¡Pilotos Deathmatch! Atlanta, Loosely Exactly Nicole, Speechless y más

Dentro de la poco explicable idea de la BBC de resucitar series han salido ya las últimas, comenzando por la entretenida Are You Being Served? (UK) que intenta recuperar el espíritu de la original con la sutileza de un elefante. Siguiendo aproximadamente donde lo dejaron (en los noventa, tras cerca de veinte años de emisión) y con el problema obvio de sustituir el Mr. Humphries de John Inman -Que sigue libre- por la aproximación de un Jason Watkins que hace lo que puede, igual que la Mrs. Slocombe -y su pussy– de Mollie Sugden por la de Sherrie Hewson. Y eso sin contar con que hemos pasado de los dobles entendidos y las implicaciones sexuales y las rupturas de cuarta pared a un nivel en el que lo más anticuado no es el estilo de los almacenes.

Por suerte esta semana también hemos tenido buenos pilotos, aunque quizá no fáciles. El primero es el de Atlanta (USA), que no parece querer mostrar por dónde van los tiros durante gran parte de su piloto precisamente porque es eso lo que parece que va a ser su centro. No una claridad en un tema o estilo tanto como una forma de enfrentar el costumbrismo y el humor de manera que se vaya entrelazando. Asuntos de raza, clase, edad y acercamientos a la música así como juegos de narración. Hay un poco de cada y no ofrece una entrada fácil pero me parece de lo más interesante que se ha estrenado este año. Veremos cómo sigue tras estos dos primeros episodios.

Las series de espías siguen apareciendo, aunque este Berlin Station (USA) parece más cercana a una suerte de serie de acción con menos espionaje como motivo y más como excusa. Es una forma de rellenar tiempo aunque tras los últimos años este acercamiento que parece sacado de los viejos tiempos del spionistico parecen menos habituales de lo que probablemente sigan siendo.

Con Better Things (USA) me he encontrado con uno de los pocos disgustos de la semana. Tenía interés por ver lo que Pamela Adlon hacía en su serie respaldada por Louis C.K. El resultado es… cosas de madres. Todo el piloto se nos habla del personaje central en relación única y exclusivamente de sus hijas, incluso cuando está en el trabajo -que apenas son unos momentos- hasta el punto de que parece que es lo único que es. Y eso hablando de alguien que se nos ha mostrado como una actriz con una carrera si no brillante al menos estable. Al final queda la esperanza de que en próximos episodios veamos otras facetas -o una mayor variedad al menos- del personaje, que no se convierta esto en una oportunidad perdida.

Siguiendo con las ridículas recuperaciones de la BBC, al menos en Goodnight Sweetheart (UK) -ese inesperado cruce de viajes en el tiempo, comedia y algo de suspense- han podido recuperar a los actores originales (al menos los que siguieron a partir de su cuarta temporada) especialmente Nicholas Lyndhurst y aunque se han quedado en la parte cómica y el juego temporal -que ahora está entre los sesenta y la actualidad- y algunos de los chistes han caído tan fuera del tiempo como era de esperar al menos hay una pequeña posibilidad real de recuperar la serie sin destrozarla más que un poco. Así que supongo que tenemos un ganador de toda esta locura.

En teoría Harley and the Davidsons (USA)es una serie histórica sobre la creación de cierta famosa marca de motocicletas (nunca descubriréis cuál), en la práctica es casi tan creíble e interesante como aquel telefilme de Ross Perot. Y con la misma sutileza.

La sitcom de familias Home from Home (UK) es tan clásica que a uno casi le sorprende que se venda dentro de la sección de nuevas comedias. Dos familias y sus problemas y sus reflejos entre ellos… Quizá todo lo que ha evolucionado la televisión sirve para acabar en el mismo punto.

Nicole Byer debería ser considerada una estrella en ascenso si alguien le prestara atención: Desde la Upright Citizens Brigade, el espanto de Girl Code o Ladilike y, por supuesto, la webserie Pursuit of Sexiness Party Over Here hasta este Loosely Exactly Nicole (USA) ha ido convirtiéndose en una presencia más o menos habitual en la comedia estadounidense. Así que no era inesperado que acabe teniendo su propia serie con una versión ficcionalizada de su vida. Llena de energía y con un humor peculiar, esperemos que sea el siguiente peldaño de su carrera porque ofrece una energía menos habitual de lo que uno esperaría, incluso aunque esta serie no deje de ser la adaptación de un formato clásico a las necesidad de la MTv.

Hablando de adaptar cosas a la MTv, no creo que haya una sola reseña de Mary + Jane (USA) -la nueva comedia sobre traficantes/cultivadoras/vendedoras de nunca-sabrás-qué – que sea capaz de dejar de lado el parecido con Broad City. Es una versión más propia del canal pero… bueno, supongo que al menos lo están intentando.

