Libros que Llegan: Amis, El castillo de los búhos, Martín y Ribera y más

Una semana más, aunque terriblemente aburrida. Menos mal que en el último momento llegaron unas pocas novedades a arreglarnos la lista y poder así ofrecer al menos una docena de títulos diferentes que poder revisar en cuanto digamos:
¡Que entre la pila!

La-invasion-de-los-marcianitos

En este nuevo Libro Sandía de la gente de MalPaso podemos encontrar algo tan inesperado como a Martin Amis  contando su vida  yendo de salón a salón de recreativas para jugar con todos los clásicos de aquella época, prueba clara del interés por los videojuegos y las nuevas tecnologías que van conquistando poco a poco una nueva posición en las información. Tras observar el éxito de libros como los de Minecraft, el acercamiento a vlogueros y losdebates públicos como el provocado por el GamerGate es lógico entender el interés. Parece que estamos en un año en el que veremos muchos libros centrados en el tema. Quizá incluso algunos que merezcan la pena.  Si esta relevancia progresiva sirve para que libros inesperados como este, escrito en los años años ochenta en los que explicaba lo que entonces era una realidad cotidiana. (Lo que no impedirá que este libro se venda por la nostalgia, pero eso -como la edición española- ya no es culpa del texto)

El castillo de los búhos de Shiba Ryotaro, ed. Quaterni

9788494180279-300x450

Quizá la novela de ninjas más famosa del mundo. Cierto es que a priori eso podría no parecer para tanto pero seguro que en cuanto le echéis un ojo a esta trama sobre un ninja retirado al que llaman para una importante última misión casi suicida que incluye reclutar antiguos camaradas, enfrentarse a un viejo amigo y encontrarse con una mujer misteriosa cuyos planes desconoce empezáis a notar los puntos comunes. No dejéis de echarle un ojo.

Los gemelos congelados de Andreu Martín y Jaume Ribera, ed. Anaya

IJ00479301¡Flanagan ha vuelto! Tras tantos años fuera de juego parecía que Martín y Ribera se hubieran olvidado del -ya no tan- joven detective. Pero aquí lo tenemos una vez más. Como si nunca se huiera marchado y con ese fondo social que siempre lograban meter junto con el obligatorio misterio. ¡Que no paren!

PORTADA_Montanelli-224x300

Las notas que Montanelli tomó durante la insurrección húngara de 1956, con el pueblo luchando por un izquierdismo no soviético que sería aplastado mientras cada actor internacional ejercía su papel directo o pasivo, son un gran ejemplo no solo de periodismo sino también de las problemáticas situaciones cuando el pueblo intenta revelarse contra las decisiones multinacionales que parecen no tener que ver con ellos pero les son impuestas.

La estetización del mundo de Gilles Lipovetsky y Jean Serroy, ed. Anagrama

Maquetación 1

Siguiendo con los discursos de obras suyas como El lujo eterno o La felicidad paradójica, Lipovetsky, con la coautoría de Serry, analiza la creación de una necesidad en forma de cultura y arte que se consume y autoconsume y cómo se crea con la intención no solo de mantener ocupado al pueblo y tenerle consumiendo sino, además, de que valore como una meta esa belleza que se pone como una zanahoria ante ellos, sea en forma de objetos o de creaciones culturales.

Cuando yunque, yunque. Cuando martillo, martillo de Augusto Assia, ed. Libros del Asteroide

arton1323-cf340

Seguimos con valores periodísticos porque lo que aquí reúne la editorial son las crónicas que el corresponsal de La Vanguardia Augusto Assía enviaba desde el Londres asediado de la Segunda Guerra Mundial. Mezcla de temas bélicos y civiles para intentar captar la totalidad de lo que significaba la vida en aquellas condiciones, quedan hoy como recordatorio de la labor que en otro tiempo realizaban estos reporteros.

– Estrictamente bipolar de Darian Leader, ed. Sexto Piso

Portada-Leader_bipolar-195x300

Con un ratio de páginas y precio que de unirse a un autor más conocido provocaría el apelativo de sandía, esta breve obra -apenas 104 páginas- sobre el auge de la apropiación y difusión de la bipolaridad. Mitad divulgación, mitad denuncia, esta reflexión sirve para intentar explicar algo más que una inexplicable moda.

El hambre de Martín Caparrós, ed. Anagrama

Maquetación 1

Por si alguien no se lo imagina: Sí, va sobre El hambre. Sobre el problema del hambre en el mundo y su inconcebible mortalidad en países que producen más de lo que pueden consumir, no digamos ya en nuestras calles.

Wahlöö no solo escribía junto a Sjöwall, también había momentos en los que creaba sus propias narraciones. Como esta que nos ocupa, la primera del Comisario Peter Jensen en esta colección. Una oportunidad de verle actuar por separado.

Besos para los malditos de Danny Miller, ed. Siruela

9788416208340_L38_04_lMods y Rockers peleándose de fondo en una historia ambientada en los sesenta con un policía que parece estar fuera de lugar aunque acabe de regresar a su punto de partida, con el negocio de la música, la mafia, los inicios del cambio en el tráfico de drogas y muchos otros asuntos que hacen de esta una novela negra un poco distinta de lo habitual.

Encrucijada a medianoche de Charlaine Harris, ed. Ediciones B

 

17180g

La autora de True Blood presentando una trama cercana a la de True Detective. Os aseguro que así es como lo tratan de vender. Total, las dos series llevan True y se emitían en la HBO. Pero, ¿qué es en realidad lo que tenemos aquí? Pues un totum revolutum en el que tenemos gente a la huida, secretos, un pequeño pueblecito, u adivino, un vampiro, una ladrona y mucha más gente que parece estar en movim01iento por culpa de algo o para conseguir algo. La nueva serie de Harris con muchos de sus antiguos trucos y la duda de si logrará alcanzar el mismo éxito. Desde luego con esa portada de stock no creo que logre gran cosa.

Videojuegos y mundos de ficción de Antonio José Planells, ed. Cátedra

CA00262501

Un libro de ensayo y reflexión sobre los videojuegos, Uno más de la lista de novedades que nos esperan este año a los que tendremos que ir acostumbrándonos. Mientras sigan llegando libros interesantes dentro de la marabunta, bienvenida sea esta tendencia.

Termina así una semana tranquila, víspera de uno de los meses más tranquilos del año. El único en que las editoriales tienen que seguir publicando cosas pero no tienen muchas ganas. Pasaremos febrero juntos y, mientras tanto, ¡nos leemos!


Mis películas destacadas de terror en 2014

Y os quejabais de mis títulos cuando estaba en Libro de Notas. A este solo le ha faltado un «Mira, yo qué sé.»

Pero voy a lo que toca ahora, durante demasiado tiempo he querido ir escribiendo sobre películas de terror y misterio y todas esas cosas que me gustan a mí. Como siempre, ha sido imposible. Y ahora con el Ask no quiero ni pensar en lo que será de todas esas secciones abiertas. Pero aún y con eso he buscado un hueco para hablar de, al menos, las que más destacaría de 2014. Es decir, esa mezcla de las que más me gustaron y las que creo que merecen algún tipo de mención.

Quizá lo más interesante del año haya sido lo que yo llamo Nuevas Vampirinidades, distintas visiones de Lo Vampírico a través de cuatro películas con diferentes estilos, intenciones e incluso continentes.

En Only lovers left alive el vampirismo es poco menos que una excusa para hablar de la inmortalidad y las relaciones, también -y me parece casi lo más interesante- sobre el mundo artístico y sus influencias. De manera que podrían haber sido musas o dioses grecolatinos sin cambiar mucho. Aquí lo importante no es la alimentación o la lucha sino la reflexión sobre la eternidad.

Casi como una vuelta más humorística se presenta What we do in the shadows que ofrece un falsumental cómico sobre un grupo de vampiros que viven juntos en el mundo moderno. A medio camino entre La Familia Adams y The Office, logra ir mostrando el patetismo y, a la vez, la posible realidad adaptada de muchos de estos mitos en los que por encima de la historia de amistad contada está el choque y adaptación a las modernas tecnologías.

Por contra, A girl walks home alone at night es cine de vampiros como podría serlo expresionista, western o la versión más alocada de Persépolis que se os pueda ocurrir. Y es así tirando sobre todo por el lado más artístico sin por eso dejar de ser -para mí sorpresa- la que incluye momentos más propios del cine de terror. No sé si es mi película de terror favorita del año, entre otras cosas porque hay ratos en los que ni siquiera sé si la definiría dentro del género, pero desde luego sí que es la más original. Menos mal.

