Vaya semana acabamos de pasar, con los americanos ofreciendo poco menos que el fondo del barril. Entre el que se encuentra esta especie de docu-reality llamado Better late than never (USA) en el han decidido adaptar el éxito surcoreano Ggotboda Halbae, algo así como Abuelos sobre flores. La idea es reunir a un grupo de famosos (actores en su caso) septuagenarios acompañados de uno más joven. En la versión americana han decidido darle una cierta vuelta y poner a William Shatner, Henry Winkler y los deportistas George Foreman y Terry Bradshaw junto al cómico más joven Jeff Dye. Una vez con el grupo hecho se les manda a hacer tonterías de viaje, en este caso por Asía. Y el resultado es algo así como los partidos de pretemporada. No tiene mucho interés más que para los muy fanes y, en realidad, más que por el equipo parece que todo están por el dinero y el pachangueo.

En cuanto a la nueva serie de HallmarkChesapeake Shores (USA), es casi lo que uno podría imaginar: Una trama romántica muy blanda y varios actores que parecen conocidos o algo, uniéndoles de fondo a un par de viejos conocidos como Treat Williams y Diane Ladd. Supongo, en cualquier caso, que tendrá su público.

No entiendo qué ha salido mal con The Circuit (UK), en serio. Sharon Horgan y Dennis Kelly como creadores, suficientemente conocidos por separado y que juntos ya realizaron Pulling – Una comedia que lograba reunir humanidad y acidez-, parecía ser garantía más que sobrada. Además, Kelly se traía a Adeel Akhtar y Paul Ready, dentro de un reparto que incluía además a actores tan conocidos como Nicola WalkerTobias Menzies. Y la idea central era de comedia clásica: Una cena de amigos en la que no todo el mundo es tan amigo. Solo que aquí se ha exagerado: Akhtar y Eva Birthistle, los protagonistas, no tienen motivo alguno para estar en esa reunión. Sí, son nuevos en la ciudad y están intentando hacer amigos, pero después de los primeros diez minutos de bronca (Y ese es otro problema, bronca desde que entran por la puerta, nada de construcción del desastre poco a poco) no existe ningún motivo real para que no salgan corriendo. ¡Ninguno! No hay una relación real, o no se nos ha presentado. El desastre cae lejos, el humor -lo que suponemos que es humor- no funciona y, en general, la cena acaba siendo más tediosa que problemática. Una lástima.

Tengo dos cosas que decir de Hillary (NZ). La primera es que es una recreación histórica de la vida de Edmund Hillary, el escalador. Toda ella. Así que es un drama histórico del que -por cierto- el trailer que he encontrado y está ahí abajo te cuenta casi por completo. Todo correcto y sin mucho más que añadir. ¿Te gustan las cosas de época y los escaladores neozelandeses o no? Adelante. Lo segundo que quiero decir: ¡¡¡¿A QUIÉN CARAJO SE LE OCURRE ESTRENAR ESTA MINISERIE ESTE AÑO Y NO PONERLE OTRO TÍTULO?!!! De verdad que hay años que…

TVNZ NEW SEASON – HILLARY (6 part mini series) from DvP on Vimeo.

Por suerte todo este desastre de semana ha servido para que se estrenara el telefilme -o algo así- The Watchman (UK) en la que Stephen Graham da todo un recital de actuación. Un vigilante de pantallas, un conflicto que parece dado de lado y la necesidad de encontrar un cierre al gusto se reúnen para crear esta historia sobre justicia, vigilantismo y obsesión. Así que al menos esa alegría tenemos para terminar la semana.


