Muy agradable, pero no sé si mucho más, es lo que trae este The Big Door Prize (USA) que tiene un algo de esas historias con una máquina -menos Ride the Cyclone, más Big– con un estilo que podríamos decir más Ray Bradbury: Un pueblecito pequeño, una máquina que aparece para ponerlo patas arriba, pero no desde el terror como con King sino desde las posibilidades de un fantástico que queda a ratos algo blandurrio menos por la oscuridad que por la manera de manejarlo todo, sin grandes estruendos, como en Eureka. Ese estilo agradable y sin sobresaltos es lo principal, sobre todo porque se supone que cada semana veremos a un habitante diferente. En la práctica los tres primeros capítulos -sí, me he visto los tres, pero de momento no hay nada que no se podría aplicar al piloto por su cuenta- siguen una cierta línea que pone el foco de los dos primeros en un matrimonio, y el tercero los mantiene muy en el centro de la narración. La diferencia entre episodios es que el primero presenta la revolución, las dudas sobre la máquina y su impacto -lo cuento ya: Es una máquina que te dice para qué tienes potencial.- de modo que en el primero se juega a dejarlo para el final, en el segundo lo sabemos desde casi el principio, y el del tercero lo sabemos de antes de que empiece el capítulo. De esta manera consiguen que no sea el centro ‘lo que va a salir’ sino el impacto que tiene en las vidas de la gente. Pues eso, una serie que tiene pinta de no haberse limitado el presupuesto para lograr algo que podría haber salido de una mezcla de SyFy y Hallmark. (Al margen de esto… tengo un problema con la  máquina. Si a mí me piden mi número de la seguridad social y un escaneo de las palmas de mis manos asumo que es algún tipo de timo online y no se me ocurre seguir adelante. En serio, dos cosas muy sospechosas de pedir, es como ‘Dime el nombre de la mascota de tu infancia, el apellido de soltera de tu madre y la fecha de tu cumpleaños’, simplemente no respondes a la gente que te pide esas cosas)

No sé quién ha pensado que era buena idea hacer este Blue Lights (UK) sobre la policía de Irlanda del Norte, pero viendo el nivel voy a asumir que los guiones pronto serán reivindicados por el IRA, porque este conjunto de lugares comunes, personas miserables, situaciones que se mueven entre lo aburrido y lo improbable -cuando no ambas- y una sensación de que alguien quería copiar la propaganda policial de The Rookie para darle un lavado de cara a sus muchachos y lo que ha logrado es una de las más plomizas series policíacas que la BBC haya emitido jamás. Ni Sian Brooke – en el equivalente al papel de Nathan Fillion, solo que aquí es una trabajadora social que a los 40 decide hacerse policía porque ni una sola idea buena fue malgastada haciendo esa serie-, que es la que más ganas le pone, logra que esto funcione un mínimo. Un desastre.

Lo más sorprendente de Copycat Killer (O) (TW) no es que la decisión de adaptar la novela de la japonesa Miyuki Miyabe haga que el psicópata antagonista principal parezca una mezcla entre el muñeco malvado de SAW y El Joker, es que las decisiones sean entre el arty y el negrocriminal europeo (británico, nórdico, francés, etc…) que, sinceramente, no le hace ningún bien a la serie, convirtiéndola en un más de lo mismo con demasiada lentitud y más pretensiones que logros. Bien es cierto que la anterior vez que la adaptaron -japoneses en este caso- lo hicieron en dos capítulos de sesenta minutos, aquí tenemos 10 que son más o menos de una hora, salvo el último que es especialmente largo. Normal que pasen estas cosas. En fin, a ver si para la próxima.

Me sorprende este Eva the Owlet (USA) porque es un paso atrás para Apple TV+, un servicio de streaming que ha traído muchos de los mejores contenidos infantiles/juveniles de los últimos años precisamente por todo lo que falta aquí: El cuidado, la atención al detalle, el gusto… y no cosas como esta obra genérica que podría ser uno cualquiera de los estrenos de Netflix aprovechando una serie de vídeos de YouTube con animación 3D por ordenador que han tenido éxito. Es una lástima porque la serie en si no es realmente mala, pero desmerece dentro del conjunto.

Lo de las versiones de Great Expectations (UK) es peculiar, siempre parecen una buena idea y siempre parecen peor que la anterior. Es curioso porque Olivia Colman parece una idea clarísima para Miss Havisham. Pero no. Ni eso, ni lo otro, ni lo de más allá. Que no es que haya falta de versiones precisamente. En fin, una oportunidad perdida y un extraño traspiés de la BBC, que últimamente parece que no tiene la cabeza donde deberían.

La novedad de hoy es la antigüedad de mañana. Esto, que puede parecer una perogrullada, se nota muchas veces cuando ese intento de capturar el zeitgeist hace que el cambio en la situación -y aquí me refiero a la másomenos natural evolución de las cosas antes que al típico problema de que si decidiste poner MySpace para parecer moderno ahora… bueno… – se lleve por delante la situación hasta el punto de que necesites, para adaptarlo, decidir si prefieres convertirlo en una pieza ‘de época’ -aunque esa época sea pre-COVID-, si te vas a molestar en adaptarlo a la situación moderna o si lo pones en el momento moderno aunque las cosas hayan cambiado. Que es la solución más sencilla, también la peor y, lamentablemente, por la que han apostado en The Power (USA) haciendo que algunas buenas ideas y un buen desarrollo que se acababa echando a perder potencie sus puntos malos, quede como fuera de lugar no solo de las series sino del feminismo y, en fin… Podría ser peor, claro. Pero es una lástima, porque podría haber sido mejor.

En la tradición de 24, pero no solo 24, llega Rabbit Hole (USA), a mayor gloria de un Kiefer Sutherland que se mueve con absoluta familiaridad en una historia de paranoia, inteligencia y contrainteligencia, empresas poderosas, falta de privacidad y… bueno, la rutina de costumbre. En el primer episodio se nos hace una presentación de escenario casi modélica: Un primer ‘golpe’ narrado hacia detrás, una presentación de personajes y sus peculiaridades y rarezas que se centra en Sutherland sobre todo, un personaje que encarna a la justicia y es simpatético, un segundo golpe que ahora vemos suceder en el orden esperable, y una serie de giros y revelaciones que dejan el tablero montado para el resto de la serie y que, además, nos deja claro que lo que habíamos visto antes -que podría haber sido el molde de los siguientes ‘casos de la semana’ mientras se desarrollaba un arco mayor- no es lo que vamos a tener. Vamos a tener el arco y habrá que ver cómo lo mueven, supongo que por eso han sacado los dos primeros capítulos, porque pasado el piloto vemos que siguen las ‘tareas’, investigaciones, dudas y giros. Pero ahora con un formato algo más libre. Pero igual de parecido a Esa Serie En La Que Usted Está Pensando. Que, de nuevo, no es malo porque parece que algo la han actualizado.  Además, el que hayan anunciado que van a ser solo ocho capítulos hace que, al menos, sospechemos que no se va a alargar en exceso. Así que seguiremos viendo.

Parece que Hallmark sigue apostando por series, y esta vez ha tocado una telenovela en el mundo del rodeo. Ride (USA), se llama.  Lo bueno es que van full telenovela, que es lo que hace falta en estos casos, con total desparpajo y siempre como si fuera algo de enorme seriedad o de lógica aplastante, da igual que sea el ansia por el rodeo de todo el pueblo, los minutos musicales, o el que pueda tenerse un bullfighter, sea eso lo que sea, que además sea el personaje gay. Una cosa bastante increíble al que solo se puede poner el pero de que no hayan sacado a un gran villano dentro de la familia o enfrente. Pero bien, bien, quitando esto, bien.

Curiosa esta SisterS (O) (IR) que se ha marcado RTÉ y que se nota no ya a mayor gloria sino creada en todos los aspectos por sus protagonistas principales. Dos actrices y mejores amigas que han aprovechado la coyuntura para montarse esta serie sobre dos mujeres que descubren que son hermanastras y parten a la búsqueda del padre. Con una idea de comedia negra que intenta oscilar entre esta y el drama para que veamos que en realidad es más seria, o algo. Les sale regular porque, bueno, ya son muchos años de este tipo de cosas, y aquí parece hecho más por aprovechar la oportunidad y crear un proyecto que les permita explotar esa química que da años de amistad. Pero precisamente esa química, algunos momentos, y la clara intención de pasarlo bien juega a su favor. Al final es más curiosa que interesante, pero para como anda el patio tampoco nos podemos quejar.

