¡Pilotos Deatmatch!

La prueba de que Joel McHale no aprendió nada de The Great Indoors llega con Animal Control (USA), que además de ser la serie menos diversa que ha protagonizado es también la más aburrida. Y tiene mucho mérito. Porque The Great Indoors tela. Es de suponer que alguien quería hacer Brooklyn Nine-Nine pero con el clásico capullo de McHale como protagonista y sin tener que preocuparse por el impacto de la policía. Es decir, de lo que hace la policía, sale en las noticias, y luego la gente se siente menos cómoda viendo tu programa e incluso se niegan a trabajar en él. Lo que quizá explique la falta de… Bueno, da igual. Que un aburrimiento y que en circunstancias normales esto no llegaba a 13 capítulos. Pero, claro, la normalidad ya no es lo que era.

Si eres fan del modelo Joven tiene que ir a vivir a un internado en el que le suceden hechos que la cambiarán para siempre te gustará Bad Behaviour (AU), todos los demás -especialmente los que esperen que en el internado ocurra algo que la saque del drama y la acerque a algún género como criminal o fantástico- mejor que se dediquen a…  bueno, a otras series.

Es una pena que Better (UK), lo nuevo de Jonathan Brackley y Sam Vincent (que vienen de Spook y Humans) para la BBC, tenga dos problemas que hacen que lo mejor esté en el centro como si fuera un sándwich, porque si no estaríamos ante una interesante recomendación. Pero por mucho que vaya mejorando según avanza el piloto llega un momento en que la duración del capítulo se me hace excesiva y sigue sigue sigue. Quizá es que estoy mayor. Por otro lado, el principio no es gran cosa. Muy genérico, mucha información puesta por medio. Blablabla. Pero, claro, llega un momento en que el infodump y los clichés han sido superados -menos mal- y comienza la historia interesante. La parte buena es que lo mismo para la semana próxima lo que tenemos es lo de en medio. Aunque, la verdad, espero que no se me haga tan largo.

El visionado del piloto de División Palermo (O) (AR) me ha llevado a enfrentarme a profundas cuestiones. En general variaciones de: ¿Es que carezco de instinto de conservación o por qué sigo viendo esto? Pero he sido capaz de llegar hasta el final de esta mezcla barata de Loca Academia de Policía y Fuga de Cerebros, desubicada, carente de gracia, incapaz de ser siquiera ofensiva más que para la reputación de los en ella envueltos y claramente pensada a mayor gloria de su creador, por un motivo concreto: Para impedir que a nadie más se le ocurra ponerla. Netflix, haz lo tuyo.

Una serie futurista que resulta poco creíble en su futuro pero, sobre todo, nada creíble en su presente. Que Dziewczyna i Kosmonauta (O) (PO) juegue a usar dos líneas temporales y una sea 2022 puede tener más o menos sentido, el problema llega cuando es un 2022 en el que el gobierno polaco colabora con el ruso tranquilamente y en el que los coches nuevos llevan lectores de casetes.  En realidad la parte central -una especie de pseudointriga sobre un astronauta que reaparece tras treinta años- quizá estaría bien, pero me temo que ni la parte de ciencia ficción ni el melodrama acaban de funcionar, así que se queda solo en que, comparada con otros estrenos de la semana, al menos esta no lleva a cuestionar la necesidad de ver ficción.

Supongo que en The Gold (UK) la BBC decidió tomar Decisiones y, bueno, a mí no me funcionan. La idea de que parezca una especie de teatrillo de época, no exactamente docudrama pero con un aspecto muy lejano a una ficción de época habitual, con unos pelucones y unas pintas claramente falsas y mucho Basado en hechos reales… En fin. La historia en si es interesante, pero precisamente por eso se ha contado varias veces así que… bueno. Qué necesidad.
Supongo que  Hello Tomorrow! (USA) estaba pensado para recuperar aquel estilo de la ciencia ficción de los años ’50. Pero desde una visión actual. Lamentablemente parece que es lo que la actualidad pensaba de los años 50, así que tenemos una especie de fantasía masturbatoria de señores blancos de mediana edad y clase en la que nada es realmente interesante. La excusa espacial o los robots son la manera en la que nos intentan vender la misma serie de fracasados y pícaros de siempre. Y lo único que puede destacarse es precisamente esa decisión de usar diseños retro. Todo lo demás es el peor dondrapismo de la ciencia ficción de la época.

