Ensayo en tanto que cartografía pero también como reflexión, la risa como algo que sucede más que como algo que se pueda crear de manera industrial. Y, con ello también, una reflexión sobre lo serio y lo ridículo. Y es que también de esto se puede hablar desde un estado casi de preocupación.
Vuelve E.M. Carroll, diez años más tarde, y lo hace con una obra inspirada por Rebecca. Con una mujer que es la segunda esposa, la nueva madre de una pequeña, y que siempre está a la sombra de la primera. Una persona de la que cuanto más conoce más misteriosa le parece. Habrá que ver qué nos propone esta vez.
– La princesa y el sándwich de queso de Deya Muniz, ed. VR YA
En el reino de Fromage las cosas parecen un tanto… un tanto. Por ejemplo, las mujeres no pueden heredar, así que es normal que el Conde Camembert aparezca por la capital tras la muerte de su padre. Allí se encuentra la Princesa Brie, un problema para su padre porque no es conformista y se dedica a abanderar todo tipo de causas. Así que es normal que entre fiestas, moda y activismo se acaben conociendo más, e incluso puede que conociendo algunos secretos. Un cómic juvenil que seguro os recuerda a otros y que logra mezclar la reivindicación con el humor y, por supuesto… con queso.
– Hongos de Jirí Dvorák, ed. Libros del Zorro Rojo Hongos, setas, mohos… están por todas partes. En la cocina, en la casa, en el recuerdo y en la medicina. De ahí esta introducción en forma de boletín de noticias creado por los propios hongos para explicar y explicarse. En una mezcla de divulgación y términos técnicos y científicos. Por supuesto tan estupendamente ilustrado como Libros del Zorro Rojo suele ofrecer.
Un grupo de jóvenes, un puente con su trol, retirado de todos y que prefiere rechazar cualquier contacto, seguro que veis hacia dónde estamos yendo. Sobre todo si os añado que también se habla de la diversidad y la discapacidad y que, bueno, muchas veces la gente lo que quiere es… no sé… ¿sentirse comprendida? ¿un abrazo? ¿comer niños? Algo de eso.
Empiezo a sospechar que la estrategia de Netflix de repartir las adaptaciones de Harlan Coben por distintos países no es un asunto solo de ingeniería financiera para repartir el gasto del pastizal entre diferentes sedes. También lo hacen para diferenciarlas por el idioma. Porque esta Atrapados(O)(AR) tiene un piloto con un inicio tan vago y carente de sentido, claridad o tensión que podría haber sido la de la polaca de hace un par de semanas. Salvo porque aquella tenía una vieja foto como centro y aquí es una ¿periodista? que intenta descubrir a un depredador sexual… o algo así. Quizá en Netflix deberían de considerar la posibilidad de que sus pilotos fueran pilotos en logar de lo que sea esto.
Esto tiene pinta de ser un proyecto de algún grupo de cómicos, no sé si de los de internete, de los de en directo o de los de televisión. Pero esta serie de policías polis llamados Bausjen(O)(NO) no da mucho más que exactamente lo que uno esperaría: Masculinidades tóxicas, gente desnortada, incapacidad para hacer algo de utilidad… En fin, para esto no hace falta ver una serie.
A veces parece que solo los ingleses tienen la capacidad de crear pequeñas series ‘realistas’ sobre jóvenes que parecen de verdad. Incluso cuando le dan un tema al asunto. En el caso de Dreamers(UK) tenemos a un grupo de bailarines. Pero más como en ‘gente que se junta en un centro social’ que como en ‘escuela de danza hiper-competitiva’. Más Degrassi Dance. Así que aunque seguimos con que si los regionales y los nacionales y esas cosas -a mucha distancia, por suerte- sí que se nota tanto la importancia del baile, como la del grupo, como -por supuesto- de las vidas propias y las relaciones dentro del mismo. No es que sea excepcional o revolucionario, pero a veces una de estas pequeñas series agradables, que parecen querer sólo mostrar la vida más o menos factible de una parte de la juventud, son capaces de mostrar el mérito que ello supone.
Parece que a esta no le toca trailer. Supongo que será para que la gente no piense que se puede hacer televisión así.
*suspiro* Hay mil maneras en la que Mid-Century Modern (USA) podría haber salido bien. Ninguna de las cuales está incluida en la propia serie. Y es una pena porque el reparto podría haber aprovechado… algo. De hecho, tener a Nathan Lane y usarlo tan mal debería de estar penado. Y querer ser una versión de The Golden Girls y no llegar ni a Hot in Cleveland, también. Pero es que todo está mal porque no se han molestado en pensar en lo que funcionaba en aquella, o en empezar en una situación ya a medias. Lo único bueno es que es algo más diverso. El inicio, en un velatorio, está peor que mal llevado. Matt Bomer tiene pinta de que no sabe bien qué hacer con su personaje, Nathan Lee Graham parece estar en automático y reciclando, y no hablemos ya de la diferencia de edad que hay entre los tres protagonistas que demuestra que no tienen claro ni cómo hacer que funcione lo de la edad. Y es que podrían haber mirado cómo se montó Las Chicas de Oro, con cuatro actrices muy cercanas en edad (dos de 1922, una de 1923 y la más joven de 1934) , cuatro roles flexibles pero definidos y una excusa argumental para que compartieran casa que facilitaba y justificaba todo lo demás. Aquí tenemos un reparto que va de 1956, 1968, 1977 más 1937, que luego pasa lo que pasa y se sorprenden, con unos roles que no acaban ni de estar tan claros ni tan definidos, ni bien interpretados. Mira que en el piloto de Las Chicas de Oro había muchos cambios que hacer -que se hicieron, por cierto, incluyendo la eliminación de un persona- pero todo funcionaba mucho mejor. Quizá porque parecía más real. En lugar de… lo que sea esto.
No esperaba yo que una serie francesa sobre una rabina -¿rabina en prácticas?- en su primer destino, su ateo y psicoanalista padre, la gente que le cuenta sus problemas y la vida misma, con un tono de comedia que puede pasar a lo melodramático si la ocasión lo precisa, fuera de lo mejor de la semana, pero aquí estamos. Con Le Sens des Choses (O)(FR), una serie muy humana en la que el mayor reproche que se le puede hacer es el haber decidido dejar fuera el genocidio en Gaza por completo. Pero, fuera de eso, y pese a su ‘francesitud’ ocasional, resulta encantadora y entrañable, es fácil entender a ese personaje principal que no tiene claro cómo puede ayudar a los demás, o qué decir ante los conflictos y problemas que se le exponen, tanto como son comprensibles estos asuntos. Eso es lo que necesita una buena serie de televisión.
No sé qué follón se traen en Apple -es decir, más allá de las carretadas de dinero que pierden para la empresa- con las series, pero después de la forma de gestionar Mythic Quest -no soy capaz de entender cómo han podido tardar tanto para sacar una temporada que parece tan poco trabajada- pero el darle un spin-off, cambiarle el nombre, eliminar la mitad de los episodios y acabar sacando este Side Quest(USA) que en su piloto parece un capítulo más, no especialmente interesante y con cosas que hemos visto hasta el aburrimiento en la serie principal. Ni siquiera al margen de la serie madre es muy interesante porque, sencillamente, no se nos explica demasiado. Así que nada tiene mucho sentido o interés. Si esta serie era algún tipo de prueba me temo que no la han pasado.
