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Edgar Floats es una nueva serie para el año próximo. Ideada por Rand Ravich, creador de Life , que trae una nueva muestra de procedural se centra en un personaje interpretado por Tom Cavanagh (Trust, Ed) sobre el que se había construido la serie. Pasado el primer corte se contrató al cast de secundarios, cinco actores fijos para la serie. La cadena ABC encargó un piloto, vió el resultado y demostró para qué sirven los directivos televisivos: Ordenaron seis episodios. Y un cambio total. El cast se va a la calle, Cavanagh incluido, de los seis actores contratados sólo se queda Robert Patrick; en cuanto al piloto en sí, obviamente tendrán que volver a rodarlo y —ya que en esas están— han decidido que hay que hacerle varios cambios y ajustes. Por eso una serie que iba a estrenarse este otoño está ahora programa para el próximo año. Y ya veremos.

La cadena ha encargado seis episodios —siete con el Piloto — de una serie en la que no le gustaba NADA. Peor aún, por no dar marcha atrás tanto el equipo creativo de la serie como la propia cadena van a conservar el nombre, como si de un remake cinematrográfico se tratara.

No es el único ejemplo del cambio de consideración que lo pilotos están teniendo últimamente, aunque sí el más sangrante. Entre los estrenos de verano se han podido ver otros cuantos ejemplos de series que se lanzan con más dudas que convicción. Casos como el de Happy Town, pensada para ser una de las estrellas de la cadena —que, sin ningún orden oculto por mi parte, vuelve a ser la ABC— hasta el punto de reclamar parentescon con Twin Peaks. El Plloto no funciona y le dan una vuelta, no lo ven claro y lo cambian del muy apetecible otoño al más tranquilo invierno, no encuentran un hueco y pasa a la primavera. Casi a finales de primavera, de hecho. Y cuando la estrenan se nota el motivo de tantas vueltas.

El piloto sufre el Síndrome de Frankestein. Han cogido un cuerpo muerto y trataron de reanimarlo uniéndole partes ajenas. El resultado es, claro, un monstruo. Tanto que las audiencias hicieron que al tercer episodio tuvieran que retirarlo para el verano y cuando ese verano llegó tuvieron que suspenderla de nuevo, dos episodios más tarde, para desterrarla a donde no moleste: Los sábados de julio. Por la noche. Parecía que les resultaba más rentable estrenarla como estaba que volver a mandarla al taller o, incluso, no estrenarla en absoluto.

El tercer ejemplo está por llegar. Esto es, aún no se ha estrenado. Terra Nova, proyecto producido por Steven Spilberg para la cadena Fox, llena de dinosaurios por ordenador y otros caros efectos especiales que han justificado la grabación de la serie completa de una sola vez. Sin pilotos, sin pruebas y sin más intervención por parte de la cadena que supervisores con los dedos cruzados. Sobre todo porque lo poco que se ha visto y sabido suena a una exploit de ideas tan alocadamente dispares como Avatar, Tierra 2 o Cadillac y Dinosaurios .

La reflexión parece estar ahí: ¿Han dejado de tener utilidad los Pilotos? Hace unas semanas El Hombre Malo sugería que había que buscar un nuevo término o, simplemente, dejar de llamar Piloto al primer episodio cuando no había cumplido la función que se le supone a ese tipo de episodios. Yo creo que es un asunto que trasciende lo semántico. Es cierto que en un primer momento un Piloto es la prueba de una serie sobre la que se pueden hacer cambios, bien ajustes de actores, bien cambios de ritmo o de tono, e, incluso, se podía decidir no seguir con una serie tras lo allí visto.

Hace años no era tan extraño que alguno de estos pilotos tuvieran un formato de TV Movie y se proyectaran a la espera de que el público se manifestara. Por increible que os parezca es algo que se hizo por lo menos una vez en España sobre un asesino misterioso que acechaba a un grupo de personas aparentemente sin conexión. Las cifras fueron malas y no se contrató la serie, así que adios experimentos con tvmovie/piloto . En USA hay canales que siguen usándolo de cuando en cuando, el SyFy acaba de emitir The Phantom, un intento de actualizar el clásico personaje de Lee Falk, y se plantearán si seguirlo como serie.

Ahora se ha perido incluso la tradición de las Misteriosas Filtraciones que permitían darle una vuelta al tema en verano. Y si se contrata un piloto parece imposible no seguir con la serie. Aunque haya que darle tantas vueltas que el piloto acaba mareado.

Sorprendentemente la mayor parte de las series que sufren ese redux _ luego fracasan. — La parte de _Sorprendentemente va porque se siga haciendo, claro. — aunque muy de cuando en cuando aparece algo que lo justifica. Entre las Misteriosas Filtraciones de este año está el piloto original de The Big Bang Theory para la NBC. Es tan mediocre que está más cerca de Dos hombre y medio que de lo que acabaría siendo TBBT. De ella sólo se mantuvo el nombre y a los dos chicos protagonistas, el caracter de Sheldon fue llevado más al extremo y, eso sí, se mantuvieron algunos chistes. Lo que explica que pese al cambio de registro siguieran masturbándose por dinero , algo que queda tan lejos del personaje. Por suerte hay una regla no escrita de que lo que ocurre en el Piloto se puede quedar allí.

La función real del Piloto se divide en Interna y Externa. En la Interna tenemos el presentarnos la serie. No a los actores, no la trama; la serie. Sé que es relativamente habitual que los actores vayan saliendo por orden y caracterizándose en voz alta o por diálogos:

Que duro es estar soltero pese a ser un doctor con pasta que lo da todo por la gente.

Hey, Jack, ¿qué musitas? ¿Aún sigues buscando a una dueña para tu corazón?

Ríete, Jim, no todos podemos llevar cinco años felizmente casados con la contable del Hospital.

Cada cuál tiene sus problemas, Jack.

Lo sé, lo sé. Imagino que aún no habéis logrado engendrar ese niño que con tanto ahinco buscáis.

ETC.

Y su reverso maligno. O incomprendido: La trama explicada.

Este es un pueblo pequeño, los habitantes se conocen pero, ya sabe Sr. Smith, en todas partes hay… secretos.

Entiendo lo que dice, Alcalde Jones, pero creo que la aparición de un cadaver en mitad de la plaza merece una investigación.

Ya le he dicho que fueron los lobos.

Honradamente, Alcalde, no creo que los lobos… Decapiten [¡¡¡Chan-cha-
chaaaaan!!!]

Si conociera algo de la historia de este pueblo no se sorprendería tanto. [Media sonrisa]

Le advierto que no pienso parar hasta descubrir que es lo que usted y la empresa HombresLoboInstantáneosConEnormesGarrasPeroGrandesGrandesEh.Inc se traen entre manos en el bosque.

Hay cosas que quizá es mejor no descubrir. [Rayos y truenos]
ETC.