Aquí ya sí que estamos centrados en las madres, y resulta que, además, funciona. Quizá porque  Motherland (UK) tenga a dos creadores tan ilustres como Sharon HorganGraham Linehan o por el gran trabajo que en ella realizan las cuatro madres: Anna Maxwell Martin, quizá la más protagonista, estupenda como siempre, Diane Martin -que brilla siempre- como una madre algo pasota, Paul Ready en un papel diferente al habitual actuando de amo de casa que busca ser admitido en el círculo de madres y, finalmente, Lucy Punch como madre perfecta. Los juegos y roces no se hacen esperar, a veces con unos hijos que parecen más parte del castigo de Sísifo y otra con los problemas asociados a ellos. Si logran reunir a este reparto de nuevo espero que den rápidamente luz verde para una serie.

Por contra Our Ex Wife (UK) es una vieja serie de hombre entre dos mujeres -su actual esposa, su ex- en la que parece que encuentran todos mucho solaz en que uy, la ex qué loca. Y en la falta de redaños del protagonista para básicamente cualquier cosa. A veces me sorprenden los procesos selectivos de los canales.

Con Quarry (USA) se nos ofrece una experiencia similar a la de Vietnam. Tanto por estar localizada a principios de los años setenta y seguir a dos veteranos que no encuentran su hueco en la sociedad norteamericana del momento como por lo que toca soportar. Adaptación de una novela de Max Allan Collins, un autor apropiado para ofrecer forraje, tenemos un poco de todo lo que puedes imaginar que hay en una serie de veteranos, fuerzas del órden corruptas, muertos y blablablalba. Poca imaginación, poca ruptura.

Me resulta complicado hablar del piloto de Queen Sugar (USA) porque lo que tengo que decir de ella es, muy sinceramente, poco ortodoxo: Saltaos el piloto. Vale, sí, el piloto establece quienes son los personajes, sus conflictos y blablabla. Pero lo hace TAN lento, especialmente al inicio de un capítulo con unos primeros 25 minutos que parecen pensados para que te vayas a cualquier otra serie. Y no solo eso, resulta que todo lo que van es poniéndote las fichas para lo que ocurrirá al final de ese capítulo que es, en realidad, el principio de la historia. Vale, está basado en un libro y esta es parte de la manera de establecer series que son menos -digamos- episódicas y más parte de una historia en arco. Pero ese primer capítulo es de los que hacen pensarse la necesidad de ver la serie. Y, sin embargo, una vez comienza la parte interesante de la historia, aquella que le da su título y que parece más capaz de crear y llenar nuestras expectativas… es decir, cuando pasamos al segundo capítulo, pese a que sigamos encontrando aquí y allí escenas estiradas y sobre utilización de los momentos en silencio y e las melodías como texto/subtexto/exposición al menos tenemos ya una trama a la que agarrarnos. Espero que el resto de capítulos sigan por la senda del segundo. Pero ya sabéis, si no os importa empezar con la premisa ya establecida estamos ante una serie en la que es casi mejor empezar por el segundo y luego rellenar con el primero. Todo ello sin apartar mucho el dedo del botón de avance rápido. Si me aceptáis la sugerencia.

¡Otra agradable sorpresa! No salgo de mi asombro. Pero resulta que Speechless (USA), aún cuando la mayoría de sus personajes puedan reducirse a estereotipos más o menos conocidos y estén más ocupados creando un entorno a partir del cuál continuar la serie, funciona y funciona bien. Quizá sea por los actores. Quizá sea por la manera en la que se estructura la historia buscando no empatizar o antagonizar con ellos sino, simplemente, comprenderlos. La serie rehuye el sentimentalismo al que podía haber apelado con facilidad y, en su lugar, está más ocupada en destacar de manera ligera las hipocresías que en lanzarse a la autocomplacencia. Tengo muchas ganas de ver cómo sigue.

Quizá el más desastroso de todos los programas de esta semana, Tracks (USA) demuestra la dependencia de Spike de Lip Sync Battle pero, sobre todo, la incapacidad del canal para realizar un buen concurso de una premisa interesante: Las canciones están compuestas de diferentes pistas y la forma de entenderlas y separarlas pueden servir para un buen entretenimiento. Lamentablemente ni la mecánica ni la construcción de las rondas -no digamos ya la forma en la que los concursantes se enfrentan a ellas- logra destrozar la buena idea original haciendo que unos y otros parezcan meros juguetes del destino en un momento en que cualquiera puede ganar y esas ganancias sirven de bien poco. Quizá si el canal le da una vuelta a sus reglas aún puedan sacar un buen concurso de ahí, pero la verdad es que dudo que sean capaces.

Terminamos con otra de las nuevas series, una no tan brillante como Motherland pero al menos agradable: We the jury (UK) depende más de sus actores que de su guión y los altos no siempre tapan los varios bajos -por cliché o por fallar el tiro- de su humor, pero al menos presenta un buen puñado de actores y una trama que podría llegar a tener cierto interés. Sobre todo es un entretenimiento agradable, pero no sé si eso será suficiente para que la BBC le dé una oportunidad. Yo no me opondría, pero tampoco es mi primera candidata del grupo.


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