Sinceramente, pensaba que #1 Happy Family USA (USA) iba a gustarme. Vale, tenía pinta de ser Padre de Familia con el estilo de diseño de Persépolis y una animación flash. PERO detrás estaba Ramy Youssef, que hizo un buen trabajo en su propia serie: Ramy. Pero no, esto es casi tan malo como una serie de [adult swim], no solo porque parece querer hacer su propio Todo el mundo odia Chris, también -sobre todo- porque los tonos, estilos y humores van variando como si buscaran a alguien. Que no está ahí. Incluso cuando logran un acierto rápidamente lo estiran, o lo entierran en cosas nada interesantes. En fin, que no puedo recomendar la cosa esta.
No tengo muy claro qué pretenden decirnos con
Eonjenganeun Seulgiroul Jeongongui Saenghwal (O)(CS), o
언젠가는 슬기로울 전공의 생활 o
Resident Playbook o…, pero voy a asumir que es que los trabajos se hacen porque te pagan y que los médicos son un colectivo insoportable de tratar. Porque la manera en la que tratan a los residentes del hospital universitario de la serie hace que sólo el que necesiten dinero -cosa que se recuerda varias veces y con insistencia- explica que sigan allí. No es un trabajo duro por la presión o la responsabilidad sino por los jefes y compañeros. Y el principal motivo por el que lo hacen no es por ayudar a la gente, es por dinero. Una visión capitalista -no sabría decir si son conscientes de lo anticapitalista que es mostrar esto así- que contrasta con varios giros y estilos que parecerían pertenecer más a la comedia romántica. Pero se ve que quien sea que lo hiciera no tenía su día.
Es curioso cómo este
The Feud (UK) logra parecer una serie hecha por
Lifetime más que las series que hizo
Lifetime. Quizá sea por los medios limitados, o por las intenciones aún más limitadas. O porque tiene ese estilo de llamarse
Mancomunidad Letal o algo así. Una pareja que parecía decidida a mudarse en lugar de eso piensa en hacer una reforma para expandir la cocina. Él está en paro, ha dimitido de su trabajo por algo. Ella es abogada. Y la gente del barrio de ¿chaletes? La verdad es que tienen una pinta peculiar pero no parecen adosados. En fin, lo que decía, que la gente del barrio parece al menos tolerarse. Hasta que esa idea de que uno de ellos haga reformas parece remover todos los secretos y problemas del barrio más allá de cualquier idea de sensatez. Quiero decir, cualquier comunidad de propietarios está muy cerca de la desazón y el drama pero cuando empiezan con un ‘presente’ hablando de ‘el asesinato’ para pasar a hace un mes… definitivamente la decisión de crear esta especie de melodrama telenovelesco y tomárselo en serio la hace parecer más ridícula que cualquiera de las teóricas historias humorísticas de vecinos que sufrimos en la televisión española.
*Suspiro* Bueno, pues aquí estamos con otro genérico de
thriller nórdico,
nordic noir o lo que os dé la gana llamarlo. Este
Glaskupan (O)(SU) tiene un piloto con dos problemas claros: Poco que contar y además nos lo sabemos. Hay bastante exposición para presentarte gente pero el centro en sí es sencillo: Una joven
profiler fue raptada de pequeña e introducida en una caja de paredes de espejo… hacia dentro, hacia fuera se ve como el cristal porque claro. Total, que salió de allí pero nunca supo por qué o quién la raptó. Fue adoptada por el jefe de los polis y ahora regresa. Dos minutos más tarde hay un asesinato y otro secuestro. Ay, mecachis. Por supuesto para todo esto se pasan ni sé los minutos. Así que bueno, supongo que si no tienes mucho problema en ponerlo de fondo y hacerle caso digamos cada un cuarto de hora lo mismo sirve como ruido blanco que tener de fondo. O yo qué sé.
