¡Libros que Salen! Jenkins Reid, «Me insultan y yo les tiro un beso», Bermejo y más

¡Que entre la pila!

Atmosphere de Taylor Jenkins Reid, ed. Stefano

Los éxitos de Taylor Jenkins Reid -como Los siete maridos de Evelyn Hugo o Todos quieren a Daisy Jones– han abierto lo suficiente su público como para que veamos normal que este libro se centre en el centro de las misiones españoles de los años ’80. Astrofísicas, pilotos, especialistas, ingenieras y más de las personas cuyas vidas entrelazadas y amores se recortan contra el propio universo. Otra cosa es esta decisión de que la primera edición salga con tapa dura y cantos pintados.

Conocerlo es amarlo. Las entrevistas de Cairo de Victoria Bermejo, ed. Efe Eme

La revista Cairo fue una de las de referencia para el cómic en aquel inicio de los años ochenta, con una apuesta por la línea clara tanto como por la modernidad. Y allí se publicaron estas entrevistas, a los colaboradores de todo aquello. Es cierto que hablamos de entrevistas con más de cuarenta años, pero también que la gente a la que se le hacen son poco menos que la plana mayor de lo que en España hemos tenido en el género: Coll, Daniel Torres, Gallardo, Guillem Cifré, Ignacio Molina, Micharmut, Mique Beltrán, Montesol, Pere Joan, Ramón de España, Roger, Sento y Tha. Así que ojalá una continuación con entrevistas a los responsables sobre lo que significó poner en marcha el proyecto o colaborar con él. Pero de momento va a salir este libro, que también es una opción interesante.

Me insultan y yo les tiro un beso de VV.AA., ed. Bellaterra

Las infancias y adolescencias queer tienen unas vivencias propias, a partir de vínculos, deseos y resistencias, bien por lo que se muestra, lo que se esconde y lo que se vive por ambos motivos. De ahí que este conjunto de vivencias, reflexiones y comentarios sirve para mostrar todos esos puntos de vista que reivindican una infancia, adolescencia y juventud en las que no se vean amenazadas estas disidencias por la normatividad. Y es que hay muchas experiencias y todas merecen respeto.

Loch Down Abbey de Beth Cowan-Erskine, ed. RBA

Es evidente que la autora pensó que hacer un ‘cozy crime’ en el entorno de no-qué-va-a-ser-esto-la-serie era una buena idea, aunque sea solo porque rápidamente entendemos que son las vidas de los de arriba y abajo las que estarán centrada en esta muerte misteriosa, la investigación extraoficial y las descripciones de la casa. Sobre todo mientras los de arriba parezcan no hacer nada y los de abajo estén siempre atareados.

La conspiración del circo Moscardi de Edward Maston, ed. Alma
Peón de combate de Edward Maston, ed. Alma

Alma recupera -casi diría que ‘recuerda’- las dos series que abrió de Edward Maston, sus ‘cozy crimes’ históricos -aunque estén dentro del paraguas de Crimen y Misterio. En fin. En este caso con la segunda novela de la saga de El Detective del Ferrocarril (que es en realidad es la 14 de la saga, dado que la anterior fue la 13 al menos algo mantienen) en el que un descarrilamiento cerca de un circo y un cadáver en el bosque lanzan una investigación que indaga si se ha tratado de un sabotaje, de un asesinato o de qué. En cuanto a la saga de Detective en tiempos de guerra, ambientada en la primera guerra mundial, en esta segunda novela -que lo es- de la saga nos encontramos a un grupo de jóvenes que se han rebelado contra la ley de reclutamiento. Uno de ellos aparece asesinado. Y, por supuesto, toca tanto investigar como hablar de la guerra. Lo esperable en estos casos. Y eso se puede aplicar a todo.

Capturo el castillo de Dodie Smith, ed. Trotalibros

Screenshot

Editado hace un par de décadas en Salamandra como El castillo soñado, este clásico juvenil de Dodie Smith con una familia que, digamos, se encuentra inmersa en una variación de la vida bohemia, habitando un castillo destartalado y sin tener muy claro qué hacer ante la falta de dinero. Por supuesto no es lo único que sucede porque la posesión del castillo y varias vivencias harán que esta historia -encantadora en su mayoría pero también quizá propia de su contexto- se convierta en su propio tipo de clásico británico. Muy británico.

Paracuellos (Edición total) de Carlos Giménez, ed. Reservoir Gráfica

Quizá os sorprenda, pero este es el recopilatorio con todas las partes -las antiguas, las nuevas- del cómic Paracuellos de Carlos Giménez, sobre unos chavales en el Auxilio Social de la postguerra. Reunido en un único volumen ideal para regalar a los que os pregunten: ¿Y Paracuellos qué? Pues aquí está, recopilado.

El Gran Lobo Feroz investiga los cuentos de hadas de Catherine Cawthorne y Sara Ogilvie, ed.Picarona

Un curioso álbum este, porque tenemos al Gran Lobo Feroz como protagonista. Primero contando algunos de los cuentos clásicos, a su manera, en un par de páginas. Y en el par de páginas siguientes ‘comprobando‘ los hechos científicos, dando datos y haciendo observaciones más o menos burlonas. De esta manera no solo responde a los porqués que puedan tener sus jóvenes lectores, también anima a reflexionar y muestra otro punto de vista. Además de unas divertidas ilustraciones de Sara Ogilvie como acompañamiento.

Picopaco de MocculereMojca Novak, ed. SM

La eslovena Mojca Novak, también conocida como Mocculere, presenta en este álbum ilustrado sobre un pájaro carpintero, las casas que construía y cómo servían no solo para vivir, también para construir una comunidad tras una gran tormenta. Una historia encantadora con un dibujo a la par.

Nos leemos.


Comenzamos el repaso semanal con esta Chespirito: Sin querer queriendo (O)(MX) que intenta ofrecer una aproximación a su figura central compensando con la cercanía y el deseo de convertirlo en algo entrañable el, a la vez, no querer obviar algunas partes… más que ‘oscuras’ creo que diré ‘menos claras’. Y, sobre todo, una organización temporal un tanto complicada de justificar en la que vamos a saltos delante y detrás de la línea temporal sin acabar de tener claro qué es lo que se pretende con ellos. Voy a suponer, y me parece mucho, que ofrecernos miradas a personas y personajes de la etapa más conocida de Roberto Gómez Bolaños -la de El Chavo del 8 sobre todo, pero también de El Chapulín Colorado– para que así el resto de la historia -su paso de trabajar en una fábrica de tornillos a vivir de escribir, su llegada a la televisión como ‘guionista’, sus historias familiares y amorosas- que son el centro de esta historia que nos cuentan, nos ‘molesten’ menos. Es una decisión peculiar porque entiendo -y, de nuevo, quizá es mucho entender- que si te pones con una biografía -basada, además, en la autobiografía del personaje central- lo que probablemente te esperes sea ese orden cronológico que pueda empezar en cualquier momento, antes que tanto ir y venir. Pero bueno, vamos a asumir que este es un trabajo hecho desde el amor -que, desde luego, lo parece- y lo que no han sabido bien es cómo organizarlo, aunque sí transmitirlo.

Primero lo negativo, no me puedo creer que alguien use un formato de 90 minutos para un episodio piloto que no sea un telefilme. Porque este Gusboi (O)(CS), o 굿보이 o Good Boy o Un chico ejemplar o, te deja a medias después de noventa minutos, en mitad de un ‘gran enfrentamiento’. Más allá de eso diré que es una idea peculiar -casi parece sacada de un webtoon- que, sin embargo, logran sacar adelante. Una serie de policías con un pasado como medallistas olímpico, cada uno con sus vidas y contextos, y una cierta sensación de ser perdedores a los que usan con finalidad promocional o incluso menos. Por supuesto hay una variedad de registros, el protagonista -el único con una medalla de oro- era boxeador, la chica barra el interés romántico (solo hay uno en este grupo de cinco, por supuesto) era tiradora, el rival hacía esgrima -estos dos tienen medalla de plata, por supuesto-, y los dos complementarios que son casi secundarios cómicos hicieron lucha y lanzamiento de disco -y, obviamente, fueron medalla de bronce-. Pero así logran un poco de cada. Y organizan lo que realmente les interesa, la parte policíaca, llena de tramas y personajes pero con algo claro que no dudan en pasarse los primeros quince minutos desarrollando -y luego cada vez que tienen una oportunidad- y que es: La policía en Corea del Sur es MUY corrupta, inepta, llena de chanchullos, más ocupada en su propia supervivencia que en hacer su trabajo, y CORRUPTA. Dos por hecho que habrá algún arco que acabará ‘limpiando a los malos’, pero puede ser una de las series policíacas más empeñadas en dejarte claro que la policía no está limpia que se me ocurren. La verdad es que también parece una película reconvertida a serie, pero bueno, que es una buena serie pese a seguir los estándares habituales de la narración surcoreana y, especialmente, tener esos capítulos interminables.

