Creo que Atomic (UK) pretende ser una serie de acción. No tiene mucho sentido lo que cuentan, no tiene mucho sentido lo que pasa, y en general tampoco hay mucha acción. Pero a ellos les gustaría que se considerara así. Yo qué sé. Desde luego a mí lo que más me cuesta es decidir qué parte es la más floja.
Lo mejor del piloto de
Capoeiras (O)(BR) es que no llega a la media hora. Eso sí, en esa media hora nos presentan a los personajes y la situación. No es que sea especialmente interesante porque aunque haya alguna escena de pelea son más momentos sueltos que algo con conexión o duración en la trama. Y, además, está más interesado en casi todo lo demás, en la parta de Organización Criminal sobre todo. En algo así como un Melodrama de Padres Muertos. Y un poco también en la relación entre los dos protagonistas, que crecieron juntos casi como hermanos pero a los que ‘un hecho luctuoso del pasado separó, y ahora se vuelven a reencontrar’. Sí, así de cliché es todo. De hecho, tenemos por medio a la hija de su difunto maestro de artes marciales, y una buena cantidad de otros personajes que, la verdad, es difícil saber si tienen algo que aportar más allá de lograr estirar un poco la trama. Y es que con seis episodios de esta duración está claro que se podía haber formulado de otra manera. En fin. Supongo que si a alguien le apetece ver una serie con luchas (clandestinas en su mayoría) de capoeira, secretos del pasado y mucho drama con menos o más sentido… lo mismo le hace gracia la serie esta.
A veces uno se pregunta hasta dónde pueden estirar los británicos su historia para que les quepa en series. Más o menos limitadas, supongo. Las series, digo. Esta semana les toca a
Harold Godwinson (o
Harold II) y
Guillermo el Conquistador en la serie llamada, claro,
King & Conqueror (UK). No parece que les haya importado mucho la fidelidad histórica tanto como salir en escenas con esa especie de color grisáceo polvoriento que les gusta ahora para que se vea que es el pasado, meter algunas batallas que en fin, y tener a gente con un notable déficit de fibra mirando a cámara con mucha intensidad. Puedo llegar a suponer que hay un tipo de fan de estas cosas, pero os diré que no soy yo. En absoluto.
Más curiosa que otra cosa es esta
Pokguneui Syepeu (O)(CS), o
폭군의 셰프 o
Bon Appetit, Your Majesty o
Bon Appetit, Majestad o… , que asumo sin prueba alguna que se tratará de una adaptación de un cómic. Porque la historia de una cocinera ganadora del programa de turno -parece una mezcla de
Top Chef y
Masterchef– que durante un viaje en avión -aquí no hay
camión-kun– acaba viajando en el tiempo al pasado de Corea del Sur y encontrándose con un monarca (a veces le llaman Tirano, tampoco hay tanta diferencia) para el que trabaja de cocinera… bueno… parece muy propio de un cómic, la verdad. El piloto se lo pasan estableciendo este punto de partida, y es de suponer que la historia vaya luego de la relación entre los dos personajes (romántica, asumo) mientras alrededor hay las clásicas ‘movidas palaciegas’ y ‘movidas de cosas del comer’. Una suposición a partir de lo que vemos en el piloto. Que, como ya digo, es más curiosa que otra cosa. Incluso sin entrar en que la ‘transición’ de lo que tenemos hoy en la cocina -materias primas y cacharrerío- con lo que se tenía entonces, y el paladar de cada momento, sospecho que se lo hubiera puesto más complicado a la protagonista. Pero lo cierto es que hay viajes en el tiempo así que, ¿vamos realmente a preocuparnos por eso?
Ah, mira que bien, una nueva serie en la que
Facha McFachez nos habla de lo mal que está todo y que ya no hay hombres de verdad de la manera más aburrida posible. No sé qué les pasa últimamente a las series de acción, aunque en el caso de
The Terminal List: Dark Wolf (USA) supongo que es la preocupación por ‘transmitir su mensaje’ una y otra y otra y otra vez. Comenzando por un piloto que muy claramente sirve para poner las excusitas más que para mostrarnos de qué va la vaina. Aunque supongo que en su cabeza que ‘comprendamos’ a los personajes es importante. En la mía es que el primer episodio podría haberse resumido en el los primeros minutos de un piloto en condiciones. Más aún, en algún momento posterior. Pero está claro que es lo que el creador de la serie quería contar, y eso es algo que debo de cir que bien por él… pero que no me espere.
Alguien pensó que no habíamos tenido suficiente con Los Caballeros del Zodíaco y decidió montar
Teuwelbeu (O)(CS) o
트웰브 o
Twelve o
Doce o…, en la que un grupo de ¿demonios? amenaza a la humanidad, las puertas del infierno -o algo- se van a abrir y sólo las encarnaciones de los signos del zodíaco -del suyo- pueden pararlo. En fin, ojalá me hubiera gustado más la serie, pero entre que no acaba de definir ni hacia dónde quiere tirar, ni cómo, ni dónde, ni con quién, ni cuánta gente va a sacar, ni los malos qué quieren, ni nada… y eso con un capítulo piloto de larga duración, que ha resultado peor para contar la historia que si le hubieran ado menos tiempo y hubiera tenido que quitar cosas. ‘Los malos’ van dando tumbos, los buenos casi peor, porque se empeñan en ir presentándolos aquí y allá, sin mucha conexión, y sin un tono definido. (La escena de Cerdo y Serpiente, por ejemplo, puede estar más o menos bien pero parece metida con calzador en mitad de algo completamente distinto). Así que llegas al final del piloto sin muchas ganas de seguir, y eso que, como decía, a priori me interesaba. Otra vez será.
La mejor serie de la semana para quien esto escribe es una de esas que parece hecha con las vueltas del pan y lo que nos propone tampoco es muy novedoso, pero está hecha de manera entrañable y teniendo claro lo que quiere ser y contar.
Warren’s Vortex (NZ) nos habla de un padre, de su hija, también nos muestra al resto de familia y amigos, y a partir de ahí se lanza en otra dirección. Porque este tipo tiene en la caseta de su jardín, desde hace ya tiempo, un vórtice interdimensional. Al que no le ha prestado más atención o importancia. Hasta que se ve obligado a cruzarlo. A partir de ahí se nos promete que iremos pasando de unos a otros mundos. Con la intención de que las diferencias sean las que marquen parte del recorrido del episodio. Como decía, no es muy original, probablemente la mayoría recuerde
Sliders en la segunda mitad de los noventa, y espero que también la serie del año pasado
Davey & Jonesie’s Locker. Aunque aquella parecía tener incluso menos dinero y una intención más humorística aún que esta, que tiene un importante centro en la parte familiar. Y, si tenemos que juzgar por el piloto, un ojo puesto en series con un parecido -como
Doctor Who– dentro tanto de sus posibilidades como de un intento de equilibrar la historia paternofilial y un tono cómico. Agradezco, por cierto, que la relación familiar no sea la típica de ‘soy un perdedor divorciado al que su hija odia’ sino una más normal, más cotidiana, con sus diferencias de punto de vista pero sin nada extremo. En fin, que de esta sí que pienso verme más capítulos.
∞