Canales y organización televisiva en España

Siendo esto lo nuestro uno podría pensar que estaríamos ante lo más fácil de explicar. En realidad estamos ante lo más fácil de mostrar, porque explicar lo que tenemos no es precisamente sencillo. Aunque ya hablamos del inicio de RTVE vamos a realizar un breve resumen: inaugurada oficialmente en octubre de 1956 tras un largo periodo de pruebas y por aquello de no dejar España sin televisor propia, la dictadura franquista impulsó un modelo de televisión centrado en programas documentales, noticieros y espectáculos de variedades con los humoristas de la época en el que la ficción tenía un peso discreto y funcionaba sobre todo el modelo de antología de pocos episodios. Seguiría esos pasos pese al buen hacer de creadores como Jaime de Armiñán o Chicho Ibáñez Serrador y la mayor parte de esas obras de ficción desaparecerían ne los archivos del Ente cuando no se destruyeron directamente.

Pese a la existencia de medios de comunicación privados tanto en los periódicos como en la radio el siguiente canal en aparecer en España sería lo que hoy conocemos como La 2 y que ha tenido muchos más nombres destacando siempre su lugar secundario. Impulsado por la tecnología UHF en 1966 se inauguraría para  aprovecharlo procurando usarlo como localización para una oferta alternativa, más aún, que se traducía en un número de horas incluso inferior.

En los años cincuenta la televisión ofrecía un telediario a medio día y no tenía más programación hasta las ocho en que empezaba la programación nocturna que llegaba hasta la media noche. Para los sesenta la televisión tenía ya algo más de programación en la franja de sobremesa, desde las 14:30 a las 16:30 y había ampliado algo la nocturna, empezando ahora a las 19. En noviembre de 1966, días antes del estreno de La 2, había logrado empezar un poco antes, a las 13:30 y que las sesiones de mañana y noche casi se unieran, cerrándose la primera a las 17:30 y abriéndose la segunda a las 18:45, siempre con las 00:00 como barrera infranqueable. En ese contexto llegó la entonces llamada Segunda Cadena con unas emisiones que se iniciaban a las 8 y finalizaban a las 12 de manera que entre ambas pareciéramos estar más cerca de contar con una cadena completa.

Como muestra ya desde el principio de que las cosas se podían hacer de cualquier manera y que el concepto de Lo Público era un cachondeo -pero, claro, estábamos aún en una dictadura- el sistema de financiación mezclaba aportaciones estatales y publicidad. Aunque, eso sí, los periodistas de la casa tuvieran prohibido realizar publicidad, estableciendo un tiempo desde que se dejara el cargo y hasta poder acceder a uno nuevo en el que tampoco se podría realizar.

Mientras tanto poco se sabía -o se decía- de las emisoras ilegales, que en radio había pero en televisión a nadie parecía interesarle. O quizá es puro desagrado. Siempre he sospechado que debió haberlas pero nunca he llegado a descubrirlas así que si alguien tiene información le animo a compartirla. En cualquier caso, Franco se murió.

Esto, que uno esperaría hubiera causado grande conmoción e indudables cambios en lo televisivo significó, en realidad, más bien poca cosa. Ya sea porque Suárez sabía lo que había como Director General de RTVE que había sido de 1969 a 1973, bien porque Calvo-Sotelo poco podía hacer en el año escaso que estuvo en su puesto, o por que realmente sí se lo plantearon pero las disensiones internas sobre quién merecía llevárselas condujeron las discusiones a un punto muerto, el asunto es que ninguno de los dos se molestó en realizar mayores cambios -incluso teniendo en cuenta que tuvieron cinco Directores Generales en seis años- que los que llevaron a la creación del Ente. Es decir, la creación en 1980 del Estatuto de la Radio y la Televisión Española que que unió radios y cadenas nacionales y les añadió los Institutos propios o la Orquesta y Coros de RTVE. Porque mientras tanto se había ido creando una serie de profesionales formados por RTVE que iban siendo aprovechados en diferentes lugares de la casa, ayudando así a crear la numerosa producción propia que tenía el canal.

La auténtica revolución no vino de la creación de ninguna generalista o nacional sino del aprovechamiento de las nuevas legislaciones externas, pues aunque ese Estatuto permitía la posibilidad de crear un Tercer Canal en el que contaría con gestión directo aunque su titularidad fuera estatal y, por tanto, en manos de TVE. El rechazo de las comunidades hizo que no fuera ese el Estatuto en que se fijaran sino el recién creado Estatuto de Autonomía -o Estatuto de Gernika-  que les permitía crear medios para la difusión del idioma y las circunstancias propias, siendo los primeros en mover ficha los miembros del Gobierno Vasco que para el 31 de Diciembre de 1982 tenían en marcha la ETB emitiendo en vasco, aunque no sería hasta febrero del ’83 que se estabilizaran las emisiones. Le siguió la TV3 de Cataluña que comenzó sus emisiones en septiembre del ’83 aunque no lograría estabilizarlas hasta enero de 1984. La tercera en discordia sería la gallega TVG en 1985. Todas ellas considerándose como Cuarto Canal para separarse de ese Tercer Canal con mando de TVE. Y amparándose en esa difusión del idioma, claro. Porque en Coria, Cáceres, se creó una pequeña televisión local en 1983, CoriaTV, que fue rápidamente clausurada ante su condición de pirata.

En cuanto a la posibilidad de ampliar los canales por otros lados, fundamentalmente con la posibilidad de meter cadenas privadas, el nuevo gobierno socialistas se tomó la tarea con notable calma.De hecho, en su primera legislatura, con Jose María Calviño como Director General  no parecía ni que hubiera algo que considerar. Al menos hasta que Calviño fue sustituido en 1986 por Pilar Miró. En ese momento algo pareció moverse porque el 25 de enero de 1988 comenzaban las emisiones de Canal 10.

Tratar de explicar lo que fue ese canal es difícil sin parecer algún tipo de loco. Un grupo de accionistas privados se reunieron para buscar la manera de lanzar una televisión privada en España. Lo formaban Enrique Talarewitz fundamentalmente, apoyado por la parte económico en la Caja Andorrana de Seguridad Social y la Caja de Ahorros de Vitoria más los canales extranjeros Canal Plus France y la luxemburguesa CTL-ahora parte del gigante alemán RTL– con el apoyo de la panameña Lake Wood Enterprises, una sociedad de inversores cuyo representante en el consejo era el jefe del bufete de abogados que había encontrado los resquicios para emitir dentro de la alegalidad. Quizá os suene su nombre, porque se trataba de Jose María Calviño.

Decir que a la oposición todo esto le sentó mal es quedarse bastante corto. Afirmaron a quien quisiera escucharles -es decir, a sus propios grupos amigables de radios y periódicos- que se trataba de un truco de Alfonso Guerra para controlar una posible futura televisión privada en España. Se basaban en que el gobierno no estaba haciendo nada para parar la alegalidad en que estos se movían y que habían permanecido de brazos cruzados incluso cuando compraron publicidad en TVE 1 y 2 -también en TV3, por cierto- para anunciarse.

No fue lo único que hicieron para promocionarse. Ofrecieron antenistas que instalaran lo necesario para la recepción. Algo especialmente necesario ya que la forma que tenían de sortear la justicia era emitir desde Inglaterra vía satélite y luego a través de los repetidores de los entonces aún populares Vídeos comunitarios. También podían ser individuales, claro, pero era en las colectivas en las que se ofrecía la posibilidad de, por ejemplo, escuchar los programas y películas emitidos en Versión Original por el segundo canal de audio que incluían.

Su apuesta fue, precisamente, cuidar más las películas -emitiéndolas sin cortes publicitarios-, ofrecer series de estreno junto a otras antiguas. conciertos, deportes de entre los que TVE no daba – cosas como Res Deportivo Gillette, Transworld, Top Sport Show, Wrestling…- e incluso programas más españoles como uno del inevitable Jose Luis Moreno. También documentales, dibujos animados y el resto de la pesca pero no, por ejemplo, informativos.

Comenzó sus emisiones en enero de 1988 y durante dos meses emitió de gratis pasando en marzo, ante los obvios problemas económicos que estaban causando inquietud entre los miembros de la CTL y la CASS a emitir en solo para abonados. El resultado fue tan español como de costumbre. Si mala era la situación en abierto una vez en cerrado contaba dos meses después apenas 300 abonados. La situación bordeaba el ridículo. Más aún cuando se conoce que habrá una nueva tanda de cadenas regionales por estar las comunidades de Andalucía, Valencia y Madrid preparando para el año siguiente el lanzamiento de sus propios canales. Aunque no fue esta la competencia que acabó de asustarles sino los persistentes rumores de que la aparición del canal habían convencido al gobierno socialista de iniciar los trámites para la creación de canales privados en España. Esta vez de manera legal.

Una vez publicado en el BOE del 5 de mayo de 1988 el inicio del proceso de adjudicación la CTL se salió del proyecto precipitando los sucesos, la falta de liquidez iba llevando a tomar decisiones como internalizar partes de la producción para seguir ofreciendo su producción a los poco más de 650 abonados que habían conseguido. La CASS sufre el rechazo de los diputados andorranos por su poco ojo para usar el dinero de las pensiones. Para septiembre el canal cerraba. Enrique Talarewitz era acechado por los acreedores, algunos de ellos sus propios accionistas que querían la devolución de parte de ese dinero puesto en el proyecto. La primera y única televisión privada de España, sin competencia posible alguna, se la acababa de pegar a lo grande en menos de un año. -Si algún día se cruzan con un Talarewitz ya saben de qué pueden hablarle.- En octubre se levanta la deuda pero ni al empresario, ni mucho menos a Canal +, le apetece volver a las andadas. Ni para concursar como canal privado legal. Aquí acababa su convulsa historia.

El más complacido con este final fue, sin embargo, El País. El diario del grupo PRISA había criticado con extrema dureza, generalmente a través de Jose Miguel Contreras, tanto la existencia como la calidad de la programación de este canal. Y cuando pasó a emitir en cerrado y para abonados se dedicaron a celebrar la falta de éxito consiguiéndolos que habían tenido.

Durante 1989 vieron su aparición los canales regionales antes citados: CanalSur (febrero), TeleMadrid (mayo), Canal 9 (octubre), aunque fue más importante aún que en abril se formara entre las cadenas entonces existentes la FORTAFederación de Organismos de Radio y Televisión Autonómicos, que les permitía intercambiar programación y afrontar la compra conjunta de derechos, tanto de series como de eventos, esto es: Comprar el Fútbol. En junio de 1989, antes de que se concedieran los canales privados, la Liga de Fútbol Profesional puso en venta los derechos de emisión, siendo comprados por la empresa Promoción del Deporte, S.A. que en un mes -antes del inicio de la liga, claro- se la vendió a la FORTA. Con este acto empezaron las nunca acabables Guerras del Fútbol.

En cuanto a las privadas, como decíamos, al no haber llegado UCD nunca a legislar sobre el asunto y pasar tanto el PSOE de hacerlo algunos medios decidieron recurrir a los tribunales. Así, Antena 3 recurrió al Constitucional para que apremiara al gobierno a legislar sobre la materia. La resolución judicial y el numerito con Canal 10 llevaron a convocar el concurso para tres nuevos canales privados. Copiemos parte de lo que decía el BOE que era lo que pedían:

El modelo de televisión privada que se establece en la Ley es, desde el punto de vista geográfico o territorial, de cobertura mixta. Es decir, de una parte, se establece que el objeto de las concesiones será la emisión de programas de televisión con una cobertura nacional; pero, de otra parte, se requiere que las concesiones prevean la emisión de programas, por las mismas sociedades concesionarias, con una cobertura limitada a zonas territoriales que se delimitarán en un Plan Técnico Nacional.

Se determinan, asimismo, los tiempos máximos de emisión que pueden ser destinados a publicidad y, en tanto no haya sido regulada la materia con carácter general, se limita de modo transitorio la publicidad que se refiera al consumo de alcohol, tabaco y cualquier otra sustancia nociva para la salud con los mismos criterios que rigen para la televisión estatal.