Más aún cuando la cuarta, Vampire Academy, funciona principalmente de una manera meta. Podríamos incluso considerarla reverso de la anterior en cuanto que establece un contacto claro con otros géneros, solo que aquí lo que hacen es reírse -a conciencia pero sin caer en la parodia directa- de todos esos libros adolescentes de Paranormal Romance, grupos secretos e internados femeninos. Con un estilo a veces tan impertérrito que uno podría llegar a creer que se están burlando no solo de sus tics sino también de los espectadores.

Vistas las cuatro películas, parece que la sobrexplotación vampírica que causó el éxito mundial de Crepúsculo ha desparecido finalmente dando lugar a estas reinterpretaciones mitológicas. El mundo de Lo Vampírico en su resaca del éxito internacional.

En un segundo punto, siguió el desarrollo de documentales interesantes tras el éxito del formato en los últimos años con ejemplos que van del estilo más clásico como Never Sleep Again hace un par de años al más cautivador de Jodorowsky’s Dune en 2013. Cerca del primero se mueve Crystal Lake Memories, larguísima colección de testimonios sobre Viernes 13. Y cercano del segundo, aunque más aún de títulos como Rewind this! se encuentra la mirada a la Cannon de Electric Bogaloo, segundo documental sobre el mismo tema ese año tras el más normalito The Go-Go Boys. Lamento, eso sí, no haber sido capaz de encontrar de ninguna de las maneras Lost soul, que ya solo por su prometedor tema -la historia del rodaje de La isla del Doctor Moreau noventera que era del mejor material en The greatest Sci-Fi movies never made de David Hughes– hace que salive mientras sigo a su espera.

Otro tema que tuvo un buen desarrollo el año fue Lo Paternofilial con aproximaciones que van del lío monstruoso de When animal dreams y sus historias de pubertad y muerte a tratamientos cercanos al como The Canal, que hacía un buen batiburrilo con este y otros temas como el de las casas encantadas o las grabaciones -por si alguien no creía que se podían mezclar referencias a Sinister y Ringu en la misma película- que sirve, además, como espejo deformado de la que ha sido una de las estrellas este año: The Babadook. Película sobre la maternidad o sobre la protección a los niños o a saber qué, con un par de partes separadas que contentan y descontentan a sus espectadores y un impacto que a quien esto escribe no deja de sorprender ante una cinta que calificaría como más que correcta, notable incluso, pero sin cohetes.

– Por su parte, A Touch Of Unseen hablaría de las relaciones entre hermanas en un año poco fructífero para mis visionados asiáticos recientes, con apenas la esforzadamente complicada historia de asesinato en serie A record of sweet murder  y una variante de la siempre socorrida historia de clases hechizadas con Mourning Grave, entre aquello que logra superar un poco el listón para ser recordada al menos un par de meses después de haberlas visto.-

Hablando de películas celebradas que mal no me han parecido pero tampoco de entre lo mejor del año: The Guest, que es una reinterpretación de las películas de stalker con unas referencias muy claras a los ochenta -aunque habrá quien las una más a las sobremesas de Antena 3– y que vuelve a incluir todo tipo de guiños y referencias a varios géneros, autores y momentos. Para quien esto escribe sigue siendo una propuesta superior a la media -algo que no entiendo cómo no pasa más con la media como la tenemos- pero, a la vez, con algunos rasgos de autocomplacencia que, espero, director y guionista sepan quitarse de encima, ¡que son mejores que eso!

Es curioso como se acaba considerando como terror cosas que muchas veces se limitan a bordearlo o jugar con esas ideas de lo que podemos considerar las fronteras entre el fantástico (de la ciencia ficción a la fantasía épica pasando por el horror, como si no hubiera habido interacciones entre todas ellas) y los géneros propios del negro (fundamentalmente aquellos con una mayor carga de acción como el thriller o el psicológico) de forma que de cuando en cuando podemos discutir si entrarían o no. Pasa este año con la fallida Cold in July y con la muy notable Blue Ruin, film a medio camino entre la tragedia griega y un capítulo perdido de Justified, con su estructura de obra de venganza que podría valer en cualquiera de sus campos.

 

Del mismo modo me pregunto si tendría sentido meter aquí la película Edge of tomorrow, una suerte de Día de la Marmota con batallas alienígenas. Pero, claro, de no hacerlo… ¿Cómo podría justificar la inclusión de una de las mejores películas que he visto este pasado año?

Me refiero a Coherence, a la que llegué un año tarde -creo- pero que fue una de las experiencias más interesantes del año, con ese juego de cometas pasando cerca de la tierra y juegos con realidades alternativas… si es que son eso. Muy recomendable.

Un acercamiento al cruce de realidades diferente -y de una calidad menor, claro, pero es que la comparación es del todo injusta- se da en The Frame, otro buen film al que le pasa un poco como a The Guest, es bueno y sabe unir muchos géneros diferentes, pero acaba dejando cierta sensación de que falta algo por que no es tan bueno como el anterior. O quizá está pensado para que primero prueben este y luego ya vayan a por el anterior, quién sabe.

El caso es que conocer las referencias acaba siendo parte de las tendencias del año, aunque no llegue a convertirse en un asunto temático. Lo hemos visto ya en algunas de las mencionadas y podría decirse también de  Late Phases, película más que sólida cuando sabe apartarse de hacer un Bubba Ho-tep, como si la loca energía de la cinta fuera repliclable. Mientras se centra en la problemática –*cof*– de ser un veterano ciego en una casa de retiro con hombres lobos por los alrededores todo va bien.

Aunque sin duda la película que más necesita de haber visto antes otra es The town tha dreaded sundown, que juega con la película antigua quitándole sus interludios cómicos pero dejándole todo lo demás, de modo que es imposible de verla sin conocer la anterior. O quizá no imposible de ver pero sí de comprender. El diálogo que establece -explicitado en pantalla en muchas ocasiones- es tan directo que no creo que nadie que tenga fresca la antigua pueda llegar a gustar de esta, incluso sin contar ese pegote de final made in Hollywood que traiciona innecesariamente la memoria de la película que tanto se han ocupado de honrar.

Para un mejor acercamiento a lo hollywoodiense nada como Starry Eyes, mitad historia de secta satánica con claras resonancias cienciólogas, mitad explicación del hacer de todo para triunfar y, de la manera menos esperable dada la lenta cocción del espectador que emplea, una más que efectiva película sobre los deseos.

Aunque si ha habido una película que he disfrutado este año es la muy desprejuiciada Housebound, un divertimento que sabe que lo es y no le importa ir mezclando momementos más cómicos con otros de distintos géneros mientras cuenta la historia que realmente le interesa. No hay nada tan bueno como lograr que estas creaciones, que saben que no son una gran producción pero no por ello tienen que regodearse, se conviertan en una bomba autocontenida en marcha. Un año más, no es la mejor en lo técnico o artístico pero sí la que más me ha gustado.

Cierto es que me faltan películas por ver –Oculus, por ejemplo, convencido como estaba de que la estrenarían en cines- pero para hacer mi particular repaso al año creo que sirve. Y que ha quedado todo suficientemente claro.

Ahora ya que le sirva de algo a alguien, que es algo que dudo más.


El impacto televisivo

Hace menos de un año escribía en esta misma columna a cuenta de los resultados electorales de las europeas que la Televisión -o las apariciones y manejos en la misma- cuyo resumen podía ser perfectamente esta frase: Salir en la tele te da un altavoz, pero el altavoz no es el mensaje, es el medio.

A estas alturas vuelve a parecer que se ha olvidado. Las apariciones de los políticos de turno se juegan como si fuera un RPG japonés y los intentos de populismo de otros partidos parecen tener menos éxito aún que los de RED, que ya era difícil. Pero igual que en esa ocasión tuve que explicar que no es todo el monte impulso televisivo hoy me encuentro con dos actitudes que parecen obviar que algo se saca.