-No se me ocurre ninguna idea concreta por la que decidieran hacer
Government Cheese (USA), teniendo en cuenta que parece la bastardización de cosas que funcionarían si tuvieras al original. A ratos parece que querría ser algo de
Wes Anderson, en otros momentos parece que hubiera querido ser una serie de
Norman Lear,
Greg García o, claro, todo ese movimiento sitcom afroamericana de los noventas. Pero, claro, para todo hay que valer. Y ni los actores logran defender a los personajes ni la historia – que pese a tener alma de sitcom dura más de 40 minutos en su piloto por el método de estirar cualquier cosa hasta que uno pierda la esperanza – merece el tiempo. Total, que al final el resultado es, como suele ser en estos casos, la demostración de que en
Apple TV+ sólo saben quemar dinero con la esperanza de que en una de estas salte la liebre. Y no tiene pinta, la verdad.
No hay mucho que decir de
Istanbul Ansiklopedisi (O)(TU) porque es una de esas series que va poniendo a dos personajes a hablar en distintos sitios. Van cambiando los personajes, y los fondos. De vez en cuando meten un plano general o sale más gente a decir una frase extra. Pero lo fundamental es eso, casi una obra de tesis. Una joven llega a Estambul desde su pueblo, a convivir con la mejor amiga de su madre -con la que esta había perdido el contacto- y, por supuesto, hay un choque entre ellas. La joven acaba de llegar y cree que todo es posible, la mayor no ve la forma de romper con la ciudad y su carga. Por supuesto luego empiezan las tramas propias de
‘conocer jóvenes y la vida en la ciudad’ de la una (que casi parece una
Emily en París de su propia tierra) y de
‘qué hartura la mediana edad y vivir aquí’ de la otra. Por supuesto al final del capítulo hay un choque entre ellas pero dejadme que os diga que para el final de la serie estoy seguro de que cada una habrá aprendido algo de la otra y ambas habrán llegado comprender mejor a la ciudad con sus claroscuros. En fin.
Una sensación extraña esta de estar viendo algo que estás seguro de que va a gustar mucho a la gente que lo vea… pero no a ti. Me ha pasado con
Just Act Normal (UK), que por un lado me ha parecido la clásica historia de
‘grupo de chavales sin adultos tratando de escondérselo a los otros adultos’, igual que noto la necesidad de intentar meter capas y funcionar de fondo más o menos compleja. Pero ni me lo creo, ni me interesa, ni creo que la posibilidad de meter una excusa racial o de tratar temas difíciles sirva de gran cosa. La trama de la gallina -que es algo real- podría haber sido de algún extraño capítulo de
Ravioli, por ejemplo. La forma de ser y actuar de la hermana pequeña cada día está más cerca de ser un estándar -por ejemplo en la película
The Angry Black Girl and Her Monster– y la mayor contando el tiempo para llegar a esos 18 y poder hacerse cargo de los otros dos… Pues eso. Lo de siempre. Y, sin embargo, me queda la sensación de que habrá gente que descubrirá cosas en ella. Pero bueno, raro es que no tenga que decir aquello de
‘Está claro que no soy su público’. Aunque aquí sea por otro motivo.
Supongo que la idea de hacer crítica social desde el terror es lo que mueve a
Khauf (O)(IN) a dar tantas vueltas sobre lo mismo. Lo cierto es que el punto de partida de una mujer que se muda a un nuevo apartamento en el que está claro que
‘algo’ pasó, que sus vecinas le esconden
‘algo’ y que hay
‘una presencia’ necesitaría un poco más de brío. No porque crea que hemos visto suficientes ficciones sobre
‘la culpa es del capitalismo’ con el problema de la vivienda, tengo más dudas con la manera de abordar
‘la violencia contra las mujeres’. Pero bueno, supongo que al menos están intentándolo y que toda esta ambientación oscura y regodeándose en lo cutre es su idea de crear atmósfera. No estoy nada convencido pero lo mismo alguien está interesado por ahí. Cosas más raras se han visto.