Pronto aparecieron los contendientes. En primer lugar Antena 3 que tenía más ganas que vergüenza y que ofrecía una apuesta compuesta por Manuel Martín Ferrand (Dueño de Antena 3 Radio), el Conde de Godó (La Vanguardia), el periódico ABC y al Grupo Correo, que eran los que llevaban de tribunales desde 1982 para tener su televisioncita. Detrás venía el proyecto Telecinco con Silvio Berlusconi junto con el Grupo Anaya -con Germán Sánchez Ruipérez en periodo expansionista- y la ONCE. La tercera era Canal Uno Univisión que estaba formado por Antonio Asensio (Dueño del Grupo Zeta) y apoyado por nada menos que Mario Conde (Presidente de Banesto aún) y Rupert Murdoch. Lo que no quita para que la oposición, entonces aún con el nombre de AP, se dedicara a presentar recursos de inconstitucionalidad, ilegalidad y gramolas, lo que fuera por retratarlo, incluso asegurando cosas locas como que sólo se iban a conceder dos y uno iba a ser al moribundo Canal 10.

Por supuesto hubo más proyectos. De entrada la excentricidad del Canal C presentado por 25 cineastas, profesionales y empresarios catalanes, de seguida -aunque eliminada por llegar fuera de plazo- Tele 16 de Juan Tomás de Salas (Presidente del Grupo 16) y redondeando a los candidatos Canal+ (España) presentado por un Jesús de Polanco pasándose por el arco que lo que solicitaban las bases del BOE era un canal que diera servicio público a los españoles agarrándose a la disposición del Artículo 14 según la cuál debería «emitir programas televisivos durante un mínimo de cuatro horas diarias y treinta y dos semanales.» Según ellos sí  canal + emitía esas horas en abierto el resto podía hacer lo que quisiera, incluso cobrar. recuperaban, además, a Canal Plus France para repetir la jugada de Canal 10 -uno de los motivos del pago de la deuda, claro- buscando fundamentalmente copiar el contenido de aquel. La Conferencia Episcopal tanteó pero no llegó a presentar ningún proyecto pese a contar con ya con las emisoras de la COPE.

Si bien había gente que pensaba que los tres primeros canales serían los elegidos por ser Canal + una oferta de pago, la sensación general en la prensa la época era que el gobierno socialista no iba a negarle nada a Polanco. De modo que los medios afines estaban ya afilando los cuchillos para cuando se conociera la decisión y se supiera a cuál de las tres ofertas dejaban en la estacada. de manera poco esperada el descarte fuera para Univisión de Zeta y compañía. Y los medios como el ABC sacaron las portadas que tenían preparadas, pese a que también ellos hubieran obtenido una licencia.

Por supuesto esto no fue el final, ni mucho menos. Antonio Asensio empezó a poner reclamaciones y trató de impugnar la decisión de la concesión a Canal +, más aún cuando se supo que el gobierno iba a conceder una prórroga de tres meses para que pudieran cumplir los plazos para comenzar a emitir.

Los primeros en emitir fuero, lógicamente, los de Antena 3. Desde el 25 de diciembre de 1989 estaban en pruebas y, finalmente, el 25 de enero de 1990 comenzaron sus emisiones. Detrás llegaron el 3 de marzo Telecinco y, finalmente, el 14 de septiembre Canal +.

Si os estáis preguntando cuánto tardó en montarse -litigios de Asensio a parte- quizá os sorprenda saber que al día siguiente ya estaban de líos. Lo que tardó la FORTA en pactar con Canal + la emisión de un partido en codificado -el del domingo- y luego con TVE para la emisión en diferido -pero poquito- del partido que ellos ofrecían mediante la segunda cadena. A cambio habría un intercambio de imágenes entre ellas. Algo que Telecinco protesto ya en el mismo 15 de septiembre. Como decía antes, las luchas por el fútbol ni han terminado ni terminarán.

El culebrón siguió, claro, con Canal + reclamando a la FORTA que rompiera con TVE y que no se acercara a Antena 3 (?) aunque esta cadena hubiera sido demandada por la FORTA por la emisión de imágenes de partidos sin pagar los derechos… Y sucesivas broncas. Aunque no sería esto lo más recordado de la época.

Cuando Asensio se aburrió de que los tribunales pasaran de él decidió cambiar de estrategia. Se fue para su compañero de proyecto Univisión, Mario Conde, y logró un crédito con el que comprar Antena 3 el 17 de junio. La historia es más larga, claro, e incluye versiones con más o menos conspiración sobre lo que el gobierno -que pasó de intervenir en todo el follón porque total para qué- había tenido que ver en un movimiento conocido como Antena3azo, Antena3ido o cualquier otro nombre divertido, debido a que ya puestos a repartir pasta Polanco aprovechó para comprar Antena 3 Radio. El hecho de que junto a Asensio entraran no solo Murdoch y Banesto sino también los Cisneros fue lo que les faltó a los profesionales que venían de la radio Antena 3 para poner el grito en el cielo. Por si alguien se lo pregunta, así dieron la noticia en El País, La Vanguardia y ABC.

El cambio más evidente fue dejar de emitir tertulias y programas que parecieran radio filmada y apostar por profesionales de TVE, fichados muchas veces a golpe de talonario. El capitalismo, que tiene estas cosas tontas.

Mientras tanto en Telecinco el inicio de etapa previsto dejó fuera a Sánchez Ruipérez como presidente, ocupado como estaba en otros proyectos expansionistas como la cercana salida del diario El Sol. En su lugar se colocaría el director de la ONCE, Miguel Durán -que queréis que os diga, estamos en España, estas cosas pasan- aunque el poder real lo traería de Italia Berlusconi al poner a un viejo conocido de la televisión español, Valerio Lazaroz, a dirigir los inicios del grupo. Sin embargo el cambio de accionariado en Antena 3 -y la compra de profesionales talonario mediante- desgastó su posición y para diciembre de 1993 se producía un relevo en los mandos.

Desde ese mes, aunque más notablemente a partir de 1994, sería Maurizio Carlotti el encargado de conseguir remontar los malos datos económicos, de imagen y de audiencia. ¿Lo primero que hizo? Despedir al 40% de la plantilla. Los directivos tienen esos tics.  Por suerte contrataron en 1995 a Mikel Lejarza para que se encargara primero de producción y luego de contenidos.

De esta manera decidió apostar por programas distintos –¡Qué me dices!, Caiga quien caiga o Esta noche cruzamos el Mississippi– y por las series, con el gran éxito de Médico de familia como principal exponente pero también con éxitos en la tira diaria juvenil Al salir de clase y para mayores El Súper, Así como las series de género y profesión –Periodistas, El comisario u Hospital Central– e incluso alguna comedia –7 vidas-.

Los cambios de accionariado seguían y así la ONCE y Durán se marcharon de Tele5 para que entrara Vocento (ABC y demás) en su accionariado. Por un lado salen por el otro entran, ya se sabe.

Mientras tanto alguien estaba tratando de crear el cable en España. El grupo PRISA a través de Sogecable y la empresa nacional Telefónica con Cablevisión comienzan a darle vueltas a una cooperación que acabaría dando lugar a un acuerdo para la creación en 1995 y gestión de servicios de pago por cable. Las quejas vinieron esta vez de Eugenio Galdón, presidente de Cableuropa, empresa que pretendía hacer eso mismo, y de Asensio, que pensó en sacar negocio por ahí moviendo la liga -sí, el fútbol, siempre el fútbol- por el digital aprovechando el vacío legal, y que decía que a ver qué era eso de una empresa pública pactando con una privada. Que pactar con telefónica no hombre y que eso era un monopolio. Total: Demandas en España y Europa contra Cablevisión. Por su parte los ayuntamientos -bueno, no todos, algunos, los importantes del ya llamado PP fundamentalmente- empezaron a cablear para evitar que se pudiera reclamar como propia esa red.

Como estas cosas pasan a la vez que la vida real resulta que en 1996 el PSOE pierde las elecciones, el PP las gana y deciden que ya que el PSOE había estado «privatizando» -vendiendo a empresas privadas- poquitos de participación Telefónica ellos lo pueden rematar. Colocan primero de jefe a Juan Villalonga, compañero de pupitre del Presidente Aznar, y a continuación dejan que actúe. A Villalonga le faltó tiempo para romper los pactos con Polanco, quedándose las emisoras locales y cediéndole el nombre y efectivo del grupo.

El segundo momento se produjo el 12 de abril de 1996 cuando la Asamblea de la Liga cedió a los intereses de Asensio y aceptó que se pudieran negociar los derechos de manera individual. Para el 28 de noviembre ya había una Plataforma Digital Española forma da por Antena 3 y Telefónica -aquí Asensio ya no decía nada-, El Mundo y prácticamente todas las televisiones que emitían en España salvo Tele5 y Canal +. El nombre que acabaría tomando esta plataforma sería Vía Digital.

En enero de 1997 llegaría la respuesta de PRISA. Aunque sus canales estaban de antes. En 1993 había creado dos canales para emitir por satélite, Cinemanía y Documanía, los dos primeros canales temáticos españoles de pago, así que el paso normal era crear un aglutinante y en 1994 crean Canal Satélite añadiendo a estos dos el infantil Minimax y Cineclassics, más una amplia oferta de otros canales externos. Una vez abierta la nueva guerra del fútbol añaden Sportmanía y preparan el lanzamiento de Canal Satélite Digital. Sí, esa fue la respuesta, añadir Digital al nombre. Bueno, no solo, pero vaya.

Y como somos españoles ni compartir satélite podían, Vía Digital operaba a través de Hispasat y Canal Satélite Digital a través de Astra.

Durante los siguientes años viviríamos un vergonzoso revoltillo de evoluciones en el que los bandos cambiaban cada cierto tiempo y que, fundamentalmente, tenía en un lado al Gobierno de Aznar y en el otro al de Polanco. Contar todo lo que pasó en esos años daría para un libro así que resumamos.

En la derecha Asensio había pasado de ser el cruel y mezquino incumplidor que había asesinado la libertad en el Antena3nato a un tipo supermajo, en la izquierda lo mismo pero al revés. Más aún cuando en uno de esos divertido giros argumentales en julio de 1997 vende sus acciones a Telefónica porque total para qué disimular y deja a Villalonga al mando del canal y de la plataforma digital.

Durante 1997 se suceden los escándalos tanto en lo tratado como en la forma de hacerlo. Y es difícil decidir quién se pasó más. El País vinculó a un negociador del fútbol con torturas policiales y el GAL –en serio-, Pedro Jota aseguró que el famoso vídeo que empieza a rondar en octubre de ese año es parte de un complot contra él -y, de paso, impide la entrada de Villalonga en el accionariado de El Mundo-, aunque lo quizá más grave sucediera cuando Javier Gómez de Liaño prohíbe la salida de Polanco del país para acudir junto a Cebrián a la investidura del segundo como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Brown. Posiblemente este fuera el punto culminante que acabó con Gómez de Liaño siendo denunciado por Polanco en 1998, condenado por Prevaricación y el Gobierno Aznar indultándole en 2000.

 

Lo mejor del caso es que para entonces ya era todo agua pasada. Porque resulta que el fútbol no atraía a tanta gente. De modo que en octubre de 1997, tras quedar claro que no entraría telefónica en el accionariado de El Mundo, llegan a un acuerdo de no agresión. CSD se quedaba con la liga mientras Vía Digital tendría la Champions compartida con TVE y los toros.

Telecinco no participaba de estos divertimentos por estar inmerso en sus propios juegos florales, con el consejero delegado adjunto Paolo Vasile desde 1998 ocupando el cargo de Carlotti en 1999 mientras este último era reclamado para montar un holding europeo con Mediaset.

Para 2002 la llegada del Mundial de Fútbol supone un intento de Vía Digital de sumar suscriptores que termina con un saldo tan negativo que para finales de ese año, y con el habitual beneplácito del gobierno, las dos plataformas de satélite se unen en una sola. Vendido como un empate, en realidad una victoria pírrica de los de Polanco que logran ser los que absorban a los otros y dejar el nombre del invento en Digital + con el que continúa hasta la actualidad.

Quizá esteis echando en falta que hablemos de la Televisión Digital Terrestre o que aparezca el Grupo Planeta en todo este embolado. Pues no os preocupéis más, que aquí está Quiero TV.