Cuando empecé a escribir estas columnas allá por septiembre de 2009 -de cabeza lo digo- el texto de encabezamiento general comenzaba: Televisión hay, aún, por todas partes. Mientras avanza el siglo, e Internet la remplaza, queda como el electrodoméstico más importante. Y ese es el asunto. Internet acabará sustituyéndola, el cambio de paradigma de espectador activo se impondrá al de pasivo y pasarán más cosas… ¡pero aún no! En estos momentos está perdiendo fuerza, se han multiplicados los canales y de las audiencias no creo ni que haga falta hablar. En el especial sobre los 25 años de  Antena 3 van dando el dato de audiencia por año, ¿el mejor de la cadena en toda su historia? En 1994, 4 años después de su nacimiento. los 21 siguientes han quedado siempre para abajo, de hecho, en 2011 lograron su SEGUNDO peor dato de toda su historia superado solo por el de 1990, el año que comenzaron a emitir. Parece claro que el negocio televisivo está cambiando. Pero también deberíamos tener claro que sigue siendo importante.

Es importante especialmente para aquellos que tienen un mensaje. Uno diferente, a Ciudadanos le están poniendo las apariciones en bandeja y no dudo que de ahí saquen una subida -sustancial comparada con sus últimos datos- pero sospecho que no será muy grande. Al fin y al cabo manejan una serie de registros y temas que les hacen parecer más un UPyD civilizado que algo nuevo. Precisamente esa ha sido la utilidad de Podemos y de ahí su fuerza, también de ahí la política -típica- de Rajoy de sentarse a esperar que se desgasten según se vaya siendo que no son puros.  Porque los grados parecen importar menos que el poder decir Son todos iguales. Y mientras otros, que sí tienen algo distinto que contar, están tranquilamente a sus cosas confiando en que la gente llegará a ellos. Exactamente el mismo problema de no confiar en la comunicación y confiar en que las bondades de tu partido te vendan solo que acabó con la precaria posición de IU cuando se escindieron los expertos en comunicación hartos de que no les hicieran caso. Solo que ahora esos partidos tienen la experiencia previa de otros como el Partido X. Y si has respondido, ¿quién? es que estás entendiendo el problema. Su proyecto para buscar y proporcionar fuentes a los periodistas, junto a la querella de #15paRato facilitó la información sobre las Tarjetas Black de Caja Madrid. Sería lógico pensar que eso les daría visibilidad, pero aquí estamos aún. Su obstinación por no mostrar caras conocidas hasta que no quedó más remedio y de no entrar en los sistemas tradicionales de comunicación llevaron a que, bueno, la gente que se informa por estos sistemas no les conociera. Un error que están repitiendo en estos momentos las diferentes ramas de Ganemos para las próximas locales y autonómicas. Fuera de que el Estado esté poniendo todos los palos en las rueda que pueda -y de que ponga de relieve la falta de organización administrativa de los mismos- olvidando que según el último estudio, de 2013, en España la penetración de internet aunque ha seguido aumentando y ahora llega a casi el 70% de la población sigue estando lejos de la media europea. Que los estudios sobre esas conexiones sugieren que mucha gente lo usa para lo básico, algunas incluso solo por motivos de trabajo.

Como decía antes, Internet se acabará imponiendo a la televisión pero no hoy. Y en determinadas edades hay más conexiones dentro de unas edades concretas, dejando fuera a parte de la población a la que sí se podría acceder de la otra manera. No se trata de elegir un medio sino de usar todos los disponibles, incluso teniendo en cuenta que en internet esa sensación de libertad parece más clara que el férreo marcaje a las televisiones por parte de sus grupos propietarios -da igual que luego tuiter cancele cuentas de manera sospechosamente poco aleatorias- sobre todo para romper lo que en su momento podríamos haber llamado La Agenda y que ahora prefiero considerar Realidades Burbuja.

Un fenómeno estudiado en estados unidos desde hace unas décadas, cuando empezaron a extenderse los distintos canales y la gente pasó de tener un pequeño rango de posibilidades de informarse a uno mayor. Según iban creciendo las opciones iban creciendo las… especializaciones… de modo que pronto pudieron dedicarse a informarse mediante lo que contaban medios con unas opiniones similares a las suyas facilitándole una interpretación de los hechos objetivos que fuera a la vez autovalidante y adecuada. De modo que el que solo quería recibir informaciones de un lado u otro del espectro político,algo que, en tiempos en los que el eje izquierda-derecha está cerca de la irrelevancia en incluso el doble eje se va alejando de serlo también en favor de una interpretación asimétrica del posicionamiento político, poco menos que significaba configurar el filtro de la realidad. Del mismo modo que se decía pues a mis amigos y a mí la película nos ha parecido o no conozco a nadie que no piense como forma de reforzar un juicio ahora podías meterte en la concha de interpretación de noticias. Muchas de ellas escudadas tras «nosotros damos los datos», como si elegir qué datos se dan o con cuales se comparan no fuera otra manera más de manipular.

Precisamente en internet este fenómeno se magnifica al no haber un flujo principal o una ordenación jerárquica más allá de la que viene de los medios externos. Cada uno elige lo que ve, a quién sigue, quién es su amigo. El paso de espectadores pasivos a activos nos deja elegir. Y muchas veces en estas elecciones nos basamos para construir esas burbujas. Algo que se nota más aún con los Círculos de conocimiento. El interés de los temas nos lleva a tener un mayor o menos conocimiento de los mismos y, en función de ello, estamos más o menos cerca del Centro del asunto que sería el -imposible- conocimiento total de un tema. De ese modo podemos estar en el exterior -y por tanto no enterarnos más que de las grandes noticias- en astronomía o en publicaciones literarias o en política de nuestra ciudad y, sin embargo, estar en un punto intermedio en política nacional o en uno realmente cercano en, digamos, los tejemanejes de nuestra oficina. De este modo los conocimientos que podrían resultar nos útiles e incluso interesantes, o quizá viceversa, pueden ir por otra capa y no cruzárnoslos nunca. O cruzárnoslos solo cuando ha habido un suceso tan grande que no se puede obviar, generalmente al haber explosionado por su punto crítico o porque algún medio tradicional ha decidido magnificarlo. Bien sean las rivalidades en IU Madrid, los gastos de los consejeros de un banco, los asesores de un presidente o, incluso, la existencia de una película. Puede parecer una estupidez pero esta última semana hemos tenido un ejemplo perfecto de todo esto: Ciudad Morta.

No sé el tiempo que llevo leyendo sobre ella a unos y otros en mi propia burbuja. Quizá por eso daba por hecho que todo el que había tenido interés por el tema se la habría visto ya. Su paso por festivales sacando premios, su estreno -limitado pero no más que el de otros documentales- y cierta sensación de que se trataba de un documento de culto me llevaba a pensar esto. Y estaba en internet. En Filmin nada menos, que parece siempre el principal impulso español para ver series y películas de manera legal en España.

Entonces decidieron emitirlo en televisión.

Empecé a ver hablar de ella a gente que no la había mencionado antes. Y cuando saltó el recorte aquello alcanzó la masa crítica. Podríamos suponer que fue ese acto de intromisión judicial la que causó el revuelo y no la película en sí, pero es que el film estuvo en festivales, se estrenó en salas y estaba accesible on line. Hasta que no se decidió emitirlo por televisión no se actuó para recortar la película.

A partir de su emisión llegó lo que ya hemos visto -o no, que con esto de las burbujas a saber- convirtiéndose en parte de La Agenda, provocando portadas en los periódicos y moviendo a la gente a Informar sobre los hechos aunque sea solo para dejar claro que esa versión es tan falsísima y torticera que hay que ver la gente a quién escucha. Los medios tradicionales, tradicioleando. Igual que con el caso del Metro de Valencia emitido en Salvados, se convocaron  concentraciones, se promovió la reapertura del caso y muchas más acciones. En ambos casos -recordemos que había un documental sobre lo ocurrido en el metro anterior en un par de años al programa de televisión y cuya repercusión fue limitada- fue el altavoz televisivo el que sirvió para que llamar la atención a gente que creía estar más o mejor informada.

Por eso aún no podemos desechar la utilidad de la televisión como altavoz. Ni podemos ceder a la creencia de que estamos totalmente informados. Ni, desde luego, aceptar que algo es conocido porque ha ardido tuiter. Puede que los programas informativos sean el formato favorito de las televisiones para emitir youtubes y que en un tiempo no muy lejano pasen a tener una irrelevancia relativa similar a la que ahora tienen radios y periódicos. Pero de momento tenemos que seguir teniéndolas en cuenta.

Aún hoy es el electrodoméstico más importante.

O al menos está en el podio con la nevera y la lavadora.


Libros que Llegan: Mantel, Crímenes que no olvidaré, Bainbridge y más

Segunda semana de novedades del año y aún marcan el ritmo las grandes editoriales mientras las pequeñas van poco a poco moviéndose de nuevo, recuperándose de las fiestas e intentando cumplir los plazos que ellos mismos se habían impuesto. Así que podemos ir decidiendo con cuál de la veintena de novedades nos tumbamos mientras reclamamos:

¡Que entre la pila!