Veo este Horario Estelar (O) (MX) y -además de no ser capaz de reconocer a Óscar Jaenada afeitado- me pregunto para qué convertir en serie lo que con una peli de tarde daba de sobra. Porque tampoco es que parezcan querer contar mucho -o nada- más. Un tipo en el centro del huracán y acostumbrado a ello tiene una relación ilícita con la mejor amiga de su hija, pasa una cosa y él comienza con la ordalía de gestionar sus dos caras, la pública y la privada. Un punto de partida que ya me daría pereza de normal y que aquí parece más un reto personal por ver cómo de idiota puede ser el protagonista que por construir una historia a su alrededor que haga querer saber más de lo que pasa. En fin, de todo tiene que haber.

Es la primera vez que veo una serie que comienza diciendo que está basada en hechos reales y que cualquier parecido con gente real es pura coincidencia. Supongo que porque Last King of the Cross (AU) es una de esas historias de empresa criminal y bajos fondos, que no diré que parece sacada de Underbelly porque fue literalmente una de sus temporadas. O spin-offs. O algo así. Y, claro, si sacas a un mafioso al que nunca se ha podido condenar por nada, y muestras a la policía cobrando sobornos, violencia -más- y sexo -menos- y esperas no acabar… no sé si enterrado en el desierto o siendo comida de los peces… supongo que esta aproximación parecerá razonable. De nuevo, no soy su público. Supongo que quien lo sea estará contento. Digo yo.

Solo un italiano pensaría en presentar una serie como feminista y sacar en sus primeros minutos a una mujer teniendo sexo con las tetas al aire. Y ponerla a defender a un acosador. La legge di Lidia Poët (O) (IT) hace ambas cosas, aprovecha cada oportunidad para sacar a mujeres desnudas -y algún hombre desenfocado para disimular- y además le dedica demasiado tiempo a una chorrada de caso. Podría haber estado bien. Pero no.

Como si fuera una serie de Nickelodeon, este Mila no Multiverso (O) (BR) enseña el plástico de fondo como si esperara que no fueras a fijarte porque suficiente hay con la trama -o la movida– que te están contando. Y el asunto es que esta historia de multiversos, ingenios y madres e hijas resulta lo suficientemente movida pero intrascendente como para servir a la función de servir de relleno un rato.

Supongo que la discusión de estilo y sustancia puede darse también en Marvel’s Moon Girl and Devil Dinosaur (USA), que es una serie muy bonita de ver, una de las más que he visto. Y tiene canciones -muchas, pero de esas ya no estoy tan contento- y procura presentar de la mejor manera los guiones. El problema, para mí, es que los guiones son… lo de siempre. Mucho cliché, mucha cosa a la que no le buscan las vueltas más que cuando se representan gráficamente… En fin, que el nivel de la animación está claramente lejos del de la historia. Eso sí, muy bonitas.

Si malo era lo de la italiana peor es lo de esta serie colombiana, esta La primera vez (O) (CO), que intenta vestir de nostalgia a lo que básicamente es… en fin. No sé quién pensó que sería buena idea sacar la divertida anécdota del chaval al que su padre lleva a un burdel con señoritas en cueros pero, de verdad, no. Sencillamente no.

No sé si prefiero que las comedias de influencers sigan siendo un desastre o que haya alguna que tenga éxito, lo que sí sé es que Sem Filtro (O) (BR) tiene muy pocas virtudes -colores brillantes, intencionalidad de romper con las cortinillas clásicas- pero prácticamente todo es un conjunto de malas ideas y peores ejecuciones.

Muchos son los problemas de Three-Body (O) (CH) empezando, supongo, por el libro que adaptaban. Pero, claro, si a eso le unes una extensión a 30 episodios -como si el libro no fuera lo suficientemente pesado ya-, y una narrativa lenta y torpe, con un grado de oficialidad que parece que la CCTV tenía un comité político supervisando lo que iban a venderle al mundo… Pues acabas con lo que parece el anuncio de algo (¿televisores? ¿trajes? ¿yogures?) más aburrido del mundo.


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