El tercer pecado de piloto suele ser, como es lógico, irse al extremo contrario. Explicar lo menos posible y con saltos, hacer un batiburrillo. Habitualmente este método va desliándose a medida que transcurre el Piloto — que suele empezar en mitad de la acción, in media res que le dicen— para acabar dejando montadas unas líneas generales con, obviamente, un gran giro dramático al final.

El problema en este caso es el Síndrome de la Abuela, ese espectador de sexo y edad no definida que no entiende un carajo de lo que está sucediendo en pantalla y, además, lo exterioriza: ¿Qué hace ese con esa, no estaba con la otra? ¿La organización es buena o mala? Pero si ese es el jefe, ¿por qué está pagando a los terroristas árabes? ¿Qué es lo que estaba diciendo el alto rubio al informático en silla de ruedas?

Es decir, por si no fuera problemático seguir el piloto ADEMÁS hay que tratar de escucharlos por encima de sus preguntas, y no se te ocurra detenerte en explicaciones elaboradas o terminaréis ambos perdidos. Y él preguntándote. Si no han sufrido nunca a uno de estos viendo una serie de Abrams no saben la envidia que les tengo. El propio Abrams guioniza como si no le hubiera pasado nunca pero, claro, él no tiene abuela.

Lo ideal es presentar personajes y situaciones con una base de la trama, que a la vez sea suficientemente entretenido para no aburrir, no tan atropellada para que se entienda y con el suspense necesario para que den ganas de seguir viendo la serie. No es fácil, claro, epro es que si lo fuera todos seríamos guionistas.

Cuando hablamos de la función Externa del Piloto lo primero que nos viene a la cabeza es que la Cadena pueda comprobar cómo ha quedado el guión al pasarlo a la tele. Lo que mencionábamos antes del tono, el tempo o la química del cast, no vayamos a descubrir que los protagonistas estarían mejor liados con cualquier otro personaje *cofmmunitycof* o que el nombre no le pega anda *cofgartowncof* porque eso significan problemas para el futuro. También puede servir para que a la secundaria que actúa bien y es guapa le den la patada, no vaya a hacer sombra a la pavisosa protagonista *coftetascofcampiroscof* en fin, ajustar el casting.

Al fin y al cabo la cadena tiene que tener preparado el mejor producto posible para su venta y emisión. ¿Significa esto que si no hay que hacer cambios no es un Piloto? En principio no. Resulta más barato hacer cambios en capítulos subsiguientes — Svetlana en el segundo episodios pierde una hija, esconde al hijo y cambia al chofer, por poner un ejemplo reciente— de manera que lo que se ve en el Piloto sirve para los episodios solicitados a posteriori, con lo que sí se ha usado para realizar cambios internos. Pero en realidad ese proceso de utilizar el llamémoslo feedback para mejorar la serie se produce ahora constantemente tras el cambio de modelo, recordemos que no es lo mismo encragar una serie entera de veinticuatro episodios contando el piloto que encargar seis episodios, luego cinco más, después nueve y tres para redondear hasta los veinticuatro. En cada pedido se harán cambios y ajustes que junto a la maor organización y fluidez de las comunicaciones gracais a internet permitirán anotar lo que gusta y lo que no (lo que gusta más o menos porque como se puede imaginar cualquier opiniones hay para todos, si hasta ‘Till Death ha tenido a casi un millón de espectadores en su cuarto y último año) con lo que viviremos un estado de Piloto continuo.

Pero no se nos puede olvidar que su función real es… vender. Se supone que nosotros no lo vamos a ver —ni a saber- pero hay que convencer a las cadenas pequeñajas americanas de que compren LA serie para emitirla a esa hora. En España resulta casi imposible de entender el asunto pero en eralidad no es tan complicado. En USA existen multitud de pequeñas emisoras, muchas para una misma localidad, que se dividen entre las que están asociadas a una cadena —y, por tanto, van a emitr con bastante probabilidad cualquier morr… serie que tengan— y las libres, que van picoteando de uno y otro lado. Obviamente a esas hay que convencerla de que VillaLobos es mejor que Médicos con Problemas o Triple Agente Doble . Que se gasten la pasta en lo tuyo. Y para eso hay que enseñarles la serie —el Piloto— y fingir que haces caso a sus sugerencias:

No está mal pero la chica devería ir vestida hasta el cuello y el policía tener mayor autoridad.

Me aprece una buena apuesta aunque el abanico étnico está poco desarrollado y.. ¿nadie hace Surf en esa serie?

Sí, amigos, vender a la vez para el centro de USA y su costa a la vez es fuente de muchas diversiones. ¡Menos mal que los Amish no tienen canales de televisión!

A vosotros os puede parecer una tontada pero ha habido series de esas que parecen que van a arrasar en premios y statu de culto que se quedan en nada por no encontrar un público objetivo , siendo un ejemplo reciente Pretty/Handomse.

Pero lo más habitual será, para no perder la serie, cuya compra ha sido aprobada por los responsables de turno y sus comites, y poder aplacarlos con algo en segunda ronda se vacía lo de dentro y se remodela del todo. Algo así como decidir que no quieres seguir con tu turno en la frutería y cambiarte con tu malvado hermano gemelo de una dimensión alternativa que sólo quiere comprar dos piñas. Y si cuela, cuela.

Así que al final la filosofía de mantener el nombre del río aunque los baños sean distintos, propia de Heráclito, se impone. Y por eso mismo Edgar Floats.


Featuring

Durante el repaso a la historia del programa Saturday Night Live una de las peticiones más habituales ha sido la confección de un listado de algún tipo que sirviera de Dramatis Personae.

La cantidad de cómicos, escritores, directivos de televisión y otros múltiples personajes que han interactuado con el programa requeriría una lista mastodóntica, así que me limitaré a realizar una breve reseñita de los más destacados en las varias categorías que he decidido crear. No sé si será de ayuda real en caso de que alguien quisiera revisar las columnas que nos llevan de los acontecimientos previos a la creación del programa a su vida por lustros, 75- 80- 85- 90- 95- 00- 05-10 – 15 pero por lo menos aquí queda este breve listado para echarles una mano. Para que luego digan que no soy majo.

A LOS MANDOS

Lorne Michaels

Si sólo se pudiera dar un nombre para hablar del SNL sería sin duda este. Cómico canadiense que trabajaba en USA, sus buenas relaciones y su conocimiento del medio le hizo la persona idónea para poner en marcha el programa. Su obstinación por realizar algo distinto permitió que se convirtiera en una programa de referencia y su lucha con la cadena acabó obligándole a marcharse. Años más tarde fue traído de regreso como la única persona que podía salvarlo. El paso de los años le ha hecho acomodaticio, más cercano a los intereses de la cadena —con la que, sin embargo, sigue discutiendo a favor de su programa— de la que se ha convertido en una especie de Consultor Externo por antonomasia. Lorne Michaels ha sido, a la vez, el alma y el cerebro del programa; su capacidad para ir sacando conejos del sombrero es lo que ha permitido aguantar, reinventando el programa o supúblico. Por todo ello Lorne Michaels merece pasar a la historia.

