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Saturday Night Live 2010-2015

Hace cinco años, cuando el Saturday Night Live cumplió los 35 años, decidí escribir una serie de textos explicando su historia y principales protagonistas. De modo que ahora que ha terminado ya su temporada 40 y comienza la 41 parece el mejor momento posible para echarle un ojo a esos últimos 5 años, igual que estuve haciendo entonces.

Han pasado cinco años y desde entonces, como siempre, las cosas han cambiado. No solo eso, también han demostrado que un viejo liberal como Lorne no entendía en qué momento estaba contemplando como abstruso muchos temas importantes para los tiempos modernos. Pero no nos adelantemos. Igual que no lo haremos con la importancia de su competencia. La última vez que estuve repasando el SNL estaba terminando la temporada 35. Darrell Hammond acababa de abandonar la que había sido su casa durante tanto tiempo que al final era el cómico que más años estuvo en el programa, y casi todo se centraba en que Kristen Wiig interpretara cuantos más sketches mejor. Por suerte aún estaban Bill HaderFred ArmisenAndy SambergJason SudeikisWill Forte para endulzar algo la situación. Kenan Thompson también estaba ya, en su séptimo año en el programa. A ellos había que unir a Seth Meyers presentando en solitario el Weekend Update. Creo que este repaso a los cómicos principales deja bastante claro el problema que tenía el programa durante esta temporada. De lograr un dominio de las cómicas había pasado a un dominio por una sola cómica.

La manera de intentar solucionarlo había sido metiendo más como featuring. Durante el verano Lorne había despedido a Michaela WatkinsCasey Wilson y traído para reemplazarlas a Jenny Slate y a Nasim Pedrad. Habían, además, mantenido como featured a  Abby Elliott, que junto a Bobby Moynihan aguantaban de años anteriores. Lamentablemente esta presencia femenina servía más para hacerle los coros a Wiig que para otra cosa, algo que se demostraba en episodios como el del Día de la Madre que tuvo a Betty White de presentadora (gracias a una buena iniciativa de internete que significaría que al año siguiente algunos host serían elegidos en la red permitiendo buenas mezclas como la de Louis CK) y trajo de regreso a una buena cantidad de las cómicas que habían pasado por el programa. A este problema con las mujeres se le unía el de las minorías. Armisen seguía haciendo de Obama y Thompson seguía siendo el único miembro de color. Al final de temporada la marcha de Will Forte en busca de una carrera cinematográfica coincidiría con la no renovación de Slate. Y daría una oportunidad para que Lorne aumentara el reparto.

Algo que llegaría en la temporada siguiente cuando se unieran Vanessa Bayer -de nuevo, una mujer se va otra entra- y, ya puesto, metiera tres cómicos más. ¡E incluso uno de ellos sería de color! Jay Pharoah, imitador y monologuista, no siempre tan utilizado como debiera, sobre todo porque sus talentos como imitador le ponían siempre por encima de los de actor cómico. Junto a él otros dos cómicos blancos, no se fuera a destruir alguna cuota. Paul Brittain le ponía muchas ganas y Taran Killam añadía un impresionante currículo que incluía a la rival MADtv – de la que fue el miembro más joven en unirse con 19 años-, la sensación de internet Nobody’s Watching y el hecho de llevar trabajando como actor desde antes de su adolescencia. Enseguida se notó que con Killam llegaba un nuevo cómico por el que apostar. Y justo a tiempo. Porque aunque Elliot y Moynihan habían pasado a ser cómicos principales la mayor parte de los principales llevaban años ahí. De hecho, mientras los featured habían ido yendo y viniendo el núcleo central se había mantenido y no daba muchas oportunidad para que los jóvenes se lucieran.

Quizá por ello en la siguiente temporada, sin cambios de reparto durante el verano -a parte de que Pedrad pasara a unirse a los principales- y harto de esta situación Paul Brittain decidiera largarse en enero de 2012, con la temporada ya comenzada. Durante varios episodios el programa siguió como si nada y la única medida tomada por Lorne fue incluir en abril, con solo unos pocos programas para terminar la temporada, a Kate McKinnon. Otra magnífica decisión, eso sí, pues su capacidad para ir de lo más contenido a lo más loco la convirtió pronto en otra revelación. Una que parecía estar esperando a que hubiera algún cambio. Y precisamente eso fue lo que sucedió al final de la temporada cuando Kristen Wiig, tras el enorme éxito en cine de La boda de mi mejor amiga, anunciaba que dejaba el programa. No fue la única, Andy Samberg también lo dejaría sin que pareciera preocuparle el que la primera se llevara toda la atención. Tanto que una bastante harta Abby Elliot había decidido quitarse de en medio también.

Una vez más, mujeres por mujeres. Solo que esta vez las quejas empezaban a oírse. En primer lugar porque aprovechaba de nuevo para incluir a otro cómico blanco, Tim Robinson, por otro porque aunque Aidy Bryant puso todo lo que pudo y Bayer y Pedrad intentaran hacerse un hueco también sería Cecily Strong la que se convertiría en la favorita de Lorne. Daba igual que Kate McKinnon estuviera realizando un trabajo excepcional. Tanto que cuando Seth Meyers anunció que iba a ocupar el espacio de Jimmy Fallon cuando este ocupara el lugar de Jay Leno – dejando vacante el puesto tanto de jefe de guionistas como de presentador del Weekend Update– sería ella la presentadora elegida, primero acompañada por Meyers, a partir de la siguiente temporada. Claro que estamos hablando de uno de los momentos más movidos de las últimas décadas.

No solo Seth Meyers se largaba. También Bill Hader, Fred Armisen -que se marchaba entre otras cosas para centrarse en su propio programa de sketches, Portlandia, que llevaba en el aire desde 2011-y Jason Sudeikis se largaban. Además, Tim Robinson no superaba el periodo de prueba y le mandaron a ocuparse de los guiones. Pero el asunto era que entre la anterior y esta temporada 39 que iba a comenzar en otoño de 2013 la limpieza había sido bastante completa. Bueno, Kenan Thompson seguía. Claro. El vacío era tal que Bryant, McKinnonStrong fueron rápidamente ascendidas a cómicos principales. Tocaba contratar gente nueva y, una vez más, ese fue el inicio de una serie de desencuentros. Que incluirían, además, alargar la estancia de Meyers hasta prácticamente el último momento -el 1 de Febrero, empezando su Late Night el 24- y ponerle acompañando a Strong para facilitar la transición. En teoría.

Antes incluso de ver cómo se desarrollaba eso llegaron los refuerzos. Una cómica, Noël Wells, que venía de hacer vídeos cómicos online en webs como Cracked y… seis hombres blancos. Vale, Wells también era blanca y eso también fue un problema. Pero contratar a seis hombres blancos era casi una provocación. Una provocación porque el SNL tenía el reparto más blanco de sus últimas décadas facilitando un debate que venía a resolverse como Es que no se puede poner a gente solo por su raza si no son graciosos y Llevar la cuenta de la raza de la gente es racista entre otras simplezas. Porque una cosa sería lanzar esto en el vacío y otra en un entorno que incluye a Aziz Ansari, John Cho, Kal Penn, Al Madrigal, Ken JeongKumail Nanjiani, Donald Glover (solo menciono hombres pero el caso es que también podría meter a mujeres como Cristela Alonzo, de todas formas ya volveremos sobre esto) entre otros muchísimos cómicos y actores cómicos revelaba un problema más que notable. O Lorne y su equipo de cast no son capaces de verlo o ponen un listón más alto que a los de estos seis hombres blancos que, mucho me temo, no eran gran cosa. Mike O’Brien era un asunto interno, llevaba años como guionista y vio su oportunidad de pasar al otro lado. Beck Bennett y Kyle Mooney venían de un grupo que hacía vídeos para internete, algo que necesitaban desesperadamente tras el final de los Digital Short de The Lonely Island. También John Milhiser era parte de un grupo de improvisación que realizaba vídeos, y Brooks Wheelan hacía stand-up. Lamentablemente la situación fue desastrosa desde casi su inicio. No solo eran vainilla en su perfil, tampoco acababan de adaptarse. Los cortos de Bennett y Mooney no solo eran mucho peores que los Digital Shorts -y acababan casi siempre al final del programa- sino que eran también peores que lo que habían estado creando dentro del programa mientras tanto. Perdiendo de paso la capacidad viral de la que habían disfrutado hasta entonces.

Por si esto era poco lío empezaron a preguntar por las cómicas de color. Sí, en el lado femenino las cosas estaba un poco mejor que en el masculino. Wells tiene familia tunecina e hispana, Bayer es judía y Pedrad directamente nació en Irán. Imaginad cómo de bien estarían las cosas para que esto fuera mejor. Además, Cecily Strong tiene el pero negro así que puede hacerse pasar por hispana si hace falta. El problema es que a alguien se le ocurrió preguntarle a Jay Pharoah cómo era posible que no hubiera una cómica negra en el programa. Más aún con tanta figura preminente de color. Algo que evitara que Kenan Thompson tuviera que ponerse una peluca otra vez. Jay respondió que por él la habría y que blablabla. Todo muy diplomático. Lamentablemente cuando le preguntaron a Kenan se le ocurrió decir que quizá es que no hubiera cómicas negras con el nivel suficiente. Sí, Kenan Thompson habló del nivel necesario para salir en el SNL y de que ninguna cómica negra llegaba a él. Ese Kenan Thompson. Sí, en serio. No sé si hace falta que os diga la que se montó. Entre los seis blanquitos primero y esto después, el tema de la raza se convirtió en parte del problema fundamental del SNL. El programa lo reconoció invitando a Kerry Washington y montando unas audiciones de urgencia que llevaron a la contratación de un par de guionistas de color y de una cómica, Sasheer Zamata, que debutaría en Enero de 2014. Parecía que si lo buscabas bien sí que aparecían, quién lo iba a decir. Cualquier día se ponen y encuentran un miembro asiático oriental del sexo que sea.

Cuando las cosas parecían empezar a tranquilizarse llegó la noticia de que tras la marcha de Meyer la presentación del Weekend Update no se quedaría solo en manos de Strong. El que había acabado como segundo de Meyer, un jovencito de opiniones más que obviamente conservadoras y pintas con extra de vainilla , llamado Colin Jost a que habían colocado ese mismo año como co-jefe de guionistas junto a Meyer se iba a ocupar de presentarlo con ella. Sí, de un solo plumazo ponían a un coservador a cargo de una de las joyas de la corona del programa, desaparecía el último hombre judío y el vainilla parecía controlar el universo A LA VEZ que hacían de menos a Strong. Y los problemas acababan de empezar.

Pese a la falta de competencia y a notárseles especialmente cómodos ni McKinnon ni Killam parecían llegar a ese grado de estrella que habían tenido tantos cómicos del SNL antes. Jugaban bien y acompañaban pero faltaba un algo. Y ese algo parecía ser… guiones. Los cameos para lograr reacciones del público parecían estar sustituyendo a los chistes, los cortos eran un desastre y el Weekend Update se había encontrado con una persona que estaba muy lejos de salir en televisión, completamente verde, nervioso y -peor que todo eso- con una nula química primero con Strong y después con quien le pusieran al lado.

El desastre de temporada acabó como un pim-pam-pum. De los seis blanquitos cayeron Mike O’Brien -que volvió a ocupar un puesto como guionista-, John Milhiser y Brooks Wheelan. No solo ellos, Noël Wells, también fue no-renovada. No solo eso, el contra-poder de Jost, John Mulaney, que era visto como el otro posible heredero de Meyers, había hecho ya un movimiento de largarse el año anterior y esta vez fue la definitiva: Se iba para tener su propia serie y, de paso, se llevaba con él a Nasim Pedrad.

Como todo se junta en agosto murió Don Pardo, el anunciador del programa desde los inicios y todo un amuleto de la suerte para Lorne Michaels. La baja fue cubierta trayendo de vuelta a Darrell Hammond, como presentador solo pero abriendo la puerta a apariciones especiales. Sin embargo el cambio estaba ahí.

A eso se unía que el reparto no mejoraba demasiado, la audiencia había disminuido menos de lo que se llegó a temer porque, bueno, era la NBC. Pero el asunto es que estaba claro que Lorne Michaels tenía dos problemas graves. Uno era entender la raza en términos de blancos y negros en un mundo en el que las variedades estaban cada vez más extendidas y fragmentadas. Y mientras ellos habían logrado tener un reparto incluso más monocorde. Sí, Bryant se estaba dejando la piel e incluso Moynihan y Thompson parecían estar haciendo esfuerzos por ser graciosos o algo. Pero aquello no parecía no ya tener solución sino haber entendido el problema. Que comienza con la idea de que de los dos presentadores del Weekend Update el que tenía que irse era Cecily Strong, que regresó para la temporada 40 al puesto de cómica de a pie. Para tratar de arreglarlo se fueron al Daily Show a contratar a un ex-guionista del SNL que estaba haciendo de correspondal, Michael Che. Che logró estar más verde aún que Jost y, con todo, no hacerlo tan mal. Pero la dinámica que iniciaron fue la de sancionar con su presencia y algún comentario la evidente situación ideológica de Jost organizando algunos chistes realmente vergonzantes. Esto llevaría al segundo problema.

