¡Pilotos Deathmatch! «Daisy Jones and the Six» y más

Supongo que el problema con estas cosas (y cuando digo estas cosas me refiero a las adaptaciones de libros, pero también a las receraciones de contextos musicales, porque aquí hay para todos) es que este Daisy Jones and the Six (USA) haber sido bastante mejor serie. No tanto por lo que se ve como punto de partido sino porque, bueno, se notan destellos de que podría haber estado mejor. Y no es tanto que esté mal -que no llega a estarlo- como que, en realidad, no parece interesarles que lo llegue a estar. Es como si corrieran con el freno pisado, quizá porque los actores parecen más estar en un docudrama que en una serie original, como si -a excepción de Suki Waterhose– estuvieran a sus cosas. Y aún gracias que está Tom Wright haciendo sus cosas de profesional con mucho rodaje o a Sebastian Chacon haciendo una versión de Behind the Music, pero en general parecen estar por estar más que otra cosa. Y así no hay quien pueda. Por una vez no se trata de los cuestionables pelucones y decisiones capilares -que, sin duda, sirvieron para atraer a Timothy Olyphant a su papelito-, sino a un sentimiento general de estar creyéndoselo -o intentándolo- poco. En serio, cuando uno veía California Dreams parecían más comprometidos con la música y menos ‘pasaba por aquí’. Incluso sin tener en cuenta los dos primeros problemas que mencionaba. A saber, que adaptar un libro no es sencillo y la manera de hacerlo aquí ha sido olvidar la parte de Historia Oral rollo Behind the Music y que parezca, en su lugar, como uno de esos falsos documentales en los que los personajes reaccionan mirando a cámara. Pero solo a ratos. Y la música… el problema de poner la música tan en el centro es que, entonces, la ‘falsa música’ tiene que estar a la altura. Porque, si no, lo que tienes es un programa de canciones ajenas, un GLEE! de la vida, que es lo que pasa aquí. No hay un That thing you do! o un Nobody Like U o incluso un Pop! Goes My Heart, pero qué digo, si es que no hay un Let’s Go to the Mall o un Werewolf Bar Mitzvah. Echo mucho de menos a Adam Schlesinger, supongo que como todos. En fin, por lo demás, una serie agradable, sin mucho más pero también sin mucho menos. Como en el caso de la novela, la base de Rumours sirve para que luego ella cuente lo que quiera, incluyendo una banda que no toma el nombre del batería. Hace una mezcla de referencias más o menos obvias -esto es, cuando tienes que poner canciones ajenas tienden a ser más obvias que menos- y supongo que para verla del tirón un fin de semana tonto estará bien. Para verte tres capítulos hoy y luego ya veremos… pues no sé yo, la verdad, no sé.

Vaya semana de series que no se molestan ni en subir un trailer a YT, en fin. La primera es The Diplomat (UK) que saca Alibi y que tiene pinta de que debería de haber cogido alguien un poco más grande. Porque la idea no es necesariamente mala -una diplomática del consulado de UK en Barcelona investiga (bueno, en fin) la muerte de un joven inglés- pero la forma de articularlo e, incluso, los medios a su disposición son… limitados. Es cierto que tiene ese marchamo inglés de puro colonialismo, aunque por el lado bueno al  menos nunca sabes si van a hablar en inglés, castellano o catalán. En fin, que lo mismo mejora en un par de capítulos, pero que una cosa es necesitar un poco de rodaje y otra es que parezcan que se han puesto a rodar sin tener antes el plan o los medios.

Hablando de falta de medios, este Dirty Water (UK) es casi teatro filmado. He ido a mirar y, efectivamente, en origen era una pieza teatral -no me hagáis definir cuál- que se ha adaptado con unos medios casi nulos a la televisión escocesa. Pero en inglés, no en escocés. El resultado es más bienintencionado que efectivo, tanto por la cantidad de veces que hemos visto este tipo de… comedias de grupo de trabajo, o algo, como por la falta de efectividad de sus resultados. En fin.

Ni sí, ni no, ni todo lo contrario. Parece que este Django (O) (IT) quiere tocar todos los palos, subvertir todos los palos, usar los recursos tradicionales, ser rompedor, mostrar un oeste sucio, mostrar un oeste esperanzador, todo a la vez. Y no digo en todas partes pero casi. Porque tenemos a Django, pero en realidad el piloto nos pone cuatro personajes principales: el propio Django, los ¿fundadores? ¿gestores? ¿alcaldes? de una ciudad que son una joven huérfana y su prometido el sheriff negro de la ciudad, y una misteriosa mujer de trasfondo religioso y dispuesta a todo por hacer lo que Dios le dicta. Creo que solo con eso se ven varias de las cosas que mencionaba antes, echándole un ojo al trailer está también el ambiente. En ninguna de las dos, sin embargo, se nota que han optado por un tempo moroso que, sinceramente, a mi me acaba aburriendo. Esto claramente necesitaba de un poco más de vidilla, aunque presupongo que creen que esto de mucho plano y mucho espacio y la madre que nos trajo a todos, es lo que hacía falta. Es cierto que muchos de los últimos westerns que han estrenado han ido en dirección contraria, pero quiero creer que existen una variedad de posibilidades entre ambos.

Bueno, pues aquí estamos otra vez, con otra sórdida serie de empresa criminal, en este caso la alemana Luden (O) (AL), te pone a un señor que parece casi proxeneta por accidente, tócate los huevos mariloli, a contar la historia de siempre, con un contexto histórico de chichinabo y… en fin. Lo de siempre pero sin que parezca que sus propios protagonista están haciendo un drama sórdido o la parodia en sketch de un drama sórdido. Los pelucones no ayudan, claro. En fin, supongo que este despropósito argumental -y no solo argumental- tendrá su público, pero yo estoy muy lejos de serlo.

No sé quién pensó que hacía falta recuperar True Lies (USA) pero, ya puestos, podía haberse visto antes True Lies. Porque esto es más Matrimonio de espías con hijos a los que les pasan cosas. Tiene un punto casi entrañable de ingenuidad pero, a la vez, está muy claramente a medio cocer. Hubiera funcionado mejor en Nickelodeon que en CBS, pero también es verdad que K.C. Undercover ya tuvimos una.  En fin, lo mismo mejora pero no confío yo mucho, la verdad. Ah, como curiosidad, entre los malvados ¿terroristas? ¿villanos? ¿lo que sea? tenemos a un par de vascos, para poder hacer una de esas escenas clichés, pero supondremos que son personal reciclado o algo.

La idea de mezclar dinosaurios y vegetales es sencilla, pero funcional. Eso se puede decir sin problema de Vegesaurs (UK), que saben sacar ideas para jugar con esa doble posibilidad, incluyendo -por supuesto- poner de protagonista a un tricarrotops. La serie en sí, pues bueno, agradable y ya, que supongo que es suficiente para la edad a la que apuntan.

Los australianos han estrenado We Interrupt This Broadcast (AU) que es como Homo Zapping pero con más dinero y menos gracia. También ha habido este tipo de programas de sketches antes en Australia, pero estoy seguro de que con el ejemplo español se entiende más claro. Supongo que en parte porque no saben si centrarse en parodias televisivas actuales o en parodias de la actualidad a través de la televisión, como además les han dado 44 minutos los ocasionales hallazgos quedan rematados por la reiteración, sobre todo porque no son capaces de construir a partir de esa necesidad de ir añadiendo sino que, en general, se limitan a repetir de una manera distinta el mismo chiste. En fin, decisiones.

 


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