Dick Ebersol

Si Michaels es el padre, Ebersol es el padrino. A él le encomendaron su creación pese a venir de Deportes, a él llamaron tras la problemática etapa Doumain y fue él el que salvó el programa el tiempo suficiente —descubriendo a Eddie Murphy por el camino— para devolvérselo a Michaels. Frente a Lorne, un cómico y guionista, Ebersol siempre fue un hombre de la empresa, su mayor aportación fue convertir el desmadre en que se había convertido en una oficina tradicional. Algo que le quitó parte del alma al programa pero que, a la vez, permitió su existencia pasados los setenta. Ebersol siempre ha querido ser parte del programa, y méritos ha acumulado, pero la verdad es que es más una anomalía por la que siente afecto que algo que de lo qu se pueda considerar responsable.

Brandon Tartikoff

El tercer nombre al que hay que agradecer la supervivencia del programa, aunque su influencia, jefazo de la NBC durante los ’80 y principal valedor del programa, gracias a lo cuál se le dieron oportunidades y se le permitieron cosas que no se hubieran dejado pasar a otros programas. Que él estuviera ahí cuando el programa pasó por sus peores crisis de identidad —aún un ejecutivo en auge durante la etapa Doumain, ya en el poder para poder lograr la transición a Michaels y para permitirle redimirse tras su algo más que problemática primera temporada de regreso— fue un golpe de suerte para todos que permitió que se estabilizara.

DETRÁS DE LAS CÁMARAS

Michael O?Donoghue

Primer jefe de guionistas del SNL, O?Donoghue empezó como fundador del National Lampoon —un derivado del Harvard Lampoon — y terminó convertido en su Editor Jefe. Estuvo también al frente de la adaptación radiofónica de la revista, lo que hizo que Lorne Michaels se fijara en él para ser el primer responsable del SNL. Ganó los Emmys por sus guiones para el programa en el 76 y el 77 pero para el 78 ya estaba muy cansado así que dejó el programa. Cuando Dick Ebersol trató de salvar el SNL en 1981 su primer pensamiento fue traerle de vuelta a su antiguo puesto. Duró un año, lo justo para amargarle sus últimos días en el cargo al presidente de la NBC, Fred Silverman —el antecedente directo de Brandon Tartikoff en el cargo— quién exigió su dimisión cuando descubrió que estaba preparando un sketch en el que se comparaba su situación con Adolf Hitler en el bunker. Su marcha se dejó sentir pero su posición inconformista permaneció como idea de lo que el programa debería ser.

Al Franken

Quizá el más importante de los guionistas del programa, al menos en lo que a logros personales se refiere, Franken fue dúo con Tom Davis, otro de los grandes nombres del programa. Pero decidió ir más allá y estuvo también entrando y saliendo de entre los Not Ready From Prime Time Players. La historia del SNL es también la de cómo pasó de actuar en garitos de Nueva York al momento en que llegó a Senador de Minessota .

Tom Davis

Otro de los extremadamente talentososo guionistas del programa, compañero de correrías durante años con Al Franken, con el que formó el dúo cómico Franken & Davis, ganó cuatro Emmys como guionista y permaneció en el SNL hasta 2003.

Brian Doyle-Murray

El hermano mayor de Bill Murray no estuvo desde el principio en el SNL, llego en el segundo año y paso a ser, casi inmediatamente parte fundamental del equipo de guionistas. El último año de la primera estacia de Michaels tuvo papelitos ante las cámaras. Se fue con el resto al final de la Era Michaels aunque volvió cuando Dick Ebersol le reclamó —junto a otros guionistas clásicos como Michael O’Donaghue— tras la Etapa Doumain, en este regreso llegó a presentar el Weekend Update hasta su marcha en 1982.

Jim Downey

Tío de Robert Downey Jr. , Jim fue otro de los escritores que se unieron en 1976 al programa, permaneciendo en él durante toda la primera etapa de Lorne Michaels. Dick Ebersol le trajo a mediados de su etapa para que sustituyera como jefe de guionistas a O?Donoghue, puesto en el que no duró mucho aunque desde entonces permaneció en diversos tareas dentro del equipo de guionistas del programa, incluso con el regresó de Michaels. Tras una bronca con la cadena acabó confinado a escribir sólo el Weekend Update en lo que sería la etapa de Norm McDonald al frente, lo que acabó provocando la expulsión del actor y su propia marcha en 1998. En 2002 regresó llamado de nuevo por Lorne y aún continúa colaborando esporádicamente con el programa lo que le convierte en el guionista que más tiempo ha estado ligado al mismo.

Harry Shearer

Una leyenda de la comedia en USA, Shearer se incorporó en el último año de la primera estancia de Lorne Michaels al frente del SNL como actor y guionista, se ofreció a Doumanian para permanecer en el programa cuando los demás se fueran pero ella consideró mejor quitarse a todo miembro de la etapa Michaels de encima. Tras el éxito de la película This is Spinal Tap, de la que era co-creador y co-escritor, le fue ofrecida la posibilidad de regresar a los guiones del SNL. Estuvo por allí durante la última etapa de Dick Ebersol, sintiéndose poco utilizado lo que provocó que se volviera a ir antes del regreso de Michaels. Con el paso de los años acabaría teniendo una auténtica proyección poniendo voces en Los Simpsons, proyecto en el que se embarcó casi desde el principio, suyo es el trabajo tras Mr. Burns, Smithers, Skinner y muchos otros personajes.

Conan O’Brian

Joven guionista salido del Harvard Lampoon, la carrera de O’Brian como guionista del SNL transcurrió durante la segunda mitad de los años ochenta, con el regreso de Lorne Michaels al programa. Algunos de los más controvertidos sketches como Nude Beach, con Smigel, o el incluso más complicado para la cadena Atack of the Masturbating Zombies, le convirtieron en un guionista respetado y, a la vez, difícil de mantener. Tras su marcha del programa en el 91 Lorne Michaels hizo campaña para que se le diera el programa Late Night tras la marcha de Letterman a la CBS. El resto es historia —y puñaladas traperas—

Robert Smigel

La voz tras Triumph, the insult dog, el cerebro tras la TV Funhose, compinche habitual de O’Brian y durante años, referente entre los guionistas de sketches. Smigel empezó en el SNL como guionista y coproductor con el regreso de Lorne Michaels en el 85, ocuparía desde entonces diferentes cargos y permanecería ligado de una manera u otra al programa aunque sus colaboraciones se irían espaciando desde 2005 hasta cesar casi completamente en 2009.

