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Comenzamos el repaso semanal con esta Chespirito: Sin querer queriendo (O)(MX) que intenta ofrecer una aproximación a su figura central compensando con la cercanía y el deseo de convertirlo en algo entrañable el, a la vez, no querer obviar algunas partes… más que ‘oscuras’ creo que diré ‘menos claras’. Y, sobre todo, una organización temporal un tanto complicada de justificar en la que vamos a saltos delante y detrás de la línea temporal sin acabar de tener claro qué es lo que se pretende con ellos. Voy a suponer, y me parece mucho, que ofrecernos miradas a personas y personajes de la etapa más conocida de Roberto Gómez Bolaños -la de El Chavo del 8 sobre todo, pero también de El Chapulín Colorado– para que así el resto de la historia -su paso de trabajar en una fábrica de tornillos a vivir de escribir, su llegada a la televisión como ‘guionista’, sus historias familiares y amorosas- que son el centro de esta historia que nos cuentan, nos ‘molesten’ menos. Es una decisión peculiar porque entiendo -y, de nuevo, quizá es mucho entender- que si te pones con una biografía -basada, además, en la autobiografía del personaje central- lo que probablemente te esperes sea ese orden cronológico que pueda empezar en cualquier momento, antes que tanto ir y venir. Pero bueno, vamos a asumir que este es un trabajo hecho desde el amor -que, desde luego, lo parece- y lo que no han sabido bien es cómo organizarlo, aunque sí transmitirlo.

Primero lo negativo, no me puedo creer que alguien use un formato de 90 minutos para un episodio piloto que no sea un telefilme. Porque este Gusboi (O)(CS), o 굿보이 o Good Boy o Un chico ejemplar o, te deja a medias después de noventa minutos, en mitad de un ‘gran enfrentamiento’. Más allá de eso diré que es una idea peculiar -casi parece sacada de un webtoon- que, sin embargo, logran sacar adelante. Una serie de policías con un pasado como medallistas olímpico, cada uno con sus vidas y contextos, y una cierta sensación de ser perdedores a los que usan con finalidad promocional o incluso menos. Por supuesto hay una variedad de registros, el protagonista -el único con una medalla de oro- era boxeador, la chica barra el interés romántico (solo hay uno en este grupo de cinco, por supuesto) era tiradora, el rival hacía esgrima -estos dos tienen medalla de plata, por supuesto-, y los dos complementarios que son casi secundarios cómicos hicieron lucha y lanzamiento de disco -y, obviamente, fueron medalla de bronce-. Pero así logran un poco de cada. Y organizan lo que realmente les interesa, la parte policíaca, llena de tramas y personajes pero con algo claro que no dudan en pasarse los primeros quince minutos desarrollando -y luego cada vez que tienen una oportunidad- y que es: La policía en Corea del Sur es MUY corrupta, inepta, llena de chanchullos, más ocupada en su propia supervivencia que en hacer su trabajo, y CORRUPTA. Dos por hecho que habrá algún arco que acabará ‘limpiando a los malos’, pero puede ser una de las series policíacas más empeñadas en dejarte claro que la policía no está limpia que se me ocurren. La verdad es que también parece una película reconvertida a serie, pero bueno, que es una buena serie pese a seguir los estándares habituales de la narración surcoreana y, especialmente, tener esos capítulos interminables.

Otra serie surcoreana, Gwangjang (O)(CS) o 광장 o Mercy for None o Sin piedad para nadie o…,pero esta vez de unos 45 minutos. Menos mal. Se trata de una serie de… bueno, el centro es una organización criminal -o varias, según se mire- pero la verdad es que son los momentos de… llamémoslo ‘acción’ los que le da algo de variedad e interés. No todos igual de bien o de logrados, pero al menos no es solo las quejas y luchas habituales. No es, la verdad, ninguna cosa del otro mundo, ni la trama general – el ex-miembro de una pandilla reconvertida en empresa (que abandonó haciéndose a propósito una grave lesión) regresa a las calles tras la muerte de su hermano, decidido a vengarse de los responsables. El problema es que detrás de esto hay toda una trama de intereses y corrupciones empresariales, políticas, policiales y -por supuesto- de bandas. Este sí que seguro que fue un webcómic, pero, como digo, para tener de fondo sirve.

En algún momento alguno de los fachas de Great American Pure Flix pensó que lo que hacía falta era un Barrio Sésamo que no fuera diverso, inclusivo o enseñara valores. Quiero decir, que no enseñara los de la compasión, la igualdad o la variedad. En su lugar hacía falta un contra-programa, algo así como Barrio Gentifricado en el que solo hubiera blancos, cis, heteros, católicos, y lo que se nos vaya ocurriendo. El tipo de programa que puedes ponerle a los niños cuando vuelven de los maristas y quieres que se sienten, pero ellos se niegan. Total, que todo este espanto acabó dando lugar a Iggy and Mr. Kirk (USA), que podría haber sido un creppypasta, pero no tenemos suerte y existe de verdad.

Asumiré que parte del problema es mío, porque Pushers (UK) parte de un especial para la iniciativa llamada Comedy Blaps en la que se presentaban distintos cortos, pilotos o lo que fuera, con la idea de que si lograban reconocimiento e interés se pudieran sacar las series. Dentro de esto se encontraba Disability Benefits, sobre una mujer con parálisis cerebral a la que el recorte de ayudas lleva a crear un… vamos a llamarlo pequeño imperio de la droga. Por supuesto todo desde un humor centrado en que la gente con discapacidad suele ser o mirada desde la condescendencia o desde la invisibilización, lo que les permite en teoría organizar esto. Pero que rápidamente desciende al humor más burdo, incluido el escatológico, para intentar… no sé, supongo que hacer reír. A mí no me ha hecho ninguna gracia pero, de nuevo, puede que sea culpa mía. Al menos en parte.

Parece que no hay más trailer.
En lo que parece ser llegar en mitad de una serie de novelas, esta Sara – la donna nell’ombra (O)(IT) adapta una obra de misterio, con bastantes agentes secretos sin que parezca que la trama principal los necesita, con una mujer -antigua agente- que busca respuestas sobre la muerte de su hijo. A veces da la sensación de que Netflix ha optado por este tipo de obras en lugar de por películas contando lo mismo porque así tiene a su público más tiempo enganchado, no tanto porque la historia lo requiera. Porque lo cierto es que en este caso termina el piloto y queda la sensación de haber rascado solo lo que se supone que nos quieren contar. Que para las, digamos, primeras páginas de una novela puede estar bien, pero para el piloto de una serie… pues en fin. Ah, eso sí, nos encontramos por segunda vez en poco tiempo con una investigadora cuya mayor diferencia es que puede leer los labios. Aquí mucho menos creíble que en Code of Silence, también os diré. Pero bueno, eso, más miniseries para acompañar la plancha. De ropa o de oreja.

El espanto este de Stick (USA) tiene todos los problemas y tics que llevan años con Owen Wilson protagonizando o co-protagonizando cosas… sin llegar a tener éxito nunca. Y es que intentar vender otra vez más la historia de un perdedor que era muy bueno hasta que tuvo un problema y entonces la gente no quiso confiar en él y él perdió lo que le hacía bueno y blablabla… en fin, no. Menos aún teniendo en cuenta tanto el contexto del actor -que ya podría haber optado por una aproximación más directa si esto fuera el problema- como los modelos dentro de la narrativa clásica de perdedor con bla encuentra un grupo / persona al que está convertido de poder convertir en ganador. Supongo que en Apple habrán tenido en cuenta tanto de quién es amigo como lo bien que les haya podido ir en este tipo de obras, pero… no. Claramente no. Ni es divertida, ni logra la emoción de una película de Hallmark, ni parece que ese otro jugador joven le interese lo más mínimo a la historia. Es sorprendente el número de lecciones que podrían haber sacado de los miles de historias similares que hay como para encontrarnos metidos en esta cosa a mayor gloria de alguien que no parece entender más que la autocompasión.

Casi podría copiar lo dicho antes sobre la serie italiana en este australiana, porque Netflix saca otra de sus series (¿mini-series?) de misterio con The Survivors (AU) y aunque la trama sea distinta el fondo es el mismo. La trama aquí es que un relativamente-joven vuelve con su mujer y su hijo recién nacido -más o menos- a su pueblecito. En el que años atrás estuvo envuelto en una muerte misteriosa. Ahora se encuentra viendo cómo han cambiado las cosas, reconectando, intentando que su mujer se sienta bienvenida…. blablabla. En esas aparece una joven que quiere investigar esa muerte. Como las cosas funcionan como funcionan es casi inevitable que tengamos un nuevo cadáver, que todo parezca precipitarse y que, por supuesto, el tipo en el centro se encuentre… pues la verdad es que tampoco lo veo claro. Lo cierto es que si la mujer fuera la protagonista creo que la historia ganaría. He ido a mirar y Jane Harper es la autora del libro, así que supongo que será otra de las veces en las que le aplican el rodillo a sus libros para que entren en este molde que, como digo, es el problema. Demasiados capítulos para poca trama, reiteraciones, subrayados, nada que destaque, más pensado para tener de fondo que para prestarle atención porque si le prestas atención acabas desesperándote.

