Tras meses desaparecida parece que Netflix se ha animado finalmente a estrenar este Biz Kimden Kaçıyorduk Anne? (O) (TU) o Who Were We Running From?, según cuál consideres que es el título real. Es curios cómo aún siendo una serie a mayor gloria de Melisa Sözen y la adaptación de un popular libro turco al final logran mezclar los dos conceptos y hacer que sea tanto un thriller general con ribetes de discusión materno-filial como una discusión sobre la forma en la que las mujeres son públicamente escrudiñadas. Algo que en la novela tenía más peso y ofrecía un ambiente asfixiante distinto del tono más thriller de tarde de la serie. Pero bueno, adaptaciones.

‘Animación para adultos’, mi némesis, volvemos a encontrarnos. Reconozco que esta vez esperaba que estuviera mínimamente bien aunque fuera solo por Andy Samberg, pero lo cierto es que este Digman! (USA) está más cerca de intentar estirar un sketch del SNL que de llevar a la televisión un TV Funhouse. Porque sí, Samberg está imitando a Nic Cage, y está intentando sacar una serie con National Treasure y de paso parodiar Indiana Jones… y ahí se acaban las ideas. Teniendo en cuenta lo mal que salió el intento de sacar una serie basada en NT no sé qué les hizo pensar que esto iría mejor. Pero bueno, supongo que si alguien tiene intención de escuchar veinte minutazos de imitación, con un guión que da pena, múltiples secundarios generalmente insustanciales pero en ocasiones odiosos y la títpica colección de chistes por minutos que se estrellan más que McQuack, entonces esta serie se ha encontrado con su espectador. Que, claramente, no soy yo.

Hay algo indudablemente canadiense en este Essex County (CA), quizá porque es una serie canadiense, quizá porque los cómics originales de Jeff Lemire también lo eran, o simplemente porque es un drama blandurrio de vida rural, familias interconectadas y gente rota. Es difícil encontrar algo destacable, no porque haya nada malo sino porque, sinceramente, qué más dará haberla visto. Quizá sea, de nuevo, culpa mía pero visto el piloto lo único que puedo agradecer es que decidieran hacerla miniserie de unos cuatro episodios. Lo que al menos significa que no van a estar dando la turra mucho rato.

Estoy muy gratamente sorprendido por esta In Our Blood (AU) que yo sospechaba iba a ser otra historia de lo mismo contando el inicio de la crisis del SIDA y que me he encontrado que es… eso, pero no solo eso. De entrada se centra en Australia, en cómo el gobierno que estaba a cargo respondió con cierta rapidez y lo hizo tomándoselo en serio, con sus errores y contradicciones, pero buscando una manera de ser efectivos que incluyó confiar en la comunidad queer como parte fundamental tanto de los cuidados como de la difusión de información, y luego tuvo que luchar contra la mala fe, la desinformación y los agentes que querían ocultar o culpabilizar. No solo eso, lo hacen mostrando una comunidad variada y contradictora pero con mucho coraje y acostumbrada a pelear por sus escasos derechos, que se nos muestra no como víctimas sino como parte de un movimiento. Todo esto con un fondo de color, con el uso de la música que llega incluso a números musicales directos o indirectos, y un uso de los narradores que no solo rompe la cuarta pared sino que deliberadamente buscan involucrarnos como espectadores. Todo esto en solo cuatro episodios de unos cuarenta minutos, que hace que el ritmo se mantenga y no sea necesario relleno. Una muy agradable, y recomendable, sorpresa.

Estoy moderadamente sorprendido por Lucky Hank (USA), menos por lo que hay en la serie en sí -una nueva historia de señor de mediana edad atrapado en lo que considera la mediocridad, y narrado como si fuera una comedia- que porque hayan decidido hacer una obra de campus. No es algo que se prodigue demasiado en la televisión -al menos no desde el punto de vista de los profesores- aunque en los libros siga teniendo cierta aceptación. Bien es cierto que cuando se animan hacen cosas como The Chair o esta misma Lucky Hank y, bueno, tampoco parecen ser demasiado necesarias. El reparto intenta tirar un poco más de ella, pero no logra evitar que esto sea forraje. Con más o menos excusa cultural, pero forraje.

Una de esas historias que casi se quedan sin aparecer, porque tenía que haberse estrenado el año pasado y con el follón de la fusión de Warner ha acabado saliendo este marzo. Pero ha acabado saliendo, que ya es algo. Me refiero a Mariachis (O) (MX) que HBO Max ha estrenado… donde lo ha estrenado. Una familia -padre, madre, dos hijos ya en su veintena/treintena- que se encuentra con que el padre empieza a sufrir Alzheimer y eso le lleva a creerse Mariachi. O a recordar al época en la que lo era, según se quiera ver. Así que mezclan el drama familiar con la parte musical. En realidad ninguna de ellas es especialmente interesante u original -y tengo opiniones sobre cómo suena la música- pero el menos el punto de partida es una muestra de que intentaban hacer algo distinto y darle un giro a un clásico. Lástima que no fuera suficiente.

