Lo primero que vi de Clean Sweep (O) (IR) me hizo pensar que había caído en el viejo problema y que estaba viendo algo que ya habían emitido el año pasado o el anterior. Pero según veía más caí en que no, que este es un original de RTÉ. Porque la serie en la que yo pensaba era bastante mejor. En esa otra serie las barbas falsas eran menos evidentes. En fin.

Supongo que Dahaad (O)(IN) me hubiera gustado más si hubiera tenido algo más de nervio, porque si bien el caso central parece interesante (27 mujeres, muchas de ellas de castas inferiores) han desaparecido sin que a nadie parezca importarle demasiado) y la ‘investigación’ que lleva a suponer que hay un psicópata que las hace desaparecer, lo cierto es que ni esa investigación, ni el personaje central de la investigadora que viene de una casta inferior y se muestra desinteresada en casarse y rebelde -para ser un policía, supongo-, ni la forma de retratar a la policía India -en un momento determinado un jefe señala que uno de sus empleados fue castigado por aceptar sobornos y otro lo fue por no aceptarlos-, acaban siendo lo suficiente como para el exceso de tiempo que emplean para cualquier cosa y cualquier pesquisa. Que entiendo que quieren usar el crimen para contar una realidad, pero que eso también les lleva la misma vida y al final nos encontramos con capítulos de una hora. Ocho capítulos de alrededor de una hora. Y no da para tanto. O, al menos, no lo da así.

Es curioso las vueltas que dan a veces las series, porque esta Dois Tempos (O) (BR) es una serie a medio camino entre lo que Disney o Nick harían -que esté en Disney+ no parece casualidad- y los intentos de expandir y modernizar las series juveniles. Lo cierto es que de las dos protagonistas -ambas en mundos de mentiras, una de ellas las de la hipocresía social, la otra la de los influencers– son bien distintas. De hecho, la actual es bastante menos soportable que la antigua. Pero incluso ahí deciden no quitar hierro a los problemas sino incorporarlo a la narrativa. La verdad es que puede ser menos revolucionaria de lo que parecería querer ser, pero al menos tiene buenas intenciones y una decisión clara de convertir esta mezcla extraña de elementos clásicos en una serie juvenil disfrutable.

A veces se encuentra uno series que parecen venir de haber tomado notas de lo que hacen los mayores. Es el caso con The Gone (NZ), que sigue los tópicos punto por punto, incluyendo extender un caso que podría haberse contado en uno o dos capítulos, a la vez que saca todos los tópicos, desde la investigación con raíces en el pasado a los investigadores con una vida turbulenta. Es como ver una serie de policías a la que han puesto rueditas para ayudar a que pueda circular. No hay puntos realmente negativos o positivos, es forraje. Aunque espero que para la próxima -si la hay- se animen a ir un poco más allá del pinto-y-coloreo.

Hay algo decididamente despendolado en este High Desert (USA) que lleva a querer seguir viendo la serie de Apple TV+. Claramente es un intento de darle una vuelta a las series de detectives, en parte como Poker Face a principios de año, en parte tirando de esa desmitificación que podían tener Shameless con las familiares o Weed con las series de imperio criminal. Esa mezcla de drama y comedia que intenta ir sobre todo hacia lo segundo, esa presentación de lo que no suele representarse, solo que este piloto tiene un problema… nos está presentando el cómo se llega a la situación de partida. Pero no sabemos cómo va a seguir a partir de ahí: ¿Va a ser una trama semanal, una de fondo, habrá una mezcla de ellas o quizá una más larga mientras semana a semana hay pequeños casos? No lo sabemos. No sabemos quiénes serán los secundarios y, en realidad, tampoco tenemos muy claro con qué nos encontraremos. Así que bien por hacernos interesarnos en esta historia y demostrarnos que Patricia Arquette está aún en forma y puede llamar a un montón de gente para que haga de secundarios, y tirar una serie que tiene pinta de que va a ser más My name is Earl que The Rockford Files. Pero me temo que como piloto… no ha servido demasiado.

A veces un punto de partida mediocre pero con posibilidades se queda vendido por algo como este Kitti Katz (USA), la peor de las animaciones posibles, un diseño que hace pensar que querían vender muñecas y un intento de guiones que parece luchar entre dar un trasfondo y no liarla demasiado. Vamos, un revoltijo que no sé yo si le interesará realmente a alguien. Pero que tampoco estaba tan lejos de las series de los ochenta. Lo único es que en lugar de mala animación 2D ahora tenemos mala animación 3D.

A veces el problema de una adaptación es que la obra original no te gustó. The Messenger (AU) adapta un libro que me pareció espantoso, poco menos que autoayuda para adolescentes escrito por alguien que se creía más listo de lo que era. Y esta adaptación… supongo que intentan ser lo más fieles que pueden sin caer en muchos de los más obvios problemas pero, a la vez, sin saber cómo resolver muchas de las estupideces porque, bueno, eran estúpidas de partida. Es cierto que cambian algunas cosas rebajando tonos que no tenían sentido en la obra original, pero a fuerza de cambiar acaba quedando claro que querían adaptar solo algunas cosas. Ah, como la ABC la puso entera en el iview os puedo decir que han decidido cambiar el final, mateniendolo, para bien, y para mal. Todo a la vez. En fin, yo qué sé. Supongo que si no la he odiado más es que en realidad es mejor que el libro.

