Muy agradable, pero no sé si mucho más, es lo que trae este The Big Door Prize (USA) que tiene un algo de esas historias con una máquina -menos Ride the Cyclone, más Big– con un estilo que podríamos decir más Ray Bradbury: Un pueblecito pequeño, una máquina que aparece para ponerlo patas arriba, pero no desde el terror como con King sino desde las posibilidades de un fantástico que queda a ratos algo blandurrio menos por la oscuridad que por la manera de manejarlo todo, sin grandes estruendos, como en Eureka. Ese estilo agradable y sin sobresaltos es lo principal, sobre todo porque se supone que cada semana veremos a un habitante diferente. En la práctica los tres primeros capítulos -sí, me he visto los tres, pero de momento no hay nada que no se podría aplicar al piloto por su cuenta- siguen una cierta línea que pone el foco de los dos primeros en un matrimonio, y el tercero los mantiene muy en el centro de la narración. La diferencia entre episodios es que el primero presenta la revolución, las dudas sobre la máquina y su impacto -lo cuento ya: Es una máquina que te dice para qué tienes potencial.- de modo que en el primero se juega a dejarlo para el final, en el segundo lo sabemos desde casi el principio, y el del tercero lo sabemos de antes de que empiece el capítulo. De esta manera consiguen que no sea el centro ‘lo que va a salir’ sino el impacto que tiene en las vidas de la gente. Pues eso, una serie que tiene pinta de no haberse limitado el presupuesto para lograr algo que podría haber salido de una mezcla de SyFy y Hallmark. (Al margen de esto… tengo un problema con la  máquina. Si a mí me piden mi número de la seguridad social y un escaneo de las palmas de mis manos asumo que es algún tipo de timo online y no se me ocurre seguir adelante. En serio, dos cosas muy sospechosas de pedir, es como ‘Dime el nombre de la mascota de tu infancia, el apellido de soltera de tu madre y la fecha de tu cumpleaños’, simplemente no respondes a la gente que te pide esas cosas)

No sé quién ha pensado que era buena idea hacer este Blue Lights (UK) sobre la policía de Irlanda del Norte, pero viendo el nivel voy a asumir que los guiones pronto serán reivindicados por el IRA, porque este conjunto de lugares comunes, personas miserables, situaciones que se mueven entre lo aburrido y lo improbable -cuando no ambas- y una sensación de que alguien quería copiar la propaganda policial de The Rookie para darle un lavado de cara a sus muchachos y lo que ha logrado es una de las más plomizas series policíacas que la BBC haya emitido jamás. Ni Sian Brooke – en el equivalente al papel de Nathan Fillion, solo que aquí es una trabajadora social que a los 40 decide hacerse policía porque ni una sola idea buena fue malgastada haciendo esa serie-, que es la que más ganas le pone, logra que esto funcione un mínimo. Un desastre.

Lo más sorprendente de Copycat Killer (O) (TW) no es que la decisión de adaptar la novela de la japonesa Miyuki Miyabe haga que el psicópata antagonista principal parezca una mezcla entre el muñeco malvado de SAW y El Joker, es que las decisiones sean entre el arty y el negrocriminal europeo (británico, nórdico, francés, etc…) que, sinceramente, no le hace ningún bien a la serie, convirtiéndola en un más de lo mismo con demasiada lentitud y más pretensiones que logros. Bien es cierto que la anterior vez que la adaptaron -japoneses en este caso- lo hicieron en dos capítulos de sesenta minutos, aquí tenemos 10 que son más o menos de una hora, salvo el último que es especialmente largo. Normal que pasen estas cosas. En fin, a ver si para la próxima.

Me sorprende este Eva the Owlet (USA) porque es un paso atrás para Apple TV+, un servicio de streaming que ha traído muchos de los mejores contenidos infantiles/juveniles de los últimos años precisamente por todo lo que falta aquí: El cuidado, la atención al detalle, el gusto… y no cosas como esta obra genérica que podría ser uno cualquiera de los estrenos de Netflix aprovechando una serie de vídeos de YouTube con animación 3D por ordenador que han tenido éxito. Es una lástima porque la serie en si no es realmente mala, pero desmerece dentro del conjunto.

Lo de las versiones de Great Expectations (UK) es peculiar, siempre parecen una buena idea y siempre parecen peor que la anterior. Es curioso porque Olivia Colman parece una idea clarísima para Miss Havisham. Pero no. Ni eso, ni lo otro, ni lo de más allá. Que no es que haya falta de versiones precisamente. En fin, una oportunidad perdida y un extraño traspiés de la BBC, que últimamente parece que no tiene la cabeza donde deberían.

La novedad de hoy es la antigüedad de mañana. Esto, que puede parecer una perogrullada, se nota muchas veces cuando ese intento de capturar el zeitgeist hace que el cambio en la situación -y aquí me refiero a la másomenos natural evolución de las cosas antes que al típico problema de que si decidiste poner MySpace para parecer moderno ahora… bueno… – se lleve por delante la situación hasta el punto de que necesites, para adaptarlo, decidir si prefieres convertirlo en una pieza ‘de época’ -aunque esa época sea pre-COVID-, si te vas a molestar en adaptarlo a la situación moderna o si lo pones en el momento moderno aunque las cosas hayan cambiado. Que es la solución más sencilla, también la peor y, lamentablemente, por la que han apostado en The Power (USA) haciendo que algunas buenas ideas y un buen desarrollo que se acababa echando a perder potencie sus puntos malos, quede como fuera de lugar no solo de las series sino del feminismo y, en fin… Podría ser peor, claro. Pero es una lástima, porque podría haber sido mejor.