Podéis imaginar mi sorpresa al descubrir que ITV ha sacado de tapadillo Six Four (UK), adaptación de la novela 64 del japonés Hideo Yokoyama. Lo que significa, además, que la adaptación iba a ser libérrima desde el principio. Porque su segmento dentro del género criminal era la burocracia ficción y también porque el peso del honor y de las relaciones no es el mismo en la sociedad japonesa que en otras, como es en este caso la escocesa. No porque no tengan, simplemente es distinto y eso inevitablemente tiene que impactar. La pena es que lo haga como lo hace. Porque se adapta tanto que al final es un más de lo mismo. Una chica desaparecida, un matrimonio en crisis, corruptelas y blablabla. Lo que hacía interesante y diferente la novela original -que tenemos en español pero no traducida del japonés, algo que a estas alturas de 2023 me cuesta comprender- interesante. Y al final la serie entera sirve más como ejemplo de cómo las diferencias culturales necesitan cuidado para ser traducidas que de una obra en condiciones.

Parece que la ITV no está por la labor de crearle un trailer, imaginaos cómo es la cosa.
Aceptable sin más este Unseen (O) (SA) sobre una mujer que se mete en círculos de los bajos fondos para vengar a su marido aprovechando que por su condición se supone que la gente no repara en ella. Una cosa sencillita que puedes tener pero que es bastante tibia, bastante de relleno, y no aprovecha ni el ser sudafricana, que no es lo habitual en estas cosas.

Lo más complicado de creer de Unstable (USA) es que Rob Lowe y su hijo sean padre e hijo. Y que su hijo sea actor, eso también. Lo demás es una comedieta sin mucha sustancia en la que Lowe parece querer algo entre Mythic Quest -supongo que porque Victor Fresco anda por ahí y explica la relación de esta con Better Off Ted– y, bueno, el 911: Lone Star que ya está haciendo. Bueno, supongo que si alguien quiere ver mucho rato a Lowe pero los posters no le sirven… y… ahm… Yo qué sé.

Me he pasado todo Wellmania (AU) con la sensación de que esta serie ya la había visto, pero era más inglesa -el que sea australiana la pone en un punto intermedio entre USA y UK muchas veces, pero en dirección contraria a las canadienses- hasta que he caído en que mucho de lo que se ve en el piloto de esta serie se parece enormemente a Rosie Molloy Gives Up Everything. La diferencia, supongo, llegará a partir del segundo capítulo, en el que en lugar de ir decidiendo dejar ‘adicciones’ lo que tendremos será otra cosa, intentos de llevar una vida más sana o dios sabe. El caso es que el piloto es muy clásico,  ya-no-tan-joven con vida desquiciada y secundarios entre Hallmark y Lifetime que decide cambiar su vida por completo y se supone que entre medias hace gracia. Siendo lo más importante se supone.


¡Libros que Salen! Trondheim, «Las historias del mago Setne», Zauner y más

¡Que entre la pila!

¡Por Tutatis! de Lewis Trondheim, ed. Astiberri

La anterior vez que Lapinot fue publicado en España llegamos -por los pelos, pero llegamos- a una aventura en la que se sumergía dentro del mundo de Spirou. Pues adivinad qué. Ahora le ha tocado a Astérix. Porque Trondheim ha decidido meter a su protagonista dentro de las aventuras del famoso galo para ofrecer su punto de vista, sin que él sea consciente, entienda qué pasa, o vea la lógica a muchas de las acciones. Así que puede funcionar como parodia, homenaje e incluso reflexión sobre el personaje y sus circunstancias.

Las historias del mago Setne de VV.AA., ed. Siruela

Antología de historias más o menos fantásticas ambientadas en Egipto con autores que van de Plutarco a Algernon Blackwood pasando por Al-Masudi, Dióscoro de Alejandría, Arthur Conan Doyle, Théophile Gautier, Horace Walpole o Francesco Colonna entre otros. Quizá hasta haya alguna mujer. En cualquier caso, son clásicos -en distintos niveles, procedencias  y momentos temporales, pero clásicos- lo que sirve también para ofrecer una visión variada de cómo se ha percibido ese ‘universo mágico’ asociado a Egipto.

Lágrimas en H Mart de Michelle Zauner, ed. Neo-Cook

Michelle Zauner es una música y autora coreano-estadounidense, conocida sobre todo por ser la vocalista de Japanese Breakfast. Ahora nos llega, de la mano de Neo-Cook -y un poco Neo-Sound también-, este Lágrimas en H Mart en el que la comida, el legado de otro país, la cercanía con la madre y los supermercados -no necesariamente en este orden- haciendo de este un libro menos de recetas que de sensaciones.

La gota de sangre de Emilia Pardo Bazán, ed. Siruela

Un ejemplo de la versatilidad de Pardo Bazán y su interés por los géneros menos considerados, aquí está la obra dentro del género criminal que más se conoce de la autora, y se conoce por buenos motivos. Tenemos aquí una narración original para la época, con un personaje central capaz de dar vueltas y recovecos a los clichés de género establecidos en aquel momento. Así que es, al margen de más consideraciones, una gran incorporación para una colección de clásicos policíacos como es esta.

Huir de Evan Dara, ed. Pálido Fuego

La nueva obra de Dara nos habla de la crisis económica, de las ciudades cuyos motores han acabado siendo una empresa y lo que pasa cuando esa empresa cierra. De esas personas a las que solo les queda una solución, aunque aboque a la despoblación rural, y que pasa por el título del libro.

Negocios sucios en North Ganson Street de S. Craig Zahler, ed. Tres Puntos Editorial Pues tenemos libro nuevo de este hombre orquesta de la brutalidad, esta vez con un policíaco sórdido y oscuro, en un mundo en el que los policías pueden ser víctimas tanto como cazadores y a los que quizá se aplique el ojo-por-ojo. No son obras sencillas de recomendar, pero está claro que Zahler sabe lo que hace.

Una escritora en la cocina de Laurie Colwin, ed. Libros del Asteroide

Obra de contrastes, pero no los que uno esperaría. Lo que tenemos aquí son historias de cocina y de comida, algún consejo y receta, anécdotas de dentro y fuera -pero no muy lejos- de la cocina, contados con un estilo alegre y ligero, con mucho humor pero sin buscar una gracia fácil. Porque podríamos discutir muchas cosas de lo que es este libro, pero realmente es, ante todo, una celebración.

Lo que pasa es que te quiero. Poemas de amor (y desamor) de Gloria Fuertes en edición de Julia Viejo, ed. Blackie Books

Tercer recopilatorio de Gloria Fuertes en Blackie Books, ya tuvimos una de corte biográfico, otro infantil, y ahora vamos a por el lado amoroso. Con una nueva editora a cargo, pero con la misma decisión de mostrarnos la opinión y forma de vida de su autora sobre el amor. Y el desamor, claro.

Eclipse de Jo Nesbø, ed. Reservoir Books Pues sí, Nesbø vuelve a Harry Hole y ya van 13 libros, no está mal para haber querido cortar la serie un par de veces ya.

JONCAKE de Jon Cake, ed. Planeta Gastro

Pues sí, parece que lo de las recetas de tartas de queso siguen adelante, y que estas son más gourmet, no me preguntéis porque no sé por qué. En cualquier caso, si a alguien le puede interesar que sepa que este es un libro que existe.

¡Corten! de Iñaki Mayora, ed. Col and Col

Películas y comida, o cocina de película, una combinación siempre ganadora que  sirve para el próximo libro de recetas -y fotografías, claro- de Col and Col.

Zipi y Zape (75 Aniversario) de Josep Escobar en edición a cargo de Antoni Guiral, ed. Bruguera

Tras hacer algo similar con Carpanta vamos con otra antología de historias de Zipi y Zape más textos, esta vez a cargo de Antoni Guiral, que mucho llevaba sin hacer una de estas.

