Contento con el piloto de este After the Flood (UK), habrá que ver cómo o por dónde sigue, pero ese inicio con una inundación y un muñeco, perdón, un bebé en peligro por el agua sirve como prólogo para la historia real: la aparición de un cadáver, una serie de misterios -ya sabéis, un pueblo pequeño con muchos secretos y complicadas relaciones- y un par o tres de momentos inesperados, no tanto por el guion -que, en ocasiones, puede decidirse por la salida más lifetimesca posible- como por los comentarios sobre el cambio climático o por la magnífica actuación de Lorraine Ashbourne como madre de la protagonista, activista y varias cosas más. A ver cómo o por dónde sigue, pero ya es algo.
Demasiado largos los capítulos de este Boy Swallows Universe (AU) que quizá serían aceptables en otro formato o de otra manera, pero parece que como esto viene de unas memorias y alguien intenta ser o parecer original pues tenemos que darle el tratamiento más serio a algo que, claramente, necesitaba otra manera de presentarlo. Sobre todo porque la mezcla de drama y humor, de circunstancias inesperadas en entornos costumbristas y, en general, de todo eso que recordaremos de haber visto popularizarse en los años noventa. Y que aún hay gente que considera que es innovador. Es una lástima porque los actores se merecen algo mejor. Quizá lo tengan, en otra serie.
A veces una serie parece existir porque tiene que existir más que porque tenga algo que decir. En el caso de
Criminal Record (UK) parece que la excusa es que
Apple TV+ -que no hace tanto parecía haber encontrado el pulso a sus series, y que ahora mismo parece que sabe lo que quiere pero no cómo lograrlo- buscaba una serie policíaca en la que actores y producción estuviera a la altura. El punto de partida, con dos policías ‘enfrentados’ sobre un caso antiguo, parece una buena idea. Más aún viendo lo diferentes que son
Cush Jumbo y
Peter Capaldi a simple vista. El problema es que detrás de todo eso hay… nada. Jumbo aún tiene algo que hacer con lo suyo, pero a
Capaldi parece que solo le han dicho que sea misterioso por la pura ambigüedad. Y, claro, sin más que rascar vale lo mismo tenerle ahí a que haber puesto un recortable. Es una lástima, porque con un guion en condiciones podría haber sido una buena serie, pero con lo que tenemos aquí, que va para abajo desde la primera escena y solo en momentos puntuales remonta, la sensación general es que es la serie inglesa que logra a la vez demostrar que ha visto demasiadas y no ha visto el suficiente número de series inglesas policíacas. Otra vez será, espero.
Espero que
Echo (USA) le haya mandado una cesta de minimagdalenas a Invasión Secreta para agradecerle el no ser la serie más aburrida de Marvel. Porque es lo único que la salva, instalada en el tedio como está la producción televisiva de Marvel, de ser considerada incluso peor. Es cierto que la idea de que están ‘reivindicando a los nativos americanos’ se supone que es buena, pero eso, como la ‘reivindicando a las personas con una discapacidad’, se nota que se hace desde fuera. Sin darles voz y, quizá, sin preguntarle. De ahí que el personaje central tenga dos apellidos tan nativo-americanos como
López y
Lincoln. En fin. Hay cosas peores, pero que se anden con ojo que lo mismo alguna vez el oso se queda con hambre tras haberse comido al más lento.
Rutinaria hasta lo increible, este
Forst (O) (PO) es uno de esos thrillers que las editoriales intentan vendernos como intensos y rompedores porque hacen lo mismo de siempre. Quizá pensando que sus lectores son adolescentes que van a ver en los
Gellida,
Jurado y
Mola de turno a gente que no lleva siglos repitiendo lo mismo y usando el equivalente de sexo y violencia al
caca culo pedo pis para llamar la atención sobre si mismos, en un triunfo más del departamento de marketing que de algo cercano a la escritura. Del mismo modo esta cosa polaca nos presenta a un detective con problemas de todo tipo en una comisaría corrupta enfrentando a un criminal muy listo, parte de una oscura conspiración y yo qué sé qué cosas más de esas que te dan ganas de quedarte esperando a ver quién canta el bingo por haber rellenado todas las casillas. Más aún cuando muchas de las cosas que vemos ni tienen sentido ni es sencillo que se soporten. Rancho, y ni siquiera del bueno, rancho congelado, recalentado a medias y servido con desgana.
En su nueva aberración animada,
Grimsburg (USA),
FOX llega décadas tarde a hacer una serie de animación «»»»»»»»»»»»»»»adulta»»»»»»»»»»»»»»» con un investigador en su centro. Que yo entiendo que quizá no han tenido acceso a, digamos,
Duckman. Pero
Velma se estrenó el año pasado y es tan mala como esta. Algo podrían haber aprendido a evitar de aquella. O del remake en película de
Chip & Dale que se estrenó antes que aquella. O de
Dicktown que se canceló tras dos años justo antes de que se estrenada esta. O de
Chuck Steel en stop motion antes que esa. O… Bueno, creo que se me entiende. El resumen es el de siempre: Chistes pueriles para adolescentes que quieran creer que poder afeitarse pelusilla es ser adulto, cero interés por la trama o el misterio y un notable desconocimiento de lo que puede ser el humor.
Poco interesante esta
Killer Soup (O) (IN) que supongo que para su segundo capítulo nos contará más de lo que pretende, porque en el primer solo tenemos una serie de personajes a cual más detestable y una excusa argumental en forma de sopa asquerosa. No puedo decir que sea ni una anécdota porque parece que en la cabeza de quien haya guionizado esto tiene un sentido, pero no algo que vaya a compartir con los demás. A olvidar.
Con el característico estilo canadiense, este
One More Time (CA) busca una sensación de comunidad y de diversidad desde un punto de partida de humor sencillo y casi amable. Los diferentes estilos de personaje están tan definidos y dentro de su cajita como era de esperar, y el centro de la historia es lo que podemos esperar también de mensaje más o menos positivo dentro de un grupo desastroso en una situación precaria. Supongo que al menos lo han intentado.
Tengo que volver a
Work It, hace más de una década, para encontrar un piloto tan horroroso como el de
Ted (USA). Es muy difícil de mantener incluso la vista en ese espanto de costumbrismo falso y chistes rancios, tan rancios que una serie ambientada en los ’90s que intenta tirar de los ’70s logra sonar rancio para ambas décadas. Peor que eso, los chistes son viejos, las ideas son incluso más viejas, todo suena extraordinariamente falso, vacío, hecho con tanto descuido como pereza, no hay absolutamente nada salvable ni en unos actores que parece que pasaban por allí y se vieron obligados a trabajar en la serie, ni en una producción que parece ir en piloto automático ni, sobre todo, en unos absolutamente espantosos guiones. Acaba de empezar el año y me cuesta creer que vaya a encontrarme con una serie peor en todo 2024.
Tan agradable como absolutamente nada creíble, esta
Wild Cards (CA) es otro ejemplo de
canadiensidad en su versión del clásico policía y ladrón resuelven casos. Esta vez ella es la ladrona y timadora mientras que él es el poli con un pasado problemático. Salen, por supuesto, todos esos actores canadienses que estamos acostumbrados a ver en sitios. Y, en general, ofrecen un caso que de puro simple podríamos usarlo de ruido de fondo. Que supongo que es precisamente lo que ellos pensaban, porque esto es perfecto para tener de fondo mientras estás con cualquier otra cosa, prestándole atención a ratos y sin perderte demasiado. Así que puede durar lo que ellos quieran.