de lo que quieran contar es la duración la que se adapta a la historia.

    Interesante artículo.

  2. Jónatan S

    on 6 mayo, 2015 at 7:23 pm - Responder

    Sí, he sido poco claro. La historia marca el número de capítulos y la duración de los mismos y, a cambio, los llena para evitar -en lo posible, luego ya se sabe- que si hay seis capítulos establecidos se cuente una historia de cuatro más relleno. Aunque no siempre es fácil esto del relleno y la televisión.

    Gracias, en cualquier caso.

  3. Lasnait

    on 7 mayo, 2015 at 12:31 pm - Responder

    Pues yo soy de los que quiero que las series acaben y que tengan un buen final. Una serie normalita, con 3-4 temporadas le vale, una buena serie con 6-7 también y un culebronaco no deberia pasar de 10.

  4. El escudero de Jiménez

    on 7 mayo, 2015 at 2:01 pm - Responder

    ¿Como que «Gunsmoke» está imbatida?….¿Y las 28 temporadas de «Los Simpson, entonces?… ¿Os tengo que recordar que es la serie más larga de los USA?

    • Jónatan S

      on 7 mayo, 2015 at 3:15 pm - Responder

      Es que los artículos hay que leérselos enteros. En el tercer párrafo digo: «superar a Gunsmoke como la serie dramática en prime-time estadounidense de mayor duración. Que os parecerán muchos condicionantes» precisamente por eso.

      Si jugamos a «la serie más larga USA» entonces Los Simpsons tienen por delante esa rareza de The edge of night (29) o los más claramente culebrones Love of life (29), Another world (35), All my children (41), The young and the restless (41), One life to live (45), Days of our lives (49), General Hospital (51), As the world turns (54) y, sobre todo, Guiding Light (57 años). Y podríamos discutir espacios infantiles que incluyen ficción como Barrio Sésamo (43), Romper Room (42), Mr. Roger’s Neighborhood, Captai Kangaroo (29). Además , claro, de series antológicas como Mistery! (29) o Great performances en la PBS (42).

      De ahí la decisión de poner tantos condicionantes.

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