Se empieza a proyectar la luz de un par de cosas een el futuro cercano. Sobre todo la de la llegada de Octubre y, con ella, el inicio del ciclo: Nobel, Halloween, Navidades. Si hemos tenido ya El Regreso ahora empieza a ponerse seria la cosa. Bueno, empezará, que esta semana y la que viene aún están relativamente tranquilas. Ideales si quieres ir pensando a quién votar para #LaPorraNobel o esperar al monstruo de Potterstein que nos espera la semana próxima para un siempre bienvenido aumento de ventas -al menos mientras la gente decide si leer un guión les apetece más o menos- pero, como decía, lo uno no quita lo otro. O, mejor, os lo demuestro:
¡Que entre la pila!
– Hecatombe de William Gerhardie, ed. Impedimenta
Quizá recordéis Los políglotas en esta misma editorial, o tuvierais la fortuna de comprar en Siruela Inutilidad, pero lo importante aquí es que en realidad eso da un poco lo mismo. Es útil para que sepáis quién es el autor y animaros a echarle un ojo a esta locura. Sí, es una completa locura. Incluye familias rusas, magnates de la prensa, escritores, científicos locos y, quizá, el apocalipsis. Biológico y social, quién sabe cuál puede ser más importante. Todo ello escrito con la mejor versión del humor inglés que este nacido en San Petersburgo es capaz de crear.
– Azul marino de Rosa Ribas y Sabine Hoffman, ed. Siruela
Tercera de las historias de Ana Martí, la periodista con la que Ribas y Hofmann nos han estado mostrando la España de los años cincuenta en sus diferentes facetas. Si la primera – Don de Lenguas – establecía el paisaje y usaba un tema filológico de fondo, la segunda – El gran frío – era casi una historia de terror religioso y tradición oral, esta tercera se centra en el aperturismo teórico de la llegada de los marineros estadounidenses y en los problemas de la traducción. Una mayor recreación en el ambiente de la época y de los problemas de la cooperación con los estadounidenses tanto como de la forma en la que la prensa seguía siendo controlada que permite cerrar cuanto menos la década.
– Los huesos de Louella Brown de Ann Petry, ed. Palabrero
La primera mujer de color que logró vender un millón de ejemplares de uno de sus libros puede ser una buena frase para un artículo de prensa pero no ayuda tanto a saber lo que realmente importan sus obras. O sólo desde un punto de vista crematístico. En realidad las historias de esta mujer, que estudió farmacia siguiendo los pasos de su padre y que tuvo que soportar toda su vida el racismo de la sociedad estadounidenses desde su nacimiento en 1908.A partir de ahí tuvo suficiente material para sus novelas y para lo que nos ocupa en esta ocasión, un conjunto de relatos que tienen la condición humana como sujeto y el uso de un cierto tipo de suspense para darle interés a las dudas que les surgen a lectores y protagonistas. La sensación de que nunca se puede estar tranquilo y una visión que podríamos llamar a la vez pesimista y expectativa del comportamiento humano hace que la obra de esta autora -que tiende a transitar por el borde entre la denuncia racial y el gótico americano- merezca no solo reconocimiento, también nuestra alegría por que por fin alguien se haya animado a traerla a España.
– Quien pierde paga de Stephen King, ed. Plaza & Janés
Se ha hecho esperar pero ya ha llegado un nuevo King. En este caso el segundo de los tres libros que se supone que compartirán los protagonistas de Mr. Mercedes, así que una aproximación antes al policíaco en su versión más dura que al horror. Pero es un nuevo King.
– Antología Poética de Philip Larkin, ed. Cátedra
Si esta antología poética tiene algo que ofrecer como contraposición a aquella Poesía reunida que Lumen sacó hace año, es sin duda toda la parafernalia alrededor de los poemas. Un extenso estudio previo que ocupa casi la mitad del total del volumen así como algunos comentarios añadidos. Así que eso es lo que puede añadirse a un resumen portatil de la obra de Larkin.
– ¡Japón ganó la guerra! de Jesús Hernández, ed. Melusina
Hay una suerte de coincidencia cósmica brasileña esta semana que comienza con este más que curioso libro en el que se habla de un fenómeno realmente peculiar. Durante la Segunda Guerra Mundial hubo una extensa cantidad de movimiento de personas, varios de ellos personas que huían de los territorios de combate en busca de otros más pacíficos, de ahí la creación de comunidades de exiliados en los que podía acabar surgiendo asuntos como este: Una extensa cantidad de de esos japoneses que se fueron a Brasil estaban convencidos que Japón ganó la guerra. A todas las preguntas que -sin duda- hace salir esta difícil imposibilidad se busca dar respuesta en el libro.
– Memorias de un sargento de milicias de Manuel Antônio de Almeida, Marmara
A mediados del Siglo XIX Manuel Antônio de Almeida presentó esta obra, mezcla de retrato de realismo costumbrista con humor picaresco que retrata las peculiaridades de los habitantes de Río de Janeiro. Así que seguimos con este mini-ciclo de Brasil con la recuperación de este importante clásico muy clásico.
– El oro perdido de los Arienim de Frei Betto, ed. Hoja de lata
Terminamos el recorrido brasileño con esta historia del país desde sus primeras ciudades en el Siglo XVI hasta el Siglo XX centrándose en una familia -los Arienim del título- y su ansia de dinero y poder que les hace enfangarse en todas las expediciones de conquista, golpes de Estado y guerras que se le ponen por delante si les surgiera oportunidad. Un muy interesante libro alocado para comprender la igualmente alocada historia de un país.