Es sorprendente encontrarte series de animación como esta Wylde Pak (USA) en la que la animación es lo que mejor funciona pero los guiones parecen haber pasado por algún tipo de turbulencias internas y ahora mismo es complicado explicar qué es lo que está pasando. No porque no se pueda explicar con cierta sencillez -una niña espera pasar un gran verano liberando una habitación de su casa para convertirla en su centro de videojuegos, en lugar de eso se encuentra con la llegada de su hermanastro que la ocupa- sino porque todas las decisiones parecen erróneas todo el rato. Los dos hermanos parecen tener la misma edad pero nadie se molesta ni en explicar eso ni en explicar exactamente el follón familiar en el que andan. Igual que no se explica el negocio de mascotas de los padres o por qué ocupaba una habitación de una casa familiar, no digamos ya por qué la niña necesitaba dos habitaciones, la suya y la de los videojuegos. La aparición del hermano -que debería d ser considerado también el co-protagonista aunque la propia serie no parezca considerarlo así aunque, a la vez, le dediquen mucho espacio- resulta igual de confusa. Es decir, se nos explica -y muestra- cómo estaba viviendo con su madre hasta ese momento en el que decide -la madre- que es muy peligroso lo que llevan una cantidad indeterminada de años haciendo -sin decirnos cómo estaban antes- y… en fin, que sí pero no. Posiblemente el piloto sea el peor capítulo, porque está claro a dónde quieren llegar, pero si no saben cómo llegar a las cosas… no me deja muy tranquilo sus capacidades como serie. En fin, ojalá saber más de la trastienda porque tiene pinta de ser mucho más interesante.


Hacía tiempo que no me cruzaba con una serie TAN insufrible como Adults (USA), así que asumo que antes de fin de año será considerada como de culto. Demasiada ensimismada como para buscar organizar o mostrar algo que parezca divertido, esperando que las meras existencias, problemáticas y broncas de sus protagonistas nos lo parezca, con la idea de ser el nuevo Friends aunque tonalmente se encuentre más cerca de una mezcla de lo peor de Girls y That’s 70s Show, y demasiado preocupada con parecer algo moderno como para atreverse a serlo. Este timo de la estampita de serie, que a ratos parece una adaptación de acción real de una serie de [adult swim], se centra en un grupo de amigos, más hombres que mujeres, más blancos que no, más heteros que no, etc… esa diversidad aparente como de película adolescentes de los noventa. Y lo hace para contarnos una historia más vieja que la tana: El paso de la juventud a la madurez y cómo no están preparados para afrontarlo. En fin.

Un genérico de thriller no muy bien llevado nos encontramos en  The Better Sister (USA) que tiene el problema de que posiblemente hubiera funcionado mejor como película, aunque sea solo porque tendría que haber decidido qué quería ser. ¿El misterio más o menos doméstico de la protagonista número uno cuyo marido aparece muerto y ella no deja de hacer cosas sospechosas? ¿El drama más o menos doméstico de la protagonista número dos, hermana de la anterior y que resulta ser la ex- del marido y la madre de su hijo? ¿El policíaco más o menos clásico de los dos polis a cargo de la investigación? Aún podríamos hablar de alguna cosa más entre las idas y venidas temporales de los personajes, las tramas de negocios del marido muerto y su jefe y todas esas cosas. Nada muy original ni especialmente llamativo pese a los nombres bien conocidos que logran juntar en la serie -las hermanas son Jessica Biel y Elizabeth Banks, el jefe es Matthew Modine– pero supongo que como película de después de comer, troceada, servirá para unas siestas.

Algo que hemos visto mil veces puede hacerse de nuevo y ser agradable, ese es mi resumen para Death Valley (UK) que parte de una idea clásica: Un antiguo actor de una serie policíaca colabora con la policía en resolver crímenes. Por hacer un breve y superficial repaso al ‘tropo’ a algunos de los más recientes hemos tenido a Lyndie Greenwood en CrimeTime, Jerry O’Connell en Carter, lo que quiera que fuera Ryan Hansen Solves Crimes on Television y -por supuesto- Steve Martin en Only Murders in the Building. Posiblemente el personaje más cercano al John Chapel que Timothy Spall interpreta aquí. Aunque sí que hay un giro y es que Chapel parece saber mejor lo que se hace. Generalmente estos personajes tienen algunas nociones, pero funcionan sobre todo desde un punto de vista cómico. Aquí -aún habiendo algo- ese papel le encajaría mejor a la policía que colabora con él -sí, estamos ante otra serie de El Excéntrico Asesor y su Compañero de las Fuerzas del Orden-, una Gwyneth Keyworth que a ratos parece más cerca de Millán Salcedo que de, digamos, la detective Lauren McDonald. Pero funciona, al menos funciona lo suficiente. La parte cómica es claramente más importante para ellos que la policíaca, y a veces es difícil asegurar si se supone que están intentando que algo sea ‘humorístico’. pero resulta lo suficientemente agradable, los actores envueltos lo hacen suficientemente bien y las partes cargantes son limitadas -aunque hay cierta querencia por sacar humor de personajes tratando de explicarse y teniendo que sobre-explicarse por los posibles problemas de comunicación, algo que podría ser rasgo de un personaje, pero cuando tienes demasiados haciendo lo mismo… no- así que aunque no sea muy original, ni especialmente brillante logra ser lo suficientemente… Cozy, supongo.

Mi problema con Dept. Q (UK) es sencillo. Si la primera vez que las novelas se adaptaron, a película, dio la sensación de que aquello daba para más, ahora que lo han hecho serie da la sensación de que da para menos. Posiblemente también porque tanto la serie de novelas danesas que llevan publicándose desde 2007 -y desde 2011 en España por Maeva– como esas películas originales que comenzaron en 2013 -y que tienen una historia propia de enfrentamiento entre el autor y la productora- nos cuentan a estas alturas muchas cosas que ya conocemos. Un personaje central profundamente gilipollas al que cuesta tiempo coger algo de aprecio, misterios del pasado y un grupo sin medios. Es ridículo cómo llega a parecerse a ratos a Slow Horses, una serie basada en unos libros publicados por primera vez en 2010 y que tienen un tono humorístico más marcado. Pero supongo que sin conocer el contexto es fácil pensar que esta serie de 2025 ha bebido de la otra de 2022. Por lo demás, Scott Frank hace un buen trabajo con la adaptación, el reparto es más que capaz y la historia podría funcionar… pero dedicarle 9 capítulos de alrededor de una hora es una barbaridad. Si en este piloto ya se notan cosas estiradas no quiero saber cómo estarán para el octavo. Cierto que en poco mas de hora y media daba la sensación de que habían tenido que recortar y correr, pero estoy convencido de que entre 97 minutos y 490 minutos tiene que haber un punto intermedio.

La  nueva versión de The Librarians: The Next Chapter (USA) tiene a su favor el desparpajo con el que recogen la antorcha de la saga, y poco más. Porque la caída de presupuesto de una serie que ya era barata de por sí es más que notable, como lo es el reciclaje de ideas y, sobre todo, la falta de actores. Lo que demostró desde el principio ser su fuerte aquí está claro que se ha convertido menos en un «¿A quién podemos conseguir?» y más en «…por este dinero?». Así que, en general, no hay mucho ni parece haber mucho destacable. Pero como la serie madre tiene fanses supongo que habrá quien la vea aunque sea solo porque es rancho. A ver si les funcionan y logran algo más de dinero, porque si el piloto -que suele ser el capítulo más caro de las primeras temporadas- ha salido así… no quiero saber cómo puede continuar. (Bueno, y luego estaría la ‘solución’ del asunto, que no se le ocurre ni a una cadena evangélica, pero ese es tema por otro lado y para una bronca distinta. Claramente esta serie es más una desviación que un destino.)

Agradable, casi entrañable, esta serie de personas con problemas normales, este Losmen Bu Broto: The Series (O)(ID) que entra en toda una cantidad de obras, películas y series, sobre una posada y la familia que la gestiona. Continuación directa de una de las últimas versiones a película de la misma -lo que da cierta sensación de que llegas con la obra empezada, pero también permite ir más ligero con lo que muestran- y siguiendo con lo mismo, un matrimonio, sus tres hijos y tantos los problemas de la posada como los que tiene la familia. Un tono de cierto costumbrismo, pero bien llevado, en una serie que busca ser, por encima de todo, agradable. Lo que no significa ni mucho menos carente de problemas o preocupaciones, sino que los va superando.

Curiosa, aunque con un piloto excesivamente largo -y no bromeo: 80 minutos-, Mijiui Seoul (O)(CS) o 미지의 서울 o Our Unwritten Seoul o Nuestro Seúl por descubrir o…nos presenta a dos hermanas gemelas -protagonizadas por la misma actriz- que no están viviendo las vidas que querrían y que, además, se encuentran separadas. De distancia, pero también emocionalmente. Una de ellas se centraba en el deporte pero tras una lesión vive haciendo pequeños trabajos diversos y ayudando a su madre. La otra se fue a un gran trabajo financiero, pero no es feliz. Un amigo de ambas -o algo- será el que vaya a hablar con la que se quedó en casa, ayudando a que las hermanas se reencuentren y decidan cambiar sus puestos. Esto, que podría ser una película de Hallmark, resulta aceptablemente interesante en todo momento, pero no acabo de entender qué pretenderán contar después de casi hora y media de piloto. No he visto cuántos capítulos tienen pero les da para hacer Guerra y paz. En fin, al margen de esta queja, supongo que si os llama la historia y no os importa la duración puede gustaros. Al fin y al cabo lo bueno de esto del streaming es que puedes pararlo y seguir otro día cuando te de la gana.