La empresa de comunicaciones Retevisión, del grupo Auna, creó en mayoría (49%) esta plataforma en colaboración con otras empresas como Planeta (un 15%) y la proveedora de contenidos Mediapark (luego Teuve y luego absorbida por Chello) más la tradicional constelación de accionistas minoritarios mayor aún que lo habitual y muy dispuestos a no ponerse de acuerdo en nada. Más que una Junta de Accionsitas parecía una Reunión de Vecinos. La idea era procurar una oferta de pago que no necesitara de grandes instalaciones y al margen de las guerras del fútbol.

El gobierno convocó un concurso para adjudicar licencias de TDT y ganaron ellos debido a que… eran los únicos en presentarse. De manera que con el OK legislativo comenzron las emisiones en pruebas y la publicidad. Especialmente divertida la que prometía ver el desarrollo del experimento sociológico Gran Hermano las 24 horas pese a no estar dando altas aún.

En mayo de 2000 comenzó las emisiones, no las propias -claro- sino el envío de la señal de los diversos canales que componían sus paquetes. Aunque pronto comenzarían a aparecer canales abiertos digitales independientes del grupo como Quiero Madrid, Onda 6 o La Otra, que era además el segundo canal de TeleMadrid.

Los segundos canales de las televisiones regionales habían estado apareciendo durante los años noventa y, a su vez, en 1999 Canarias ponía en marcha su propia televisión regional tras llevar 15 años en ello, desde 1984, por diversos problemas con componentes y adjudicatarios. El 13 de diciembre de 2001 abre, por su parte, Castilla – La Mancha Televisión o CMT. No solo aparecen regionales públicas y nuevos canales para las preexistentes Durante esos años Melilla (1994), La Rioja (1998) y Ceuta (2000) crean distintos modelos diferentes. La de Melilla como extensión y validación de una emisora alegal que pasa a ser reconocida pero sin inferencia pública, la de La Rioja siendo directamente privada, propiedad de Vocento, aunque operara como regional, y la de Ceuta tiene un régimen propio mixto pues aunque podría parecer público en realidad no lo es.

La popularización de la tecnología supuso, eso sí, un aumento de los canales… llamémoslos alegales. Aquellos que aprovechan la no legislación al respecto. Siendo el caso más claro el de Localia, red de televisiones locales creado al amparo del grupo PRISA en 1999 que fue constituyéndose como un canal privado alternativo. No fue el único, ni mucho menos, pero sí el más representativo.

Desde los años noventa habían ido apareciendo diversos canales como TeleK en Vallecas, Madrid (1992), Barcelona Televisió (1994) o el Canal 7 (1996) de José Frade. Fueron cientos las que aparecieron durante estos años, casi todas con una oferta real de programas cercanos y el resto del tiempo relleno. Unas por motivos «económicos» -porque seguro que Frade pensó que en algún momento haría pasta-, otros por difundir sus ideas -como las evangélicas o naturistas- o para dar voz a su barrio y a visiones alternativas. Un movimiento este que merece de una mayor atención del que se le puede dedicar en esta columna y que dejo apuntada para el futuro.

Pero volvamos a la TDT porque quiero llevaba dos años en el aire en 2002 y las cosas no iban. Ni bien, ni mejor, ni mal. Casi sin abonados ni interés por parte de aparentemente nadie en junio de 2002 cesaba sus emisiones.

Pero el gobierno Aznar había otorgado otras dos licencias, además de las de los canales ya en abierto, a Veo TV -El Mundo- y Net TV – ABC/Vocento-. ¿Disimular? ¿El qué? Que se limitaban a emitir por ellos Expansión TV y Punto TV. Que en fin.

El cierre de QuieroTV podía haber significado muchas cosas pero en particular una, el tiburón había probado la sangre, así que ahora Planeta ofreció una bonita cifra a una Telefónica que estaba aún temblando por la temeridad de Vía Digital y el Mundial para hacerse con su paquete pasando en 2003 a convertirse en el accionista principal de Antena 3.

Una década llevamos con los mismos grupos detrás de las privadas y parece que estamos como siempre. O quizá se deba a que en realidad ha habido una segunda parte con el Apagón Analógico.

En 2004 llega al poder el gobierno Zapatero. una de sus primeras ideas para las televisiones fue tratar de convertir a RTVE en una nueva BBC. Un poco de cualquier manera, que tampoco nos vamos a poner a hacer las cosas bien ahora, faltaría más. La idea principal era que dejara de tener publicidad, aunque el coste no lo asumirían los poseedores de televisión como en el caso inglés sino un 50% los presupuestos y el otro la aportación de las empresas de telecomunicaciones y los canales de televisión. Además, se constituía un Ente independiente del anterior Ente que buscaba procurar una mayor independencia del gobierno. Al menos hasta que llegara un nuevo gobierno a cambiarlo (¡SPOILERS!)

No era la única idea que traían. El gobierno tiene intención de crear un Plan Técnico Nacional de la Televisión Digital Terrestre que llevaría a cambiar no ya las reglas del juego sino incluso el número de jugadores. Y como si se puede liar bien gorda siempre es más divertido deciden hacer algún cambio más. En febrero de 2005 PRISA solicita al gobierno que le dejen convertir Canal + en una televisión en abierto y el gobierno decide que total ya pues se ponen a tramitarlo. El 29 de julio, a la vez que saca la versión definitiva del Plan que adjudica a cada cadena existente un múltiplex de 4 canales para la TDT y, de paso, confirma que la cadena podrá cambiar su forma de emisión facilitando que el 7 de noviembre Canal + pase a ser una exclusiva de Digital + y se lance Cuatro. El 25 de noviembre de ese mismo año el gobierno aprovecha para conceder una nueva licencia en abierto, convocando un concurso al que no deja concurrir a Net TV ni a Veo TV por considerar que la licencia Digital es equivalente y rechazando al otro competidor, Blas Herrero, que había presentado el proyecto de KissTV, de modo que se lo lleva esta vez una mezcla de medios españoles y la mexicana Televisa liderada por el grupo Mediapro, grupo empresarial cercano al gobierno porque aquí no disimula nadie. De manera que el 22 de febrero de 2006 comienza sus emisiones. -Sí, estos también lo tenían preparadito-.

Como estos eran años de crear de todo entre 2005 y 2006 aparecieron nuevas regionales, IB3 en las Islas Baleares, Aragón Televisión en Aragón, TPA en Asturias, 7RM en la Región de Murcia y Canal Extremadura Televisión en Extremadura. Y asolo quedaría que en 2009 empezara a emitir la pseudoprivada Castilla y León Televisión, CYLTV, para completar el cuadro.

Mientras tanto había empezado otra guerra. Sí, claro, por el fútbol. ¿Esperabais que fuera por otra cosa a estas alturas? Tras no haber aprendido nada de la anterior que terminó con la irrelevancia del satélite la llegada de Mediapro y La Sexta significó un cambio en el relativamente estable tablero poniendo una cantidad de dinero que por muy real que fuera no dejaba de sonar a gazillones. Esto significó el final del fútbol para la FORTA y una serie de broncas entre La Sexta con, obviamente, PRISA.

Tras emitir a un poco de cualquier manera el mundial de 2006 de manera  comenzaron los roces, la muerte de Jesús Polanco en julio de 2007, que desató una lucha interna entre sus familiares y Cebrián por el control del grupo, no hizo más que empeorar la situación. Una alusión de Felipe González en el funeral del magnate al «Fuego Amigo» -¡Y pensar que Los Sopranos o Juego de Tronos son series!- acabó de facilitar que entre septiembre y octubre de ese año se produjeran una serie de declaraciones, réplicas y contrarréplicas por quién tenía qué y cómo podía usarlo -o por dónde metérselo- peor aún, sobre todo porque tras pagar esa cantidad ridícula de dinero LA Sexta había decidido emitirlo en abierto. Fundamentalmente porque no tenía dónde o cómo emitirlo de pago. Y, de paso, para afianzar su cadena. Lamentablemente estalló una crisis de por medio y el dinero empezó a escasear poniendo en una situación más que complicada a ambos grupos. Tras pasarse a cuchilladas todo 2008 parar 2009 lograron un cierto acuerdo. Entre otras cosas porque parecía bastante claro que parte del marrón se lo iban a endosar al gobierno obligándoles a cambiar la ley, otra vez. Eso no significaba que ambos canales, Cautro y LaSexta, no hubieran quedado malheridos.

El gobierno Zapatero, intentando beneficiar a los suyos y a la vez agradar a todo el mundo una vez más, sancionó en 2009 unos cambios en la ley que permitían canales de pago por TDT, fuisionarse a las cadenas existentes y, ya puestos, aumentaban los múltiplex adjudicados. Una decisión contestada por aquellos que no tenían derechos que explotar -fundamentalmente Antena 3 y Telecinco- y que traería cola al ser esta adjudicación de múltiplex protestada por el propietario de uno de estos grupos de canales basura logrando que la justicia le diera la razón. Y metiéndonos en un lío del que aún no hemos salido. Y ya veremos cómo lo hacemos.

Para 2010 todas tenían que estar preparadas para el Apagón Analógico que significaba el final de la emisión tradicional y el comienzo de la digital. Algo que ha servido, a su vez, para que múltiples canales alegales aprovechen parar añadirse a la oferta, casi todas sin un contenido real más allá de teletiendas, espacios sexuales y consultas esotéricas. Un contenido de coste cercano a cero que asegura que por limitado que sea el rendimiento sea prácticamente entero de beneficios.

Estas apariciones podrían parecer una tontería de no ser porque la multiplicación de canales, que añade a los concedidos por el gobierno los que las comunidades dieron en su momento -si dudáis de que las adjudicaciones fueran motivo de polémica es que no habéis estado atentos- lleva a un exceso de oferta. Mediaset se encuentra con 6, como Antena 3. Varias de las concesionarias locales o regionales tampoco parecen tener muy claro que hacer llenando las cadenas de repeticiones o de versiones de estas cadenas basura.

Por contra las cadenas limítrofes que estaban acostumbradas a recibir emisiones regionales de los vecinos como las ciudades de Ceuta y Melilla con la cadena Andaluza o el intercambio entre Valencianos y Catalanes se ven interrumpidos en principio por el cambio de modelo.

Quizá porque si las cosas no se hacen de manera chapucera parece que no son tan españolas.

Pero volviendo a Cuatro y La Sexta, el placet gubernamental de 2009 abrió la puerta a una fusión. Y aunque en principio pareciera que se valorara una de La Sexta con Antena 3 y luego con Cuatro al final esta última se les adelantó pasando a formar parte de Mediaset tras más de un año de trámites en enero de 2011. En cuanto a La Sexta, en diciembre de 2011 llegarían a un acuerdo sus directivos con Antena 3 para una fusión que tendría fecha efectiva el 1 de octubre de 2012.

A su vez las cadenas regionales empezaron anotar los problemas de financiación, especialmente en las comunidades gobernadas por el PP que se encontraban en muchos casos con que tras una hipertrófia se sucedían los movimientos para privatizarlas de manera más o menos encubierta, encontrándonos con la ruina en la que se encuentra la en otros tiempos puntera TeleMadrid, la entrega de CMT a manos privadas para su gestión o, más dramático aún, el cierre de Canal 9 y sus satélites. Aún hoy hay muchas cadenas regionales que rondan o superan la media docena de canales.

De modo que ahora nos encontramos aquí. En mayo de 2013 el Grupo Planeta decidió seguir con su plan de domin… de renovación y pasó a denominarse Atresmedia. Junto con Mediaset controlan la mayor parte de las emisoras de televisión. Muchas de las cuales -sobre todo en Mediaset- viven de las repeticiones sin tener un público definido ni buscar especialización o nicho alguno. Varias empresas adjudicatarias se limitan a alquilar sus frecuencias para que grupos globales tengan una mayor audiencia. Y entre las pequeñas la programación enlatada es lo que prima. Incluso sin tener en cuenta el resto de problemas posibles por el lío de la última adjudicación.

En cuanto al cable, las empresas de telecomunicaciones –ONO, Telefónica, etc…- han puesto en marcha sus propios paquetes de contenidos de pago, aunque poco es lo que se ofrece en estos canales que sea creación propia. Cierto es que Canal Cocina o Calle 13 han creado programas y suelen tener producción propia pero son una minoría tanto en su programación como entre los canales que no han dado el salto aún a la TDT. Lo habitual es encontrar en estas plataformas versiones en español de canales internacionales que se limitan al doblaje y alguna autopromoción. Y del digital no creo que haga falta ni hablar.