SUPER ESTRELLAS

Chevy Chase

La primera estrella del programa fue este cómico al que sólo habían fichado como guionista y que apareció ante las cámaras para cubrir un hueco. Su estancia durante el primer año del show le valió algunas portadas, una notable enemistad con casi todo el mundo y convertirse en el primero en dejar el programa por las ofertas de Hollywood. Después de eso vivió una breve edad dorada antes de ir cayendo en el imaginario hasta convertirse en un chiste. Recientemente ha sido recuperado en la serie Community.

John Belushi

El actor más carismático y fiero del primer SNL, su forma de actuar completamente visceral le convertía en un ciclón cómico. Tras la marcha de Chase se quedó con toda la atención del programa, convirtiéndolo en el faorito dela juventud americana. Abandonó el SNL en 1979, antes de que terminara la primera etapa Michaels, tomando al asalto Hollywood. Lamentablemente murió pocos años después, en 1982, dejando así huérfano al programa de uno de sus más grandes referentes.

Eddie Murphy

El actor que durante la etapa Doumain paseaba por las oficinas entreteniendo al personal , fichado por la insistencia de uno de los productores e infrautilizado hasta la llegada de Ebersol quien pasaría a centrar el SNL de 1981 a 1984 en él. Era tal su fuerza que prácticamente convirtió al programa en su programa privado por lo que su marcha, un año antes de que terminara la etapa Ebersol, casi le hizo un favor al SNL. Su relación desde entonces ha sido algo más que tensa, sobre todo porque el no haber sido jamás un chico Michaels le ha convertido en una rareza entre los salidos con éxito del programa.

Dana Carvey

Llegado al programa en su momento más bajo, cuando en 1986 Lorne Michaels tuvo que sacarse algo de la chistera para que no le cerraran el programa lo que encontró fue a él. Brillante imitador —su Bush padre es difícil de igualar— y creador de varios personajes cómicos como la Church Lady o Hans, sus pocas incursiones en el cine han hecho de él una Super Estrella en Estados Unidos que llegó a tener un Show con su nombre pero han limitado su conocimiento por el resto del mundo a el que salía con Mike Myers en El Mundo De Wayne. Que tampoco es ninguna tontería.

Mike Myers

Lo más evidente sería decir que él es el Wayne de El Mundo de Wayne pero, obviamente, es mucho más. De entrada, es lo que Lorne Michaels encontró sin buscarlo aún durante el reinado de Carvey en el programa, al que aportó personajes como el Dieter de Sprockets, lo que sirvió para que saltaran chispas entre ambos y para que el SNL llegara a su nivel máximo de audiencia desde su edad dorada original. Este canadiense permaneció en el programa durante los primeros noventa, aunque serían los años alrededor del estreno de la película los que mayor fama le proporcionarían. Tras dejar el programa se tomó un año de descanso del que volvió con A_ustin Powers_ en el 97, otra franquicia de éxito que le permitiría conservar el status de estrella. Después de eso llegó el doblaje de Shrek, en lo que ha estado ocupado los últimos años.

Adam Sandler

Entro en el programa en el año noventa y permaneció un lustro en él, haciéndose un hueco en el imaginario americano y construyendo su personaje de simplón bien intencionado. La NBC decidió que fuera uno de los actores despedidos del program en 1995 pese a tratarse de uno de los más populares entre el público, lo que fue un golpe para el programa pero una suerte para él que pudo centrarse definitivamente en hacer películas y llegar a ser tan conocido como es ahora.

Will Ferrell

Miembro del programa de 1995 a 2002, supo lograr el puesto central sin por ello convertirse en una carga que absoriera el programa. Especialista en hacer pareja con otos cómicos del programa, su humor se desarrolla mejor cuando tiene alguien con quien trabajar. Su marcha del programa para centrarse en su emergente carrera cinematográfica no le ha impedido reparece en numerosas ocasiones en el show para realizar pequeños cameos.

Tina Fey

Si bien su situación como jefa de guionistas y abanderada del Woman Power que reformuló el programa durante el inicio del nuevo milenio era más de culto su posterior creación de la comedia 30 Rock claramente inspirada por su trabajo aquí y su posterior regreso para imitar a Sarah Palin la convirtieron en la última super estrella salida del programa.

GRANDES SECUNDARIOS

Dan Aykroyd

Imprescindible compñero de correrías de Belushi y hombre para todo de la primera etapa del programa, su persistencia acabaría siendo recompensada con un reconocimiento tardío al trabajo realizado en el SNL.

Bill Murray

Reemplazo de Chevy Chase y miembro del reparto en la primera etapa de Michaels, Murray fue ganando poco a poco peso entre el público gracias a películas como Cazafantasmas o El Día de la Marmota, posteriormente se reinventó como actor de culto.

Gilda Radner

La mujer más importante de la primera etapa, tenía madera para haber sido una super estrella como sus compañeros pero sus inseguridades la hicieron preferir un papel secundario en casi cualquier proyecto que tomaba, muchos con su marido Gene Wilder. Emily Litella o Roseanne Roseannadanna están entre los personajes más recordados de toda la historia del programa y ella, fallecida de cáncer en 1989, una de las actrices más queridas y recordadas.

Joe Piscopo

Segunda pata del banco durante la etapa Doumain / Ebersol, su papel fundamental era servir de sparring a Eddie Murphy. Eso e imitar a Sinatra.

Norm McDonald

Aguerrido miembro del reparto, su paso a presentador del Weekend Update casi causa una guerra civil dentro de la NBC por lo brutal de sus comentarios y su, discutible, sentido del humor. Fue apartado del falso noticiario aunque no del programa, al que renunció el mismo ocos meses después.

Phil Hartman

Hombre para todo y tercero en discordia durante la etapa Carvey / Myers, Hartman fue un gran creador de personajes y es universalmente reconocido pro su trabajo como actor de doblaje en Los Simpsons interpretando a Lionel Hutz y a Troy McLure.

Chris Farley

Sólo su temprana muerte impidió que se convirtiera en una super estella igual que el inexplicable despido por parte de la NBC a mediados de los noventa le sacó del show antes de haber dado todo de sí. Un cómico enorme en todos los sentidos que seguí veinte años después la senda de Belushi y del reparto original del programa.

Chris Rock

Uno de los más grandes Stand-Up de todos los tiempos, su problema fue que los sketches tienen un lenguaje, una construcción, diferente. Su aportación como miembro negro del reparto fue importante aunque lo suficientemente frustraten para él como para terminar largándose al In living Color de Damon Wayans.

Darrell Hammond

Auténtico genio de la imitación, su participación como pareja de Will Ferrell en el programa le hubiera servido sin problemas para ocupar un hueco en este breve listado, pero sus personajes en solitario e imitaciones como la de Al Gore le han catapultado no sólo como el actor que más tiempo ha permanecido en el programa, también como uno de los más valiosos.