La adaptación de la novela de
Flanagan The Narrow Road to the Deep North (AU) parte con la desventaja de tener que adaptar la novela de
Flanagan. Una de esas obras de señores muy señores en las que habla de engañar a gente -el protagonista primero se lía con la mujer de su tío, más adelante le es infiel a su mujer-, de ser torturado en la guerra -que habiendo nacido
Flanagan en el ’61 os podéis imaginar que de primera mano no es-, de lo malos que son los extranjeros -sección asiática, pero los pone tan malos tan malos que los ingleses le dieron en
Booker– y de sentir sentimientos -suyos, claro, al resto que le den, como mucho una variedad de soldados masculinos para hacer los diferentes arquetipos-. Total, que con esos mimbres tenían que hacer esta cesta. Que como novela es muy apropiada para que los ingleses le den un premio o para vendérsela a los lectores del
Bahbelia. Pero para una serie en 2025… Así que el hecho de tener un piloto que no pase el
Bechdel-Wallace no me extraña. Quizá un poco la decisión de sacar todo el sexo que puedan pero siempre en el borde de una producción S. De hecho hay un momento en el que muestra al grupo de prisioneros en el tren, una amalgama de cuerpos que parece una orgía cuando debería de ser todo lo contrario a eso. Pero, en fin, la gente.No sé quién puede ser el público de esto, pero supongo que alguien habrá porque hay gente pa’ to’.
La obsesión con el
Fenómeno OVNI como algo internacional llega hoy con los polacos de
Projekt UFO (O)(PO) pero deciden unirlo al totalitarismo -por algún motivo- y hasta meter una especie de crítica que incluye a un hipnotista. Nada nuevo. Nada interesante. Y, por algún motivo, el que parezcan creer que
Fargo es la obra a imitar dentro de lo posible no mejora tampoco mucho las cosas. Diría que espero que una vez establecido el punto de partida tengamos algún desarrollo en condiciones pero no os voy a mentir: No tengo intención alguna de ver más allá de este piloto.
Supongo que los ecos de
Yellowstone van a acabar siendo los que causen toda esta serie de, vamos a llamarlo, telenovelas de vaqueros. Aunque esta
Ransom Canyon (USA) es más
Virgin River de lo que debería de querer sus productores… salvo, claro, que fuera eso lo que estuvieran buscando. Que todo podría ser. Supongo que si te pones uno después de comer no va a ser algo peor que lo que te puedes encontrar en España con cierta regularidad. Incluso aunque estos no sean perfumistas, marqueses, salones de té o… supongo que asturianos… Pero estoy divagando. Los primeros diez minutos o así son completamente ridículos. Un viudo, su cuñado, una fiesta para el hijo del viudo, un coche regalado, una bronca, suceden cosas. En fin. Por supuesto hay mucha empresa, mucho sentimientos. Vamos, solo echo de menos algún asesinato misterioso que investigar.
En algún momento tendré que escribir sobre el NacelleVerso. Pero no será ahora y no será aquí. Pero es necesario explicar un par de cosas antes de hablar de
RoboForce: The Animated Series (USA) porque parte de la historia necesita de su contexto. Y el contexto es que Nacelle está comprando los derechos de viejas series de dibujos de los ’80s y los ’90s para crear un universo en teoría compartido. Y para eso se ha ido por una serie de obras más o menos olvidadas. Probablemente la menos olvidada sea los
Moto-Ratones de Marte. En esa línea entra esta
RoboForce que está basada en los clásicos muñecos que tuvieron adaptación a serie de animación. Solo que esa serie no logró gran cosa porque en realidad no pasó de un piloto de presentación. Por supuesto todo eso se ha incorporado aquí, presentándonos a los
RoboForce como unos robots creados hace años que se vieron eclipsados por otros más avanzados e interesantes. Una manera de dar una explicación dentro del universo pero también de hacer un guiño al éxito que los
Transformers,
Voltron e -incluso-
GoBots supusieron para esta
RoboForce que se vio rápidamente barrida. Pero, claro, aquí lo que tenemos es la primera serie de animación de
Nacelle, Y con eso y todo solo han logrado vender seis capítulos. Así que parece que no vamos a tener mucho más. Al menos de momento. Al menos viendo que el tono no está muy claro. En general parece una serie creada para
[adult swim] pero con un argumento y desarrollo tirando a infantil. Como si no pudieran pasar más allá del humor infantil que se le presuponía al original. No es la mejor de las decisiones, desde luego. Pero supongo que si estás lo suficiente en los robots lo mismo te interesa. Incluso aunque no parezca la mejor de las ideas posibles.