La guardiana de las polillas de Kay O’Neil, ed. La Cúpula

Una obra juvenil pero reflexiva, con un entorno mágico y las dudas de su protagonista -los miedos, los retos, los esfuerzos- que llevan no solo a cuidar de estas polillas, también a tomar decisiones.

Enigmas del cuerpo humano de Víctor Escandell y Víctor Sabaté, ed. Zahorí de Libros La colección Enigmas, de problemas de lógica infantiles y juveniles, trae un nuevo número que usa esta vez el cuerpo humano como fondo de sus acertijos.

Ruidos y ruiditos de Mar Benegas y Laia Domènech, ed. Bookolia Esta nueva obra de Mar Benegas podría definirse como un poemario, una reunión de composiciones… pero muy variadas. Hay nanas, hay adivinanzas, hay canciones, hay un poco de todo y todas tienen esa capacidad de agradar al oído que tanto caracteriza a la autora y que, además, cuenta con el añadido de unas acuarelas de Laia Domènech como acompañamiento para hacer aún más atractivo para peques -y mayores- la poesía.

Nos leemos


Tras meses desaparecida parece que Netflix se ha animado finalmente a estrenar este Biz Kimden Kaçıyorduk Anne? (O) (TU) o Who Were We Running From?, según cuál consideres que es el título real. Es curios cómo aún siendo una serie a mayor gloria de Melisa Sözen y la adaptación de un popular libro turco al final logran mezclar los dos conceptos y hacer que sea tanto un thriller general con ribetes de discusión materno-filial como una discusión sobre la forma en la que las mujeres son públicamente escrudiñadas. Algo que en la novela tenía más peso y ofrecía un ambiente asfixiante distinto del tono más thriller de tarde de la serie. Pero bueno, adaptaciones.

‘Animación para adultos’, mi némesis, volvemos a encontrarnos. Reconozco que esta vez esperaba que estuviera mínimamente bien aunque fuera solo por Andy Samberg, pero lo cierto es que este Digman! (USA) está más cerca de intentar estirar un sketch del SNL que de llevar a la televisión un TV Funhouse. Porque sí, Samberg está imitando a Nic Cage, y está intentando sacar una serie con National Treasure y de paso parodiar Indiana Jones… y ahí se acaban las ideas. Teniendo en cuenta lo mal que salió el intento de sacar una serie basada en NT no sé qué les hizo pensar que esto iría mejor. Pero bueno, supongo que si alguien tiene intención de escuchar veinte minutazos de imitación, con un guión que da pena, múltiples secundarios generalmente insustanciales pero en ocasiones odiosos y la títpica colección de chistes por minutos que se estrellan más que McQuack, entonces esta serie se ha encontrado con su espectador. Que, claramente, no soy yo.

Hay algo indudablemente canadiense en este Essex County (CA), quizá porque es una serie canadiense, quizá porque los cómics originales de Jeff Lemire también lo eran, o simplemente porque es un drama blandurrio de vida rural, familias interconectadas y gente rota. Es difícil encontrar algo destacable, no porque haya nada malo sino porque, sinceramente, qué más dará haberla visto. Quizá sea, de nuevo, culpa mía pero visto el piloto lo único que puedo agradecer es que decidieran hacerla miniserie de unos cuatro episodios. Lo que al menos significa que no van a estar dando la turra mucho rato.

Estoy muy gratamente sorprendido por esta In Our Blood (AU) que yo sospechaba iba a ser otra historia de lo mismo contando el inicio de la crisis del SIDA y que me he encontrado que es… eso, pero no solo eso. De entrada se centra en Australia, en cómo el gobierno que estaba a cargo respondió con cierta rapidez y lo hizo tomándoselo en serio, con sus errores y contradicciones, pero buscando una manera de ser efectivos que incluyó confiar en la comunidad queer como parte fundamental tanto de los cuidados como de la difusión de información, y luego tuvo que luchar contra la mala fe, la desinformación y los agentes que querían ocultar o culpabilizar. No solo eso, lo hacen mostrando una comunidad variada y contradictora pero con mucho coraje y acostumbrada a pelear por sus escasos derechos, que se nos muestra no como víctimas sino como parte de un movimiento. Todo esto con un fondo de color, con el uso de la música que llega incluso a números musicales directos o indirectos, y un uso de los narradores que no solo rompe la cuarta pared sino que deliberadamente buscan involucrarnos como espectadores. Todo esto en solo cuatro episodios de unos cuarenta minutos, que hace que el ritmo se mantenga y no sea necesario relleno. Una muy agradable, y recomendable, sorpresa.

Estoy moderadamente sorprendido por Lucky Hank (USA), menos por lo que hay en la serie en sí -una nueva historia de señor de mediana edad atrapado en lo que considera la mediocridad, y narrado como si fuera una comedia- que porque hayan decidido hacer una obra de campus. No es algo que se prodigue demasiado en la televisión -al menos no desde el punto de vista de los profesores- aunque en los libros siga teniendo cierta aceptación. Bien es cierto que cuando se animan hacen cosas como The Chair o esta misma Lucky Hank y, bueno, tampoco parecen ser demasiado necesarias. El reparto intenta tirar un poco más de ella, pero no logra evitar que esto sea forraje. Con más o menos excusa cultural, pero forraje.

Una de esas historias que casi se quedan sin aparecer, porque tenía que haberse estrenado el año pasado y con el follón de la fusión de Warner ha acabado saliendo este marzo. Pero ha acabado saliendo, que ya es algo. Me refiero a Mariachis (O) (MX) que HBO Max ha estrenado… donde lo ha estrenado. Una familia -padre, madre, dos hijos ya en su veintena/treintena- que se encuentra con que el padre empieza a sufrir Alzheimer y eso le lleva a creerse Mariachi. O a recordar al época en la que lo era, según se quiera ver. Así que mezclan el drama familiar con la parte musical. En realidad ninguna de ellas es especialmente interesante u original -y tengo opiniones sobre cómo suena la música- pero el menos el punto de partida es una muestra de que intentaban hacer algo distinto y darle un giro a un clásico. Lástima que no fuera suficiente.

Es una lástima que este The Night Agent (USA) sea tan genérico, no solo porque Shawn Ryan haya puesto su nombre en esto, sino porque pudiendo haber ido hacia el modelo inglés de thriller de suspensa o hacia los actioner usacas decide quedarse en un punto intermedio, blando, de puro forraje del género. No hay tanta acción ni tanto suspense como para justificar su visionado más que para fans del género que estén buscando algún forraje para pasar el rato -o tener de fondo- mientras esperas mejores tiempos.

Ocho cortos de artistas emergentes que duren entre cinco y siete minutos, en animación -de cualquier tipo- eso sí. Esa es la propuesta de Only You: An Animated Shorts Collection (USA) para un HBO Max que parece haber descubierto el formato de Metrópolis. Es curioso que parece ser parte de un programa que incluye la supervisión de la productora Amanda Miller y la asistencia a una serie de clases magistrales de creadores en la animación que ya trabajan para warner, desde Harley Quinn a Puss in Boots o Hair Love. Lo que supongo que explica que haya una cierta sensación de verdor y de corto universitario que cuenta cosas que ya hemos -en general- visto o que usa un estilo que tiene -en fin- sus contras. Desde luego no parece que muchas de las historias cumplan esa premisa de que SOLO TÚ pueden contarlas. Pero bueno, al menos está intentando algo, supongo. Por supuesto hacer ocho cortos significa, como en los recopilatorios de relatos, que tendremos opiniones, altos y bajos. Particularmente, me ha gustado Aroon de Miriam Presas. Un estilo clásico que casa con la historia que se cuenta. Las dos que usan más claramente CGI (Yellowbird y Kent Hammer) me da la sensación de que tienen algún problema con este estilo de ordenador. No es el único al que le pasa, claro –Welcome to 8th street, que parece que usan Stop-Motion tienen también algún momento de un tanto desconcierto- pero, de nuevo, en el contexto es comprensible. Así que veremos si hay más entregas en próximos años y cómo continúa la carrera de los autores. Por ejemplo, el muy dinámico Burning Rubber de Chris Fequiere promete que su autor podría crear alguna serie interesante. Pero bueno, veremos. Y, mientras tanto, celebraremos estas iniciativas aunque sea como regreso a lo que tuvimos.

