Poco puedo decir de Alien: Earth (USA). Poco bueno, quiero decir. Parece que el showrunner tenía aún sobras de sus series anteriores y decidió que lo mejor era reciclarlas en este batiburrillo de ideas y referencias en las que hay algo de la saga Alien de cuando en cuando. O quizá no tenía muy claro qué parte era Alien, cual Lifeforce, Blade Runner, Predator y todo el resto del indigesto revoltijo que acaba montando. Nada tiene demasiado sentido dentro o fuera del universo, las conversaciones parecen pactadas para dar información al espectador y no entre los personajes y prácticamente ninguna acción tiene sentido. Como si les hubieran obligado a hacer algo de Alien a una persona que preferiría estar contando cualquier otra historia. Aunque les reconozco un mérito, el lograr en 2025 recuperar las sensaciones de una serie de SyFy de los dosmiles.
Una historia de terror bastante al uso, esta
Andhera (O)(IN) parece haber mirado las adaptaciones de Stephen King para sacar la mayor parte de tics posibles. Y ya sé que eso no es algo necesariamente malo, como el resto de la serie. Simplemente parte de su forma de ser. Tenemos a tres personajes principales, cuatro si contamos a la que fallece al principio del capítulo, y a un Mal que más-o-menos les persigue y que no está claro si es El Mal o solo Un Mal igual que a veces parece ser La Oscuridad y otras veces un Algo que Toma La Oscuridad, pero bueno, lo importante es que monta un entramado de serie con una policía investigando -pese a sus compañeros- una muerte sospechosa, un joven con visiones, una joven investigadora de lo paranormal, y el cadáver en cuestión de la primera persona. Hay investigación, hay sustos que parecen estar más porque tocan que porque el responsable quisiera contarlos -claramente está a otras cosas, incluyendo la investigación, que le interesan más- y nos muestra partes de la realidad de India pese a que muy claramente podría haberse buscado una adaptación anglosajona sin despeinarse. Así que espero que encuentre a su público, porque aunque tenga ese problema de ser cierto tipo de genérico está claro que es uno que se lo ha tomado a pecho.
Supongo que a nadie le sorprenderá si digo que
En el barro (O) (AR) es el clásico drama carcelario en su versión pasada de vueltas y sórdida. Más sórdida que
OitNB o
Vis a Vis, sí. De hecho el nivel de sordidez solo rivaliza con el de
Oz, pero de una manera distinta más cercana a la de los exploit setenteros de
Women in Cages, en la que solo falta una
Ilsa, porque esta prisión femenina tiene secciones no solo de trapicheos, también de robo de niños o de grabación de porno. Vamos, que esto no es un
Wentworth /
Prisoner o un
Inside, esto es sordidez de canal de pago sobre un esqueleto de telenovela que se toma a pecho las tremendas chorradas que van engarzando. No sé a qué público esperan llegar o qué es lo que pretendían, pero supongo que hay todo un colectivo fetichista a favor de lo que sea esto.
Alguien debería enseñarle a
Prime a hacer series de acción, porque quitando la primera de
Reacher parece que no acaban de acertar una, cómo será que pensaba que
Butterfly (USA) era una versión desligada del desastre de
Citadel y no la adaptación -igual de desastrosa- de un cómic. A su favor diré que tampoco parecen tomarse muy en serio. Bueno, y que la presencia de
Piper Perabo como un operativo renegado de la CIA sirve como versión alternativa del final de
Covert Affairs. Pero las ‘sorpresas’ se ven venir, la trama no tiene mucho sentido ni coherencia y, por supuesto, la acción no pasa del nivel
‘serie de la CW‘. A estas alturas alguien en Prime debería de haber aprendido cómo hacerlo mejor.
A veces creo que las cadenas usan generadores aleatorios de las mismas historias, luego me acuerdo de que muchas de ellas salen de adaptaciones de novelas, así que la respuesta funciona en ambas direcciones. Sea como sea esta
The Family Next Door (AU) nos trae a una extraña con particulares motivaciones llegando a un vecindario exclusivo y encontrándose con otras cuatro mujeres, madres de familia y etc, que tienen todas sus propios problemas y secretos. Sí, los años no pasan por estas ideas. No parece que haya ningún cadáver por medio y sí una fijación en los niños así que asumiré que o uno de ellos es robado o hay algún tipo de problema familiar de fondo. Y, mientras tanto, lo que pueda tirar esto tirará. En fin, supongo que habrá a quien le apetezca un genérico de
Peyton Place. O de
Mujeres desesperadas. Según la edad, supongo.
Hablando de genéricos, este
Irish Blood (IR) solo tiene dos cosas para defenderse. Una de ellas es Alicia Silverstone, la actriz a cuya mayor gloria se hace esta serie de una abogada cuyo padre desapareció en la infancia y cuya vida se pone patas arriba cuando contacta con ella de nuevo llevándola a viajar a Irlanda. La otra es un cierto humor extraño que aparece aquí y allá, a veces en secuencias oníricas, en ocasiones en fijaciones concretas. A rato casi parece una parodia -llena de afecto- de todas estas series. Pero, al menos, la hacen un poco más sencillo de tragar y un poco -tampoco mucho- menos genérica.
Debe de ser que el verano es bueno para estrenar cosas de terror, no muy terrorífico quizá, este
Playing Gracie Darling (AU) vuelve a tener ese estilo de ‘terror mainstream’ -digamos, estilo
Stephen King aunque aquí no parezca una fusilada tanto como lo inevitable de algo popular- porque la trama de dos desapariciones con años de distancia pero también con una
ouija por medio, con una mujer que vuelve al pueblo llamada por un amigo que estuvo como ella la noche en la que sucedieron extraños sucesos y una amiga acabó desapareciendo, y con un misterio en la actualidad. Así que eso, podríamos decir que un ‘
thriller‘ con un fondo fantástico -más o menos ambiguo, pero fantástico al fin y al cabo- agradable como para cubrir una tarde tonta de siesta y ventilador.