Como si estuviera diseñada para elevar mi opinión sobre
Murdoch Mysteries, este
Sherlock & Daughter (USA) logra malgastar el piloto sin resolver caso alguno. Mostrándonos una serie de aventuras e insertos que poco o nada aportan y una imagen general que parece más sacado de
Detective Consultor o de los viejos videojuegos noventeros del personaje que de cualquiera de otras mil versiones que hemos visto. Claro que desde el principio dejan claro que esto es el resultado de una tensión en la que no se atreven realmente ni a dejar claro si es o no la hija de
Holmes. Así que además de todo lo demás es una serie cobarde. Total, que como material para una nota al pie sobre las adaptaciones del personaje tiene un pase. Para todo lo demás… no merece la pena ni acordarse de ella.
Parte
The Stolen Girl (UK) de una premisa notablemente ridícula pero muy inglesa: Una familia que parece de dinero (hasta que te fijas bien) deja a su hija pasar la noche (hacer una fiesta de pijamas, pijamada o como lo queráis llamar) con la hija de otra familia que va a su mismo colegio pijo y parece tener más dinero que ellos. Cuando pasa a recogerla al día siguiente todos han desaparecido. Así que tienen que ir a la poli a que la madre -porque esto siempre va de la madre- sienta que es una mala madre por… no sé… ¿no comprobar los antecedentes de la otra familia? ¿No haberles sacado fotos? En fin, cosas de ingleses. Mientras todo esto que no deja de ser una película de Lifetime para después de comer con mejor presupuesto y dicción va contándonos también sobre las policías al cargo del caso y sobre una reportera con instinto y blablabla, y uno se pregunta en qué libro de una autora de pseudosuperventas estará basado esto (no miréis que ya lo he hecho yo:
Alex Dahl) y por qué es todo tan genérico. Incluyendo el marido poco de fiar. Y una protagonista -la madre- que se pasa sufriendo TODO-EL-RATO. Supongo que luego vendrán los inesperados giros de acontecimientos, secretos del pasado y demás chorradas de este tipo de historias. Pero bueno, este rancho puede servirle a alguien que, digamos, quiere algo al que prestarle media atención mientras plancha, o que le gusta ver de sufrir y de sufrir. Poco más.
Otro genérico de serie de esta semana es
Valiendo Madres (O)(MX), típica-tipiquísima serie de mujeres siendo madres pero teniendo que encontrarse, re-encontrarse y conectar porque por encima de madres son mujeres y pueden ser amigas y blablabla. Es irónico que todas ellas vayan siendo definidas por arquetipos (la madre superada podcastera, la influencer, la madre soltera, la madre tradicional hipocondriaca) y que lo que ponga en movimiento la trama sea un dildo con forma de cuerno de unicornio arcoíris que acabe con el habitualísimo
‘tu marido te engaña‘. Imagino que hay todo un nicho de público detrás, y no me extrañaría que acabara siendo ‘
remakeada‘ en España. Porque al final el rancho tiene que atender a todos los públicos. Pero al menos esta vez puedo decir que si tengo que hablar bien de algo sería de las canciones pop mexicanas que han metido. Algo es algo.
No sé si es que hay todo un mercado para los enchufados, pero aquí tenemos a otro
Derbez más,
Vadhir, porque lo de los
nepobabys es algo transversal, se ve. En fin, la cosa esta de
Yo no soy Mendoza (O)(CO) está basada en la última idea que
Fernando Gaitán (
Café con aroma de mujer,
Betty la Fea) creó. Iba a decir: Antes de morir. Pero lo cierto es que después de morir habría tenido mucho más mérito. Así que todo es telenovelesco, todo mezcla el humor y el melodrama, y la premisa es… bueno. Es. Una persona es confundida con otra que se le parece mucho. El problema principal es que el protagonista es completamente nada adecuado. y que parece que el dinero que tiene -de
Netflix, supondremos- en un extraño giro de acontecimientos tampoco es que ayude mucho a hacerlo creíble sino, más bien, a recordarnos que es algo falso. A saber por qué. El caso es que la serie ni es interesante, ni sabe jugar con sus secundarios ni es rápida en lo que nos propone. Un desperdicio. Pero bueno, ya llegará
Univisión o
Televisa o quien sea a hacerle una versión. Y lo mismo hasta lo arreglan. Que lo dudo, pero cosas más raras se han visto.
∞