A Colin Jost le faltó tiempo para encontrar al culpable de haberse cargado el Weekend Update: La competencia. Porque, claro, cuando el Weekend Update empezó eran los únicos pero ahora tenían otros programas de noticias satíricas como el Daily Show, el Colbert Report y, bueno, todos los lates que estaban por en medio. Este tremendamente pobre intento de excusa parecía olvidar convenientemente dos cosas: Durante años los lates habían estado haciendo esto mismo, el Daily Show empezó en 1996 y el Colbert Report en 2005. ¡Y estábamos en 2014! No solo eso, además el Weekend Update llevaba siendo la joya durante años gracias, entre otras cosas, a que en el año 2000 Tina Fey había cogido la sección por los cuernos en compañía de Jimmy Fallon y, desde entonces, había salido reforzada bien con ellos dos, con Amy Poehler en lugar de Fallon, con Horatio Sanz durante la baja de maternidad de Fey y con Meyers junto a Poehler tras la marcha definitiva de Fey, e incluso con Meyers en solitario tras la despedida de Poehler en 2008. ¿Cómo era posible que un solo tipo hubiera podido sacar adelante esta misma sección sin quejarse de que en las redes sociales les adelantaban con los chistes? Parecía un misterio viendo a Jost y Che intentando ser graciosos.

El segundo problema era que los programas de sketches se habían multiplicado más aun. No es que eso fuera una novedad porque siempre había habido muchos y muy buenos. Pero es que ahora si te rechazaban algo en el SNL te podías ir a ellos. Más aún, muchos de esos sketches no tenían siquiera un contenido inapropiado para una cadena generalista como la NBC. No solo los que aparecían en el programa de vocación independiente y alternativa del ex-SNL Fred Armisen Portlandia, también lo que estaban haciendo desde 2012 dos ex-MADtv como Key & Peele, lo que en 2013 empezó a hacer la stand-up en Inside Amy Schumer e, incluso, ese mismo año Kroll Show parecía estar dedicándole más atención al asunto que el SNL. Una vez más, no era nada nuevo. Pero parecía, como cuando en los noventa se estrenara In living color, que era el SNL el que andaba sin ideas. No solo eso, debido al púbico compartido las acusaciones de inspiración en algunos otros programas no tardaron en aparecer.

Generalmente las época de muchos cambios significaban que el programa e resentía mientras encontraban una nueva forma de funcionar, otra voz. Precisamente por eso Lorne llevaba años intentando que las bajas fueran mínimas y contrapeadas con las subidas. De ahí el mencionado tapón generacional y baile subsiguiente de featuring mientras Michaels convencía a Hader, Armisen, Sudeikis o Meyers de que se quedaran solo un poquito más. Y mientras intentaba entender las críticas, algo que debía haber entendido cuando la única adición durante el verano de 2014 había sido Pete Davison, de nuevo un hombre blanco aunque -como en el caso de Strong– con una cara que le permitiría interpretar algún papel más si fuera necesario. Joven, alto y… no mucho más.  Quizá por ello, y como nueva muestra de no entender cuál era el problema, el movimiento de Michaels fue contratar como cómica a una de las guionistas de color, Leslie Jones, a finales de 2014.

Así que aquí estamos ahora. Con un problema en lo más alto de la cadena de mando tanto con un Michaels muy mayor pese a tener solo 70 años que celebró el 40 aniversario del programa por todo lo alto, como si no fuera a tener otra oportunidad. Una celebración que agradó a los que llevaban años viéndolo pero que ofreció también la peor cara del programa: Se ninguneó la etapa de Jean Doumanian -no diré que con sorpresa- y de Dick Ebersol -vergüenza debería darles-, hubo una extrañísima aparición de Eddie Murphy que ocupó menos tiempo del que Chris Rock había empleado en presentarle y, de rebote, no sacaron a Cecily Strong entre los presentadores del Weekend Update.

Así que ahora acaba de empezar la temporada 41. Todos los que acabaron la 40 han regresado. Algunos, como Beck Bennett, Colin Jost, Kyle MooneySasheer Zamata lo han hecho como cómicos principales. Lo que significa que en estos momentos hay 12 cómicos principales y solo 4 featuring. También significa que Michael Che es uno de los que se han quedado como featuring mientras que Jost ha pasado a ser principal. Si no fuera improbable diría que lo hacen a posta. Más aún, la única incorporación que hubo durante el verano fue… Seguro que podéis adivinarlo. Efectivamente, un hombre blanco. Jon Rudnitsky en este caso.

No sé cómo evolucionará el programa en los próximos cinco años, no sé ni si estaré aquí para contarlo -¡eh, la serie anterior no se publicó originalmente en ElReceptor!- pero más les vale que para entonces hayan encontrado la manera de hacer cambios efectivos. De lo contrario… bueno, ya veremos cómo está el asunto en cinco años. Lo que sé es que hoy, en el primer Weekend Update de la temporada -uno de esos que hace que uno se pregunte cómo es posible que Seth Meyers siga clavándolo cada noche y estos se encuentren perdidísimos- han hecho un chiste de polacos. A veces me sorprende que sea 2015. No quiero ni pensar cómo podemos estar para el 2020.


Featuring

Durante el repaso a la historia del programa Saturday Night Live una de las peticiones más habituales ha sido la confección de un listado de algún tipo que sirviera de Dramatis Personae.

La cantidad de cómicos, escritores, directivos de televisión y otros múltiples personajes que han interactuado con el programa requeriría una lista mastodóntica, así que me limitaré a realizar una breve reseñita de los más destacados en las varias categorías que he decidido crear. No sé si será de ayuda real en caso de que alguien quisiera revisar las columnas que nos llevan de los acontecimientos previos a la creación del programa a su vida por lustros, 75- 80- 85- 90- 95- 00- 05-10 – 15 pero por lo menos aquí queda este breve listado para echarles una mano. Para que luego digan que no soy majo.

A LOS MANDOS

Lorne Michaels

Si sólo se pudiera dar un nombre para hablar del SNL sería sin duda este. Cómico canadiense que trabajaba en USA, sus buenas relaciones y su conocimiento del medio le hizo la persona idónea para poner en marcha el programa. Su obstinación por realizar algo distinto permitió que se convirtiera en una programa de referencia y su lucha con la cadena acabó obligándole a marcharse. Años más tarde fue traído de regreso como la única persona que podía salvarlo. El paso de los años le ha hecho acomodaticio, más cercano a los intereses de la cadena —con la que, sin embargo, sigue discutiendo a favor de su programa— de la que se ha convertido en una especie de Consultor Externo por antonomasia. Lorne Michaels ha sido, a la vez, el alma y el cerebro del programa; su capacidad para ir sacando conejos del sombrero es lo que ha permitido aguantar, reinventando el programa o supúblico. Por todo ello Lorne Michaels merece pasar a la historia.

Dick Ebersol

Si Michaels es el padre, Ebersol es el padrino. A él le encomendaron su creación pese a venir de Deportes, a él llamaron tras la problemática etapa Doumain y fue él el que salvó el programa el tiempo suficiente —descubriendo a Eddie Murphy por el camino— para devolvérselo a Michaels. Frente a Lorne, un cómico y guionista, Ebersol siempre fue un hombre de la empresa, su mayor aportación fue convertir el desmadre en que se había convertido en una oficina tradicional. Algo que le quitó parte del alma al programa pero que, a la vez, permitió su existencia pasados los setenta. Ebersol siempre ha querido ser parte del programa, y méritos ha acumulado, pero la verdad es que es más una anomalía por la que siente afecto que algo que de lo qu se pueda considerar responsable.

Brandon Tartikoff

El tercer nombre al que hay que agradecer la supervivencia del programa, aunque su influencia, jefazo de la NBC durante los ’80 y principal valedor del programa, gracias a lo cuál se le dieron oportunidades y se le permitieron cosas que no se hubieran dejado pasar a otros programas. Que él estuviera ahí cuando el programa pasó por sus peores crisis de identidad —aún un ejecutivo en auge durante la etapa Doumain, ya en el poder para poder lograr la transición a Michaels y para permitirle redimirse tras su algo más que problemática primera temporada de regreso— fue un golpe de suerte para todos que permitió que se estabilizara.

DETRÁS DE LAS CÁMARAS

Michael O?Donoghue

Primer jefe de guionistas del SNL, O?Donoghue empezó como fundador del National Lampoon —un derivado del Harvard Lampoon — y terminó convertido en su Editor Jefe. Estuvo también al frente de la adaptación radiofónica de la revista, lo que hizo que Lorne Michaels se fijara en él para ser el primer responsable del SNL. Ganó los Emmys por sus guiones para el programa en el 76 y el 77 pero para el 78 ya estaba muy cansado así que dejó el programa. Cuando Dick Ebersol trató de salvar el SNL en 1981 su primer pensamiento fue traerle de vuelta a su antiguo puesto. Duró un año, lo justo para amargarle sus últimos días en el cargo al presidente de la NBC, Fred Silverman —el antecedente directo de Brandon Tartikoff en el cargo— quién exigió su dimisión cuando descubrió que estaba preparando un sketch en el que se comparaba su situación con Adolf Hitler en el bunker. Su marcha se dejó sentir pero su posición inconformista permaneció como idea de lo que el programa debería ser.

Al Franken

Quizá el más importante de los guionistas del programa, al menos en lo que a logros personales se refiere, Franken fue dúo con Tom Davis, otro de los grandes nombres del programa. Pero decidió ir más allá y estuvo también entrando y saliendo de entre los Not Ready From Prime Time Players. La historia del SNL es también la de cómo pasó de actuar en garitos de Nueva York al momento en que llegó a Senador de Minessota .

Tom Davis

Otro de los extremadamente talentososo guionistas del programa, compañero de correrías durante años con Al Franken, con el que formó el dúo cómico Franken & Davis, ganó cuatro Emmys como guionista y permaneció en el SNL hasta 2003.

Brian Doyle-Murray

El hermano mayor de Bill Murray no estuvo desde el principio en el SNL, llego en el segundo año y paso a ser, casi inmediatamente parte fundamental del equipo de guionistas. El último año de la primera estacia de Michaels tuvo papelitos ante las cámaras. Se fue con el resto al final de la Era Michaels aunque volvió cuando Dick Ebersol le reclamó —junto a otros guionistas clásicos como Michael O’Donaghue— tras la Etapa Doumain, en este regreso llegó a presentar el Weekend Update hasta su marcha en 1982.

Jim Downey

Tío de Robert Downey Jr. , Jim fue otro de los escritores que se unieron en 1976 al programa, permaneciendo en él durante toda la primera etapa de Lorne Michaels. Dick Ebersol le trajo a mediados de su etapa para que sustituyera como jefe de guionistas a O?Donoghue, puesto en el que no duró mucho aunque desde entonces permaneció en diversos tareas dentro del equipo de guionistas del programa, incluso con el regresó de Michaels. Tras una bronca con la cadena acabó confinado a escribir sólo el Weekend Update en lo que sería la etapa de Norm McDonald al frente, lo que acabó provocando la expulsión del actor y su propia marcha en 1998. En 2002 regresó llamado de nuevo por Lorne y aún continúa colaborando esporádicamente con el programa lo que le convierte en el guionista que más tiempo ha estado ligado al mismo.

Harry Shearer

Una leyenda de la comedia en USA, Shearer se incorporó en el último año de la primera estancia de Lorne Michaels al frente del SNL como actor y guionista, se ofreció a Doumanian para permanecer en el programa cuando los demás se fueran pero ella consideró mejor quitarse a todo miembro de la etapa Michaels de encima. Tras el éxito de la película This is Spinal Tap, de la que era co-creador y co-escritor, le fue ofrecida la posibilidad de regresar a los guiones del SNL. Estuvo por allí durante la última etapa de Dick Ebersol, sintiéndose poco utilizado lo que provocó que se volviera a ir antes del regreso de Michaels. Con el paso de los años acabaría teniendo una auténtica proyección poniendo voces en Los Simpsons, proyecto en el que se embarcó casi desde el principio, suyo es el trabajo tras Mr. Burns, Smithers, Skinner y muchos otros personajes.

Conan O’Brian

Joven guionista salido del Harvard Lampoon, la carrera de O’Brian como guionista del SNL transcurrió durante la segunda mitad de los años ochenta, con el regreso de Lorne Michaels al programa. Algunos de los más controvertidos sketches como Nude Beach, con Smigel, o el incluso más complicado para la cadena Atack of the Masturbating Zombies, le convirtieron en un guionista respetado y, a la vez, difícil de mantener. Tras su marcha del programa en el 91 Lorne Michaels hizo campaña para que se le diera el programa Late Night tras la marcha de Letterman a la CBS. El resto es historia —y puñaladas traperas—

Robert Smigel

La voz tras Triumph, the insult dog, el cerebro tras la TV Funhose, compinche habitual de O’Brian y durante años, referente entre los guionistas de sketches. Smigel empezó en el SNL como guionista y coproductor con el regreso de Lorne Michaels en el 85, ocuparía desde entonces diferentes cargos y permanecería ligado de una manera u otra al programa aunque sus colaboraciones se irían espaciando desde 2005 hasta cesar casi completamente en 2009.

SUPER ESTRELLAS

Chevy Chase

La primera estrella del programa fue este cómico al que sólo habían fichado como guionista y que apareció ante las cámaras para cubrir un hueco. Su estancia durante el primer año del show le valió algunas portadas, una notable enemistad con casi todo el mundo y convertirse en el primero en dejar el programa por las ofertas de Hollywood. Después de eso vivió una breve edad dorada antes de ir cayendo en el imaginario hasta convertirse en un chiste. Recientemente ha sido recuperado en la serie Community.