A veces me da la sensación de que hay series que dan vueltas y vueltas, por ejemplo esta Phoenix Rise (UK) saca historias de instituto y de jóvenes que han tenido que buscar una segunda oportunidad, algo que ya vimos -más breve, más humorístico- con PRU hace unos años. -O en la televisión australiana aún más claro con More Than This-. El resultado es agradable, a veces más Waterloo Road, a veces más Degrassi, y si bien no ofrecen mucho nuevo, al menos lo que ofrecen está bien.

No entiendo la necesidad de hacer una biografía de un boxeador que, sinceramente, parece igual que el resto de biografías de boxeadores, tampoco entiendo por qué este Ringo, gloria y muerte (O) (AR) parece haber puesto algún tipo de caracterización al actor similar a un muñegote. En fin, yo qué sé, está claro que esto no es lo mío.

Las cosas cambian para permanecer igual, la premisa de Saturdays (USA) podría haber sido la misma en los años noventa, los dosmiles, los dieces o ahora mismo. Una joven, sus amigas, su hermano, el amigo del hermano, los padres… Su ‘diversión’ que creen que podría ser incluso algo más por la pasión que tienen. Y una serie de historias entre tramas A, B y C. ¿Qué ha cambiado entonces? Pues hay menos puntos de multicámara, de risas enlatadas y una decisión supongo que consciente de darle un aspecto ‘moderno’ que lo que hace es demostrar más la irrealidad de los escenarios habituales de las series del Disney Channel. Supongo que la idea de la actualización era buena, el resultado, por otro lado, queda un tanto… sambumbia.

Madremía, Sullivan’s Crossing (CA), madremía. Estaba convencido de estar viendo una producción de Hallmark y no de la CTV. Pero el fondo es el mismo, pura mezcla de película de sobremesa con elementos de telenovela para poder estirar la inanidad. Puedes incluso ir haciendo marcas en cosas como la notable blanquitud de todo, las malas relaciones parternofiliales, el amor reencontrado, los problemas maritales, la gran profesional refugiada en un pequeño pueblo… A veces parece ser la continuación de una serie anterior -un Virgin River, pero también un When Calls the Heart– así que quien busque ese tipo de contenido, casi de relleno, supongo que estará contento. Yo debo de decir que no soy su público.

Las dos palabras que se me ocurren para Up Here (USA) son Mona y Broadwaysy, parece bastante claro que se basa en la misma obra de los López de 2015 que, a su vez, tenía mucho de sus propias vivencias. A partir de ahí, los números musicales van de lo más broadwaysies a cosas más sólidas, el problema es que con todo eso tenemos una trama un tanto atropellada, con giros e idas y vueltas menos por un motivo real que porque toca. Y si bien parece un buen momento para una serie musical romántica sobre salud mental pero viniendo después de Crazy Ex-Girlfriend y su magnífico trabajo en prácticamente todos los frentes está claro que podría haber usado un algo extra -quizá entre los actores- o un menor número de episodios, o algo. Es una lástima porque hay números que están muy bien, pero se pierden en el maremágnum. Así que por lo menos agradezcamos que es mona.


¡Libros que Salen! clifton, «Muertos de segunda», Kono y más

¡Que entre la pila!

Muertos de segunda de Christopher Buehlman, ed. Hermida

Un libro de vampiros que pretendía darle un giro al género y que salió hace ya unos años con cierto renombre, es curioso que llegue a la vez que otro libro (este en el campo del fantástico) del autor. Pero lo importante aquí es que está localizado a finales de los setenta, busca exponer las diferencias que se pueden dar incluso en la muerte.

Generaciones de lucille clifton, ed. Tránsito

A partir del fallecimiento de su padre, clifton traza toda una genealogía propia pero también de esas personas de su raza que fueron importantes, más por quienes fueron o qué hicieron que por el lugar o reconocimiento que los blancos dieron a su historia.

Cacería de niños de Taeko Kono, ed. La Bestia Equilátera

No tengo muy claro qué ha pasado, pero por fin ha llegado (desde su salida en 2021 en Argentina) este libro, a ver si el de Marc McShane de 2022 va llegando también… Pero bueno, vamos a lo que vamos, porque Cacería de niños es una antología de cuentos en los que la brillante autora japonesa Taeko Kono demuestra  hasta dónde puede llevar el malrollismo social y personal.

Walkaway de Cory Doctorow, ed. Capitán Swing

El cambio climático, la evolución tecnológica, el fascismo más o menos flojito del estado hipervigilante, y la posibilidad de marcharse. Porque una vez la gente empieza a andar, a huir a su ritmo, a separarse de lo que se supone que es la civilización empiezan las idas y venidas de este thriller multigeneracional de ciencia ficción con humor y conciencia.

Tres asesinos de Kotaro Isaka, ed. Destino

Tras Tren Bala vuelve Isaka con más asesinos, concretamente tres, en otra de sus historias entrelazadas. Distintos tipos de asesinos, intereses aparentemente dispares pero la sensación de que un hilo une todo. Ya sabéis cómo va esto.

Los enclaves dorados de Naomi Novik, ed. Umbriel

Pues sí, ya ha llegado la tercera parte de la Educación Mortal de Novik. Ya sabéis cómo va el asunto. Así que supongo que es bueno ver que Novik vuelve a funcionar en nuestro país. O sigue. No sé.

Entre mundos de Ryan Leslie, ed. Dilatando Mentes

Dos amigos que se ponen a investigar una puerta oculta en el jardín de uno de ellos y acaban en un mundo de monstruos y mazmorras que parece conectado con un antiguo juego. De los de tablero, rol, ordenador. Una muestra de las posibilidades para el terror de la interacción con mundos alternativos.

Cabal. La Raza de la Noche de Clive Barker, ed. Valdemar

Todo un clásico de Barker, con una mezcla entre el fantaterror y el suspense que podría llevarlo hacia el thriller -oscuro, muy oscuro- pero que en realidad demuestra que es su propia obra independiente, con múltiples lecturas y tan impactante como Barker sabe hacerlo. Una serie de asesinatos, un joven perdido y, sobre todo, una sociedad parecida pero distinta, al margen.

El retiro de Sarah Pearse, ed. Principal de los Libros

En contra de lo que pueda parecer, no estamos ante un libro de parques y jardines sino ante otro thriller -llamémoslo así- de la autora de El Sanatorio. Como es el segundo de la serie esperemos que al menos no sea una repetición, sino una oportunidad para algo distinto.

Me alegro de que mi madre haya muerto de Jennette McCurdy, ed. Tendencias

La existencia de la joven actriz McCurdy fue poco menos que ideal, tanto en la serie principal como en la que le dejaron compartir, pero el interés de estas memorias no está en la vida de la autora tanto como en la relación con su madre -que os podéis imaginar que buena no era- y cómo influyó en ella y en su trabajo.

Comunión de bell hooks, ed. Paidós

Planeta sigue con bell hooks y esta vez la parte del amor que toca examinar es su búsqueda.

El resto es prosa de Emily Dickinson, ed. Altamarea

Selección de las cartas que Dickinson envió a Susan Huntington Gilbert, escogidos para ilustrar su visión del mundo y, de paso, que conozcamos mejor a la famosa poetisa, a la vez que se muestra el profundo amor que había entre ambas.

¡Todo sobre mí! de Mel Brooks, ed. Libros del Kultrum

La autobiografía de Mel Brooks, con una extensa y notable carrera por contar, también con toda una serie de historias y comentarios, pero, sobre todo, con mucho de su célebre humor, que sospecho que es lo que todos esperábamos para alguien que ha hecho un poco de todo en tantas partes.

La extraordinaria vida de Little Richard de Mark Ribowsky, ed. Libros Cúpula

Un completo repaso a la vida, llena de momentos extraños y complejos, de uno de los padres del rock. Analizando tanto su vida, sus altibajos, la relación con la música y, por supuesto, las vueltas que supuso poder declarar su orientación sexual.