Hay días en los que no soy capaz de distinguir si una serie pretenden ser de Organización Criminal o de Loa al Empresario. Supongo que lo que las diferencia es si le han dedicado ya un True Crime o están aún fingiendo que no hay nada que contar. En cualquier caso, Songkhram Song Duan (O)(TA) o สงคราม ส่งด่วน o Mad Unicorn o Unicornio Salvaje o…, es ese tipo de historia tan centrado en la épica y en lo mal que lo pasó el pobre empresario que estoy SEGURO de que han tenido que cambiar todos los datos para acogerse a que es ficción. No ya porque le dejen el culo como un bebedero de patos, sino porque la historia que tratan de contar y el cómo la cuentan… bueno, supongo que descubriremos más de ella… cuando hagan el True Crime.

 


Supongo que esta especie de estreno sorpresa de 90 Minutos (O)(MX) debería de sonarme. Al fin y al cabo parece que coge sus líneas generales de una película ochentera en la que el malvado constructor quiere hacerse con el gimnasio del barrio para construir un rascacielos y solo un grupo de chavales que ganen la competición podría impedirlo. Excepto, claro, que las cosas son un tanto distintas. Por ejemplo, se nos dice desde el principio que los chavales son más bien cuarentones, que el ‘constructor’ tiene untado a todo el mundo y que lo más difícil de la competición es que no salga nadie herido. Porque la serie comienza dejando claras dos cosas, que la pertenencia a esta especie de club de barrio es algo cultural, pero no en el habitual sentido ‘hooliganesco‘ -aunque algo se pueda ver-, y que sus integrantes son gente corriente de clase tirando a baja, con unas vidas y unos proyectos al margen del equipo pero capaces de alinearse con él. El resultado es curioso, poco sorprendente porque ya sabemos cómo va esto -de hecho, lo único que me pregunto es cómo van a lograr darle un final razonablemente feliz a algo que te enseñan desde el principio que no puede ser. Supongo que algún tipo de ‘la fuerza del colectivo está al margen de las corruptelas’. Por lo demás, una serie que logra destacar un poco gracias a su empeño en ser entrañable -ojalá hubieran puesto el mismo empeño en sacar a más mujeres- que supongo que tal y como están las cosas tendrá que valernos.

La idea detrás de Code of Silence (UK) para lograr hacer una obra criminal de estructura clásica -una persona ajena (al menos en principio) al mundo criminal colabora en una investigación- encuentra algo nuevo que contar al poner a un mujer sorda en su centro. Una trabajadora de la cantina de la policía a la que ‘fichan’ para que lea los labios de un grupo de hampones que están preparando ‘un algo’. Hasta ahí bien, incluso con la manera de intentar explicar mediante la fonética y la multimedia cómo es eso de la lectura de labios. El problema, claro, llega cuando hay que desarrollar la idea. A la protagonista le dicen ‘no se te ocurra investigar por tu cuenta’ en varias ocasiones. Os podéis imaginar qué es lo que hace. Y el problema es que no hay una justificación para esto más allá de ‘se aburría’. Que nunca es una gran excusa. No hay una conexión propia, no hay siquiera una infatuación por nadie, y eso es un problema porque ves a la protagonista hacer cosas, meterse en charcos y tomar malas decisiones sin que haya nada que lo justifique. Más que la necesidad del guion. Así que… para la próxima espero que alguien se pare un momento a repasar no solo la idea, también el desarrollo.

Iba a decir que esteThe Kouncil (USA) parecía un sketch de TikTok convertido en unos minutos interminables. Pero, al menos, son solo unos minutos. Así que se ma ocurrido mirar y parece que esto de Peacock Emerging Artist Series es Peacock intentando ver si puede sacar a Emergentes -que vienen a ser gentes con muchos seguidores en interente- con series muy cortas. Y ver lo que pasa. Lo que pasa aquí es que este La cabeza de Herman para mujeres jóvenes probablemente funcionaba mejor en la plataforma que aquí. Posiblemente no hubiera funcionado ni en Quibi. Y está claro que lo que buscan es ver si los influencers -ah, sí, tenemos otras TRES series de este estilo más esta semana. *sob*- tiran del asunto. Pero esta decisión -las series de diez a quince minutos, la decisión de que sean lo más parecido posible a lo que se hace en redes sociales, la evidente falta de medios- parece más pensada para ver quién tiene seguidores como para darle algo más grande y no tanto como para hacer algo que funcione por sí. Sin darse cuenta de que si quieres ver algo que es como lo que hacen en las redes sociales sin un mayor presupuesto o desarrollo… ¡Te quedas en las redes sociales!

En contra de lo que uno podría haber esperado aún no ha terminado en Netflix la intención de ir haciendo versiones de Machos Alfa en distintos países europeos. Hoy le ha tocado a Italia con Maschi Veri (O)(IT) y, por supuesto, aquello no mejora. Así que mejor quedarnos con la idea de que en Europa prefieren esperarse a una versión nacional antes que ver una serie del vecino de al lado. Qué es algo que pasa también en España, claro, no hay más que ver la cantidad de adaptaciones que hay en el cine. Pero bueno. Una más, una menos, y que pase la siguiente.

De alguna manera hemos acabado en un ecosistema de creación de contenido que decide que hay que hacer revoltillos y acabamos con series como Motorheads (USA), One Fast Tree Furious Hill con nepobabies por todas partes. Hecha con más tablas que talento, podría servir para rellenar la programación de las tardes, aunque sospecho que las carreras de coche que tanto énfasis tienen aquí acabarán siendo tan importantes como el baloncesto en la otra. En fin. Hay tantos Momentos Ya Sabes para crear misterios de manera artificial. (Esos momentos en los que dos personajes hablan de ‘algo indefinido’ y para justificarlo uno de ellos dice una variedad de ‘ya sabes’.) que si le meten un oso polar podría ser Perdidos, y con eso y todo no le interesa centrarse en los misterios, solo que sepas que están ahí. Como si fuera una telenovela diaria que tiene que abrir hilos para más adelante. No dudo de que pueda haber un público para esto -cosas más raras he visto-, pero tengo claro que no soy yo.

Me quedé dormido viendo Nain Peojeul (O)(CS), o 나인 퍼즐 o Nine Puzzles o Las nueve piezas del puzzle o…, dos veces. A la tercera lo conseguí. Pero no sé si mereció la pena. Y es una lástima porque pocas cosas me parecen más interesantes que uno o varios asesinatos misteriosos. Con un par de investigadores en su centro. Y la clara decisión de que sean MISTERIOSOS más allá de cualquier lógica. Pero el problema no es ese. El problema es que tarda un siglo. En serio, este capítulo debería de haber sido los primeros quince minutos, no alargar insufriblemente lo que hacen y dejan de hacer unos y otros sin más motivación aparente que rellenar tiempo. Porque no construye personajes, no crea tensión, solo divaga, y divaga, y divaga… En fin, a ver si la próxima.

Hará casi veinte años se estrenaba una telenovela cómica en Colombia, todos esos años después llega una remake que no tengo claro por qué motivo han decidido hacer. Se trata de Nuevo Rico, Nuevo Pobre (O)(CO), que logra que la antigua parezca moderna en comparación. Porque al menos aquella sabía que era una farsa y no se tomaba en serio. Pero no se tomaba en serio a ella misma, no a los personajes. Aquí hay una manera de hacer y presentar que parece obviar que las telenovelas funcionan por los personajes y que hace falta una complicidad con el espectador que difícilmente se va a lograr con lo que quiera que sea esto, con la sensación de ser igual de falto de fondos que la anterior, pero también con la determinación de fingir que es una gran producción. En fin, un desastre. No me extraña que Netflix no le haya dedicado ni un trailer.

Otra de esas series de esta semana de Peacock, Older, Hotter, Wiser? (USA) parece entregada a una influencer de dar charlas, una coach o lo que sea. Así que tenemos a dos personas en un coche intentando llegar a un evento en el que tiene que hablar y con un ataúd. De nuevo, podría valer para un ‘sketch’ o para un rato. Pero en general… no es buena idea, no. Aquí por lo menos que solo sea 10 minutos hace que no sea peor. Pero no me vería el segundo de esto ni cobrando, ni aunque haya momentos en los que la creadora parezca creer que está haciendo Seinfield.

La tercera serie del grupo es esta People Like Me (USA) que parece un delirio artie. Supongo que este creador es algún tipo de artista multivisual o alguna cosa así. Pero la verdad es que parece el trabajo del semestre de un estudiante de audiovisuales. Menos mal que son cortas.