John Belushi

El actor más carismático y fiero del primer SNL, su forma de actuar completamente visceral le convertía en un ciclón cómico. Tras la marcha de Chase se quedó con toda la atención del programa, convirtiéndolo en el faorito dela juventud americana. Abandonó el SNL en 1979, antes de que terminara la primera etapa Michaels, tomando al asalto Hollywood. Lamentablemente murió pocos años después, en 1982, dejando así huérfano al programa de uno de sus más grandes referentes.

Eddie Murphy

El actor que durante la etapa Doumain paseaba por las oficinas entreteniendo al personal , fichado por la insistencia de uno de los productores e infrautilizado hasta la llegada de Ebersol quien pasaría a centrar el SNL de 1981 a 1984 en él. Era tal su fuerza que prácticamente convirtió al programa en su programa privado por lo que su marcha, un año antes de que terminara la etapa Ebersol, casi le hizo un favor al SNL. Su relación desde entonces ha sido algo más que tensa, sobre todo porque el no haber sido jamás un chico Michaels le ha convertido en una rareza entre los salidos con éxito del programa.

Dana Carvey

Llegado al programa en su momento más bajo, cuando en 1986 Lorne Michaels tuvo que sacarse algo de la chistera para que no le cerraran el programa lo que encontró fue a él. Brillante imitador —su Bush padre es difícil de igualar— y creador de varios personajes cómicos como la Church Lady o Hans, sus pocas incursiones en el cine han hecho de él una Super Estrella en Estados Unidos que llegó a tener un Show con su nombre pero han limitado su conocimiento por el resto del mundo a el que salía con Mike Myers en El Mundo De Wayne. Que tampoco es ninguna tontería.

Mike Myers

Lo más evidente sería decir que él es el Wayne de El Mundo de Wayne pero, obviamente, es mucho más. De entrada, es lo que Lorne Michaels encontró sin buscarlo aún durante el reinado de Carvey en el programa, al que aportó personajes como el Dieter de Sprockets, lo que sirvió para que saltaran chispas entre ambos y para que el SNL llegara a su nivel máximo de audiencia desde su edad dorada original. Este canadiense permaneció en el programa durante los primeros noventa, aunque serían los años alrededor del estreno de la película los que mayor fama le proporcionarían. Tras dejar el programa se tomó un año de descanso del que volvió con A_ustin Powers_ en el 97, otra franquicia de éxito que le permitiría conservar el status de estrella. Después de eso llegó el doblaje de Shrek, en lo que ha estado ocupado los últimos años.

Adam Sandler

Entro en el programa en el año noventa y permaneció un lustro en él, haciéndose un hueco en el imaginario americano y construyendo su personaje de simplón bien intencionado. La NBC decidió que fuera uno de los actores despedidos del program en 1995 pese a tratarse de uno de los más populares entre el público, lo que fue un golpe para el programa pero una suerte para él que pudo centrarse definitivamente en hacer películas y llegar a ser tan conocido como es ahora.

Will Ferrell

Miembro del programa de 1995 a 2002, supo lograr el puesto central sin por ello convertirse en una carga que absoriera el programa. Especialista en hacer pareja con otos cómicos del programa, su humor se desarrolla mejor cuando tiene alguien con quien trabajar. Su marcha del programa para centrarse en su emergente carrera cinematográfica no le ha impedido reparece en numerosas ocasiones en el show para realizar pequeños cameos.

Tina Fey

Si bien su situación como jefa de guionistas y abanderada del Woman Power que reformuló el programa durante el inicio del nuevo milenio era más de culto su posterior creación de la comedia 30 Rock claramente inspirada por su trabajo aquí y su posterior regreso para imitar a Sarah Palin la convirtieron en la última super estrella salida del programa.

GRANDES SECUNDARIOS

Dan Aykroyd

Imprescindible compñero de correrías de Belushi y hombre para todo de la primera etapa del programa, su persistencia acabaría siendo recompensada con un reconocimiento tardío al trabajo realizado en el SNL.

Bill Murray

Reemplazo de Chevy Chase y miembro del reparto en la primera etapa de Michaels, Murray fue ganando poco a poco peso entre el público gracias a películas como Cazafantasmas o El Día de la Marmota, posteriormente se reinventó como actor de culto.

Gilda Radner

La mujer más importante de la primera etapa, tenía madera para haber sido una super estrella como sus compañeros pero sus inseguridades la hicieron preferir un papel secundario en casi cualquier proyecto que tomaba, muchos con su marido Gene Wilder. Emily Litella o Roseanne Roseannadanna están entre los personajes más recordados de toda la historia del programa y ella, fallecida de cáncer en 1989, una de las actrices más queridas y recordadas.

Joe Piscopo

Segunda pata del banco durante la etapa Doumain / Ebersol, su papel fundamental era servir de sparring a Eddie Murphy. Eso e imitar a Sinatra.

Norm McDonald

Aguerrido miembro del reparto, su paso a presentador del Weekend Update casi causa una guerra civil dentro de la NBC por lo brutal de sus comentarios y su, discutible, sentido del humor. Fue apartado del falso noticiario aunque no del programa, al que renunció el mismo ocos meses después.

Phil Hartman

Hombre para todo y tercero en discordia durante la etapa Carvey / Myers, Hartman fue un gran creador de personajes y es universalmente reconocido pro su trabajo como actor de doblaje en Los Simpsons interpretando a Lionel Hutz y a Troy McLure.

Chris Farley

Sólo su temprana muerte impidió que se convirtiera en una super estella igual que el inexplicable despido por parte de la NBC a mediados de los noventa le sacó del show antes de haber dado todo de sí. Un cómico enorme en todos los sentidos que seguí veinte años después la senda de Belushi y del reparto original del programa.

Chris Rock

Uno de los más grandes Stand-Up de todos los tiempos, su problema fue que los sketches tienen un lenguaje, una construcción, diferente. Su aportación como miembro negro del reparto fue importante aunque lo suficientemente frustraten para él como para terminar largándose al In living Color de Damon Wayans.

Darrell Hammond

Auténtico genio de la imitación, su participación como pareja de Will Ferrell en el programa le hubiera servido sin problemas para ocupar un hueco en este breve listado, pero sus personajes en solitario e imitaciones como la de Al Gore le han catapultado no sólo como el actor que más tiempo ha permanecido en el programa, también como uno de los más valiosos.

Chris Kattan

Otro chico para todo que, sin embargo, tendía más hacia el escarnio propio; un auténtico payaso en la cariñosa acepción antigua del término.

Molly Shannon

Primera mujer fuerte en años, su creación de Mary Katherine Gallagher la convertiría en la impulsora del Woman Power que vivió el programa con el cambio de siglo.

Chris Parnell

Genio del segundo plano, su posición como secundario le funciona mucho mejor que como actor principal lo que le ha llevado a tener una carrera algo irregular. Estuvo dentro y fuera del programa durante una temporada por culpa de los recortes de la NBC, pese a lo cuál estuvo en el éxito del programa Lazy Sunday.

Jimmy Fallon

Experto en personajes de blandito, fue co-presentador del Weekend Update con Tina Fey y, sorprendentemente, elegido como sustituto para Conan O’Brian en el Late Night. Protegido de Lorne Michaels que debe ver en él algo que el resto de la humanidad no alcanza a intuir.

Amy Poehler

Otra de las muejres fuertes que ha estado sirviendo el programa, su paso al cine parece estar demorándose más de lo deseable pero su innegable bis cómica y el talento que derrocha, ahora desde la serie Parks & Recreations, la hace candidata a brillar más aún en el mundo del espectáculo.

Fred Armisten

Auténtico camaleón del actual reparto del SNL, su imitación de Obama quizá no esté muy conseguida pero si fue tremendamente controvertida por no venir de un actor negro. En general a Armisten se le puede confiar cualqueir papel secundario porque su apariencia camaleónica le ha permitido meterse en pieles y razas de lo más variado.

Seth Meyers

Actual jefe de guionistas del programa, actual presentador del Weekend Update, la labor de Meyers parece menor y su afilada lengua contenida pero ha logrado recuperar un espíritu de crítica política que parecía dado de lado por el programa y acercarlo todo, especialmente el Weekend Update, a la senda del Daily Show de Jon Stewart.

Kristen Wiig

Actual actriz femenina principal, su comicidad parece innegable aunque una cierta tendencia al histrionismo enturbia su participación.

Bill Hadder

Atal chico para todo, secundario por excelencia en la actualidad, su peculiar manera de atacar a los personajes le permite muchas veces robar las escenas a sus compañeros.

Andy Samberg

Va rumbo de ser la Super Estrella del futuro, al menos si pone algo de su parte porque este actor cómico y guionista, miembro del trío The Lonely Island y cerebro detrás de los famos y virales SNL Digital Shorts parece más ocupado en pasárselo bien que en construirse una auténtica carrera cinematográfica.

AMIGOS Y VECINOS

Paul Simon

Amigo personal de Lorne Michaels, ex-miembro del dúo Simon & Garfunkel, sus contactos fueron de mucha utilidad para lanzar el programa, al que ha vuelto cada vez que le ha apetecido. Quizá una de sus más recordadas intervenciones, más incluso que su reencuentro con Art Garfunkle tras su ruptura como dúo en el segundo programa, fue su actuación tras el 11 S cantando The Boxer.

Candice Bergen

Primera mujer en presentar el SNL y una de las más recordadas, su humor seco y cínico pegaba muy bien con los chicos de la primera etapa. Regresa de cuando en cuando para realizar su labor y hasta la última temporada era la única mujer en el club de los que han presentado cinco veces mínimo el show.

Buck Henry

Presentador para todo de la primera etapa, cada vez que se caía alguien o que no encontraban a nadie para ocupar el hueco, algo que al principio ocuría más de lo creíble, tenían a Buck Henry para tomar las riendas del asunto. Con el paso de los años su presencia desapareció, no hay como tener gente dispuest a ir para olvidarse de los amigos.

Andy Kaufman

Surrealista cómico, realizador de diferentes cameos a lo largo de lso primeros años y sujeto de un curioso experimento en el que se preguntó a los expectadores si deseaban que siguiera apreciendo. La respuesta negativa de la audiencia hizo que no volviera a aparecer pese a su bien ganado estatus de cómico de culto.

Steve Martin

El actor que más veces y más tiempo lleva ejerciendo como presentador y como
invitado, ya en la primera etapa creó a los Hermanos salvajes con Dan Aykroyd, su constante apoyo al programa, que incluye numerosas apariciones, ha logrado que mucha gente piense que estuvo en plantilla en algún momento.

Billy Cristal

Actor de relleno de oro fichado a ese precio, junto a Martin Short, para la última temporada de Ebersol, siendo ya un cómico establecido y admirado. Crystal tiene una historia con el programa del que podría haber formado parte en su primera etapa hasta que una discusión por la duración de un gag hizo que decidiera darle puerta, creando las condiciones necesarias para que el guionista Chevy Chase le reemplazara.

Damon Wayans

Uno de los casos más curiosos de toda la historia del programa: Le contrataron
pero se sentía infrautilizado así que decidió tomar al asalto un sketch en directo provocando la ira de Michaels y su despido fulminante. Michaels no tardó en perdonarle y la volvió a permitir aparecer pocos programas después, con el despido ya efectivo. Así que Wayans se mudó a la Fox a hacer su propio programa de sketches, In Living Color, que se convertiría en la referencia durante los últimos noventa, lanzando a su vez a otro actor cómico.

Jim Carrey

Que nunca jamás ha sido miembro del SNL, lo crean o no. Su trabajo en In Living Color como uno de los pocos actores blancos del programa le dió la suficiente visibilidad como para lanzar una exitosa carrera cinematográfica. También para participar de cuando en cuando haciendo cameos o presentando el SNL en el que realizó alguna de sus actuaciones e imitaciones más memorables.

Alec Baldwin

El hombre, junto a Steve Martin, que más veces ha presentado el programa y una de las revelaciones de Lorne Michaels que ha logrado hacernos descubrir el lado cómico de este mazacote. La lornización continuó en 30 Rock, revelando su lado cómico y convirtiéndole, de paso, en actor de culto.

Christopher Walken

La revelación más inesperada, su humor extraño y algo incómodo hace de él uno de los presentadores a los que el público no puede perderse. El inquietante actor ha sabido mostrar una faceta de hombre extraño pero con muchas ganas de divertirse.

Justin Timberlake

El host del siglo XXI, su absoluta falta de vergüenza y la sintonía con Andy Samberg han logrado que se lleve a su casa un más que merecido Emmy al mejor actor cómico invitado y creado fenómenos de internet como su participación en Single Ladies o el éxito viral Dick in a Box.

Ahora es cuando señaláis la cantidad ingente de personas que han pasado por el SNL durante estos 35 años que también debía haber incluido. Y probablemente tengáis razon pero, desde mi punto de vista, estos son los nombres fundamentales. Recordad que, al fin y al cabo, esto es una columna, no un duplex.


livefromnewyorkitssaturdaynightlive!!!

30 años no es una edad habitual a la que llegue un programa con vocación transgresora o de apelar a los jóvenes adultos. Es innegable que algo hay que perder, algo hay que cambiar, y nada es lo mismo.