Chris Kattan

Otro chico para todo que, sin embargo, tendía más hacia el escarnio propio; un auténtico payaso en la cariñosa acepción antigua del término.

Molly Shannon

Primera mujer fuerte en años, su creación de Mary Katherine Gallagher la convertiría en la impulsora del Woman Power que vivió el programa con el cambio de siglo.

Chris Parnell

Genio del segundo plano, su posición como secundario le funciona mucho mejor que como actor principal lo que le ha llevado a tener una carrera algo irregular. Estuvo dentro y fuera del programa durante una temporada por culpa de los recortes de la NBC, pese a lo cuál estuvo en el éxito del programa Lazy Sunday.

Jimmy Fallon

Experto en personajes de blandito, fue co-presentador del Weekend Update con Tina Fey y, sorprendentemente, elegido como sustituto para Conan O’Brian en el Late Night. Protegido de Lorne Michaels que debe ver en él algo que el resto de la humanidad no alcanza a intuir.

Amy Poehler

Otra de las muejres fuertes que ha estado sirviendo el programa, su paso al cine parece estar demorándose más de lo deseable pero su innegable bis cómica y el talento que derrocha, ahora desde la serie Parks & Recreations, la hace candidata a brillar más aún en el mundo del espectáculo.

Fred Armisten

Auténtico camaleón del actual reparto del SNL, su imitación de Obama quizá no esté muy conseguida pero si fue tremendamente controvertida por no venir de un actor negro. En general a Armisten se le puede confiar cualqueir papel secundario porque su apariencia camaleónica le ha permitido meterse en pieles y razas de lo más variado.

Seth Meyers

Actual jefe de guionistas del programa, actual presentador del Weekend Update, la labor de Meyers parece menor y su afilada lengua contenida pero ha logrado recuperar un espíritu de crítica política que parecía dado de lado por el programa y acercarlo todo, especialmente el Weekend Update, a la senda del Daily Show de Jon Stewart.

Kristen Wiig

Actual actriz femenina principal, su comicidad parece innegable aunque una cierta tendencia al histrionismo enturbia su participación.

Bill Hadder

Atal chico para todo, secundario por excelencia en la actualidad, su peculiar manera de atacar a los personajes le permite muchas veces robar las escenas a sus compañeros.

Andy Samberg

Va rumbo de ser la Super Estrella del futuro, al menos si pone algo de su parte porque este actor cómico y guionista, miembro del trío The Lonely Island y cerebro detrás de los famos y virales SNL Digital Shorts parece más ocupado en pasárselo bien que en construirse una auténtica carrera cinematográfica.

AMIGOS Y VECINOS

Paul Simon

Amigo personal de Lorne Michaels, ex-miembro del dúo Simon & Garfunkel, sus contactos fueron de mucha utilidad para lanzar el programa, al que ha vuelto cada vez que le ha apetecido. Quizá una de sus más recordadas intervenciones, más incluso que su reencuentro con Art Garfunkle tras su ruptura como dúo en el segundo programa, fue su actuación tras el 11 S cantando The Boxer.

Candice Bergen

Primera mujer en presentar el SNL y una de las más recordadas, su humor seco y cínico pegaba muy bien con los chicos de la primera etapa. Regresa de cuando en cuando para realizar su labor y hasta la última temporada era la única mujer en el club de los que han presentado cinco veces mínimo el show.

Buck Henry

Presentador para todo de la primera etapa, cada vez que se caía alguien o que no encontraban a nadie para ocupar el hueco, algo que al principio ocuría más de lo creíble, tenían a Buck Henry para tomar las riendas del asunto. Con el paso de los años su presencia desapareció, no hay como tener gente dispuest a ir para olvidarse de los amigos.

Andy Kaufman

Surrealista cómico, realizador de diferentes cameos a lo largo de lso primeros años y sujeto de un curioso experimento en el que se preguntó a los expectadores si deseaban que siguiera apreciendo. La respuesta negativa de la audiencia hizo que no volviera a aparecer pese a su bien ganado estatus de cómico de culto.

Steve Martin

El actor que más veces y más tiempo lleva ejerciendo como presentador y como
invitado, ya en la primera etapa creó a los Hermanos salvajes con Dan Aykroyd, su constante apoyo al programa, que incluye numerosas apariciones, ha logrado que mucha gente piense que estuvo en plantilla en algún momento.

Billy Cristal

Actor de relleno de oro fichado a ese precio, junto a Martin Short, para la última temporada de Ebersol, siendo ya un cómico establecido y admirado. Crystal tiene una historia con el programa del que podría haber formado parte en su primera etapa hasta que una discusión por la duración de un gag hizo que decidiera darle puerta, creando las condiciones necesarias para que el guionista Chevy Chase le reemplazara.

Damon Wayans

Uno de los casos más curiosos de toda la historia del programa: Le contrataron
pero se sentía infrautilizado así que decidió tomar al asalto un sketch en directo provocando la ira de Michaels y su despido fulminante. Michaels no tardó en perdonarle y la volvió a permitir aparecer pocos programas después, con el despido ya efectivo. Así que Wayans se mudó a la Fox a hacer su propio programa de sketches, In Living Color, que se convertiría en la referencia durante los últimos noventa, lanzando a su vez a otro actor cómico.

Jim Carrey

Que nunca jamás ha sido miembro del SNL, lo crean o no. Su trabajo en In Living Color como uno de los pocos actores blancos del programa le dió la suficiente visibilidad como para lanzar una exitosa carrera cinematográfica. También para participar de cuando en cuando haciendo cameos o presentando el SNL en el que realizó alguna de sus actuaciones e imitaciones más memorables.

Alec Baldwin

El hombre, junto a Steve Martin, que más veces ha presentado el programa y una de las revelaciones de Lorne Michaels que ha logrado hacernos descubrir el lado cómico de este mazacote. La lornización continuó en 30 Rock, revelando su lado cómico y convirtiéndole, de paso, en actor de culto.

Christopher Walken

La revelación más inesperada, su humor extraño y algo incómodo hace de él uno de los presentadores a los que el público no puede perderse. El inquietante actor ha sabido mostrar una faceta de hombre extraño pero con muchas ganas de divertirse.

Justin Timberlake

El host del siglo XXI, su absoluta falta de vergüenza y la sintonía con Andy Samberg han logrado que se lleve a su casa un más que merecido Emmy al mejor actor cómico invitado y creado fenómenos de internet como su participación en Single Ladies o el éxito viral Dick in a Box.

Ahora es cuando señaláis la cantidad ingente de personas que han pasado por el SNL durante estos 35 años que también debía haber incluido. Y probablemente tengáis razon pero, desde mi punto de vista, estos son los nombres fundamentales. Recordad que, al fin y al cabo, esto es una columna, no un duplex.


