¡Pilotos Deathmatch! Hudson & Rex, What We Do in the Shadows y más…

Empezamos esta semana con Abby’s (USA), que es la clasiquísima comedia de bar que los americanos llevan haciendo toda la vida. Con su público en directo y el resto de la pesca. Por supuesto hay veces que la cosa sale mejor y otras que sale peor. Y esta no es precisamente de las buenas. tiene un reparto magnífico, eso sin duda, pero de los chistes antiguos se puede sacar algo solo un número limitado de veces. (Morales intentando preparar un mojito sin poder usar las manos puede ser un gran ejemplo, sobre todo porque la edición destruye el ritmo que ella parecía estar dándole). no digamos ya cuando parece que ha tomado sus ideas de lo que es humor viendo lo más rancio de entre lo rancio, entre la escatología y los porrazos. ¡Que alguien le de a Natalie Morales una serie en condiciones!

Hablando de cosas que parecen haberse quedado viejas demasiado pronto, no sé yo sí Dead Pixels (UK) va a soportar muy bien el paso del tiempo teniendo en cuenta que ya hay chistes que hemos visto mil veces. Y que muchos de ellos no tenían gracia ya entonces. Pero bueno, un grupo de personajes más o menos patéticos y sus aventuras dentro de los juegos on-line de multijugadores y sus vidas. Porque seguro que a alguien le hace gracia ese tipo de cosas.

Por extraño que parezca Hudson & Rex (CA) logra demostrar que las adaptaciones sirven para algo. Concretamente, para cambiar las obras originales. Parece mentira -al menos yo estoy muy sorprendido- de que alguien pensara que era buena idea traer de vuelta en Canadá Kommissar Rex, es decir, la idea en sí no es mala. Pero no es una serie tan sencilla de hacer como parece. Y precisamente eso es lo que ocurre aquí, que nos presenta un piloto que parece sacado de un policíaco canadiense al uso al que han metido a patadas a Rex. Tan a patadas que la mayor parte del tiempo está ajeno en su propia rama de la trama, fuera de investigaciones e interacciones. Y, claro, ¿para qué meterte en una de estas si luego le sacas tan poco uso? No digamos ya la manía de los grupos numerosos o una música machacona de tensión que casa mal con el tono ligero que la serie original solía tener la mayor parte del tiempo y cuyo orden ahora parece haberse invertido.

Aunque el ejemplo perfecto de la canadiensidad de hoy la trae The Murders (CA), serie que parece haber hecho el reparto con las sobras de todos esos secundarios que trabajan para USA y ahora mismo no tienen ningún papel regular. La parte policíaca funciona como siempre en las canadienses -es decir, regular tirando a pocho- y la intriga está menos por estar que por inevitablemente ser. Así que supongo que está pensada para ponerla de fondo mientras haces otras cosas.

Empiezo a sospechar que en Netflix aprueban las series basándose solo en una premisa y muchas buenas intenciones. Porque esta Osmosis (O) (FR) podría tener un buen resumen en tres o cuatro frases que merecieran darle una oportunidad. Pero luego te pones a ver lo que están haciendo y no sólo es una oportunidad perdida que llega a usar algunos de los tropos más lamentables de la ciencia ficción, también es la demostración de que la persona encargada del fantástico en el streaming anda con un par de décadas de retraso con lo que se está haciendo en la actualidad. Que ya sé que no se puede obligar a nadie a pertenecer a su tiempo, pero a cada nuevo estreno que nos llega parece que el servicio está por detrás de lo que han ofrecido no ya los canales de cable sino, incluso, las televisiones generalistas.

Hablando de cosas antiguas, el estreno de Tacoma FD (USA) nos trae a un par de Super Troopers de Brooken Lyzard para hacer básicamente lo mismo. Creo que hasta tienen el mismo número de mujeres en el equipo. Pero esta vez ¡son bomberos! ¡Un mundo nuevo se abre ante ellos para mantener el mismo estilo de humor! En fin.

Terminamos la semana con What We Do in the Shadows (USA), que es una adaptación de la película a serie que la adapta al mercado estadounidense a base de meter actores ingleses a partir de la obra neozelandesa original. Ya, yo también. Cambian algunas ideas -y diría yo que todo el reparto- pero aprovechan bien tanto su reparto como el humor de la original, permitiéndose algunas divergencias con el original que hace que los espectadores de la primera puedan sorprenderse con alguna cosa en esta. Supongo que sin conocer la película original ganaría aún más, pero está claro que es un estupendo estreno.


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