El asesinato de Margaret Thatcher de Hilary Mantel, ed. Destino

el-asesinato-de-margaret-thatcher_9788423348879

Hilary Mantel es una gran autora, sus libros sobre Cromwell  Wolf Hall (En la corte del lobo) y Bring Up the Bodies (Una reina en el estrado) ganaron los Premios Booker de sus respectivos años y nos tiene a todos esperando la conclusión de la saga: The Mirror and the Light (que, supongo, en español se titulará Con humo de pasión o algo así) de modo que, para tenernos entretenidos, han publicado un libro con sus relatos. Un libro de 256 páginas por 18€ editado con todos los trucos del repertorio -blancos, espaciados, tamaño de letra- para justificar ese número de páginas y que parezca un poco menos Libro Sandía de lo que realmente es. De modo que aquí estamos, en una lucha entre el contenido y la edición que ganará cada cuál según sus posibilidades, supongo.

– Lo que dijo Harriet de Beryl Bainbridge, ed. Impedimenta

fit-230x360

Recuperar a Beryl Bainbridge es siempre una buena noticia. Generalmente venía por parte de Ático de los Libros pero parece que Impedimenta ha decidido unirse a la fiesta. Quizá esta novela parezca un poco más… truculenta. Basándose en una célebre historia sobre dos chicas que se unieron para cometer un crimen, Bainbridge logra un retrato a media camino entre el true crimen y la exploración de la amistad que muestra sus capacidades como narradora.

Crímenes que no olvidaré de Alicia Giménez Bartlett, ed. Destino

crimenes-que-no-olvidare_9788423348831

A Giménez Bartlett le tocaba libro de Petra Delicado y lo que hemos obtenido ha sido un recopilatorio de nueve historias cortas -¡que también nos viene bien, ya está bien de solo novelas de nuestros detectives favoritos!- escritas a lo largo de los años (el primero es de 1997) aunque la editorial no se haya molestado en indicar si son todos inéditos -y dónde se publicaron antes los que no- o en buscar a alguien para que realizara una breve introducción a la recopilación, ni siquiera unas palabras de la misma autora. Será que la tinta está tan cara como nos la cobran.

Mercurius de Patrick Harpur, ed. Atalanta

1 web Portada Mercurius Alta

Hablando de cobrar caro los libros, el Conde de Siruela nos suelta una de sus tradicionales puñaladas regias con este discreto tomo que ofrece una interesante novela alquímica de Patrick Harpur, todo un clásico de esa casa (El fuego secreto de los filósofos, La tradición oculta del alma…) siempre con interesantes reflexiones incluso cuando hace novela como es este caso. Así que si sois nobles rentistas desocupados no dudéis en adquirilo para la bilioteca de caoba de vuestra señorial mansión.

Las ganas de Santiago Lorenzo, ed. Blackie Books

BB55_3D_web

Como veis estamos con mucho autor conocido, y nombre de la casa, sacando libros en estos días. En Blackie eso significa Santiago Lorenzo (Los millones, Los huerfanitos) y sus comedias cotidianas e inesperadas. En esta ocasión con un protagonista que lleva tres años sin tener sexo –ES FEO, nos explican en la faja- y sus ganas de hacerlo con una chica que conoce a la que no se atreve ni a pedirle una cita. Los editores hablan de Azcona y Mendoza, no lo niego pero algo de Landismo también hay. Al fin y al cabo ser parte de la tradición de un país tiene estas cosas.

Los amigos de Franco de Peter Day, ed. Tusquets

los_amigos_de_franco_big

Peter Daly es un periodista inglés que ha estado investigando sobre la intervención en la Guerra Civil española de los servicios de inteligencia británicos. El resultado es este ensayo histórico en el que ofrece pruebas de que el MI6 ayudó a orquestar el golpe, viajes en globo incluidos, con un completo apartado documental en el que se detallan los sobornos, conspiraciones e, incluso, las luchas internas entre las facciones a favor y en contra de los fascismos continentales europeos para, después de la guerra, seguir manipulando Juan March mediante en busca de una separación española de la Alemania nazi. Un libro interesante, aunque sospecho que de este no habrá documental de la BBC.

 Pórtate bien de Noah Cicero, ed. Pálido fuego

Slide_Cubiertas

No soy yo muy partidario de ese movimiento que se han creado con el nombre de AltLit pero al menos este libro de uno de los miembros fundadores usa la autoficción para intentar explicarnos quienes son, de dónde vienen y qué es lo que esperan conseguir. O lo que querrían lograr. Y, de paso, meterse con el sistema en el que vive que es, a su juicio, el causante de cómo están las cosas.

Deseo que venga el Diablo de Mary MacLane, ed. Seix Barral

deseo-que-venga-el-diablo_9788432224256

Quizá algún día logre entender por qué la editorial ha decidido vender en la faja del libro como blogguera a una escritora que murió en 1929. Mientras tanto sus escritos, anotaciones propias de diarios no-tan-íntimos que causaron conmoción en 1902 cuando se publicaron por primera vez. Porque, claro, era una mujer de 19 años que decía lo que pensaba, lo harta que estaba de las cosas, los profundos deseos que sentía y todo eso que se supone que no deberían contar. Feminista, bisexual y feroz, su lectura a estas alturas queda inevitablemente antigua pero no por ello tan oxidada como podría esperarse teniendo en cuenta que ahora, más de un siglo después, siguen existiendo esas convenciones sociales que trataba de combatir. No es el libro que la editorial nos quiere vender -nunca lo son- pero si es uno que merece al menos echarle un ojo.

¡Así de grande! de Edna Ferber, ed. Nórdica

3542c6fecf6b57f8f28722d368e41efa

Si habéis terminado ya de hacer chistes sobre el título del libro podemos continuar. Sobre todo porque este podría -¡debería!- ser el inicio de la recuperación de Edna Ferber, autora muy popular, apreciada por la crítica -esta misma novela ganó el Pulitzer en 1924-  y por el público, en parte gracias a la adaptación al cine de sus novelas, especialmente Cimarrón y Gigante. Pero hay algo incluso más importante que su amor por los personajes excesivos y la adaptación a terreno hostil, su forma de describir las relaciones y motivaciones humanas. Aquí, en esta novela, tenemos durante gran parte la historia de una mujer que se enfrenta a la adversidad, madre viuda que se encuentra al frente de una pequeña granja. Pero no es un libro sobre la importancia del esfuerzo. Selina, nuestra heroína, es más interesante que eso. Es una antigua maestra que siempre ha defendido la importancia del arte y que trata de enseñarle eso a su hijo. Las privaciones hacen que este, auténtico centro del relato, prefiera ser un arquitecto que haga dinero con sus obras antes que buscar la belleza. Será la historia de las discrepancias entre las enseñanzas de su madre y el utilitarismo que él busca lo que muevan realmente la historia. Quizá a estas alturas nos suene a demasiado clásica, demasiado moral, demasiado fábula instructiva; al margen de todo ello, es una estupenda novela.

¡Haz reír, haz reír! de Víctor Olmos, ed. Renacimiento

25-Haz_reir

Una biografía de Jardiel Poncela es algo que siempre será bienvenido. Aunque nunca puedan igualar a los propios escritos autobiográficos del genial autor, claro.

Epistolario entre Max Aub y Vicente Aleixandre edición de  Xelo Candel Vila, ed. Renacimiento

24-Epistolario_Aub_Aleixandre

Aquí, sin embargo, pasamos a una edición -y selección e introducción, así sí- de las cartas que se enviaron a lo largo de años dos grandes de las letras españolas como Aub y Aleixandre. Reflexiones interesantes e historias más cotidianas, estupendo complemento a la obra de ambos aunque -lamentablemente- no dejen de ser algo menor.

La ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres de Bernardo Secchi, ed. Libros de la Catarata

portada

Extraordinariamente relevante, este libro intenta explicar cómo se ha ido convirtiendo la ciudad en un espacio de recreo para los ricos que, apropiándose de la gestión, se han dedicado a diseñar a su gusto y servicio permitiendo tanto una comercialización de lo público como apartar a los ciudadanos que les molestan de aquello que a ellos les interesa. Un libro ideal para leer -y comprobar- en un año tan electoral como este.

