Terminamos noviembre con unos pocos pequeño repaso a sus pilotos, o al revés, yo ya no sé. Sobre todo porque parecen haber aprovechado para estrenar series de las maneras más complicadas posibles. Por ejemplo, en Crackel ha tenido tiempo para un estreno, The Art of More (USA), y en teoría va del mundo de las casas de subastas pero en realidad es la clásica historia de golpes y traiciones que tiene, eso sí, a un par de secundarios que nos puedan sonar –Cary Elwes y Dennis Quaid– por si acaso no acabamos de recordar de qué nos suenan los auténticos protagonistas –Christian Cooke y Kate Bosworth – y para tener algo de lo que hablar porque -una vez más- el auténtico problema de soltarlo de una sola vez es que parecen tener que rellenar los diez capítulos con una única trama. Que no es algo necesariamente malo -de hecho, la han renovado para una segunda temporada- pero deja muchas posibilidades desaprovechadas por el camino.
Los ingleses, por su lado, siguen con las adaptaciones. Así
Capital (UK) es la adaptación de la novela del mismo nombre que
John Lanchester sacara hace unos años. Historia de vidas cruzadas y de la crisis y su impacto y consecuencias, el paso a la televisión logra humanizar más algunos personajes a cosa de perder algunas de las aristas que por escrito quedaban perfectamente claras. Pero al menos queda claro que a los ingleses les gusta adaptar libros, sean de cuando sean.
Conste que los estadounidenses también hacen adaptaciones, a ratos, en el
SyFy, por ejemplo, se han puesto con
The Expanse (USA) de los autores
James S. A. Corey. Una intriga futurista con los roces entre la Tierra y Marte de fondo y una mujer desaparecida como centro de la trama. Al menos en principio. Un buen piloto, muy sólido, con actores que podrían estar un poco mejor quizá, o que podrían estar un poco más a lo requerido, pero también está
Thomas Jane que no se esfuerza mucho quizá porque parece que no le interesara tanto. Y ciértamente poner letreros explicando cosas de la serie es un problema que debería evitar cualquier adaptación. Pero la forma de rodar y reproducir el ambiente es buena. Y, en cualquier caso, y al margen de esto, un buen piloto que deja con ganas de seguir la serie cuando la estrenen oficialmente el próximo quince.
Seguimos con las locuras porque esta
Saints & Strangers (USA) que narra la llegada de los primeros
peregrinos a lo que acabaría siendo Estados Unidos no es solo una narración digamos que un tanto tendenciosa sino que, además, es emitida por el
National Geographic Channel. En lo que podemos considerar como una de las maneras más extrañas de celebrar
Acción de gracias que he visto en años. En fin, es su cultura y habrá que respetarla.
Volvamos a los servicios de
streaming porque también a
We TV, que ha sacado su propia serie de una sola ves:
South of Hell (USA) Por suerte una serie sobrenatural sobre cazadores de demonios… con otros demonios. Y
Mena Suvari. Luego ya hay un montón de sordidez y escabrosidad y todas esas cosas. Por ocho episodios. Así que resulta hasta agradable encontrarse con una rareza como esta que sabe a lo que quiere jugar.
Terminamos con
Superstore (USA), que es un intento de la
NBC de disimular que tiene aún ganas de hacer comedias. Pero no, en este caso están intentado jugar a mezclar
The Office con las partes del
Howdy’s de
Raising Hope, con el esperable resultado desigual. Da igual que
América Ferrara sea una estupenda actriz natural y
Lauren Nash sabe manejarse, pero incluso con eso y con que gran parte del reparto encaje perfectamente en esa naturalidad cómica la otra parte demuestra el problema principal: acartonamiento, impostamiento, una sensación de que reunir a diferentes personas con rasgos cómicos en un entorno de trabajo es cómico por su mismo y, por supuesto, que no hace falta añadir un guión más o menos complicado porque solo con ese humor es más que suficiente. ¡Ay, con lo que ha sido la
NBC!