Otra serie surcoreana, Gwangjang (O)(CS) o 광장 o Mercy for None o Sin piedad para nadie o…,pero esta vez de unos 45 minutos. Menos mal. Se trata de una serie de… bueno, el centro es una organización criminal -o varias, según se mire- pero la verdad es que son los momentos de… llamémoslo ‘acción’ los que le da algo de variedad e interés. No todos igual de bien o de logrados, pero al menos no es solo las quejas y luchas habituales. No es, la verdad, ninguna cosa del otro mundo, ni la trama general – el ex-miembro de una pandilla reconvertida en empresa (que abandonó haciéndose a propósito una grave lesión) regresa a las calles tras la muerte de su hermano, decidido a vengarse de los responsables. El problema es que detrás de esto hay toda una trama de intereses y corrupciones empresariales, políticas, policiales y -por supuesto- de bandas. Este sí que seguro que fue un webcómic, pero, como digo, para tener de fondo sirve.

En algún momento alguno de los fachas de Great American Pure Flix pensó que lo que hacía falta era un Barrio Sésamo que no fuera diverso, inclusivo o enseñara valores. Quiero decir, que no enseñara los de la compasión, la igualdad o la variedad. En su lugar hacía falta un contra-programa, algo así como Barrio Gentifricado en el que solo hubiera blancos, cis, heteros, católicos, y lo que se nos vaya ocurriendo. El tipo de programa que puedes ponerle a los niños cuando vuelven de los maristas y quieres que se sienten, pero ellos se niegan. Total, que todo este espanto acabó dando lugar a Iggy and Mr. Kirk (USA), que podría haber sido un creppypasta, pero no tenemos suerte y existe de verdad.

Asumiré que parte del problema es mío, porque Pushers (UK) parte de un especial para la iniciativa llamada Comedy Blaps en la que se presentaban distintos cortos, pilotos o lo que fuera, con la idea de que si lograban reconocimiento e interés se pudieran sacar las series. Dentro de esto se encontraba Disability Benefits, sobre una mujer con parálisis cerebral a la que el recorte de ayudas lleva a crear un… vamos a llamarlo pequeño imperio de la droga. Por supuesto todo desde un humor centrado en que la gente con discapacidad suele ser o mirada desde la condescendencia o desde la invisibilización, lo que les permite en teoría organizar esto. Pero que rápidamente desciende al humor más burdo, incluido el escatológico, para intentar… no sé, supongo que hacer reír. A mí no me ha hecho ninguna gracia pero, de nuevo, puede que sea culpa mía. Al menos en parte.

Parece que no hay más trailer.
En lo que parece ser llegar en mitad de una serie de novelas, esta Sara – la donna nell’ombra (O)(IT) adapta una obra de misterio, con bastantes agentes secretos sin que parezca que la trama principal los necesita, con una mujer -antigua agente- que busca respuestas sobre la muerte de su hijo. A veces da la sensación de que Netflix ha optado por este tipo de obras en lugar de por películas contando lo mismo porque así tiene a su público más tiempo enganchado, no tanto porque la historia lo requiera. Porque lo cierto es que en este caso termina el piloto y queda la sensación de haber rascado solo lo que se supone que nos quieren contar. Que para las, digamos, primeras páginas de una novela puede estar bien, pero para el piloto de una serie… pues en fin. Ah, eso sí, nos encontramos por segunda vez en poco tiempo con una investigadora cuya mayor diferencia es que puede leer los labios. Aquí mucho menos creíble que en Code of Silence, también os diré. Pero bueno, eso, más miniseries para acompañar la plancha. De ropa o de oreja.

El espanto este de Stick (USA) tiene todos los problemas y tics que llevan años con Owen Wilson protagonizando o co-protagonizando cosas… sin llegar a tener éxito nunca. Y es que intentar vender otra vez más la historia de un perdedor que era muy bueno hasta que tuvo un problema y entonces la gente no quiso confiar en él y él perdió lo que le hacía bueno y blablabla… en fin, no. Menos aún teniendo en cuenta tanto el contexto del actor -que ya podría haber optado por una aproximación más directa si esto fuera el problema- como los modelos dentro de la narrativa clásica de perdedor con bla encuentra un grupo / persona al que está convertido de poder convertir en ganador. Supongo que en Apple habrán tenido en cuenta tanto de quién es amigo como lo bien que les haya podido ir en este tipo de obras, pero… no. Claramente no. Ni es divertida, ni logra la emoción de una película de Hallmark, ni parece que ese otro jugador joven le interese lo más mínimo a la historia. Es sorprendente el número de lecciones que podrían haber sacado de los miles de historias similares que hay como para encontrarnos metidos en esta cosa a mayor gloria de alguien que no parece entender más que la autocompasión.

Casi podría copiar lo dicho antes sobre la serie italiana en este australiana, porque Netflix saca otra de sus series (¿mini-series?) de misterio con The Survivors (AU) y aunque la trama sea distinta el fondo es el mismo. La trama aquí es que un relativamente-joven vuelve con su mujer y su hijo recién nacido -más o menos- a su pueblecito. En el que años atrás estuvo envuelto en una muerte misteriosa. Ahora se encuentra viendo cómo han cambiado las cosas, reconectando, intentando que su mujer se sienta bienvenida…. blablabla. En esas aparece una joven que quiere investigar esa muerte. Como las cosas funcionan como funcionan es casi inevitable que tengamos un nuevo cadáver, que todo parezca precipitarse y que, por supuesto, el tipo en el centro se encuentre… pues la verdad es que tampoco lo veo claro. Lo cierto es que si la mujer fuera la protagonista creo que la historia ganaría. He ido a mirar y Jane Harper es la autora del libro, así que supongo que será otra de las veces en las que le aplican el rodillo a sus libros para que entren en este molde que, como digo, es el problema. Demasiados capítulos para poca trama, reiteraciones, subrayados, nada que destaque, más pensado para tener de fondo que para prestarle atención porque si le prestas atención acabas desesperándote.

Es sorprendente encontrarte series de animación como esta Wylde Pak (USA) en la que la animación es lo que mejor funciona pero los guiones parecen haber pasado por algún tipo de turbulencias internas y ahora mismo es complicado explicar qué es lo que está pasando. No porque no se pueda explicar con cierta sencillez -una niña espera pasar un gran verano liberando una habitación de su casa para convertirla en su centro de videojuegos, en lugar de eso se encuentra con la llegada de su hermanastro que la ocupa- sino porque todas las decisiones parecen erróneas todo el rato. Los dos hermanos parecen tener la misma edad pero nadie se molesta ni en explicar eso ni en explicar exactamente el follón familiar en el que andan. Igual que no se explica el negocio de mascotas de los padres o por qué ocupaba una habitación de una casa familiar, no digamos ya por qué la niña necesitaba dos habitaciones, la suya y la de los videojuegos. La aparición del hermano -que debería d ser considerado también el co-protagonista aunque la propia serie no parezca considerarlo así aunque, a la vez, le dediquen mucho espacio- resulta igual de confusa. Es decir, se nos explica -y muestra- cómo estaba viviendo con su madre hasta ese momento en el que decide -la madre- que es muy peligroso lo que llevan una cantidad indeterminada de años haciendo -sin decirnos cómo estaban antes- y… en fin, que sí pero no. Posiblemente el piloto sea el peor capítulo, porque está claro a dónde quieren llegar, pero si no saben cómo llegar a las cosas… no me deja muy tranquilo sus capacidades como serie. En fin, ojalá saber más de la trastienda porque tiene pinta de ser mucho más interesante.


¡Libros que Salen! Walger, «Cabronazo», Kerrigan y más.

¡Que entre la pila!

León de Sonya Walger, ed. Muñeca InfinitaRelaciones paternofiliales entre una actriz y su padre, una persona que es casi un personaje, con un enorme pasado y carisma, una fuerza de la naturaleza. Ahora que ella misma es madre, y vive una vida también poco convencional como actriz, intenta comprenderle y comprenderse.

