¡Pilotos Deathmatch! Imposters, Legion, Newton’s Law y más

En la interminable cascada de volver a intentar algo que ya funcionó en el pasado que es casi una costumbre anual la FOX ha sumado esta semana 24: Legacy (USA) que intenta ser la versión corta y sin Bauer de una serie que ha sobrevivido durante años gracias a Bauer. Y si ya con él se veían las costuras sin él y sin el truco estirado del día solo el locurón puede salvarlo. Que no parece el caso. Así que, ¿qué sentido tiene adaptar algo así, para lograr solo la mediocridad? Ah, sí, por la gente que sigue por el nombre, claro. ¡Ah, el capitalismo básico!

Hablando de despropósitos: APB (USA) es una de esas series que hay que ver para creer que a alguien realmente le pareció buen idea. Tiene todas las manías neoliberales, de los drones a las apps, un montón de locas decisiones ideológicas como el apoyo a la policía privada frente a su ‘estatalismo’ -que no es estatal tanto como local en lo comunitario- y a un millonario hecho a si mismo y que cada vez que abre la boca parece que alguien ha leído a Rand hasta lograr que en su cabeza tenga sentido. No es que fuera de eso sea mucho mejor serie, que no lo es, pero la atrocidad ideológica logra superar a unos clichés tan gastados que hasta eligen como ciudad aa CHICAGO, no sea que la ciudad se quede sin representación policial en la pequeña pantalla. En fin, una historia que funciona mejor para realizarle un análisis cultural que para verla.

Como esta parece una semana de decisiones terribles desde Reino Unido han decidido estrenar The Good Karma Hospital (UK) una serie en la que bitánicos intentan salvar un hospital en La India, Una de las doctoras viene de UK y ha pedido el traslado por un asunto amoroso fallido, la otra es la directora ‘de facto’ del hospital al que acaba trasladada. Uno en el que no hay medios y hay que hacer la medicina con las manos, o algo igual de ridículo. La acumulación de colonialismo, escritura vaga y pintoresquismo orientalista podría tener un pase si al menos el vehículo mereciera la pena. Que tampoco.

Cuando pensabas que las cosas no podían empeorar llega la CNN con su documental The History of Comedy (USA) y te encuentras que los que le han puesto el nombre no deben de haberse visto la serie. O que pasan de todo. Por supuesto podríamos decir aquello de «Los modificadores, nuestros amigos» para señalar un hecho tan obvio como que en este documental sobre La historia de la comedia han decidido obviar… bueno… la parte histórica. Las referencias más antiguas llegan al siglo XIX y son siempre mínimas, cuando no cuestionables. Frases como «Con el vodevil por primera vez la comedia se convirtió en una industria» en los cinco primeros minutos dan ya la idea de que les da exactamente lo mismo no solo la historia fuera de Estados Unidos sino, incluso, cualquier otra representación sea en libros, en cómic o incluso en obras de teatro. Por supuesto esta y otras afirmaciones cuestionables -como el primer disco cómico grabado- ofrecidas como certezas tienen como finalidad ofrecer un discurso claro, que es de lo que va esto. Nada de historia o contexto histórico sino una serie de temas estructurados en tres o cuatro secciones distintas no necesariamente por orden histórica sino, digamos, por ideas afines o algo así. La verdad es que es complicado entender la organización decidida, pero tampoco es que el tema de este primer capítulo, que parece que podríamos resumir como el humor ofensivo o algo así, incluye el uso de palabrotas. Incluyendo, por supuesto, «Las siete palabras» de Carlin. Salvo que como la emite la CNN están tapadas con pitidos. Como muchas otras palabras durante el capítulo. Si alguien es capaz de encontrar una idea más loca que dedicar el primer capítulo a un tema en el que se tiene que tapar, a veces hasta rozar la parodia consciente, el mismo asunto que se discute… Que lo diga. Y si es esto -bueno, esto y más, que no he hablado de que solo aparecen expertos no-hombres blancos cuando el tema del que se habla es, precisamente, una persona de color. Podría haber dicho un hombre porque además, pero vamos a ir limitando las quejas.- si esto, digo, es lo que nos espera en el resto de capítulos de la serie el único motivo que se me ocurre para verla es, como tantas veces en este tipo de programas, el uso del archivo. Los documentalistas salvando el documental, una vez más.

