¡Que entre la pila!
– El misterio de la luna creciente de Valentine Williams, ed. SiruelaEn el escenario de entreguerras tenemos el escenario perfecto para un Murder Mystery: Un grupo de amigos ricos deciden ir a un retiro en las montañas. Un dramaturgo que vuelve de la guerra intenta progresar en su obra. Y el investigador Trevor Dene anda de vacaciones por la zona. Lo que significa, claro, que uno de los huéspedes muerte y que pronto comienza el habitual baile. En este caso, a la luz de la luna. Todo un clásico que se añade a la siempre interesante colección de novelas clásicas de detectives de Siruela.
– Solitario de Alice Oseman, ed. CrossBooks
La historia que presentó a Charlie y Nick, los protagonistas de Heartstoppers, aunque lo hiciera como secundarios porque aquí lo importante es la historia de Tori, la hermana mayor de Charlie, que se preocupa por todo, y también la historia de Michael, al que parece no preocuparle nada. Y también la web Solitaire. Pero todo eso es mejor leerlo, porque hay muchas maneras de hacer una historia romántica juvenil moderna.
– Casamante de Clara Sereni, ed. SiruelaUna novela en recetas, eso es lo anuncia este Casamante desde su mismo subtítulo. Platos caseros, historias y una mezcla de humor y drama en el que la autora cuenta su historia familiar, a través de la cocina y de las -mayoritariamente- mujeres que la iban habitando, entrelazando recuerdos y amor, expandiendo las familias y sus fuertes personalidades en un Siglo XX lleno de giros, problemas y enfrentamientos que muchas veces se aliviaban entre fogones.
– Una temporada en el alambre de John Feinstein, ed. Contra
Contra nos trae el mítico libro sobre baloncesto de John Feinstein en el que se se habla de la versión universitaria del mismo, siguiendo a Bob Knight y los Indiana Hoosiers y entrando en entrenamientos, viajes, reuniones privadas y, prácticamente, todas partes. Ofreciendo una mirada a las pasiones y presiones tanto como a la figura compleja del entrenador.
– El humor judío de Jeremy Dauber, ed. Acantilado
Jeremy Dauber hace aquí un repaso a una tradición cultural que va desde el inicio de su misma historia y atraviesa a autores como Sholem Aleichem, Isaac Babel o Franz Kafka, pero también a cómicos como los hermanos Marx, Joan Rivers o Mel Brooks hasta algunos más modernos como Sarah Silverman y Larry David. Un ensayo tan riguroso como divertido que nos habla de humor y cordura.
– Un crimen con clase de Julia Seales, ed. Lumen
Pese al cambio de título y portada -sobre lo que tengo muchas opiniones- aquí tenemos a Julia Seales con esa primera novela que intenta rendir homenaje a Christie y Austen pero que en realidad más que Christie es la Charlotte Pitt de Anne Perry, y a Austen le unen toques del gótico UK del S XIX. Aunque por encima de esto está un magnífico sentido del humor y un desparpajo para manejar la novela a ratos como una película o una aventura gráfica, dejándonos no solo satisfechos, también con ganas de más. Aquí estaremos esperando.
– Los Tambores del Dios Negro de P. Djèli Clark, ed. Obscura
Una obra de steampunk de P. Djèlí Clark localizada en las calles de Nueva Orleans, con aeronaves contrabandistas, diosas africanas y un científico haitiano. Una novela de aventuras con una mezcla de culturas.
– La reveladora de Daryl Gregory, ed. Blackie Books
Una nueva obra de Daryl Gregory dentro de un fantástico familiar, pero sobre todo de un cierto tipo de terror en el que las mujeres de una familia van pasándose las confidencias de una extraña capilla en la que se pueden encontrar con algo oscuro, y en la que la muerte de su abuela lleva a una joven a tener que volver al hogar para luchar por su prima pequeña.
– El último juramento de Freya Marske, ed. VR YA Misterio, magia y romance. Una desaparición sospechosa, un mundo mágico oculto y un baronet que se encuentra metido en mitad de una trama con el único apoyo de un mago de segunda que le resulta antipático, al menos en un principio.
– La reina legítima de Zen Cho, ed. Duermevela
Una nueva historia en esa Inglaterra de la regencia pero con magia de El hechicero de la Corona. Volveremos a encontrarnos con Prunella, pero esta vez serán unas hermanas, unas jóvenes con una misteriosa maldición, y de nuevo con esa mezcla de fantasía e ironía propias de su autora.
– Más allá de la broma de Maite Carranza y Júlia Prats, ed. Alfaguara Juvenil
Es estupendo que el éxito del thriller juvenil -llamémoslo así- esté ayudando a que se produzcan tantas obras. Aquí, por ejemplo, tenemos a dos autoras españolas que usan alguno de los recursos clásicos -la broma que sale mal, la venganza, el grupo de personajes típicos del instituto…- para construirla. Supongo que podemos darle una oportunidad.
– Truco o beso de Lucy Knisley, ed. Anaya
Segundo de los cómics juveniles de Knisley, aquí con la necesidad de enfrentarse a un nuevo colegio, los problemas en las relaciones entre hermanastras y, por supuesto, los que llegan cuando el interés romántico o sexual aparece a distintas velocidades. Sigue siendo una serie costumbrista y agradable. (Y nos seguimos preguntando cómo aguanta la madre a su nuevo novio).
– Quince días de Vitor Martins, ed. Kakao Books
Una historia de verano, amores y, sobre todo, cuerpos no normativos. Porque el joven protagonista de esta historia está gordo, como no dejan de recordarle los abusones de la escuela. Por eso su plan veraniego es quedarse encerrado en casa. Al menos hasta que se encuentra con que su vecino y crush va a pasar una quincena conviviendo con él porque sus padres han decidido irse de vacaciones. Mucho será lo que pase a partir de ahí, pero, sobre todo, una historia sobre la propia aceptación.
Nos leemos.