Cabronazo de Leah Hampton, ed. Dirty Works

Tras tantas voces masculinas diciendo versiones de lo mismo resulta interesante poder leer una voz femenina, muchas veces contrapuesta a las historias que nos han venido contando, y que logra aunar en ella la desesperación del la degradación rural con cierto humor y algo de esperanza en que las cosas puedan cambiar, haya un mañana mejor y la gente se entienda. Porque son las personas, sus problemas y su necesidad de comprenderse, las que hacen destacar este libro de doce historias tan distintas y, a la vez, con un fondo común tan importante.

Días sombríos de Gene Kerrigan, ed. Sajalín

Una nueva historia de crimen y violencia de Kerrigan, en esta ocasión con un tipo en libertad condicional que se encuentra metido en una refriega en un pub que le pone en el disparadero de un gangster que está luchando por controlar la ciudad. A partir de ahí tenemos una historia -o distintas personas contando una historia, según se vea- con los gangsters viejos y nuevo de Dublin, sus luchas y sus venganzas en las que quedan atrapadas personas que muchas veces se encuentran en las zonas grises.

La muerte ajena de Claudia Piñeiro, ed. Alfaguara

La nueva obra de suspense de Piñeiro tiene en su centro a una periodista, una que recibe el aviso de que una joven ha caído desde gran altura, del piso de un barrio residencial. A partir de ahí una investigación con empresarios, recuerdos de la dictadura militar argentina, tramas del presente y pasado y de los lazos del poder, el deseo y la familia. Otra de sus novelas, vaya.

Sukai Paradise de Yoshiko Shibaki, ed. Gallonero

Quizá alguien recuerde un par de películas, Suzaki Paradise de Yūzō Kawashima pero, sobre todo, La calle de la vergüenza de Kenji Mizoguchi, en ambos casos se trata de creaciones a partir de una obra concreta. Esta. Ambas de 1956. Porque tal fue el impacto de la obra y su tema. Habla en sus seis historias de la taberna Chigusa y su propietaria, Tokuko, historias en distintos momentos, realidades y vivencias de las trabajadoras sexuales, de todo tipo de estilo, carreras y procedencias, que la autora recogió aquí queriendo dar voz a lo que algunas mujeres tuvieron que vivir en el periodo de postguerra.

La lista de los siete de Mark Frost, ed. Impedimenta

Sí, ese Mark Frost. El co-creador de Twin Peaks. Efectivamente. De hecho, quizá alguien recuerde este libro de cuando se publicó en Ediciones B en los noventa, o luego lo recuperaron en aquella edición de bolsillo de 5€ a principios de los ’00s. Pues ahora está en Impedimenta. Y el argumento sigue siendo una investigación misteriosa de unos asesinatos durante una sesión de espiritismo con Conan Doyle de protagonista, con la aparición de un tan peculiar como enigmático personaje, la afirmación de que una secta secreta satánica sigue sus… pasos. Y toda una serie de aventuras y búsquedas en rincones oscuros y por todo el imperio. Porque esto es, claro, un homenaje a las novelas victorianas de aventuras.

Tenebrarium de Pilar Pedraza, ed. Valdemar

Vuelve Pilar Pedraza al ensayo -o eso nos dicen, toquemos madera de que no se hayan limitado a reciclar textos previos, que es a lo que me suena- con un volúmen en cuatro partes. Una primera sobre la muerte y el cuerpo muerto, una segunda sobre las anomalías genéticas, una tercera sobre la representación femenina en los monstruos y una última sobre los terrores modernos y su deriva desde temas clásicos. Así que, por ser vos quien sois, habrá que pararse a echar un ojo, ver cuánto hay de nuevo y si la autora se nos ha unido ya en el Siglo XXI. El ensayo tiene estas cosas.

El Ceremonial de VV.AA., ed. Valdemar

Tenía que llegar y aquí la tenemos, una antología realizada por Valdemar sobre el ‘folk horror’ con una buena multitud de ejemplos del mismo como suele ser costumbre en la editorial. Habrá que ver la lista definitiva y comprobar si son relatos o también hay fragmentos de obras pero, al menos, suena interesante.

I put a spell on you. La extraña vida de Screamin’ Jay Hawkins de Steve Bergsman, ed. Liburuak

Steve Bergsman es un autor particular, escritor de ensayos sobre bienes inmuebles, pero también con un interés por la cultura popular, por la música concretamente. Y eso ha llevado a varios libros, incluyendo este sobre Screamin’ Jay Hawkins. Una persona con un aspecto peculiar y una figura inolvidable pero, sobre todo, una canción bien conocida gracias a las múltiples versiones, de Nina Simone a Bette Midler, pero con una vida privada de la que no hablaba, y cuando lo hacía era difícil distinguir lo cierto de lo falso. Que es lo que llevó a Bergsman a investigar para este libro. Lástima que no encontrara más material.

Los pánicos morales de género de Konstantinos Argyriou, ed. Bellaterra
Un estudio sobre los pánicos morales centrado en los que sufren actualmente las personas trans, pero también sobre el uso interesado de las invocaciones a la libertad de expresión, el uso de la manipulación del odio o la vulnerabilidad del imaginario -cuando no ideario- cis. Paternalismo, silenciamiento, discriminación… y todo un sistema que parece estar en su contra. Si es que no lo está realmente. Asuntos todos ellos que bien merecen este texto entra la investigación y la reflexión.

Archivos DC: Superman en los cincuenta de VV.AA., ed. Panini

Comienzan los Archivos DC con una mirada al pasado de la compañía. No son sus primeras historias -esas estarían en los treinta y los cuarenta- pero sí uno de los periodos más significativos, con historias autoconclusivas repletas de imaginación y maravilla en las que Otto Binder, Kurt Schaffenberger o, por supuesto, Curt Swan -entre otros muchos- nos maravillaban con las posibilidades del superhombre.

El charlatansaurio de Rachel Bright y Chris Chatterton, ed. Edelvives

Pues sí, un nuevo cuento de la colección de dinosaurios de Bright y Chatterton, esta vez con un pequesaurio al que le gusta mucho hablar, pero al que le cuesta escuchar a los demás. Aunque a veces sea eso lo que hace falta para que las cosas funcionen.

Minina va a la pastelería de Studio Imagebooks, ed. Librooks

Un pequeño libro encantador menos para leer que para mirar… bueno, y para oler. Porque esta historia de una pequeña pastelería trae de esos rasca-y-huele que aquí buscan presentar a sus jovencísimos lectores el concepto de Lo Dulce acompañando las encantadoras ilustraciones.

Bichos Divertidos 🙂 de Amandine Piu, ed. Petaletras

Un encantador libro en el que vemos a distintos animales en sus situaciones cotidianas… y al lado a pequeños imitándoles, acompañado de un texto sencillo pero que permite comprobar esa cercanía y ese humor, especialmente gracias a las magníficas ilustraciones de acompañamiento.

Nos leemos.


Hacía tiempo que no me cruzaba con una serie TAN insufrible como Adults (USA), así que asumo que antes de fin de año será considerada como de culto. Demasiada ensimismada como para buscar organizar o mostrar algo que parezca divertido, esperando que las meras existencias, problemáticas y broncas de sus protagonistas nos lo parezca, con la idea de ser el nuevo Friends aunque tonalmente se encuentre más cerca de una mezcla de lo peor de Girls y That’s 70s Show, y demasiado preocupada con parecer algo moderno como para atreverse a serlo. Este timo de la estampita de serie, que a ratos parece una adaptación de acción real de una serie de [adult swim], se centra en un grupo de amigos, más hombres que mujeres, más blancos que no, más heteros que no, etc… esa diversidad aparente como de película adolescentes de los noventa. Y lo hace para contarnos una historia más vieja que la tana: El paso de la juventud a la madurez y cómo no están preparados para afrontarlo. En fin.

Un genérico de thriller no muy bien llevado nos encontramos en  The Better Sister (USA) que tiene el problema de que posiblemente hubiera funcionado mejor como película, aunque sea solo porque tendría que haber decidido qué quería ser. ¿El misterio más o menos doméstico de la protagonista número uno cuyo marido aparece muerto y ella no deja de hacer cosas sospechosas? ¿El drama más o menos doméstico de la protagonista número dos, hermana de la anterior y que resulta ser la ex- del marido y la madre de su hijo? ¿El policíaco más o menos clásico de los dos polis a cargo de la investigación? Aún podríamos hablar de alguna cosa más entre las idas y venidas temporales de los personajes, las tramas de negocios del marido muerto y su jefe y todas esas cosas. Nada muy original ni especialmente llamativo pese a los nombres bien conocidos que logran juntar en la serie -las hermanas son Jessica Biel y Elizabeth Banks, el jefe es Matthew Modine– pero supongo que como película de después de comer, troceada, servirá para unas siestas.