En el caso del SNL, cuando empezó su 30 temporada en septiembre de 2005 la situación era extremadamente apacible: tras el brillante lustro inicial y los turbulentos ’80 los siguiente quince años fueron una lección de adaptación por parte de Lorne Michaels que fue demostrando cómo el programa podía sacar y pulir diamantes, con paciencia, con mucho trabajo y dejando a muchos jóvenes cómicos en un sencillo puesto de secundarios recurrentes o de mero forraje para la pantalla.

Michaels, uno de los tipos más listos del mundillo televisivo, había ido adaptándose a la situación, poniendo límites a lo que la cadena podía hacer y lo que no y mimando a sus protegidos. Para 2005 su situación era realmente extraña, quizá la persona fuera de la NBC con más peso dentro. Empezaba el lustro habiendo desterrado la imagen de Club de Chicos que había perseguido al programa desde casi el principio y que había causado sonoros enfrentamientos con antiguas integrantes como Louis-Dreyfus, Garofalo o Silverman y un escándalo mayúsculo con el caso Andrew Dice Clay. Pero el reinado de las mujeres tampoco podía durar mucho en un panorama cambiante.

Las tres novedades del año 2005, que apuntalarían el programa en años venideros, fueron la cómica de improvisación Kristen Wiig, el camaleónico Bill Hader y el más importante de los fichajes: The Lonely Island.

The Lonely Island era un trío de chavales, amigos desde la infancia, que hacían parodias de canciones, escribían piezas cómicas y realizaban todo tipo de locuras en Berkeley, California. Locuras lo suficientemente importantes para atraer a los ejecutivos televisivos, por ejemplo los que decidieron que en los premio de cine de la MTv presentados por Jimmy Fallon —recién abandonado el SNL— se incluyeran algunos montajes suyos. Esto les sirvió de carta de presentación cuando
Michaels se interesó por ellos permitiéndoles llegar a un trato con él.

Andy Samberg pasó a ser uno de los nuevos cómicos contratados, Akiva Schaffer y Jorma Taccone pasarían, por su parte, a formar parte de los guionistas del programa; además, el trío seguiría preparando cortos que servirían como relevo natural a la Funhouse de Smigel, los SNL Digital Shorts.

Unos suben, otros bajan, las mujeres vieron cómo perdían cuota con la desaparición por la baja de embarazo de Maya Rudolph y especialmente de Tina Fey, a la que no se vería mucho más. Tras la experiencia del año anterior guionizando Chicas Malas y su reciente maternidad Fey se sentía con fuerzas para preparar el sigueitne asalto con toda la ayuda de Lorne Michaels, preparar una comedia que iba, básicamente… sobre ella.

30 Rock es una serie sobre una jefa de guionistas como ella, con un programa semanal de sketches, un montón de actores problemáticos entre los que destacaba su antigua amiga y compañera de actuación ahora parte fundamental del show, Rachel Dratch —que había sido compañera de Fey en los viejos tiempo de Chicago— y el imprevisible Tracy Jordan, personaje con mucho del también ex- SNL Tracy Morgan en el que, de paso, se disparaba con bala entre otros muchos tics de cómicos al ex-SNL más anti-SNL, Eddie Murphy. Por si quedaba duda, el nombre venía del edificio real de la NBC, cadena igual de real que realizaba un ejercicio tremendo de metaficción apartando las pocas diferencias —la falta de presentadores e invitados musicales, la dualidad ante las cámaras de la propia Fey, la presencia de Lorne Michaels…— para la que se sirvió de muchos talentos del show. Los más visibles fueron, obviamente, los de la propia Fey y los de Rachel Dratch, que abandonaron a finales de la temporada para centrarse en el desarrollo del piloto.

Resultaría ridículo señalar la marcha de la comedia, sus múltiples premios o el refuerzo a la imagen de Lorne Michaels como productor. Me limitaré a señalar que Dratch, amiga desde antiguo de Fey, dejó el SNL para hacer el papel que acabaría siendo desde la segunda versión del piloto para Jane Krakowski. Un fallo de cálculo que no ha agriado la relación, la cómica ha aparecido en pequeños papelitos en la serie así como cameos en el SNL, el último de los cuales junto a la propia Fey este mismo año.

Y si las mujeres bajan alguien tenía que subir: The Lonely Island. Durante los primeros meses poco era lo que realizaban, Samberg no parecía contar mucho para el resto de los guionistas, por lo menos hasta que llegó Lazy Sunday.

En compañía de Chris Parnell, con ocho años ya en el programa y más cerca de irse que de quedarse, Andy Samberg, que casi ni se había estrenado, comentaba en el que era su segundo Digital Shot un visionado del primer Narnia con el uso de Chronic como seudónimo de María mediante un rap de blancos.

Es difícil decir si fue un éxito de YouTube o un éxito por YouTube, la por entonces neonata herramienta para compartir vídeos, el caso es que se convirtió en el nuevo sketch memorable del SNL y logró atraer de nuevo a los jóvenes espectadores. A Lorne Michaels le salían bien los planes.

Pese a ello el canal pedía ajustes presupuestarios así que Lorne tuvo que dejar ir a Parnell —que lo intentó con el fallido piloto de Thick and Thin antes de convertirse en el personaje recurrente Dr. Spaceman en, obviamente— 30 Rock— junto con otros actores de largo recorrido como Horatio Sanz y Finesse Mitchell. La marcha de Fey llevó aparejada la subida de Seth Meyers de actor y guionista a jefe de guionistas (en principio junto a Paula Pell y Andrew Steele ) y a presentador del Weekend Update con Amy Poehler.

Tras el éxito de la anterior temporada Hader y Wiig, además del guionista pasado a actor Jason Sudeikis pasaron a ser miembros del repertorio. También subió de puesto Samberg que produjo en esta nueva temporada otro hito con el principio de una colaboración más que fructífera para ambas partes entre el joven —digamos— cantante Justin Timberlake y el SNL. El más que notable talento cómico de Timberlake y su absoluta falta de vergüenza facilitaron la existencia de Dick in a box que les valió a los implicados un premio Emmy.

De nuevo el éxito en Internet y, esta vez además, la demostración de que se podía usar como medio en el que quitar los pitidos, abriendo a una audiencia adulta, a salvo de no tanto chavalines como pesadas asociaciones de espectadores.

El equipo se estabiliza, Wiig* se consolida mientras el resto de mujeres van desapareciendo aun cuando su tendencia a soberactuar no parece reprimida por nadie. Hadder se convierte en un chico para todo que demuestra unas capacidades similares a las de Kattan o Aykroyd para crear pequeños personajes memorables y brillantes imitaciones.

Al año siguiente la plantilla vasi no varió, en parte como medida preventiva ante la huelga de escritores que sacudió al programa como a todos los demás, anulando uno con The Rock y Amy Whinehouse entre otros planes. Los cómicos y guionistas estuvieron entre el sector más activo del programa hasta el punto de que se llegó a hacer un episodio especial en directo dentro del Teatro Upright Citizens Brigade co-fundado por Poehler, en el que Michael Cera presentaba y el grupo Yo la tengo ejercía de invitado musical, recreando el programa con el nombre*_SNL On Strike!_*, un acto de homenaje a los newyorkinos y de apoyo a los escritores en huelga que contó con la participación de casi todo el cast de la temporada así como de Horatio Sanz y Rachel Dratch.

Una vez se retornó a la normalidad reapareció la anormalidad, no tanto por la marcha de Maya Rudolph aprovechando la huelga, como por el año electoral a la vista por el que los políticos — Hillary Clinton, que se encaró a Amy Poehler, su imitadora; Barack Obama o John McCain— pasaron a a realizar cameos bien para apoyar su imagen pública, bien para congraciarse con los guionistas del programa. Con el final de la temporada se acercaba el final del reinado de las mujeres tras manifestar Amy Poehler que se iría al año siguietne para desarrollar su propia sereie: Parks & Recreations. Poehler aceptó marcharse a mitad ela temporada pero eso no evitaba que la sucesiva pérdida de poder femenino pareciera irremediable, haciendo que el SNL perdiera una de sus principales —y pacientemente conseguidas— bazas.

Lo que nadie podía preveer era lo que ocurriría meses más tarde, el 29 de Agosto de 2008. Ese día el candidato a la Presidencia por el partido Republicano, John McCain, anunciaba a su compañera candidata a vicepresidenta, la Gobernadora de Alaska, Sarah Palin. Todo el potencial cómico de la mujer y su más que notable parecido con Tina Fey convirtieron la vuelta de esta al programa en un clamor.

El arranque de la temporada ese año estaría ligado a Palin, con sólo unas pocas incorporaciones entre los actores de fondo, entre los que sólo destacaban Bobby Moynihan, que haría el papel de eterno secundario gordito simpático, y Abby Elliott —hija del exSNL de corta duración Chris Elliot y nieta de Bob Elliot, de Bob & Ray, que también apareció haciendo un cameo en los ’70— que perpetuaría la saga familiar y trataría de mantener la llama del Girl Power en el programa.

El sketch en el que Amy Poehler, aún en el programa, imitando a Hillary Clinton daba una rueda de prensa con Tina Fey haciendo de Sarah Palin pasará a los anales del programa entre los sketches de contenido político más importantes. Y de mayor recorrido internacional.

La brillantez de la imitación convirtieron finalmente a Tina Fey en una superestrella mundial, elevaron las audiencias del programa y acabaron consiguiendo la participación de Sarah Palin para un mini enfrentamiento con ella. Todo un logro que devolvió las audiencias del programa a los niveles de principios de los noventa cuando el tandem Carey / Myers arrasaba. Todo el proceso electoral que acabaría llevando a la victoria de Barack Obama fue tratada con ironía y humor por el SNL consiguiendo convertirse de nuevo en un espacio de referencia entre los jóvenes, especialmente su Weekend Update —finalmente sólo con Seth Meyers— que pasó a ser una versión breve del Daily Show de Jon Stewart.

La llegada de Obama a la Casa Blanca supuso dos cosas: Que Tina Fey dejara de imitar a Palin —al menos hasta que volvió a ser host del programa— y que algún actor tenía que hacer de Obama. Dado que el único actor de color era Kenan parecía obvio que había que buscar a alguien nuevo. Incluso se llegaron a hacer pruebas en los que participaron cómicos como el entonces guionista de 30Rock y actual actor de Community Donald Glover, intentos de encontrar a un actor que pudiera imitarle. Pero fue en vano, finalmente Fred Armisen, el más camaleónico de todos los actores del actual reparto, hijo de venezolana de germano-japonés, encarnaría al nuevo presidente entre críticas de los sectores más concienciados de la comunidad negra que no entienden cómo no había un actor negro que pudiera interpretar a Obama. Especialmente al ver que la imitación es correcta pero no memorable, nada que ver con la larga tradición de enormes versiones presidenciales.

También hubo quejas, desatadas por el affaire Obama, sobre la nula presencia de mujeres de color y la explotación de Kenan que tenía que interpretar todos los papeles de afroamericano, quizá el movimeinto no logró nuevas contrataciones pero sí facilitó algo más de visibilidad a Kenan Thompson.

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No fue la única queja por una imitación de Armisen, también su versión del actual gobernador de Nueva York, David Paterson, le procuró la queja explícita del personaje público y de una serie de colectivos de ciegos que no entendían que se hiciera humor con eso. Sus apariciones en el Weekend Update, sólo o con el ex-gobernador Spitzer de Bill Hadder, se convirtieron, sin embargo, en momentos memorables.

Link: UPDATE Fred - Saturday Night Live

Así que el auge de internet, capaz de convertir en viral algunos de los vídeos de los Digital Shorts o de movilizarse con las imitaciones, trajeron al programa a un a nueva edad, plateada de momento, en el que los sketches más divertidos se expandían por todo el mundo.

También continuó la simbiosis con algunos presentadores, con Alec Baldwin llegando en la última temporada a igualar a Steve Martin como los presentadores que más veces han llevado el programa, quince en cada caso, así como la demostración indiscutible de la fuerza cómica y la conexión de Justin Timberlake con el reparto logrando que su tercer programa se convirtiera en uno de los grandes momentos de esa temporada. facilitándole un Emmy a actor invitado en comedia y apoyando otras candidaturas, Tina Fey se lo llevaría —claro— como actriz invitada en comedia por su papel de Sarah Palin, mientras que Amy Poehler y Kristen Wiig tendrían que conformarse con una candidatura como secundarias en el SNL. Los premios y candidaturas reconocerían para los críticos el buen momento del programa.

También significó el final de camino para Darrell Hammond tras 14 temporadas en activo, lo que le convierte en el cómico que más años ha pasado en el plantel del SNL, con grandes imitaciones a cuestas, especialmente su Bill Clinton pero también Dick Cheney o Al Gore, además, claro, de su papel como Sean Connery en los Celebrity Jeopardy!

En su más reciente temporada hubo un casi imperceptible cambio de mujeres, con Kristen Wiig como única actriz destacada, con Bobby Elliot aún de featuring, Lorne Michaels despidió a las otras cómicas, Casey Wilson y Michaela Watkins, y contrató a dos nuevas, Nasim Pedrad y Jenny Slate, tratando de recuperar ese avance que había supuesto el lustro anterior. Lamentablemente los recambios no estaban a la altura y Wiig pasó a ser omnipresente por todo el programa, causando un lógico efecto cargante.