Sensaciones cruzadas con The Studio(USA) porque tiene cosas meritorias pero, sobre todo, tiene otras difíciles de explicar, o de entender. Parece una serie creada para un grupo de menos de mil personas que estén lo suficientemente dentro del inside basketball del cine USA que sepan distinguir quién es una persona real haciendo un cameo y quién es un personaje. Y, a la vez, demuestra la cantidad de amiguetes que sale en esto pero que chocan a la vez con el asunto. Porque poner a Nicholas Stoller en el centro del primer capítulo puede llevar a pensar que es un nombre inventado. No lo es. Dirigió a Rogen en Neighbors y es parte de su grupito de amiguetes. Pero, a la vez, su último estreno en cines se la pegó grandemente –Bros, 22 M$, no llegó a recaudar 12) y de ahí se ha ido a dirigir a streaming. No es precisamente a alguien a quien pondrías en una película de 200 M$. Pero no solo eso, también sacan a Scorsese y hacen varios ¿chistes? sobre darle 200 M$ para hacer una película y el tipo de desnortados que harían algo así. Que como meta-chiste con Apple haciendo exactamente eso puede tener su gracia, pero lo cierto es que su película de 200 M$ no llegó a recaudar 70 M$, con lo cual la afirmación del jefe de que hundiría el estudio… ¡es cierta! Y no puede ser que Los Malos tengan razón. Pero ese es parte del problema, lo que cuenta de Creatividad vs. Finanzas lo ha hecho mucho mejor Mythic Quest, y lo ha hecho porque empiezan con un ‘producto exitoso’. Aquí empiezan con diez hostias en taquillas seguidas. Eso es lo que explica el cambio en la dirección… y el problema es que, de nuevo, el inside baseball de tener a Catherine O’Hara -el reparto y los cameos son magníficos, sí, se nota que está lo de los amiguetes a tope- haciendo una versión poco disimulada de la Amy Pascal de Sony nos recuerda que aquella se fue por el escándalo de los correos filtrados. Que hubiera sido un inicio mucho más divertido y, por supuesto, dejaría la empresa central en otra posición. Pero el problema está ahí. Da igual que luego te lleves a Kathryn Hahn a ser maravillosa unos minutos. O que haya destellos aquí y allá. Las intenciones son buenas y para esa limitada cantidad de gente que ‘está en el ajo’ algunas de las referencias tienen gracia. Pero se lo tendrían que haber pensado un poco más. Vamos, cosas como la falta de diversidad -¿hay algún personaje afroamericano con línea en todo el piloto?- casi entran en lo flagrante del Señor Blanco Hetero.. Aunque, al menos, han logrado que Apple produzca su propia versión de La Reina del Pop. Ya veremos con lo que están perdiendo en la productora si logran reunir como para que tenga más temporadas.
He tenido que ir a mirar si This City Is Ours (UK) era algún tipo de reposición. Pero parece que no, que es solo otra de esas series de Organización Criminal de la BBC que tiene un mínimo de melodrama para… no sé bien para qué. La verdad es que no llega a telenovela y la parte criminal no es tampoco muy interesante así que vamos a dejarlo en que es algo que existe. Porque puede que yo no sea su público, que no lo soy, pero… incluso ahí es demasiado genérica.
– La calle de los cinco aromas de Can Xue, ed. HermidaLa ‘Eterna Candidata al Nobel’ -por lo menos cinco años más le quedan- y gran representantes de la vanguardia literaria china llega aquí con una nueva novela, con una mujer que agita una calle -o a sus habitantes, en realidad- en lo que podría considerarse como una novela irónica, quizá hasta periódica, de esas historias de romance y ¿adulterio? en el que una mujer se convierte en el centro de los pensamientos mientras juega y se divierte -la autora- con las pretensiones de la narrativa de psicología y sentencia.
Una edición extendida y revisada de La novela de un literato de Rafael Cansinos Assens me parece una gran noticia. Sacarlo en un tomo de casi mil páginas y papel Biblia… En fin. Pero es un gran libro para conocer mejor el mundillo literario del paso del S XIX a inicios del S XX en España.
Persiste Eterna Cadencia en traernos las obras de Stephen Dixon, y no seré yo el que se queje. En este caso es una suerte de peripecia, a ratos graciosa a ratos desesperante, cuando un tipo intenta hacer una llamada telefónica. Supongo que hay que ponerse en situación para que tanta contrariedad y tanta vicisitud resulte tanto creíble como risible pero, bueno, supongo que quien se pone a leer a Dixon sabe qué es lo que espera.
Pues aquí estamos, dentro de lo que se podría considerar Cozy Fantasy, y también Romántica -supongo-, y diría que casi dentro de los predios del costumbrismo si somos capaces de aceptar todo lo que se queda fuera y todo lo que hace que parezca casi más un piloto que un libro completo. Pero bueno, tenemos a un cocinero protagonista en un reino con sus propios problemas y una mezcla de cocina y fantasía. Supongo que en realidad tampoco hace falta mucho más si lo que te gusta es mirar a la chimenea.
Objetivo: Robar al Papa. Sí, esta es una novela -que podría haber sido una película, de hecho… se le notan las ganas- sobre un Golpe… en el renacimiento italiano. Más juvenil, con distintos personajes que quieren venganza pero, a la vez, cuyos motivos friccionan con los de los demás. Así que… bueno, supongo que es un buen juvenil.
Tom Hindle es un autor irregular, tuvo un primer libro -que no han traducido- y tras el traspiés del segundo sacó este tercero que, sin llegar al éxito del primero, logró ofrecer una clásica historia con un asesinato, invitados a la boda y blabla. Veremos si logra algo del éxito que tuvo aunque aquí no lo haya querido publicar Penguin.
Nueve ya, nada menos. Agatha se va de vacaciones tras un trastorno peluqueril y allí conoce a una bruja. A partir de allí el crimen y los sospechosos: los huéspedes del hotel y algunos habitantes del pueblo. Un día más en el trabajo, vaya.
– Yo mismo y otros animales de Gerald Durrell, ed. AlianzaReunión de textos inacabados y en muchos casos inéditos de Durrell, un proyecto de memorias, un libro de viaje por Australia y otros escritos sobre viajes o sobre animales, se nos ofrece aquí un puzzle en el que la vida de Durrell se nos muestra por todo aquello que hizo, dijo o defendió.
– Como el amor. Ensayos y conversaciones de Maggie Nelson, ed. Anagrama Tras Sobre la libertadllega aquí otra obra ensayística de la autora Maggie Nelson. Perfiles de gente notable, críticas de libros, películas o exposiciones, conversaciones… pensados para trata de comprender mejor a personas y obras, o para celebrarlas, ayudando a difundir las ideas principales y sus impactos y contradicciones.
Distintos dolores, distintas maneras de encontrarlos e interpretarlos, distintos puntos de vista, cosas distintas que, sin embargo, crean una imagen general. Porque ese dolor puede variar en la intensidad del lector según su cercanía, según su forma de ser, según muchas cosas… pero sigue siendo un dolor real. Uno en el que, quizá, no había pensado. Así que de todos esos dolores, intensidades y variaciones es de lo que se compone este libro peculiar.
– Hummusde Malin y Nimrod Regev, ed. Col and Col Supongo que a la pregunta ¿Pero cuántas maneras puede haber de preparar el hummus? responde este libro que nos habla de los garbanzos, de su pasta, de la manera en la que se puede ‘sazonar‘ y los platos que se pueden crear o acompañar con ellas. Porque no hay creación de apariencia sencilla como para que no se puedan escribir más de 150 páginas -con fotografías- sobre él.