Algo que hemos visto mil veces puede hacerse de nuevo y ser agradable, ese es mi resumen para Death Valley (UK) que parte de una idea clásica: Un antiguo actor de una serie policíaca colabora con la policía en resolver crímenes. Por hacer un breve y superficial repaso al ‘tropo’ a algunos de los más recientes hemos tenido a Lyndie Greenwood en CrimeTime, Jerry O’Connell en Carter, lo que quiera que fuera Ryan Hansen Solves Crimes on Television y -por supuesto- Steve Martin en Only Murders in the Building. Posiblemente el personaje más cercano al John Chapel que Timothy Spall interpreta aquí. Aunque sí que hay un giro y es que Chapel parece saber mejor lo que se hace. Generalmente estos personajes tienen algunas nociones, pero funcionan sobre todo desde un punto de vista cómico. Aquí -aún habiendo algo- ese papel le encajaría mejor a la policía que colabora con él -sí, estamos ante otra serie de El Excéntrico Asesor y su Compañero de las Fuerzas del Orden-, una Gwyneth Keyworth que a ratos parece más cerca de Millán Salcedo que de, digamos, la detective Lauren McDonald. Pero funciona, al menos funciona lo suficiente. La parte cómica es claramente más importante para ellos que la policíaca, y a veces es difícil asegurar si se supone que están intentando que algo sea ‘humorístico’. pero resulta lo suficientemente agradable, los actores envueltos lo hacen suficientemente bien y las partes cargantes son limitadas -aunque hay cierta querencia por sacar humor de personajes tratando de explicarse y teniendo que sobre-explicarse por los posibles problemas de comunicación, algo que podría ser rasgo de un personaje, pero cuando tienes demasiados haciendo lo mismo… no- así que aunque no sea muy original, ni especialmente brillante logra ser lo suficientemente… Cozy, supongo.

Mi problema con Dept. Q (UK) es sencillo. Si la primera vez que las novelas se adaptaron, a película, dio la sensación de que aquello daba para más, ahora que lo han hecho serie da la sensación de que da para menos. Posiblemente también porque tanto la serie de novelas danesas que llevan publicándose desde 2007 -y desde 2011 en España por Maeva– como esas películas originales que comenzaron en 2013 -y que tienen una historia propia de enfrentamiento entre el autor y la productora- nos cuentan a estas alturas muchas cosas que ya conocemos. Un personaje central profundamente gilipollas al que cuesta tiempo coger algo de aprecio, misterios del pasado y un grupo sin medios. Es ridículo cómo llega a parecerse a ratos a Slow Horses, una serie basada en unos libros publicados por primera vez en 2010 y que tienen un tono humorístico más marcado. Pero supongo que sin conocer el contexto es fácil pensar que esta serie de 2025 ha bebido de la otra de 2022. Por lo demás, Scott Frank hace un buen trabajo con la adaptación, el reparto es más que capaz y la historia podría funcionar… pero dedicarle 9 capítulos de alrededor de una hora es una barbaridad. Si en este piloto ya se notan cosas estiradas no quiero saber cómo estarán para el octavo. Cierto que en poco mas de hora y media daba la sensación de que habían tenido que recortar y correr, pero estoy convencido de que entre 97 minutos y 490 minutos tiene que haber un punto intermedio.

La  nueva versión de The Librarians: The Next Chapter (USA) tiene a su favor el desparpajo con el que recogen la antorcha de la saga, y poco más. Porque la caída de presupuesto de una serie que ya era barata de por sí es más que notable, como lo es el reciclaje de ideas y, sobre todo, la falta de actores. Lo que demostró desde el principio ser su fuerte aquí está claro que se ha convertido menos en un «¿A quién podemos conseguir?» y más en «…por este dinero?». Así que, en general, no hay mucho ni parece haber mucho destacable. Pero como la serie madre tiene fanses supongo que habrá quien la vea aunque sea solo porque es rancho. A ver si les funcionan y logran algo más de dinero, porque si el piloto -que suele ser el capítulo más caro de las primeras temporadas- ha salido así… no quiero saber cómo puede continuar. (Bueno, y luego estaría la ‘solución’ del asunto, que no se le ocurre ni a una cadena evangélica, pero ese es tema por otro lado y para una bronca distinta. Claramente esta serie es más una desviación que un destino.)

Agradable, casi entrañable, esta serie de personas con problemas normales, este Losmen Bu Broto: The Series (O)(ID) que entra en toda una cantidad de obras, películas y series, sobre una posada y la familia que la gestiona. Continuación directa de una de las últimas versiones a película de la misma -lo que da cierta sensación de que llegas con la obra empezada, pero también permite ir más ligero con lo que muestran- y siguiendo con lo mismo, un matrimonio, sus tres hijos y tantos los problemas de la posada como los que tiene la familia. Un tono de cierto costumbrismo, pero bien llevado, en una serie que busca ser, por encima de todo, agradable. Lo que no significa ni mucho menos carente de problemas o preocupaciones, sino que los va superando.

Curiosa, aunque con un piloto excesivamente largo -y no bromeo: 80 minutos-, Mijiui Seoul (O)(CS) o 미지의 서울 o Our Unwritten Seoul o Nuestro Seúl por descubrir o…nos presenta a dos hermanas gemelas -protagonizadas por la misma actriz- que no están viviendo las vidas que querrían y que, además, se encuentran separadas. De distancia, pero también emocionalmente. Una de ellas se centraba en el deporte pero tras una lesión vive haciendo pequeños trabajos diversos y ayudando a su madre. La otra se fue a un gran trabajo financiero, pero no es feliz. Un amigo de ambas -o algo- será el que vaya a hablar con la que se quedó en casa, ayudando a que las hermanas se reencuentren y decidan cambiar sus puestos. Esto, que podría ser una película de Hallmark, resulta aceptablemente interesante en todo momento, pero no acabo de entender qué pretenderán contar después de casi hora y media de piloto. No he visto cuántos capítulos tienen pero les da para hacer Guerra y paz. En fin, al margen de esta queja, supongo que si os llama la historia y no os importa la duración puede gustaros. Al fin y al cabo lo bueno de esto del streaming es que puedes pararlo y seguir otro día cuando te de la gana.

Hay días en los que no soy capaz de distinguir si una serie pretenden ser de Organización Criminal o de Loa al Empresario. Supongo que lo que las diferencia es si le han dedicado ya un True Crime o están aún fingiendo que no hay nada que contar. En cualquier caso, Songkhram Song Duan (O)(TA) o สงคราม ส่งด่วน o Mad Unicorn o Unicornio Salvaje o…, es ese tipo de historia tan centrado en la épica y en lo mal que lo pasó el pobre empresario que estoy SEGURO de que han tenido que cambiar todos los datos para acogerse a que es ficción. No ya porque le dejen el culo como un bebedero de patos, sino porque la historia que tratan de contar y el cómo la cuentan… bueno, supongo que descubriremos más de ella… cuando hagan el True Crime.

 


¡Libros que Salen! Xue, «Asesinatos en la deliciosa tetería de la señora Wong», Clark y más

¡Que entre la pila!

Bajos fondos de Can Xue, ed. Aristas Martínez

Podría parecer que las peripecias de una rata que se encuentra con que debe dejar el valle de sus ancestros y acaba bajando a la ciudad en donde subsistirá en un barrio de chabolas es, en el mejor de los casos, poco apetecible. Pero Can Xue es una gran narradora y gracias a ella vamos viendo no solo lo sucio o lo absurdo, también el lirismo y la crudeza que ata a humanos y animales y les enfrenta a duras condiciones en las que sobrevivir. ¿Es una metáfora? Y, más aún, ¿importa?

