El fantástico reciente de Antena 3: «Los protegidos» (2010 – 2012), «El barco» (2011 – 2013), «Luna, el misterio de Calenda» (2012 – 2013)

Antena 3 parecía estar en racha con las series fantásticas tras el éxito de El Internado, así que resultaba lógico que intentaran seguir creando dentro del género.Y de un tema del momento a otro le tocó a los superhéroes.

Darío Madrona y Ruth García crearon para Boomerang TV y Antena 3 Los protegidos (2010 – 2012) que lograba llevar el gusto por las series de superhéroes a la televisión generalista española –en la web ya había habido intentos, alguno transplantado– ofreciendo una versión indudablemente propia. No es que en la larga historia de adaptaciones y creaciones superheróicas televisivas no haya creaciones cercanas pero aquí se funcionaba más desde un punto de salida de serie familiar que mezclaba comedia y drama y personajes de distintas edades y esas cosas de la televisión de aquí. Por supuesto había poderes especiales e identidades secretas aunque no una figura del superhéroe como tal sino, más bien, la de gente con poderes como podía suceder en las temporadas iniciales de Héroes.

En cualquier caso, la evolución fue dentro de lo esperable. Primero los artículos anunciando la próxima aparición de la serie dejando claro que estamos ante una nueva serie familia, y más entrevistas previas al estreno que logran generar un cierto interés. El estreno en sí llega por fin y resulta ser un éxito, lo que lleva a cosas como más entrevistas pero, sobre todo, a nuevas maneras de explotar la serie. Un acuerdo con Tuenti para presentar contenido especial a sus usuarios, la creación de cuentas de twitter y facebook -que siguen aún hoy en estado semi-activo porque no vas a desperdiciar algo con miles de seguidores- e incluso los intentos de adelantos técnicos para una serie. aunque la afirmación «la primera serie del mundo que se graba en tres dimensiones»  quizá no es la mejor forma de explicar que se grabó para emitirla en 3D, pero lo que estaba claro era que tenían una intención de innovación.

Lamentablemente también tenían los problemas habituales de las series españolas actuales, no solo en cuanto a duración sino a entradas y salidas de actores de la misma, así que el éxito de la primera que les fue permitiendo realizar el preestreno de la segunda en un cine y todos esos métodos de promoción que se utilizan ahora, el final de esa segunda temporada dejó las cosas más en el aire. Lo suficiente como para que la tercera decidiera fijarse en el origen de los poderes más que en una trama continua, y que pese a las afirmaciones de que la serie seguiría –aquí estaba– desde Antena 3 salieron a decir –aquí estaba–  que la tercera sería al última. Conste que cuando llegó el momento de emisión de ese último capítulo decidieron ir con dos finales por si sonaba la flauta. Que no sonó, claro.

Lo que sí acabaría teniendo es una adaptación china, por aquello de la generación de contenido exportable no solo la obra en sí, también la idea detrás que pueda ser vendida para adaptarse. En cualquier caso esta serie ya estaba superada porque mientras la cadena se había puesto en lo siguiente.

Que resultó ser El Barco (2011 – 2013), que como decía una crítica mezclaba Perdidos, la Ruta Quetzal y Battlestar Galactica dentro de un universo con las características propias de Mediaset: Jóvenes acostumbrados a la poca ropa y las decisiones cuestionables -algo útil para convertirse en viral pensando que vendían otra cosa- como estar encerrados y desnudarse además de, claro, cocineras joviales y distintas edades dentro del barco, niños incluidos.

También como de costumbre siguió el ciclo de aviso de rodaje, afirmación de apuesta y entrevistas, que llevan a un estreno exitoso. Especialmente exitoso en este caso, quién sabe si por que la fórmula de la productora es ya gusto adquirido para el gran público español o porque Mario Casas era plenamente popular y eso siempre tira. El caso es que les fue tan bien que aprovecharon para montar con la segunda temporada un reality alrededor de la serie, que incluso estrenaron, y para tratar de unirse a la innovación exterior sacando twittersodios de la serie.

Todo sea por aprovechar el éxito que, sin embargo, no llevó a los responsables a alargar la serie. O a no alargarla más de lo razonable. Sí, metieron a más personajes –como uno interpretado por Belén Rueda aprovechando que le estaban preparando una serie propia– y tuvieron varios de esos giros inexplicables. Pero eso no tiene por qué ser un menosprecio, sobre todo si la audiencia aguanta, como parecía al iniciarse la tercera temporada, tanto dio. La serie se despidió sabiendo que en cualquier momento podrían no solo venderla para hacer una versión rusa sino, incluso, crearse un telefilme de X años después.

Pero volvamos a las series porque, como decía, a Belén Rueda le estaban peinando una serie propia y nada mejor para la cadena que sacarla primero en su serie de éxito para que les interesara el siguiente paso de la actriz en una versión complejísima del concepto mismo de spin-off, una de esas ideas tan interesantes que tenemos por aquí.

La serie en cuestión era Luna, el misterio de Calenda (2012 – 2013) que tras el truco de promoción antes mencionado trataba de usar los rescoldos del paranormal romance y vendernos una serie policíaca a la vez. Es complicado saber si realmente estaba previsto desde el inicio que fuera una sola serie porque daba la sensación de que por un lado unía el final de ese éxito televisivo que unía al romance adolescente elementos fantásticos de criatura y monstruos pero por el otro quería aprovechar el auge de las series policíacas con asesinatos a resolver dentro de pueblos o poblaciones no urbanas, que aquí estamos para aprovecharlo todo. De modo que mientras Rueda interpreta a una jueza que intenta descubrir a los asesinos de su marido Guardia Civil y responsables de otros crímenes en la misma población le entremezclan una trama sobre leyendas de hombres lobo que sirve tanto para enredar en los crímenes echando la culpa a los lobisomes como para traer el otro componente con la hija de la jueza sintiéndose fuertemente atraída por un jovenzuelo que podría ser uno de estos licántropos.

Lamentablemente pese a un estreno con éxito de audiencia el público y las críticas no acompañaron demasiado. Sí, conseguirían una segunda temporada para aclarar y liar un poco más todas las tramas pero durante ella se supo que no habría tercera, y que el final de esa temporada iba a ser también el de la serie. Aunque luego la vendieran para adaptarla a los rusos.

Parecía que el interés iba más por los asesinatos que por los elementos fantásticos y en eso se centraría la cadena en siguientes estrenos, al menos mientras encontraban una forma de traer de nuevo algo que pudiera ser un éxito, al fin y al cabo es la cadena que más fantástico de producción propia había estrenado en las últimas décadas.