En la tradición de 24, pero no solo 24, llega Rabbit Hole (USA), a mayor gloria de un Kiefer Sutherland que se mueve con absoluta familiaridad en una historia de paranoia, inteligencia y contrainteligencia, empresas poderosas, falta de privacidad y… bueno, la rutina de costumbre. En el primer episodio se nos hace una presentación de escenario casi modélica: Un primer ‘golpe’ narrado hacia detrás, una presentación de personajes y sus peculiaridades y rarezas que se centra en Sutherland sobre todo, un personaje que encarna a la justicia y es simpatético, un segundo golpe que ahora vemos suceder en el orden esperable, y una serie de giros y revelaciones que dejan el tablero montado para el resto de la serie y que, además, nos deja claro que lo que habíamos visto antes -que podría haber sido el molde de los siguientes ‘casos de la semana’ mientras se desarrollaba un arco mayor- no es lo que vamos a tener. Vamos a tener el arco y habrá que ver cómo lo mueven, supongo que por eso han sacado los dos primeros capítulos, porque pasado el piloto vemos que siguen las ‘tareas’, investigaciones, dudas y giros. Pero ahora con un formato algo más libre. Pero igual de parecido a Esa Serie En La Que Usted Está Pensando. Que, de nuevo, no es malo porque parece que algo la han actualizado.  Además, el que hayan anunciado que van a ser solo ocho capítulos hace que, al menos, sospechemos que no se va a alargar en exceso. Así que seguiremos viendo.

Parece que Hallmark sigue apostando por series, y esta vez ha tocado una telenovela en el mundo del rodeo. Ride (USA), se llama.  Lo bueno es que van full telenovela, que es lo que hace falta en estos casos, con total desparpajo y siempre como si fuera algo de enorme seriedad o de lógica aplastante, da igual que sea el ansia por el rodeo de todo el pueblo, los minutos musicales, o el que pueda tenerse un bullfighter, sea eso lo que sea, que además sea el personaje gay. Una cosa bastante increíble al que solo se puede poner el pero de que no hayan sacado a un gran villano dentro de la familia o enfrente. Pero bien, bien, quitando esto, bien.

Curiosa esta SisterS (O) (IR) que se ha marcado RTÉ y que se nota no ya a mayor gloria sino creada en todos los aspectos por sus protagonistas principales. Dos actrices y mejores amigas que han aprovechado la coyuntura para montarse esta serie sobre dos mujeres que descubren que son hermanastras y parten a la búsqueda del padre. Con una idea de comedia negra que intenta oscilar entre esta y el drama para que veamos que en realidad es más seria, o algo. Les sale regular porque, bueno, ya son muchos años de este tipo de cosas, y aquí parece hecho más por aprovechar la oportunidad y crear un proyecto que les permita explotar esa química que da años de amistad. Pero precisamente esa química, algunos momentos, y la clara intención de pasarlo bien juega a su favor. Al final es más curiosa que interesante, pero para como anda el patio tampoco nos podemos quejar.

Podéis imaginar mi sorpresa al descubrir que ITV ha sacado de tapadillo Six Four (UK), adaptación de la novela 64 del japonés Hideo Yokoyama. Lo que significa, además, que la adaptación iba a ser libérrima desde el principio. Porque su segmento dentro del género criminal era la burocracia ficción y también porque el peso del honor y de las relaciones no es el mismo en la sociedad japonesa que en otras, como es en este caso la escocesa. No porque no tengan, simplemente es distinto y eso inevitablemente tiene que impactar. La pena es que lo haga como lo hace. Porque se adapta tanto que al final es un más de lo mismo. Una chica desaparecida, un matrimonio en crisis, corruptelas y blablabla. Lo que hacía interesante y diferente la novela original -que tenemos en español pero no traducida del japonés, algo que a estas alturas de 2023 me cuesta comprender- interesante. Y al final la serie entera sirve más como ejemplo de cómo las diferencias culturales necesitan cuidado para ser traducidas que de una obra en condiciones.

Parece que la ITV no está por la labor de crearle un trailer, imaginaos cómo es la cosa.
Aceptable sin más este Unseen (O) (SA) sobre una mujer que se mete en círculos de los bajos fondos para vengar a su marido aprovechando que por su condición se supone que la gente no repara en ella. Una cosa sencillita que puedes tener pero que es bastante tibia, bastante de relleno, y no aprovecha ni el ser sudafricana, que no es lo habitual en estas cosas.

Lo más complicado de creer de Unstable (USA) es que Rob Lowe y su hijo sean padre e hijo. Y que su hijo sea actor, eso también. Lo demás es una comedieta sin mucha sustancia en la que Lowe parece querer algo entre Mythic Quest -supongo que porque Victor Fresco anda por ahí y explica la relación de esta con Better Off Ted– y, bueno, el 911: Lone Star que ya está haciendo. Bueno, supongo que si alguien quiere ver mucho rato a Lowe pero los posters no le sirven… y… ahm… Yo qué sé.

Me he pasado todo Wellmania (AU) con la sensación de que esta serie ya la había visto, pero era más inglesa -el que sea australiana la pone en un punto intermedio entre USA y UK muchas veces, pero en dirección contraria a las canadienses- hasta que he caído en que mucho de lo que se ve en el piloto de esta serie se parece enormemente a Rosie Molloy Gives Up Everything. La diferencia, supongo, llegará a partir del segundo capítulo, en el que en lugar de ir decidiendo dejar ‘adicciones’ lo que tendremos será otra cosa, intentos de llevar una vida más sana o dios sabe. El caso es que el piloto es muy clásico,  ya-no-tan-joven con vida desquiciada y secundarios entre Hallmark y Lifetime que decide cambiar su vida por completo y se supone que entre medias hace gracia. Siendo lo más importante se supone.