Es agradable, muy agradable, esta Primo (USA), supongo que en España a nadie le extrañará lo de tener una familia más o menos extensa y caótica, aunque no sea por vivirlo sino por estar acostumbrado a verlo representado. Así que los cinco tíos, más o menos diferentes aunque también con características similares, de esta serie, que son lo realmente distintivo frente al joven que está al borde de la vida adulta, su amistad con una chica relativamente nueva en el barrio, sus amigos estúpidos y su madre soltera y protectora, que es algo que tenemos más visto. Y el resultado es ese, una serie más o menos costumbrista, más o menos agradable, en el que a ratos hay discusiones que no llegan a más, y a ratos hay risas y comida. En fin, que todo encantador. Lo único, si acaso, es que se suponía que esto era una comedia. Así que habría estado bien que hubiera alguna cosa divertida. Algún chiste. Me temo que el costumbrismo no es un sustitutivo. Pero sí, muy agradable.

A veces me pregunto quién toma las decisiones de las series. Por ejemplo, en RACE (O) (CS) tenemos a dos ¿rivales? ¿compañeros? ¿amigos? que son PRs, uno trabaja en una gran empresa en la que es el arma secreta, la otra lleva una pequeña agencia. En este piloto se nos muestra como él está bastante harto pero es muy efectivo y como ella está fallando todo el rato. Ya en el segundo capítulo se ve que, por lo visto, los años de experiencia de ella no cuentan como un CV en condiciones. Pero va a trabajar para la misma empresa que él -y un par de secundarios más- aunque todos la miren por encima del hombro. Todo lo cual es bastante insufrible -hay una conversación de ‘tienes que tener tu móvil preparado, coger llamadas y venir para aquí si te necesitamos aunque sea tu día libre’ que es como para haber dejado el piloto ahí mismo-, más aún cuando no se nos va a presentar una competición entre grandes empresas y pequeñas agencias, sino entre una persona que cierra la suya para irse a la otra. Es como ir viendo a peor la evolución de las películas de Navidad. En cualquier caso, y pese a que los actores centrales – Jong-Hyun Hong y Yeon-hee Lee– hacen todo lo posible por tirar del carro, me temo que la insoportable premisa y la forma de desarrollarla hacen más por espantar cualquier atisbo de comprensión que lo contrario.

Un día tengo que hacer introspección y decidir si mi ranking de tipo de series que más detesto a cambiado, porque he notado que últimamente llevo peor los true crimes dramatizados. Especialmente los americanos, pero también la manera en la que los ingleses parecen haber tirado la toalla en intentar usarlos para contar algo importante sobre la forma en la que se abordó el asunto, o en intentar innovar en la manera de contarlo. Como demuestra este Steeltown Murders (UK) que la BBC muestra como el Crimen Dormido que era, separando en dos momentos temporales. Y poco más. El resto es lo de siempre: Recreación histórica, drama de baratillo con los policías y los familiares y un tenue intento de suspense menos por la manera de llevar la investigación que porque hay que construir un relato. De ahí que la mayoría de las veces pongan esos avisos al principio de que está basado en hechos reales pero que se han alterado porque gente o porque historia. Es decir, que esto es True pero dentro de un orden. Como todo.

Me resulta sorprendente ver este Spy/ Master (O) (RU) que ha estrenado HBO Max -también en España, por cierto- como una serie rumana. Porque imita tan bien a las americanas que es tan pro-Americana como hecha allí. Así que si uno esperaba que una historia de la Rumanía de Ceaușescu con la historia ellos dicen que real de su mano derecha siendo un agente de la KGB que decide que están a punto de pillarle y que mejor desertar a USA aunque corra el riesgo que eso traiga sufrimiento a la gente -especialmente su familia- que deje detrás, espera no solo la recreación más que notable, o las interpretaciones. También un poco de grises, de matices, algo que vaya más allá de la propaganda estadounidense en la que ellos son buenos y todos los demás son malos. Y esto tiene la sutileza de FBI. De la serie de Dick Wolf, como agencia es más la CIA. En fin, supongo que si te gustan los espías, el periodo, y vas mentalizado para el sesgo, puede ser una opción.

No tengo muy claro qué es lo que busca Ten Pound Poms (UK), casi parece que quiere denunciar la xenofobia y el racismo… de Australia. En los años cincuenta. La verdad es que la parte más tradicional de la historia, que se debate entre un drama y algo así como un thriller lleno de secretos que a Danny Brocklehurst se le da bastante mejor que a la parte dramática y un tanto reiterativa. Lo cierto es que resulta una serie quizá no destacable pero, sin duda, efectiva. Que, supongo, tampoco es mala idea. Aunque habrá que ver cómo logran manejar las múltiples tramas abiertas.

El asunto con XO, Kitty (USA) es que es exactamente lo que parece. Es un spin-off de la serie de películas de Netflix To All the Boys I’ve Loved Before y, aunque sea una serie, en realidad es como si fuera otra entrega. Pero centrada ahora en otra hermana. El clásico truco de las novelas románticas. Porque eso es lo que tenemos aquí, la versión en serie de una novela romántica juvenil que ha pasado a usar el truco de Internado (Sección: en Otro País) para expandir y redefinir el entorno y contexto sin dejar por ello de usar trucos tanto de fondo como de forma de la serie de películas, el tratamientos de los te-quiero/ no-te-quiero por un lado y, por otro, la forma en la que crea una subtrama con la vida de la difunta madre de la protagonista sirve para estirar esa conexión. El resultado es, por tanto, el esperable. No es algo malo, pero sí que es algo para su público.

Este Yakitori: Soldiers of Misfortune (O) (JP) tiene el mismo problema de siempre con la animación japonesa de Netflix: Parece muy empeñada en parecer una obra de otro tiempo, más que en tener una animación en condiciones. Así que hay rastros de los ochenta y los noventas, una crítica mínima al belicismo y un cierto intento de ser edgies con sangre y muerte y animales masacrados. Supongo que si no conoces los referentes puedes sorprenderte. Pero poco más. Bueno, sí, lo de la animación. Eso no me lo explico.