– Cocina casera indiade Romy Gill, ed. Cinco Tintas
Pues sí, Cinco Tintas sigue con su colección de volúmenes de cocina casera y esta vez le toca a la India, así que bienvenida sea.
Subtitulado Mala vida en el Siglo de Oro, Mapa literario y negro, es la Sevilla de las obras de Cervantes, sobre todo la Sevilla de los pícaros, los maleantes, los ladronzuelos, esos bajos fondos que conoció bien y retrató mejor, la que se toma para dar lugar a un mapa de la época con el estilo habitual de la editorial.
Tres relatos distintos, todos ellos en un mundo de megaciudades y pequeñas islas independientes, todas ellas con esas vidas después de la crisis ecológica y cómo superarlas, creadas por estos artistas taiwaneses que usan las acuarelas para ofrecer imágenes a medio camino entre la tradición oriental y la franco-belga.
Pues sí, una novedad de Jaime Hernández. Maggie, Hopey y, sobre todo, Tonta. Personajes nuevos y viejos del ciclo de Locasy el resto de lo que os podéis imaginar. Ya sabéis.
Como si alguien decidiera hacer su versión de Dexteren medio de las Sylvanian Families, un pequeño pueblecito ve sacudida su encantadora y apacible existencia por un truculento crimen. Algo que llama poderosamente la atención de la osa Samantha… que es secretamente una asesina en serie. ¡Pero nunca en su pueblo! Así que antes de que se compliquen las cosas decide que tiene que… cortar por lo sano… con ese asesino. Con bastante vísceras, sangre y violencia y una historia sencilla entre dibujos encantadores, este giro parece seguir la idea de convertir algo encantadoramente infantil en un amasijo de violencia.
Con unas estupendas ilustraciones acompañándolo, tenemos esta historia de un fantasma que odia TODO y un amigo que le ayuda a buscar algo bonito en el mundo. Un encanto.
Supongo que existe algún tipo de sentido en todo esto que justifica que en lugar de los clásicos muñequitos para vender que acaban convertidos en dibujos animados en Apple tengan a los BE@RBRICK (USA) que es un tipo de vamos a llamar juguete más pretencioso aunque al final lo hayan usado para un inevitable más de lo mismo. En fin.
A veces me pregunto cómo las series turcas no son españolas. En cualquier caso Bir ihtimal Daha Var (O)(TU), o Bet Your Life o La apuesta de mi vida o…, es una comedia de esas prototípicas como para película de A3Media/Mediaset. Un tipo que es un perdedor pero que trabajaba haciendo análisis deportivos con una columna recomendando qué apostas en un periódico -en serio- y ahora está de capa caída se encuentra con el fantasma de un empresario que le trata de convencer de que le ayude a conseguir la paz investigando quién le mató. El ‘misterio’ es algo que está ahí para ver si pillan a los espectadores, porque el resto de cosas -incluyendo el clásico tipo del montón/ señora estupenda- es lo que lleva la trama de una serie que hubiera tenido poco que aportar si fuera una película, no quiero imaginar los ocho capítulos la de vueltas que van a dar. En fin. A veces me acuerdo de Turist Ömer y pienso que no estamos tan lejos de tener una versión de lo de aquella época.
Drama deportivo se supone, pero no del deporte que yo esperaba. Porque este Go! (O)(SA) resulta que va de carreras. En fin, ¿quién les entiende? De todas formas la parte deportiva no es tanto un asunto ‘profesional’ o ‘profesionalizada’ porque es que casi ni aparece, vamos que sobre todo es un drama… no tengo claro si decir que de jóvenes, de familia o de qué. En la que, además, hay gente que corre de un lado a otro. Pero, vaya, que vemos más a su padre que al de Oliver en todo lo que duró Campeones. No digamos ya cuando llega lo de La Segunda Oportunidad y lo de Cuando Todo Se Tuerce. En fin, que incluso aunque sea un drama deportivo con mucho de drama y poco de deportivo desde luego yo no soy su público pero creo que al que lo sea -no sé si habrá mucho, la verdad- puede gustarte.
Es difícil decir qué es lo peor de Good American Family (USA) pero voy a presuponer que el hecho de que son unos cobardes. Tienen un primer pantallazo de excusas, intentos de que nos les demanden y etc que hubiera sido más sencillo si fuera una ficción de verdad. O si no hubiéramos tenido ya documentales sobre el caso. O si no conociéramos ya la historieta desde yo qué sé cuándo. En lugar de eso tenemos una especie de melodrama espantoso, hecho de la manera más vaga posible, con una madre muy buena y una niña muy sospechosa… en fin. Que entiendo que esto lo hacen para defender a los padres -sospecho que tras el documental- pero que las cosas hay que hacerlas con más tiento, con más disimulo, aunque sea solo para que no estemos pensando que qué necesidad.
Bien interpretada, aceptablemente organizada pero quizá no muy original, eso es Happy Face(USA), que procura jugar varias bandas pero sin enseñar la mano. Lo mejor de todo es Annaleigh Ashford -que demuestra por qué es bueno contratar a gente del teatro para estas cosas- en el papel protagonista, mientras a su alrededor vamos viendo que la serie habla de relaciones paternofiliales, de true crime, de misterios y suspense e, incluso, de los medios. A veces de manera que parezca ir hacia un lado para acabar en otro. Tiene mérito porque lo fácil hubiera sido acabar como en otras ocasiones nos hemos encontrado, pero alguna vez tenía que salir aceptablemente bien.
Hay muchas maneras distintas de ser aburrido. Eso es lo que pienso mientras soporto con tedio lo que Haipeo Naipeu (O)(CS), o 하이퍼 나이프 o Hyper Knife o Traición y Redención o…, se supone que me quiere contar. Sobre todo porque no es tan complicado. Una antigua médico ha perdido la licencia pero sigue haciendo… no sé si llamarlo ‘operar’ o ‘hacer el cabra’ de manera ilegal. A la vez otro médico, respetado esta vez, su mentor o algo así, y parece que también culpable de una manera u otra de su caída en desgracia, se encuentra ante dios sabe por qué el reencuentro con ella. Y mientras hacen cosas de médicos y hablan de dinero -que también es hacer cosas de médicos, supongo- y blablaba. A ratos parece que van a hacer algo de venganza, o que las operaciones son algún tipo de ciencia desquiciada, pero solo lo parece porque lo que les interesa de verdad -o al menos lo que yo sospecho que les interesa- es lograr que no quede nada despierto tras este piloto de una hora y pico que podría haber utilizado de alguna otra manera. O de cualquier otra manera. Habrá quien piense que me lo podría haber puesto a 2X, pero es que entonces no sería la misma serie. Sería una más tolerable, supongo.
Estaba yo con la duda de si Khakee: The Bengal Chapter (O) (IN) era otra serie o era la misma en una segunda temporada. Voy a concederle el beneficio de la duda porque, total, me he visto el piloto. Y no es muy parecida a la otra, donde aquella tenía mucho y no sabía por dónde tirar aquí el asunto es que sabe lo que quiere contar pero no tiene medida del tiempo para contarlo. Pero bueno. Por esta vez lo dejaremos pasar.
Sinceramente, creo que ‘toma una decisión equivocada’ sirve para otras cosas. Porque en Porządny Człowiek (O)(PO) lo que tenemos es un tipo que ve cómo un compañero de su hijo le pega una paliza y elige violencia. Pero mucha violencia. O, al menos, las cantidades justas de violencia como para que haya tenido que ir a mirar si esto era algún thriller de esos de portada con paisaje en negroazulado y letras en amarillo. Porque tratan de convencernos de que esto es muy profundo, muy duro y muy complejo y en realidad es el mecanismo de un chupete. Más en fin.