La más reciente temporada poco ha podido aportar, vuelve a pasar cinco años y tocan cambios, aunque de momento no se ha notado ninguno aunque, eso sí, Lorne Michaels logró cerrar con un éxito espectacular. Igual que empezó el lustro colonizando internet gracias a Lazy Sunday tomó la petición en Facebook de que la popular cómica Betty White fuera la presentadora de un programa y no sólo aceptó sino que lo convirtió en un recordatorio de esta última década conjugando la participación de las cómicas más importantes que han sido miembros en los últimos quince años con sketches y chistes diseñados para la generación Internet, un experimento saldado con un rotundo éxito de público y con muy buenas críticas —aunque haya sido duro para las nuevas ser comparadas con las antiguas estrellas— que puede servir de cierre a este repaso histórico a lo que ha sido el SNL con el Digital Short dedicado:


FullNight

El paso a la temporada 26 resultó de lo más tranquilo que ha vivido el show y toda una diferencia con los despidos masivos de mitad de los noventa. La marcha de Oteri, Quinn y Meadows obedecía más a un final de ciclo buscado por los propios actores que a presiones de la cadena y su marcha fue cubierta por Tina Fey —que pasaba de los guiones al plató— y por el cómico de improvisación Jerry Minor que se iría antes de que terminara la temporada.

El cast entero se volcó en la carrerar presidencial con gran éxito gracias, sobre todo, a la imitación que Ferrell hacía de Bush. Ferrell ya era una superestrella que empezaba a recibir ofertas de Hollywood. Las parodias realizadas, con un inmenso Dan Hammond encontrándole el punto al granítico y aburrido Al Gore como perfecta contrapartida del desmadrado Bush de Ferrell, lograron gran repercusión mediática.

Al final de la temporada ferrell avisaría de que el año sigueinte grabaría la película Old School (Aquellas juergas universitarias) por lo que estaría menos presente en el programa, sería su forma de ir marchándose poco a poco del mismo, una muestra del buen talante del actor.

En cualquier caso, la temporada 27 sería recordada por otro suceso más oscuro. El 11 de Septiembre, tres semanas antes del inicio de la nueva temporada, ocurrió el ataque al World Trade Center. La dificultad de pasar el trago siendo un pilar tan importante de Lo newyorkino , la dificultad de realizar un programa cómico tras el atentado y, pro supuesto, la dificultad de convencer a los invitados que acudan siendo un blanco tan obvio y estáno la ciudad en pánico por los posibles nuevos ataques.

La apertura del primer show marcó un tonó y mandó un mensaje, el alcalde Giuliani con representantes del cuerpo de bomberos y policías de Nueva York se presentaban para que la ciudad siguiera como siempre, una intervención —con la actuación de Paul Simon incluida cantando The Boxer — que concluía con Lorne Michaels en persona acercándose a Giuliani para preguntarle ¿Podemos ser divertidos? respondido con ¿Por qué empezar ahora?.

— Me hubiera encantado poner el vídeo pero esta semana no hay forma de dar con ellos, si alguien tiene idea de dónde sacar este y otros sketches mencionados que lo diga —

No fue el último sobresalto ese año. Hubo que recurrir a muchos amigos del programa para lograr la temporada entera, entre ellos Drew Barrymore. Pero incluso a esta se le hizo cuesta arriba cuando se declaró un caso de Anthrax en el famosísimo edificio de Rockefeller 30. Tras el desalojo se llegó a temer que no se llegara a emitir esa semana el programa. Una muy asustada Drew Barrymore terminó presentando el programa para dejar claro que las amenazas terroristas no iban a acabar con ellos. Un gran gesto.

Pero el peor de las secuelas del 11S fue la desarticulación de la sátira política, el programa no podía hacer crítica de su propio sistema a corto plazo, eso y la enfermedad de Hammond, que le mantuvo apartado de varios programas, se unió a la progresiva desaparición de Ferrell que logró aún antes de irse definitivamente que recontrataran a Parnell a mitad de la temporada y que Ellen fuera presentadora de uno de los programas. Su marcha tras un capítulo especial en el que lso auténticos Neal Diamon y Alex Trebek se pasearon por las tablas —sólo dos semanas después de que Janet Reno hiciera lo propio— supuso el punto de inflexión definitivo para que las mujeres tomaran el poder.

Pese a la marcha de Molly Shanon la temporada anterior el SNL sigue contando con Ana Gasteyer y promocionando a Tina Fey, Rachel Dratch y Maya Rudolph al puesto de regulares, a ello habrá que unir la llegada de Amy Poeheler, que entra como nuevo refuerzo a principio de temporada junto a Seth Meyers y rápidamente es ascendida a actriz regular. La fuerza a eimportancia de las mujeres, con todas esas increibles cómicas, más Tina Fey a la cabeza del equipo de guionistas, desterrará la iamgen machista del programa de la que se habían quejado cómicas como Jeanne Garofalo o Sarah Silverman. Durante más de cinco años serán no sólo un importante equipo dinámico sino, de hecho, las auténticas estrellas del espectáculo.

Otro ejemplo es la idea de regresar a los dos presentadores en el Weekend Update tras cerca de veinte años de un sólo presentador masculino. Los elegidos fueron Fey y Fallon, élla en varias versiones contrapuestos de su papel habitual de mujer femenina y feminista pero, a al vez, desastrosa y él en su inevitable papael de blandito retraido. EL éxito es incuestionable y logra que el espectador olvide épocas más turbulentas como la de McDonald.

Al final de la temporada, junto a Ferrell ,Ana Gasteyer, que se quedó embarazada y acabó teniendo al bebé durante la temporada, avisa a Lorne de que se queda cuidando a su hijo y no va a volver. No es la única, también Chris Kattan y Tracy Morgan se irán esta temporada, aunque harán pequeños cameos las siguientes. Para relllenar huecos a los fichajes de la temporada como el actor de mil procedencias Fred Armisen y el batería metido a cómico Will Forte, para llenar el cupo negro contratan a Dan Edwards, que no llegará a terminar la temporada. La siguiente verá como el número de actores ha vuelto a crecer peligrosamente con el añadido, además, de Kenan Thompson, un actor infantil de Nickelodeon reconvertido en stand-up negro.

La salida de Ferrell tuvo otro problema añadido, tratar de encontrar un actor que pudiera tomar a Bush tras su brillante imitación. El primero en intentarlo fue Chris Parnell, sin mucho éxito, detrás iría Hammond pero su Cheney era consistentemente mejor que su Bush así que acabó la patata caliente en Will Forte que hacía lo que podía llevando no sólo a Bush, sino el recuerdo de Ferrell. Claro que Ferrell no dudaría en regresar de cuando en cuando, como cuando estuvo con Queens of the Stone Age de invitados musicales y terminó uniéndose durante la canción Little Sisters tocando, claro, el cencerro.

En lo que respecta a los presentadores, este lustro vió la llegada de Justin Timberlake en su primera intervención. No fue un gran éxito pero sí dejó un gran recuerdo entre los guionistas y actores por su sentido del humor y su buena disposición a hacer el tonto, justo el caso contrario que Paris Hilton, una de las invitadas menos cooperantes de todos los tiempos que no soportaba qque la pusieran en situaciones que la ridiculizara. El cast acabó tan harta de ella que la entrevista del Weekend Update que le hizo Fallon fue más dura de lo previsto. Cuando Fallon le preguntó por el negocio hotelero de su famila y esta le respondió citándole las grandes ciudades donde hay un Hilton debió imaginarse que Fallon iria directo a lo fácil que pudiera ser pasar un fin de semana en el Hilton de Paris. En cualquier caso, tras las etapas anteriores pareció una sobrada simple a la que no dar más importancia, sobre todo porque Fallon anunciaría que no renueva para la sigueinte temporada, dejando libre su asiento del Weekend.

Sin embargo, el invitado baneado para futuras intervenciones fue Adrien Brody que no sólo se mostró poco cooperante, especialmente con las malas ideas que eran rechazadas por los guionistas, además se slió del papel realizando una loca presentación del invitado musical Sean Paul que fue motivo suficiente para que el ahora más cuadriculado Lorne Michaels le vetara de nuevo. Para compensar Lindsay Lohan, que protagonizaría Mean girls guionizada por Tina Fey, fue una presentadora de manera regular y con muy buena disposición.

El año siguiente se reforzaría el show con la breve llegada de Rob Riggle, que no tardaría en partir hacia el Daily Show con Jon Stewart, y la promoción del guionista Jason Sudeikis a actor presentado.

De todas formas lo más recordado del año fue el desastre de Ashley Simpson, a la que le saltaron la voz de la canción de la priemra actuación mientras los músicos tocaban la segunda. Ella trató de disimular con un numerito de baile pero pronto fue obvio que estaba haciendo algún tipo de play-back. Michaels tuvo que reconocer que la actriz cantaba con ayuda de una grabación de sus canciones por un problema médico. La vergüenza no impidió que volviera en unos años ni que se hicieran chistes durante unas semanas con lo ocurrido.

Ya para finales del lustro quedaban dos sorpresas, la toma del Weekend Update por parte de Amy Poehler en lugar de Fallon convirtiéndose en el primer momento en que dos mujeres lo presentan, la contratación de Kirsten Wiig y, sobre todo, el regreso de manera máso menos tímida a la sátira política con una tímida cobertura de la campaña 2004 que no llegará a la altura de la de 2000 ni, desde luego, la de 2008 pero que les dió algo de fuerzas para dejar los paños calientes post-11 S. Un cogérsela con papel de fumar que sólo había eludido los cortos de TV Funhouse, un invento de Robert Smigel —el guionista detrás del célebre Triumph, el perro insultante, del programa de Conan O’Brien— en el que distintos cortos parodiaban no sólo un estilo de televisión infantil, también distintas situaciones sociales y políticas, convirtiéndose en lo más punzante que tuvo el SNL durante esos últimos años, tras un inicio algo flojo como reciclado de los restos del Dana Carvey Show.


SNL: Saturday TV Funhouse

ryan | Vídeo MySpace

Para concluir el lustro la NBC decidió dejar de emitir el programa en analógico y pasarlo a digital, la cadena se iba modernizando poco a poco.


Saturdaylia

Tras el despido masivo de cómicos de la temporada anterior —incluyendo los favoritos del público Adam Sandler y Chris Farley— y la partida de otros por el trato —como la polémica de Al Franken al haber perdido el Weekend Update a favor de Norm McDonald— quedaba claro que la NBC y su jefe de operaciones del Oeste Don Ohlmeyer habían tomado el programa.

Sólo que esta vez Lorne Michaels no iba a largarse. Tenía sus propios planes para tratar de arreglar el desaguisado y lograr que el programa volviera a los niveles de 1993, el año con mayor audiencia desde sus inicios. Una vez más tenía que construir un reparto, dado que sólo quedaban el antes mencionado Norm Macdonald, el clásico Tim Meadows, la novata Molly Shannon y el más conocido de todos, David Spade que había accedido a permanecer un año para servir de puente. —También estaba un actor de relleno Mark McKinney, pero no es especialmente importante.—

Hecho el cast Michaels contrató a un par de rellenos, David Koechner y Nancy Walls, que se largarían a final de año, y consiguió dos buenos actores con Cheri Oteri y Jim Breuer además de volver a sacarse de la manga a dos superestrellas, me refiero, claro a Darrell Hammond —que crearía una versión definitiva de Bill Clinton— y al que sería gran nombre del programa durante el siguiente lustro. Si ya sabéis a quién me refiero, no finjáis… La estrella del SNL de finales de los ’90… Will Ferrell.

Ferrell no sólo era capaz de mantener sketches por su mera presencia, además realizaba grandes parodias, especialmente la de Janet Reno. Además tenía gran capacidad para crear química con sus compañeros, notable con Mary Shannon o Cheri Oteri (Los Spartan Cheerleaders), y especialmente con Chris Kattan en los tan recordados Roxbury Guys.

Y, por supuesto, Celebrity Jeopardy!. Will Ferrell, Darrell Hammond y Norm MacDonald preparan uno de los mejores segmentos continuos del show, que apareció en dos programas cada temporada hasta que Ferrell dejó el programa. En él se hacía sangre con lo fácil de las preguntas cuando hay famosos y lo poco interesantes que estos son. La participación de Hammond como un imposible Sean Connery —motivada por la partida precipitada de McDonald y su Burt Reynolds — entregado a atormentar al presentador Trebek (Will Ferrell) fue desmadrándose hasta lograr una de las grandes parejas cómicas del SNL.

Kattan, por su parte, fue un fichaje de media temporada, que pronto se mostró como uno de los grandes aciertos de Lorne en el papel de secundario. Quitando su personaje recurrente Mango, Kattan daba la réplica en los Roxbury y en la parodia de tribu actual Goth Talk . El otro movimiento fue pasar al jefe de redactores Fred Wolf a actor regular.

Molly Shannon emergió por otro lado gracias a la jovencita Mary Katherine Gallagher, empeñada en ser una estrella de una manera implacable y bastante egomaniaca, su grito “Superstar!” acabó por llevarla hasta el cine, aunque este recurso de pasar a películas a los personajes más importantes acabó siendo un tic de esta épcoa estudiodirigida.

Spade dejó el programa a final de la temporada no sin antes causar un pequeño problema, al sacar en su sección Spade in America diciendo “¡Mirad, niños, una estrella fugaz! ¡Deprisa, chicos, pedid un deseo!” a la vez que mostraba una foto del antiguo miembro del SNL Eddie Murphy. Murphy, que nunca fue un chico-Michaels se lo tomó a mal y decidió sumarlo a la lista de agravios del programa que le dio la fama y que justificaba que jamás apareciera por él, ni para los especiales.

