El año pasado tuvimos Bad Teacher, este año Bad judge (USA), me pregunto qué será Bad el año que viene. Por lo demás, el problema de siempre. Intentan crear un profesional desagradable y luego todo queda en una cosa rara. La protagonista, Kate Walsh, hace lo que puede con lo que tiene. Que es poco menos que nada porque se notan cosas raras muy rápido. Y es que cuando uno busca descubre que había un primer piloto que no gustó a nadie y que hacía de la jueza una persona peor. Por lo visto para poder ser Bad en tv necesitas o un canal de cable o ser hombre. Total, que este piloto rebajado logra demostrar por qué echarle agua a cosas sirve solo para lograr el famoso efecto aguachirri.
Yo entiendo que cuando uno estrena una serie con dos actores principales como Mackenzie Crook (que es además el creador, guionista, director y lo que surja) y Toby Jones lo que busca no es una comedia clásica. Desde luego Detectorists (UK) no se lo da. Tampoco sé si llamarlo comedia es muy correcto. Puede servir como una agradable reflexión sobre la amistad entre hombres de mediana edad algo solos, algo maniáticos, -blancos, claro-, y habrá quien le encuentre aliento poético y quiera ver una serie de culto en ella. A mí me pareció correcta y gracias pero echadle un ojo que si os va lo poético/sentimental, capaz es de que os guste.
¡REMAKE! De Broadchurch a Gracepoint (USA) y aún con los prometidos cambios en la trama -incluido el final, pero ya veremos que aquí mucho se dice y poco se hace luego- no puedo dejar de pensar en que americanizar las cosas sirve para que el público americano esté más cómodo antes que para mejorar el producto final. Vamos, que para mí la diferencia entre ambas versiones vuelve a ser que no tienen problemas en conservar a Tennant pero cambian a Olivia Colman por Anna Gunn y en la diferencia entre esas dos actrices -y el quedarse con el otro- es en donde podemos hacernos a la idea del tipo de cambios realizados y cómo afectan a la serie. Seguiré viéndola, eso sí, por lo menos mientras me interese ver cómo gestionan las divergencias.
Por algún absurdo motivo en Channel 4 han pensado que era buena idea centrar una comedia romántica en un tipo al que diagnostican de clamidias y tiene que decírselo a TODAS sus parejas sexuales de los últimos once años (¿?) así que para allá que va él. Esto, que como punto de partida es en fin, sigue la moda de comedias sobre recordar ex-parejas pero con un añadido doble, aquí está además la enfermedad y, por supuesto, uno de los peores títulos que he visto en los últimos años: Scrotal Recall (UK) La serie en sí es una tontería blandita sobre el pasado del personaje y su presente, no tiene mucha gracia pero ofende solo un rato. En fin.
Es curioso que la existencia de la serie anterior haya logrado que en comparación Stalker (USA) parezca un título más aceptable. Pese a la bronca que le han montado a la cadena las asociaciones de víctimas preguntando si crearían una serie llamada Violador -¡pero qué hacéis dándole ideas a ejecutivos televisivos!- el problema para mí no ese. Puedo entender que lo encuentren ofensivo como concepto, pero para mí el problema está en que esta serie -lo último de Kevin Williamson– es más ofensiva como ficción en sí. De nuevo un grupo de investigación con raíces estatales, de nuevo solo unos pocos empleados con tareas definidas y de nuevo gente que no respeta las normas si es necesario. La escena inicial -autoplagiada de Scream– bien, todo lo demás un desastre. Sobre todo porque la que mejor lo hace, Maggie Q, que es la jefa del grupo, tiene que lidiar con Dylan McDermott tratando de hacerse con el papel principal a base de poner caras de intensidad concentrativa casi todo el rato. Y lo peor es que es difícil decidir cuál de los dos personajes es peor. Eso sí, la trama logra ser incluso más lamentable que todo lo demás… ¡Para esto haber remakeado la versión de Tarkovsky de los Strugatsky!