Asesinatos en la deliciosa tetería de la señora Wong de Jesse Q. Sutanto, ed. Duomo

Olvidad la portada que le han puesto, mitad ‘cozy asian’, mitad ‘Cásicos DeBolsillo’, está pescando en el estanque equivocado. Porque esto es ‘cozy‘ pero ‘cozy crime‘. Con bastante humor. Una señora asiática de ya una edad -y estoy por decir que ‘con una determinación y costumbres’ por no decir ‘señora, por favor’– ve su vida decaer: su hijo no le responde al teléfono, su tetería va perdiendo clientes, y casi no tiene amigos vivos ya. Pero eso cambia cuando aparece un cadáver en su establecimiento. Decide resolver el caso ella porque de la poli no te puedes fiar. Y eso la mete a ella -y a otras personas- en las clásicas peripecias de esta ficción de cocinar y entrometerse… tanto para encontrar a la persona responsable como para, ya puestos, que su vida sea menos solitaria y un poco mejor.

Los asesinos de la Cola del Gato sin Vida de P. Djèlí Clark, ed. Obscura

Una nueva obra con un mundo nuevo y una ciudad de dioses y asesinos. Una de las más talentosas se encuentra no solo con una nueva misión, también con unas reglas que parecen difícil de no romperse. Lo que tiene más problema cuando eres una asesina revivida a la que han borrado la memoria.

Entre extraños de Jo Walton, ed. Duermevela

Parece mentira que haga ya 13 años de la publicación en España de esta novela, pero dado que la descatalogación no tardó mucho en llegar y se trata de un magnífico libro sobre una joven en un internado, criada por una madre obsesionada por la magia y con una sensación de irrealidad entre la realidad y el mundo mágico. Una obra que entonces estaba recién publicada y habiendo ganado un buen puñado de los premios más importantes y que ahora vuelve a estar disponible. Como tiene que ser.

Sherlock de Conan Doyle y Artur Laperla, ed. Bang

Siguiendo su colección ClasiComix en la que hemos visto ya adaptaciones variadas por distintos autores patrios como Frankenstein u Orlando, le toca el turno a las historias de Sherlock Holmes, concretamente a la conocida como La aventura del hombre que trepaba convertida aquí en El hombre que se arrastraba. Una adaptación al cómic con todo el humor de Laperla y su gusto por lo grotesco, algo que sin duda habrá sido valorado para elegir esta historia en concreto. Teniendo en cuenta esto antes que el que sea, quizá, no de las más recordadas del famoso detective.

Monstruos de Stéphane Servant y Nicolas Zouliamis, ed. Siruela

Los libros de Servant son siempre variados, en sus temas, sus colaboradores y las editoriales que los publican, pero suelen tener en común que buscan una manera distinta de contar una historia original. En este caso sobre la llegada a un pueblo remoto del Circo Delosueños y de cómo cambia la vida de los aldeanos pero, sobre todo, cómo un niño solitario encuentra en la criatura más misteriosa del circo una conexión que le ayuda no solo con sus miedos, también a entender la diferencia entre acciones y apariencias.

Nos leemos.


Supongo que esta especie de estreno sorpresa de 90 Minutos (O)(MX) debería de sonarme. Al fin y al cabo parece que coge sus líneas generales de una película ochentera en la que el malvado constructor quiere hacerse con el gimnasio del barrio para construir un rascacielos y solo un grupo de chavales que ganen la competición podría impedirlo. Excepto, claro, que las cosas son un tanto distintas. Por ejemplo, se nos dice desde el principio que los chavales son más bien cuarentones, que el ‘constructor’ tiene untado a todo el mundo y que lo más difícil de la competición es que no salga nadie herido. Porque la serie comienza dejando claras dos cosas, que la pertenencia a esta especie de club de barrio es algo cultural, pero no en el habitual sentido ‘hooliganesco‘ -aunque algo se pueda ver-, y que sus integrantes son gente corriente de clase tirando a baja, con unas vidas y unos proyectos al margen del equipo pero capaces de alinearse con él. El resultado es curioso, poco sorprendente porque ya sabemos cómo va esto -de hecho, lo único que me pregunto es cómo van a lograr darle un final razonablemente feliz a algo que te enseñan desde el principio que no puede ser. Supongo que algún tipo de ‘la fuerza del colectivo está al margen de las corruptelas’. Por lo demás, una serie que logra destacar un poco gracias a su empeño en ser entrañable -ojalá hubieran puesto el mismo empeño en sacar a más mujeres- que supongo que tal y como están las cosas tendrá que valernos.

La idea detrás de Code of Silence (UK) para lograr hacer una obra criminal de estructura clásica -una persona ajena (al menos en principio) al mundo criminal colabora en una investigación- encuentra algo nuevo que contar al poner a un mujer sorda en su centro. Una trabajadora de la cantina de la policía a la que ‘fichan’ para que lea los labios de un grupo de hampones que están preparando ‘un algo’. Hasta ahí bien, incluso con la manera de intentar explicar mediante la fonética y la multimedia cómo es eso de la lectura de labios. El problema, claro, llega cuando hay que desarrollar la idea. A la protagonista le dicen ‘no se te ocurra investigar por tu cuenta’ en varias ocasiones. Os podéis imaginar qué es lo que hace. Y el problema es que no hay una justificación para esto más allá de ‘se aburría’. Que nunca es una gran excusa. No hay una conexión propia, no hay siquiera una infatuación por nadie, y eso es un problema porque ves a la protagonista hacer cosas, meterse en charcos y tomar malas decisiones sin que haya nada que lo justifique. Más que la necesidad del guion. Así que… para la próxima espero que alguien se pare un momento a repasar no solo la idea, también el desarrollo.

Iba a decir que esteThe Kouncil (USA) parecía un sketch de TikTok convertido en unos minutos interminables. Pero, al menos, son solo unos minutos. Así que se ma ocurrido mirar y parece que esto de Peacock Emerging Artist Series es Peacock intentando ver si puede sacar a Emergentes -que vienen a ser gentes con muchos seguidores en interente- con series muy cortas. Y ver lo que pasa. Lo que pasa aquí es que este La cabeza de Herman para mujeres jóvenes probablemente funcionaba mejor en la plataforma que aquí. Posiblemente no hubiera funcionado ni en Quibi. Y está claro que lo que buscan es ver si los influencers -ah, sí, tenemos otras TRES series de este estilo más esta semana. *sob*- tiran del asunto. Pero esta decisión -las series de diez a quince minutos, la decisión de que sean lo más parecido posible a lo que se hace en redes sociales, la evidente falta de medios- parece más pensada para ver quién tiene seguidores como para darle algo más grande y no tanto como para hacer algo que funcione por sí. Sin darse cuenta de que si quieres ver algo que es como lo que hacen en las redes sociales sin un mayor presupuesto o desarrollo… ¡Te quedas en las redes sociales!

En contra de lo que uno podría haber esperado aún no ha terminado en Netflix la intención de ir haciendo versiones de Machos Alfa en distintos países europeos. Hoy le ha tocado a Italia con Maschi Veri (O)(IT) y, por supuesto, aquello no mejora. Así que mejor quedarnos con la idea de que en Europa prefieren esperarse a una versión nacional antes que ver una serie del vecino de al lado. Qué es algo que pasa también en España, claro, no hay más que ver la cantidad de adaptaciones que hay en el cine. Pero bueno. Una más, una menos, y que pase la siguiente.

De alguna manera hemos acabado en un ecosistema de creación de contenido que decide que hay que hacer revoltillos y acabamos con series como Motorheads (USA), One Fast Tree Furious Hill con nepobabies por todas partes. Hecha con más tablas que talento, podría servir para rellenar la programación de las tardes, aunque sospecho que las carreras de coche que tanto énfasis tienen aquí acabarán siendo tan importantes como el baloncesto en la otra. En fin. Hay tantos Momentos Ya Sabes para crear misterios de manera artificial. (Esos momentos en los que dos personajes hablan de ‘algo indefinido’ y para justificarlo uno de ellos dice una variedad de ‘ya sabes’.) que si le meten un oso polar podría ser Perdidos, y con eso y todo no le interesa centrarse en los misterios, solo que sepas que están ahí. Como si fuera una telenovela diaria que tiene que abrir hilos para más adelante. No dudo de que pueda haber un público para esto -cosas más raras he visto-, pero tengo claro que no soy yo.