El primer año había transcurrido con una mezcla agridulce, los recambios eran buenos pero aún estaban lejos de funcionar con soltura y, sobre todo, la bajada de audiencia desde al etapa Myers/ Carvey era lo suficientemente pronunciada como para que Don Ohlmeyer siguiera interviniendo, de modo que Fred Wolf decidió dejar la jefatura de guionistas y su posición como actor de reparto y el gran Jim Downey, uno de los guionistas más íntimamente ligados al programa que acabó formando equipo con McDonald dedicándose ambos casi por exclusiva al Weeken Update, esa misma sección que no le habían querido dar a Al Franken por molesto y que se convirtió en el gran dolor en el trasero del jefazo cuando abandonaron la sutileza o las parodia blanda de la actualidad para empezar a soltar vitriolo como pocas veces se ha visto en la televisión americana.

Es cierto que los chistes bordeaban el buen gusto y que en ocasiones parecía más un juego de ser ofensivo que un intento de hacer sátira social, política y periodística pero esta versión bruta del Weekend Update suena mucho más sincero de lo que venía siendo en los años anteriores, hasta el punto de ser reconocida por Chevy Chase como la única buena desde la suya. ¿Claro que quién iba a hacer caso a Chase? En cualquier caso la sección era… Mejor juzgadlo vosotros:


The Best of Weekend Update With Norm Macdonald, Pt.1A funny movie is a click away


The Best of Weekend Update With Norm Macdonald, Pt.2Click here for the funniest movie of the week

La gente se volvía loca, allí mismo, en directo, gritaban y abucheaban con la misma fuerza que aplaudían y vitoreaban, jamás la sección estuvo más candente ni fue tan recurrente el uso de personajes pim-pam-pum que iban saliendo para que McDonald les atizara: Frank Stallone, Michael Jackson y, sobre todo, O. J. Simpson aparecían semana tras semana para recibir una ración de hachazos como pocas veces se ha visto en televisión. Ohlmeyer no lo soportaba, no sólo por lo poco políticamente correcto del asunto,a demás se suponía que su amistad con O.J. Simpson le hacía tener aún menos aprecio por el dúo McDonald/ Downey capaces de abrir el Weekend Update post-sentencia absolutoria a O.J. con “Es oficial, el Asesinato es Legal en el Estado de California.”

En 1997 aún no había llegado al máximo al fricción, fue un año flojo, sí, con la única novedad de los frecuentemente vilipendiados dibujos del Dúo Ambiguamente Gay y el rescate de guionistas y secciones del recién cerrado Show de Dana Carvey. Lo único realmente reseñable de la temporada fue un programa que contó con la participación especial de Palin y Cleese en el que llegaron a repetir en directo el sketch del Loro Muerto. Una representación en completo silencio como muestra de respeto y admiración hacia esos hombres que había cambiado la manera de hacer humor y casi el único punto tranquilo antes de que empezara la peor temporada que jamás haya vivido el show.

Seré claro: No estuvieron cerca de cancelarlo. Eso paso en los ochenta, dos veces, pero en los ’90 no era ese el problema, no era la audiencia, que era baja pero estaba muy por arriba de al de la década anterior, tampoco lo hubiera permitido la avaricia productora de la cadena que veía en las películas y series de actores y personajes una cantera para el futuro, como si el SNL sirviera de semillero para toda la cadena. El programa no era el de hacia menos de un lustro pero su problema, su plaga, era administrativa, y de ahí vinieron todas las desdichas de su 27ª temporada, empezando por la bronca definitiva a cuenta del Weekend Update.

Ohlmeye decidió que estaba harto de soportar a McDonald y exigió su destitución inmediata, Michaels se negó a quitarle del programa y, finalmente, sustituyeron a McDonlad en el sillón del Weekend Update pero le mantuvieron en el programa, algo que no dejó a nadie contento, ni a McDonald que no dudó en ir por otros programas contándolo hasta que acabó marchándose por su pie del SNL . Con él se fue también Jim Downey, tan cansado de injerencias como su amigo, aunque él acabaría regresando cuando cayó Ohlmeye.

No fue lo único que sucedió ese año, también se vio el regreso del pródigo Chris Farley, un Farley que estaba dando sus primeros pasaos en Hollywood pero que no parecía ser tan capaz de moverse y memorizar como antaño, un Farley mucho más desmadrado que obligó a Michaels a tener cerca del programa a Chris Rock por si hacía falta cambiar al presentador en el último minuto. Farley logró llevar a cabo su papel pero la nube había sido avistada: algo pasaba con el chico de oro que se emocionaba hablando de Belushi, parecía haber decidido imitarle hasta el final. Seis semanas más tarde, un paro cardíaco producto de una sobredosis de drogas acababa con la joven vida de Chris Farley a la misma edad a la que había muerto su ídolo. Otra tragedia que le convertía en el quinto exmiembro muerto y que sería seguida, tres meses después, por el asesinato de Phil Hartman, uno de los actores que más tiempo pasó en el programa y que estaba aún en expansión, realizando geniales contribuciones en Los Simpsons con Lionel Hutz o Troy McLure.

El programa seguía contando con el apoyo de los de su profesión, pero tanto golpe les había dejado tocado. Las frecuentes apariciones como host o como cameos de John Goodman o de Jim Carrey sirvieron para apoyar al show pero era obvio que algo tenía que cambiar.

En este contexto Jim Beuer, un buen cómico que realizaba el segmento El Show de Joe Pesci, decidió dejar el programa. Eso sí, antes dio tiempo no sólo a que Pesci y DeNiro —otro frecuente imitado en el espacio— se pasarán, también a que Carrey les ayudara a crear un momento tan meta como memorable.

Al año siguiente se añadieron el muy blandito Jimmy Fallon, y los brillantes Chris Parnell y Horatio Sanz. También andaba por ahí una guionista que había llegado a finales de la temporada anterior, Tina Fey, que ayudaría a unirse a su colaboradora Rachel Dratch. Fey fue asentándose en dirección a la jefatura de guiones, mientras se apuntaba a un público más joven con presentadores regulares de la talla de Sarah Michell Gellar a la que no dudaron en llevar a la Goth Talk

Sería, sin embargo, casi al final de la temporada que recuperarían poco a poco el la tranquilidad, gracias, en parte a la salida de Don Ohlmeyer hacia nuevos pastos deportivos y también a un sketch ya mítico que aprovechaba la participación del siempre divertido Christopher Walken y la seriedad de Ferrell para hacer una pequeña obra de culto.

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El “More Cowbell!” fue un grito de guerra para el retorno a la grandeza que tenían previsto para el nuevo siglo. Tim Meadows dejaba espacio a otros cómicos **cof**negros**cof** con su partida tras el éxito de su personaje The Ladies Choice, habiéndose convertido en toda una institución en el show aunque fuera sólo por su permanencia y las clásicas quejas raciales. Mientras que la partida de Cheri Oteri y Colin Quinn adecuaba la cantidad de cómicos del cast. Así que se preveían cambios y movimientos para el 2000. Aunque el mayor de ellos no lo vio venir nadie.

Pero no terminemos tan negativos, pese a la sobreabundancia de vídeos de hoy, muestra de una época convulsa llena de grandes momentos entre explanadas de aburrimiento, creo que podemos terminar bien alegres con una selección de momentos del grandísimo Celebrity Jeopardy!. Ya nos ocuparemos de torres y aviones en dos semanas.

SNL – Celebrity Jeopardy – best moments PART1 from gorsek1 on Vimeo.


SNL – Celebrity Jeopardy – best moments PART2 from gorsek1 on Vimeo.


ITS

El éxito del SNL para reinventarse, mítico ya, había sido puesto a prueba una vez más. Las turbulencias de los años ‘80 parecían haber pasado gracias a Dana Carvey, que ejercía de pilar del programa, y a la estrella ascendente que era Mike Myers. Pero Lorne Michaels necesitaba incluso más tranquilidad por lo que pudiera pasar, si algo había aprendido era que los cambios bruscos de reparto no funcionaban, y también que la pérdida de sus estrellas sumía al show en un peligroso proceso de búsqueda de identidad. Apoyarse en dos actores, especialmente cuando las cosas estaban tan tensas, era algo peligroso.

Ellos lo han negado siempre —claro— pero la tirantez entre Carvey y Myers era uno de los secretos al voces del programa y se podía rastrear su origen del momento en que Carvey era todo el show. De acuerdo Lovitz o Hartman eran muy buenos pero el que tenía los personajes recurrentes, el que hacía las parodias, el que aparecía para apuntalar sketches era Carvey, así que cuando a Lorne se le presentó la idea de El Mundo de Wayne la única imposición fue que se incluyera un personaje para Dana. Sólo por si acaso. Pero que salga.
Puede parecer un error básico insultar —aunque sea inadvertidamente— la capacidad de un cómico para montar y salvar su propia idea, pero así era el Lorne de esta nueva época, más conservador y menos amigo de los peligros.

Myers fue demostrando su capacidad para desarrollar personajes, para crear gags que entren el imaginario popular y pronto se pudo haber renombrado el programa a The Carvey & Myers Show; cuando no era un sketche de la Church Lady era de la Coffe Talk de Linda Richman, y a un Sprockets con Dieter le podía seguir un Pumping Up with Hans & Franz y así hasta el final del programa.


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Cargado por pentakatharidis. – Programas de ayer por la noche y clásicos de TV, online.
Pero los problemas acechaban a Michaels, si primero fue el sketch (escrito por Conan O’Brian) Atack of the Masturbating Zombies —sí, yo también me pregunto qué pudo enfurecerles— la controversia con Andrew Dice Clay no había dejado mejor parado el programa. Entrábamos en una época de constante controversia y Michaels tenía que hacer cambios. Quisiera o no. Aunque gracias a sus buenos resultados podían ser mínimos.

Lo primero que se iba a hacer era dejar fuera a Nora Dunn por su rebelión en el asunto Dice Clay, y la salida por la puerta de atrás de Conan —que acabaría volviendo a la cadena ya con su propio programa un par de años después— del resto del reparto partiría sólo John Lovitz —pero poco, estuvo haciendo cameos todo el año siguiente— porque esta vez iba a haber una implementación. Más gente, mucha más. Así, en 1990 se unieron al reparto una constelación de actores que constituirían durante una década el reparto más extenso que jamás ha tenido el programa. Y menudo repartazo: Chris Rock, Adam Sandler, Chris Farley, David Spade, Julia Sweeny, Rob Schneider y Tim Meadows.

Casi nada, ¿eh?.

De entre ellos los casos más particulares resultaron los de Farley y Rock. Los dos Chris. El primero por su afición fuera de toda duda al show, Farley parecía obsesionado con Belushi y con imitar manierismos de la época dlásica del show. Sus maestros eran Aykroyd y Chase antes que Murphy o Crystal.


Patrick Swayze – Chippendale
Cargado por tressage. – Ver más videos de comedia.
Para hablar de Rock hay que volver al momento en que Lorne Michaels echó a Damon Wayans del SNL. Desde 1986 Wayans y sus hermanos habían estado dando vuelta por la televisión y el cine, sin programa propio. Hasta que en 1990 la Fox decidió confiar en ellos para un programa de humor y sketches: In living color. Allí la troupe de hermanitos, junto con un par de actores de color llamados David Alan Grier y Jamie Foxx y el blanquito James Carrey montaron una minirevolución. La capacidad para subvertir el lenguaje, un nivel de humor algo más bajo y la camaleónmica capacida de quien pronto pasaría a ser conocido simplemente como Jim Carrey les otorgó notoriedad, era el programa de sketches de referencia a principio de los noventa y punta de lanza junto con el éxito del programa de stand up de la HBO Def Comedy Jam del nuevo humor negro.

Así que el SNL quería a su propio negro gracioso. Y es indiscutible que el mejor monologista desde Richard Pryor era Chris Rock. Inteligente, rápido y divertido, parecía todo un acierto sumarlo al cast.

Más aún, ¿cómo iba a ser un error incluir a Sandler, Spade o Schneider? ¿Cómo podían dejar a alguien fuera? ¡Ya dejaron fuera a Carrey!

Lo peor del asunto era que quien se quería largar realmente era Dana Carvey, casi el único actor a quien Lorne no podía dejar ir con facilidad. Sobre todo cuando en 1992 se estrenó la película El mundo de Wayne. El propio Carvey no tenia muy claro de qué iba todo el asunto y si iba a tener interés alguno, lo veía como demasiado parecida a Bill & Ted, así que fue el primer sorprendido por su éxito.

Myers, por contra, lo tenía muy claro. En 1992, tras el estreno del film, ellos eran más estrellas que los presentadores. Durante los siguientes dos años el show tendría la mayor de las audiencias, sólo comparable con el año de Crystal / Short o con la Edad Dorada.

Lo que no quita que hubiera grandes presentadores, especialmente la explosión de Alec Baldwin que entró en el Club de los Cinco Veces Presentadores y realizó uno de los momentos controvertidos por un sketch de uno de los personajes recurrentes de Adam Sandler por su aproximación a la pederastia, o el descubrimiento cómico de un Christopher Walken que en el futuro se convertiría en uno de los más recordados presentadores del programa.

