En una semana no muy movida aún hay sorpresas posibles, como este Cassandra French’s Finishing School (USA), una, otra, adaptación. Tanto esta semana como del libro, que ya en 2012 tuvo un piloto con Krysten Ritter que no fue a ningún lado. En esta ocasión Eric García -ese tipo tan particular- ha logrado sacarlo adelante, con un resultado cuanto menos original. Cierto es que sigue teniendo tantos problemas como puno podría llegar a imaginar a partir de un punto de partida como no deja de ser un secuestro por muy humorísticamente que se tome. Por el otro… bueno, está claro que las ganas de ofrecer una idea diferente, en la parte de comedia, en la de romance, en la de sus relaciones de género… en fin, que me alegro de que aún quede algún hueco para la originalidad aunque sea en los laterales de los bordes de los pliegues.
Por contra
Doubt (USA) es poco menos que todo lo que podría haber salido mal y así hemos acabado. La trama principal es vergonzosa y vergonzante (determinados giros no es ya que podamos presuponerlos por otras series sino que incluso en el último año podemos dar por hecho que en algún momento conoceremos los oscuros secretos de la madre del sospechoso y blablabla) pero es que la forma de representar la parte judicial es igualmente lamentable tanto comparada con la muy reciente
Newton’s Law como teniendo ahí en frente a
The Food Fight que sin duda les va a pegar un repaso. ¿Qué puedo decir bueno entonces de esta? Que está llena de gente que me cae bien e incluso me gusta cómo trabaja. Todos ellos en papeles cercanos a lo que podemos esperar de ellos:
Dullè Hill es un
straight-man con toques de humor,
Laverne Cox es firme pero accesible,
Dreama Walker es una ingenua con mucha pasión y
Elliott Gould es atareado y descentrado pero claramente capaz. Y también está
Katherine Heigl, que aunque todos se dediquen a disimularlo es algo así como la protagonista. La piedra central para convertir esto en un desastre tirando a flojo. Al menos los grandes desastres nos dan alguna satisfacción más que saber que un puñado de gente que nos cae bien podrá comer caliente.
Intento decidir cómo explicaros
Hoges (AU) y solo se me ocurren esas minis de personajes más o menos famosos/históricos que hacemos en España. Salvo que aquí son australianos, pero la versión de
Paul Hogan que se nos presenta -además de casi un
Celebrities– sirve menos para explicar el éxito carismático del australiano y su ascenso como cómico y actor y más para… Bueno… mostrarnos un espanto de pelucas y prostéticos alrededor de una suerte de
La verdadera historia. Quizá para esto mejor un documental.
Como los australianos están teniendo una de esas épocas también hemos tenido un docudrama especialmente raro, con una parte de documental notablemente loco y una parte de drama que no sé ni si intenta ser seria. Me refiero, claro, a
Ice Wars (AU) un intento de aproximación a la cosa de la droga en Australia que tiene el valor… que hay que echarla para mezclar en esta locura las distintas ideas posibles y tan pasada de vueltas que es difícil saber qué pretendían, porque incluso para crear alarma social llo que cuenta de la meta-anfetamina está bastante pasada de vueltas.