Hay un motivo por el que muchas veces se recurre a una versión más ‘idiota’ de uno mismo o de la realidad para hacer chistes. Es más sencillo parecer más tonto de lo que se es que parecer más listo. Por eso los que intentan parecer más listos de lo que son suelen fracasar miserablemente. Que es el problema de The Residence (USA). Una serie a la que le gustaría ser tan divertida e inteligente como Knives Out, Only Murders in the Building o The Afterparty y no logran acercarse ni al piloto de Death and Other Details.Y es que da igual el dinero que te gastes (mucho) o el reparto de campanillas que reúnas (también notable) que si no sabes usarlo (como en el caso del pobre Ken Marino que intenta sacar adelante un papel que en el mejor de los casos no es adecuado para él y en el peor no tiene sentido, algo que pasa en esta sere en demasiados casos). Lo cierto es que es tanto lo que está mal, tantas cosas que se hacen moviéndose mucho y yendo muy rápido, como si eso fuera signo de inteligencia. Cuando la inteligencia está en cómo se hacen y se gestionan esas cosas. Hay más inteligencia en un rato de cualquier episodio de Good Cop/ Bad Cop que en todo este piloto. Sobre todo porque no tienen que machacar una y otra vez con lo mismo, reciclar sus propios chistes sin gracia y… en fin. Que el bronche sea una senadora claramente Republicana discutiendo con Al Franken (sí, Paul William Davies ha traído a un cómico y ex-senador que dejó el cargo por las acusaciones que se hicieron públicas sobre él. Supongo que será parte del famoso feminismo de Shondaland) en un intercambio de gritos que incluye a él hablando de ‘locas teorías de la conspiración’ mientras ella dice que ‘se le ocultan cosas y se miente al pueblo americano’. Gran manera de apuntalar esto, dándole la razón a los Republicanos. Y pensar que para esto sí que sobre el papel debería de ser el espectador ideal… Una serie a evitar.
A veces tengo las dudas de si las decisiones para hacer cosas de animación en Netflix son realmente asuntos de estilo o de falta de dinero. En cualquier caso este Wolf King (UK) que suelta tantos tópicos y está animado de manera que parece que estamos ante la intro de un videojuego de mediados de los dosmiles, así que supongo que la habrán creado en algún tipo de reunión de directivos que pensó cosas como ‘los consumidores menores de edad quieren gente que se convierte en distintos animales en un mundo dividido en reinos’. Supongo que todas las generaciones han tenido su versión de esto. Aunque por lo menos antes hacían muñequitos.
Estoy muy contento por la publicación de Akimitsu Takagi en España. Vamos, casi ni me estoy planteando si la traducción será directamente del japonés o si harán como con 64y traducirán del inglés. En fin. [Editado: PUES SÍ, ESTÁ TRADUCIDO DEL INGLÉS. YA HAY QUE SER CUTRE, RIDÍCULO Y MISERABLE] Lo importante aquí es que Takagi es uno de los más importantes autores de género criminal de Japón, desde que comenzó a publicar después de la Segunda Guerra Mundial hasta los años noventa. Comenzando por esta, la primera de las novelas del detective Kyosuke Kamizu. Así que aquí estoy, esperando a ver si esta historia sobre un cuerpo desmembrado, un tatuaje robado, yakuzas, bares y habitaciones cerradas. Es curioso que hayan empezado por el primero en lugar de la segunda, en la que está menos ‘verde’. Pero supongo que la idea será sacarlo en no tanto tiempo.
Tantos años después de El infierno de las chicas, con solo una breve aparición en la antología Perlas psicotrónicas de la ciencia ficción japonesa, volvemos a tener con nosotros una antología de relatos de Kyūsaku Yumeno. Esta vez con el tema de la obsesión, de las historias con un fondo casi onírico, casi bizarro, en el que la normalidad es arrasada por un remolino de sentimientos y de situaciones que llevan a situaciones inesperadas y a infiernos personales.
En 1944, en un rincón de Idaho, una mujer y su hija se encuentra recluidas en una campo de concentración en Estados Unidos por su condición de japonesas-americanas. Una enfermedad comienza a extenderse, ¿o puede ser la maldición de un yōkai? Sea lo que sea parece que la demonización está a punto de dar una vuelta al horror.
Una mujer se desplaza a una pensión cercana al mar con un gran pesa en su corazón y el firme deseo de escapar de la realidad y encontrar la paz. Lo que encuentra, sin embargo, es fantasmagórico y extraño… pero quizá también algo que le permita encontrar su redención.
Este libro-reunión de Strout presenta al abogado Bob Burguess, muy amigo de Lucy Barton, quien por fin ha conocido a Olive Kitteridge. Así, entre historias propias y ajenas -y, por algún motivo que no me queda claro, también un asesinato- en lo que solo puedo definir como una obra narrativa de estilo ‘Mira, yo qué sé’.
Pues sí, ya hemos llegado a la tercera historia de esos Años Gloriosos de Lemaitre. Una que nos prometen que está más dentro del criminal -supongo que se referirán a ‘detectivesco’- pero que, como siempre, siendo de él supongo que podremos recomendar sin mucho problema. Esta vez en la Guerra Fría, con los Pelletier, con amor, aventuras, espías, suspense y Praga.
Él es un nadador de competición, ella es una saltadora de trampolín, ¿podría ser más obvio? Lo nuevo de Hazelwood es un romance universitario muy… ahm… húmedo. Dos deportistas buscan una relación sin ataduras pero acaban metidos en… aguas turbulentas. Y es que cuando el corazón late lo único que se puede hacer es… Nada.
– La muerte visita Marlow de Robert Thorogood, ed. Catedral
Pues aquí estamos de nuevo, el Club del Crimen de Marlow regresa en una historia en la que una boda da un giro inesperado, una muerte les parece más sospechosa a ellas que a la policía y, por supuesto, alguien tiene que investigar.
Allá por 2017 se publicó el noveno libro de esta serie de Wilhelmsen que se ha ido editando en España de manera que, con amabilidad, llamaremos ‘dispersa‘. Como ejemplo de ello, este que ahora sacan se publicó originalmente en 2016 como I støv og aske. Ha debido de ser una traducción complicada, *cof*. En fin, supongo que ya descubriremos si la serie la saca Netflix o Prime. Mientras tanto quedémonos en que quizá esta vez sí se molesten en publicar todos los libros en orden. Más aún teniendo en cuenta lo que pasa en el quinto libro de la saga.
El primero de los libros de Ellery Queen, que nos los presenta tanto a él como a esos cuartos cerrados cercanos a los de Philo Vance, con un cadáver sentado en el patio de butacas de un éxito teatral. Y sí, la pista principal es el sombrero.
Puede que Musolino sea uno de los autores de terror más conocidos de Italia, pero aquí no habían llegado sus obras aún. Así que esta colección de relatos y novelas cortas es bienvenida para tomar contacto con un autor que reúne historias con un fondo tradicional y un desarrollo hacia la pesadilla y la oscuridad.
Decir que la grabación de Rumoursde Fleetwood Mac estuvo plagada de problemas es quedarse cortas. Tres parejas rotas, tres parejas engañándose, en un grupo de cinco personas… tiene su mérito. De ahí que uno de los productores del disco, Ken Caillat, haya decidido hablar de lo que sucedió entre bastidores con la asistencia de Steven Stiefel. Al fin y al cabo si ha podido inspirar el libro Todos quieren a Daisy Jones de Taylor Jenkins Reid, o la premiadísima obra de teatro Stereophonic, también puede escribirse un libro sobre todo lo que sucedió allí -o, al menos, lo que cree que puede contar- acompañándolo por fotografías de su colección personal.