De modo que tenemos los medios pero no el dinero -o la capacidad, quién sabe- para poner en marcha contenidos propios interesantes que no sean los ligados al fútbol. -¡No! ¡Otra Guerra del Fútbol NO!-. Canal + intentó introducirse en el mercado de las series mediante la producción o coproducción (Crematorio, ¿Qué fue de Jorge Sanz?, Falcón) pero al igual que lo sucedido con Neox (Atresmedia) da la sensación al observador exterior que solo hay dinero para que se haga una de estas series cada año, y eso mientras tengan ganas de emitirlas que otro de los signos de este tiempo son las series aburridas en la nevera.

¿Qué sentido tiene tener una oferta de alrededor de 30 canales en los centros urbanos pero no contenidos para rellenarlos?

No tengo ni la más remota idea, pero ese es otro tema. Este, de la organización de los canales y la televisión en España, creo que llega hasta aquí.

 


Falsumentales: Puede que no todo lo que emiten sea cierto

Tengo en proceso La Columna de hoy. Tranquilos, saldrá. Pero será esta tarde, porque parece que la actualidad manda y precisamente con El Receptor como web independiente me puedo permitir estas cosas. Así que vamos a ello.

Anoche se armó. No sé por qué, pero se armó. No lo sé porque no estaba viendo la tele. Y porque, probablemente, no hubiera estado viendo ese programa. Pero sí puedo contar lo que pasó después y lo que busqué y vi a continuación. En Salvados, el programa liderado por Jordi Évole, ofrecieron una pieza llamada Operación Palace. [EDITO: Me avisa Obdriftwood de que en realidad nunca se llegó a decir que el especial fuera parte de Salvados. Aunque medios y espectadores pensaran que sí. Una forma de cortafuegos para las respuestas posteriores.] En ella se explicaba que el 23F había sido un teatrillo puesto en práctica para reforzar la democracia.

Esto, que en realidad no está tan lejos de algunas voces que aseguran que se montó con el conocimiento del rey y quizá de algún partido, era emitido con un punto intermedio de cachondeo que hacía difícil creérselo. Pese a lo cuál hubo gente que se lo creyó, claro. Sobre todo -como ha pasado tantas veces antes- los que no vieron que al final se desmentía. Porque Évole faltó a una de las reglas principales. Decirlo también al principio. Total, hubiera sido lo mismo.

Así, mientras unos y otros discutían sobre si era el peor programa de la semana -que no- o si es lo que hace Évole todas las semanas -que tampoco- o si era un intento de apuntalar la versión oficial ridiculizando las falsas -que sería un ejercicio no ya de CT sino de uso de lo falso para apuntalar lo falso frente a lo real, demostrando que lo real es lo que nos emiten que sea, demasiado bonito como para poder creerlo, pero eh- otra gente se encontraba con un término nuevo: Mockumentary.

A mí me cuesta considerarlo como nuevo. Aunque reconozco que siempre me ha gustado más la versión española del asunto: Falsumental, por la unión de Falso y Documental. Porque en Mockumentary tenemos Mock y Documentary, y Mock significa Burla, pero no siempre hay un componente de diversión cómica. Ni en lo que se emite ni en aquellos que lo emiten. Pero novedad, novedad… pues me temo que no es.

Podemos considerar la famosa edición de La guerra de los mundos de 1938 por Orson Welles como el primer ejemplo, pero en realidad eso solo era ficción bien hecha. Con su explicación al principio y su audiencia no especialmente alta -además de la posibilidad de cambiar de cadena y comprobar que el resto pasaba- no deja de ser más una magnificación a posteriori y un ejemplo de la influencia de la ficción.

¿Dónde pondría yo el principio de estos falsumentales? -Sí, voy a seguir usando la palabreja, mala suerte- Pues en la BBC. En 1957 dentro del programa Panorma del 1 de Abril, y siguiendo el espíritu del April’s Fool presentaron la pieza conocida como Swiss Spaghetti Harvest sobre unos obreros recolectores de spaghetti del árbol que los produce. Es decir, esto:

Como veis todo muy ligero con, aquí sí, una intención de broma propia de sus Inocentes.  Pero, aquí hablamos de otra cosa así que vamos a ir delimitando.

Dentro de lo que se puede considerar falsumental están películas cómicas de una credibilidad digamos que ligera, quizá las más celebradas sean las de El Muy Honorable Barón de Haden-Guest o, como le conocemos casi todos, Christopher Guest. Dentro de las muchas que ha montado y que han ido influyendo en la televisión -véase Modern Family o The Office– como Very Important Perros (Best in show, 2000), la que puede ser mejor o al menos más divertida es This is Spinal Tap, película del año 1984 en la que ejerció de guionista junto a Michael McKean, Harry Shearer y el propio director del invento: Rob Reiner.

Sin embargo pese a la sensación de verosimilitud que podría transmitir no hay realmente una intención de hacerlo pasar por algo cierto, digamos que se limita a aplicar un formato documental a la organización y el aspecto, algo que ya hiciera Woody Allen en Zelig (1983) pero que está tan cerca de intentar tener una credibilidad total como las películas de Found footage o los Papiros encontrados que se usaban desde hacía siglos en la literatura. es un mecanismo más de la ficción para buscar un aspecto de realidad. Pero no hay realmente intención de lograr que alguien se lo crea y, desde luego,mucho menos de realizar una emisión televisiva. Algo similar al corto al estilo de los de Ken Burns The old negro space program (2005) -firmada con el pseudónimo Spacenigs– que realmente no tiene un lugar en el que encajar.

o incluso de la pieza más cercana al arte conceptual que a un intento de engañar a nadie, me refiero a la película Death of a President (2006) de Gabriel Range, que jugaba a especular con un atentado que acabara con la vida de Bush hijo. Lamentablemente se emitió no en televisión primero sino como película, y el hecho de que situar la muerte del presidente en el pasado también hacía poco sencillo llegar a creerlo. sobre todo porque lo que intentaba era establecer un discurso sobre la Patriot act y las mentiras oficiales, el control de la prensa, etc, más que jugar a confundir. Lo único que lo separaba de una película de ficción al uso era, precisamente, el uso de figuras reales. Que es por donde atacaron diciendo que era de mal gusto. Posiblemente debido a una restrictiva idea de lo que es el gusto.

Del mismo modo el italiano Il mistero di Lovecraft (2005) -como veis unos años muy locos para tratar de distinguir lo real de lo televisado- de Federico Greco y Roberto Leggio jugaba con la posibilidad de que Lovecraft hubiera viajado a Italia y descubierto algo aterrador. Lo que pasa es que, además de ser otro film, es casi un thriller rodado con aspecto documental. Así que está tan cerca de ser un falsumental como lo estuvo en su día El misterio de la Bruja de Blair (The Blair Witch Project, 1999)

Dentro de todas estas creaciones que estarían en el borde de lo que podríamos considerar similares a lo ocurrido ayer vamos con la última que se puede dejar de lado sin problemas. Al menos en mi opinión. Me refiero a Paedogeddon!, el Especial Pedofilia (2001) del programa satírico inglés Brass Eye. Un programa y un especial del que ya hemos hablado antes, en el que sus responsables, Chris Morris fundamentalmente, aunque entre los guionistas estaba Charlie Brooker, querían llamar la atención sobre el problema del tratamiento sensacionalista de los medios y que tuvo problemas pero no por que nadie se confundiera, ni mucho menos, sino porque los medios se tomaron la crítica… como se toman siempre estas cosas. Era imposible, tras una temporada entera de Brass Eye ya emitida en 1997, que nadie pudiera realmente pensar que nada de lo allí ocurrido, con un tono extremo y disparatado, era cierto. Así que fuera también.

He explicado todo esto para dejar claro que no es tan sencillo. Que siempre ha habido creaciones falsas que buscaban el aspecto de realidad pero que no muchas veces conseguían ser emitidas en televisión de una manera medianamente razonable. Es decir, que espero que haya quedado claro que por cada Swiss spaghetti harvest hay tres Borat. ¿Y entonces?

Pues pese a todo esto aún puedo sacar unos cuantos ejemplos de falsumentales similares a lo vivido ayer. Y, sorprenderos si queréis, pero los ha habido durante décadas.

Si a algo le debe homenaje y respeto lo de ayer es al explícitamente aludido Operación Luna (Opération Lune, 2002) de William Karel que emitió el canal ARTE explicando que la llegada del hombre a la Luna no se había producido, siendo en realidad una costosa creación de Hollywood dirigida por Kubrick. Para darle más verosimilitud se buscó la forma de que aparecieran personas reales. Para ello se dirigieron a la viuda de Kubrick o a Buzz Aldrin con falsos pretextos de rodaje realizando preguntas vagas para poder insertalas, también buscaron ne los archivos de entrevistas algunas que poder sacar con políticos existentes –Rumsfeld y Kissinger entre ellos- para dotar de verosimilitud algo que no tenía nada que ver. También podemos considerarlo exitoso por ser la base de First on the moon (Первые на Луне, Pervye na Lune, 2005) de Aleksei Fedorchenko que explicaba cómo los rusos llegaron en los años treinta y que salió como película aunque durante su rodaje algunos periódicos rusos creyeron estar ante un auténtico documental. Pero volviendo al de Karel, cuando fue preguntado explicó que la finalidad de la pieza era demostrar que con un grado medio de manipulación se podía crear la sensación de realidad que aumentaba gracais al contexto proporcionado por, en este caso, el serio canal ARTE.

Lo que no significa que el contexto sea innecesariamente reprochable como demostró el especial del SyFy -entonces aún SciFi Channel– emitía en 2004 The Buried Secret of M. Night Shyamalan documental de Nathaniel Kahn sobre el director de la recién estrenada The Village en un intento de crear una pieza original y, a la vez, de crear una cierta publicidad en ambas direcciones. Incluyendo en su estrategia a Shyamalan diciendo días antes del estreno que estaba molesto por la emisión del documental y que tenía intención de evitarlo. La historia, que buscaba explicar la verdad tras el director -en fin- hizo que el canal tuviera que emitir una disculpa oficial días después. Y aún hoy hay gente quejándose, así que quizá el contexto no sea lo único.

Por ejemplo, ¿podría alguien realmente creerse The canadian conspirancy (1985)? Este falsumental emitido por la HBO narraba los intentos de los canadienses por hacerse con la industria del espectáculo estadounidense para, a través de ella, hacerse con el control del resto del país. Robert Boyd aprovechaba que Erik Nielsen, hermano de Leslie, era en ese momento vicepresidente para lanzar una serie de ideas bastante ridículas aprovechando la entrada de cómicos canadienses, con Lorne Michaels señalado como sucesor de Lorne Green al mando del asunto y la colaboración de nombres conocidos como Eugene Levy, John Candy, Martin Short y, por supuesto, William Shatner. Por algún extraño motivo la gente pareció creérselo menos que el de Shyamalan.

Puede que se deba al responsable del invento. Quizá si eres Peter Jackson te resulte más sencillo, incluso cuando emites en una televisión neozelandesa en un horario dedicado habitualmente a miniseries y telefilmes te dejan que les casques un Forgotten Silver (1995) sobre un compatriota pionero olvidado del negocio del cine. Armarse se armó, claro, a la TV ONE de Nueva Zelanda le tocó salir a dar explicaciones de por qué no se había sido más claro -¡más aún!- sobre lo ficticio que era el producto.

Aunque eso no es nada comparado con la que puede ser mi pieza favorita de todo el recorrido. En 1992 la BBC decidió celebrar Halloween con un especial de fantasmas. Originalmente pensado como una serie que usara a personas reales y conocidas, problemas de presupuesto y tiempo obligaron al canal a convertirlo en un especial. Así nació Ghostwatch. Quizá uno de los más controvertidos de entre todas las creaciones que estamos viendo, pese a que se emitieron anuncios al principio y que las líneas habilitadas para que llamaran los espectadores explicaban que era una creación. Dio igual. Los presentadores -gente conocida de la televisión de aquella época- iban exponiendo casos a la vez que desde la misma realización se jugaba con la ambigüedad de lo que había sucedido en una casa en la que una mujer divorciada y sus dos hijas decían estar siendo sometidos al acoso de algo paranormal, así hasta llegar a una primera conclusión, que la hija mayor lo había montado todo. Pero aquello parecía solo el principio y pronto en la casa y el estudio se iban multiplicando los sucesos. Podéis echar un ojo a este texto de Santi Pagés, el Dr Zito, sobre el programa. La gente llamó primero para compartir sus experiencias con Lo Paranormal pese a que se les dijera que era falso. Luego para alarmarse, sin acabar de creer la explicación que se les ofrecía. Y es que la sugestión era mucho más poderosa que, en fin, la realidad. Lo que llevó, por cierto, a cambiar en el último minuto el final de la obra para no sugerir que ahora los fantasmas se habían trasladado a las de los espectadores mediante la televisión. Pero ya hablaremos más a fondo de este caso en otra ocasión.