Me quedé dormido viendo Nain Peojeul (O)(CS), o 나인 퍼즐 o Nine Puzzles o Las nueve piezas del puzzle o…, dos veces. A la tercera lo conseguí. Pero no sé si mereció la pena. Y es una lástima porque pocas cosas me parecen más interesantes que uno o varios asesinatos misteriosos. Con un par de investigadores en su centro. Y la clara decisión de que sean MISTERIOSOS más allá de cualquier lógica. Pero el problema no es ese. El problema es que tarda un siglo. En serio, este capítulo debería de haber sido los primeros quince minutos, no alargar insufriblemente lo que hacen y dejan de hacer unos y otros sin más motivación aparente que rellenar tiempo. Porque no construye personajes, no crea tensión, solo divaga, y divaga, y divaga… En fin, a ver si la próxima.

Hará casi veinte años se estrenaba una telenovela cómica en Colombia, todos esos años después llega una remake que no tengo claro por qué motivo han decidido hacer. Se trata de Nuevo Rico, Nuevo Pobre (O)(CO), que logra que la antigua parezca moderna en comparación. Porque al menos aquella sabía que era una farsa y no se tomaba en serio. Pero no se tomaba en serio a ella misma, no a los personajes. Aquí hay una manera de hacer y presentar que parece obviar que las telenovelas funcionan por los personajes y que hace falta una complicidad con el espectador que difícilmente se va a lograr con lo que quiera que sea esto, con la sensación de ser igual de falto de fondos que la anterior, pero también con la determinación de fingir que es una gran producción. En fin, un desastre. No me extraña que Netflix no le haya dedicado ni un trailer.

Otra de esas series de esta semana de Peacock, Older, Hotter, Wiser? (USA) parece entregada a una influencer de dar charlas, una coach o lo que sea. Así que tenemos a dos personas en un coche intentando llegar a un evento en el que tiene que hablar y con un ataúd. De nuevo, podría valer para un ‘sketch’ o para un rato. Pero en general… no es buena idea, no. Aquí por lo menos que solo sea 10 minutos hace que no sea peor. Pero no me vería el segundo de esto ni cobrando, ni aunque haya momentos en los que la creadora parezca creer que está haciendo Seinfield.

La tercera serie del grupo es esta People Like Me (USA) que parece un delirio artie. Supongo que este creador es algún tipo de artista multivisual o alguna cosa así. Pero la verdad es que parece el trabajo del semestre de un estudiante de audiovisuales. Menos mal que son cortas.

Tyler Perry Tyler Perrea en She the People (USA), su idea de una comedia política que es tan claramente ‘apolítica’ en el sentido Tyler Perry como lo es su humor. Que es, exactamente, el problema. Estoy seguro de que habría maneras de que esto funcionara e, incluso, para los estándares de Tyler Perry no es ni su peor serie. Pero sus momentos mejores momentos son muy puntuales, empeñado como está en machar con lo mismo una y otra vez como si fuera algo divertido.

Parece que Nicole Kidman no estaba disponible esta semana y en Sirens (USA) han optado por que Julianne Moore haga el papel de Kidman de actuar poco y mal en una serie al mismo nivel. Que no digo que Los ricos son espantosos, todo eso horrible, jaja no sea ya un género propio. Lo que digo es que no es interesante. El único gancho es una mujer que va a ver a su hermana, pero no lo hace porque pase ‘algo’ real que constituya un misterio o una narrativa sino porque parece que le han tocado… las narices. Y con esa misma forma de funcionar, dando por hecho que solo por ser ricos son fascinantes, en lugar de crear algún tipo de historia o narrativa que nos hubiera interesado algo primero. ¿Las dos hermanas se llevan mal? Pues lo de siempre en estas series. Que los ricos hacen cosas raras. Pues vaya novedad. ¿Que Juliane Moore y Kevin Bacon… No, la verdad es que yo tampoco tengo claro qué es lo que hacen Moore y Bacon aquí, pero espero que haya servido para pagar sus deudas. Otro en fin.

Supongo que es la semana de series que intentan interseccionar con Seinfield porque en Wàngle wô jìdé (TW) Netflix V , o 忘了我記得 o Forget You Not u Olvidarte, nunca o…, volvemos a encontrarnos con esa idea de meter trocitos de stand-up (o teórico stand-up) en mitad de una narración. Aquí sobre la complicada relación de la protagonista con su padre, en un contexto en el que nada parece funcionarle a la pobre. Ni la relación con su marido, ni su trabajo, ni nada. El stand-up es algo así como su pasión/complemento pero no puede vivir de eso, así que trabaja también de dependienta. Os podéis imaginar el asunto. O no, porque, claro, hay un momento en el que vemos que el padre tiene algo médico. No tengo muy claro qué porque parece que no lo quieren contar. O no todavía. Pero buenoenfin. Seguro que hay algún espectador para este tipo de dramas, pero a mí todo esto me pilla lejísimos. La parte del stand-up debería de tener gracia, la parte del padre lo que dan ganas es de que acabe con él, y el resto es relleno. Pero bueno, supondré que la culpa es mía. Y a otra cosa.

La menos mala de las series de Peacock es esta The Warehouse Phase (USA) que sigue sin ser una buena serie pero, por lo menos, disimula. Aquí tenemos a un joven que logra un contrato como rapero o algo después de haberse hecho viral. Pero claramente no está preparado. Así que aunque hay mucho espacio para ‘la viralidad’ también procura enseñarnos un poco más. Lástima que no sea ni muy original ni especialmente creativo. Pero supongo que, en comparación, gana.


¡Libros que Salen! Jones, «Nuestro amor nos devorará», du Maurier y más

¡Que entre la pila!

No temas a la parca de Stephen Graham Jones, ed. La Biblioteca de Carfax

Pues aquí estamos, con el segundo de los libros de la Trilogía del Lago Indian. Han pasado unos años desde la anterior masacre, Jade regresa al pueblo y, como pasa con los slashers, el ciclo vuelve a comenzar. Si en la anterior y premiada novela Stephen Graham Jones nos ofrecía una versión del slasher inaugural en el que nadie hace caso a la protagonista, ahora le toca a la -también premiada- historia de la secuela. Con el regreso de la protagonista y las dudas sobre ella y sobre si los hechos están siendo una réplica, una reacción o si hay algo incluso más siniestro. Que lo hay, claro, siempre lo hay.

Los parásitos de Daphne du Maurier, ed. Alba

Esta novela de du Maurier, publicada en 1949, puede ser la más cercana a su ‘vida real’ de todas. Porque habla de los ambientes ‘artísticos’ que conoció tan bien gracias a su padre. La vida bohemia, la mezcla de cobardía y valentía, los sacrificios que no siempre se ven y a veces no parecen ni entenderse, la forma de vivir y relacionarse dentro de esos círculos que son siempre más endogámicos y, sobre todo ello, un melodrama clásico: Una pareja de cantante y bailarina , cada uno aportó un hijo al matrimonio y luego tuvieron otro hijo en conjunto. Esos tres hijos -dos niñas, un niño- a los que vemos crecer y desarrollarse dentro de ese mundillo artístico, acusados de ser poco más que parásitos y forzados a reconsiderar su existencia y si realmente viven en un mundo propio. Un melodrama, pero un melodrama de du Maurier.

Nuestro amor nos devorará de R.L. Meza, ed. Dilatando Mentes

El bollodrama del diablo. Aunque en realidad quizá haya alguna cosa más que contar. Porque la pareja protagonista tiene claros problemas antes de poner un píe en la aislada cabaña en el bosque. Claire los tiene con el alcohol, tras haber sufrido toda su vida a manos de su madre. Emma se preocupa demasiado y está demasiado encima. De los hijos que tiene con Claire, pero también de la propia Claire. Así que quizá no sea la mejor idea el haber cogido a los niños y presentarse por sorpresa en la cabaña. Teniendo en cuenta que lo que Claire había ido a hacer era vaciarla para venderla después de que su madre, teóricamente por su demencia, se hubiera internado en las montañas nevadas un día y desaparecido. Que empiecen a suceder cosas extrañas que amenacen a la familia es casi un respiro. Y es que hay muchas maneras de lograr que una novela sea aterradora.

Viaje al oeste. El mono y el monje, ed. Quaterni

Es fácil y difícil hablar de esta publicación de Quaterni. Fácil porque Viaje al oeste puede ser uno de los libros clásicos chinos más conocidos gracias a haber sido usado como base en multitud de historias, especialmente en Dragon Ball pero no solo en ella. Por otro lado es complicado porque lo que nos ofrece aquí la editorial, en este volumen de 600 páginas, es una versión ‘abreviada y actualizada’. Es de suponer que como esos Quijotes infantiles que decidían por su cuenta y riesgo qué se quedaba fuera o cómo se podía actualizar el lenguaje para hacerlo más accesible. Así que, efectivamente, quien quiera leer esta versión que lo haga siendo consciente y, por supuesto, por su cuenta y riesgo.