El francotirador de Chris Kyle, ed. Crítica

portada_el-francotirador_david-leon_201411281053

La trágica historia del más grande francotirador del ejército estadounidense, con 160 muertos seguros aunque «algunas fuentes hablan de 255». ¡Imaginad la pirámide de cadáveres que se podría construir con eso! Luego ya resulta que hay dos nombres chiquitajos, Jim DeFelice y Scott McEwen, que posiblemente sean los que… digo… Además incluye unas entrevistas y documentos y cosas porque, bueno, a lo mejor no lo sabéis pero el autor murió en 2013 y además habla también de su problemática relación con su mujer e hijos -por lo visto uno era un muñeco y, además, aquí no podía arreglar el problema con una bala- que ha facilitado que Now a major motion picture. ¡Ah, la literaturidad!

Diario de un noctámbulo de Francisco Umbral, ed. Planeta

diario-de-un-noctambulo_9788408135319

Christopher Tolkien… Perdón… La editorial Planeta ha decidido que valían como inéditos de Umbral los guiones de las colaboraciones radiofónicas que hizo para La Voz de León -una emisora de radio- entre los 23 y los 26 años. ¡Y creíais que no se podía rascar del fondo del barril! Una lástima que el fallecimiento del autor en 2007 nos haya privado de ver publicados sus whatsapp, con lo graciosos que sería flamenca berenjena.

Cómo escribo novela policíaca de Andreu Martín, ed. Alba

9788490650608_1

El querido estajanovista de la cosa negra Andreu Martín publica Cómo escribo novela policíaca, que a algunos puede recordar a su libro en Now Cómo escribo. Las reglas del juego que publicó en Now hace algo más de dos años. Cierto que es que algunas partes del libro se repiten pero no lo es menos que aquí estamos más cerca de un libro de consejos para escribir que de aquella mezcla de consejos, reflexiones y recuerdos. Interesante sobre todo para ver distintos acercamientos a la escritura policíaca tanto del autor como de algunos otros clásicos cuyas aproximaciones constituyen el remate del libro.

El caso Telak de Zygmunt Miloszewski, Ed. Alfaguara

portada-caso-telak_med

Primer libro de Miloszewski para el mercado español, un curioso acercamiento al policíaco más clásico trasladado no solo a Polonia sino, además, a este mundo contemporáneo con Autoayudas, Coachings y Terapias de Constelaciones Familiares entre otras hierbas.

¿Qué tal el dolor? de Pascal Garnier, ed. Alba

9788490650592_1

Alba intenta reflotar su línea negra con otro curioso ejemplar europeo, un libro que empieza mostrándonos el final para explicar después la semana que condujo hasta allí, un viaje con dos personajes principales que explora los rincones más oscuros de la sociedad y sus implicados. Una pequeña obra de gran interés.

Órdenes sagradas de Benjamin Black, ed. Alfaguara

portada-ordenes-sagradas_med

Banville tiene otro Quirke. Lo de siempre.

– Mise au point de Le Corbusier, ed. Abada

th_Mise_au_point_Pensar_la_arquitectura_Mise_au_point_de_Le_Corbusier_-_Portada_(398)

El último libro de Le Corbusier en una edición… original: El tamaño es poco mayor que una cajetilla de tabaco, dentro de un estuche cuadrado de 12,6 cm y acompañado del estudio sobre la obra Pensar la arquitectura de Jorge Torres para que así las 84 páginas del primero puedan sumar las 262 del estudio -sí, el estudio es tres veces mayor que el libro original, es un estudio en profundidad- y ofrecer las 352 que justifican -un decir- esos 25 € que cuesta. Para regalar a los aficionados a la arquitectura que parezcan tenerlo todo no deja de ser una opción. Al fin y al cabo las reflexiones de Le Corbusier son bastante interesantes por muy disuasoria que sea esta edición.

El pequeño mago de Kazuno Kohara, ed. Picarona

20150119102808

Me gusta Kohara, sus historias cotidianas y mágicas y sus giros inesperados pero coherentes, son libros para niños pequeños pero siempre con un estilo -en la escritura y en las estupendas ilustraciones- que dan ganas de hacer la colección para uno mismo.

Las zanahorias maléficas de Aaron Reynols e ilustraciones de Peter Brown, ed. Picarona

20150119095638

Los títulos de Picarona son siempre interesantes, aquí cuentan una historia sobre la necesidad de tomar con moderación aquello que te gusta pero disfrazado de la historia de un conejo que come todas las zanahorias que puede… ¡hasta que estas deciden vengarse! Con una estructura pesadillesca y referentes clásicos tenemos a la vez una historia que les gustará y que enseñara algo. Epicuro la hubiera aprobado, quizá.

Hasta aquí por esta semana. Veremos si en la próxima, que como última de mes es siempre la más floja, logran las editoriales sacar aquello pendientes. En cualquier caso tenemos asegurada al menos una de esas novedades que -al menos para quien esto escribe- hace que merezca la pena esperar con impaciencia las cajas de libros. Mientras llegan y no llegan solo puedo decir, ¡nos leemos!


Dentro de los nuevos deseos del SyFy de buscar una manera distinta de hacer el ridículo estuvo realizar un acercamiento a una película distópica clásica, 12 Monkeys (USA) -Sí, lo sé, pero el número está en inglés- El resultado es… bueno… tienen que trabajarlo y, desde luego, tiran de algunas tramas diferentes de la película porque claro. Podría ser peor, también es cierto, pero no sé hasta qué punto resultaría más molesto que esta adaptación que de puro correcta es una traición mayor al espíritu original.

En Netflix decidieron tener su propio spin-off de un éxito y de ahí salió The Adventures Of Puss In Boots (USA) que no tiene las voces originales porque no han llegado aún a ese nivel. ¿La serie? Psé.

La FOX ha cogido a un productor de Bones para poner a un personaje tipo House en una serie policíaca. Una serie políticamente incorrecta. Del estilo de las bios de tuiter. Da igual que Backstrom (USA) esté basado en un libros de Leif G.W. Persson, podría estar basado en Los misterios de Laura y el resultado sería igual de rutinario e infame. Una serie policíaca a la CBS que si pudiera votaría VOX.

A ver cómo explico yo esto… Russell T. Davies, ¿os acordáis de él? Hizo unas series juveniles fantásticas, hizo Queer as folk, estaba preparando un spin-off con Whedon pero le pillaron para relanzar Doctor Who, decidió irse a hacer las américas con Torchwood y… bueno, no ha habido muertos así que podría haber acabado peor aquello. Total, que ha regresado a Reino Unido. Y ha logrado convencer a los señores de Channel 4 de que le den espacio para hacer unas pocas series. Lamentablemente -para mí como espectador- no le han puesto a hacer fantástico. (¡¿Tanto costaba ponerle a relanzar Sapphire & Steel?!) En su lugar le han dejado que vuelva a hacer comedia/drama alrededor de la comunidad gay. Tres series, de hecho. Cada una en su momento y su canal. La primera, Banana (UK), es en realidad la segunda. Emitida por el segundo canal del invento, la E4, tiene un formato más de comedia -dentro de lo que es el humor inglés- y se centrará cada semana en la vida de un personaje de la comunidad gay que, se supone, aparecerá más o menos de refilón en la serie principal. El resultado es curioso, con el humor que tenía ya la serie original pero, en mi opinión, sin que llegue a aportar nada nuevo con respecto a esta. Salvo, quizá, cuando vaya avanzando y veamos este carácter antológico y episódico que sirva para hacer «repaso» de tipos y estilos.

Como no podía pasar una semana sin que me llevara la mano a la cara en Nickelodeon han estrenado Bella and the Bulldogs (USA), sobre una animadora que se convierte en quaterback del equipo de su colegio. ¡Pero sigue vistiendo de rosa! ¡JA! ¡Qué gracia!

Sharon Horgan. Eso debería de bastar, pero la verdad es que Catastrophe (UK) cuenta también con Rob Delaney y con un guión adecuado -aunque podría ser mejor, pero todo lo trae el rodaje- para convertirse en una de las alegrías de este inicio de año. Bien es cierto que las historias de pareja no me entusiasman demasiado y que ya sufrimos a finales de año de un aluvión, pero en fin. Eso sí, Horgan, ¡quiero las dos temporadas que me faltan de Dead Boss!

Volvamos con RTD con el plato principal -de ahí que vaya a Channel4– de su propuesta: Cucumber (UK), al historia de un gay ingles cincuentón que está un poco harto de sus cosas y el ambiente y eso y lo mismo hasta quiere cambiar de aires. Bien actuada pero con un guión que parece como si quisiera continuar con QaF allá donde lo dejó.

