Parece que Adrien Brody ha encontrado un hueco en su tarea de defender acusados de agresiones sexuales para pasar a la televisión, con este Chapelwaite (USA) que se supone que es una precuela al Salem’s Lot de Stephen King pero que en realidad parece un genérico muy poco inspirado en el que por mucho que Emily Hampshire intenten tirar la sensación de marca blanca del horror convierte en un festival del bostezo recomendable para compatibilizarlo para la plancha o actividad similar.
Hay veces que te pones una serie, como es el caso de Annika (UK), y piensas… Qué bien pronuncian el inglés, qué estupendamente entonan, cuando vocabulario tienen. Sería un listening estupendo en un curso de inglés. ¿Como serie? Un peñazo. Pero qué bonito hablan. Me puse a mirar y parece que salió esto de un audio-drama así que esa calidad se explica, lo que no se explica es que esa teórica investigación criminal sea tan. Tan. Tan. Pero bueno, seguro que hay profesoras por ahí necesitando un listening. Esta es su serie.
¿Cómo es posible que en mitad de agosto tengamos diez estrenos de serie? Yo qué sé, a estas alturas he dejado de intentar adivinar cómo piensan los programadores. Porque estas son las novedades pero también están las series que estrenan temporada nueva y las que estrenan su segunda mitad de temporada. Mi sensación general esta semana es de desconcierto ante las decisiones. Por suerte AlRawabi School for Girls (O) (JR), primera serie jordana creada para Netflix, hace un poco más por que me resulte curioso el asunto. Luego resulta que es otra versión de Elite, que pare eso les funciona, por suerte esta vez es un colegio todo de chicas en el que una de las alumnas decide vengarse contra las populares que hicieron su vida un infierno. – Que no es lo mismo que pasa en la mexicana Control Z, también en Netflix, porque ahí es un desconocido. – Por supuesto la creadora Tima Shomali es de la opinión de que si haces algo malo a los que te atacaron te estás poniendo a su nivel, por algo la llaman la Tina Fey de Jordania, así que ni siquiera vamos a poder disfrutar de un buen thriller de venganza. Solo de rancho, que al fin y al cabo es a lo que se dedica Netflix, al negocio del forraje a granel: Más de lo mismo a través del mundo.
Lo más divertido que tiene Brand New Cherry Flavor (USA) es encontrarse a Nick Antosca, el antiguo asociado de Max Landis en cosas como Channel Zero, haciendo una obra sobre gentes del mundo del espectáculo que aprovechan para realizar abusos. En realidad la serie no va de eso, claro, va de una sucesión de intentos de parecer edgy como lo hubiera hecho cualquier adolescente con ínfulas que pensara que meter muchas imágenes teóricamente impactantes es lo mejor, porque ser facilón es una característica de los productos ‘de terror’ de Netflix. Supongo que al menos habrán dado de comer caliente al reparto -que hace lo que puede con lo que tiene… bueno, algunos, otros están tan instalados en pasar de ello que parecen parte de los productores de Netflix- así que supongo que si eres un adolescente edgy esto te puede gustar. Si no… ni para tenerlo puesto mientras estás planchando. La oreja o la ropa. Más rancho.
No esperaba nada de Buffering (UK), ni bueno ni malo. I am… empieza su nueva temporada prácticamente a la vez y, sinceramente, no es algo contra lo que quieras poner una serie nueva, así que aquí estábamos, a ver qué tenía esta oportunidad que la televisión –ITV, aunque sea la 2– le brindaba a un cómico más conocido por su trabajo en un reallity. Y lo cierto es que tiene un algo. También tiene muchas zonas ‘verdes’ en las que se nota que aún no tiene claro el qué o el cómo o espera que el uso extensivo de cómicos y expresiones pueda sostener el resto de la obra. Pero lo cierto es que se nota que Iain Striling sabe que esto es una oportunidad, quiere aprovecharla y espera hacer algo diferente. Salir sale regular, pero, oye, quizá según la serie evolucione, los nervios se calmen y todo aquello.
Puedo entender perfectamente todo lo que ha llevado a existir a Mr. Corman (USA), y no seré yo el que niegue las capacidades artísticas a Joseph Gordon-Levitt. Pero si tengo que ver un segundo capítulo de esto me tendré que buscar algo que hacer a la vez para evitar el tedio vital de este drama cotidiano de de señor de mediana edad cuyos sueños no se han cumplido y que se encuentra aún desubicado. Que el protagonista sea un Hombre Encantador la hace solo un poco más tolerable que si fuera la habitual bukowskada. Supongo que habrá gente a la que estas cosas le gusten -porque se sientan reflejados, supongo- pero yo solo pido un año mínimo hasta la próxima de estas, porque no respondo de mí.