Cargar mercurio con una horqueta de Richard Brautigan, ed. Kriller71

Hasta ahora el Brautigan que habíamos conocido, sobre todo, era al novelista. Pero ahora tenemos oportunidad de conocer también al poeta, y si en el anterior poemario que yo tenga constancia de su publicación en España hablaba sobre la sinrazón de la guerra, aquí se centra en la américa profunda a la que pertenecía y de la que tanto escribió, siempre con su particular sentido del humor y donde de observación.

Cocina casera china de Suzie Lee, ed. Cinco Tintas

Un nuevo recetario de la colección de cocina casera asiática, esta vez centrada en la de China, con recetas fundamentalmente clásicas como dumplings, din sum y baos además de alitas de pollo al estilo de Hong Kong o berenjenas rellenas con salsa de judías negras, pero también con espacio para las modernas.

Pan paso a paso de Ibán Yarza, ed. Grijalbo

Una nueva versión, más sencilla y clara, de los clásicos libros para aprender sobre pan que Yarza lleva años haciendo. Esta vez, claro, para un nivel inicial. Que también lo merece.

El gran libro de la bollería de VV.AA., ed. Akal

Siguiendo los pasos de otros de los libros de cocina de la editorial, vemos distintas técnicas, posibilidades y recetas centradas esta vez en el mundo de la bollería -y casi diría que la repostería, pero entiendo que aquí se habla sobre todo de masas horneadas- que muestran tanto recetas clásicas como modernas además de, por supuesto, distintas tendencias y recetas para ocasiones muy especiales.

Metamorfosis de Ovidio con ilustraciones de David de las Heras, ed. SM

Edición adaptada e ilustrada del clásico de Ovidio, en el que diría que las ilustraciones son el gran aliciente. Espero que sirvan realmente para que la gente le eche un ojo al que puede ser uno de sus mejores libros, y uno de los mejores de historias mitológicas en general.

Power Pack: La Colección Completa de Brent Anderson, Louise Simonson et al., ed. Panini

Dentro de las decisiones de Panini de recuperar series clásicas con un cierto seguimiento de culto está esta oportunidad de comprobar qué tal se ha conservado la colección infantil-juvenil de la compañía por excelencia.

El tesoro perdido de Nora de Marco Rocchi y Francesca Carità, ed. Liana

Un cómic para peques que trata un tema importante para los mayores, y es que aquí Nora intenta ayudar a su padre. Porque no es como era, ha cambiado, así que emprende una aventura para intentar recuperar aquello que tenía antes. Y es que a veces explicar la depresión de un progenitor a los niños no es sencillo, pero con un cómic alegre y con aventuras quizá se puedan hacer mejor a la idea de lo que les pasa a los adultos.

Súper Chaval de Andy Riley, ed. SM

Aquí tenemos de nuevo a Andy Riley -sí, el de Los Conejitos Suicidas– con un cómic infantil que es especialmente imaginativo, y que en su título original demostraba también la cantidad de acción que incluía, no en vano se llamaba: Action Dude. Un parque de atracciones de tema histórico, robots de dinosaurios que se descontrolan y nuestro héroe, un cliché de las películas de género andante, dispuesto a enfrentarse a todo. Con el humor habitual de Riley, además.

Moztruos de Pedro Mañas y Black Ramu, ed. SMUna nueva serie de Pedro Mañas para el mercado infantil, esta vez con ilustraciones de Black Ramu, y esta vez con monstruos que van a la escuela y viven divertidas, curiosas y, por supuesto, emocionantes aventuras.

Nos leemos.


¿Qué puedo decir de Agent Elvis (USA)? No, mejor, qué puedo decir BUENO de Agent Elvis. Porque, por poder, podría decir que quieren hacer un Archer pero tienen menos de todo (talento, gracia, animadores) excepto nombre famosos. Producía Priscilla Prestley -y el piloto está dedicado a la memoria de su hija Lisa Marie-, que ha demostrado que lo que le tocara soportar en esos seis años de matrimonio ha sido sabiamente invertido. Y para el reparto de voces tenemos también muchos nombres propios conocidos. No conocidos como actores de voz, o como cómicos, pero conocidos. Y eso es exactamente lo que nos lleva hasta aquí. Aventurillas facilonas que podrían haber sido carne de Adult Swim o Comedy Central en otro momento,  y que aquí han caído dentro del saco de cosas que se le venden a Netflix para que hagan una temporada.

Resulta agradable este Angel Flight: Kokusai Reikyu Sokanshi (O) (JP) que ha costado un poco conseguir -las estrategias globales de estreno de Prime son una cosa que jamás entenderé- y que voy a asumir sin mirarlo antes que adapta un manga o similar. Porque estas ideas de hacer una serie sobre una agencia especializada en la repatriación de cadáveres, los problemas para lograrlo, las historias alrededor tanto de las personas fallecidas, sus familias y amigos, pero también las trabajadoras de la agencia y etc, con grandes dosis de dramatismo -porque claro- pero también con algún punto de… quizá no exactamente humor pero sí ligereza, hacen de esta serie un muy agradable ejercicio de drama, casi como uno de esos ochenteros y noventeros pensados más para reconfortar que para chocar o poner en armas. Salvo que aquí no nos están intentando -al menos en el piloto- vender una religión. No todo iba a ser malo esta semana.

Soy el primer sorprendido de que exista esta Class of ’07 (AU) australiana teniendo en cuenta que en cuestión de un mes se estrenará Class of ’09, pero qué sabré yo de series y títulos. Lo cierto es que no tengo claro tampoco qué pretendían con usa premisa -un maremoto (algo así) deja aisladas a las mujeres que se habían reunido para un reencuentro con la gente de su instituto-que  es lo suficientemente excesiva como para que no quede claro cómo van a aguantarla. Y que no sorprende demasiado que el resultado sea irregular. Y el asunto es que tampoco parecían tenerlo pensado, porque hay algo de sitcom detrás de las diferentes cosas que van haciendo, aunque nunca lleguen a soltarse el pelo, y si bien esto permite que algunas actrices brillen -especialmente Caitlin Stasey, con el muy agradecido papel de mala pécora reconvertida en dictatriz aún peor, pero también Steph Tidell como una antigua estudiante becada que se ha pasado a crypto-queen- y la cosa es que, sin embargo, se nota que tienen dinero. Aunque no esté claro para qué. Supongo que su idea es que una vez establecido este marco de su piloto vaya creciendo poco a poco pero, la verdad, más allá de descubrir a varias buenas actrices cómicas no parece tener mucho recorrido. Desde luego no como para seguir viéndola.

No me extraña que estrenaran con lo que parecía cierta prisa Der Schwarm, porque aquí tenemos Extrapolations (USA) otra de esas cosas de ficción especulativa sobre el cambio climático y blablablabla. Con un uso de los colores que haría avergonzarse a Crash, una idea de ‘internacional’ que es tal y como se puede imaginar y, por supuesto, una mirada al futuro que es, en el mejor de los casos, poco ambiciosa por no decir poco original. No es que estemos ante una serie que ha querido morder más de lo que puede tragar, es que no tiene dientes y le han metido los restos de la nevera untados en mayonesa como si fuera ensaladilla. Carente de cualquier tipo de sutileza, con problemas de interés tanto por el guión como por la propia duración, las escenas tienden a saltar de aquí allí logrando ser a la vez no muy largas y, sin embargo, tremendamente pesadas. Es posible que haya alguna buena idea en algún lado, pero ni destaca ni justifica esto. La semana pasada (¿o la anterior? Qué más da) decía que Der Schwarm / El Quinto Día era como uno de esos Grandes Relatos, y esto parece la versión incluso más excesiva y opulenta, pero a la vez más vacía y aburrida, de aquello. Si Apple quería luchar contra el cambio climático podría haber dedicado todo el dinero que se ha gastado a otras cosas. Como repensar sus propios problemas. Porque lo mejor que se puede decir de esta serie es que ha dado de comer a gente.