El reto de The Nightly Show (USA) era sustituir a Colbert. Obviamente es algo que nadie puede hacer así que han intentado mostrar otra cosa que, además, los separara del Daily Show. La verdad es que soy menos entusiasta que la mayoría, quizá porque Larry Wilmore siempre ha sido un ejemplo de negro de centro -¡Que no le hayan dado el trabajo a Jessica Williams!- o quizá porque no me parece mal pero creo que podría haber sido mejor. Quién sabe. En cualquier caso, y teniendo en cuenta lo que hemos visto -y lo que nos falta por ver- no es un mal inicio.

Algún día entenderé cómo funciona Disney, de momento uno de nuestros estrenos destacados de esta semana, Star vs The Forces of Evil (USA), anda sin web ni nada. Y es una lástima porque el primer episodio de los dos que se compone el piloto es magnífico. Rápido, divertido, sin respeto a convención alguna, un ejemplo de serie corta y rápida, quizá por eso el segundo episodio no me acabe de funcionar igual de bien, saturado como uno puede acabar de llegar. De verdad, Disney, estrena esta serie de una vez y dale su propia web.

 
Lo último de la estrategia en tres partes de RTD es Tofu (UK), serie documental para el servicio online de 4oD en el que habla de sexualidad en todo GSD y para incluir pequeños cortos humorísticos, perdón, humorísticos en su interior. Otra cosa no, pero hay que reconocerle el intento de cambiar un poco las cosas. Venga, por tercera y última vez, el trailer:

Atentos: Young Drunk Punk (CA) ¡Punks Canadienses! ¡De los que a veces no dicen «Muchas Gracias», dicen «Gracias» a secas! Ay, señor. Hecho el chiste, la serie es amable, agradable y poquita cosa. Ambientada en los ochenta, además. El protagonista -encima- parece un Jovencito Ted Mosby. Se encuentran Els Joves con estos y le sacan la pasta.

Terminamos con Wolf Hall (UK), adaptación del primero de los libros de Hillary Mantel sobre Cromwell interpretado aquí por Mark Rylance y con Damian Lewis de un poco probable Enrique VIII. Por tópico que suene, la serie no está en absoluto mal -aunque quizá un poco más teatral de lo esperado por mi- pero no llega al excelente nivel del libro.


Sobre las creaciones televisivas interneteras

Llevo tiempo queriendo escribir sobre series en internet, mejor dicho, sobre programas -de todo tipo- creados para internet. El tema lo merece, incluso merecería una larga serie de columnas de las que aquí son habituales pero que, me temo, no tocan aún este año. De momento tendréis que conformaros con esta breve aproximación y con mis intentos de lograr que Diego Núñez, que sigue el tema con mayor interés que yo, acceda a ejercer de firma invitada.

-Por extraño que parezca he invitado varias veces a diversas personas a ejercer de firma invitada en esta web pero, por unos u otros motivos, parece que nadie acaba de decidirse/atreverse-

De momento vamos con lo que me interesa: ¿De dónde sale todo esto, qué recorrido lleva, cómo es posible que funcione y en qué punto estamos ahora?

En el principio fue Melrose Place. Quizá alguno de vosotros pensaba que sería YouTube pero hay que recordar que aunque parezca llevar toda la vida la web de visionado de vídeos on-line se creó en 2005. Pero, como decía, todo empezó una década antes por culpa de Melrose Place. Bueno, por culpa… por inspiración, por imitación… Se supone -tampoco vamos a fiarnos ahora de los estadounidenses- que The Spot de Scott Zakarin fue la primera serie emitida por internete. Una aproximación a esa idea meplacelrociana de un grupo de jóvenes y atractivos viviendo en el mismo bloque de apartamentos. La idea fue un éxito moderado pero sirvió de inicio para que otros intentaran cosas parecidas. Algunos, como los integrantes de Bullseye Art, se pasarían años creando animaciones para internet que, en ocasiones, cruzarían a la televisión convencional.

Si bien es cierto que sería la aparición de YouTube lo que acabaría definiendo y popularizando este tipo de creaciones, con éxitos elípticos como lonelygirl15, creaciones para nicho como The Gild o acercamientos de tiburones como Michael Eisner y su respaldo a Prom Queen. No solo YouTube existía, la creación de HULU facilitó el acercamiento de autores consagrados como Joss Whedon y su Dr. Horrible’s Sing-Along Blog que, a la vez, marcaba un poco la separación entre el uso de un canal nuevo como era internet para creaciones de estilo tradicional como esas que preparaban en HULU y después en Netflix o Amazon frente a la creación más libre que permitía YouTube en el que no existía una relación de negocios entre ambas partes sino un servicio que se proveía al público en general. No elegía, pedía, encargaba, etc… daba una oportunidad a la gente y allá se la compusieran.

De esa manera dos estilos diferentes se fueron abriendo paso. El de las cadenas de streaming producía todo tipo de series, sobre todo cuando webs como Yahoo decidieron unirse a la experiencia recortando en el presupuesto frente a las producciones clásicas que HULU o Netflix proponían.

Por contra en YouTube se producía un fenómeno cercano al de la autoedición. Del mismo modo que la facilidad para subir imágenes había impulsado la creación de una infinidad de webcómics o las plataformas de edición -y la propia Amazon siempre deseosa de saltarse intermediarios- había simplificado el proceso para que quien quisiera pudiera sacar su libro, e incluso había habido páginas -y si esto fuera un telefilme saldría MySpace– que habían estado ahí para que cualquiera con un grupo subiera sus canciones o para crear su propia versión de la radio en forma de podcast, así también el que quería ser televisión lo podía lograr.

Como en todo, no era un éxito sencillo. La forma en la que se nos explica cómo se reparte la pasta deja claro desde el principio que hay que hacer unos números realmente altos para que salga a cuenta. O meter muchos anuncios, que pueden sacar a los espectadores del seguimiento. YT gestiona el invento y consigue anunciantes. Esos anunciantes pagan 25$ por cada mil espectadores de los que el YT se queda 18 así que a razón de 7 dólares por cada mil espectadores muchos tienes que tener en un mes para que valga la pena. El asunto es que una vez subido el vídeo se queda ahí y que además puedes tener otras novedades, etc… de manera que resulta que te pones a mirar números ¡y sí que hay gente que lo consigue! ¡Incluso en España! Que pasa como con todo, hay gente haciendo dinero -no digamos millones porque al fin y al cabo hace falta una inversión para grabar, editar, etc…- y otros que lo intentan pero no. Como cualquier otro mundillo.

Pero entre los que lo consiguen -al menos en parte- podemos diferenciar varios caminos. Por un lado los que deciden irse a la no-ficción, que podríamos dividir en dos grandes tendencias como son el de la divulgación – en donde tenemos los CrashCourses de los hermanos Green, Hank y John (Sí, el de Bajo la misma estrella, ese) pero también programas de consejos de cocina o de belleza- y el del… humor… llamémoslo así… que permite tanto dar a conocer a grupos de parodias, humor y mucho más como pueden ser los chavales de The Midnight Beast hasta auténticos jerkassecitos como los australianos Janoskians. Muchas manera diferentes de apelar a ese público que ha cambiado de la pasividad de ver un canal a la actividad de elegir y buscar. Y, como siempre, determinadas propuestas son más sencillas de vender.

Pero también hay quien elige la no-ficción, bien para replicar modelos tradicionales con nuevos giros como pueden ser las aproximaciones a clásicos que hacen en la Pemberley o buscar caminos diferentes al terror como en Marble Hornets hasta ejemplos del más puros abaratamiento de costes al español estilo de Qué vida más triste. La facilidad de crear una web a la que cualquiera puede acceder y de unos recursos de creación -grabación, almacenamiento y producción- que ponen sencillo como nunca animarse a llevar a cabo la idea han facilitado la creación de esto que, como decía antes, podríamos considerar Autoedición Televisiva.

Y no es mejor ni peor, simplemente es una forma nueva de darse a conocer, de transmitir un proyecto y de que el público obtenga quizá no lo que necesita pero sí lo que le gusta, o al menos lo que quiere. No es una horizontalidad perfecta, por supuesto, sigue siendo necesaria una promoción y una movilización, y se sigue premiando la promoción dentro de una empresa y dentro de unos grupos de personas. Pero es algo que casi parece inevitable, sobre todo esa última sensación de endogamia, cuando a cambio se está logrando un estrechamiento que es lo que podemos celebrar. Incluso aunque consideremos que algunas producciones busquen un mínimo para lograr visitas.