Tyler Perry Tyler Perrea en She the People (USA), su idea de una comedia política que es tan claramente ‘apolítica’ en el sentido Tyler Perry como lo es su humor. Que es, exactamente, el problema. Estoy seguro de que habría maneras de que esto funcionara e, incluso, para los estándares de Tyler Perry no es ni su peor serie. Pero sus momentos mejores momentos son muy puntuales, empeñado como está en machar con lo mismo una y otra vez como si fuera algo divertido.

Parece que Nicole Kidman no estaba disponible esta semana y en Sirens (USA) han optado por que Julianne Moore haga el papel de Kidman de actuar poco y mal en una serie al mismo nivel. Que no digo que Los ricos son espantosos, todo eso horrible, jaja no sea ya un género propio. Lo que digo es que no es interesante. El único gancho es una mujer que va a ver a su hermana, pero no lo hace porque pase ‘algo’ real que constituya un misterio o una narrativa sino porque parece que le han tocado… las narices. Y con esa misma forma de funcionar, dando por hecho que solo por ser ricos son fascinantes, en lugar de crear algún tipo de historia o narrativa que nos hubiera interesado algo primero. ¿Las dos hermanas se llevan mal? Pues lo de siempre en estas series. Que los ricos hacen cosas raras. Pues vaya novedad. ¿Que Juliane Moore y Kevin Bacon… No, la verdad es que yo tampoco tengo claro qué es lo que hacen Moore y Bacon aquí, pero espero que haya servido para pagar sus deudas. Otro en fin.

Supongo que es la semana de series que intentan interseccionar con Seinfield porque en Wàngle wô jìdé (TW) Netflix V , o 忘了我記得 o Forget You Not u Olvidarte, nunca o…, volvemos a encontrarnos con esa idea de meter trocitos de stand-up (o teórico stand-up) en mitad de una narración. Aquí sobre la complicada relación de la protagonista con su padre, en un contexto en el que nada parece funcionarle a la pobre. Ni la relación con su marido, ni su trabajo, ni nada. El stand-up es algo así como su pasión/complemento pero no puede vivir de eso, así que trabaja también de dependienta. Os podéis imaginar el asunto. O no, porque, claro, hay un momento en el que vemos que el padre tiene algo médico. No tengo muy claro qué porque parece que no lo quieren contar. O no todavía. Pero buenoenfin. Seguro que hay algún espectador para este tipo de dramas, pero a mí todo esto me pilla lejísimos. La parte del stand-up debería de tener gracia, la parte del padre lo que dan ganas es de que acabe con él, y el resto es relleno. Pero bueno, supondré que la culpa es mía. Y a otra cosa.

La menos mala de las series de Peacock es esta The Warehouse Phase (USA) que sigue sin ser una buena serie pero, por lo menos, disimula. Aquí tenemos a un joven que logra un contrato como rapero o algo después de haberse hecho viral. Pero claramente no está preparado. Así que aunque hay mucho espacio para ‘la viralidad’ también procura enseñarnos un poco más. Lástima que no sea ni muy original ni especialmente creativo. Pero supongo que, en comparación, gana.


A veces las series son retos. En el caso de Bad Thoughts (USA) el reto parece ser hacer la peor ‘comedia’ de Netflix. Un teórico programa de ‘sketches’ de humor que no sólo no funciona en ninguno de ellos sino que si tuviera que considerar que está haciendo ‘humor ofensivo’ para alguien sería para la gente que tenga que firmar chistes que ni a un tuitero se le ocurrirían, con un James Bond que se caga encima o una película en la que el protagonista tiene sexo con una vieja. Cosas que no tenían gracia hace veinte años en los foros interneteros y que ahora no se puede ver con más que vergüenza ajena. Está claro que Netflix no tiene dinero para producir series porque está muy ocupado gastándoselo en bolsas de excrementos en llamas como esta.

Las decisiones de la adaptación de Bet (USA) son peculiares. Como veremos esta semana es una adaptación que tira por la USAquización del original. Y mira que el original, un manga, ha tenido anime, películas y adaptación a serie de acción real. Un poco de todo. Pero, claro, llegan los americanos y esta historia improbable -un instituto para los poderosos en los que las apuestas son lo que más importa- acaba convertida en un más de lo mismo de institutos de eso que en Netflix parece gustar tanto, pero lo hacen buscando un genérico que incluye intereses románticos, padres muertos y alumnos de instituto con veinte para cuarentaitantos. En fin, qué puedo decir. Supongo que si alguien se quiere acercar a Kakegurui de algo servirá O yo qué sé. La verdad es que todo esto sirve menos para hablar de la serie en sí y más para hablar del estado de la cosa audiovisual estadounidense. Que no es buena.

Se puede ser genérico y agradable, como este Dangsineui Mat (O)(CS), o 당신의 맛 o Tastefully Yours o El Sabor de los Nuestro o…, que parece adaptado de algún webtoon y logra ser moderadamente agradable pero sin ningún borde o estridencia. Lo mejor que tiene son los títulos de crédito. Fuera de eso, la típica historia de romance coreano. En este caso el millonario de turno es el ¿hijo? ¿posible heredero? de un imperio de restauración, la madre dice que le dará la dirección de la empresa a quien logre Tres Estrellas en la Guía Legalmente-No-Podemos-Llamarnos-Michelín y  comienza una serie de competiciones y jugarretas entre los candidatos. En mitad de esto el tipo -que tiene todos los problemas básicos de los millonarios- se encuentra con una joven cocinera que tiene los de la heroínas de estas cosas: Tiene un negocio de restauración propio pero es obstinada y no quiere hacerse publicidad y es muy tiquismiquis y blablabla. Total, que para el final del capítulo él parece fuera de juego, ella parece que tendrá que cerrar, y su encuentro ha sido un completo desastre para ambas partes. Lo que significa que tenemos por delante un romance cozy cozynillas. No hay mucho más. No hay mucho menos. Pero hay gente que prefiere tener esto a música cuando le toca planchar.

Genérico de serie de acción de fondo setentero, este Duster (USA) lo hemos visto tantas veces que la duda es si se trata de un reciclaje. Bueno, eso y si el piloto realmente tenía que ser tan aburrido. Teniendo en cuenta que lo mejor del mismo son los títulos de crédito que prometen algo bien distinto. Pero supongo que si quieres hacer una serie sobre la primera mujer afroamericana en ser agente del FBI y lo que se te ocurre es que sea poco menos que una secundaria en su propia serie con El Tipo Blanco Encantador y Canallita como protagonista otra vez y siempre, metiendo desnudos para que quede claro que son cosas adultas y en la que lo más destacable es el pelucón del protagonista… Pues bueno. Tendrá su público, no soy yo.

No tengo muy claro si este Franklin (O)(LB) es un drama romántico disfrazado de serie criminal o viceversa. Lo cierto es que la trama central de la falsificación de billetes no parece tener demasiado recorrido. Pero la trama romántica aún tiene menos. Así que yo qué sé. Sea la que sea no es para mí, para mí solo había desesperación por la forma de extender en el tiempo y la narración de las cosas.

No sé en qué momento pensaron los de Channel 5 que rodar en Euskadi (y Cuenca) como si fuera UK era algo que no se iba a notar, pero bueno. Lo cierto es que este The Game (UK) da la sensación de ser un tanto genérico, algo que hubiera funcionado mejor como telefilme -aunque, al menos, son solo 4 capítulos. Una de esas organizaciones de ‘un capítulo cada día durante cuatro días consecutivos de lunes a jueves’, que los ingleses hacen a ratos. No hay mucho más, un policía que se retira con un caso sin resolver, un vecino nuevo que se muda junto al poli y la duda de si se trata del asesino que está tocándole las narices o si es que está perdiendo el juicio (el poli, claro). Así que… no hay mucho más. pero supongo que a quien le pueda interesar esto -incluyendo el hecho de que pusieran este genérico The Game, por lo visto el original era Catch You Later– le parecerá bien.

Es una pena esto de que ahora las telenovelas de Ricos y Famosos tengan que ser como Sucesión, porque a este Kull (O)(IN) – o Kull: The Legacy of the Raisingghs – le hubiera ido mejor siendo una telenovela con asesinato de las de toda la vida (o, al menos, de las de los ochenta) con todo el despendole que hubiera entrado. En su lugar se empeñan en que todos sean lo peor posibles y busquen el poder pero como si estuvieran en la consulta del terapeuta. Así que buenas intenciones, malas realizaciones. Qué le vamos a hacer.