Es una lástima que este The Night Agent (USA) sea tan genérico, no solo porque Shawn Ryan haya puesto su nombre en esto, sino porque pudiendo haber ido hacia el modelo inglés de thriller de suspensa o hacia los actioner usacas decide quedarse en un punto intermedio, blando, de puro forraje del género. No hay tanta acción ni tanto suspense como para justificar su visionado más que para fans del género que estén buscando algún forraje para pasar el rato -o tener de fondo- mientras esperas mejores tiempos.

Ocho cortos de artistas emergentes que duren entre cinco y siete minutos, en animación -de cualquier tipo- eso sí. Esa es la propuesta de Only You: An Animated Shorts Collection (USA) para un HBO Max que parece haber descubierto el formato de Metrópolis. Es curioso que parece ser parte de un programa que incluye la supervisión de la productora Amanda Miller y la asistencia a una serie de clases magistrales de creadores en la animación que ya trabajan para warner, desde Harley Quinn a Puss in Boots o Hair Love. Lo que supongo que explica que haya una cierta sensación de verdor y de corto universitario que cuenta cosas que ya hemos -en general- visto o que usa un estilo que tiene -en fin- sus contras. Desde luego no parece que muchas de las historias cumplan esa premisa de que SOLO TÚ pueden contarlas. Pero bueno, al menos está intentando algo, supongo. Por supuesto hacer ocho cortos significa, como en los recopilatorios de relatos, que tendremos opiniones, altos y bajos. Particularmente, me ha gustado Aroon de Miriam Presas. Un estilo clásico que casa con la historia que se cuenta. Las dos que usan más claramente CGI (Yellowbird y Kent Hammer) me da la sensación de que tienen algún problema con este estilo de ordenador. No es el único al que le pasa, claro –Welcome to 8th street, que parece que usan Stop-Motion tienen también algún momento de un tanto desconcierto- pero, de nuevo, en el contexto es comprensible. Así que veremos si hay más entregas en próximos años y cómo continúa la carrera de los autores. Por ejemplo, el muy dinámico Burning Rubber de Chris Fequiere promete que su autor podría crear alguna serie interesante. Pero bueno, veremos. Y, mientras tanto, celebraremos estas iniciativas aunque sea como regreso a lo que tuvimos.

A veces me da la sensación de que hay series que dan vueltas y vueltas, por ejemplo esta Phoenix Rise (UK) saca historias de instituto y de jóvenes que han tenido que buscar una segunda oportunidad, algo que ya vimos -más breve, más humorístico- con PRU hace unos años. -O en la televisión australiana aún más claro con More Than This-. El resultado es agradable, a veces más Waterloo Road, a veces más Degrassi, y si bien no ofrecen mucho nuevo, al menos lo que ofrecen está bien.

No entiendo la necesidad de hacer una biografía de un boxeador que, sinceramente, parece igual que el resto de biografías de boxeadores, tampoco entiendo por qué este Ringo, gloria y muerte (O) (AR) parece haber puesto algún tipo de caracterización al actor similar a un muñegote. En fin, yo qué sé, está claro que esto no es lo mío.

Las cosas cambian para permanecer igual, la premisa de Saturdays (USA) podría haber sido la misma en los años noventa, los dosmiles, los dieces o ahora mismo. Una joven, sus amigas, su hermano, el amigo del hermano, los padres… Su ‘diversión’ que creen que podría ser incluso algo más por la pasión que tienen. Y una serie de historias entre tramas A, B y C. ¿Qué ha cambiado entonces? Pues hay menos puntos de multicámara, de risas enlatadas y una decisión supongo que consciente de darle un aspecto ‘moderno’ que lo que hace es demostrar más la irrealidad de los escenarios habituales de las series del Disney Channel. Supongo que la idea de la actualización era buena, el resultado, por otro lado, queda un tanto… sambumbia.

Madremía, Sullivan’s Crossing (CA), madremía. Estaba convencido de estar viendo una producción de Hallmark y no de la CTV. Pero el fondo es el mismo, pura mezcla de película de sobremesa con elementos de telenovela para poder estirar la inanidad. Puedes incluso ir haciendo marcas en cosas como la notable blanquitud de todo, las malas relaciones parternofiliales, el amor reencontrado, los problemas maritales, la gran profesional refugiada en un pequeño pueblo… A veces parece ser la continuación de una serie anterior -un Virgin River, pero también un When Calls the Heart– así que quien busque ese tipo de contenido, casi de relleno, supongo que estará contento. Yo debo de decir que no soy su público.

Las dos palabras que se me ocurren para Up Here (USA) son Mona y Broadwaysy, parece bastante claro que se basa en la misma obra de los López de 2015 que, a su vez, tenía mucho de sus propias vivencias. A partir de ahí, los números musicales van de lo más broadwaysies a cosas más sólidas, el problema es que con todo eso tenemos una trama un tanto atropellada, con giros e idas y vueltas menos por un motivo real que porque toca. Y si bien parece un buen momento para una serie musical romántica sobre salud mental pero viniendo después de Crazy Ex-Girlfriend y su magnífico trabajo en prácticamente todos los frentes está claro que podría haber usado un algo extra -quizá entre los actores- o un menor número de episodios, o algo. Es una lástima porque hay números que están muy bien, pero se pierden en el maremágnum. Así que por lo menos agradezcamos que es mona.