Como decía al principio, es un tema que da para mucho más pero queden de momento estos breves apuntes sobre el tema hasta tener tiempo para poder desarrollar un comentario en condiciones.


Libros que Llegan: Coe, El desmoronamiento, Grafton y más

Poco a poco vuelven las novedades a nuestras librerías. Y menos mal porque por mucha avalancha que hubiera en noviembre llevábamos casi un mes sin novedades pero con ganas de leer más. Habrá a quien este tradicional parón haya servido para ponerse al día o rebajar la pila de pendientes. En mi caso crea una sensación de desabastecimiento que me lleva a ver con buenos ojos todo lo que va prometiéndose.  De modo que en cuanto han comenzado de nuevo con las distribuciones no he podido dejar de exclamar:

¡Que entre la pila!

– Expo 58 de Jonathan Coe, ed. Anagrama

Maquetación 1

Pocas maneras mejores que comenzar librescamente el año con una novedad de Jonathan Coe, escritor que quien esto escribe aprecia  muy mucho incluso en sus obras más cercanas al divertimento, como esta Expo 58 que es mitad narración sobre el estado de la cosa en europa a finales de los ’50, mitad novela de espías, mitad novela de humor. Son muchas mitades pero es que Coe -de quien siempre recomendaremos el agotadísimo y nunca reeditado El club de los canallas– sirve para estas cosas y muchas más.

El desmoronamiento de George Packer, ed. Debate

244_C924694.jpg

Interesantísimo libro para comprender Estados Unidos y su devenir en los últimos cuarenta años, desde finales de los setenta  hasta prácticamente la actualidad.  George Packer, colaborador habitual a The New Yorker, traza este desmoronamiento de diferentes esferas del país contando la vida de unos pocos personajes importantes pero a la vez secundarios que complementa con biografías de personalidades diversas, canciones, titulares y todo aquello que sirva para complementar la mirada a una superpotencia en la que sus élites se han abandonado a la avaricia y el pueblo ha quedado desprotegido.

W de Whisky de Sue Grafton, ed. Tusquetsw_de_whisky_big

Un nuevo caso de la detective Kinsey Millhone que empieza con el cadáver de un sin techo y la muerte de un investigador privado para continuar en el clásico lío descendente con más problemas de los que serían razonable.  Estamos ya acercándonos al final de la serie del Alfabeto del Crimen y mientras vamos acercándonos con tranquilidad a Z. -O quizá a AA-.

La catedral de Turing de George Dyson, ed. Debate

244_C922508.jpg

Aprovechando todo esto de los ordenadores y la película de -sobre- Turing y todas esas otras cosas para traernos este libro de 2012 sobre los orígenes de las informática y la construcción de los primeros ordenadores,  una obra que presenta desde el punto de vista estadounidense esos primeros proyectos y los problemas que enfrentaron y resolvieron para comenzar a crear una de las principales revoluciones del Siglo XX.

Reflexiones del señor Z. de Hans Magnus Enzensberger, ed. Anagrama

Maquetación 1

Enzensberger presenta aquí una obra extraña, no por ser poco habitual en él sino por la mezcla que propone, reuniendo ficción, aforismos, reflexión… una extraña mezcolanza que, sin embargo, sigue ofreciendo opinión y crítica.

Sueños de trenes de Denis Johnson, ed. Literatura Random House

244_RH29051.jpg

Un nuevo libro de Denis Johnson siempre es algo de lo que alegrarse, luego ya que sea un Libro Sandía ya me hace menos feliz, pero parece claro que es el signo de los tiempos.  Eso sí, estamos ante una narración dura, de una fortaleza y una sencillez que es digna de admiración.

King Mob. Nosotros, el partido del diablo de VV.AA., ed. La Felguera

Portada_King_Mob_para_medios-2-3b6e3

Recuperación del título en edición aumentada y corregida según la editorial, con un formato pequeño pero un contenido tan cargado como en ellos suele ser habitual, esta vez sobre las andanzas del grupo de terror cultural. ¡Muy interesante!

– Visiones de lo fantástico en la cultura española (1970-2012) de VV.AA., ed. EDA Libros

3398519

Tercer volumen sobre los análisis del fantástico en la cultura española, esta vez con un repaso a autores y medios -especialmente el cine y el tebeo-  de entre lo ocurrido entre el año setenta y ese 2012 en que se celebró el primer congreso que dio lugar a estos volúmenes de resumen.

– Los antisociales (Historia de la homosexualidad en Barcelona y París, 1945-1975) de Geoffroy Huard, ed. Marcial Pons Historia

9788415963202

Completo repaso a la historia de los homosexuales y su tratamiento histórico-social en las ciudades de Barcelona y París entre el final de la Segunda Guerra Mundial y la muerte de Franco, una etapa caracterizada por la persecución, alienación y lucha que se ha tratado comúnmente como la historia de una época oculta. Este extenso y bien documentado libro señala que sí que hubo unos movimientos algo menos ocultos de lo que cabría esperar, y aprovecha para comparar -y a ratos enfrentar- lo ocurrido en las dos ciudades. Un muy completo texto teórico.

– Endurance. La prisión blanca de Alfred Lansing, ed. Capitán Swing

777

Una nueva narración sobre lo sucedido en la expedición de Shackleton a la Antártida, con pretensión de ser la definitiva pero, ¿quién sabe?

La segunda guerra mundial contada para escépticos de Juan Eslava Galán, ed. Planeta

la-segunda-guerra-mundial-contada-para-escepticos_9788408135302

A Eslava Galán se le está dando bien en lo que a ventas se refiere todas estas cosas de recontar la historia así que mucho estaba tardando en llegarnos el volumen correspondiente a uno de los momentos que más libros mueve a lo largo del año. Y ya está aquí.

Las letras entornadas de Fernando Aramburu, ed. Tusquets

las_letras_entornadas_big

Obra de contraposición y repaso en el que un joven -un decir- se reúne con un señor instruido y cultivado para hablar de libros, literatura, vida… Suena a otra cosa, la verdad, pero es sobre todo un repaso a la literatura de una manera que permite conocer más al autor que a sus personajes.

Tus pies toco en la sombra de Pablo Neruda, ed. Seix Barral tus-pies-toco-en-la-sombra-y-otros-poemas-ineditos_9788432224232

El libro de los restos de Neruda en otro movimiento propio de Tolkien Jr. sacando por casi 16€ poco más de 130 páginas y sin tapa dura ni nada. Pero es que a los que quieran este tipo de completismos ya saben que les va a tocar pagar  un Libro Sandía.

El libro de Jonah de Joshua Max Feldman, ed. Libros del Asteroide arton1320-a16e3

Lo nuevo de Asteroide es una ¿comedia dramática? sobre un joven ejecutivo que cree tenerlo todo y descubre que en realidad hay mucho que le falta. Pero desde un plano sentimental/espirituoso o algo así. Como reinvención de las comedias románticas tiene su intríngulis, en realidad.

El desvan de Tesla de Neal Shusterman y Eric Elfman, ed. Anaya

IJ00428801

¡TESLAXPLOTATION! Inicio de una saga de acción y  humor que tira de lo que os podéis imaginar. A mí ya me habían ganado con Tesla, así que imaginad lo que me ha parecido de bien lo de los Accelerati .

– Manual de supervivencia de los Boinas Verdes de Mikel Hawke, ed. Paidotribo

1275

Siendo sinceros y viendo cómo están las cosas casi parece que esta novedad es realmente lo que más falta nos va a hacer en los próximos meses.

¡Poquito para empezar! Ya os dije que ahora empezaría a moverse, más aún si algunos libros prometidos logran llegar a tiempo -que en fin- y, como vemos, con apariciones de los Libros Sandía que parecen haber llegado para quedarse. La semana que viene se incrementan las novedades así que ya veremos si la tendencia sandiera se consolida. Mientras tanto, nos leemos.


Ayer sacó Amazon su primera tanda del año de pilotos. El resumen que os hago ya de ellos es que para esto se podrían haber quedado quietos una temporada. Igual que la anterior vez había bastantes posibilidades y estilos en esta ocasión tenemos un batiburrillo bastante indigesto que, en demasiadas ocasiones, saca lo peor de la ficción estadounidense a relucir. Pero ya que me he visto los trece pilotos estaría feo que siguiera debajo de la mesa sollozando por el trauma así que vamos a hablar un poco de ellos.