Como no todo va a ser malo también hay cosas a medio hacer, como Imposters (USA), una farsa de timadores que parece realizada por alguien que pensaba que The Catch era demasiado seria. de modo que esta serie encantadora -de Bravo, por cierto- sobre alguien al que estafaron con una boda y un golpe realmente complicado no solo tiene cosas sacadas directamente de aquella -el uso de la reputación, el jefe ‘misterioso’- sino que la misma falta de plausibilidad en una historia que, sin embargo, salvan los actores a base de lo que solo se me ocurre definir como adorabilidad. Todo es una farsa, todo suena a falso, pero parece jugar con esa idea de comedia romántica agradable antes que con otras posibilidades de la trama por el lado criminal. Supongo que había un hueco y han buscado cubrirlo.

Posiblemente la estrella de la semana sea Legion (USA), con un piloto tan brillante que es difícil que pueda mantener el nivel. Un piloto que juega con la música –The Who y Rolling Stones son dos de los grupos de los que toman canciones-, con todos los aspectos de diseño – recordándonos a Utopia y a Fuller, aunque dejando claro que no es ninguno de los dos… bueno, más o menos claro- hasta el punto de que hay momentos en los que no sabes si están haciendo una referencia directa a Wes Anderson o si les ha quedado así porque intentan recuperar un mismo momento y sentimiento. (De manera, además, bastante correcta. El uso de la tecnología a todo nivel que aparece, ya sea de la cercana o de la de transportes, es elegantemente desdibujada para que mientras no sea necesario sacarlo en pantalla la sensación de una cierta atemporalidad con ecos de un momento concreto y casi de un país sirva de fondo). La trama en sí, y aquí comienzan los problemas, sirve tanto de planteamiento como conlleva ese problema de hacia dónde avanzará la serie, que en este piloto podría funcionar perfectamente como un telefilme.¿Podrá mantener el nivel, podrá seguir con una historia que cuenta poco y que ya ha liquidado la presentación de sus dos personajes principales y va a tener que empezar a aclarar cosas? ¿Podrá sobrevivir la serie al listón que ha marcado este piloto? No lo sé, pero espero -mucho y fuerte- que lo haga.

Parece que no hay semana sin una miniserie de tema masomenos histórico con los británicos, y esta le ha tocado a The Moorside (UK), como casi de costumbre en ellos es otro de esos crímenes célebres a los que tratan de ¿comprender? ¿explicar? mediante una dramatización de los hechos. Y… bueno… supongo que a los que les gustan estas cosas estarán contentos. Me temo que yo no tengo mucho más que aportar.

Por suerte Nella the Princess Knight (USA) es menos habitual. Sin duda es una serie para preescolares -y no sé si sería capaz de verme mucho más allá de un episodio- pero es una serie que además de los animales, y las canciones y los colores y una animación discutible tiene a una protagonista femenina que se transforma en caballero sin dejar de ser ella misma, a un buen montón de secundarios que juegan a la vez a traer diversidad y a funcionar de manera que pueda servir tanto para hacer el tonto como para tocar temas cuando no se están comportando bien, y que, en general, parece el resultado del esfuerzo de ofrecer algo dentro de lo habitual pero que demuestre cómo se pueden estirar los bordes para que el resultado sea un impulso positivo. Y canciones como la de abajo, claro.

Terminamos con otra creación agradable, si por agradable podemos entender una serie de abogados en la que es difícil explicar por qué el personaje principal no se ha suicidado aún. Y es que aunque Newton’s Law (AU) sea muy amable en su forma de enfocar los problemas y busque a personajes fáciles de querer y con traspiés comprensibles lo que acabas teniendo es una sobredosis de problemas para una sola persona que ve cómo su carrera no acaba de funcionar, su vida amorosa está destrozada y la gente a su alrededor en el mejor de los casos no está bien. Por no decir que están fatal. Y que tampoco tienen pinta de mejorar. Pero, en fin, se supone que para algo crearon los anglos el término de lighthearted, porque alegre no sé si será esta serie pero que busca quitar un peso con una trama aceptable y un puñado de actores esforzándose para sacarla adelante, eso desde luego.


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