Volvamos a lo de ayer. Si hemos visto que el contexto y el contenido muchas veces no influyen en el público tanto como el formato, ¿qué sucede cuando todo se junta? Es decir, ¿cuándo fue la última vez que se armó a lo grande? Posiblemente la respuesta a esa pregunta sea Bye, bye, Belgium (2006) en el que el periodista Philippe Dutilleul usó el canal público belga RTBF para ofrecer un boletín especial sobre Flandes declarándose independiente. Todo el proceso y reacciones posteriores es tratado con la seriedad propia del tema de modo que apenas media hora después de iniciado el programa, y a resultas de una llamada directa del Ministro del ramo, aparecen unos bloques de texto impresos indicando que es todo falso. La historia, preparada durante dos años, causó un revuelo internacional enorme entre sus vecinos y algunos otros países europeos y lo que podríamos calificar si buscáramos una definición técnica como Tormenta de mierda sobre el responsable dentro de Bélgica con prácticamente todos los políticos llevando antorchas a su puerta.

La gente, cómo es. ¿Eh? Porque en España… ¿Qué pasa con España? ¿Es que no tenemos inventiva? Ni mucho menos. Ya antes de que terminara el programa la gente estaba recordando otros sucesos. Sin salir de La Sexta se hablaba del famoso Os la hemos colado de Wyoming a Intereconomía en 2009, del documental ucrónico ¡Viva la república! de Jaume Grau, emitido también por La Sexta en 2008 que especulaba con un triunfo del otro bando en la Guerra Civil de manera similar al que en 2004 había hecho el falsumental C.S.A.: The Confederate States of America de Kevin Willmott con los Estados del Sur y su propia Guerra Civil. Pero ninguna de esas dos pueden ser consideradas como realmente equivalentes. Tenemos que remontarnos a Camaleó.

En 1991 dentro de TVE-Cataluña se emitía el espacio Camaleó que decidió jugar con la realidad y ficción televisiva y emitir un falso informativo sobre un golpe en la URSS.

Que La Vanguardia parara sus rotativas a la espera de saber si era o no cierto no es demasiado preocupante, que el resultado de este… experimento… fuera el cese del área de programas de la cadena, o esta maravillosa frase de Enric Sopena, en aquel entonces jefe de TVE-Cataluña, «es falso que L’¡nformaflu se haya emitido bajo amenazas. Lo único que hizo la dirección fue recordar al grupo de redactores que se oponía a su emisión que tendrían que atenerse a las consecuencias». ¡Que es una cosa completamente diferente! El asunto trajo cola y aún hoy los responsables, Miguel Ángel Martín y Manuel Delgado, se resienten como me recordaba ayer MeComíaUnFlan aportando este documento que, por cierto, tanto viene al caso. Y eso incluso sin saber que unos meses más tarde ocurriría de verdad.

Con eso y con todo, y por difícil que os resulte creerlo, aún se armó aún más gorda en otra ocasión en España. Aunque no por culpa de los españoles. Bueno, no exactamente culpa nuestra. Me recordaba ayer Fangar que, por si a mí se me pasara, había que hablar de Alternativa 3. No se me pasa, pero lo agradezco, claro que sí. Y es que Alternativa 3 fue…

Alternativa 3 fue un falsumental escrito por David Ambrose en 1977 -¿Recordáis cuando decía que tampoco era un asunto tan novedoso? ¡Ta-Da!- sobre desapariciones de científicos por todo el mundo que el aguerrido periodista de turno descubre que forma parte de un plan para crear una estación espacial ante la inminente destrucción de la Tierra por culpa de un fenómeno climático ante la cuál pocas alternativas quedaban siendo esta la preparación para establecerse en Marte. Inicialmente pensado para emitirse el April’s Fool, problemas de producción lo postpusieron hasta junio, dejando la fecha original como pista para los espectadores -que lo pillaran desde el principio, como siempre- que, como de costumbre, se quejaron por la falsedad. ¿Y qué pintan los españoles en esto? Si no aparecen ni en el final. Y eso que sí había otros países apareciendo como los rusos y estadounidenses que son mostrados cooperando para llegar a Marte. De neuvo la cadena explicó que era falso y al día siguiente sacó un comunicado. ¿Entonces? Pues porque nosotros somos así.

Esto es, ¿cómo creéis que se organizó? Pues porque en 1983, seis años después -Sí, seis. España, ¿recordáis?- Fernando Jiménez del Oso emitió en su programa La puerta del misterio el documental como si fuera verdadero. En serio.

Más aún, cuando llegaron las críticas porque se lo hubiera tragado y emitido se limitó a decir que estaba integrado dentro de una serie de documentales y que cómo iban a saber ellos que era falso. Repito: SEIS AÑOS DESPUÉS. Sobre algo desmentido al día siguiente y que se había avisado a los críticos televisivos de que era falso antes de emitir. [EDITO: No os perdáis lo del libro que cuenta Emilio Martín en los comentarios.] Por si os lo estáis preguntando, Jiménez del Oso tardó solo un año en volver a tener un programa en la televisión. Por aquel entonces la pública y única.

Cómo veis no es un asunto de si en España nos lo podemos tragar, de si lo que pasó con esta Alternativa 3, con Camaleó o con las diversas ideas alternativas de La Sexta funcionan con nosotros. Es un asunto del valor que le damos a la realidad televisada. ¿Necesitamos realmente que nos digan «Esto te lo crees», «Esto no»? ¿O podemos tener una conciencia crítica como espectadores para decidir lo que no nos cuadra de lo que vemos e intentar aprender más sobre ello?

Mucho se ha hablado del programa de ayer de Évole. De lo cercano que estaban los hechos para bromear sobre ellos (?), de su utilidad para combatir toda versión que se aparte de la oficial, del famoso giro a la derecha de los medios con esa teoría según la cuál Lara pretende meter en vereda a La Sexta aún a costa de destruir a sus caras reconocibles, ¡o quizá es algo que se buscan ellos solos? Tanto da. Porque quizá la pregunta importante que podemos sacar de esto. Del de ayer, pero también de todos los otros ejemplos que he estado poniendo es:

¿Está usted preparado para ver la televisión sin tutela?


El Musical: It’s Von Trapp

La muerte de Maria Von Trapp con 99 años, la última de las Von Trapp vivas, parece el momento de sacar por aquí Sonrisas y lágrimas. Demasiado conocido como para que realmente sea necesario asíq eu nos limitaremos a hablar de la versión de la NBC y, concretamente, de su impecable Sixteen going on seventeen.

¡Que no! ¡Que es broma!

Vamos a poner un vídeo del homenaje a Julie Andrews que es más variado y saca otras obras. ¡Si Sonrisas y lágrimas ya nos la sabemos todos! ¡Disfrutadlo!


Libros que llegan: Fresán, Fouche, Stevenson y más

Semana plácida también esta, con febrero consumiéndose lentamente. Aún y con eso nos ponemos en casi una treintena de novedades destacables. Así que pongámonos con ellas cuanto antes:

 ¡Que entre la pila!

La parte inventada de Rodrigo Fresán, ed. Literatura Random House 

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Una nueva obra de Rodrigo Fresán es algo que siempre apetece, pese al tamaño de letra que le pongan o a lo metaliterario y autobiográfico que sea como parece este caso. Esperemos que con ella podamos reencontrarnos con San Fresán.

– Las dos señoras Abbott de D. E. Stevenson, ed. Alba

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Primero fue El libro de la señorita Buncle y luego su Matrimonio, ahora nos toca el retrato de Inglaterra durante la guerra y los cambios que eso supone para un pequeño pueblecito. También las relaciones no de nuestra protagonista, convertida aquí en observadora y consejera, sino de una joven pariente. Sigue siendo deliciosa, eso sí.

– CeroCeroCero (Cómo la cocaína gobierna el mundo) de Roberto Saviano, ed. Anagrama

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Aún no sé por qué está en la colección Panorama de Narrativas, teóricamente de ficción, en lugar de en una de ensayo, pero el caso es que el repaso y explicación de Saviano al negocio mundial de la droga es tan interesante como fue su mirada a la mafia en Gomorra.

La cocina fácil de Lorraine Pascale de Lorraine Pascale, ed. Grijalbo

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Lorraine Pascale es una cocinera que sabe transmitir la alegría por la cocina y por unos alimentos sencillos y reconfortantes. Yo, que tengo cierta debilidad por su programa, no puedo dejar pasar este primer recetario que le sacan en español.

Memorias (1759 – 1820) de Joseph Fouché, ed. Biblok

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Creo que habrá pocos que nieguen el magnífico libro que es el Fouché de Stefan Zweig, en parte gracias al magnífico personaje en el que se centraba. Pues bien, ahora podemos ver también su versión de los hechos, interesante por lo lejos que está de cualquier autocrítica y complemento perfecto del anterior por su dulcificada versión de los hechos.

Pequeñas guerras, lugares remotos de Michael Burleigh, ed. Taurus

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La guerra como algo que siempre sucede pero que se va alejando de los nucleos de poder para dirimir disputas por todo el orbe, en un mundo que ha pasado del colonialismo a una globalización que permite ir disputando por toda la Tierra debido a movimientos políticos y sociales que se influyen unos en otros.

– Siempre lecturas no obligatorias de Wislawa Szymborska, ed. Alfabia

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Continúan las recopilaciones de textos ensayísiticos de Wislawa Szymborska, aunando reflexiones sobre temas de actualidad con reseñas o reflexione sliterarias. Una gran labor -quizá algo costosa- para conocer mejor a esta gran autora.

– El sur pide la palabra de Slavoj Zizek y Srecko Horvat, ed. Los Libros del Lince

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Zizek en conversación con el filósofo croata Horvat habla de las desigualdades norte/sur -sobre todo en Europa, pero no solo- y de los problemas que tecnócratas, neoliberales y racistas crean.

– Artistas sin obra (I would prefer not to) de Jean-Yves Jouannais, ed. Acantilado

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Recuperación de un ensayo de 1997 sobre los autores que perecieron o abandonaron contra la literatura. Catálogo de autores más o menos reales, que por distintos motivos fueron desapareciendo y pasando a ocupar otros puestos en su particular historia.

 Musketaquid de Henry David Thoreau, ed. Errata Naturae 

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Thoreau (Walden) recrea en este libro la relación con su hermano fallecido a través de una mezcla de libro de viajes y reflexión filosófica y sentimental, quizá la obra más sentida de su autor.

 Rostros escritos (Monólogos con creadores españoles de los setenta) de Robert Saladrigas, ed. Galaxia Gutenberg

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Desde 1968 y durante la década de los ’70 Robert Saladrigas entrevistó a gran parte de los creadores literarios más importantes de España, y lo hizo tratando de que hablaran no solo de sus obras sino de sus ideas y de sus esperanzas para el futuro que se adivinaba.

– Contra un ignorante que compraba muchos libros de Luciano de Samosata, ed. Olañeta

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Que no se sienta nadie aludido, que esta sátira de los pedantes que van acumulando libros como si por poseerlos los hubieran leído e incluso comprendido no va por nadie. Pero resulta agradable que en Olañeta la recuerden y procuren una de sus pequeñas ediciones.

Plan D de Simon Urban, ed. Grijalbo

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Es difícil ubicar esta obra, ¿es una distopía? ¿es un thriller? En cualquier caso esta historia en el que aún en 2011 sigue existiendo un bloque comunista que está tan al borde de la crisis como el capitalista con un cadáver de por medio y la necesidad de que en la investigación colaboren policías de las dos Alemanias.