Buddy: Tech detective (USA)

La manía de integrar a los niños en cosas tecnológicas sigue rechinándome, la de empeñarse en hacer «interactivo» lo que no lo es no deja de parecerme una extraña mezcla con los títeres antiguos -¡y sin poder medir su reacción!- pero por lo menos estos tienen una animación más cuidada, esbozos de personajes diferentes y una clara pretensión inclusivista. Vamos, que no es especialmente bueno pero por lo menos no dan ganas de prenderle fuego al ordenador.

Cocked (USA)

Hablando de prender fuego al ordenador. Quizá una de las series más… ni siquiera ofensiva, simplemente triste, es esta cosa con Jason Lee cada vez menos en forma -y más relegado- en la que una familia de fabricantes de armas tiene que tirar del hermano que huyó de su tiránico padre y abrazó el lado Izquierdista USA de la vida para evitar que una malvada, malvada compañía -de otro familiar- quiere terminar con ellos. Se supone que es una dramedia en el que la comedia lo pone las dos idiosincrasias chocando y el drama es tener que soportar esto.

Down Dog (USA)

Si creías que lo anterior era estúpido espera a esto. Un tipo que se supone lleva sobreviviendo toda la vida de ser guapo y relajado -¿?- pero que nunca ha hecho de modelo tiene una ruptura y entonces decide reiventar su vida o algo. Yo que sé, es como una cosa de parodia del yoga y el estilo de vida californiano que no sé ni qué público esperan que tenga. Ay.

Just add magic (USA)

Entre los pilotos infantiles de Amazon hay dos series juvenil/infantil que no tienen NINGUNA presencia femenina. Pues casi me parece peor para las chicas esta que tiene multitud. Tres niñas que sospecho debieron coger en la calle por lo mal que actúan -Vale, no voy a pedir el Nivel Granja Británica pero ¡al menos un Nickelodeon!- tratan de arreglar problemas o algo con un libro de cocina que tiene recetas mágicas en lo que parece el corto que rodarían un par de de amateurs con lo que escribieron cuando iban a primaria. O peor.

Mad Dogs (USA)

No veo el motivo de remakear la británica Mad Dogs para el público americano, pero se ve que estoy en inferioridad opinativa. El caso es que Shawn Ryan es particularmente extraño porque esperaba -quizá con ingenuidad- que ya que se metía fuera para darle su sello particular al asunto. Pues no. Se repite con cambios mínimos -en lugar de Mallorca se van a Belice, los lugareños son incluso más… más… que en la británica y los personajes son más bros– y, peor aún, con peores actores. Y esto no va por Billy Zane, que total para lo que hace. Una oportunidad perdida en general cuyo mayor aprovechamiento será que alguno decida echarle un ojo a la británica. Aunque no es algo que espere.

The man in the high castle (USA)

Llegamos a la mejor del lote, aunque sea solo por demérito de los rivales. Sé que esta novela de Dick es una de las que mayor polarización produce pero la serie decide ir por unos caminos claros, acercándose sobre todo a las miniseries de la BBC: Un gran trabajo de producción con un estilo cinematográfico magnífico. Quizá por ello lo irregular del reparto y algún problemilla menor en el manejo de los tiempos llaman más la atención. Pero viéndolo en global -no digamos ya comparado con el resto de desastre- estamos ante la única propuesta que deja ganas de seguir viendo cómo hacen avanzar la historia.

The New Yorker presents (USA)

Batiburrillo. Supongo que ellos hubieran preferido considerarlo como «Programa mixto de artes» o algo similar, pero lo que tenemos aquí es un batiburrillo que ofrecía ideas en principio interesantes: Relatos, viñetas, entrevistas, documentales, poemas… El resultado es… en fin. La microadaptación de un relato de Simon Rich interpretada nada menos que por Alan CummingBrett Gelman es correcta sin más, Gelman hace todo lo que puede pero la versión de Dios de Cumming resulta demasiada alejada de lo que ofrecía el relato original, de la misma forma que el documental que Jonathan Demme hace sobre el profesor Tyrone Hayes y su lucha parece a ratos más propio de un competidor de reality que de una denuncia fundada, muy lejos del artículo de Rachel Aviv que tanta fama tuvo hace unos años. Las viñetas de Emily Flake están más que son y solo la entrevista de Ariel Levy a la siempre extraña Marina Abramović parece lograr un acercamiento diferente propio del semanario. Lo peor, sin embargo, es el poema de cierre, una versión del sentido King de Matthew Dickman que Andrew Garfield masacra sin piedad en una pieza que parecería una parodia de las ideas locas de James Franco si creyéramos capaz a Garfield de algo así. La idea de este programa no era mala, los nombres envueltos tampoco, el resultado es, por tanto, más decepcionante. Quizá con más rodaje…

Niko and the Sword of light (USA)

Ramplona serie que con una buena premisa y un trabajo de animación superior a la de de sus diseños generales -que parecen dividirse entre los inspirados por otros y los que simplemente no sabían cómo realizar- que acaba dejando con la sensación de que alguien sabía lo que hacía y lo que quería conseguir pero no fue capaz de explicárselo -o imponérselo- al resto. Por cierto, además del protagonistas salen varios enemigos, varios secundarios y unos cuantos encuentros ocasionales pese a lo cuál esta es una de las dos series sin presencia femenina.

Point of honor (USA)

¿Es posible intentar hacer una versión de Norte y sur con una fracción de su presupuesto y tratando de arreglarlo al estilo blanquito? Sí, como posible es. Ahora, el resultado… será como este que logra molestar a todo el mundo no por hacer las cosas bien sino justo por lo contrario. Una familia del sur tiene -resumiendo- un cuñado que les convence de liberar a los esclavos. El cuñado acaba en el ejército del norte, el otro en el del sur. El trato de los blancos terratenientes con los esclavos bordea la comedia de puro ridículo -la escena de Os liberamos y os ofrecemos contrataros, casi entra en el esperpento-, las batallas bajan del recreacionismo tirado a directamente la pachanguita dominguera y cualquier atisbo de intensidad o pasión en los protagonistas es más falsa que una portada de Harlequín. Un completo desastre.

Salem Rogers (USA)

Esta podía haber estado bien. Una ex-supermodelo deja la rehabilitación para volver al mundillo, para lo que busca a su antigua asistente para que la ayude. Lamentablemente ya no estamos en los años noventa y por mucho que los implicados –Leslie Bibb en el papel de la insufrible diva, Rachel Dratch como su sufrida ex-ayudante, Harry Hamlin en un brevísimo papel como su agente- hagan lo que puedan ni el tono pretendidamente abrasivo ni la insoportabilidad del personaje central y el patetismo de su ayudante encuentran redención siendo divertidos, cercanos o sinceros. Que lo intentan, sin duda, pero a estas alturas hacer chistes sobre el Sida para intentar parecer incorrectos es… bueno… TAAAAAN de los ’90.

Sara solves it (USA)

Otro de esos programas infantiles que quieren ser didácticos, interactivos y alegres y que solo me sacan de quicio. Señor, señor, qué sufrimiento de gritos, canciones y repeticiones.

The Stinky & Dirty Show! (USA)

Con un estilo que definiremos amablemente como curioso, esta serie por ordenador narra las aventuras de dos amigos para solucionar algunos problemas en un mundo que está habitado por coches humanizados porque a ese concepto Pixar no puede registrarlo. Teniendo en cuenta que uno es Oloroso, el camión de basura, y el otro es Sucio, la pala-escavadora casi podríamos estar hablando del primer bromance para niños de preescolar, sobre todo teniendo en cuenta que es el otro piloto de Amazon sin presencia femenina alguna. Por suerte no tiene frat-humor, pero vaya.

Table 58 (USA)

Terminamos, ¡por fin!, con una comedia juvenil que no estando mal podría haber dado más de sí. Cercana en concepto tanto a las series del Disney Channel o el Nickelodeon como a conceptos más antiguos, fundamentalmente aquella Parker Lewis nunca pierde que con tres temporadas logró una honda impresión que le dicen. Lamentablemente este tipo de series -pongamos también Student bodies para que la siguiente generación no se sienta ajena- precisa de algo de rodaje y un poco más de dinero. Una vez más el ecosistema en que se mueve la convierte en una buena serie, probablemente la segunda mejor del lote, incluso aunque recurra a algunos clichés obvios y necesite un mayor desarrollo. Si deciden darle una temporada os puedo asegurar que la vería.