Quiero creer que este Gotham Knights (USA) es el equivalente de una adaptación, algo así como antes teníamos las famosas novelizaciones de películas. Solo que aquí lo que se hace es televisionzar el videojuego que van a sacar (¿han sacado?) del mismo nombre. Con libertades adaptativas claro. Que, además, tienen que tener en cuenta las particularidades del universo cinematográfico, de los cómics y de todo. Vamos, que es un revoltijo desganado que parte de una premisa en el mejor de los casos increíble y que no parece tener muy claro siquiera en qué punto se encuentra. Es cierto que estos últimos años los intentos de sacar algo de dinero del bat-universo ha visto todo tipo de obras que van de Pennyworth a Batwheels pasando por Gotham o Batwoman, y que ya en tiempos tuvimos series como Aves de Presa. Pero si a alguien le pudo parecer flojo Titans que sepa que esto es incluso más flojo por la pura situación de no saber ni lo que quieren, ni cómo contarlo, ni dónde leches están. ¿Es esto La corte de los búhos o Dark Knight? ¿Importan las vivencias escolares o el vigilantismo? ¿Algún personaje se parece a su contrapartida de los cómics? Preguntas que no tienen respuestas en una serie que nace cancelada y raro es que a mitad del episodio no desenchufaran por pura inanidad.

A veces parece que la idea de ‘humor familiar’ es internacional, porque esta Happy Family *Conditions Apply (O) (IN) podría anunciarse tranquilamente como ‘la comedia del año en La India’, y abochornar a sus habitantes tanto como las comedias familiares de más éxito hacen con los españoles. Dentro de eso es… exactamente lo que uno se espera. Un artefacto que parece diseñado para justificar la abolición de la familia tradicional con sus distintas edades, distintos niveles de matrimonio, distintas personalidades, y todos sufriéndose unos a otros ‘pero en el fondo se quieren’. Pues menos mal.

Supongo que este Swarm (USA) -del que reconozco haber visto dos capítulos porque con el piloto no me quedaba claro, y no sabía si era yo o era ello (era ello)- se venderá como terror o algo. También supongo que esta idea de venderlo como ‘basado en hecho reales’ pero ‘no representa a nadie real’ es algo a lo que tendremos que ir acostumbrando porque ya es la segunda en un mes. En fin. El resultado en sí… es un tanto desigual. De nuevo, si no viniera con la idea de que es ‘basado en hecho reales’ posiblemente me lo creería más. Si no estuviera muy ocupado en vender un ‘edgismo‘ de sexo, violencia y explotación emocional, para luego no atreverse del todo -es decir, se dedica a cosas como sacar penes, pero si los penes no están flácidos entonces los pixela, Supongo que es rompedora y tal, pero solo la puntita- y es una lástima porque hay cosas dentro que podrían ser interesantes. A veces con demasiada ambigüedad, no deja claro si está criticando a todo el fenómeno de fans de megaestrellas de la música o si está criticando a esas estrellas por cómo lo gestionan (comenzando por los precios de las entradas, pero también su instrumentalización en redes sociales, por ejemplo) como si fueran igualmente criticables la gente manipulada y la manipuladora. Por supuesto las partes de extrañeza ni las veo ni las encuentro. Pero supongo que es parte del problema, que a veces las series se quedan a medio cocer.

Bueno, pues la serie de organización criminal de esta semana nos la trae Sky con A Town Called Malice (UK) -luego hablo del nombre- que busca ser una mezcla de esas series de organización criminal que estamos acostumbrados -por no decir aburridos- de ver, solo que esta vez es en los ochenta. Mucho ochenterismo, muchas canciones, mucho montaje rápido. ¿Y el nombre? Ah, sí. Es que esa ciudad llamada Malice en realidad es Málaga. Porque está en la Costa del Sol. Ingleses, sus cosas. Dentro de la serie y fuera de estos montajes y movimientos tampoco hay mucho que destacar excepto las apariciones esporádicas de Martha Plimpton como -muy poco creíble, todo sea dicho- matriarca criminal. Supongo que si te gustan los ochentas o las series de organización criminal -aquí con una mezcla un poco de todo: final del imperio, principio del imperio, negocios extranjeros, violencia- lo mismo la encuentras interesante. Yo no, claro. Suficientes series de organización criminal, y suficientes ochentas, muchas gracias.


¡Libros que Salen! Whitehead, «Miss Marple. Doce casos nuevos», Scalzi y más…

¡Que entre la pila!

Miss Marple. Doce casos nuevos de VV.AA., ed. Espasa

Doce casos, con Miss Marple en su centro. Aunque la autora no sea Agatha Christie por muy grande que pongan su nombre. Qué va. Son relatos de Val McDermid, Karen M. McManus, Leigh Bardugo, Elly Griffiths, Lucy Foley, Ruth Ware, Naomi Alderman, Jean Kwok, Kate Mosse, Natalie Haynes, Alyssa Cole y Dreda Say Mitchell. Así que ya veis, un equipo de campanillas para esta antología de fanfics.

El ritmo de Harlem de Colson Whitehead, ed. Literatura Random House

Con las luchas mafiosas del Harlem de los años sesenta, en las que la parte criminal se junta con la reivindicación de los derechos civiles, y en la que Whitehead pone a un pequeño traficante de objetos robados al que le ofrecen participar en un gran robo al hotel más importante del barrio. Una obra que pone su trasfondo criminal al servicio de una historia que muestra una época y la forma de vida a la que se tenían que adaptar sus personajes.

La Sociedad por la Preservación de los Kaiju de John Scalzi, ed. Minotauro

Nueva obra de Scalzi en la que tenemos kaijus -claro-, COVID, gentes luchando por los derechos y mundos paralelos. Todo para una obra de fantástico, con una historia de monstruos que habla de temas muy humanos, y que incluye algo de humor. Por supuesto.

Elizabeth Finch de Julian Barnes, ed. Anagrama 

Entre la realidad y la ficción, dedicado a una amiga y convertido en una mezcla de ensayo y elegía, e impulsado con ese cruce de metaficción que aprovecha no solo para reflexionar sobre el género, también sobre la autoficción, llega este título cálido y celebrativo de Barnes.

El retrato de casada de Maggie O’Farrell, ed. Libros del Asteroide

Si en el anterior libro de la autora teníamos a Shakespeare, aquí tenemos un giro a la historia de Lucrecia de Médicis, o Lucrezia como la llaman aquí. Que no es una Borgia porque está en el lado contrario del envenenamiento, sino una Duquesa consorte. Pero, sobre todo, una persona a la que mantuvieron aislada y retenida una gran parte de su vida, en la que ella anheló la libertad. Una historia de personajes con un fondo histórico y con el habitual hacer de su autora.

Madres oscuras de VV.AA., ed. Horror VacuiUna curiosa mezcla de autoras clásicas y modernas, que permite mezclar historias de Emilia Pardo Bazán y Willa Cather junto con otros de Layla Martínez o Eva Cid. Un libro en dos partes y múltiples puntos de vista sobre esa subversión que ofrece una figura maternal siniestra.

Crimen descatalogado de Miranda James, ed. Alma
Unas galletas de muerte de Joanne Fluke, ed. Alma
Asesinato entre libros de Kate Carlisle, ed. Alma

Alma estrena una colección de Cozy Crime, ya sabéis murder mysteries tranquilitos y agradables, y lo hace con estas tres autores, títulos y series. Sí, son series. Quizá el de las galletas sea un poco más flojo pero, en general, dan precisamente lo que se supone. Un agradable asesinato.

La ratonera de Agatha Christie, ed. Espasa

Pues sí, dentro de las recuperaciones y puestas al día se junta a la nueva edición que salió en bolsillo con ilustraciones una versión integrada dentro de la colección general.

Bran Mak Morn de Robert E. Howard, ed. Reino de Cordelia

Recopilatorio de las obras -tirando a brutas y desde un anti-romanismo menos de Asterix y más de algún tipo de anti-imperialismo bastante particular, cosa que quizá tampoco debería de sorprendernos de Howard, pero quién sabe- centradas en Bran Mak Morn, un cudillo-guerrero picto que acerca la obra a la novela histórica por encima de la fantasía.

Lobo. Unas memorias falsas de Jim Harrison, ed. Errata Naturae

Una novela escrita en la cama sobre la necesidad de retirarse a la naturaleza. Claro que la cama era por estar postrado tras un accidente, un dolor físico que se une al espiritual de Harrison (su depresión, la pérdida de sus seres queridos) para rechazar nuestra civilización y mostrar a un joven decidido a buscar una alternativa salvaje.