La historia que pretende contar
Quebranto (O)(MX) empieza realmente al final del piloto, antes de eso hemos tenido idas y venidas que daban la sensación de matar-el-rato más que de componer un contexto o un interés. Pero, claro, una vez uno llega al final se da cuenta. No tienen trama, no una que merezca el nombre como tal. Así que hay que estirar, estirar, estirar. En lugar de darle un número de capítulos razonables tenemos relleno sobre el relleno. Convirtiéndola en otros de esos ‘
thrillers‘ -siendo muy amables con el uso de la palabra, y aún más laxos- que pone ‘una mujer investiga su pasado decidida a hacer pagar a los responsables’ en la sección más clara de ‘esta serie debería de ser una película’. Curioso, tantos años de ‘esta película es un corto alargado’ y hemos llegado ya a ‘esta serie es una película alargada’. Supongo que dentro de no tanto encontrarán una manera de llenar aún más tiempo. Y la solución, como siempre, es que parece que hacen las series para que no estés prestándoles atención, para tenerlas de fondo mientras trabajas o estás en otra habitación, o estás durmiendo, o lo que sea. Y puedes prestar atención en muy pocas ocasiones. Que son las que deberían de haber sido las interesantes. Pero es que eso es toda una forma de hacer series hoy en día, no como series sino como
Ruido de fondo.
Hablando de rellenos. Alguien -en USA Networks- pensó que lo que hacía falta era una versión en serie de
The Rainmaker (USA). Y podría llegar a entenderlo porque, sinceramente, yo no pensé que fuera a tener mucho recorrido una adaptación nueva de
The Lincoln Lawyer y aquí estamos. Lo que pasa es que no han aprendido nada de aquella de
Netflix. En lugar de buscarse una novela distinta del mismo personaje -normal, teniendo en cuenta que en el caso de las de
Grisham no hay una recuperación posterior, mucho menos una serie de las mismas- o de intercalar la trama general con ‘casos de la semana’ aquí nos están contando la versión extensa de la novela -y de la película- con muy pocos cambios notables. Un reparto más televisivo y poco más que añadir. Así que supongo que si alguien se quiere ver una adaptación estirada de un libro que tuvo éxito-pero-no-tanto hace como tres décadas parece que por fin ha encontrado lo suyo. O, de nuevo, si necesitas rellenar un hueco, no sé si en tu ocio, en tu vida o en tu esquema de plancha, platos o lo que sea.
Empezamos con la sección Propaganda Gubernamental India.
Saare Jahan Se Accha (O)(IN) habla del sistema de espionaje en términos esperables. Todo el mundo es malo menos nosotros (y hablamos no solo de Pakistan, también lo de Francia, URSS, Estados Unidos, Israel…) y las acciones propias son por protección y lógica mientras que el resto son poco menos que por pura maldad y tenerle manía a los indios. Eso sí, la producción es razonable -teniendo en cuenta que cada vez que hacen a un líder histórico parece aquello de comedia televisiva, especialmente un
Zulfikar Ali Bhutto hecho con calva de pega- y supongo que si no te paras a pensar en lo que están contándote puedes aceptarlo como una recreación de hechos… no sé si decir bien conocidos porque lo cierto es que no cuentan nada nuevo pero también que supongo que no todo el mundo estará igual de familiarizado con estas cosas, por pesados que se puedan llegar a poner los indios. En fin, que eso, que la globalización también tiene que servir para esto. Supongo.
Si la anterior era propaganda clásica con
Sena: Guardians of the Nation (O)(IN) nos metemos en territorio no del
reaganismo sino, directamente, del post-11S. Y mira que parecía difícil, pero la falta de cualquier tipo de sutileza mas una duración excesiva y un interés inexistente fuera del adoctrinamiento convierte esta serie, que por no saber no sabe ni hacer correctamente las escenas de acción -pecado grave hablando de uno de los mercados que mejor lo trabaja en la actualidad-, en el equivalente a aquellos espantos sobre los valerosos bomberos del
World Trade Center o, peor aún, su evolución ultraderechista para hablarnos de Bengasi. Así que sólo merece la pena que se acerquen a ella los estudiosos de la propaganda. Especialmente para que aprendan a hacerla MEJOR.
La premisa de
Young Millionaires (O)(FR) es tan estúpida que supongo que
Netflix la compró en bloque. Un grupo de adolescentes rellena un boleto de lotería y gana 17 millones. Cualquier se puede imaginar lo que pasa a continuación pero, si no, os lo digo yo: Son menores. No pueden cobrarlo porque NO DEBERÍAN DE HABER PODIDO JUGARLO. ¡PORQUE SON MENORES! Por lo visto la serie decide tratarlo como algo no tan obvio y centrarse en los cambios que quieren en sus vidas y los líos en los que se van a ver envueltos. Pero no parece ni que haya mucho más sentido, ni cabeza, ni… bueno, eso. Que supongo que buscan ver si hay algo que les interese a los jóvenes. Pero más valdría que se centraran en intentar entender qué funcionó en
Outer Banks o
Wednesday en lugar de dar luz verde indiscriminada a cosas a ver si algo se pega a la pared. En fin.
Cómo será que no se han molestado los de Netflix ni en sacarle oficialmente un trailer.