Es curioso esto de The Affair (USA) porque va de lo que su propio nombre indica y tampoco es que tenga muchas vueltas o algo más que unos actores que van de lo competente –Joshua Jackson– a lo notable –Dominc West-, y aún así deja una sensación de que, pese a todo el drama tratado de manera casi excesiva, hay algo más. Por cierto, el canal ha puesto una versión rebajada -que tampoco es que el original fuera una locura pero bueno- a disposición de los espectadores con desgeolocalizador en YouTube.
En
Benched (USA) tenemos una fórmula bastante vieja: Una abogada sufre una crisis emocional por culpa de no lograr un ascenso y eso le lleva a dejar
*cof* el buffet de alto nivel en el que estaba y enrolarse de defensora pública. Si alguien espera un
Juzgado de guardia que se olvide ya, esto es una comedieta sin mucho que rascar.
Es curioso esto de
Cristela (USA) porque se nota que hay alguien inteligente y divertido ahí en medio, probablemente la propia
Cristela. Pero el resultado es un batiburrillo, buenas intenciones metidas en mitad de chistes de hace un siglo y movimientos en la trama más que vistos. Digamos que un poco como
Mulaney, quizá desbrozando podría salir lo bueno que tiene oculto pero no sé yo el tiempo que nos llevaría lograrlo.
La parte inglesa que iba a ser para
Sky y acabó en su
Comedy Central,
Give out girls (UK), acaba siendo una idea muy Comedy Central. Un grupo dentro de un negocio de muestras por la calle, diferentes tipos de personales. Algo así como
Party Down con actrices inglesas, con un resultado al que le falta bastante rodaje pero que podría acabar dando sus frutos.
Debo decir que no esperaba que me gustara
Jane the Virgin (USA) y, sin embargo, me parece uno de los estrenos más interesantes en lo que llevamos de temporada. Partiendo de una base no tan original como es pasar de la telenovela a una suerte de comedia y drama, de manera que esperaba algo como la adaptación de
Betty la Fea. Pero ha resultado ser más: estamos ante un producto tan consciente del de donde viene que juega con la metareferencialidad llevando todos los -muchísimos- giros locos y coincidencias imposibles a elevarlos al once. Calculo que un cuarto de los diálogos están en español y no le hacen ascos a una narración irónica en tercera persona en off en el mejor estilo de
Pushing Daisies o
Arrested, a momentos de ensoñación e, incluso, a meter una canción de manera justificadísima. Habrá que ver si la serie es capaz de mantener y mejorar el buen piloto que tienen aquí montado, algo que me parece muy difícil, pero por lo menos me han alegrado ofreciendo algo suficientemente distinto.
Podemos ver
Kingdom (USA) de muchas maneras. Yo lo entiendo como un vehículo para
Frank Grillo y
Nick Jonas. Dos hermanos opuestos -el bala perdida, el
all american buenecito- en una relación con sus padres y resto de mundo que usa la excusa de un gimnasio de MMA para ofrecer en realidad una recuperación de la película
Warrior -con mejores hostias y peor drama- así que, bueno, por lo menos lo están intentando aunque ni siquiera los actores que sabemos mejores por anteriores papeles como
Matt Lauria y, sobre todo,
Jonathan Tucker, que tiene el perfecto papel robaescenas y ni por esas, acaban de funcionar en una parte dramática que parece un reciclaje de todas esas historias
clichés del lado oscuro y sórdido que la televisión por cable lleva décadas produciendo.
David Caspe, creador de
Happy Endings, vuelve a la carga con
Marry Me (USA) y a mí me deja frío de nuevo. Otra vez un reparto con actores que sabemos son buenos –
Ken Marino a la cabeza,
Tim Meadows como ejemplo- pero que pese a construir alrededor de una actriz con la que viene de trabajar en su anterior serie –
Casey Wilson– acaba siendo otra desmayadísima historia de blanquitos que no tiene la vida perfecta que quieren o creen que merecen y eso, uf, les agobia y pone neuróticos. A mí lograron aburrirme grandemente.
La base clásica de los concursos de cocina por rondas que ahora abundan -cuatro cocineros, tres rondas, un premio- tiene un pequeño giro en
On the menu (USA) que es más una llamada capitalista y, a la vez, un intento de hacer más
interactiva la cosa. Porque lo que se intenta aquí es que los cocineros preparen un plato para incorporarlo a la carta de una cadena de restaurantes, de esa manera funciona el programa como un largo anuncio hasta llevar al espectador a probar el plato ganador. Se apoya, además, en dos caras conocidas, un
Ty Pennington que hace más bien poco y un
Emeril Lagasse que funciona como garantía de calidad del invento, dando consejos y, sobre todo, ejerciendo de gran estrella de la cocina. El programa en sí… pues como todos esto. Si no fuera por esa parte externa ni me hubiera molestado.
Hablando de cosas más vistas que el
NoDo, los australianos intentan su siguiente serie cómica con
Timothy (AU), sobre un tipo que ha tenido una crisis emocional y qu… ¿No he hablado yo ya de esto? En este caso se va a vivir con sus padres y eso por lo visto es gracioso, como una versión incluso más… pocha… de las películas con personas con problemas mentales que hacen la vida difícil a los demás. Visto el primer capítulo no sé dónde está la teórica gracia de esta comedia. Un pequeño desastre.
Un grupo de aficionados se han pasado unos años preparando una película de zombies con la colaboración de poco menos que el pueblo entero así que aprovechan y le venden a la
SyFy Town of the living dead (USA), un docureality sobre la cosa en sí: Las dificultades sufridas, la camaradería, las discusiones, el amor por los zombies. Pues bueno.
3 comments to this article
Quitus
on 16 octubre, 2014 at 9:47 pm -
Pues acabo de ver «The Affair» y me ha dejado bastante locuelo. Joshua Jackson tampoco me parece que lo haga tan mal (también sale poco el chico).
Todo muy bien, hoyga (bueno, los hijos de uno son para matarlos, y el hijo de la otra, pues bueno…).
Jónatan Sark
on 5 noviembre, 2014 at 3:46 pm -
Tiene algo, no siempre se mantiene y a veces resulta un poco aburrido pero al menos han intentado no hacer otra serie de pareja, que vaya año llevamos.
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