«Plutón BRB Nero» (2008-2009)

Qué historia para contar… Que lástima el que aún esté demasiado reciente. Entre 2008 y 2009 se emitió en La2 Plutón B.R.B. Nero., intento de comedia de ciencia ficción dirigida y organizada -un decir- por Álex de la Iglesia. Solo siete años, por lo tanto. Y eso que la cosa empezó con la alegría habitual de este tipo de proyectos. Que aquí mientras no se ha visto nada y la audiencia no ha cantado son todo parabienes.

En abril de 2008 se empezaba a contar y De la Iglesia abría un blog. Así podía dar su propio resumen de la serie:

PLUTON VERBENERO
Sitcom demencial sobre mecánica cuántica, Quarks y agujeros negros.

Un grupo de marines españoles, liderados por el capitán Valladares, cruzan el espacio en la Nave Plutón B.R.B. Nero, que, pronunciado rápido, da a lugar a confusiones. Misión: encontrar un planeta habitable, porque la Tierra está totalmente edificada y ya no cabe nadie. Hasta el Polo Norte está lleno de adosados. Las inundaciones asolan las costas: han desaparecido Nueva York, Londres y Torremolinos.

El presidente de los Estados Unidos del Mundo, Maculay Culkin III, está dispuesto a perder las elecciones con tal de que la misión sea un éxito, y apoya a Valladares llamándole prácticamente todos los días. Valladares también se siente acosado telefónicamente por su mujer. La pobre no entiende todavía que su marido está a años luz de la tierra, y le llama para que asista a la reunión de padres del colegio, o para que hable con el psicólogo del niño.

¿Qué otros peligros tiene que conseguir solventar este aguerrido capitán español en el espacio? Lorna, el androide científico, está buenísima, y eso le impide concentrarse. Además, ella parece dispuesta a satisfacer sus deseos más recónditos. Como es un androide no tiene sentimientos, aunque la verdad, tampoco tiene sexo, y eso lo dificulta mucho todo.

En fin. Estaba claro que intentaba… no sé bien… ¿hacer humor diciendo Torremolinos y Maculay Culkin III en lugar de contratar a Cera? ¿Mostrar la frustración por la falta de sexo mencionándolo muchas veces? ¿Hacer un guiño al recién elegido Zapatero que «está dispuesto a perder las elecciones con tal de que la misión sea un éxito»? ¿O mandar un recado con eso de que su mujer «se siente acosado telefónicamente por su mujer. La pobre no entiende todavía que su marido está a años luz de la tierra, y le llama para que asista a la reunión de padres del colegio, o para que hable con el psicólogo del niño«? Que es que hay que ver «la pobre» qué pesada, pidiéndole apoyo y ayuda cuando él está con la cabeza a años luz entre las estrellas y los androides. La verdad es que no parecía estar muy clara la propuesta incluso aunque  el director hiciera lo que parecía que podía mientras llenaba el reparto de sus habituales y cercanos.

En cualquier caso, para finales de julio empezó la siempre agradecida ronda de promociones. Primero dentro de la propia web de la casa con galerías de imágenes, luego en El Mundo, en La 2 con una pieza para Cámara abierta 2.0 y ya en agosto pasando a El País con un reportaje o en una entrevista para ABC en la que el titular era En Plutón no se liga. Finalmente en septiembre se estrenó y, de nuevo, más publicidad en la prensa, desde el Tentaciones de El País a la contraportada del ABC.

Lamentablemente una vez estrenada la cosa cambió. Las críticas fueron de pasar por encima con cierto desdeño a darle un poco más duro hasta el momento en que el primero en hablar bien de ella tuviera que desdecirse para cargar con más dureza que los anteriores. Las clásicas risas de ver cómo funcionan las cosas en España. Mientras tanto consigue una extraña segunda temporada para una serie que El País mete en el saco de los patinazos en audiencia.  Su casi inadvertida desaparición fue apagando las diferentes ideas y promociones que se habían hecho, incluyendo una web propia. Al final lo único que quedaría sería la posibilidad de verla en la sección A la carta de la web de TVE.

Detrás quedaron algunas afirmaciones temerarias como el de ser la primera relación de De la Iglesia con la televisión -obviando su parte de participación en el desastre organizativo de Películas para no dormir– o el decir ser la de ser la primera comedia de situación de ciencia ficción que se hacía en España, intentando obviar El Inquilino (2004) o, quizá, confundiendo ciencia ficción con space opera. Como si este extraño intento de acercarse a El enano rojo (1988-) fuera más original, o el siempre útil comentario sobre el ajustado presupuesto -quizá para justificar la vergonzante publicidad nada-encubierta de la operadora Orange insertada en el episodio-. Todo esto mientras el drama dentro y fuera se quedaba para un futuro quizá no tan lejano en el que ya no importe la serie y puedan contarnos qué paso y cómo pudo suceder. De momento no toca, pero al menos podemos recordar que esto sucedió.