Una curiosidad pero también una pieza fundamental de nuestro cine, la relación entre España y los Western se presenta de forma cronológica: Desde que a finales de los ’50s nuestro país empieza a convertirse en plató para el rodaje de películas estadounidenses y también de coproducciones como la evolución que tuvo después. El impacto para nuestra industria y sociedad, y también para aquellas localidades que los acogían. Encontrando, incluso, un hueco para la valoración de las películas roadas. Porque no solo el contexto social, histórico y cultural importa aquí.
Un libro de Nazario que no deja de ser una peculiar historia biográfica sobre cómo tras la muerte de su pareja primero y luego de su hermano se encontró solo, hasta que trabó amistad -o algo- con un particular grupo de indigentes, personas extravagantes y particulares con los que el autor que tanto escribió sobre las partes más sórdidas de la sociedad se encontraba cómodo en mitad de aquellos retratos, matices y contradicciones que, sin embargo, le animaban a ayudar a los demás.
Nos llega un recorte de hostias con distintos textos de Moreno sacados de publicaciones dispersas, ponencias, discursos, comentarios y demás. Nos aseguran que han sido revisados y, cuando lo precisaban, reescritos. Para mantener una tonalidad y para centrarlos. Así que supongo que a los fanses de la autora, o a los que quieran leer algo suyo más general, les alegrará saberlo.
Dentro de la colección de Cocina Casera que Cinco Tintas va trayendo a España le toca el turno a la tailandesa con una selección que mantiene un alto número de recetas en las que hay desde platos más conocidos como el pad thai o los curris al po pia thot, tom kha gai, el tigre que llora y muchas otras recetas tradicionales. Además de postres como el flan de taro, helado de leche de coco o el pastel de arroz glutinoso negro, que completan y complementan un recetario que intenta acercar la variedad y posibilidades de esa cocina a un público más o menos general (es decir, desde los que usan ingredientes habituales a los que requieren ir a la caza de hojas de plátano).
Pues aquí estamos ya, en el tercero de los misterio de Flavia de Luce, el último de los que se publicó en España -esta vez en Booket– con el título de Flavia de Luce y el misterio de la gitana. Alejado del original A Red Herring Without Mustard. Claro que tampoco es que el de ahora esté mucho más cerca. Pero tiene, eso sí, a una adivina, un hecho misterioso del pasado de Flavia y el habitual estilo de su autor.
Hibari Shobo era una editorial especializada en misterio/ horror y con especial interés en las mujeres como lectoras. De los ’50s a los ’80s, publicó muchos mangas directamente -sin pasar primero por una revista- como este que nos ocupa de Kawashima Norikazu, publicado originalmente en 1986, casi al final de esa época de publicaciones. Y justo antes que la Tomiede Junji Ito. Aquí tenemos a un oficinista al que se le aparece un fantasma y, a partir de ahí, los hechos de amor, horror, violencia y flashbacks se suceden. Así que ya podéis imaginar lo que nos espera.
Viajes en el tiempo, romance, y alguna aventura. Todo porque un joven pasa de mediados de los noventa a principios del siglo XXII, descubre algunas cosas que no debería, incluyendo que tal vez el megaconglomerado de viajes temporales no es lo que parece. (Aunque, ¿cuándo ha sido una megacoporación algo distinto a Maligno?) Hablando de megacorporaciones malignas, por la ficha parece que este lo ha traducido un humano. Que con HarperCollins uno no puede fiarse.
Un cómic juvenil en el que una escuela de magia, las compañeras y los trabajos resultan ser más de lo que una joven esperaba encontrar. Casi podríamos decir que lo contrario. Y, a partir de ahí, deberá tomar decisiones sobre la vida.
– La niña leona de Olivia Hope y Fiona Woodcock, ed. Maeva Una joven entusiasta va con su madre a la gran ciudad, allí parecerá no tener miedo a nada porque para eso es una Niña Leona, lo que pasa es que incluso las niñas que parecen tener vitalidad sin fin y ser capaces de todo pueden acabar necesitando algo, como cuenta en esta historia con unos encantadores dibujos.
Un esqueleto desaparecido del Gran Museo dos detectives teniendo que buscarlo levantando solapas y usando una lupa especial y un divertido misterio que espera a sus jóvenes lectores en este álbum ilustrado.
El tejado de Benito es el lugar favorito de… una buena cantidad de animales. Porque van llegando una buena cantidd de ellos, ¡y no les gusta compartirlo! Pero… ¿qué es ese crujido? Un divertido álbum ilustrado sobre discutir, compartir y evitar males mayores estupendamente ilustrado por Anuska Allepuz.
Una caja misteriosa en el jardín. Una niña que la encuentra. Y la imaginación hace el resto, porque en lugar de abrirla decide penar en las posibilidades más fantásticas y lejanas.
Vuelve el gran Yoshitake en un álbum ilustrado que sigue la idea del de Mis Razones. Solo que si en aquel era un niño el que ponía excusa ante sus malos hábitos aquí es un adulto el que busca explicaciones disparatadas para justificar las pequeñas grandes injusticias a una niña. Que también es una manera de abordar con humor la diferencia entre la lógica de adultos y niños.
Me cuesta creer nada en absoluto de Adolescence(UK) tras el inicio excesivo y ridículo que hace parecer propio de los peores delirios de Lifetime la decisión de mandar poco menos que al SWAT a detener a un adolescente, sin hablar con su familia y sin casi ninguna otra cosa. Una mala decisión que supongo que está para que sintamos empatía por el chaval o intriga ante lo que ha podido causar semejante despliegue. Da igual que detrás esté Jack Thorne, que Stephen Graham interprete al padre del chico o que intenten hacer más virguerías de planos secuencias y blablabla. Dejan claro que la historia les importa poco. Probablemente porque a cada poco que piensas en la historia en sí en lugar de todo el humo y espejos menos sentido tiene nada. Que el chaval es sospechoso de haber matado a una compañera de clase y que la gente a su alrededor se pregunta por qué lo hizo y blabalbla. Pues bueno, lo hemos visto mil veces en noventa minutos en lugar de estas miniseries de cuatro capítulos de una hora. En fin, otro dama estúpido que tiene que autojustificarse para llamar la atención.
-Hablando de premisas que no aguantan un vistazo: Bienvenidos a la familia (O)(MX) La protagonista ha tenido que sacar adelante a su familia y pagar por la casa que habita, y ahora que es suya llegan unos mafiosos a decir que el padre de ella ha dado la casa como pago de unas deudas. El padre, teóricamente muy rico y muy blabla, al que lleva veinte años sin ver. Así que la familia va para donde ese señor que rápidamente pasa a ser fiambre. A partir de ahí lo que debemos suponer que es una comedia porque hay muchos gritos, golpes, gente corriendo y movimientos raros de objetos más o menos cotidianos. En fin. Por lo menos esto es una farsa, muy farsa, y no creo que nadie se tome muy en serio todo el plan que esta mezcla de Este muerto está muy vivo con sitcom familiar tenga que ofrecer. Pero tampoco le veo yo mucho recorrido. Ya en el piloto da la sensación de que están estirando el guión, como para darle una serie entera.
