Cuando Amazon anunció que sacaba cinco nuevos pilotos reconozco que lo último que esperaba, teniendo en cuenta las anteriores experiencias, era algo como esto: Cinco pilotos que van de la comedia al drama y que, en general, me han aburrido más que otra cosa. Eso sí, han logrado llenar un montón de bases que en las condiciones habituales -es decir, si estuviéramos hablando de su emisión en canales de cable USA, probablemente en los premium– supondría la creación instantánea de bandos a favor y en contra y de un debate sobre la elección y calidad de los mismo que está por ver que se logre con este modelo de votación que deja siempre con dudas de cómo y cuándo veremos más de las series elegidas. Pero no os entretengo más, que esta entradilla no deja de ser algo excepcional…

 Empecemos por The Cosmopolitans (USA), creada por Whit Stillman y siguiendo hasta casi la parodia su línea de trabajo habitual (más Metropolitan o Damsels in distress que Last days of disco, eso sí) que incluye: Jóvenes con dinero y una apariencia física superior a la media, mucha cháchara pseudofilosófica, la aparición de actores de la escena alternativa que esta vez encarna Chloë Sevigny y, en general, la sensación de estar viendo una parodia de las películas de arte y ensayo. Pero, claro, eliges contar la historia de un grupo de despreocupados americanos viviendo en Paris, todos ellos llenos de aire caliente que van soltando en forma de opiniones, y por mucho que digas que es una Comedia Dramática lo que da la sensación es de que vendes pomposidad embotellada. Pero, eh, lo mismo de aquí podría salir una parodia decente en el SNL.

Más problemática -por difícil que parezca- es Hand of Gods (USA) que logra no solo recordarnos poderosamente esas series de Hombre blanco enfadado, además las de Lucha de poder y El Ocaso del Titán. Es decir, que os va a recordar a Boss. Porque Ron Perlman interpreta aquí a un juez -corrupto, claro- cuya familia sufre una desgracia muy cercana y entonces él empieza a tener visiones religiosas y se cree elegido como Juez, Jurado, Ejecutor de esas órdenes divinas que pueden acabar con su carrera o vete a saber. Esto, que a priori suena un poco trillado pero no necesariamente mal, muy justiciero urbano ochentero -con lo que te imaginas qué es lo que le ha pasado dentro de su familia incluso antes de verlo, tan acostumbrado estamos a esta mierda de justificaciones de personajes- y con un poco de suerte el motivo perfecto para que Perlman se convierta en su propia versión del Juez Dredd. Pero no. Ni el director Marc Forster (Guerra mundial Z, Quantum of Solace, Monster’s Ball) ni, porsupuestísimo, el creador de la serie,  Ben Watkins, conocido únicamente hasta ahora por haber ido subiendo desde escritor hasta co-productor en Burn notice, tienen en ningún momento la idea de salirse de las lineas habituales del género. Total, que gracias a sus actores -además del principal está Dala Delany como su igualmente peligrosa mujer y un buen puñado de secundarios interesante como Garret Dillahunt o Andre Royo– aún tiene un pase este enésimo retrato de la pitopausia de los oscuros y poderosos. Pero un pase y poco más.

Parecía difícil lograr un piloto fantástico más ridículo que el de The After de Chris Carter, pero todo es ponerse. En Hysteria (USA) han logrado hasta colar lo de basado en hechos reales. Algo que cuando los hecho son que un montón de chicas han desarrollado tics o convulsiones de manera inexplicable y decides -bueno, la protagonista, Mena Suvari– que la culpa es de internet y las redes sociales… ahm… Pues imagina. Detrás del despropósito está Shaun Cassidy, del que esperaba sinceramente mucho más, ¡aunque solo sea porque fue co-creador de Invasión y American Gothic! Con todo, y probablemente por lo increíble que resultaban las ideas de la protagonista y la acción, por lo menos puedo decir que no me he aburrido con este, que ya es algo. Si solo hubiera sido algo mejor…

En Really (USA) el problema es otro. No sé si es que este Humor para Padres me pilla lejos y un día acabaré encontrándole la gracia a las series sobre grupos de amigos en buena posición que tienen parejas y son aburridos juntos pero entretenidos pero no pero los hijos pero la fidelidad pero pregunte por treintaytantos que aún lo estamos procesando… En fin. Si le añadimos que solo la pareja protagonista, compuesta por Jay Chandrasekhar -del grupo cómico Broken Lizard, los de Super Trooper o Club Dread; y, por cierto, creador de esta serie- y Sarah Chalke -a estas alturas aún Scrubs– logran algo cercano a la credibilidad, mientras que el otro nombre reconocible, Selma Blair ofrece una de sus peores actuaciones… Más le vale a Chandrasekhar buscar la manera de encontrar la forma de que esto funcione, aunque sea centrándose en su familia y poco más.

Terminemos con la que estoy convencido que va a dar(me) más dolores de cabeza: Red Oaks (USA) producida por Steven Soderbergh y creada por David Gordon GreenPineapple Express, Eastbound & Down– lo que aquí tratan es el despertar a la madurez de un adolescente en la américa de los años ochenta. ¿Cómo? Pues mediante su trabajo en un Exclusivo Club de Campo que le pone en contacto con los Ricos y Poderosos a la vez que hace que trabaje con un Grupo de Impresentables. En realidad los chicos solo quieren Divertirse, Fumar Hierba y Tener Sexo pero resulta que también hay Confrontaciones con la Dirección y con los Clientes Poderosos mientras  cortejan a Las Chicas. Cuando la acumulación de clichés no podía ser más insoportable aún añaden más. Ni siquiera los desnudos gratuitos -femeninos todos, tetas en su mayoría, por si no habías notado aún qué clase de serie es esta-  o el buen hacer del director de casting -que ha logrado reunir a un grupo de actores no muy conocidos empezando por el protagonista Craig RobertsSubmarine-, al que le roba el pastel Ennis Esmer -de The Listener, así que imaginad el nivel- más unos cuantos nombres conocidos, Jennifer Grey y el siempre eficaz Richard Kind como los padres de la criatura y, en un papelito como para que nos hagamos a la idea de lo que hay, Paul Reiser. Ah sí, es que el protagonista es también un Semi-Pro (algo así) de tenis. Así que hay una Competición Deportiva para Decidir el Futuro. Si los clichés no me matan lo hará el sexismo o la nostalgia, o el pretendido toque irónico que intenta hacer pasar lo anterior por, bueno… toque irónico. Así que poco bueno puedo decir de la serie. Y aún con esto y todo estoy convencidísimo de que es el tipo de serie que se convertiría en el centro de las polémicas sobre si es una joya a descubrir o una tomadura de pelo sobrevalorada precisamente por esa intencionalidad TAN evidente de ser El Caddyshack Pocho. Así que, con este como con el resto de pilotos, quizá queráis echadle vosotros un ojo y así formar vuestra propia opinión. Pero que no se diga que no os he avisado.