Qué peculiar este Blunt Talk (USA) que reúne a tanta gente. De entrada lo emite Starz, que para eso es cable premium, y luego el protagonista es Sir Patrick Stewart pero por detrás están Jonathan Ames de creador, guionista y media docena de cosas más y Seth MacFarlane de productor, también junto a más gente. El resultado es… bueno… digamos que el esperable. Por un lado se ponen en escena todo tipo de provocaciones dentro de lo que esta gente puede entender como provocador. Fuera de eso, psé. Mucho grito, mucho exceso y no demasiada intención de buscar el humor más allá del shock. Pero si alguien se preguntó alguna vez cómo sería una serie de MacFarlane en acción real, aquí tiene esta.
Estoy tratando de decidir cómo de cabrón es este Fameless(USA) de David Spade. Mezcla de cámara oculta y sátira sobre la fama, utiliza los castings de teóricos realities para ver hasta dónde estarían dispuestos esas personas por acceder a un cachito de fama. Aunque no sé yo hasta qué punto puede justificar nadie en absoluto que se puede llegar a abusar de la gente por las risas, por muchas ganas de fama que tengan.
Esto deMiles from Tomorrowland (USA) tiene casi más pinta de un anuncio de algún postre casi-lácteo que de una space-opera infantil de Disney, pero supongo que podría ser peor. Quizá.
Es curioso el acercamiento que la BBC ha hecho con The Scandalous Lady W (UK) acercamiento a las historias clásicas de mujeres libertinas por sus desavenencias maritales, solo que aquí no hay tanto un problema como el de Chatterley con la debilidad del marido o como Windermere y sus sospechas, aquí son dos personajes que chocan y que logran una magnifica creación cada uno por su lado, Natalie Dormer como Lady Seymour Worsley, todo poder y decisión de no someterse a su marido Sir Richard al que Shaun Evans da vida con enorme crueldad y perversión más o menos contenida. Todo mientras se intentan distintas aproximaciones narrativas más allá de las afirmaciones de veracidad y de esas miradas al sexo tanto como acto como representación -en el sentido teatral tanto como en el figurado- de época. No llega a ser tanto el volumen como los puritanos han dicho pero desde luego no es la clásica escenificación bajo la manta.
En Show me a hero (USA) tenemos a David Simon haciendo, como en La Esquina, lo que podríamos considerar como una reinvención revigorizada del telefilme basado en hechos reales con un estupendo estilo de escritura y Oscar Isaac estupendo (no es el único, claro, Alfred Molina está también enorme y tampoco se puede hacer de menos a, por ejemplo, Winona Ryder) además, claro, de un gran Paul Haggis dirigiendo. Quizá el mayor problema sea, precisamente, esa sensación de falsedad en la reconstrucción, supongo que habla bien del resultado. Aun cuando quedan capítulos todavía para ver lo que falta.
Terminamos con otra serie de BBC, Top Coppers (UK), que recupera las parodias policíacas siguiendo la senda de los que se fijan en una época -en este caso los setenta y ochenta- para intentar imitar y parodiar el estilo además de la forma de las historias. El humor en sí funciona más o menos -no entiendo la necesidad de teñirles de pelirrojo, eso sí- lo que era esperable con John Kearns y Steen Raskopoulos (sí, se han traído al cómico australiano a Reino Unido) pero a estas alturas el tema se encuentra algo sobado y too ese ‘falso transfondo’ de baratillo. Pero, en fin, si se supera lo uno se puede ver lo otro.