Supongo que no tengo que insistir mucho en que las series de Organización Criminal, o en este caso de desorganización criminal, no son lo mío. Entiendo el esfuerzo que Brian Tyree Henry en una serie como Dope Thief (USA) en una serie que está hecha a su mayor gloria. Pero ya. Los personajes son más o menos competentes, y las interpretaciones hacen lo que pueden, pero la trama no tiene mucho que vender, la decisión de meterle flashback en blanco y negro acabó haciendo que fuera a mirar si es que había una película de la que saliera esto -no la hay- y, en general, la sensación que me deja es que esperaron que los personajes pudieran tirar del carro… y para un rato a lo mejor pero para mitad del capítulo ya me estaba preguntando si no tendrían algo más interesante, mejor montado, mejor… que contar. Pero parece que no. En fin.
Amanda Seyfried siempre ha sido una buena actriz, competente en el peor de los casos, pese a que no siempre haya acertado en sus proyectos -y con eso y todo, tiene mejor ojo que la mayoría- pero supongo que busca ahora que la tomen más en serio y se he metido en este Long Bright River (USA) que cumple a medias con lo que promete. No es muy bright pero se hace enormemente long. Y es que hay que ser muy fan de Seyfried para aguantar este tirando a rutinario policial de una agente cuya hermana adicta ha desaparecido. Y poco más. Creo que al final del piloto intentan un algo pero no tengo muy claro qué querían y, sinceramente, hacía tiempo que había dejado de importarme. Pero bueno, supongo que a los fanses más fanses les valdrá.
Pues aquí estamos, con otra de estas series promedio de [adult swim], lo mejor que puedo decir de Oh My God… Yes! A Series of Extremely Relatable Circumstances (USA) es que al menos está protagonizada por tres mujeres lo suficientemente fuera de lo habitual. Lamentablemente todo lo demás, desde los intentos de hacer una sci-fi original a los giros inesperados para el más difícil todavía, parecen más sacados de un ejercicio de clase de audiovisuales que de gente con algún tipo de idea o de desarrollo. En fin, que tampoco.
Una pequeña y encantadora serie infantil/juvenil es lo que parece ofrecer Secret at Red Rocks (NZ), con un cierto aire a obras pasadas -esas miniseries infantiles de los setenta y ochenta, sobre todo- y una inevitable comparación con The Secret of Roan Inish -y supongo que al libro que adaptaba, The Secret of Ron Mor Skerryba– con un jovencito que se encuentra perdido ahora que su madre acaba de tener un hijo nuevo con su igualmente nuevo marido. Así que le meten en un bus a pasar el verano con el padre de la criatura. Que, a su vez, poco menos que le dice que se entretenga por su cuenta y que no se acerque a las focas. Os podéis imaginar lo que ocurre a continuación, claro. Así que tenemos ese fondo de ‘verano eterno’, de intriga pero poca, las focas y, claro, un toque fantástico entre lo que asumiremos que serán las leyendas del lugar y lo que vamos presuponiendo -una mujer pelirroja que parece que le sigue, una especie de pelaje de foca barra manta que se encuentra y que presupondremos que algo hará cuando se la ponga… porque se la acabará poniendo- de modo que todo se va alineando en esta serie de episodios de 25 minutos para acabar creando esa impresión de algo agradable. Que ya es, tal y como estamos.
Si solo tuviera una cosa que decir de Vince(NZ), una cosa buena, me refiero, sería que tiene muy claro el cederle espacio a los personajes femeninos. Porque aunque Vince está en el centro -claro- y no deja de ser una comedia escrita y protagonizada por el creador de la misma creo es que fácil asegurar que no es realmente el mejor personaje. Casi no está ni en los primeros puestos. Lo cierto es que es sencillo recordar, al menos en parte, a aquel personaje de Ben Miller en Austin, aunque si allí era secundario -o, cuanto menos, co-protagonista- y el motivo de su caída en desgracia era bastante clara -aunque una obvia y bastante estúpida crítica a eso que dicen que es la cultura de la cancelación- aquí los motivos para la caída en desgracia de Vince son menores y bastante ridículos -se le caen los pantalones en directo en un teletón de recaudación de fondos contra el cáncer infantil en un hospital lleno de, claro, niños- porque sí, claramente es algo vergonzoso, pero dado que está claro que es un ‘error de vestuario’ no tiene mucho más. Pero bueno, los dioses de los guiones deciden que nos lo tenemos que creer, ¿cómo vamos a llevarles la contraria?. Con facilidad. Pero bueno, como decía, a la serie la mantiene mínimamente a flote toda una serie de secundarias, empezando por Ruby Hall simplemente magnífica en su papel de hija del protagonista, lejos de los horrores que pueden ser los niños actores, y llegando hasta la brillante Natalie Medlock en el irreal papel de la agente de Vince, siempre dos pasos más allá de lo que parece la normalidad. Luego ya está el asunto de que tiene muchos chistes y mucha escritura de comedia, pero el problema principal es el que ya se ve con el punto de partida: No está afinado, no está organizado, no es consecuente. Lograr que el protagonista llegue a donde se requiere se podría haber conseguido de mil maneras, probando a hacerlo más lógico o a que hubiera un contexto que explicara la súbita caída en desgracia. Pero no están interesados en lograr eso. Están interesados en que haya muchos chistes, y esperan que alguno funcione. Igual que esperan que las interpretaciones salven el chiringo. Y me temo que el resultado, esa victoria a medias, es casi peor que el desastre completo. Porque deja con la idea de que quizá el problema de la serie está, precisamente, en la persona que está en el centro, protagonizando y escribiendo, que ha acabado siendo el problema más que la solución de todo el follón.
En esta breve novela (o novella, a saber) nos encontramos con uno de esos futuros distópicos de ‘dentro de cinco minutos’ que, en realidad, nos recuerdan más al pasado y casi al presente. Porque en un mundo en el que la electricidad se raciona la existencia de una lavadora olvidada puede suponer el inicio de una serie de acciones y consecuencias para toda la misma humanidad.
Tras el éxito de Dramones y Mazmorrasllega Marrones y Mazmorras – Dating and Dragons en el original, en contraposición a la otra que se llamaba Dungeons and Drama– y que tiene un nuevo entorno y personajes. Esta vez es una joven que llega a un instituto y quiere unirse a un grupo de rol. Uno que retransmite sus partidas en ‘streaming’ y tiene una regla inquebrantable: Nade de liarse entre miembros. Del grupo. De rol. Pero, claro, ella no cuenta con que un veter… no, espera, eso es otra cosa… Ella no cuenta con encontrarse con un examigo, ni que salten chispas, pero eso es lo que tienen las tablas de encuentros aleatorios, ¿no?
Vidas entrecruzadas, eso es lo que nos trae Powers en este nuevo libro suyo que parte de una isla, una ciudad autónoma a las que el futuro ha hecho que los humanos acaben llegando. Y en ella historias, de una prueba de escafandras, de la vida en una base naval, de un instituto con alumnos centrados en la literatura o en la inteligencia artificial… Todo ello mientras los habitantes de la isla tienen que votar si aceptan o no a colonizadores marinos. Porque el límite de la exploración -y la explotación- tanto como las formas de lucha entre colonialismo y medioambiente son el centro de esta historia.
Tras el éxito de su anterior novela esta vez nos encontramos con Lidia Yuknavitch, esta vez con una huérfana con el poder temporal y un talismán que la conecta con unos personajes, un viaje entre las fuerzas de seguridad y caminos, que la conecta con diferentes momentos y le permite explorar tanto la historia de su país y de las vidas que la han tocado.