– Ácronos (Antologia steampunk vol. 2), VV.AA., ed. Tyrannosaurus Books

79-207-large_leobookSegundo recopilatorio de relatos steampunk de autores españoles -y una colaboración especial de S.J. Chambers– para que podamos comprobar de primera mano que el género sigue resistiéndose a morir de mano de estos 9 hombres y 5 mujeres.

– El hombre sin rostro de Luis Manuel Ruiz, ed. Salto de Página 

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La propuesta del curtido aunque no muy reconocido escritor Luis Manuel Ruiz es interesante de entrada, ambientada en la primera década del siglo XX, en Madrid, una historia de ambientación extraña y fondo misterioso y científico, esta primera aventura del Profesor Fo puede ser el inicio de algo nuevo e interesante.

– El caso de Charles Dexter Ward de Howard Phillips Lovecraft, ed. Acantilado

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Seguimos con la recuperación de Lovecraft que se inició a finales del año pasado y que tanto entretenimiento nos está trayendo. Esta vez con el regreso de otra de sus narraciones fundamentales dentro del catálogo de Acantilado.

– Eric de Aztalan y Otras Historias de Golden Fleece, VV. AA. ed. Barsoom

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Cuando no son los unos son los otros, esta semana toca una novedad de Barsoom con este primer recopilatorio de novelas pulp de un género menos asociado, el histórico, mediante una selección de las mejores historias aparecidas en la revista Golden Fleece.

– Lolito de Ben Brooks, ed. Blackie Books

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No tengo yo todas conmigo con esta novela, pero seguro que os gusta saber que este intento de narrar la juventud actual en toda una declaración de intenciones ya desde ese título tan referencial como carente de relación o sentido en comparación con lo que se nos ofrece dentro.

– La torre de Londres (Seguido de El museo Carlyle) de Natsume Soseki, ed. Olañeta

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Una nueva obra de Soseki llega a España, una breve dentro de la colección Centella de Olañeta. Esta vez son dos historias con mucho de observación de lo que Londres significaba en la era victoriana.

El manuscrito de Arno Strobel, ed. Pamies

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Arno Strobel, exitoso autor alemán de thrillers, menos exitoso en España hay que decir, suele producir encantadores pasapáginas. Quizá en esta ocasión, con un autor de novelas de misterio que se ve envuelto en una serie de muertes que incluyen un libro escrito sobre piel humana sea difícil decidir si se le ha ido de la mano. Pero queda claro que no le asusta intentarlo.

– El valle del asombro de Amy Tan, ed. Planeta

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La apuesta de Planeta para el mes con el regreso de Amy Tan y otra de esas historias familiares de madres e hijas a través del Siglo XX en oriente. ¿Qué queréis que os diga?

– El secreto de mi marido de Liane Moriarty, ed. Suma de Letras

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Por su parte, la novela destaca del grupo Santillana en una intriga romántica, que en realidad de romántica tiene más bien poco y de íntriga… digamos que la capacidad de mantener el suspense sobre tres mujeres, sus familias y las interacciones entre ellas.

 Poesías Picarescas de Francisco de Quevedo, ed. Visor

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Cualquier poesía inédita de Quevedo ha de ser recibida con alegría, pues aunque sean menores significan que aún se pueden encontrar cosas nuevas de los grandes de la literatura.

 La casa de Hades de Rick Riordan, ed. Montena

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Las aventuras mitológicas de Rick Riordan son un magnífico entretenimiento juvenil. Su saga más conocida, Percy Jackson, se vio continuada en esta saga de Los héroes del Olimpo. Que no deja fuera a sus antiguos personajes, pero que se centra en unos nuevos. En esta ocasión sigue la aventura de la lucha contra monstruos gigantes que hacen necesario cerrar las Puertas de la Muerte.

– El último guardián de Eoin Colfer, ed. Montena

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La saga de Artemis Fowl ha ido estirándose y dando vueltas durante años. Aquí Eoin Colfer asegura que le pone final. Pero también lo dijo las anteriores veces así que a saber. De momento lo que podemos decir es que en un nuevo enfrentamiento entre el relativamente malvado joven prodigio que da nombre a la saga y un antiguo enemigo.

– El país de los ciegos de H. G. Wells, ed. Nórdica

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Un texto inesperado del gran autor inglés sobre la ceguera como metáfora y la capacidad de gobernar y manipular a la gente servida, además, con ilustraciones de Elena Fernández.

– Mejor que vivir de Miguel Noguera, ed. Blackie Books 

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Un nuevo volumen de las cosas de Noguera. Todo muy post y eso aunque se parezca a los recopilatorios de todos los demás humoristas. Qué le vamos a hacer si no hay postlibros aún.

Como veis un par de cosas interesantes, muchas curiosidades y un sinnúmero de acuses de recibo. Y es que esto no se detiene nunca. Al menos esta semana, ya veremos la próxima. Si queréis venir.


Que algo sea nuevo no significa que sea novedad

La semana pasada en los Goya se concedió un premio honorífico a Jaime de Armiñan, un favorito de esta página de quien algo hablamos en el pasado. El miércoles falleció Sid Caesar, al que hemos mencionado alguna vez de pasada, sobre todo para elogiar el impresionante grupo de guionistas y actores/guionistas que reunió en Your show of shows.

A la vez que estos monumentos a la antigüedad eran recuperados aparecían nuevas apreciaciones del presente en forma de inesperados ditirambos. Por un lado para el plano-secuencia del último capítulo de True Detective; por otro para la nueva temporada de House of cards, especialmente para un giro que ha dejado de piedra a muchos de sus espectadores.

Lo que me llevó a una reflexión, ¿cuánto de lo que impacta lo hace por la novedad y luego se diluye? Es del todo imposible que el espectador del original House of cards -que como he dicho siempre es un monumento televisivo británico.- se pudiera sorprender por ese giro. No lo hacen igual, claro, pero si es el mismo resultado.

En cuanto al tan traído plano-secuencia, escuchando a la gente parece que no es un recurso tan habitual. No digo en el cine, donde hemos tenido versiones de Orson Wells a Nicolas Cage y todo tipo de secuencias montadas a su alrededor. Pero es que en la televisión también. En The West Wing y Urgencias eran habituales, en 19-2 le dedicaron 13 minutazos a un tiroteo en una escuela, en los inicios de The Bill era la forma habitual de darle aspecto de documental a sus momentos de acción policíaca, Loco por ti se marcó un capítulo que era prácticamente una única toma, Expediente X realizó uno de sus mejores capítulos con Triangle que tiraba de este recurso y comenzaba con un plano absolutamente titánico de Gillian Anderson haciendo de Scully y Psychoville hizo un homenaje a La soga de Hitchcock con un capítulo en el que había un único corte. Aunque el rey de los long take es, para mí, Joss Whedon. A la que te descuidas te mete uno; sea en Angel (el primer día del grupo en Wolfram & Hart, por ejemplo), en Firefly (en el último capítulo, con River andando por la nave) o Buffy (que tiene de todo aunque el más recordado sea el de The Body) convirtiéndolo en un rasgo propio del director.

No significa esto que la toma no tenga mérito, ni mucho menos, ni que merezca ser destacada… pero. Cuando uno escucha los elogios infinitos sobre algo que ha visto muchas veces empieza a preguntarse qué se mueve detrás.

Asumamos que el público espectador no tiene por qué recordar o haber visto nada de lo anterior. Quién sabe, quizá es la primera serie que ve y de ahí la sorpresa. Pero, ¿y la crítica? ¿No tienen memoria? ¿No han hecho los deberes? ¿También son estas las primeras series que ven?

Es difícil no reconocer la influencia de Sid Caesar en la comedia americana, tanto la cinematográfica como la televisiva, no solo trabajaron para él, o con él, genios como Carl Reiner, Neil Simon o Woody Allen, también Larry Gelbert o Mel Brooks que tanto hicieron por la televisión con M*A*S*H y Superagente 86 respectivamente.

Gracias a Jaime de Armiñan tuvimos Galerías de Maridos y de Esposas, Doce caras de Juan y de Eva, aunque será más conocido, supongo por obras más recientes como Suspiros de España , Ramón y Cajal, Cuentos imposibles, Una gloria nacional y, por supuesto, Juncal. Todo lo cuál le convertiría en un referente para la televisión española -de hecho, solo con la última…- pero es que además colaboró -entendámonos, tampoco las anteriores las hizo solo- con Chicho Ibáñez Serrador y Augusto Algueró en uno de los hitos de la televisión franquista, las Historias de la Frivolidad.

Por lo menos Armiñán ha visto reconocido su trabajo, y creo que Chicho también lo ha visto varias veces reconocido. Aunque con nuestros pioneros todas las que sean serán pocas. -Sobre todo cuando algún canal español decide hacer una serie de documentales sobre nuestra historia y decide centrarse en los actores, olvidando esa frase de Eva al desnudo según la cuál Ya es hora de que el piano se dé cuenta de que no ha escrito él el concierto.-

Quizá sea por estos motivos por los que me gusta recordar a las glorias vivas que tenemos, quizá sea que he visto demasiado y no es solo la vista lo que tengo cansado. O todos esos pilotos. -El 3 de marzo toca el primer Pilotos Deathmatch de 2014, por cierto- pero no me deja de asombrar cómo unos y otros logran colocarse.

Cierto es que no todo se explica tan fácilmente. Veo poco movimiento elogiando Broad city o Rick and Morty, y poco comentario sobre Inside Nº 9. Así que quizá solo sea una mezcla de desafección e incomprensión ante el éxito de lo que la memoria me dice que no es para tanto frente a aquello que me dice que al menos se están esforzando. Pero, claro, cuando veo el segundo capítulo de la antología que es Inside Nº9 y me encuentro un ejercicio mudo a medio camino entre Hitchcock y Tricicle lo primero que hago es alegrarme. Y lo segundo pensar…

¡Pero esto también lo hizo antes Whedon!

En fin, habrá que procurar disfrutar pese a la historia, pero -por supuesto- sin olvidarla. Hay que templar en algo nuestras opiniones. Y quizá recordándola, teniéndola más presente, logremos celebrar mejor a los que se lo merecen. Así que, por favor: Un poco de memoria para todos.


El Musical: Pintan negro en los Goya

Un año más en los Goya trataron de hacer un número musical debido a… eh… uh… ahm… ¿que por pura probabilidad estadística antes o después uno tiene que salirles bien? Si la idea es demostrar que nuestros equipos técnicos y artísticos no tienen nada que envidiarle a los anglos a lo mejor tendrían que buscar una forma mejor que… bueno… cosas como esta que vimos la semana pasada:

 

 

Así que ahora estaréis pensando que voy a hacer un repaso a los números musicales de OscarsTM o de TonyTonyTony para avergonzarles….

¡¡¡POR FAVOR!!!

Que estamos hablando de los Goya.

Voy a poner unos cuantos números de estudiantes de secundaria.

Que en USA lo mismo te hacen una versión Concierto como este medley de Les Misérables por los alumnos de la escuela pública de Texas McKinney Boyd High School

que te montan el musical entero con vestuario, decorados y toda la pesca como demuestran en la Amity Regional High School de Conectica con su montaje de Sweeney Todd del que os pongo sólo la Ballad of Sweeney Todd

que lo mismo pensáis que es cosa de USA, motivo por el que quiero que conozcáis a unos jóvenes de Canada, de Vancouver más concretamente, alumnos de la Eric Hamber Secondary que prepararon un montaje de Grease del que os traigo sus Summer nights

o a estos chicos de Reino Unido, escoceses además, alumnos del Holyrood Secondary School en Glasgow que adaptaron Oliver! y para muestra un Food, glorious food!

cómo veis no es cosa de que los estadounidenses puedan montarse su propio Chicago como hicieron los alumnos de El Dorado High School de California como demuestra este We both reached for the gun.

Al final podría parecer que, como exponen estos chavales de Washington del Ferndale High School a partir de un número de Annie get your gun: Anything you can do I can do better.

Así que, chicos y chicas del cine español…

¿Habéis pensado ya en buscar adolescentes para que hagan vuestro trabajo?


Libros que llegan: Edmund Crispin, Cocinar, Salem y más

Una nueva semana y otro cargamento de novedades que ha llegado a la librería. Poco -por no decir nada- hay destacable del mayor grupo editorial español, por suerte el mayor grupo editorial mundial parece decidido a darnos una buena cantidad de material aunque, como casi siempre, serán las más pequeñas las que nos traigan un buen puñado de interesantes novedades. Pero no os entretengo más que ya sé que lo que queréis es que diga:

¡Que entre la pila!