Supongo que parte de mi problema con Murderbot (USA) es haberme leído los libros originales. Si no lo hubiera hecho pensaría que se trata de un más-de-lo-mismo con ribetes cifi, a mayor gloria de Alexander Skarsgård, y con un cierto sentido del humor. Lo que en tiempos solía ser una producción de Syfy… pero con más dinero. Quizá penséis «Ah, sí, de cuando SyFy producía series propias o en coproducción». Y a eso os señalaré que ahora mismo tienen cuatro en emisión. Pero no nos perdamos. Decía, este más-de-lo-mismo que parece pensado para tener de fondo mientras planchas con un estilo y fondo nada lejano de lo que SyFy hacía hará unas dos década es engañoso… porque los libros funcionan de otra manera. Pero se ha podado, limado y raspado cualquier cosa, se ha decidido ‘estandarizar’ todo lo que se saliera un mínimo -y digo mínimo porque son libros muy lejos de ser rompedores, lo cierto es que lo más sorprendente es que lo que se cuenta y cómo se cuenta habría sido poco menos que lo normal hace una década. Sin necesidad molerlo y simplificarlo. Y es precisamente eso lo que hace que sea un problema. Estamos acostumbrados a ese tipo de adaptaciones, aunque de entre las posibilidades esta no sea de las peores. No es el espanto de The Watch. No llega a ser tan mala como The Rook -aunque es el mismo tipo de adaptación-, y quizá esté en línea con The Dresden Files.  Que, al fin y al cabo, fue una serie de SyFy hace dos décadas. En fin, qué le vamos a hacer si nos hemos acostumbrado a un tipo de mediocridad distinta. Supongo que planchar.

Lo primero que hice cuando terminé el piloto de Overcompensating (USA) fue irme a buscar este Benito Skinner de donde salía. Escribir y protagonizar una serie de claros tintes autobiográficos no parecía el comportamiento habitual en la cosa estadounidense. Por supuesto es ese eufemismo del ‘creador de contenido’, más o menos cómico. De esa manera es más comprensible tanto las caras famosas que van haciendo cameos como que le hayan dejado hacer una de Universitarios descubren la vida en línea con lo que hemos podido ver en Grown-ish, La vida blablabla de las universitarias o Greek. Con un éxito similar, es una serie agradable, con protagonistas más o menos arquetípicos, un par de giros -el protagonista cuenta cómo estaba en el armario cuando comenzó la Universidad, intentando conciliar su realidad con esa imagen de Chico de Oro que había construido. Cómo si fueran incompatibles. Además de eso su ‘latinidad’ pasa a ser parte del otro gran personaje de la serie, su mejor amiga- y poco más. Nada que vayas a disuadir a alguien de ver, probablemente tampoco algo que vayas a recomendar. Pero al menos es agradable.

El genérico de ¿thriller doméstico?, la verdad es que ya no sé ni cómo llamarlos, de esta semana de Netflix es Reservatet (O)(DI), que presenta de nuevo un mundo con dos ‘alturas’ en el que una señora de buena posición y mejor casa se encuentra con que la asistenta filipina de unos vecinos desaparece de la noche a la mañana y a nadie parece importarle. Por supuesto entramos en Urbanización llena de secretos y todo aquello, pero lo más sorprendente es la capacidad para tener ahí poder diferenciar los dos mundos y quedarse en la puerta diciendo ‘que malos estos ricos que no se preocupan ‘ sin que la protagonista pase de ahí. Que lo mismo es porque estamos en el piloto pero, sinceramente, no tiene pinta. Pero bueno, al menos son capítulos de menos de 40 minutos y una trama visible, que parece pensada para ponerla de fondo durante la siesta. Incluso pese a los momentos de veleidades de sexy-thriller que no sé de dónde les sale. Supongo que vale con ir avisado.

Pues aquí estamos, Serpientes y Escaleras (O)(MX) tiene a su favor un diseño -sobre todo en cuanto a la ropa- que intenta algo. Que ya es más que el resto de la propuesta, una especie de versión de la manida ‘persona sin poder se encuentra intentando ascender mientras dos partes contrapuestas la cortejan por un motivo moderadamente estúpido’ que Manolo Caro hace a mayor gloria de él mismo. Así que poco interesante pero muy petulante y copiando un poco de cada lado mientras finge ser original. La rutina de costumbre.

Cuando una serie animada adulta -mis enemigos jurados- toma la decisión de Super Team Canada (CA) y se coloca en un momento indeterminado entre los ochenta y los dos miles sabes que si idea de humor va a ser más la de aquellos años de [adult swim] y TV Funhouse, una lástima porque desde The Awesomes tenemos un hueco disponible para la comedia superheroica que no se arregla con chistes anticuados de George Bush Hijo disparando al aire sus pistolas. Sí, ese es el nivel.

No sé lo que esperaba de esta Tangeum (O)(CS), o 탄금 o Dear Hongrang o Querido Hongrang o…, pero claramente había alguien tomándose muy en serio el hacer una serie de época alta en drama, con toda una serie de elementos de intriga, algo de ambigüedad en lo fantástico, y más guaro por un acierta sordidez y un cierto gore que no parecía ajustarse al cuidado con los trajes y el resto de elementos. Pero bueno, es adaptación de una novela que luego fue adaptada al cómic y blablabla, así que parece que la intriga principal funciona. La intriga, por cierto, va de una familia poderosa de comerciantes. El padre es una figura clave del comercio, la madre está decidida a marcar su estatus y los hijos son hijos. Hasta el día en el que el pequeño desaparece, quizá raptado, y en parte se culpa a la hermana mayor de haberle escondido un amuleto protector (?), el chaval no aparece así que la familia ‘adopta’ a un niño para que sea su heredero varón. Y parece que algo surge entre él y la hija. Al menos hasta que uno de los incesantes ‘hijos’ que aparecen parece ser el de verdad. Pero también parece que algo le sucedió y que hay toda un aura oscura a su alrededor. Además, claro, su hermana y el otro no se fían. Pero también se implican muchas más cosas. En fin, que pese a la duración de los episodios -una pelea tan perdida con los surcoreanos como con los españoles – logra ofrecer un piloto competente con multitud de tramas que seguir y personajes por medio. Supongo que es fácil de recomendar, al menos a los fanses.

¿Tiene Netflix una gestión de versiones? Porque esta serie de Países Bajos, esta Voetbalouders (O) (PB) sobre un grupo de padres de los integrantes de un club de fútbol infantil parece el tipo de cosa que hemos visto mil veces, con distintos tipos de madres y de problemáticas. No tanto entre los pequeños como entre los mayores. ¿O quizá es que parte de las tramas parecen sacadas de Amandaland? Que ya de por sí no era una gran extensión de Motherland. Al final acabé buscando si era una adaptación. Se supone que no. Pero lo cierto es que no puedo quitarme de la cabeza esa idea de que todo se parece a todo todo el rato.


Basado, por lo visto, en una novela juvenil de Judy Blume, me temo que Forever (USA) es un más-de-lo-mismo de jóvenes encontrándose con los cambios de la vida. Nada especialmente complicado o -dios nos salve- provocador. Como mucho que ahora son afroamericanos y eso permite un par de comentarios tangenciales, pero nada que impacte significativamente en este piloto. Así que… bueno… si alguien quiere una serie sencillita de ‘maduración’ o como lo quieran llamar, supongo que esto, que es tirando a blando, puede servir como punto de partida generalizante.

Es curioso cómo este Gram Chikitsalay (O)(IN) entra perfectamente en esa mirada a la ruralidad india de la que hemos estado hablando en esos últimos meses y, a la vez, logra ser algo distinto. Porque esta vez el ‘funcionario’ que se encuentra con un destino rural no es alguien que lo odie o que quiera largarse, sino una persona que está decidida a hacer su trabajo… aunque la gente se fie tan poco del gobierno que prefiera antes ir a un curandero -magníficamente interpretado por Vinay Pathak– enfrentándose tanto a ese, digamos, desapego como a los problemas burocráticos y -eso sí- la particularidad de las gentes. Agradable, bienintencionada y dentro de lo que comentábamos antes, que hace imposible no pensar en -digamos- Panchayat, que últimamente no dejo de mentar. Todo lo cual hace que se encuentre un tanto por encima de la media. Tampoco muchísimo -habrá que ver cómo la hacen evolucionar- pero ya es algo para comenzar.

Sorprendentemente efectiva mezcla de comedia romántica de la de toda la vida -el punto de partida es casi el de una película de Hallmark- y un punto de telenovela amable, este  The Royals (O)(IN) confía sobre todo en tres cosas. Esa amabilidad en la que se escuda para que entendamos que es una serie que tampoco va a tomarse no tanto en serio como ‘en real’, la espectacularidad casi exotizante de los lugares y las ropas, y el carisma de sus protagonistas. Especialmente Ishaan Khatter, que parece estar aprovechando a tope el haber nacido dentro del mundillo de la interpretación india. En medio de este reparto de secundarios bien dibujados, con tramas claras y sencillas, casi podríamos decir que estamos ante la netflixación a serie de una película de tarde hecha en un país pero pensada para consumir fuera de él. Veremos cómo continúa, que no es algo que suela poder decir de estas producciones con facilidad.

Siguen las croquetas de Star Wars: Tales of the Underworld (USA), lo cierto es que ya me había visto el piloto y considerado lo mucho que se parecía a algo… Claro, a Tales of the Jedis y Tales of the Empire. Parece que el formato Tales of… ha cogido fuerza en Disney para celebrar el 4 de mayo. Y el resultado es el habitual, historietillas sueltas con dos personajes llevando cada uno un lado, dividido en tres episodios por personaje hasta completar los seis que tienen en total. Pues bueno.