– La furia de las imágenes de Joan Fontcuberta, ed. Galaxia Gutenberg
Una reflexión sobre el poder y la utilidad de la imagen desde un punto actual, dado que se establece el momento actual de creación, distribución y consumo de imágenes, moviéndolas por Internete y ofreciéndolas de manera más o menos agresiva, permitiendo tanto creaciones con un propósito artístico a variaciones periodísticas, un cambio agresivo de su cantidad -al margen del uso- tanto como de la sociedad tecnificada y consumista que ha propiciado este cambio hacia lo que el autor llama la postfotografía.
– Mortal y fúnebre de Aida Miguez Barciela, ed. Dioptrías
Una historia de amor al origen clásico de nuestra cultura tanto como una mirada desde las visiones actuales filosóficas que se extienden del lenguaje a los motivos y precios de la fama. Una obra que lleva a la lectura del clásico de Homero o que aumenta el haberlo hecho.
– Kathleen de Christopher Morley, ed. Periférica
Comedia razonablemente romántica en la que los diálogos se afilan y las aventuras absolutamente inesperadas llevan a pensar que estamos ante algo influido por las farsas clásicas. Por las que los -algo ridículos- esfuerzo en los qu eun grupo de estudiantes universitarios aburridos se van metiendo va construyéndose hacia un gran final que permite jugar con las posibilidades de lo ficticio y lo real cuando se decide crear un relato.
– La mierda arde de Petr Šabach, ed. Huso
Puede que el checo Petr Šabach no sea muy conocido en nuestro país, pero este libro de relatos que pretendía (en 1994) capturar no solo un momento de cambios -como demuestra el último relato- sino, además, ofrecerlo con suficiente humor como para hacer interesante esta toma de pulso.
– El amor del revés de Luisgé Martin, ed. Anagrama
Luisgé Martín lleva años escribiendo ficción, libros de viajes y otros asuntos similares como ediciones de clásicos. Aquí ha decidido, sin embargo, irse al flanco autobiográfico por un motivo muy concreto: Explicar la parte de su vida en la que pasó de esconder su sexualidad en la españa de los años setenta a poder casarse con otro hombre hace una década. Esta historia será, por tanto, también la de la manera en la que parte del colecctivo LGBTIA+ -por lo menos la más afortunada de ellos- ha ido avanzando en España.
– Un hombre ocioso de Yusuf Atilgan, ed. Gallo Nero
Estamos en un momento en que una novela turca como esta puede entenderse como una manera de comparar lo que se escribió a finales de los cincuenta con la actual situación del país pese a que entre entonces y ahora hayan pasado tantísimos años. Sin embargo el personaje central, ese C. tan poco convencional como no muy por la labor de callarse ante aquello que no le gusta, acabría siendo un símbolo del malestar y el deseo de cambio de la época que, sin embargo, poco desentonaría ahora.
– El molino de momias de Petr Stančík, ed. Tropo
¡Otro checo! En esta ocasión uno que sitúa su obra en 1866 y que contrapone las muertes en la guerra franco-prusiana con las actividades de un asesino en serie de carteros, permitiéndose una ambientación en ocasiones con sensaciones fantásticas pero siempre ajena al policiaco clásico, no digamos ya al de época.
– El piso mil de Katharine McGee, ed. Molino
Partiendo de la idea de un edificio de gran altura y de una muerte segura se cuentan las historias de los habitantes -de algunos de ellos- mientras se establecen paralelismos con la actualidad. Pero seguro que ya esperabais el devenir de esta apuesta editorial.
– Jane, el zorro y yo de Isabelle Arsenault, ed. Salamandra Graphic
Un cómic con fondo literario pues la historio de soledad de una muchacha se va intercalando con la lectura de su libro favorito, Jane Eyre, y con las reflexiones que le van provocando, especialmente cuando encuentre un zorro, y vea la posibilidad de que su gris mundo comparta el color no solo de los libros sino también de esa otra vida posible. Una forma de explicar la manera en la que en ocasiones se externalizan los porblemas o se busca una vía alternativa como solución.
– Desayuno en Tiffany’s de Truman Capote con ilustraciones de Karen Klassen, ed. Libros del Zorro Rojo
No creo que haga mucha falta hablar del texto en sí, hagámoslo mejor de esta nueva edición que incluye las ilustraciones de Karen Klassen, tan propias de una moderna revista de tendencias (en color) y cómo sirven para ofrecer una versión perfectamente regalable de tan conocida narración.
– Un hoyo es para escarbar de Ruth Krauss con ilustraciones de Maurice Sendak, ed. Kalandraka
Absolutamente particular -aunque no sé hasta qué punto juvenil, infantil o adulto- libro de definiciones que se beneficia, además, de llevar las ilustraciones de Sendak.
– Me gustan los globos de Pablo Caracol, ed. Narval
Quizá la mejor manera de acercar a los pequeños los problemas del Alzheimer sea hacerlo de manera elíptica mediante rodeos como el que nos propone esta obra que no acaba de decir claramente lo que, sin embargo, es obvio para sus lectores.
– La aventura atómica del profesor Astro Cat del Dr. Dominic Walliman, ed. Barbara Fiore
Tras el éxito de su versión espacial este nuevo acercamiento científico es otro triunfo de la creación de libros infantiles didácticos. El muy reconocible estilo de Walliman y su facilidad para resumir cuestiones científicas lo convierten en una obra de indudable valor para cualquier biblioteca infantil.
Una semana más: ¡Variedad! Una semana más, cosas para unos y otros y algunos buenos libros ya. También algunas novedades para la semana próxima incluyendo lo que todos sabemos, claro. Y, mientras tanto… ¡Nos leemos!