Pues parece que Schweblin no estaba de parranda, estaba pasando de PRH a Planeta. Veremos si Planeta sabe aprovecharlo.
– ¡Mártir! de Kaveh Akbar, ed. Blackie Books Uno de esos libros que hicieron algo de ruido en el mercado estadounidense el año pasado, con un fondo queer y poético, y una mezcla de historias y personajes, en teoría una historia reflexiva de personajes, en la práctica este batiburrillo atropellado que, bueno, supongo que causa un cierto impacto en alguno de sus lectores.
Una obra compleja, en la línea de las más duras de esta colección, porque la experiencia de una mujer psiquiatrizada, una joven algo retraída a la que la muerte de su madre impactó y que ahora, en su reintroducción al mundo y junto con el contacto establecido con un paciente del pabellón masculino, pasará a cuestionarse esos dos mundos y esa trato recibido.
Otra novedad en Crimen y Misterio, otra vez en la que tenemos un tema histórico -esta vez en los años veinte- y esta vez además de la autora también hay una investigadora. Así que podríamos decir que ya está claro que esto es lo que han decidido que no son Cozy Crimes porque son históricos. Porque, por lo demás, la ayudante de investigación del Departamento de Botánica del University College de Londres, Saffron Everleigh, es el tipo de investigadora que mezcla su conocimiento científico para tratar de descubrir el envenenamiento de la mujer de uno de los profesores. Y es que también entre invernaderos y jardines acecha la muerte.
Una nueva serie dentro de la colección Crimen y Misterio -¡de una autora!- que, de nuevo, vuelve a ser histórica pero no muy distinta de los Cozy Crimes. Aunque en este caso Redmon -a la que ya conocemos en España por un libro en el que la investigadora es Mary Shelley– nos trae una serie en la que el investigador es… Charles Dickens. Qué puedo decir, you gotta get a gimmick.
Pues aquí estamos de nuevo. Con el quinto de los misterios -sí, se han saltado el cuarto, no, no sé por qué, ¡editores!- de Hannah Swensen escrito por Joanne Fluke; el tercero de la Diva Doméstica de Krista Davis y el segundo de la serie egipcia de Amelia Peabody por Elizabeth Peters. En total tenemos el cadáver de un sheriff con el pecho manchado de glaseado, la sospechosa muerte de un profesor recluido al que solo parecía querer su pomeranian y una aparente maldición en una excavación arqueólogica. Qué puedo decir, hay cosas cuyo encanto está en su permanencia. Supongo.
Siguiendo con la serie de acercamiento de los mitos de Japón y de China le toca el turno a Corea en esta colección razonablemente ilustrada en la que esta vez es el turno del profesor universitario -nacido en Corea del Sur de padre alemán y madre coreana- Heinz Insu Fankl junto con la poeta Bella Myŏng-wŏl Dalton-Fenkl de acercarnos el contexto y los mitos.
Un acercamiento desde el conocimiento, la voy y cierto humor a los problemas cotidianos del capacitismo, desde la opresión estructural a la manera en la que se relatan tantas veces sus problemas en las ficciones o las personas con mejores intenciones que reflexiones. Lo hace en distintas historias que las autoras, las hermanas María Chiara y Elena Paolini, a.k.a.Witty Wheels, han vivido o conocido, y lo hacen con crítica, pero también con estrategias.
– La Tiburonilla de Kate Beaton, ed. Astronave Lo nuevo de Kate Beaton es un álbum ilustrado en la que una joven chica tiburón decide vengarse de un capitán que la atrapó. Y lo hace al estilo clásico: Con ayuda de una bruja marina que le permita infiltrarse entre la tripulación. ¡Para provocar un motín! Pero, entre medias, pueden pasar tantas cosas.
– Pez Culo de Pauline Pinson y Magali Le Huche, ed. Litera Libros
Sí. Es un pez. Parece un culo. Y eso va a servir a sus autoras para hablar de autopercepción, aceptación personal, diversidad en la belleza y en la vida y, por supuesto, también de amistad. Porque un culo puede dar para mucho, y un pez culo ya ni os cuento.
Pfff… Daredevil: Born Again (USA) es lo que pasa cuando tratas de reciclar una serie de cierto éxito de otro servicio de ‘streaming‘. El problema era que Born Again ya lo habían hecho. Bueno, uno de los problemas. Otro es que deciden intentar usar tramas de los tebeos más recientes y… ahm… Bueno, supongo que tampoco sabían bien qué elegir. Así que eso: Sobras recalentadas. Vamos que si sobra.
La primera gran serie del año para quien esto escribe. Estos Deli Boys (USA) que logran ir cambiando lo que parece que van a hacer o por dónde van a ir, y lo hacen además con un humor peculiar. Que no siempre funciona, claro. Pero cuando lo hace está claro que saben qué quieren contar y cómo. Afinando, además, con un gran reparto. Especialmente Poorna Jagannathan, que está inmensa. Y es que aunque uno podría pensar que esta serie sobre dos hermanos muy distintos y su empresa por medio parece no solo que va a ir en una dirección -una que, no voy a negar, está bastante lejos de aquello para lo que supongo que soy público- el buen hacer acaba logrando que me la vea entera. Sorprendiéndome con las apariciones y cameos. Y pasándolo en grande. Menos mal que ha aparecido esta serie, porque iba haciendo falta algo así.
Seguimos con las series medio-costumbristas medio-comedistas de Prime India y esta semana le toca a Dupahiya (O)(IN), que es una cosa sin mucha gracia sobre matrimonios concertados, influencers y moticicletas que no sé si habrá un público al que interese realmente -es decir, quiero creer que se hace la serie pensando que alguien la vería pero es todo tan poco interesante que tengo mis dudas- y, desde luego, al que no le ha interesado demasiado, menos aún con la duración del piloto, es a quien esto escribe.
Por algún motivo alguien ha pensado que una película de las que echan en Lifetime semana sí, semana no era el material idóneo para montar una serie de demasiados capítulos. Porque a partir de un capítulo Fear(UK) ya es larga para lo que está contando. Que es una variedad tirando a aburrida de la nada más absoluta en su versión El vecino que parecía majo PERO LES ACOSABA. Ay, señor, ¿será que no quedan ya historias que contar y por eso estamos con esta especie de reciclajes penosos?
Una obra de esas de comedia con trabajo por medio, no la mejor de ellas, probablemente las habrá peores porque hay algún destello en Gamjayeonguso(O)(SC), o 감자연구소 o The Potato Lab o Amor en el Laboratorioo…, de lo que podría haber sido si -probablemente- alguien hubiera querido sacudir un poco más el asunto. Pero me temo que los carriles y estilos de siempre se quedan ahí, qué le vamos a hacer. Supongo que a su público le puede gustar, yo habría necesitado algo más de gas.
Incluso si no existiera otra versión audiovisual de Il Gattopardo (O)(IT) me temo que seguiríamos estando ante la viva demostración de que cada generación tiene lo suyo y así hemos pasado de aquellos Estrenos TV a los Grandes Relatos y a lo que sea que son estas decisiones de los streamers. Carne con patatas, rancho, relleno… llamadlo como queráis, pero es eso, una producción excesivamente larga, poco inspirada, nada interesante, rutinaria hasta el bostezo, con interpretaciones que con ánimo conciliador podríamos llamar en automático, y en fin. Que no. Que esto tendría que haber sido mejor.