 


Hay alguna cosa buena en este Astérix & Obélix : Le Combat des Chefs (O)(FR), pero me temo que las… ¿malas? ¿desconcertantes? son más. No explican por qué se llama El combate de los jefes, sobre todo porque  de la historia de aquel cómic no hay nada. Hay un inicio genérico, hay una pseudoversión de otro cómic, y acaba cambiando cosas fundamentales de la historia que, además, no tenían mucho sentido con lo que contaba aquella historia original. Luego ya hay otra serie de detalles que, sinceramente, me han dejado con la duda de si lo hacían en serio o en broma. Por otro lado el juego con las onomatopeyas y el color plano logra en ocasiones que ese aspecto de muñequitos de regalo de pastelitos sea algo más perdonable. En fin. Decisiones fueron tomadas.

Alguien pensó en hacer una serie sobre uno de los primeros y más importantes nombres de la cocina francesa, y otro alguien -tiene pinta- decidió que eso no vendía pero que iban a hacerla igualmente. De esas cosas acabó naciendo Carême (O)(FR), ejemplo de esas obras que necesitan sacarte sexo según empieza no vayas a pensar que el público al que va dirigido es adulto. Al final es el problema clásico de estas series que quieren ser ‘de época’ y que acaban siendo un batiburrillo de cosas con todo el paquete de sexo, violencia, imágenes escabrosas, intrigas políticas y personajes históricos conocidos. Una obra mediocre, un más-de-lo-mismo, que es lo que pasa cuando lo que quieres es ofrecer rancho a la soldada y no contar la historia concreta de esa persona determinada.

¿Por qué Netflix ha decidido adaptar El Eternauta (O)(AR) para hacerla lo más parecido a tantas otras cosas que ya hemos visto -sin salir de Netflix, la danesa The Rain que duró varias temporadas… hasta la llegada del COVID- y no precisamente para reforzar las ideas políticas. De hecho es tan ‘colorea por números’ que el inicio sirve para establecer el problema pero no para establecer la extrañeza, como en el cómic original. Y eso sin ser yo especialmente fan del cómic. Pero, claro, comprar para hacer genérico pues en fin.

Creo que no he visto en mucho tiempo una comedia más perezosa que The Four Seasons (USA) , todo parece hecho siguiendo no ya raíles sino la ley del mínimo esfuerzo. Y se supone que esta gente es divertida o algo. Tiene más mérito aún porque… es la adaptación de una película. Quiero decir, ¿cómo puedes adaptar algo que ya exista y que parezca que, pese a que te den la mayor parte del trabajo hecho, lo estás haciendo sin ganas? Sobre todo si tienes que actualizar algo de 1981 y lo único que se te ocurre es… esto. Pues si ellos no tienen gana de hacerla imaginad la que puedo tener yo de verla.

Supongo que tiene sentido que una serie francesa tenga un título tan español como Malditos (O)(FR) si lo que te vas a encontrar podría haber sido hecha perfectamente aquí. Una trama de esas de Organización Criminal, pero flojita, porque son los tratos que no se deberían de haber hecho, la desesperación y la inevitabilidad del desastre lo que manda en esta serie que, inevitablemente, parece más pensada como genérico de serie española que como algo que aproveche o reivindique cosas como poner a una matriarca gitana y sus dos hijos en el centro, no digo ya la idea de que están perdiendo su hogar por la subida del nivel del mar. Por supuesto no parece que ninguno de los actores -de los protagonistas al menos- sea gitano, porque de ellos solo necesitan los topicazos -no soy capaz de entender lo de los toros-, incluyendo volver a usar la idea de feriantes -que hace pensar que estaban reutilizando decorados y elementos de Killer Coaster– así que… Nopes.

Quizá la idea detrás de Suspect: The Shooting of Jean Charles de Menezes (UK) no sea justificar lo injustificable, pero lo parece. El gusto de los británicos por el true crime lleva regularmente a este estilo de dramas que está a dos minutos de ser docudramas pero deciden que es mejor una mezcla.que tire más hacia la ficción para quitarse las culpas de lo que quieran. Algo que no le funcionó a los estadounidenses con Good American Family y que, claramente, tampoco va a funcionar en esto que se dedica a explicar y justificar un contexto para que la poli tiroteara a un tipo que pasaba por allí. Sí, muestra incompetencia, y también miedo, pero ni muestra, ni reflexiona, ni le importa hablar de los problemas estructurales que permiten que alguien tirotee a un inocente y lo que tengamos sea a gente justificándolo. Por supuesto lo hace aprovechando para hablar también de los malvados terroristas islámicos. No vaya a ser que la poli sea la mala en algo que la poli hizo. En fin. Un despropósito cuya única utilidad es demostrar cómo todo -incluido el ‘true crime’- puede ser ‘copaganda’ si lo deseas fuerte..


Algún día entenderé estas ideas de pilotos. Pero no será hoy. Porque en Cheongukboda Areumdaun (O)(CS),  o 천국보다 아름다운 Heavenly Ever After o Hasta que el cielo nos reúna o…, se pasan como 45 minutos de presentación del personaje principal y sus circunstancias. Una presentación que ciertamente merece el interés que se le pone, pero que resulta casi mejor que lo que viene después. La historia es la siguiente, una señora de unos ochenta años se dedica a la recolección de deudas. Tiene a una ayudante/amiga/guardaespaldas y cuida de su marido, que lleva postrado años por un accidente. Toda su vida se centra en esa dicotomía entre cuidar y hacer todo lo posible porque la vida de su marido sea mejor y seguir adelante con su negocio de préstamos y recuperaciones de deuda. Como digo, una historia interesante. Y entonces muere el marido. Y un año más tarde -como quince minutos después en total- también ella. Y ahí, UNA HORA MÄS TARDE, comienza la serie DE VERDAD. Porque el asunto es que ambos van a lo que les dicen que es El Cielo. Solo que él llegó antes, y ella después. Y cuando ella va decide que su aspecto será el que tenía cuando murió. Pero su marido resulta que decidió ser más joven. Esto, más algunas cosas que no acaban de estar muy claras -el funcionamiento del cielo es a la vez muy claro y caótico, la necesidad de Metáforas hace que sucedan cosas con poco sentido, se le dice que una vez muerta no tendrá dolores pero como tiene 80 años le duelen las rodillas y tiene problemas para moverse etc- son lo que lastran el resultado, porque la vida en la tierra es bastante más interesante como serie que esa especie de comedia romántica rara que parecen haber montado con los mimbres de Good Place. -Al final del capítulo te avanzan la evolución del tema, que es algo NORMAL porque un piloto tan mal planificado no te está contando de qué va la serie, y te deja ver que quizá el amor de la pareja por parte del hombre no está tan claro, al menos no tanto como lo tiene la protagonista, y que en el cielo tienen que hacer cosas y, además, pueden acabar en el infierno. Sinceramente, con un cielo tan insufrible no sé cómo podrían empeorar las cosas en el infierno-. La verdad es que no creo que la siga viendo. Pero si en Netflix deciden hacer la serie de la anciana cobradora de deudas con su ayudante y blabla que sepan que de esa sí que me veía mínimo los tres primeros capítulos.

De alguna manera Étoile (USA) responde a la pregunta: ¿Qué hubiera pasado si Sherman-Palladino hubiera ido a hacer Bunheads pero Amazon le hubiera dicho que lo que quería era otro Mozart in the Jungle? La pena es que de la productora se van viendo solo ráfagas, porque sea por las intermediaciones o por las incapacidades la cosa queda farragosa, lenga y no demasiado interesante. Que le podemos dar el beneficio de la duda, pero que está muy lejos no ya de lo que fue el piloto de Mrs. Maisel sino, incluso, el de la propia Bunheads. Supongo que esos rasgos y el ‘por ser vos quien sois’ tendrán que valer para darle más oportunidades, pero si no fuera por eso no creo que yo estuviera muy por la labor.

Parece que ahora todo tiene que ser Sucession. Porque esta serie I, Jack Wright (UK) se esfuerza TANTO TANTÍSIMO en ser Inteligente que se le olvida que, además, tiene que tener un mínimo de coherencia. De hecho, hay un par de momentos en los que da la sensación de que no saben cómo van a arreglar el lío que han montado. Y eso que no se han complicado mucho. Un millonario muere, parece un suicidio pero todo el mundo desconfía, sale el testamento y le ha dejado la empresa a su nieta y a su esposa e hijos poco menos que en la calle. Hay como una docena de sospechosos entre la primera esposa y su nuevo marido, los dos hijos de aquella, la difunta segunda esposa no porque está difunta  pero la hija de ese matrimonio resulta que está desaparecida, y luego la tercera mujer y sus dos hijos, una de las cuales recibe algo en la herencia, el otro no se lleva nada. Que creo que nada dice más claro «amigo, hazte una prueba de ADN» que esto. Pero lo tratan como un misterio también, en fin. Y luego está la ayudante personal, que lo mismo iba para cuarta mujer, a saber. Y un par de miembros del servicio de la casa o la empresa. Tanto da. Porque te dejan caer que la mujer actual podría tener un lío. Y te dejan CLARO que la nieta lo tiene. Y que es ‘un tipo sospechoso’. En fin. Pero, claro, todo lo llevan a la discusión de la cosa empresarial y de quién esperaba qué y se ha encontrado con otra cosa. No solo eso, además deciden que lo ‘inteligente’ es hacerlo en dos tiempos. Comenzando por un documental dos años después de la muerte, en la que no vemos al equipo técnico pero en la que van declarando unos y otros. Y ahí también hay una ‘sorpresa’ porque uno de ellos está en la cárcel. ¿Qué pretendían conseguir con esto? Pues, como digo, creo que ni ellos mismos lo saben. Porque la hija desaparecida no aparece en esta segunda vuelta, y las declaraciones son suficientemente vagas. Así que da la sensación de que alguien tenía un concepto para serie, uno que no tenía claro cómo desarrollar. Y así y todo ha hecho la serie. Sin saber por dónde va a tirar o cómo lo van a contar que resulte coherente. En fin.

