Hay días en los que no es ya que las series me parezcan más de lo mismo, es que de alguna estoy hasta seguro de haber hablado ya. Pero he mirado y parece que no, que de Almost there (USA) solo tengo el recuerdo de haberlo hecho porque vuelve a ser otra vez una teórica comedia romántica con protagonista masculino buscando el amor -y a una mujer concreta-. Hum… Creo que voy a mirar otra vez si ya he hablado de ella, solo para cerciorarme, claro.

Vamos con una adaptación, concretamente de una película australiana del mismo nombre, aunque Animal Kingdom (USA) también guarde parecido con la serie de Underbelly. El resumen es una mezcla de drama criminal y familiar en el que el papel más goloso es el de la matriarca – Smurf en el original, ardo en deseos de ver cómo lo traducen – que aquí interpreta Ellen Barkin con solidez aunque, me temo, lejos de la inspiración de Jacki Weaver en la película original. La serie en sí… pues bueno, pues vale. Al menos no es John from Cincinnati.

Aunque The Detour (USA) hubiera podido ser una serie a mayor gloria de Jason Jones está claro desde el principio que su intención es que sea una comedia familiar en la que todos los personajes tengan su momento de brillo. Dentro de eso, y aceptando las inevitables comparaciones con la saga vacacional de National Lampoon, cumple a la perfección su papel de pequeño artefacto cómico. Podría ir más allá -quizá acabe haciéndolo- pero de momento logra lo que se propone, que no está mal.

En lo que podría ser la definición de serie para un público concreto y, a la vez, de todo lo contrario, la ITV ha estrenado The Durrells (UK)va de exactamente lo que uno podría esperar: La estancia en Corfú de la famila. Así que si alguien ha querido ver una adaptación de Mi familia y otros animales -y el resto del ciclo- que alguien ha pensado que mejoraría dándole más cancha a los humanos -a saber- esta es su serie. Lo que no sé es hasta qué punto van a estar contentos con la adaptación, o si servirá para atraer a los libros a aquellos espectadores que lleguen por la mezcla de comedia y algo de drama familiar. Para ser el tercer intento uno esperaría algo más pero vaya.

En algún momento la ITV pensó que Marcella (USA) era una buena idea. Llegaban a un acuerdo de distribución con Netflix para fuera de UK, se traían a Hans Rosenfeldt para que creara -bueno, co-creara con Nicola Larder, aunque en teoría es el guionista- una historia de misterio a su estilo y todos a correr. Lamentablemente no contaron con algunas cosas. Como que intentar sobrecargar la intensidad del sufrimiento en una tradición que lleva presentándonos detectives torturados en televisión desde antes de los noventa como mucho puede producir bostezos, sobre todo si la idea más que tópica es que es una mujer que tiene que volver a trabajar después de una baja de maternidad porque su marido la ha dejado. Pero resulta que solo la ha dejado un poco porque ella quiere salvar ese matrimonio. No se me ocurre ningún motivo razonable para hacerlo pero vaya. Además, nunca lo adivinaréis, resulta que la empresa para la que trabaja el marido parece que hace cosas oscuras -¡OH!- y que podría estar ligada al crimen que se pone a investigar ella cuando se reincorpora -¡AH!- y que además reúne muchos elementos turbios de prostitución y una serie de crímenes que se pueden rastrear once años atrás -¡UH!- en lo que parece un intento por reunir todos los topicazos posibles en una sola serie. Diría que solo espero que el marido no esté directamente relacionado con estos crímenes no ya porque sea algo que haya visto media docena de veces en los últimos años sino porque sé que no voy a seguir viéndola, al fin y al cabo para eso tendría que merecerme algo la pena. (¡EH!)

Si la anterior crítica os ha parecido negativa esperad a lo que tengo que decir sobre The Powerpuff Girls (USA), es decir, la nueva encarnación de Las Supernenas. Que por cómo les ha salido -y si alguien en la cadena tuviera vergüenza, que ya lo dudo- deberían haber llamado Las Supernenastras. Pero, claro, eliminas a todo el equipo técnico y artístico original y acaba saliendo un monstruo como este, más pensado en vender carcasas de móvil que en producir guiones que no den una mezcla de pena, asco y vergüenza, con un nivel de escritura cavernícola para los años setenta con unas ideas que solo pueden parecer razonables si todo lo que sabes de ella es que en las redes sociales la gente se las ponía como avatar. No es una mala adaptación, porque una mala adaptación o una creación floja sería un producto que no ha acabado de funcionar. Esto es una desgracia. Y si tuviera que elegir una palabra para repetir una y mil veces para definirla sería vergüenza. Vergüenza. Vergüenza. Vergüenza.

Por suerte también hay intentos de hacer algo aunque sea un poco distinto, como este Undercover (UK) que intenta ofrecer una variedad racial en la televisión británica ofreciendo dos personajes protagonistas de raza negra. Al margen de esto tenemos un policíaco centrado en los dos aspectos de la memoria, el de la protagonista -estupendísima Sophie Okonedo– intentando corregir un problema del pasado desde un nuevo puesto de responsabilidad y el de su marido intentando mantener oculto otro asunto -esperemos que sin unión entre ambos, porque vaya racha- en una trama con la solidez habitual de Peter Moffat.