A la vista de todos de Teresa Cardona, ed. Siruela
Cuarta novela ya de la sere de Blecker y Cano, esta vez en primavera pero aún en San Lorenzo del Escorial. Una muerte, problemas personales de los policías, la vida en la localidad y, por supuesto, la diferencia entre la vida mostrada a los demás y la real, así como las interconexiones.

Agnès Varda de Carrie Rickey, ed. Circe

No es que sea la primera biografía de Varda ni mucho menos -por eso tienen que decir en la editorial lo de ‘primera gran’, los modificadores nuestros amigos- pero no deja de ser no solo una biografía extensa y trabajada, también un esfuerzo por reivindicar la figura de una de las creadoras cinematográficas más interesantes. Así que podemos permitir lo uno por lo otro, porque Agnès Varda lo merece.

Dumplings y otros dim sum de Karin Lei, ed. Col & Col

Rellenos, preparaciones, presentaciones… los dumplings, esa comida que tan tradicionales nos resultan, emparentadas a la vez con las empanadillas y las pastas rellenas, se han ido haciendo más conocidas. De modo que un libro como este, que nos habla de las múltiples posibilidades que ofrecen, de la diferencia entre hacerlas al vapor, a la plancha o freírlas, de los rellenos salados y dulces, cómo presentarlos para que lleguen de la mejor manera, incluso de qué bebida acompañarlos… Un libro como este, decía, puede resultar tan informativo como interesante para el lector. Da igual que su afición sea cocinarlos, comerlos o ambas cosas.

Locke & Key Edición Integral 3 de Joe Hill, Gabriel Rodríguez et al., ed. Panini

Pues aquí estamos, con Panini decidiendo publicar como Integral 3 los dos volúmenes de Locke & Key que sacó por separado: The Golden Age y Cielo y Tierra. Supongo que tiene la ventaja de que así está en el mismo formato que la serie regular -que es lo que recopilan los dos volúmenes anteriores- pero no le veo yo mucho más añadido o recorrido. Sea como sea, mejor que vayáis avisados, por si acaso.

Los 200 primeros casos de Mortadelo y Filemón de Francisco Ibáñez, es. Bruguera

Parece que en Penguin han decidido intentar el formato clásico de los ‘archives‘ de recopilar las obras desde el principio. Aunque lo han hecho con un título que dice bastante de lo poco que se fían de que tenga viabilidad comercial real. Así que veremos quién gana, si los que piensan que se podría reeditar Mortadelo y Filemón desde el principio o los que consideran que hay un límite para el dinero que se puede sacar a la gente. A 30 € no tengo muy claro el resultado, la verdad.

Matar a una amiga de Lee kkoch-nim, ed. Océano Gran Travesía

A veces uno no cae que existen más posibilidades en algo -en este caso en el ‘thriller‘ juvenil- hasta que se encuentra con ello. En este caso con uno que es… también judicial. Y aunque el argumento y desarrollo parece más pensado para trabajarlo en una clase de instituto que para leer un misterio lo cierto es que esta historia sobre una joven que muere, su amiga que es culpada del asunto aunque dice no recordar nada, y los distintos puntos de vista de los implicados que permiten hablar de aquello de la fragilidad de la verdad y cómo aunque los hechos son unos cada cual cuenta su historia. Así que es una obra distinta de la autora surcoreana, pero sigue teniendo su aquel. Aunque haga falta saber quién es su público.

Aventura en la montaña rusa (8, ¡Resuelve el misterio!) de Lauren Magaziner, ed. Molino

Ocho libros ya y los misterios no paran, igual que no para la mezcla de problemas a resolver, decisiones que tomar y todo el resto de maneras en las que sus (jóvenes) lectores tienen que interactuar para resolver los misterios.

El tren fantasma de Jonna Björnstjerna, ed. Juventud

Nuevo misterio para la Familia Conejo, a la que ya conocimos en El retorno de la momia -que, irónicamente, es dos álbumes posterior a esta. Aquella era la octava y esta es la sexta de la serie.- y que nos vuelve a presentar a Hermano Pequeño en mitad de otra historia particular. Un tren fantasma, con una maldición encima, cargado de desagradables pasajeros y obligado a mantener el recorrido. Por suerte Hermano Pequeño es observador y conoce muy bien los trenes, así que quizá sea capaz de encontrar una luz cuando entre en el túnel.

Nos leemos.


A veces las series son retos. En el caso de Bad Thoughts (USA) el reto parece ser hacer la peor ‘comedia’ de Netflix. Un teórico programa de ‘sketches’ de humor que no sólo no funciona en ninguno de ellos sino que si tuviera que considerar que está haciendo ‘humor ofensivo’ para alguien sería para la gente que tenga que firmar chistes que ni a un tuitero se le ocurrirían, con un James Bond que se caga encima o una película en la que el protagonista tiene sexo con una vieja. Cosas que no tenían gracia hace veinte años en los foros interneteros y que ahora no se puede ver con más que vergüenza ajena. Está claro que Netflix no tiene dinero para producir series porque está muy ocupado gastándoselo en bolsas de excrementos en llamas como esta.

Las decisiones de la adaptación de Bet (USA) son peculiares. Como veremos esta semana es una adaptación que tira por la USAquización del original. Y mira que el original, un manga, ha tenido anime, películas y adaptación a serie de acción real. Un poco de todo. Pero, claro, llegan los americanos y esta historia improbable -un instituto para los poderosos en los que las apuestas son lo que más importa- acaba convertida en un más de lo mismo de institutos de eso que en Netflix parece gustar tanto, pero lo hacen buscando un genérico que incluye intereses románticos, padres muertos y alumnos de instituto con veinte para cuarentaitantos. En fin, qué puedo decir. Supongo que si alguien se quiere acercar a Kakegurui de algo servirá O yo qué sé. La verdad es que todo esto sirve menos para hablar de la serie en sí y más para hablar del estado de la cosa audiovisual estadounidense. Que no es buena.

Se puede ser genérico y agradable, como este Dangsineui Mat (O)(CS), o 당신의 맛 o Tastefully Yours o El Sabor de los Nuestro o…, que parece adaptado de algún webtoon y logra ser moderadamente agradable pero sin ningún borde o estridencia. Lo mejor que tiene son los títulos de crédito. Fuera de eso, la típica historia de romance coreano. En este caso el millonario de turno es el ¿hijo? ¿posible heredero? de un imperio de restauración, la madre dice que le dará la dirección de la empresa a quien logre Tres Estrellas en la Guía Legalmente-No-Podemos-Llamarnos-Michelín y  comienza una serie de competiciones y jugarretas entre los candidatos. En mitad de esto el tipo -que tiene todos los problemas básicos de los millonarios- se encuentra con una joven cocinera que tiene los de la heroínas de estas cosas: Tiene un negocio de restauración propio pero es obstinada y no quiere hacerse publicidad y es muy tiquismiquis y blablabla. Total, que para el final del capítulo él parece fuera de juego, ella parece que tendrá que cerrar, y su encuentro ha sido un completo desastre para ambas partes. Lo que significa que tenemos por delante un romance cozy cozynillas. No hay mucho más. No hay mucho menos. Pero hay gente que prefiere tener esto a música cuando le toca planchar.

Genérico de serie de acción de fondo setentero, este Duster (USA) lo hemos visto tantas veces que la duda es si se trata de un reciclaje. Bueno, eso y si el piloto realmente tenía que ser tan aburrido. Teniendo en cuenta que lo mejor del mismo son los títulos de crédito que prometen algo bien distinto. Pero supongo que si quieres hacer una serie sobre la primera mujer afroamericana en ser agente del FBI y lo que se te ocurre es que sea poco menos que una secundaria en su propia serie con El Tipo Blanco Encantador y Canallita como protagonista otra vez y siempre, metiendo desnudos para que quede claro que son cosas adultas y en la que lo más destacable es el pelucón del protagonista… Pues bueno. Tendrá su público, no soy yo.

No tengo muy claro si este Franklin (O)(LB) es un drama romántico disfrazado de serie criminal o viceversa. Lo cierto es que la trama central de la falsificación de billetes no parece tener demasiado recorrido. Pero la trama romántica aún tiene menos. Así que yo qué sé. Sea la que sea no es para mí, para mí solo había desesperación por la forma de extender en el tiempo y la narración de las cosas.