 Trabajos de amor ensangrentados de Edmund Crispin, ed. Impedimenta

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¡Otro Gervase Fen más! ¡Otro motivo de celebración! En este caso el más metaliterario y despreocupado de los pobladores de la novela problema tendrá un par de asesinatos y un manuscrito perdido por medio, aunque todos sabemos que aquí se viene por el humor inglés y la acidez de algunos comentarios académicos.

Cocinar de Michael Pollan, ed. Debate

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Los más metidos en las gastrocosas recordarán sin duda Saber comer de Michael Pollan, a otros quizá les suene su libro El detective en el supermercado, en cualquier caso las aportaciones ensayísticas del autor al placer de la mesa no es algo que convenga dejar de lado.

Muerto el perro de Carlos Salem, ed. Navona

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Establecido como uno de los nombres más interesantes de las letras -negras- en español, el siempre original Salem nos propone en esta ocasión otra de sus delirantes incursiones en el género, esta vez con una viuda decidida a descubrir qué pasó con su marido por gordo que sea el lío en el que se esté metiendo.

 El hombre bicolor de Javier Tomeo, ed. Anagrama

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En la novela póstuma de Tomeo encontramos todo su arsenal habitual, empezando por la extrañeza. Un inspector de hacienda llega a un pueblo y no encuentra a nadie. La excentricidad y lo inesperado pronto van haciendo mella en este hombre, con un ojo de cada color, que siente como se va separando de la realidad.

La ciudad de N de Leonid Dobychin, ed. Nevsky Prospects 

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Con solo un puñado de obra escrita y esta novela como única incursión fuera del relato Leonid Dobychin podría pasar por un autor menor. Nada más lejos de la realidad. No por menos extenso su producción es peor ni su influencia más limitada, como sin duda notará quien se lea esta gran obra que explica de una manera aparentemente neutral cómo una pequeña ciudad de provincias vivió la revolución mientras un joven -el protagonista- se hacía mayor. Pero precisamente esta manera distraída de ir narrando situaciones sería la que permitiría diversas interpretaciones de lo que está siendo contado.

 Rituales cotidianos (Cómo trabajan los artistas) de Mason Currey, ed. Turner

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Repertorio de manías y formas, repaso a lo que escritores, científicos, pintores, inventores y todo tipo de gente creativa hacen -o dejan de hacer- cuando se disponen a trabajar, permitiendo hacerse a la idea de las anécdotas -muchas de ellas contrapuestas- y descubrir a cuál se acerca uno más.

– La sátira de Pollux Hernúñez, ed. Rey Lear

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En los tiempos antiguos los poetas no dudaban en lanzar sus dardos en verso a los poderosos y corruptos, precisamente por ello Pollux Hernúñez ha decidido hacer una pequeña antología de alguno de los más afilados dardos y, de paso, traernos un recorrido por la más afilada forma de humor.

¿Y tú qué clase de madre eres? de Paula Daly, ed. Literatura Random House

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No, tranquilos, no es un libro de autoayuda. Ni tampoco un tratado pedagógico. Uno de esos thrillers que se hacen ahora y aún están buscando una etiqueta común para el público, aquí prueban con thriller doméstico desdechando lo de high concept thriller, pero, en cualquier caso, lo que este libro es es la historia de la desaparición de una adolescente, de la sobrepasada madre de su amiga que ayuda a buscarla y de todas las pequeñas historias ocultas que salen a la luz con esta investigación.

– Cartas de Francesco Petrarca, ed. Espuela de plata

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Petrarca fue no solo un poeta, también fue un amante de la la literatura y, por eso mismo, escribió una serie de cartas que le sirvieran de diálogo con algunos de los más grandes autores de la literatura clásica grecolatina para dialogar con ellos ensalzando sus virtudes y criticando también sus defectos y actuaciones menos honrosas. De esta manera no solo recordamos a los grandes de la antigüedad sino que accedemos a una faceta diferente de una de las figuras más importantes del Renacimiento.

Camouflages de Joan Fontcuberta, ed. Gustavo Gili

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Catálogo de la exposición parisina del mismo nombre que, a través de diez series de fotografías, ofrecía a Fontcuberta la posibilidad de reflexionar mediante imágenes sobre el concepto de camuflaje. Como siempre con él las reflexiones, tanto las directas como las volcadas en forma de imagen, son a la vez tremendamente sugestivas y dotadas de un perfecto sentido.

– Moon Tiger de Penelope Lively, ed. Contraseña

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Esta historia de una mujer moribunda pero con un interesante pasado que se va recordando en el hospital no es solo un gran libro por el que su autora ganó el Pulitzer a finales de los ochenta, también es una demostración de que Lively -británica aunque nacida en Egipto- tenía algo original y diferente que aportar a su literatura madre.

La mujer que no quería amar de Stephen Grosz, ed. Debate

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A primera vista podría parecer algún extraño libro de autoayuda. En realidad se trata de un recopilación de casos reales en los que el psicoanalista Stephen Grosz expone diferentes formas de acercarse a los sentimientos en todas sus variedades mediante algunos casos con los que se ha encontrado.

 Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis de Vasilis Vasilicós, ed. Hoja de Lata 

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El escritor griego Vasilis Vasilicós ha sido poco editado en España, pero eso no significa que sea menos importante como demuestra esta obra sobre el escritor como exiliado que logra unir una trama bufa con una casi de suspense y espionaje a la vez que examina la vida y significados de ser escritor. Una obra inesperada.

 El resucitador de H. P. Lovecraft, ed. Periférica

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La cada vez mayor valoración del de Providence ha facilitado que su obra, circunscrita primero a colecciones o editoriales de género, vaya permeando al resto lo que está facilitando la recuperación por parte de un gran número de editoriales como esta nueva traducción del clásico Reanimator.

El campamento de Napoleon de Sir Arthur Conan Doyle, ed. Espuela de Plata

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Las ficciones históricas con toques de aventura, suspense y humor son menos conocidas que las grandes historias de Sherlock Holmes, pero aún así merecen un vistazo. Aquí nos encontramos con otro de los personajes recurrentes de Doyle, el Brigadier -aquí aún Teniente- Gerard, un húsar de Napoleón. Será precisamente el Emperador quien se lleve la gloria y la atención en estas páginas,

El sexto hombre de Charles Cumming, ed. RBA

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Espionaje a la inglesa con una trama sobre el grupo de espías de Cambridge al servicio de los rusos e integrados plenamente en la sociedad inglesa que entre los cincuenta y los sesenta fueron descubiertos por el público. Sobre esa base real Cumming da un par de giros al estilo clásico.

La lista de Frederick Forsyth, ed. Plaza & Janés

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A estas alturas y Forsyth sigue escribiendo thrillers, ahora con un consumo más rápido y una premisa cada vez menos creíble, mereciendo la pena ser notado todo esto.

 Exploradores del futuro de Juan Scaliter, ed. Debate

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La ciencia y sus aplicaciones, las posibles evoluciones de la misma y cómo no podemos siquiera empezar a imaginar lo que se puede avanzar -o como- en unos años. De todo eso trata este libro.

 Malas hierbas (Historia del rock experimental 1959-1979) de Óscar Carrera Sánchez, ed. T&B

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Tras la desaparición del rock clásico llegaron diferentes corrientes que en las siguientes dos décadas tratarían de explorar otras posibilidades, de todas ellas trata este libro que procura ofrecer una panorámica de los grupos que estuvieron implicados.

Cómo funciona la música de David Byrne, ed. Literatura Random House

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La música como tecnología y arte, con Byrne como una voz autorizada desde las actuaciones y también desde las posiciones más académicas y divulgativas permitiendo un vistazo más general a lo que llamamos música y a lo que nos permite considerarlo así.

– Ciudad de llegada de Doug Saunders, ed. Debate

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Las migraciones y su efecto en la población, los cambios culturales, políticos y económicos que facilitan y su impacto real; de todo esto y mucho más hablar el libro de Saunders que nos acompaña y que pretende servir como una completa representación de este fenómeno.

 

– El lápiz de la naturaleza de William Henry Fox Talbot, ed. Casimiro 

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El primer libro fotográfico comercializado, sus veinticuatro láminas abrieron el camino revistiendo a la obra de un carácter pionero.

 Canciones de amor y de lluvia de Sergi Pàmies, ed. Anagrama

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Los cuentos de Pàmies son siempre bienvenidos con toda su ironía y sencillez, pensados desde la literatura pero para todos los lectores.

 Insaciabilidad (Despertar) de Stanislaw Ignacy Witkiewicz, ed. Círculo d’Escritores

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Una vez más se publica en España este texto, que ya Barral tratara de recuperar. Su influencia se ha mantenido, quizá por esa Europa en decadencia que presenta, o quizá porque todos esos personajes que van desplegando ante nosotros -especialmente su protagonista- permiten hacerse idea de las diversas posibilidades del ser humano.

La aventura comunista de Jorge Semprún de Felipe Nieto, ed. Tusquets

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El último premio Comillas ha recaído en esta historia del periodo -y periplo- comunista de Semprún. Una historia que él ya había contado a su manera y que ahora aparece reconstruida desde fuera y comparada con sus propias declaraciones.

Cataratas de John Berger, ed. Gustavo Gili

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El gran escritor y crítico John Berger se sometió a una operación y, a partir de ahí, reflexionó sobre la posibilidad y el acto de mirar. Aquí se nos presenta toda esa obra en una pequeña edición encantadora acompañada por ilustraciones sobre el tema que convierte este pequeño volumen en una más de las obras sobre El Mirar que nos ha brindado su autor, y quizá en la más singular.

Y hasta aquí hemos llegado una semana más. en la que hemos tenido una notable cantidad de ensayos. Veremos la semana que viene por qué géneros y temas se decantan las novedades. De momento esta semana no da para más.


Cadenas y organización televisiva UK

La organización de cadenas en Reino Unido es mucho más sencilla que la Americana y más cercana a la nuestra. Aunque su desarrollo haya sido notablemente distinto.

Ya hemos hablado aquí del inicio de la BBC en -oficialmente aunque sobre todo de facto– 1936 y de cómo para mediados de los ’50 se dio entrada a la competencia comercial. Al promulgarse en 1954 la Television Act se abrió la posibilidad de que se estableciera esa televisión comercial independiente mediante la ITA, Independent Television Authority que facilito la creación de una serie de cadenas que en 1955 comenzaban a emitir la Independent Television o ITV.

Frente a la BBC y sus 18 divisiones regionales con una programación más unitaria y una cabeza común la ITV comenzó como diversas emisoras. En 1955 la Associated Television, o ATV, en Londres que tenía una emisora para diario y otra para fines de semana, en el ’56 la Associated se expandió a otra emisora más para las Midlands inglesas -el Centro, vaya- en donde emitía de lunes a viernes, en el norte de Inglaterra se abría una nueva emisora Granada Televisión, también de lunes a viernes porque los fines de semana en ambas regiones operaba la Associated British Corporation, que no es la ATV sino la ABC. 

Pero pronto llegarían las cadenas que emitían toda la semana, siendo la primera la Scottish Television a Escocia -bueno, a su parte central-. Aún quedaban cadenas por aparecer porque en 1958 la Television Wales and the West, TWW, comenzaría a emitir en el sur de Gales y el oeste de Inglaterra. Southern Television para el Sur del centro y el este de Inglaterra, en, el noroeste sería para Tyne Tees Television en el ’59, el este para Anglia Television, el norte de Irlanda vería ese mismo año la creación de la Ulster Television.

La principales cadenas de la ITV estaban ya aunque seguirían apareciendo y ocupando regiones. Cada vez que se podía se iban creando nuevas empresas ya que la falta de competencia por el dinero de la publicidad lo convertía en un negocio rentable para casi todo el mundo. Sólo una empresa, la WWN, para el norte de Gales y el oeste de Inglaterra, se declaró en bancarrota siendo comprada y asimilada por la TWW. El resto iba conformando un tablero similar en su composición a las televisiones regionales españolas.

De esta manera el organismo regulador, la ITA, lograba crear unos canales que prestaran atención a la información regional antes que un gigante nacional que se centrara en las grandes poblaciones y olvidara el resto del país. No es lo único que buscaban, la necesidad de una programación de calidad y de un plan de viabilidad demostrando que no se iban a quedar sin dinero -o que no iban a estar apostando por entradas de dinero desde el mismo momento de la concesión-, de modo que se aseguraban la posibilidad de revocar licencias.