¿Os imagináis si alguien hubiera decidido que The Newsroom tenía que tener en su centro a una versión de House?  Pues aquí estamos, con otra de esas veces que Netflix coge la distribución internacional a la vez que el estreno en su país de origen, este Kyasutâ (O)(JP),  o キャスター o News Anchor o El Presentador o…, sigue a un presentador que llega para revolucionar un telediario. Lo hace con unos medios más que particulares, contradictorios casi todo el rato porque el que marca los tiempos es él. No solo hay un parecido con House en esto, también en la forma que han buscado al actor y, claro, en la frase que va repitiendo: Hay que ver las noticias como si todos los días fueran el día de los inocentes. Por supuesto luego meten tramas que podrían ser de una romántica, dan giros sobre si mismos y, en general, parecen más preocupados por hacer algo sensacionalista antes que por hablar de periodismo que es algo que ni está ni se le espera en todo el capítulo. Pero supongo que como rareza tiene su gracia. Y su hueco en el repaso al periodismo televisivo ficcional, claro.


Sinceramente, pensaba que #1 Happy Family USA (USA) iba a gustarme. Vale, tenía pinta de ser Padre de Familia con el estilo de diseño de Persépolis y una animación flash. PERO detrás estaba Ramy Youssef, que hizo un buen trabajo en su propia serie: Ramy. Pero no, esto es casi tan malo como una serie de [adult swim], no solo porque parece querer hacer su propio Todo el mundo odia  Chris, también -sobre todo- porque los tonos, estilos y humores van variando como si buscaran a alguien. Que no está ahí. Incluso cuando logran un acierto rápidamente lo estiran, o lo entierran en cosas nada interesantes. En fin, que no puedo recomendar la cosa esta.

No tengo muy claro qué pretenden decirnos con Eonjenganeun Seulgiroul Jeongongui Saenghwal (O)(CS), o 언젠가는 슬기로울 전공의 생활 o Resident Playbook o…, pero voy a asumir que es que los trabajos se hacen porque te pagan y que los médicos son un colectivo insoportable de tratar. Porque la manera en la que tratan a los residentes del hospital universitario de la serie hace que sólo el que necesiten dinero -cosa que se recuerda varias veces y con insistencia- explica que sigan allí. No es un trabajo duro por la presión o la responsabilidad sino por los jefes y compañeros. Y el principal motivo por el que lo hacen no es por ayudar a la gente, es por dinero. Una visión capitalista -no sabría decir si son conscientes de lo anticapitalista que es mostrar esto así- que contrasta con varios giros y estilos que parecerían pertenecer más a la comedia romántica. Pero se ve que quien sea que lo hiciera no tenía su día.

Es curioso cómo este The Feud (UK) logra parecer una serie hecha por Lifetime más que las series que hizo Lifetime. Quizá sea por los medios limitados, o por las intenciones aún más limitadas. O porque tiene ese estilo de llamarse Mancomunidad Letal o algo así. Una pareja que parecía decidida a mudarse en lugar de eso piensa en hacer una reforma para expandir la cocina. Él está en paro, ha dimitido de su trabajo por algo. Ella es abogada. Y la gente del barrio de ¿chaletes? La verdad es que tienen una pinta peculiar pero no parecen adosados. En fin, lo que decía, que la gente del barrio parece al menos tolerarse. Hasta que esa idea de que uno de ellos haga reformas parece remover todos los secretos y problemas del barrio más allá de cualquier idea de sensatez. Quiero decir, cualquier comunidad de propietarios está muy cerca de la desazón y el drama pero cuando empiezan con un ‘presente’ hablando de ‘el asesinato’ para pasar a hace un mes… definitivamente la decisión de crear esta especie de melodrama telenovelesco y tomárselo en serio la hace parecer más ridícula que cualquiera de las teóricas historias humorísticas de vecinos que sufrimos en la televisión española.


*Suspiro* Bueno, pues aquí estamos con otro genérico de thriller nórdico, nordic noir o lo que os dé la gana llamarlo. Este Glaskupan (O)(SU) tiene un piloto con dos problemas claros: Poco que contar y además nos lo sabemos. Hay bastante exposición para presentarte gente pero el centro en sí es sencillo: Una joven profiler fue raptada de pequeña e introducida en una caja de paredes de espejo… hacia dentro, hacia fuera se ve como el cristal porque claro. Total, que salió de allí pero nunca supo por qué o quién la raptó. Fue adoptada por el jefe de los polis y ahora regresa. Dos minutos más tarde hay un asesinato y otro secuestro. Ay, mecachis. Por supuesto para todo esto se pasan ni sé los minutos. Así que bueno, supongo que si no tienes mucho problema en ponerlo de fondo y hacerle caso digamos cada un cuarto de hora lo mismo sirve como ruido blanco que tener de fondo. O yo qué sé.

-No se me ocurre ninguna idea concreta por la que decidieran hacer Government Cheese (USA), teniendo en cuenta que parece la bastardización de cosas que funcionarían si tuvieras al original. A ratos parece que querría ser algo de Wes Anderson, en otros momentos parece que hubiera querido ser una serie de Norman Lear, Greg García o, claro, todo ese movimiento sitcom afroamericana de los noventas. Pero, claro, para todo hay que valer. Y ni los actores logran defender a los personajes ni la historia – que pese a tener alma de sitcom dura más de 40 minutos en su piloto por el método de estirar cualquier cosa hasta que uno pierda la esperanza – merece el tiempo. Total, que al final el resultado es, como suele ser en estos casos, la demostración de que en Apple TV+ sólo saben quemar dinero con la esperanza de que en una de estas salte la liebre. Y no tiene pinta, la verdad.

No hay mucho que decir de Istanbul Ansiklopedisi (O)(TU) porque es una de esas series que va poniendo a dos personajes a hablar en distintos sitios. Van cambiando los personajes, y los fondos. De vez en cuando meten un plano general o sale más gente a decir una frase extra. Pero lo fundamental es eso, casi una obra de tesis. Una joven llega a Estambul desde su pueblo, a convivir con la mejor amiga de su madre -con la que esta había perdido el contacto- y, por supuesto, hay un choque entre ellas. La joven acaba de llegar y cree que todo es posible, la mayor no ve la forma de romper con la ciudad y su carga. Por supuesto luego empiezan las tramas propias de ‘conocer jóvenes y la vida en la ciudad’ de la una (que casi parece una Emily en París de su propia tierra) y de ‘qué hartura la mediana edad y vivir aquí’ de la otra. Por supuesto al final del capítulo hay un choque entre ellas pero dejadme que os diga que para el final de la serie estoy seguro de que cada una habrá aprendido algo de la otra y ambas habrán llegado comprender mejor a la ciudad con sus claroscuros. En fin.

Una sensación extraña esta de estar viendo algo que estás seguro de que va a gustar mucho a la gente que lo vea… pero no a ti. Me ha pasado con Just Act Normal (UK), que por un lado me ha parecido la clásica historia de ‘grupo de chavales sin adultos tratando de escondérselo a los otros adultos’, igual que noto la necesidad de intentar meter capas y funcionar de fondo más o menos compleja. Pero ni me lo creo, ni me interesa, ni creo que la posibilidad de meter una excusa racial o de tratar temas difíciles sirva de gran cosa. La trama de la gallina -que es algo real- podría haber sido de algún extraño capítulo de Ravioli, por ejemplo. La forma de ser y actuar de la hermana pequeña cada día está más cerca de ser un estándar -por ejemplo en la película The Angry Black Girl and Her Monster– y la mayor contando el tiempo para llegar a esos 18 y poder hacerse cargo de los otros dos… Pues eso. Lo de siempre. Y, sin embargo, me queda la sensación de que habrá gente que descubrirá cosas en ella. Pero bueno, raro es que no tenga que decir aquello de ‘Está claro que no soy su público’. Aunque aquí sea por otro motivo.

Supongo que la idea de hacer crítica social desde el terror es lo que mueve a Khauf (O)(IN) a dar tantas vueltas sobre lo mismo. Lo cierto es que el punto de partida de una mujer que se muda a un nuevo apartamento en el que está claro que ‘algo’ pasó, que sus vecinas le esconden ‘algo’ y que hay ‘una presencia’ necesitaría un poco más de brío. No porque crea que hemos visto suficientes ficciones sobre ‘la culpa es del capitalismo’ con el problema de la vivienda, tengo más dudas con la manera de abordar ‘la violencia contra las mujeres’. Pero bueno, supongo que al menos están intentándolo y que toda esta ambientación oscura y regodeándose en lo cutre es su idea de crear atmósfera. No estoy nada convencido pero lo mismo alguien está interesado por ahí. Cosas más raras se han visto.