Posttriscaidecafobia

La organización de una serie en capítulos es algo arraigado en la concepción de la ficción televisiva de cada país, ciertamente. Por eso están tan alejados los modelos ingleses y españoles, que van de los seis episodios que le dan un aire de perenne miniserie a todo a la locura absurda del apócrifo lema español hasta el infinito y más allá . Entre medias quedan otros modelos como el que se ha convertido en la referencia: el USAca .

El formato habitual de serie de unos 22 episodios por temporada ha vivido una auténtica revolución en las dos últimas décadas. Aunque resultaría más romántico considerar que se debe todo a la madurez del género que ha pasado a la casi total desaparición de series antológicas —entiéndaseme; serie que reúne diferentes historias a modo de antología de un tema, como la reciente Masters of Horror , no en el sentido de serie tan buena que merece ser recopilada— y de un sistema general de historia de la semana en casi todos los géneros (misterio, comedia, aventuras) a aplicar las tramas por arcos o por temporadas como forma —y fondo— recurrente.

Parece que los dos puntos fundamentales de este cambio serían el acercamiento a la madurez el cable —que se articula en un modelo habitual de 13 episodios— que lleva a los creadores a apartarse del modelo autoconclusivo y las ideas empresariales que pretenden lograr un mejor resultado económico. Sorprendentemente es lo contrario.

La irrupción de teorías capitalistas de alto fuste siguiendo los sucesivos planes de recortes de los años ochenta y noventa han llevado a las series a tener que estar a prueba desde casi el primer día. Frente a una clásica orden de 22 episodios las cadenas vieron que salía más a cuenta empezar con un número bajo —habitualmente unos 9— que poder estirar hasta 13 en cualquier momento para, una vez demostrada la calidad de la misma, pasara a la cifra clásica —o sobre pasarla, incluso— de manera que si una serie empieza bien pero la caga a partir de un cierto episodio se la puedan sacudir de encima, como ocurrió con Commander in chief , la serie en la que Geena Davis interpretaba a la primera presidenta de Estados Unidos que arrancó con los mejores números para terminar cancelada.

¿Cómo es esto posible? Pues debido a la maldición del número 13 (Insertar sonido de truenos) que es el resultado de querer tenerlo todo. Si en una serie autonconclusiva tradicional añades capítulos sólo tienes que meter una serie de of the week más, si lo haces en las actuales tienes que modificar todo el sistema de tramas y arcos. Con esto no quiero decir, ni mucho menos, que lo de antes fuera superior. Ni que los arcos no puedan ser un claro error.

El problema fundamental es que las series, especialmente aquellas en su primer año, tienen pensadas trama y desarrollo para esos primeros 13 episodios. Por eso cuando consiguen temporadas completas sufren una brusca falta de rumbo. Es más sencillo que los creadores de una serie sepan cómo va a ser la segunda temporada que la segunda mitad de la primera y, obviamente, tendrán más tiempo para desarrollarla y mejorar.

Son muchos los problemas que pueden producirse en una serie y todos tienen un punto de partida claro, el 13 marca un final lo que significa que el 14 tiene que ser otro principio. O, como poco, una continuación razonable:

En 24 quedaba todo tan cerrado —familia rescatada, malos detenidos, organización desarticulada— que el giro metido en el capítulo siguiente resultaba poco creíble, el pistoletazo de salida para los diferentes tirabuzones que irían enloqueciendo progresivamente la historia.

En el caso de Supernatural no fue tanto el hecho puntual de ese capítulo con el encuentro entre los protagonistas y su padre —un claro ejemplo de ruptura con respecto a las series antiguas, nadie se imagina que El Fugitivo encontrara al Hombre con un Sólo Brazo a mitad de la primera temporada, salvo, quizá, J. J. Abrams — tanto como el paso de distintos Monsters of the Week centrados en leyendas urbanas a una trama demoníaca general que se iba colando entre esos capítulos —sustituyéndola en ocasiones— mientras estos pasaban a ser tan poco interesantes que parecían los rescatados de la papelera.

El ejemplo más reciente, y uno de los más sangrantes, es el de Glee que volvió tras un espléndido capítulo que cerraba casi todas sus tramas y lo hizo poniendo las fichas en la primera casilla. Esquemas repetidos, más cabos sueltos y una cierta desgana con aire de sobreexplotación de los actores/cantantes que han logrado quitarle las ganas de seguir a parte del entregado público que la convirtió en serie revelación.

En el extremo opuesto se encuentra Community , auténtica comedia del año, que vio aumentada en varias ocasiones su número de episodios, en un claro ejemplo de avaricia empresarial, llevándolas hasta la alocada cifra de 25 capítulos en su primera temporada. Circunstancia de la que supieron sacar partido con dos trucos, el abandono de arcos y tramas convirtiéndolos en líneas generales de actuación, y la mezcla de capítulos. Los episodios 23 a 25 no se colocaron como estrambote del final, se reubicaron en distintos momentos del final de temporada —casi todos antes de los tres últimos— eliminando cualquier mención a la continuidad y preparando historias que no fueran a tener impacto en los siguientes episodios. Relleno improvisado de un nivel más bajo, sí, pero por lo menos no hacía descarrilar la serie.

Lo que demostraría que no es tanto un problema de los guionistas como del choque entre ambos sistemas, el de planificación de tramas y el de planificación económica. Y si bien es lógico pensar que una televisión quiere evitarse problemas como encargar 22 capítulos de Happy Town para que terminen en la basura o en Europa uno no puede dejar de pensar en lo mucho más sensatos que parece la idea de que el número de episodios —cada vez más variable, lo que ha provocado que en otras series el punto de ruptura pueda ser el 9 o el 15— dependiera de lo que la serie tuviera para contar —admitamos, por ejemplo, que a Harper’s Island le sobraban, entre otras cosas, varios capítulos de los 13 que tenía— del mismo modo que nadie impone 250 páginas o 500 para un libro.

Pero, claro, también seria deseable que la duración de los informativos se adaptara a la existencia de noticias, no al revés, y aquí estamos, viendo cantar a gatitos.


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30 años no es una edad habitual a la que llegue un programa con vocación transgresora o de apelar a los jóvenes adultos. Es innegable que algo hay que perder, algo hay que cambiar, y nada es lo mismo.

En el caso del SNL, cuando empezó su 30 temporada en septiembre de 2005 la situación era extremadamente apacible: tras el brillante lustro inicial y los turbulentos ’80 los siguiente quince años fueron una lección de adaptación por parte de Lorne Michaels que fue demostrando cómo el programa podía sacar y pulir diamantes, con paciencia, con mucho trabajo y dejando a muchos jóvenes cómicos en un sencillo puesto de secundarios recurrentes o de mero forraje para la pantalla.