Parecía que iba a ser una semana tranquila, pero entonces aparecieron los pilotos de pruebas. En el caso de [Adult Swim] han sido cuatro los que han mostrado en un proceso más que peculiar. No solo te los enseñan, además te permiten opinar durante el visionado. El primero de esos pilotos, alfabéticamente, es posiblemente el que menos lo necesite. Y no porque Apollo Gauntlet (USA) sea gran cosa, que casi lo contrario. Pero estamos hablando de una webserie que lleva ya varias temporadas a sus espaldas con lo que casi cualquier cosa que vayas a presentar podrá haber sido visto. Pero, en fin, imagino que lo que quieren es que sus espectadores acepen -o no- que esta serie se mueva a su canal. Algo hasta cierto punto lógico teniendo en cuenta que su animación no es gran cosa y la mayor parte del humor es pedestre en el mejor de los casos. Así que posiblemente estén ya decididos a emitirlo.

En cuanto a Bad Guys (USA), es un acercamiento tirando a clásico de los villanos de los dibujos animados. La idea no es especialmente original pero al menos intentan realizarla con algo de gracia aunque sea desde el absurdo. Con la cantidad de obras de este tipo que llevamos visto puede parecer a ratos un intento de lograr un sucesor -aunque sea sobre todo espiritual- para The Venture Bros. Veremos.

No, [Adult Swim] no ha sacado aún ningún trailer para estos. Así que los que no tienen el suyo propio *cofwebseriescof* no tienen más para mostrar que su propio piloto. 

El único piloto de [Adult Swim] no-de-animación es este The Hindenburg Explodes! (USA) que presenta un grupo de pasajeros -de diferente tipo- lo suficientemente extraños como para ir tirando de esta historia. Con, digamos, cameos variados -que por su duración e importancia son bastante más que cameos, quizá guest stars– de actores cómicos suficientemente conocidos y rasgos del absurdo propios de la casa -aunque la sobreabundancia de nazis y su simbología nos haga pensar inevitablemente en Danger 5-. Eso sí, no se me ocurre manera alguna en la que esto pueda continuar como serie.

Lo de arriba. 

Terminamos con la peor del grupo: Hot Streets (USA) tenía -parecía tener- todas las cartas para ser algo realmente especial. Entre sus creadores están Seth Green y el resto de la pandilla de Robot Chiken, y actuando como productor Justin Roiland. Que Brian Wysol sea el motor central – co-creadores de la cosa y productor- habiendo trabajado como guionista en las producciones de ambos para [Adult Swim] debería habernos dado una serie redonda. En lugar de eso tenemos una creación con la peor animación de todas y un guión especialmente flojo que parece creado a partir de sobras de otros. Para mí la mayor decepción del bloque.

Pues eso. 

Cuando se acaban los unos empiezan los otros. En esta caso los de Amazon que ha sacado tres comedias nuevas, la primera de las cuales es I love Dick (USA). Adaptación del libro del mismo nombre -algo en lo que parece que se están empezando a especializar- y que podríamos resumir en que su co-creadora es Jill Solloway. Si te gusta lo que hace lo más sencillo es que esta también te guste. Si no… ahm… estás como yo. No es que no me guste tanto como que tiende a parecerme en extremo pretencioso de modo que las cosas buenas que tiene -y las tiene, Kathryn Hahn está inmensa, por ejemplo- se van comiendo por un ritmo lento y unos personajes que casi parecen ideados para parodiar una película de Woody Allen en lugar de como parte de ese triángulo cerebral y sexual en una comunidad de artistas. O quizá además. O puede que sea que al (insoportable) personaje de Kevin Bacon poco atractivo le veo. En cualquier caso, supongo que habrá un público muy entregado. Puedo asegurar que no seré yo.

Casi podría decir también que este Jean Claude Van Johnson (USA) busca también un público concreto. Por suerte (para mí) esta vez sí estoy dentro. La serie, probablemente la mejor de las tres, sigue teniendo muchas cosas mejorables. La reacción va un poco lenta, como el propio JCVD que aunque es pieza imprescindible e intenta estar lo mejor posible en su adamwestismo termina tirando hacia lados más de drama, en los que parece más cómodo. La falta de ese tempo cómico y de una decisión clara en el tono y estilo rebaja lo más afilado, la sátira de Hollywood -que incluye, además, el trabajo magnífico de Phylicia Rashad– y casi lo presenta como una versión improbable de Chuck o I, Spy.