Porque las licencias tenían que ser revisadas cada diez años aproximadamente por el ITA, suya era la potestad de quitárselas, o de imponer multas, a los canales que no hubieran cumplido con la calidad o con las leyes. La idea era que el ITA funcionara de manera separada al Gobierno y, por supuesto, a la BBC, que estaba también ocupada porque a su vez había sacado en 1964 su segundo canal, el primero en UHF, con el esperable nombre de BBC2. De esta manera se garantizaba un organismo separado e igualmente funcional. Si bien en 1964 se había cambiado la forma de financiación para compensar la aparición de este nuevo canal público, pasando a depender los canales independientes no de la publicidad sino de un fondo de impuestos cercano al fee de la BBC.

No era lo único que hacían. En 1967, durante la primera gran reunión de evaluación decidieron que se terminara con la separación entre fines de semana y diario para todas las regiones salvo Londres que veía como la ATV perdía la concesión a favor de la London Weekend Television de David Frost, cuya programación de fines de semana comenzaría los viernes a las 7 a partir de ese momento. A cambio la ATV pasaba a tener la concesión de las Midlands para toda la semana, también la Granada pasaba a tenerlo. Con lo que la ABC se quedaba sin franquicias por lo que les ofrecieron formar una compañía nueva controlada al 51% por ellos y junto a Rediffusion y  London, su finalidad sería producir programación y servir como cadena para alguna zonas de Londres a las que la LWT de Frost no llegaba, la compañía resultante se llamó Thames Television. 

Aunque los cambios no tendrían efecto hasta el año siguiente. De momento ese 1967 fue la creación del noticiero televisivo conjunto para todas las cadenas que componían la ITV, el News at Ten. Estos cambios no hacen olvidar al público una extraña realidad en UK, la del florecimiento de estaciones de televisión piratas atraídas, precisamente, por esa falta de competencia y por el éxito que las emisoras de radio piratas estaban teniendo.

Bien es cierto que la primera referencia a una emisora televisiva pirata -con parodia de la programación de la época de la BBC- se produce en el film inglés Band Waggon de 1940, pero no será hasta los sesenta que realmente podamos hablara de una auténtica revolución llena de intentos más o menos locos – Tower TV quería emitir desde una plataforma petrolífera, City TV desde un buscaminas y Caroline TV… ¡desde un avión!- con escasa fortuna hasta propuestas más exitosas como Tv Syd, Odelia TV y, sobre todo, TV Noordzee, la más exitosa de la época, colocada en una isla artificial y que emitía fundamentalmente programas americanos enlatados porque eran piratas no por lo ideológico sino por lo monetario.

Eso no significa que no hubiera algún momento extraño, como cuando en 1977 la señal de la Southern fue interrumpida por un mensaje de la Intergalactic Association que decía:

«Esta es la voz de Asteron. Soy un representante autorizado de la Misión Intergaláctica y traigo un mensaje para el planeta Tierra. Estamos empezando a entrar en la Era de Acuario y hay mucho que corregir en la gente de la Tierra. Todas vuestras armas del mal deben ser destruidas. Tenéis un corto espacio de tiempo para aprender a vivir juntos en paz. Debéis vivir en paz… o abandonar la galaxia.»

Por su puesto sirvió de poco. De hecho el Daily Mail se inventó su propia versión de lo sucedido:

Un sujeto identificado como Gillon, del Mando Galátcio Ashdown. dijo: «A menos que las armas de la Tierra sean entregadas la destrucción por una invasión del espacio exterior sucederá pronto.» 

Y es que algunas cosas nunca cambian. Por ejemplo, que el responsable del canal dijo que era parte de la emisión en curso. Daba igual que la emisión interrumpida fueran las noticias. Pero para eso están los jefes de organismos.

La ITA iba sacando regulaciones por su parte, y aunque introdujeron la televisión en color junto con la BBC en 1969, el documento más importante de la época fue el Sound Broadcasting Act de 1972 que disolvía la organización para sustituirla por la Independent Broadcasting Authority o IBA, tomando bajo su control las radios independientes recién aparecidas. Permitiendo, a su vez, que los concesionarios permanecieran una década más con sus licencias para compensar el cambio de sistemas a color que se les había impuesto. Cambiaron también la forma de financiación, eliminando el fondo estatal y haciendo que volvieran a depender de los anuncios.

Las cadenas estaban ya tan asentadas y el tablero tan repartido que empezaron a salir voces exigiendo unos canales comerciales extra. Sin demasiado éxito, por supuesto. Al fin y al cabo eran años borrascosos con muchas protestas y paros tanto en la BBC como en las emisoras de la ITV. Años complicados que parecían prever la llegada de algo que haría la vida televisiva incluso más complicada: Margaret Thatcher.

Por suerte para las televisiones en 1978 el IBA había extendido su propia vida y las licencias de las emisoras hasta 1981, pero según llegó al poder empezó con los movimientos que no solo recrudecieron las broncas sindicales hasta lograr que tanto la BBC como la ITV tuvieran apagones -especialmente graves en el segundo caso que llegó a tener un paro de casi once semanas- además decidió que había demasiada regulación y que hacía falta, efectivamente, otro canal de televisión. Y, de paso, cambiar algunas regiones de la ITV de manos.

Cuando por fin se pudo lanzar en 1982 surgió Channel 4, un canal controlado por el IBA y que en cierto modo actuaba como ITV 2 por tener que abordar programas que estos no llevaran. Su programación inicial consistía sobre todo en programación artística y en series americanas que los canales de la ITV no quisieran emitir.

Antes de ese, el año anterior, en 1981, habían comenzado a aparecer los primeros canales para satélite ingleses y a establecerse los movimientos legales necesarios para que se pudiera acceder a ellos.  De modo que en 1982 no solo llegó Channel 4, también el canal satélite creado de la unión de Central, TVS y TSW con el original nombre de Satellite Television, el primero de propiedad integramente europea, que poco después pasaría a llamarse Sky Channel.

Ayudaba a todo estos que el gobierno de Thatcher sacara un decreto abriendo la mano con los requisitos en la programación -es decir, la parte de servicio público- que los canales debían de cumplir, así como los estándares de calidad que se medían. Eso y que se aumentara hasta 1996 las licencias de las ya clásicas franquicias.

Como parecía que con un segundo canal independiente más los de satélite había poca competencia lo siguiente que hizo el gobierno fue crear una Cable Authority para el lanzamiento en 1985 de un servicio de televisión por cable, aprobándose cinco canales, siendo el primero en iniciar sus emisiones Aberdeen.

Pero el golpe de gracia llegaría en 1987: El IBA anunció que les tocaba -a ellos y a la BBC, todo sea dicho- producir un 25% de su programación mediante productoras independientes. Lo quisieran o no. En lugar de crear programas propios o del intercambio de programas entre las cadenas del grupo pasaba a ser obligatorio contratar a terceras personas porque, eh, así es como funciona la libertad de mercado. A cambio de esta canallada se abría la mano con el horario de programación permitiendo a las emisoras ocupar las 24 horas del día si así lo deseaban en lugar de solo unas pocas por la mañana, a medio día y por la noche como venía haciéndose desde la creación de la BBC.

No es de extrañar que en este momento apareciera la última gran emisora pirata inglesa, la Network 21, que aprovechaba todos los actos de protesta contra el gobierno para emitir programación contracultural y provocativa en la que se pudo ver a algunas figuras del underground e la época, intentando protestar así contra el gobierno y sus cambios en los medios. No llegó a vivir ni un año pero dejó una huella notable incluso en señales menores como un anuncio pagado dentro del álbum debut de Sigue sigue sputnik.

Antes de irse del gobierno aún le quedaba una cosa por hacer a los responsables de la Thatcher, y fue cambiar en 1989 las reglas de lo que podía ir patrocinado, relajándolas en toda la televisión y más concretamente en los programas de noticias meteorológicas, programas artístico y educativos e, incluso, programas con finalidad caritativa del estilo de telemaratones o especiales con finalidad recaudatoria. A su vez la ITV era urgida a crear una identidad nacional -entre otras cosas para crear una uniformidad en su programación eliminando las diferencias por zonas salvo en algunos momentos del día- para sus emisoras, algo a lo que aún se resistirían algunas como Anglia, Channel, Ulster o las recientes adjudicatarias TVS y TSW que habían pasado a ocuparse de las licencias quitadas a Southern y Westward.

Quizá penséis que al gobierno de la Thatcher no le quedaba ya nada que hacer. Un error. En el año de su marcha, 1990, se promulgó el Broadcasting Act que abolía la IBA separando el control de radio y televisión yendo el de la televisión a la recién fundada Independent Television Commission, o ITC, que vigilaría con más relajamiento. Entre otras cosas porque se eliminaba la necesidad de ofrecer programación de calidad y un plan serio de financiación para poder competir y optar a una de las licencias existentes. En su lugar pasaba a funcionar un sistema de subasta basado en la empresa que pudiera ofrecer más pasta por la región que le interesara porque así es como se logra televisión de calidad.

El escándalo fue tan mayúsculos que al final la ITC tuvo que… no recular, pero sí admitir que se haría una prueba de calidad para que no se permitiera entrar a cualquiera.

No solo eso, además el Channel 4 dejaba de ser una subsidiaria como lo había sido de la IBA para depender de… el Gobierno. Seguiría un esquema similar al de la BBC salvo que no sería la BBC. Algo solo comprensible desde la lucha que la cadena pública había mantenido contra Thatcher durante toda la década.

Como esto solo podía acabar de una manera en 1993 se relajan las leyes para que unas empresas televisivas engullan otras ya sí dentro de la ITV los grupos empiezan a devorarse. Incluso en aquellos grupos separados por el IBA cuando aún existía para evitar monopolios. De esa manera desaparecen emisoras históricas como Granada o Thames mientras el cuerpo de la ITV se conforma como monolítico aunque siga existiendo una división regional de facto.

Todo lo cuál lleva en 1995 a la creación de un quinto canal en abierto. El Channel 5. Un despropósito de adjudicación que haría pensar en que había españoles de por medio permite el primer grupo de propietarios -integrados por Pearson y MAI- obtener un canal nacional para su disfrute. La contraprestación para las emisoras de la ITV fue poder lanzar un segundo canal que se pondría en emisión en 1998 con el muy original nombre de ITV2.

Y en 2003 la BBC decide pasar algunos de sus canales digitales a canales generalistas conformando el mapa final de medios de esa década.

BBC mantiene cuatro canales en abierto, ITV dos, Channel 4 y Channel 5 los suyos propios, también tendrían la posibilidad de usar operadoras de satélite y de cable e incluso aparecen canales emitidos por Internet. El siglo XXI se había presentado con una enorme multiplicidad de posibilidades para los telespectadores. Y su punto de inflexión pudo ser que Channel 4 decidiera tomar el centro de la pista con los realities, en especial su versión de Big Brother, algo que al ser una compañía pública se entendió como una total traición a cualquier idea de servicio público que se pudiera tener.

Durante la década de los dosmil la multiplicación siguió, la BBC sacó otros cuatro canales -uno de noticias, uno parlamentario y dos de programación infantil- mientras el resto de canales, fundamentalmente el Channel 4, hacía lo mismo presentando especializados en, por ejemplo, música. La ITV, ya como un todo poderoso aunque con pequeñas variedades regionales, se limitaba a multiplicarse en el digital, mientra el resto -Sky, que había pasado a ofrecer en abierto en digital alguno de sus programas en satélite facilitando su unión a la ronda de canales habituales, Channel 5 e incluso un canal llamado Dave, un canal digital creado por UKTV, una empresa resultado de la unión de Scripps Networks Interactive con la BBC que puede ser encontrado en abierto en algunas localizaciones- se limitaban a sumar sus canales permitiendo que una televisión cualquiera de Reino Unido pudiera acceder al menos a 14 canales diferentes. Eso sin contar con los numerosos servicios de cable, internet e incluso los 3 proveedores de satélite que aún son funcionales.

Y es que al final todas las organizaciones de canales han acabado pareciéndose… más o menos, que aún tienen que pagar 145 libras por todo lo que da a cambio la BBC.