Different Class de Dermot Kavanagh, ed. Colectivo Bruxista

Es esta una obra de no ficción particular, que va más allá de las memorias de un futbolista, hablando también de los problemas de clase y -sobre todo- de raza en la Inglaterra de la segunda mitad del S XX, y también de las culturas negras, especialmente en la música soul y reggae.

Quinta Avenida, 5:00 a.m. de Sam Wasson, ed. Es Pop

Una película bien conocida muchas veces tiene detrás una historia no tan conocida, eso es lo que pretende reconstruir este libro de Sam Wasson. Porque, además, desde los textos originales de Capote hasta las luchas con la productora, los procesos de casting y rodaje, y todo lo que hubo alrededor. Incluido con una actriz principal que no sabía si iba a destruir su carrera. Qué puedo decir, los ensayos de Es Pop siempre son interesantes.

Quemando cromo de William Gibson, ed. Minotauro

Minotauro sigue recuperando a Gibson, y esta vez vamos con los relatos. Con su primer libro de relatos nada menos, el que incluye el que da título al libro o Johnny Mnemónico entre otros.

Cocina casera japonesa de Maori Murota, ed. Cinco Tintas

Cinco Tintas comienza una colección de libros de cocina casera asiática y lo hace con la japonesa, con recetas de donburi, miso, natto o curris, además de onigiri, ramen y sushi, y recetas más modernas o más clásicas, una forma de mostrar la variedad posible de la cocina del día a día.

Las aventuras de Pinocho de Carlo Collodi en edición de Minalima, ed. Folioscopio 

Nueva entrega de las versiones ilustradas e interactivas -de una forma no-digital- que realiza Minalima, esta vez con el Pinocho de Collodi como sujeto.

Súper Poderes Animales de Soledad Romero, ed. Zahorí 

Siempre interesantes los álbumes de Zahorí, además de muy ilustrados, como es el caso de este libro sobre animales con características sorprendentes.

Quino inédito, ed. Lumen

Pues sí, las tiras (o páginas, pero ya entendéis) inéditas de Quino. Inéditas porque tenemos aquí obras que no se recopilaron. Porque no pasaron su criba, bien por ser demasiado afiladas, duras, feroces, a veces porque no encajaban. Por orden cronológico, viendo cómo crece y se va expandiendo e interesando. Además, por supuesto, de ser el último (probablemente) recopilatorio de Quino. Si Christopher Tolkien no se opine.

The haunted house de Mitsukazu Mihara, ed. Tengu Ediciones

Aunque Mitsukazu Mihara sea sobre todo conocida por sus ilustraciones de Gothic Lolita lo que tenemos aquí es un manga que -aunque ciertamente algo de eso tiene- mezcla humor y horror con una casa particular, una familia más extraña aún, y un chico que intenta -sin éxito- llevar una vida normal en una casa que no lo es.

Laberintos 2 de Charles Burns, ed. Reservoir Books

Nuevo volumen de los Laberintos de Burns, que la historia aún tenía cosas que contar.

Wynd vol. 2 de James Tynion IV y Michael Dialynas, ed. Planeta Cómic

Pues sí, ya está aquí el segundo volumen, con más aventuras y más secretos. Como tiene que ser.

Manual para detectives ¡Resuelve el misterio! de Lauren Magaziner, ed. Molino

La nueva versión de Resuelve el misterio llega en modo de manual para que los pequeños tomen ideas para ejercer de detectives. No hay un caso como tal, aunque sí que quedan algunas de las vueltas de la colección al ofrecer experiencias prácticas para demostrar la teoría.

El lapicero maléfico de Aaron Reynolds, ed. Picarona 09/03/23

Tras las magníficas historias sobre zanahorias y calzoncillos el nuevo libro de esta particular serie de Aaron Reynolds es sobre un lapicero, una cera de colores que le ayuda con los deberes. Y por ayuda queremos decir que se los hace. Así que ya tenemos establecido el tema y reparto de esta pequeña historia no digamos de terror pero sí de maleficidad.

Nos leemos.


Parece claro que Act Your Age (USA) querría ser un Las Chicas de Oro con mujeres negras, pero es cierto que la serie de Bounce presenta a una mujeres que, al menos en apariencia, son más jóvenes. Claro que la última vez que se intentó recrear fue con Hot in Cleveland, y su reparto principal ha sufrido menos muertes que el de GLEE!, así que quién sabe. Kym Whitley tiene 61, Tisha Campbell 54 y Nicole Yvette Brown 51 así que es parecido a la horquilla entre 63 y 51 que tenía aquella. La serie, sin embargo, tiene menos recursos que aquella, y muchos de los momentos parecen más propios de un genérico de comedia, qué le vamos a hacer. Quizá con algo de rodaje vaya a mejor, la pena es que la entrada de dinero va a ser más complicado.

Lo segundo peor que tiene History of the World, Part II (USA) es que pierde toda la fuerza del original, quizá porque reunía a muchos grandes cómicos tanto en el guion como en las interpretaciones, quizá porque no teníamos tan vista la comedia de sketchs histórica como lo tenemos ahora entre batallas de rap, historia borracha y horrible. De ahí que solo destaquen los pocos momentos en los que sale Brooks y algún chiste perdido. El resto es exactamente lo que podríamos esperar de una reunión de cómicos no tan divertidos con guiones no tan interesantes. Y luego está lo peor. Que es echar a perder el chiste del final de la primera.

Si tuviera que definir Kiff (USA) -que en realidad no tengo por qué, podría fingir que no lo he visto- diría que en Disney quieren hacer una serie de Cartoon Network. Uno de esos con protagonistas hiperactivos que intentan ser no sé si meta o excesivos o ambos a la vez, que tampoco es que sean muy buena gente y que creen que sacar cosas ‘raras’ es un sustituto de la comedia. ¿Ha funcionado? No. Pero lo han intentado, así que se llevan un aplauso y el juego del programa.

Me ha sorprendido encontrarme este Plan B (CA) porque estaba convencido de que ya estaba estrenada. Pero no, es que los canadienses han decidido adaptar la serie canadiense que lleva ya como cuatro temporadas en emisión. Sí, es que la original es en francés québécoise, así que supongo que tiene sentido (?). Por lo demás, viajes en el tiempo para intentar cambiar el pasado, sale mal, más viajes en el tiempo, etc. Pues bueno, no es nada que no hayamos visto antes, tampoco algo que ofenda. Relleno.

Es mucho lo que puedo decir de Rain Dogs (UK), pero muy poco bueno. Y es una lástima. Es una lástima porque Daisy May Cooper debería de ser una estrella por derecho propio, pero cada nuevo proyecto (y en los últimos años ha estrenado muy regularmente) parece peor que el anterior. Y es una pena porque supongo que están intentando buscar algo y para hacerlo se rodea de actores que merecen una mejor oportunidad, como Jack Farthing en este caso. El problema es que el material no acaba de funcionar nunca, aquí porque intentan hacer una comedia oscura, pero se les va la duración, el tiempo y las intenciones de epatar con cosas que eran antiguas en los setenta.  En fin, esperemos que con la racha de estrenos que lleva DMC el próximo sea el bueno.

Si alguna vez te preguntaste si Ray Donovan podría empeorar te presento Rana Naidu (O) (IN), su versión india. En serio, han cogido la premisa, han puesto actores del país y han intentado adaptar cosas. De aquella manera, porque el actor principal parece que pensaba que el problema de la original era que Liev Schreiber ofrecía un rango actoral por encima del de un perchero.  No entiendo la necesidad de hacer una adaptación para que se quede en esto, y si bien no recuerdo demasiados sitios en los que haya visto a Rana Daggubati estoy seguro -o casi- de no haberle visto tan mal nunca. En fin, una decisión de esas que hace Netflix, ¿qué os puedo decir?