Michaels, uno de los tipos más listos del mundillo televisivo, había ido adaptándose a la situación, poniendo límites a lo que la cadena podía hacer y lo que no y mimando a sus protegidos. Para 2005 su situación era realmente extraña, quizá la persona fuera de la NBC con más peso dentro. Empezaba el lustro habiendo desterrado la imagen de Club de Chicos que había perseguido al programa desde casi el principio y que había causado sonoros enfrentamientos con antiguas integrantes como Louis-Dreyfus, Garofalo o Silverman y un escándalo mayúsculo con el caso Andrew Dice Clay. Pero el reinado de las mujeres tampoco podía durar mucho en un panorama cambiante.

Las tres novedades del año 2005, que apuntalarían el programa en años venideros, fueron la cómica de improvisación Kristen Wiig, el camaleónico Bill Hader y el más importante de los fichajes: The Lonely Island.

The Lonely Island era un trío de chavales, amigos desde la infancia, que hacían parodias de canciones, escribían piezas cómicas y realizaban todo tipo de locuras en Berkeley, California. Locuras lo suficientemente importantes para atraer a los ejecutivos televisivos, por ejemplo los que decidieron que en los premio de cine de la MTv presentados por Jimmy Fallon —recién abandonado el SNL— se incluyeran algunos montajes suyos. Esto les sirvió de carta de presentación cuando
Michaels se interesó por ellos permitiéndoles llegar a un trato con él.

Andy Samberg pasó a ser uno de los nuevos cómicos contratados, Akiva Schaffer y Jorma Taccone pasarían, por su parte, a formar parte de los guionistas del programa; además, el trío seguiría preparando cortos que servirían como relevo natural a la Funhouse de Smigel, los SNL Digital Shorts.

Unos suben, otros bajan, las mujeres vieron cómo perdían cuota con la desaparición por la baja de embarazo de Maya Rudolph y especialmente de Tina Fey, a la que no se vería mucho más. Tras la experiencia del año anterior guionizando Chicas Malas y su reciente maternidad Fey se sentía con fuerzas para preparar el sigueitne asalto con toda la ayuda de Lorne Michaels, preparar una comedia que iba, básicamente… sobre ella.

30 Rock es una serie sobre una jefa de guionistas como ella, con un programa semanal de sketches, un montón de actores problemáticos entre los que destacaba su antigua amiga y compañera de actuación ahora parte fundamental del show, Rachel Dratch —que había sido compañera de Fey en los viejos tiempo de Chicago— y el imprevisible Tracy Jordan, personaje con mucho del también ex- SNL Tracy Morgan en el que, de paso, se disparaba con bala entre otros muchos tics de cómicos al ex-SNL más anti-SNL, Eddie Murphy. Por si quedaba duda, el nombre venía del edificio real de la NBC, cadena igual de real que realizaba un ejercicio tremendo de metaficción apartando las pocas diferencias —la falta de presentadores e invitados musicales, la dualidad ante las cámaras de la propia Fey, la presencia de Lorne Michaels…— para la que se sirvió de muchos talentos del show. Los más visibles fueron, obviamente, los de la propia Fey y los de Rachel Dratch, que abandonaron a finales de la temporada para centrarse en el desarrollo del piloto.

Resultaría ridículo señalar la marcha de la comedia, sus múltiples premios o el refuerzo a la imagen de Lorne Michaels como productor. Me limitaré a señalar que Dratch, amiga desde antiguo de Fey, dejó el SNL para hacer el papel que acabaría siendo desde la segunda versión del piloto para Jane Krakowski. Un fallo de cálculo que no ha agriado la relación, la cómica ha aparecido en pequeños papelitos en la serie así como cameos en el SNL, el último de los cuales junto a la propia Fey este mismo año.

Y si las mujeres bajan alguien tenía que subir: The Lonely Island. Durante los primeros meses poco era lo que realizaban, Samberg no parecía contar mucho para el resto de los guionistas, por lo menos hasta que llegó Lazy Sunday.

En compañía de Chris Parnell, con ocho años ya en el programa y más cerca de irse que de quedarse, Andy Samberg, que casi ni se había estrenado, comentaba en el que era su segundo Digital Shot un visionado del primer Narnia con el uso de Chronic como seudónimo de María mediante un rap de blancos.

Es difícil decir si fue un éxito de YouTube o un éxito por YouTube, la por entonces neonata herramienta para compartir vídeos, el caso es que se convirtió en el nuevo sketch memorable del SNL y logró atraer de nuevo a los jóvenes espectadores. A Lorne Michaels le salían bien los planes.

Pese a ello el canal pedía ajustes presupuestarios así que Lorne tuvo que dejar ir a Parnell —que lo intentó con el fallido piloto de Thick and Thin antes de convertirse en el personaje recurrente Dr. Spaceman en, obviamente— 30 Rock— junto con otros actores de largo recorrido como Horatio Sanz y Finesse Mitchell. La marcha de Fey llevó aparejada la subida de Seth Meyers de actor y guionista a jefe de guionistas (en principio junto a Paula Pell y Andrew Steele ) y a presentador del Weekend Update con Amy Poehler.

Tras el éxito de la anterior temporada Hader y Wiig, además del guionista pasado a actor Jason Sudeikis pasaron a ser miembros del repertorio. También subió de puesto Samberg que produjo en esta nueva temporada otro hito con el principio de una colaboración más que fructífera para ambas partes entre el joven —digamos— cantante Justin Timberlake y el SNL. El más que notable talento cómico de Timberlake y su absoluta falta de vergüenza facilitaron la existencia de Dick in a box que les valió a los implicados un premio Emmy.

De nuevo el éxito en Internet y, esta vez además, la demostración de que se podía usar como medio en el que quitar los pitidos, abriendo a una audiencia adulta, a salvo de no tanto chavalines como pesadas asociaciones de espectadores.

El equipo se estabiliza, Wiig* se consolida mientras el resto de mujeres van desapareciendo aun cuando su tendencia a soberactuar no parece reprimida por nadie. Hadder se convierte en un chico para todo que demuestra unas capacidades similares a las de Kattan o Aykroyd para crear pequeños personajes memorables y brillantes imitaciones.

Al año siguiente la plantilla vasi no varió, en parte como medida preventiva ante la huelga de escritores que sacudió al programa como a todos los demás, anulando uno con The Rock y Amy Whinehouse entre otros planes. Los cómicos y guionistas estuvieron entre el sector más activo del programa hasta el punto de que se llegó a hacer un episodio especial en directo dentro del Teatro Upright Citizens Brigade co-fundado por Poehler, en el que Michael Cera presentaba y el grupo Yo la tengo ejercía de invitado musical, recreando el programa con el nombre*_SNL On Strike!_*, un acto de homenaje a los newyorkinos y de apoyo a los escritores en huelga que contó con la participación de casi todo el cast de la temporada así como de Horatio Sanz y Rachel Dratch.

