Vamos con otra semana de más estrenos que sentido común. Al menos en esta hemos visto mundo porque, por ejemplo, lo mejor que puedo decir de Blood & Water (O) (SA) es que es sudafricana. Aunque no lo parezca en absoluto. Es el problema de hacer fotocopias, que luego las obras transcurren en sus países como podrían haber pasado en el cobertizo de villatelevisiva. En fin. El caso es que se usa de cebo un misterio más Lifetime que otra cosa, pero al final lo que tenemos es la enésima serie juvenil de calidad discutible y destable a penas como relleno. Me pregunto durante cuánto tiempo seguirán con estas cosas.
Está curioso este Chichipatos (O) (CO) que no es ni de lejos muy original pero sí que está hecho con suficiente cariño como para que tanto lo anticuado de los arquetipos como el estar -otra vez- con una Empresa Criminal como centro de las historias de Netflix, acabe siendo uno de sus estrenos más notables de la semana. Al final es el retrato amable de sus personajes, empezando por su desastroso protagonista, y no el fantástico o el ‘policial’ el que hace que, con todos sus problemas, se acabe teniendo interés en sus andanzas.
Esto en muchas partes se llama solo Bruh, pero creo que es mejor llamarlo Tyler Perry’s Bruh (USA) porque así por lo menos vas advertido desde el principio. El contenido es exactamente el que puedes imaginar, cuatro amigos en diferentes mundos profesionales que tienen sus historias y que blablabla. Lo típico que hemos visto mil veces en señores blancos (se me ocurre una docena solo en TBS) y que aquí es… bueno… igual de mediocre. A ratos parece grabada con las calidades de una producción juvenil de pequeño nivel. Un espanto. Y peor aún, un espanto esperable.
Resulta interesante esta Betty (USA), la primera de las novedades de esta semana que derivan de una película, en este caso de Skate Kitchen, una película que ya creara Crystal Moselle y en la que participaron sus cinco protagonista. Si digo que la serie va de un grupo de jóvenes que intentan mantenerse en el mundo del skate neoyorquino posiblemente solo daré una valoración general del trasfondo, porque lo cierto es que con su estilo pseudo-documental y su enorme empatía con los personajes demuestra que se pueden hacer más historias sobre jóvenes que dramas de instituto. El tono general es muy de aventuras adolescentes y todo lo que va añadiéndose en cuanto a la raza, sexualidad o género por parte de las protagonistas de esta historia son añadidos que suman a una historia general. Así que una serie que ni por ambientación ni por temas parecería tener nada que pudiera interesarme me logra ganar gracias a su corazón y estilo. Que, al final, es lo que hace falta.
A estas alturas sospecho que ya habéis notado que ha sido una semana más que movida en los estrenos de Netflix. Si, además, hubieron logrado una calidad media… En fin. Esta vez toca la que realmente ha sido su gran apuesta internacional para la semana: Into The Night (O) (BE) Una especie de drama de corte pseudofantástico belga que si tiene que recordar a algo me temo que es a las películas de la SyFy en su globalidad (más Airplane vs. Volcano que algo medio digno como Altitude, también os diré) y a la miniserie de Langoliers en su centro. No diré que la culpa total sea de la novela polaca que adapta porque la tontería de «hay que huir del sol» es más habitual de lo que parece, pero entre que de aquella había poco que rascar y que lo que hacen con ese poco es, en el mejor de los casos, pura rutina acaba teniendo un resultado que se quiere thriller psicológico de personajes con un fondo fantástico y que suena viejo desde incluso antes de que empiecen con las tonterías. Vale, no llega al nivel de aburrimiento y catecumenismo de Left Behind, pero cuando tu referente más cercano es Turbulent Skies y no para mejor… Espero que los belgas tengan mejores ideas para sus próximas series.
Ha sido una de esas semanas. Así que es normal que empecemos con un documental como Circus of Books (USA), que habla -desde un punto de vista que demasiadas veces parece más un vídeo pensado para poner en las bodas de oro que un intento de analizar algo- de una librería, su importancia para el movimiento LGBTQUIA+ o y -sobre todo- de la distribución (y más) de Porno Gay. El resultado es más interesante por lo que tiene en su centro que por lo que logra contar pero quizá por eso mismo es lo suficientemente interesante.
Todo esto de Spides (USA-AL), que a ratos puede parecer una mezcla entre Atmosfear y película de The Asylum, lo más entretenido que tiene es la historia detrás. Creación de autores alemanes que no encuentran financiación en su país y llegan a un acuerdo con SyFy que les hace rodarla en inglés para, al final, que acabe siendo estrenada primero en Alemania y luego en España y ya veremos si acaso algún día en USA. Cosas que pasan. En fin, al menos resulta curioso de ver, aunque a ratos parece creada teniendo ya en mente a SyFy.
Empieza otra semana y seguimos teniendo novedades en Quibi, supongo que aún nos quedan unas cuantas semanas de que eso pase. De momento han sacado la obra de Sam Raimi 50 States of Fright (USA) que se encarga de producir y que también dirige la primera de las historias, loncheada en tres episodios. Lamentablemente solo hay un par de pinceladas de Raimi en todo esto, la historia no tiene muchas vueltas, los personajes son tirando a casi monodimensionales y la trama se ve venir desde Alaska y siguen sin sacarle el partido a los dos formatos de visionado. En fin.
Tradicionalmente Semana Santa es una semana tranquila en lo que a novedades televisivas se refiere. Pero, claro, alguien decidió que era un gran momento para lanzar Quibi y ahora estamos aquí, con más de una doce de novedades. El maravilloso mundo de las plataformas digitales. En fin.
Pero empezamos con Netflix que por supuesto que ha tenido estrenos también. Concretamente The Big Show Show (USA), una especie de adaptación a comedia noventera de la verdadera falsa vida de Big Show. Que está encantador pero que no logra quitar la sensación de irrealidad de serie juvenil que rodea a todo esto. Supongo que si te van cosas como Padres Forzosos y la WWE es tu serie. Un nicho de mercado, sin duda.
Empieza el mes con avalancha de series. Y ya si fueran interesantes no os digo nada. Empezamos con un antiguo agente de la DEA que necesitado de relax decide retirarse a Filipinas, que por lo visto está muy tranquilo aquello sobre todo en el tema de drogas, para llevar la tienda de regalos de un hotel de lujo. Ya, bueno. Y si estáis apostando que los problemas le iban a seguir en este Almost Paradise (USA) ya estáis viendo por donde tira esta serie genérica de pseudopolicías pensada para rellenar una tarde o que un canal pueda emitirlo durante todo un día sin emitir dos en orden.