No sé en qué momento pensaron los de Channel 5 que rodar en Euskadi (y Cuenca) como si fuera UK era algo que no se iba a notar, pero bueno. Lo cierto es que este The Game (UK) da la sensación de ser un tanto genérico, algo que hubiera funcionado mejor como telefilme -aunque, al menos, son solo 4 capítulos. Una de esas organizaciones de ‘un capítulo cada día durante cuatro días consecutivos de lunes a jueves’, que los ingleses hacen a ratos. No hay mucho más, un policía que se retira con un caso sin resolver, un vecino nuevo que se muda junto al poli y la duda de si se trata del asesino que está tocándole las narices o si es que está perdiendo el juicio (el poli, claro). Así que… no hay mucho más. pero supongo que a quien le pueda interesar esto -incluyendo el hecho de que pusieran este genérico The Game, por lo visto el original era Catch You Later– le parecerá bien.

Es una pena esto de que ahora las telenovelas de Ricos y Famosos tengan que ser como Sucesión, porque a este Kull (O)(IN) – o Kull: The Legacy of the Raisingghs – le hubiera ido mejor siendo una telenovela con asesinato de las de toda la vida (o, al menos, de las de los ochenta) con todo el despendole que hubiera entrado. En su lugar se empeñan en que todos sean lo peor posibles y busquen el poder pero como si estuvieran en la consulta del terapeuta. Así que buenas intenciones, malas realizaciones. Qué le vamos a hacer.

Supongo que parte de mi problema con Murderbot (USA) es haberme leído los libros originales. Si no lo hubiera hecho pensaría que se trata de un más-de-lo-mismo con ribetes cifi, a mayor gloria de Alexander Skarsgård, y con un cierto sentido del humor. Lo que en tiempos solía ser una producción de Syfy… pero con más dinero. Quizá penséis «Ah, sí, de cuando SyFy producía series propias o en coproducción». Y a eso os señalaré que ahora mismo tienen cuatro en emisión. Pero no nos perdamos. Decía, este más-de-lo-mismo que parece pensado para tener de fondo mientras planchas con un estilo y fondo nada lejano de lo que SyFy hacía hará unas dos década es engañoso… porque los libros funcionan de otra manera. Pero se ha podado, limado y raspado cualquier cosa, se ha decidido ‘estandarizar’ todo lo que se saliera un mínimo -y digo mínimo porque son libros muy lejos de ser rompedores, lo cierto es que lo más sorprendente es que lo que se cuenta y cómo se cuenta habría sido poco menos que lo normal hace una década. Sin necesidad molerlo y simplificarlo. Y es precisamente eso lo que hace que sea un problema. Estamos acostumbrados a ese tipo de adaptaciones, aunque de entre las posibilidades esta no sea de las peores. No es el espanto de The Watch. No llega a ser tan mala como The Rook -aunque es el mismo tipo de adaptación-, y quizá esté en línea con The Dresden Files.  Que, al fin y al cabo, fue una serie de SyFy hace dos décadas. En fin, qué le vamos a hacer si nos hemos acostumbrado a un tipo de mediocridad distinta. Supongo que planchar.

Lo primero que hice cuando terminé el piloto de Overcompensating (USA) fue irme a buscar este Benito Skinner de donde salía. Escribir y protagonizar una serie de claros tintes autobiográficos no parecía el comportamiento habitual en la cosa estadounidense. Por supuesto es ese eufemismo del ‘creador de contenido’, más o menos cómico. De esa manera es más comprensible tanto las caras famosas que van haciendo cameos como que le hayan dejado hacer una de Universitarios descubren la vida en línea con lo que hemos podido ver en Grown-ish, La vida blablabla de las universitarias o Greek. Con un éxito similar, es una serie agradable, con protagonistas más o menos arquetípicos, un par de giros -el protagonista cuenta cómo estaba en el armario cuando comenzó la Universidad, intentando conciliar su realidad con esa imagen de Chico de Oro que había construido. Cómo si fueran incompatibles. Además de eso su ‘latinidad’ pasa a ser parte del otro gran personaje de la serie, su mejor amiga- y poco más. Nada que vayas a disuadir a alguien de ver, probablemente tampoco algo que vayas a recomendar. Pero al menos es agradable.

El genérico de ¿thriller doméstico?, la verdad es que ya no sé ni cómo llamarlos, de esta semana de Netflix es Reservatet (O)(DI), que presenta de nuevo un mundo con dos ‘alturas’ en el que una señora de buena posición y mejor casa se encuentra con que la asistenta filipina de unos vecinos desaparece de la noche a la mañana y a nadie parece importarle. Por supuesto entramos en Urbanización llena de secretos y todo aquello, pero lo más sorprendente es la capacidad para tener ahí poder diferenciar los dos mundos y quedarse en la puerta diciendo ‘que malos estos ricos que no se preocupan ‘ sin que la protagonista pase de ahí. Que lo mismo es porque estamos en el piloto pero, sinceramente, no tiene pinta. Pero bueno, al menos son capítulos de menos de 40 minutos y una trama visible, que parece pensada para ponerla de fondo durante la siesta. Incluso pese a los momentos de veleidades de sexy-thriller que no sé de dónde les sale. Supongo que vale con ir avisado.

Pues aquí estamos, Serpientes y Escaleras (O)(MX) tiene a su favor un diseño -sobre todo en cuanto a la ropa- que intenta algo. Que ya es más que el resto de la propuesta, una especie de versión de la manida ‘persona sin poder se encuentra intentando ascender mientras dos partes contrapuestas la cortejan por un motivo moderadamente estúpido’ que Manolo Caro hace a mayor gloria de él mismo. Así que poco interesante pero muy petulante y copiando un poco de cada lado mientras finge ser original. La rutina de costumbre.

Cuando una serie animada adulta -mis enemigos jurados- toma la decisión de Super Team Canada (CA) y se coloca en un momento indeterminado entre los ochenta y los dos miles sabes que si idea de humor va a ser más la de aquellos años de [adult swim] y TV Funhouse, una lástima porque desde The Awesomes tenemos un hueco disponible para la comedia superheroica que no se arregla con chistes anticuados de George Bush Hijo disparando al aire sus pistolas. Sí, ese es el nivel.

No sé lo que esperaba de esta Tangeum (O)(CS), o 탄금 o Dear Hongrang o Querido Hongrang o…, pero claramente había alguien tomándose muy en serio el hacer una serie de época alta en drama, con toda una serie de elementos de intriga, algo de ambigüedad en lo fantástico, y más guaro por un acierta sordidez y un cierto gore que no parecía ajustarse al cuidado con los trajes y el resto de elementos. Pero bueno, es adaptación de una novela que luego fue adaptada al cómic y blablabla, así que parece que la intriga principal funciona. La intriga, por cierto, va de una familia poderosa de comerciantes. El padre es una figura clave del comercio, la madre está decidida a marcar su estatus y los hijos son hijos. Hasta el día en el que el pequeño desaparece, quizá raptado, y en parte se culpa a la hermana mayor de haberle escondido un amuleto protector (?), el chaval no aparece así que la familia ‘adopta’ a un niño para que sea su heredero varón. Y parece que algo surge entre él y la hija. Al menos hasta que uno de los incesantes ‘hijos’ que aparecen parece ser el de verdad. Pero también parece que algo le sucedió y que hay toda un aura oscura a su alrededor. Además, claro, su hermana y el otro no se fían. Pero también se implican muchas más cosas. En fin, que pese a la duración de los episodios -una pelea tan perdida con los surcoreanos como con los españoles – logra ofrecer un piloto competente con multitud de tramas que seguir y personajes por medio. Supongo que es fácil de recomendar, al menos a los fanses.

¿Tiene Netflix una gestión de versiones? Porque esta serie de Países Bajos, esta Voetbalouders (O) (PB) sobre un grupo de padres de los integrantes de un club de fútbol infantil parece el tipo de cosa que hemos visto mil veces, con distintos tipos de madres y de problemáticas. No tanto entre los pequeños como entre los mayores. ¿O quizá es que parte de las tramas parecen sacadas de Amandaland? Que ya de por sí no era una gran extensión de Motherland. Al final acabé buscando si era una adaptación. Se supone que no. Pero lo cierto es que no puedo quitarme de la cabeza esa idea de que todo se parece a todo todo el rato.