Una vez se retornó a la normalidad reapareció la anormalidad, no tanto por la marcha de Maya Rudolph aprovechando la huelga, como por el año electoral a la vista por el que los políticos — Hillary Clinton, que se encaró a Amy Poehler, su imitadora; Barack Obama o John McCain— pasaron a a realizar cameos bien para apoyar su imagen pública, bien para congraciarse con los guionistas del programa. Con el final de la temporada se acercaba el final del reinado de las mujeres tras manifestar Amy Poehler que se iría al año siguietne para desarrollar su propia sereie: Parks & Recreations. Poehler aceptó marcharse a mitad ela temporada pero eso no evitaba que la sucesiva pérdida de poder femenino pareciera irremediable, haciendo que el SNL perdiera una de sus principales —y pacientemente conseguidas— bazas.

Lo que nadie podía preveer era lo que ocurriría meses más tarde, el 29 de Agosto de 2008. Ese día el candidato a la Presidencia por el partido Republicano, John McCain, anunciaba a su compañera candidata a vicepresidenta, la Gobernadora de Alaska, Sarah Palin. Todo el potencial cómico de la mujer y su más que notable parecido con Tina Fey convirtieron la vuelta de esta al programa en un clamor.

El arranque de la temporada ese año estaría ligado a Palin, con sólo unas pocas incorporaciones entre los actores de fondo, entre los que sólo destacaban Bobby Moynihan, que haría el papel de eterno secundario gordito simpático, y Abby Elliott —hija del exSNL de corta duración Chris Elliot y nieta de Bob Elliot, de Bob & Ray, que también apareció haciendo un cameo en los ’70— que perpetuaría la saga familiar y trataría de mantener la llama del Girl Power en el programa.

El sketch en el que Amy Poehler, aún en el programa, imitando a Hillary Clinton daba una rueda de prensa con Tina Fey haciendo de Sarah Palin pasará a los anales del programa entre los sketches de contenido político más importantes. Y de mayor recorrido internacional.

La brillantez de la imitación convirtieron finalmente a Tina Fey en una superestrella mundial, elevaron las audiencias del programa y acabaron consiguiendo la participación de Sarah Palin para un mini enfrentamiento con ella. Todo un logro que devolvió las audiencias del programa a los niveles de principios de los noventa cuando el tandem Carey / Myers arrasaba. Todo el proceso electoral que acabaría llevando a la victoria de Barack Obama fue tratada con ironía y humor por el SNL consiguiendo convertirse de nuevo en un espacio de referencia entre los jóvenes, especialmente su Weekend Update —finalmente sólo con Seth Meyers— que pasó a ser una versión breve del Daily Show de Jon Stewart.

La llegada de Obama a la Casa Blanca supuso dos cosas: Que Tina Fey dejara de imitar a Palin —al menos hasta que volvió a ser host del programa— y que algún actor tenía que hacer de Obama. Dado que el único actor de color era Kenan parecía obvio que había que buscar a alguien nuevo. Incluso se llegaron a hacer pruebas en los que participaron cómicos como el entonces guionista de 30Rock y actual actor de Community Donald Glover, intentos de encontrar a un actor que pudiera imitarle. Pero fue en vano, finalmente Fred Armisen, el más camaleónico de todos los actores del actual reparto, hijo de venezolana de germano-japonés, encarnaría al nuevo presidente entre críticas de los sectores más concienciados de la comunidad negra que no entienden cómo no había un actor negro que pudiera interpretar a Obama. Especialmente al ver que la imitación es correcta pero no memorable, nada que ver con la larga tradición de enormes versiones presidenciales.

También hubo quejas, desatadas por el affaire Obama, sobre la nula presencia de mujeres de color y la explotación de Kenan que tenía que interpretar todos los papeles de afroamericano, quizá el movimeinto no logró nuevas contrataciones pero sí facilitó algo más de visibilidad a Kenan Thompson.

What up with that from Dariuss on Vimeo.

No fue la única queja por una imitación de Armisen, también su versión del actual gobernador de Nueva York, David Paterson, le procuró la queja explícita del personaje público y de una serie de colectivos de ciegos que no entendían que se hiciera humor con eso. Sus apariciones en el Weekend Update, sólo o con el ex-gobernador Spitzer de Bill Hadder, se convirtieron, sin embargo, en momentos memorables.

Link: UPDATE Fred - Saturday Night Live

Así que el auge de internet, capaz de convertir en viral algunos de los vídeos de los Digital Shorts o de movilizarse con las imitaciones, trajeron al programa a un a nueva edad, plateada de momento, en el que los sketches más divertidos se expandían por todo el mundo.

También continuó la simbiosis con algunos presentadores, con Alec Baldwin llegando en la última temporada a igualar a Steve Martin como los presentadores que más veces han llevado el programa, quince en cada caso, así como la demostración indiscutible de la fuerza cómica y la conexión de Justin Timberlake con el reparto logrando que su tercer programa se convirtiera en uno de los grandes momentos de esa temporada. facilitándole un Emmy a actor invitado en comedia y apoyando otras candidaturas, Tina Fey se lo llevaría —claro— como actriz invitada en comedia por su papel de Sarah Palin, mientras que Amy Poehler y Kristen Wiig tendrían que conformarse con una candidatura como secundarias en el SNL. Los premios y candidaturas reconocerían para los críticos el buen momento del programa.

También significó el final de camino para Darrell Hammond tras 14 temporadas en activo, lo que le convierte en el cómico que más años ha pasado en el plantel del SNL, con grandes imitaciones a cuestas, especialmente su Bill Clinton pero también Dick Cheney o Al Gore, además, claro, de su papel como Sean Connery en los Celebrity Jeopardy!

En su más reciente temporada hubo un casi imperceptible cambio de mujeres, con Kristen Wiig como única actriz destacada, con Bobby Elliot aún de featuring, Lorne Michaels despidió a las otras cómicas, Casey Wilson y Michaela Watkins, y contrató a dos nuevas, Nasim Pedrad y Jenny Slate, tratando de recuperar ese avance que había supuesto el lustro anterior. Lamentablemente los recambios no estaban a la altura y Wiig pasó a ser omnipresente por todo el programa, causando un lógico efecto cargante.

La más reciente temporada poco ha podido aportar, vuelve a pasar cinco años y tocan cambios, aunque de momento no se ha notado ninguno aunque, eso sí, Lorne Michaels logró cerrar con un éxito espectacular. Igual que empezó el lustro colonizando internet gracias a Lazy Sunday tomó la petición en Facebook de que la popular cómica Betty White fuera la presentadora de un programa y no sólo aceptó sino que lo convirtió en un recordatorio de esta última década conjugando la participación de las cómicas más importantes que han sido miembros en los últimos quince años con sketches y chistes diseñados para la generación Internet, un experimento saldado con un rotundo éxito de público y con muy buenas críticas —aunque haya sido duro para las nuevas ser comparadas con las antiguas estrellas— que puede servir de cierre a este repaso histórico a lo que ha sido el SNL con el Digital Short dedicado: