Por difícil que sea de creer, esta vez el problema de una comedia de la ABC no está en el título sino en el contenido. American Housewife (USA) ha logrado escapar del espantoso título original pero no de su propio contenido. Más aún teniendo en cuenta que lo poco que le hace diferente está muchísimo más y mejor tratado en otra serie nueva estrenada antes por este mismo canal. No sé si esta era el plan b para Speechless pero sí tengo clara una cosa: Esta no os la recomiendo. No es más que un intento de comedia familiar con más chistes de gordos de los que creía posible desde los tiempos de Mike & Molly. y con la confianza de que su actriz protagonista podrá cargar con el peso de la serie. Que no, claro.
La idea detrás de
Channel Zero (USA) era buena. Una serie antológica por temporadas sobre le reciente fenómeno del
creppypasta. Sobre todo aprovechando que a estas alturas aún no ha salido una serie o película decente por mucho que lo han intentado. La parte buena es que no tiene que competir con un antecedente brillante, la mala es que se queda muy lejos de conseguir un resultado satisfactorio. Sí, de cuando en cuando, hay alguna imagen razonablemente conseguida, pero entre que el director ha decidido que él puede ser
artie todo el tiempo -se ve que nadie le ha pasado
American Horror Story para que vea que eso ya se está haciendo, y mejor- y que no han comprendido uno de los puntos más importantes del género -que la gracia está en que las historias se vayan completando por diferentes testimonios de aspecto real siendo el receptor de las mismas el que vaya imaginando y rellenando huecos, vamos, lo que hizo en su momento esa cateral del género que es
Ghostwatch– de modo que lo que nos queda es una historia de fantasmas o de problema mentales o posiblemente de ambos, sin mucho sentido o interés y con tantos huecos que podrías escurrir spaghettis sobre su guión. EN fin, otros que tendrían que enviarle una cesta de mini-magdalenas a los de
Slasher.
David E. Kelley y
Jonathan Shapiro,
Billy Bob Thornton y
William Hurt. No está mal, ¿eh? Pues todos ellos tienen parte de
Goliath (USA), que es otro de esos movimientos de
Amazon para intentar demostrar que hay más de una gran productora en
streaming de ficción serializada. El resultado es… ahm… desigual.
Shapiro y
Kelley siguen siendo un gran dúo, sobre todo con abogados por medio. Y tanto
Thornton como
Hurt están decidido a hacer que sus personajes funcionen. Lamentablemente -y soy el primer sorprendido- la historia legal es muy poco original. Jamás creí que diría esto sobre una producción de
Kelley. Todo lo demás está tan bien como cabía de esperar, pero esta historia de un abogado caído en desgracia -y alcohol- que decide luchar para un pequeño gran caso contra su antiguo bufete y, más concretamente, contra su ex-socio pese a que ambos se odien
muchismo muchismo, es el tipo de movimiento que uno esperaría de
Coben o incluso
Grisham pero no de
Kelley. En fin, por poco inspirador que sea sigue siendo una buena cantidad de buenos actores y escritores, con tablas y ganas. Pero podía haber sido
tan mejor.
La sorpresa de que la mejor serie de esta semana sea la comedia familiar canadiense
Kim’s Convenience (CA) demuestra por qué merece la pena dedicarse a los pilotos. Adaptación de una obra sobre los problemas de una familia de procedencia coreana que se convierte en una serie familiar, sencilla pero con suficientes enlaces y subtextos -además de un poco de filo- que la convierten en una obra a la vez sencilla y cercana, capaz de ofrecer un humor que pese a lo acolchado no cae en el estereotipo ni en el exceso televisivo. Encantadora y agradable, una serie estupenda.
Lamentablemente no puedo ser tan entusiasta con el otro estreno canadiense de la semana.
Shoot the Messenger (CA) es una de esas series de
conspiración en las más altas instancias del gobierno que para relleno de una noche tonta tiene su pase -fundamentalmente por que los muy fogueados actores canadienses están ya habituados a lograr que tire para delante- pero que resultan demasiado formulaica para pasar de la categoría de forraje.