La adaptación de la novela de Flanagan The Narrow Road to the Deep North (AU) parte con la desventaja de tener que adaptar la novela de Flanagan. Una de esas obras de señores muy señores en las que habla de engañar a gente -el protagonista primero se lía con la mujer de su tío, más adelante le es infiel a su mujer-, de ser torturado en la guerra -que habiendo nacido Flanagan en el ’61 os podéis imaginar que de primera mano no es-, de lo malos que son los extranjeros -sección asiática, pero los pone tan malos tan malos que los ingleses le dieron en Booker– y de sentir sentimientos -suyos, claro, al resto que le den, como mucho una variedad de soldados masculinos para hacer los diferentes arquetipos-. Total, que con esos mimbres tenían que hacer esta cesta. Que como novela es muy apropiada para que los ingleses le den un premio o para vendérsela a los lectores del Bahbelia. Pero para una serie en 2025… Así que el hecho de tener un piloto que no pase el Bechdel-Wallace no me extraña. Quizá un poco la decisión de sacar todo el sexo que puedan pero siempre en el borde de una producción S. De hecho hay un momento en el que muestra al grupo de prisioneros en el tren, una amalgama de cuerpos que parece una orgía cuando debería de ser todo lo contrario a eso. Pero, en fin, la gente.No sé quién puede ser el público de esto, pero supongo que alguien habrá porque hay gente pa’ to’.

La obsesión con el Fenómeno OVNI como algo internacional llega hoy con los polacos de Projekt UFO (O)(PO) pero deciden unirlo al totalitarismo -por algún motivo- y hasta meter una especie de crítica que incluye a un hipnotista. Nada nuevo. Nada interesante. Y, por algún motivo, el que parezcan creer que Fargo es la obra a imitar dentro de lo posible no mejora tampoco mucho las cosas. Diría que espero que una vez establecido el punto de partida tengamos algún desarrollo en condiciones pero no os voy a mentir: No tengo intención alguna de ver más allá de este piloto.

Supongo que los ecos de Yellowstone van a acabar siendo los que causen toda esta serie de, vamos a llamarlo, telenovelas de vaqueros. Aunque esta Ransom Canyon (USA) es más Virgin River de lo que debería de querer sus productores… salvo, claro, que fuera eso lo que estuvieran buscando. Que todo podría ser. Supongo que si te pones uno después de comer no va a ser algo peor que lo que te puedes encontrar en España con cierta regularidad. Incluso aunque estos no sean perfumistas, marqueses, salones de té o… supongo que asturianos… Pero estoy divagando. Los primeros diez minutos o así son completamente ridículos. Un viudo, su cuñado, una fiesta para el hijo del viudo, un coche regalado, una bronca, suceden cosas. En fin. Por supuesto hay mucha empresa, mucho sentimientos. Vamos, solo echo de menos algún asesinato misterioso que investigar.

En algún momento tendré que escribir sobre el NacelleVerso. Pero no será ahora y no será aquí. Pero es necesario explicar un par de cosas antes de hablar de RoboForce: The Animated Series (USA) porque parte de la historia necesita de su contexto. Y el contexto es que Nacelle está comprando los derechos de viejas series de dibujos de los ’80s y los ’90s para crear un universo en teoría compartido. Y para eso se ha ido por una serie de obras más o menos olvidadas. Probablemente la menos olvidada sea los Moto-Ratones de Marte. En esa línea entra esta RoboForce que está basada en los clásicos muñecos que tuvieron adaptación a serie de animación. Solo que esa serie no logró gran cosa porque en realidad no pasó de un piloto de presentación. Por supuesto todo eso se ha incorporado aquí, presentándonos a los RoboForce como unos robots creados hace años que se vieron eclipsados por otros más avanzados e interesantes. Una manera de dar una explicación dentro del universo pero también de hacer un guiño al éxito que los Transformers, Voltron e -incluso- GoBots supusieron para esta RoboForce que se vio rápidamente barrida. Pero, claro, aquí lo que tenemos es la primera serie de animación de Nacelle, Y con eso y todo solo han logrado vender seis capítulos. Así que parece que no vamos a tener mucho más. Al menos de momento. Al menos viendo que el tono no está muy claro. En general parece una serie creada para [adult swim] pero con un argumento y desarrollo tirando a infantil. Como si no pudieran pasar más allá del humor infantil que se le presuponía al original. No es la mejor de las decisiones, desde luego. Pero supongo que si estás lo suficiente en los robots lo mismo te interesa. Incluso aunque no parezca la mejor de las ideas posibles.

Como si estuviera diseñada para elevar mi opinión sobre Murdoch Mysteries, este Sherlock & Daughter (USA) logra malgastar el piloto sin resolver caso alguno. Mostrándonos una serie de aventuras e insertos que poco o nada aportan y una imagen general que parece más sacado de Detective Consultor o de los viejos videojuegos noventeros del personaje que de cualquiera de otras mil versiones que hemos visto. Claro que desde el principio dejan claro que esto es el resultado de una tensión en la que no se atreven realmente ni a dejar claro si es o no la hija de Holmes. Así que además de todo lo demás es una serie cobarde. Total, que como material para una nota al pie sobre las adaptaciones del personaje tiene un pase. Para todo lo demás… no merece la pena ni acordarse de ella.

Parte The Stolen Girl (UK) de una premisa notablemente ridícula pero muy inglesa: Una familia que parece de dinero (hasta que te fijas bien) deja a su hija pasar la noche (hacer una fiesta de pijamas, pijamada o como lo queráis llamar) con la hija de otra familia que va a su mismo colegio pijo y parece tener más dinero que ellos. Cuando pasa a recogerla al día siguiente todos han desaparecido. Así que tienen que ir a la poli a que la madre -porque esto siempre va de la madre- sienta que es una mala madre por… no sé… ¿no comprobar los antecedentes de la otra familia? ¿No haberles sacado fotos? En fin, cosas de ingleses. Mientras todo esto que no deja de ser una película de Lifetime para después de comer con mejor presupuesto y dicción va contándonos también sobre las policías al cargo del caso y sobre una reportera con instinto y blablabla, y uno se pregunta en qué libro de una autora de pseudosuperventas estará basado esto (no miréis que ya lo he hecho yo: Alex Dahl) y por qué es todo tan genérico. Incluyendo el marido poco de fiar. Y una protagonista -la madre- que se pasa sufriendo TODO-EL-RATO. Supongo que luego vendrán los inesperados giros de acontecimientos, secretos del pasado y demás chorradas de este tipo de historias. Pero bueno, este rancho puede servirle a alguien que, digamos, quiere algo al que prestarle media atención mientras plancha, o que le gusta ver de sufrir y de sufrir. Poco más.

Otro genérico de serie de esta semana es Valiendo Madres (O)(MX), típica-tipiquísima serie de mujeres siendo madres pero teniendo que encontrarse, re-encontrarse y conectar porque por encima de madres son mujeres y pueden ser amigas y blablabla. Es irónico que todas ellas vayan siendo definidas por arquetipos (la madre superada podcastera, la influencer, la madre soltera, la madre tradicional hipocondriaca)  y que lo que ponga en movimiento la trama sea un dildo con forma de cuerno de unicornio arcoíris que acabe con el habitualísimo ‘tu marido te engaña‘. Imagino que hay todo un nicho de público detrás, y no me extrañaría que acabara siendo ‘remakeada‘ en España. Porque al final el rancho tiene que atender a todos los públicos. Pero al menos esta vez puedo decir que si tengo que hablar bien de algo sería de las canciones pop mexicanas que han metido. Algo es algo.

No sé si es que hay todo un mercado para los enchufados, pero aquí tenemos a otro Derbez más, Vadhir, porque lo de los nepobabys es algo transversal, se ve. En fin, la cosa esta de Yo no soy Mendoza (O)(CO) está basada en la última idea que Fernando Gaitán (Café con aroma de mujer, Betty la Fea) creó. Iba a decir: Antes de morir. Pero lo cierto es que después de morir habría tenido mucho más mérito. Así que todo es telenovelesco, todo mezcla el humor y el melodrama, y la premisa es… bueno. Es. Una persona es confundida con otra que se le parece mucho. El problema principal es que el protagonista es completamente nada adecuado. y que parece que el dinero que tiene -de Netflix, supondremos- en un extraño giro de acontecimientos tampoco es que ayude mucho a hacerlo creíble sino, más bien, a recordarnos que es algo falso. A saber por qué. El caso es que la serie ni es interesante, ni sabe jugar con sus secundarios ni es rápida en lo que nos propone. Un desperdicio. Pero bueno, ya llegará Univisión o Televisa o quien sea a hacerle una versión. Y lo mismo hasta lo arreglan.  Que lo dudo, pero cosas más raras se han visto.