Siempre ha existido aquello de ir a un sitio y encontrarse con un subproducto que intenta parecerse a otro. Sean los Power Marshalls, los Pearly Pockets, los GIJake, los Polkemons o los Senny Angels. Siempre hay alguno. Así que es ponerse Lil Kev (USA) y pensar en Chris y en los Boondocksy en todos esos productos originales de los que este parece una marca… derivada. Poblada con personajes con solo un chiste, y con una trama que hemos visto tantas veces… en fin.
También en Disney parece que quieren seguir con esto del pseudocostumbrismo, aunque Love Under Construction (O)(IN) es al menos un mínimo de obra dramática -más que otra cosa- y si bien no acaba de tirar -al menos en el piloto- por el clásico Esta casa es una ruina, sí que intenta hablar de los problemas tanto de vivienda como de… bueno, de todo lo demás. Incluyendo para casarse. Porque aquí todo son problemas, sí, pero son problemas distintos de los habituales -y tantas veces increíblemente falsos- que suelen aparecer en este tipo de series. No es para mí, pero se nota el interés en hacer la historia. Y lamento que lo que me cuenta no me interese porque estoy seguro de que por ahí habrá gente a la que no le va a llegar. Una lástima.
Tengo una duda con Medusa(CO). ¿Es una parodia? Porque si es una parodia está bien hecha, si es en serio entonces claramente es el mejor caso de humor involuntario de los últimos meses. Estamos ante una telenovela de ricos aceleradísima y sin prejuicios. Uno de los protagonistas principales es un policía llamado Danger Carmelo. En serio. El padre de la protagonista, dueño de la empresa Medusa, lleva un bastón con la cabeza de -el personaje mitológico- Medusa. Todo el mundo se comporta como si fueran villanos a la doce, personajes más allá de la caricatura. Sólo el dinero que se ha usado impide que parezca un sketch de un programa de televisión que se ha inventado una serie-dentro-de-la-serie. Hay varios momentos, desde poner una bomba lapa a un yate a un momento con un tiburón o el clásico de la amnesia, en la que la competición por lograr elevar el ridículo a categoría propia ofrece unos frutos que si se han hecho sin ser conscientes de lo que estaban creando tendrían no sé si más o menos mérito. En cualquier caso el resultado es ciertamente notable. Aunque no sé si para bien.
Resulta curioso que en el mismo fin de semana se estrenen una serie basada en una obra de Agatha Christieque claramente intenta distanciarse de ella y otra que asegura ser original pero muy claramente bebe de ella. Y es que Nine Bodies in a Mexican Morgue (UK) tiene tan de fondo a Y no quedó ninguno que si no fuera por la posibilidad de reclamar de otros lados -aunque yo diría que, visto lo visto, Deadly Game está un poco (solo un poco) más cerca- habría que considerarlo otra versión. Como suele pasar en estos casos parten de un momento en el ‘presente’ después de haber descubierto los cuerpos de los pasajeros de un vuelo, un vuelo en avioneta que iba de Guatemala a USA y que cayó en tierras mexicanas. Pero no han muerto por el impacto, sino asesinados. Eso permite volver y presentar a los personajes, el accidente misterioso y, la (algo teatral al menos en este piloto) situación en la que los supervivientes acampados en los alrededores del avión esperando el rescate se van conociendo, preguntándose por la situación y mostrando quiénes son. Por supuesto aún no hemos llegado al momento de preguntarnos -o que se pregunten- por qué ellos. Pero sí que vamos teniendo algo de información. Así que aunque el piloto sea sobre todo una presentación logra realizarla de manera que le vayamos a dar al menos uno o dos capítulos más. Al fin y al cabo es una historia que nos conocemos.
Por algún motivo este Paradis City (O)(SU) parece el intento de alguien de convertir Rescate en NY en una serie de Filmin. Algo no necesariamente malo, no necesariamente fuera del personaje o del contexto, pero igualmente extraño. El personaje central es bastante más sórdido -que ya es decir-, hay una policía intentando gestionar el asunto, y el contexto sociopolítico está claro que logra ser más aséptico y a la vez peor que en la película. Además de más cercano a por dónde ha acabado yendo el asunto. En realidad el mayor problema sea, probablemente, esa sensación de ser una adaptación, de encontrarnos con algo ya visto y ya hecho. Porque, por lo demás, como relleno para las tardes… o para un fin de semana tonto… o algo así… supongo que podría tener un pase.
Supongo que habrá gente fan de los dramas históricos. Estoy muy lejos de ser parte de ellos pero, en fin, Pokssak sog-atsuda (O)(CS) o 폭싹 속았수다 o Si la vida te da mandarinas… o quizá les interese porque partiendo del ahora vuelve a ese pasado para mostrar las penurias y blablabla. No es Tres generaciones de mujeres por pura casualidad, pero la producción y la intencionalidad están ahí, así que supongo que habrá fanses para esto de amor complicado y mucho de sufrir y de sufrir. Yo no, claro.
Esta especie de desastre llamado Small Achievable Goals (CA) supongo que sale de algún tipo de cómicas populares en Canadá o algo así. La verdad es que no me he molestado ni en mirar de qué me sonaban las protagonistas porque esta forma de comedia de la incomodidad y este tirar de lo más básico es de las cosas que menos me suelen interesar en general. Y en este caso también en concreto. Simplemente no. Me da igual que traten de mezclarlo con historias de oficina o que busquen darles sus propios choques y alianzas, no hay nada que me parezca que funcione aquí. Y sé que es cosa mía y que tendrá sus fanses y todo esto. Pero no, muy claramente no.
Hace unos pocos años la BBC acertó de pleno con una adaptación de Y no quedó ninguno. Desde entonces lleva haciendo adaptaciones de Agatha Christie en las que parece haber olvidado que lo que aquella tuvo de éxito no fue, precisamente, al apartarse del libro original sino la parte en la que lograba respetarlo. De ahí toda una serie de adaptaciones posteriores con menor o peor fortuna, en el mejor de los casos podía haber algún problemilla pero se dejaban ver, en otros se lograba una serie casi insufrible. El caso de Towards Zero (UK) me hace temer que estemos yendo hacia la segunda más que hacia la primera. Es cierto que, al menos de momento, están buscando entre las adaptaciones de Christie que no están protagonizadas ni por Poirot, ni por Miss Marple, ni por ninguno de los otros personajes recurrentes. Aunque aquí hayan tenido que lidiar con el Superintendente Battle por el método de, simplemente, no hacerlo. De modo que acabamos teniendo otra de esas series en las que hay trazas de Christie -y una cuidada producción, los trajes, el maquillaje o la peluquería son mejores que las interpretaciones que las lucen- pero no lo suficiente como para salvar el tostón.
Las adaptaciones de Harlan Coben en Netflix se parecen todas. Alguien tira un dado para la historia, otra para el país y un tercero para los giros y con eso crean la historia. En el caso de Tylko Jedno Spojrzenie (O)(PL) –Solo una miradaen España, basada en su libro Just One Look de 2004- tenemos a una mujer que sobrevivió a un incendio que mató a muchos jóvenes, a un fiscal que quiere saber quién ordenó matar a su hija hace años aunque eso signifique colaborar con un criminal y una foto con una persona tachada en ella. Cosas que parecen independientes pero que, por supuesto, van a acabar estando relacionadas. Todo ello realizado con más tablas que pericia, listo para ocupar las tardes de un fin de semana tonto, o los momentos de plancha -tampoco vamos a prestarle mucha atención a lo que pasa, ¿no?- como mandan esta serie de adaptaciones. A veces las series son eso, un ‘sin novedad’ premeditado y, por algún motivo, tan efectivo como los dueños del streaming buscan.