 

Fue sin duda uan temporada movida y tumultuosa. Sobre todo tumultuosa. El problema, bastante obvio, fue que había demasiada gente. Todos esos, más los que estaban antes más un inquieto Al Franken que pasaba de un lado a otro de la cámara con notable facilidad. Mucha gente es igual a poco tiempo para repartir. Sobre todo si tienes a superestrellas como Carvey y Myers y si el gran público empieza a reclamar más Farley y Sandler.

Si para todos los demás eso fue duro, siendo uno de los comentarios más habituales: Sentía que no contaban conmigo, imaginad lo que opinaban las dos minorías del programa, las mujeres por un lado y el actor que era su propia minoría: Chris Rock. Como monologuista no tenía rival, pero como parte de un programa de sketches lo tenía más difícil, tenía que comeptir por el tiempo y lograr convencera los jefes. Al final se cansó e hizo lo que parecía que acabaría pasando, anunció que dejaría el SNL en 1993 para irse a In Living Color —de donde, por cierto, se acababa de ir la Familia Wayans. Por no dejaros colgados, In Living Color sólo duró un año desde su marcha, ¡mala suerte!— uniendo así su salida con la de Carvey, que esta vez no se iba a dejar convencer por Lorne Michaels. Al fin y al cabo le habían prometido un programa llamado The Dana Carvey Show. También el cómico y, fundamentalmente, guionista Robert Smigel se hartó de soportar al cada día más ejecutivizado
Michaels. Así que al final la temporada 18, con sus problemas, sus riñas y toda esa gente marcó un punto de inflexión. Los críticos llevaban atizando duro al programa un par de años y ahora sin Carvey iban a redoblar la estopa. Se acercaban curvas.

En lugar de aprovechar el recorte de actores la temporada siguiente añadieron a -*Norm Macdonald, Jay Mohr* y Sarah Silverman.

Pero es que el SNL era importante de nuevo, a El Mundo de Wayne iba a tocar Aerosmith y en el show se sucedían los momentos controvertidos que todo el mundo tenía que ver para poder comentar, como cuando Sinead O’Connor… pero mejor lo pongo para los que no lo recuerden. Aquí tenéis a O’Connor cantando a capella War . —Atentos porque era una actuación musical real, no parte de Sprockets


War – Sinéad O’CONNOR ( a cappella) on TV in 1992
Cargado por Petite-Pince-Sans-Rire. – Ver los videos de música recién destacados.
Efectivamente, rompió una foto de Juan Pablo II —te quiere todo el mundo… menos Sinead— en directo y diciendo Fights the real enemy . El silencio posterior es tan elocuente como podéis imaginar. Por un momento el cast pensó que había sido su último programa. Por suerte pudieron reconducirlo. En el siguiente programa el presentador, Joe Pesci, mostró la foto pegada con celo. Cuando Madonna acudió como invitada musical repitió el gesto rompiendo una foto del infamemente conocido Joey Buttafuoco
.
Añadidle un chiste en uno de los Wayne’s World en el que se decía que
Chelsea Clinton —con 12 años por entonces— no era capaz de provocar ninguna erección —Sí, hay cosas que nunca cambian— e imaginad la que se pudo haber armado. O la que causó inadvertidamente Martin Lawrence al hacer un chiste en su monólogo sobre el declinar de la higiene femenina logrando un nuevo aluvión de cartas y que los señores de la NBC le vetaran futuras apariciones en el programa pese su éxito como cómico y, concretamente, como presentador del Def Comedy Jam. Esta es, parece, la diferencia de libertad entre el cable y el abierto.

Pero si todos estos sucedidos os parecen impactantes sabed que la lucha interior era más dura. Rob Schneider decidió irse en 1994, también Phil Hartman —el actor que más había durado en el programa— tomo la puerta, pero en ambos casos fue una simple tontería comparada con la huida espantada de Sarah Silverman y de una horrorizada Julia Sweeny, que había pasado de ser la cómica más importante del programa a quedarse casi sin tiempo de antena. Los rumores de misoginia que ya había movido Julia Loui-Dreyfus cuando estuvo en la etapa Eberstol se disparaban y llegarían a su punto crítico al año siguiente cuando Janeano Garofalo se uniera al reparto. Duró un año escaso y se dedicó a decir por todas partes que era un club de chicos en el que odiaban a las mujeres y al que responsabilizaba de haberla hecho volver a malos hábitos que creía olvidados..

Si bien esta mala imagen acompañaría durante los últimos noventa al programa y no se limpiaría hasta la llegada del tridente Poehler/Fey/Wiig hay que reconocer que Michaels no supo llevar muy bien la controversia, acusando a Garofalo de no haberse llegado a adaptar nunca y de no soportar la presión que el resto del equipo manejaba. Más meditada fue la reacción de Victoria Jackson, la mujer más importante del SNL tras la marcha de Sweeney, y parte del equipo desde el regreso de Michaels, que señaló la importancia de la templanza en un cómico que se enfrenta a un reto tan importante como preparar un programa en una semana.

La verdad era que no sólo por ese estremo había problemas, mucho peor había sido la salida del buen Brandon Tartikoff como presidente de la cadena, haciendo perder al programa a un gran aliado que le había ayudado mucho durante los años ’80, y si bien su sucesor Warren Littelfield inició su mandato siguiendo una política de no interferencia. las distintas controversias y problemas llevaron a el control cercano por parte de Don Ohlnmeyer, responsable de la división de la Costa Oeste que estaba tan, digamos, embriagado de éxito por el triunfo de la comedia en la NBC, especialmente de Friends, que creía poder controlar el resto de los programas cómicos.

Esto propició una serie de cambios que incluyó la elección como nuevo presentador del Weekend Update de Norm Macdonald por encima del más polémico Al Franken, una decisión que se demostraría peligrosamente erronea para él y que motivó la marcha de un muy enfadado Al Franken del SNL.

Más controvertida aún fue su decisión de hacer limpia en el SNL a finales del 95, año en el que Mike Myers había decidido dejar el programa, cambiando los planes de Lorne Michaels.

¿Cómo es posible que una etapa con tantas estrellas y tan buenos datos de audiencia, con algunos gags y personajes recurrentes que son sencillamente antológicos tuviera tan mala prensa? No creo que llegue jamás a entender qué pudo fallar en la comunicación a mediados de la década de los ’90, pero sí que pilló de sorpresa a todos.

Michaels había contratado a Chris Elliott, conocido por su serie Get a life, para reforzar el cast pero la cadena era de la opinión de que sobraba gran parte del reparto. Si bien Elliot nunca llegó a integrarse, marchándose ese mismo año, la lista de condenados por el canal era larga. La muerte ese mismo año del mítico Michael O’Donoghue, el primer redactor jefe del programa, coincidiendo también como que iban a celebrar el veinte aniversario en antena, terminó por desmoralizar un programa que se veía asaetado por malas críticas y golpes constantes, con un reparto insatisfecho, incluso entre aquellos cuyo espacio demográfico dificilmente podía ayudar a la marginación como el hombre blanco e indudablemetne divertido David Spade.

Parecía dar todo igual, así que la cadena pudo elegir a unos cuantos actores para que se largaran, sacando a Kevin Nealon, Ellen Cleghorne, Morwenna Banks, Jay Mohr, Laura Kightlinger, Michael McKean y, además, de una manera ilógica, decidiendo que también había llegado al hora de las dos estrellas que quedaban en el programa: Chris Farley y Adam Sandler– Un movimiento inesperado que permitía despegar su imagen a los actores pero que permitió estabilizados

Lorne Michaels tenía que reflotar un programa sin grandes caras conocidas, precisamente lo que había estado un lustro evitando hacer, ese sería su reto para la segunda mitad de la década.


AllNewYork

Tal y como anunciaba el final de la anterior columna sobre el SNL el ahora jefazo de la NBC, Brandon Tartikoff, despidió la etapa de Dick Ebersol con un programa muy popular aunque apartado de su situación inicial, motivo por el cuál volvió a traer al gran creador del show, Lorne Michaels .

Durante los cinco años en los que no fue productor del SNL Michaels se había dedicado a la preproducción de la película Tres Amigos y a poner en marcha un programa de sketches y variedades llamado The New Show que no llegó a su segundo mes de vida. Necesitaba un trabajo y, más que eso, un éxito.

La etapa de Ebersol había dejado muchas secuelas en las oficinas del SNL; la principal de ella era el completo cambio de concepción con respecto a la primera etapa. Muchos esperaban que la llegada de Michaels desterrara los movimientos casi funcionariales, la mentalidad de oficina, cercana incluso al cubículo y alejada de la extrema implicación, el trabajo duro y disparatado y —admitámoslo— las drogas usadas de una manera recreativa. Pero Michaels estaba demasiado integrado ya en el proceso de producción, demasiado harto de las cadenas y totalmente machacado por la media década de los ochenta que llevaba. Su reacción, más drástica, fue contratar a actores profesionales:

Randy Quaid al frente, secundado por Robert Downey Jr. —sobrino del guionista Jim Downey— , Joan Cusack y el joven actor Anthony Michael Hall . Reforzó también con algunos cómicos como Danitra Vance, Nora Dunn, Terry Sweeney, Damon Wayans o Jon Lovitz. Empezaron realmente fuerte con Madonna como hostess en lo que fue uno de los episodios más infames de la historia del SNL, más bien porque la crítica tuviera afilada los cuchillos. No fue la única vez, y si bien la serie mantuvo una calidad media aceptable entre la que destacaba la capacidad autodespreciativa de Lovitz, como el Pathological Liar —del que pondría vídeo si encontrara de dónde— resultaba bastante evidente que los actores que no eran cómicos sobraban, pese a destacados episodios como el de Ron Reagan Jr. A eso hubo que unir el incidente Wayans.

Harto de sentirse el negro del SNL, considerando que sólo le usaban cuando no había más remedio, Damon Wayans decidió contravenir las órdenes y modificar su policía secundario de un sketch en otra cosa, en una especie de gran reinona con una pluma exagerada. A Lorne Michaels casi le da un ataque; fiel seguidor del guión y nervioso por las audiencias y críticas, la decisión de Michaels fue inmediata: estaba despedido. La temporada acabó en marejadilla cuando Michaels se calmó e, incluso, le llevó a hacer un sketch final en el último show de la temporada, que concluía con todo el elenco al borde de la muerte, de la que sólo era salvado Lovitz antes de echar a correr los créditos.

En los despachos parecía que el futuro, esta vez sí, estaba echado. Sólo el hecho de que Tartikoff fuera un gran fan del SNL hacía dudar. Y al final logró pesar lo suficiente como para ofrecer una nueva oportunidad a Michaels. Si ya se había vuelto cuidadoso, su talante de hombre de la cadena se vería reforzado a partir de este momento.

Dana Carvey As BushThe best home videos are here

Entre los miembros de reemplazo se encontraban Victoria Jackson, Phil Hartman y, sobre todo, Dana Carvey. El regreso a unos cómicos más centrados entre los que destacaba el preferido del público y hombre fuerte del Show, Dana Carvey, lograron regresar a los buenos momentos. Carvey se ganó una posición como favorito que llevó a Michaels a sobreexponerle. Sus personajes se iban ajustando para aparecer todas las semanas. Entre estos personajes, uno fundamental para recuperar la imagen de imprescindible, su versión de Bush padre que terminaría siendo tan clásica como la imitación de Ford a manos de Chevy Chase.

Este personaje, junto a otros como la Church Lady, mantuvieron el estatus de programa de moda; algo que pesaría con la llegada de nuevos miembros, como Ben Stiller o, sobre todo, Mike Myers. El abuso de los actores llegaba a que se metiera a Carvey incluso en sketches independientes de su aparición como Refuerzo Cómico, algo de lo que veremos claros ejemplos en la próxima columna.

The Church Lady in “The Real Church Lady”. – kewego
Tonight in "Church Chat" with The Church Lady (Dana Carvey), we have interviews with Hilary Clinton, Anne Hech and Eminem.

Terminamos esta vez con la controversia que marcó el cambio de década, el anuncio por parte de las autoridades del programa de la participación como host de Andrew Dice Clay, muy popular cómico conocido por su personaje, un tipo rotundamente desastroso, machista a tope y perpetuador de ciertos tópicos contra los que la actriz regular Nora Dunn se rebeló, negándose a trabajar en el mismo programa que Dice Clay y logrando de por medio una serie de quejas por falta de compañerismo, lo que propició la salida de la actriz con el paso de las temporadas.

Por lo demás, recuperado cierto toque hipster y recuperadas las credenciales políticas, el Saturday Night Live había logrado terminar la década con un reparto y personajes asentados que iban a poder dedicar los noventa a posicionarse, abriendo la puerta al regreso a la grandeza que veremos en la próxima columna sobre el tema.


Fromowhere

Puede que para un espectador externo no parezca existir tanta diferencia entre las temporadas 5ª y 6ª de un programa. El problema es que en el SNL la temporada 6ª fue cómo hacer, no ya una segunda parte sino, directamente, un remake.

Durante los años anteriores, tal y como contaba en la columna anterior , el grupo original había ido disolviéndose. En la quinta temporada ya estaban fuera Chevy Chase, John Belushi y Dan Aykroyd. El cast actuaba con cierta desgana, sabedores de que la tensión entre el productor y creador Lorne Michaels y la NBC se iba a resolver con un re-cast del programa; algo que la mayoría agradecía para poder centrarse en sus propias carreras. Esta falta de personal se suplió tirando de manera recurrente de los guionistas Al Franken y Tom Davis. De hecho, Lorne Michaels maniobraba para que a su partida el programa pasara a ser producido por Franken.

