Evitando cruzamientos encimeras

Hay mucha gente a la que le gusta comer. A otros les gusta cocinar. A los más afortunados les gusta ambas cosas. —Y antes de que digáis nada, existen los segundos, lo afirmo de primera mano— De manera que los programas de cocina siempre han sido valorados y populares.

En las viejas revistas venían recetas, en la radio popular abundaban los consultorios y pronto hubo programas en la televisión de lo que podíamos considerar “encimera”, programas en los que salía un señor que cocinaba explicando cómo realizar estas maravillas de la cocina.

Kathleen Collins asegura que todo fue una sucesión de casualidades, primero para enseñar el público cómo sacar más rendimiento a las raciones durante la segunda guerra mundial, luego para aprovechar lo poco que había en la postguerra. No digo que no ayudara a popularizarlo en televisión —y radio— pero sí que ya a finales del S XIX había publicaciones de tema culinario y secciones en revistas femeninas de manera que algo más debe haber ahí.

En Estados Unidos ponen como punto de inflexión la figura de Julia Child, una mujer extraordinaria en muchos aspectos que se alejaba de los modos y maneras del cocinero tradicional. Quizá hayáis visto ya Julie & Julia pero dejad que os ponga un clip de la auténtica Julia Child

Sí, esa es su voz. y esa forma de aproximarse a la cocina es la que la hicieron una celebridad. Y la que causó que Dan Aykroyd realizara una de las parodias más conocidas del SNL clásico.


The French Chef por y10566

Y ese fue el punto de movimiento en los programas De encimera, la personalidad del cocinero tiraría del programa de manera que sólo los que más destacaran podría hacer algo. Lo que aplicado a España significa:

He ahí el Robin Williams de la cocina española. Pero pensad en lo importante de la presencia. Antes de su llegada había habido programas de cocina, por supuesto, pero ninguno que se convirtiera en un auténtico fenómeno. Hasta el punto de que el más cercano, Con las manos en la masa era —y es— menos recordado por las recetas de Elena Santoja y sus ilustres invitados, o por las charlas que allí tenían lugar, que por la sintonía de su cabecera:

Lo dicho, poco éxito. Y no porque no se buscaran cocineros mediáticos o carismáticos o como lo quieran llamar. Hasier Etxeberria comentaba en Porca Memoria, el libro de memorias de cocina que escribió a medias con ese otro genio todoterreno que es David de Jorge, que buscó a alguien que hiciera interesante ese tipo de programas y que cuando por fin lo encontró se lo quitaron en el último momento —se refería, claro a Arguiñano— porque el problema es que puedes tener a un cocinero magnífico como Pedro Subijana pero ponerle ante una cámara no significa que vayas a lograr ese espectáculo que es lo que hace que la gente se quede viendo el programa.

El problema de ir más allá de una persona cocinando es, precisamente, lo que ha llevado al resto de países a intentar variar y ampliar las experiencias y expectativas de este tipo de televisión, especialmente cuando los americanos descubrieron que había todo un campo gracias a los distintos géneros y sus hibridaciones, o cuando los continentales decidieron que la comida no es más que un método de transporte… Ya hablaremos de todo ello aquí. De momento nos queda la reflexión con España. Pensad en los programas de cocina que se emiten. En lo que hay, en lo que estáis viendo. Incluso en el propio Canal Cocina y sus producciones locales. ¿Por qué en un país con tanta tradición, gusto e interés nos hemos quedado tan detrás? ¿Por qué parece que vamos a remoquete de lo que hacen los demás, en un furgón de cola poco interesante?

Imagino que los problemas son los habituales: Por un lado nuestra poco desarrollada cultura audiovisiual, por otro lo justo que suelen ir de dinero las producciones que realizamos. Eso es lo único que justifica en mi cabeza que sigamos tirando de programas de encimera y tratando de encontrar a gente con suficiente carisma como para sacar a flote al barco.

Sí, en los últimos años parece que algo se ha empezado a mover. Sobre todo en cuanto a imitaciones de formatos extranjeros se refiere. Y si creéis que exagero pensad en uno de los puntos más bajos de la cocina española en televisión —el programa llegó a ser retirado antes de tiempo— y, en general, de los realities de Tele5: Esta cocina es un infierno o el intento de adaptar el Top Chef aquí.


El reencuentro / Esta cocina es un infierno por Sh0xTL

Famosos toreando profesionales. La cocina como lo último que le interesa a nadie allí. El gusto por el amarillismo y la confrontación por el puro gusto por el choque, no como finalidad o narración. Y, por supuesto, la paciencia de los chefs españoles. Esto con Anthony Bourdain, Tom Colicchio y, sobre todo, Gordon Ramsay hubiera terminado como Justified. pero si algo tiene a bien la televisión en España es menospreciar la educación, igualar por abajo y ensalzar la falta de educación. Quizá eso influya también en el estancamiento.

Así que, mientras tanto, iremos viendo cómo se lo montan fuera.