Es curiosa esta School Spirits (USA), de entrada sus adolescentes parecen más adolescentes que lo habitual, y sus situaciones menos excesivas, teniendo en cuenta lo que son los tres primeros capítulos y el hecho de que hablemos de una serie sobre una adolescente fantasma que quiere resolver su asesinato (pero que no funciona como The Rising, aunque ya que es de las escasas series con las que SkyShowtime ha arrancado en España os animo a echarle un ojo por si acaso) pero se ha puesto varias reglas sobre lo que pueden hacer o no estos fantasmas que -es de suponer- buscan una manera de llevar el misterio adelante. El asunto es que también intentan crear una serie sobre los fantasmas de los jóvenes -ahm- que allí habitan. Un poco Promoción Fantasma, digamos. Y a veces ambas ideas de series, la de misterio y la de costumbrismo, chocan. En cualquier caso, y aunque esté claro que le cuesta gestionar estos dos tonos y que le falta algo de rodaje que en lo que debería ser una miniserie -que nunca es un buen indicativo- resulta lo suficientemente distinto e interesantes como para perdonárselo en una semana floja como ha sido esta…s seis últimas.

Supongo que para crear Shelved (CA) alguien vio Abbot Elementary y dijo Como esto pero en una biblioteca. Así que tenemos algo así como una versión canadiense no sindicada. A la que le han añadido alguna otra cosa de distintas series de lugares de trabajo tanto de USA como de UK. En fin, poca solución tiene. Pero al menos es amable.

Una vez más que veo una serie coreana y tengo que ir a mirar si es un Webtoon. Que, efectivamente, lo es. Me refiero esta vez a Shinsunghan, Yihon (O) (CS) o Divorce Attorney Shin o como la hayan llamado aquí. Agradable es, con un protagonista central que juega con esa mezcla de abogado eficiente y un pasado con pianista que promete misterios. Así que tenemos la parte legal, la amistad del protagonista con otros dos cuarentones sin hijos, y una serie de casos que transcurren  paralelos en lugar de como ‘caso de la semana‘. Pero, bueno, sobre todo es agradable. Que a estas alturas supongo que es lo más importante.

Doy por hecho que el sello Onyx está ahí para promover narrativas y representaciones diferentes, supongo que la historia de una hija obligada a reencontrarse con su padre tras la salida de la cárcel de este, o como ellos lo llaman: UnPrisoned (USA) , cubre estos huecos e intenta servir de plataforma para que sus actores principales se luzcan. Bien por ellos. También se supone que es una comedia, pero lo cierto es que me ha parecido más cercana a una de esas películas de después de comer, con un reto familiar y blablabla. Me temo que no soy yo el público que vaya a apreciar o interesarse por la serie esta. Por supuesto, que Onyx saque todas las series que pueda. Mientras no me toque ver más allá del piloto.


¡Libros que Salen! Vuillard, «Vivir con papá», Rose y más

¡Que entre la pila!

Una salida honrosa de Éric Vuillard, ed. Tusquets

Un libro sobre la guerra de Indochina, sobre cómo el pueblo vietnamita se enfrentó y ganó a franceses y estadounidenses y cómo estos tuvieron que buscar esa salida honrosa en la que a ojos de su público la humillación quedara mitigada. Eso lo usa Vuillard para contar otra de sus narraciones sobre los entresijos de la historia y la suerte de los humildes.

Vivir con papá de Clarence Day, ed. La Fuga

La editorial masculina La Fuga trae otro de esos clásicos del humor estadounidenses del paso del S XIX al XX: Life with Father, que daría lugar a obras de teatro y cine, interpretaciones y reinterpretaciones convirtiéndose en toda una institución en las letras estadounidenses. Incluso aunque hoy nos parezca que lo que cuenta nos pilla lejos.

Vidas paralelas de Phyllis Rose, ed. Gatopardo

A partir de una serie de matrimonios de personas conocidas de la época victoriana (Dickens, Eliot, Carlyle, Mill, Ruskin) la autora examina la idea de amor, de pareja y, sobre todo, el matrimonio como institución. Lo hace en un ensayo que aprovecha un tono a veces ligero y casi humorístico para verlo hasta el fondo, muchas veces con comentarios tan acertados como acerado, separando rosas y espinas.

Las insólitas aventuras de las hermanas Shergill de Balli Kaur Jaswal, ed. Amok

Tres hermanas de ascendencia punyabí nacidas y criadas en Inglaterra, un último deseo de su madre que les lleva a realizar un viaje juntas a La India, y a partir de ahí la historia de lo que les separa y lo que les une, y de ese choque cultural que produce fricciones en sus dos mundos.

Maddi y las fronteras de Edurne Portela, ed. Galaxia GutenbergLa historia de una mujer que regentaba un hotel en Larrún y se vio atrapada por su época y las contradicciones. Es decir, tanto lo legal como lo ilegal, servir a los nazis y ayudar a la resistencia. Una persona real que fue traída a la atención de Portela y en la que ella se zambulló.

Evasión de Benjamin Whitmer, ed. Siruela

Finales de los sesenta, presos escapados, un pueblecito remoto y una espiral de violencia contundente y descarnada en la que la desesperación y las drogas tienen mucho que ver. Un título tan oscuro como duro.

Vivir con edificios y caminar con fantasmas de Iain Sinclair, ed. La Felguera

Sociedad, arte, enfermedad, arquitectura… las ciudades y sus edificios en distintas partes del mundo configuran una manera de entender la vida. Con las divergencias y convergencias de la gente y los extraños movimientos que esas configuraciones producen, como si fuera magia. Un autor de culto dispuesto a ser descubierto en España con su visión psicogeográfica.

Punki de Juarma, ed. Blackie Books

Él era un punki, ella una bailaría… No, es broma. esta es la versión Juarma, claro, y lo que tenemos aquí es una historia de dos personas que quieren escapar del pueblo, de todo lo que supone, de la losa que ha tenido su infancia y juventud… Pero no contaban con que el pueblo les acecharía.

Agatha Raisin (5) y la boda sangrienta de M.C. Beaton, ed. Salamandra

Pues aquí estamos, con la quinta ya de Agatha Raisin. Esta vez con una boda por medio. No creo que haya mucho más que añadir.

Historias de Vigàta vol. 2 de Andrea Camilleri, ed. Altamarea

Nuevo volumen de esos relatos que  Camilleri localizó en su Vigàta que encarnaba a todo lo siciliano. Historias muchas veces entre lo histórico, lo humorístico y -claro- algo de tensión aquí y allá que, sobre todo, buscan mostrar la realidad con esa socarronería propia del autor.

Cometa rojo de Heather Clark, ed. Bamba Editorial

Tal y como Heather Clark suele realizar, esta es una completa biografía. Esta vez de la autora Sylvia Plath, que no es ninguna tontería. Separación o extensión -según- de una obra anterior sobre su matrimonio con el también poeta Ted Hughes, logrando profundizar más aún en su obra y, sobre todo, su vida.

Un nuevo recopilatorio de cuentos, esta vez de los Grimm, adaptados a verso -y traducidos intentando mantenerlo- que, sobre todo, tiene como gran atractivo las ilustraciones alegres, brillantes y expresivas de Marta Altés.

Hooky vol. 2 de Míriam Bonastre Tur, ed. MR

Otros que sacan un nuevo volumen son los de Hooky, que sigue la historia del anterior y ese paso del digital al papel.

Mumin. La colección completa de cómics Vol. 3 de Tove Jansson, ed. Salamandra

Mucho ha costado, y ha tardado, pero por fin está el tercer de los volúmenes de las tiras de los Mumin a la venta.

El caso del duende verde. Miss Cat de Jean-Luc Fromental y Joëlle Jolivet, ed. Libros del Zorro RojoY más continuaciones, porque los cómics infantiles de intriga, misterio y humor de Miss Cat ven con este Duende Verde su segunda entrega.

Campamento bosque salvaje de Sarah Glenn Marsh y Ana Gómez, ed. Miau

Un dragón decide irse a un campamento, al principio no encajará, pero con trabajo y cariño todos acabarán formando una comunidad bien avenida. Contado con unos dibujos estupendos, claro.

Necesito un culo nuevo de Dawn McMillan y Ross Kinnaird, ed. Timun Más

Espero que os guste este título, porque funciona como lo que es. Una historia de humor y -algo de- escatología sobre un niño que se da cuenta de que su culo está roto. ¡Tiene una raja en medio! Así que se pone de inmediato a buscar un sustituto.

La abominable nube fétida de Pablo Albo y Guiridi, ed. Fun Readers

Una nube cubre la ciudad, solo un niño puede enfrentarse a ella para que deje de taparles el sol. En una obra que logra reunir el ecologismo con la escatología.

Nos leemos.