Si estáis pensando que viene un gran pero habéis acertado de lleno. Dick Ebersol, el productor que dejó hacer a Michaels lo necesario para la creación del SNL fue ascendido a Vicepresidente de Comedias, Variedades y Eventos, de ahí fue expulsado de nuevo de la empresa, aunque pudo dedicarse otra vez a lo que mejor sabía hacer: Deportes. En su lugar, la dependencia directa del SNL pasó a ser de Fred Silverman. Silverman venía de tener grandes éxitos primero en la CBS; el la franja matinal dando el OK a, por ejemplo, Scooby Doo , y luego ascendiendo a prime-time con la selección de programas como Todo en Familia, Mary Tyler Moore, M * A * S * H o Kojak y spin-off como Maude o Los Jeffersons. Su paso posterior a la ABC llevó al abecedario a estrenar series de gran éxito como Los Ángeles de Charlie, Apartamento para tres, La Mujer Biónica, Con ocho basta, Vacaciones en el mar, Fantasy Island o Soap. Era evidente que la NBC también iba a querer un poco de magia, por eso no sorprendió en 1978 que le ficharan como Presidente de la cadena.

Y, de nuevo, si pensáis que se la pegó a lo grande como sólo en la NBC saben hacerlo… estaréis acertando de pleno. Siendo justos, logró impulsar Hill Street Blues y… ahm… bueno, estaba ahí cuando se desarrollaron los acuerdos para Cheers o St. Elsewhere que se estrenarían cuando ya su carrera en la casa había terminado, porque si algo tiene la NBC es que regularmente tiene las peores temporadas de la televisión. En este caso la mayor victoria de su currículum fue la gestión del talento de Letterman, primero en su propio show en la franja de mañana y, tras las malas audiencias recibidas, pasándole al programa tras el Tonight Show. Un logro menor para alguien tan acostumbrado al éxito, y muy poco que vender cuando tienes las ideas de la franja nocturna cayendo como moscas. Digamos que Silverman estaba nervioso.

Digamos que Al Franken estaba desatado. No sólo no se sentía valorado en el SNL, se sentía menospreciado por la cadena. Quería ser Productor, claro que sí, pero no soportaba que no le nombran en el momento en que Michaels lo sugirió. Estaba molesto, sin duda, y tenía un culpable al que hostigar: Fred Silverman. Quizá a vosotros, mis silentes lectores, os parezca que un take no prisioners con el jefazo absoluto, por tremendamente mal que lo esté haciendo, es una mala idea pero esa primera generación del SNL no tenía problemas enfrentándose a la autoridad. La confrontación definitiva ocurrió cuando Franken decidió cargar contra Silverman en pleno Weekend Update por su uso de una limusina de la compañía. Franken proclamo que estaba haciendo un trabajo realmente malo, con unos datos pésimos y que no se lo había ganado, si alguien merecía tener una limusina de la NBC era, obviamente, Al Franken. Durante esta perorata, bautizada como A Limo for the Lame-O, animaba a los espectadores a escribir a la NBC manifestándose a su favor.

La gente le hizo caso. Decir que Silverman se lo tomó mal… imagináos. Así que cualquier posibilidad de Franken sustituyendo a Michaels se desvaneció. Pero con la partida de Lorne (y del resto del equipo) aún hacía falta alguien que cogiera la patata caliente. La elegida por Silverman fue Jean Doumanian, una de las encargadas de buscar nuevos talentos. Además de eso, bueno… era amiga de Woody Allen. Doumain ha pasado años tratando de autoexculparse de lo ocurrido esa temporada. Desde que la escogieron por ser mujer y así justificar que tuviera menos poder —y, según sus quejas, un tercio del presupuesto que tenía la anterior temporada— a asegurar que era una víctima propiciatoria. Un señuelo para que la audiencia pudiera odiar a gusto a la responsable de haber jodido su programa.

Si Silverman lo hizo con ese pensamiento en la cabeza debe ser el mayor triunfo de su carrera. Entre los afectos a Michaels y los que se olían la tostada el grupo de Doumain no fue precisamente memorable. El mejor de los cómicos, con diferencia, fue Gilbert Gottfried, debido, todo sea dicho, a la manifiesta incapacidad de Jean Doumain para ver lo que tenía delante.

Tenía decidido contratar a Robert Towsend para ser el chico negro —suena duro, pero las cosas son así— y no quería escuchar al responsable de talentos, Neil Levy, cuando le decía que había otro chico negro que era una bomba. Doumain no tenía intención de desdecirse con Towsend ni de contratar a un segundo chico negro pero Levy insistió tanto que llegaron a un acuerdo, el nuevo en lugar de Towsend pero no cómo miembro del cast sino como featured player.

Si a alguien no le ha sonado la campanita, este featured player que pese a hacer reir a la gente en las oficinasl le costó cuatro programas lograr una frase y aún cuatro más en ser asecendido a miembro de pleno derecho era, por supuesto, Eddie Murphy.

¿Hubiera cambiado el destino de la era Doumain de haberlo confiado todo a Murphy? Probablemente. Pero no lo hizo, las cifras eran tan bajas como en el resto de programas de la Era Silverman, el público odiaba a esos tipos que habían suplantado el programa de humor más querido de América y para colmo… Doumain tuvo dos enfrentamientos graves con los señores de la NBC. EL primero fue por un sketch en el que dos ejecutivos de la cadena buscaban a una americana virgen para convertirla en miembro del cast, cuando llegaban a un monasterio en el que parecía quedar la última virgen descubrían que el personaje regular del Padre Guido Sarducci se les había adelantado. En elfrentamiento fue tenso, el sketch acabó apareciendo dos semanas más tarde de lo previsto. Pero salió. El siguiente problema vino de una parodia del disparo a JR en Dallas. El malogrado miembro del cast Charles Rocket iba en silla de ruedas y conversaba en el equivalente de la etapa Doumain del WU sobre el atentado cuando se le escapó un fuck.

Acostumbrados como estamos a la televisión española ni nos sorprende, pero allí fue la gota que colmó el vaso. Dió igual que en el siguiente programa acudiera Bill Murray al rescate, realizando el probablemente mejor programa de la era Doumain —lo que, bien pensado, no deja de ser un Tallest Dwarf Award— la f-bomb que dicen los americanos significó la destitución inmedita de Doumain entre grandes quejas y lloros. Por suerte también le abrió la puerta para que ejerciera de productora en Hollywood, donde es más conocida por haber sido productora de varias películas… de Woody Allen. Al menos hasta que Allen decidió demandarla, pero eso no tiene nada que ver con el SNL.

¿A quién podía recurrir Silverman? ; o mejor, ¿merecía la pena no cerrar el programa? Por suerte un miembro de la ejecutiva de* Silverman* creía a muerte en el SNL, se trata de Brandon Tartikoff, contratado poco antes de la gran huelga de guionistas y con las nubes negras de la era Silverman oscureciendo toda la programación, Tartikoff no sólo no estaba dispuesto a dejar que el SNL se fuera, tampoco estaba dispuesto a dar su brazo a torcer, el SNL necesitaba recuperar el tono de Michaels y si él seguía enojado con la NBC había que contratar al hombre que lo hizo posible la primera vez, un rival directo de Silverman que había sido apartado del poder hacía unos años… Dick Ebersol.

Dentro de los sapos y culebras que le tocó tragar a Silverman durante su mandato como jefe de la NBC uno de los más amargos fue tener que traer a su antagonista para rescatar el programa cómico estrella tras apenas seis meses. Por suerte también le respetaba lo suficiente como para hacer caso a Tartikoff y ponerle a reflotar el programa. Lo primero que hizo Ebersol fue un programa sin host en el que salieron Christoper Reeves o Robin Williams entre otros, también llevo a Al Franken para que escenificara una reconciliación con el programa y anunciara una futura estancia como presentador suya y de Tom Davies. La huelga de guionistas fue parte de las excusas que Ebersol usó para lograr que durante unos meses le dejaran repensar el show.
Conservó sólo a Murphy y a un italoamericano que imitaba a Sinatra con cierta gracia, Joe Piscopo, que pasó a convertirse en el Payaso Serio de Murphy. La Murphyzación había empezado.

Ebersol fue un gran ejecutivo para el show. Pero no para los creadores, los cómicos o la cadena. ¿No queda claro? Ebersol, llegado de los deportes, siente pasión auténtica por el SNL. Se considera parte fundamental de su creación pese a que en cuanto las cosas salieran rodadas Michaels le diera de lado. El único motivo por el que accedió ponerse a las órdenes de Silverman fue por tratarse del SNL. Eso no quita para que le arrancara compromisos de libertad, presupuesto y apoyo a Silverman. Ni para que las historias sobre su afición a dar vueltas con un bate de baseball por las oficinas y el estudio no sean ciertas. Podía discutir con cualqueira de cualquier asunto, con el estudio para salirse con la suya, con el equipo creativo por la manifiesta incapacidad de ebersol para cualquier asunto humorístico.

Frente a Lorne Michaels él no era un escritor ni un cómico, no tenía ni idea, pese a lo cual no dudaba en imponer su opinión. También era un hombre de estudio en política, por ello la crítica casi desapareció, los años de Reagan, que tanto juego hubieran dado antes, pasaron casi inadvertidos. Estableció unas reglas draconianas para traer arriba el show de nuevo: Personajes recurrentes casi todas las semanas, personajes casi-recurrentes de tanto en tanto, piezas más cortas, menos decorados, menos actores por pieza… Fue la funcionarización del arte.

Una de las discusiones tradicionales sobre este lustro Doumain/*Ebersol* es si murió el espíritu del programa a costa de la vida del nombre del programa. Es complicado llegar a una conclusión tan dura y tan clara, pero también es cierto que incluso la comparación entre los ’70 y los ’80 justificaría estos cambios.
Ebersol logro realizarlos a la vez que mantenía un cierto lazo con la era* Michaels*. Primero procurándose que no le diera la espalda al programa, después contratando —a sugerencia suya— a Michael O’Donoghue como jefe de guionistas. O’Donoghue estaba lo suficientemente mal como para convertirse en otro motor de conflictos, pintando con spray DANGER en una pared —logrando en el camino asustar a una seleccionada para el cast que corrió de vuelta a su Canadá natal— y repitiendo que había que hacer un gran funeral vikingo al SNL. Parecía inmerso en una espiral autodestructiva que acabaría matándole, pero antes que él cayó un auténtico pilar del SNL original. El 5 de marzo de 1982 fallecía John Belushi. Su última aparición en el programa fue muda, un simple cameo en el gag del principio, sin frases, otro guiño de Ebersol a los tiempos de Michaels. La noticia fue un mazazo para todos, para los que trabajaron con él, para el reparto y para los espectadores. No sólo fue el primer miembro del SNL en morir, también uno de los más queridos.

Mientras tanto, el show se hacía Murphydependiente y al actor le daba igual. Él tenía sus películas, sus actuaciones, y no le importaba mucho si alguna de sus piezas en vivo era en realidad grabada. Tras una sustitución de última hora de su compañero en la buddie-movie Límite 48 horas Nick Nolte —aquejado de un problema médico habitualmente diagnosticado como resacaMurphy ejerció de presentador del show sin dejar de ser miembro del reparto. Incluso se atrevió a presentarlo con un Live from New York, It’s Eddie Murphy Show. La actitud fue satirizada, pero era indudable. Daba igual que se contratara a Julia Louis-Dreyfus o a Jim Belushi, no improtaba haber traido a Larry David para los guiones. Ebersol quería un programa que vendiera y en esos momentos eso significaba Murphy, al menos hast que Murphy decidió irse. En Febrero de 1984 se había convertido en una estrella demasiado ocupada como para permitirse seguir en el programa. Ese mismo año se iría también Piscopo.

Ebersol sabía lo que quería, concluir con éxito 1985, terminar el hiato de cinco años y volver a sus deportes. ¿Cómo lograrlo ahora que Murphy le había apuñalado? Por el método habitual: Tirar de talonario.
Contrató a las ya estrellas Billy Cristal y Martin Short, le añadió al Lampooner Chris Guest y al miembro del último cast del SNL de Michaels Harry Shearer. Un buen montón de dólares logrados gracias a que Silverman*había desaparecido del firmamento de la NBC en el 82 habiendo sido reemplazado por uno de los grandes fanes del programa, *Brandon Tartikoff.

Si tengo que señalar que fue uno de los mejores años del SNL de toda su historia es que algo estoy haciendo mal.

Lamentablemente todos ellos tenían cosas que hacer, habían dejado aparcadas sus carreras por ser parte durante un año de la historia del show, sobre todo Crystal que, como conté en la primera columna de la serie , había sido seleccionado para ser uno de los NotReadyForPrimeTime_ originales. Eso no impidió que hubiera broncas y que, incluso, Harry Shearer se largara en mitad de la temporada —*Ebersol* dijo Diferencias creativas, Shearer respondió Yo era creativo, ellos diferentes — y tener rasgos de genio como poner de co-presentadores a Mr. T y Hulk Hogan. En cualquier caso y pese a todo, en abril llegó a su final esta quinta temporada,

Ebersol logró estabilizar el programa como quería y dejarlo con gran popularidad y buena audiencia pasando la patata caliente a las manos que consideraba más adecuadas; no tuvo ni que repetírselo a Tartikoff, el SNL tenía que volver a ser producido por Lorne Michaels.