¡Pilotos Deathmatch!

Estamos llegando a un punto en el que la reflexión sobre el true crime -y los podcasts sobre ellos- va enrollándose sobre si mismo. En esta tendencia podríamos incluir a Bodkin (USA), que es una producción estadounidense -al menos sobre el papel- pero en la que está muy claro que han decidido emplear a ingleses para montarla y a irlandeses para interpretar y grabar. Excepto Will Forte, claro. La historia de una periodista de investigación que tras un ‘desafortunado incidente’ es relegada a echar una mano a un podcaster que quiere hacer una historia sobre true crime en Irlanda. Que, por supuesto, sirve para seguir el misterio central, pero también para mostrar los dos estilos diferentes -ella como perro de presa al que no le importa nada en nombre de La Verdad, él como una persona a la que lo que más le importa es La Historia (y Los Sentimientos… que puede sacar de esa Narrativa)- sin una finalidad realmente romántica tanto como, precisamente, de choque de estilos. El reparto lo completa una joven documentalista del mismo periódico de ella que está allí como apoyo pero que claramente va a ver cambiado su mundo y, por supuesto, la gente de ese pueblecito que está -claro- lleno de secretos y de personajes excéntricos. Luego ya los toques de comedia y blablabla. Hay cosas apreciables aquí, aunque lo cierto es que da la sensación de montar mucho barullo y demasiadas tramas para contar una historia que quizá no necesitaba de 7 capítulos. Pero bueno, eso también es una historia de nuestro tiempo.

Hay series que te llevan a recordar, por ejemplo con Dark Matter (USA) he estado un rato intentando recordar si ya la había visto antes o si estaba basada en un libro que ya había leído o qué. Un tipo en una línea temporal que parece ‘meh’ se encuentra con algo así como un cambio de multiverso a otra en la que ha triunfado en su trabajo pero no tiene familia. Así que esa debe de ser la mala. Porque, a su vez, la persona de ese otro universo está ahora en el suyo. Así que no deja de ser la clásica historia de dobles -más o menos malvados- y enfrentamientos y blablabla. Pero contada en mucho más tiempo del que ese punto de partida necesitaba. A estas alturas uno pensaría que lo de los Universos Alternativos estaría un tanto polvoriento y, por tanto, necesitado de un meneo. Más aún teniendo en cuenta que Counterpart cerró hace 5 años. Pero bueno, supongo que Apple ha pasado de querer ser HBO a querer ser la CW con sus series canadienses. Con la racha que llevan tampoco diré que sea lo peor.

Curiosa esta Heroneun Anibnidaman (O) (CS), o 히어로는 아닙니다만 o Una familia atípica o…, que parece salida de algún Webtoon porque sigue también la idea de Familia con Poderes a la que le Pasan Cosas. En este caso es que… los han perdido. Por las cosas de la vida y por la evolución de los asuntos. Por insomnio, por depresión, por engordar (suspiro), por lo que sea. Al menos hasta que aparece una joven que tiene pinta de tener su propia agenda en todo esto. A partir de ahí la típica mezcla surcoreana de romance, aventurillas y gente con más-o-menos-poderes. Pues bueno, pues vale.

En una semana en la que Maxton Hall parecía la serie poblada por más idiotas llega Kimler Geldi Kimler Geçti (O) (TU) , o Thank You, Next o Gracias, ¿el siguiente? o…, a arrebatarle el título. Porque, claro, al menos la alemana tiene la excusa de que sus protagonistas son adolescentes. Pero en esta… en esta tenemos treintañeros con aspecto de cuarentañeros y comportamientos que ni los veinteañeros. Una abogada se acaba de ‘separar’ de su pareja, conoce a un cocinero buenorro y siente algo con el marido del que una de sus clientas se está separando. Su grupo de familia y amigos no es mucho mejor. Aunque supongo que las pintas de chuloputascastigador del marido en proceso de divorcio -y el hecho de que, en fin, ES LA ABOGADA DE LA MUJER QUE SE ESTÁ DIVORCIANDO DE ÉL POR BUENOS MOTIVOS- ayudan en algo a que sea incapaz de ver esta serie -que incluye diálogos como «Ha dicho que te va a demandar por la custodia del perro»- sin llevarme las manos a la cabeza.

Se sabe que Maxton Hall (O) (AL) es una telenovela romántica juvenil moderna porque más allá de los asuntos habituales -como que los actores tengan más de veinte años, o cierta alergia a llevar ropa- son todos tontísimos y salidísimos. Y ese es el centro real de la historia. En teoría esto va de una muchachita de clase baja que descubre algo que no debería, haciendo que se fije en ella el clásico señor torturado de clase alta que quiere que ella no lo cuente. Por algún motivo (que son tontísimos) la táctica de él para lograrlo es de las que haría que cualquiera decidiera que mejor contarlo antes que seguir soportándole, pero debido a que ella tiene sus propias ideas (o su ausencia, en realidad, porque son tontísimos) decide tirar para delante. Además ella es una muy trabajadora joven con una meta académica clara y él es la estrella del equipo de… quiddich, lacrosse o uno de esos deportes inventados para los libros. En fin, ¿podría ser más obvio? Total, que esto tendrá, seguro, un público. Un público al que, sospecho, le guste gritarle a la pantalla. Y que, definitivamente, no soy yo.


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