El mejor piloto de la semana, sin embargo, está fuera de [Adult Swim] y de Amazon, se trata de la nueva serie de SeesoTake my wife (USA), en la que Cameron Esposito y Rhea Butcher hablan de su vida cotidiana como cómicas viviendo en pareja con un matrimonio a la vista. Lo más importante es esa cotidianidad de cómicos teniendo que vivir cada día, con su sexualidad y discusiones de pareja como apenas fondo, de modo que aunque haya algunas reiteraciones que entorpecen el ritmo y algo en sus interpretaciones que pueden ser solo los nervios de interpretarse en versiones a penas un poco ficcionalizadas; queda como una historia prometedora.

Terminamos con el peor piloto de Amazon y uno de los que más curiosidad me producían: The Tick (USA) Que os podría diferenciar en dos partes. O tres si contamos la crítica común a ambos: Parece más un trabajo en progreso, una versión previa para vender la serie, que el resultado para enseñar a los espectadores. A partir de ahí están las consideraciones desde un punto de vista general y las que podría hacer como seguidor del personaje. Siendo estas últimas algo que me interesa menos creo que es más sencillo empezar por ellas: Esta cuarta versión de la historia del personaje parece creada para satirizar los aspectos de los superhéroes actuales y, sin embargo, se acerca más a replicarlos que a hacer humor con ellos. Si me dijeran que es una serie hecha con total seriedad con algunos gags me lo podría creer sin muchos problemas. El giro que se le da al personaje de Arthur -que ya en las series de animación y de actores reales podría discutirse cuánto de centro de la historia era- no solo quita valor a una posible evolución de la serie, además parece demasiado basada en lo que otra que está apenas en su segundo año está haciendo con cierto éxito. A eso se puede añadir que frente al muy variado y colorido mundo con superhéroes aquí hay a penas unos apuntes y -desde luego- ninguna idea de que estén interconectados. Algo que es poco probable que tenga que ver con el presupuesto teniendo en cuenta la serie de acción real que ya existió en 2001. De modo que como reflejo del personaje es más bien flojo -por no decir otra cosa- pero es que si vamos a unas consideraciones más generales es incluso peor. No sólo porque esa sensación de contar apenas un par de escenas de algo mucho más grandes nos deja fuera de la idea global de lo que nos vamos a enfrentar. Además, por supuesto, de que mucho de lo que se supone que funciona la serie, es decir esa idea de mundo superheróico con humor, ha sido ya visto en la propia primera versión de la serie y en otras con menos (No heroics) o más éxito (The Middleman). Así que ya al margen de ideas más o menos peregrinas -como el nuevo traje de Arthur que no es ni blanco y que hará difícil que le confundan con un conejo-  y de hechos como que lo que mejor funcione sea precisamente lo que ya se usó en los otros dos pilotos –The Tick dando una vuelta por el apartamento de Arthur buscando el acceso a la base secreta- esta aproximación que parece más propia del nolanizado Universo DC acaba siendo fallida a casi todos los niveles. Ojalá esto fuera solo un pitch y aún tengan oportunidad de volver a presentar un piloto esta vez sí en condiciones. Que yo me he quedado con ganas de Drama power y, sobre todo, de… Spooooon!


¡Mat-A-Ton! “Scream” 9-11: Antes del telón + PLL, AG y DoS

Seguimos con la marcha de la serie hasta justo antes de este último episodio que se emitirá esta noche. Si todo va bien (risas) ya subiré mañana un post-capítulo final. Y quizá alguna nota sobre las otras series. Pero de momento vamos a hablar de los últimos capítulos emitidos de este tercer acto. Aunque como estará lleno de destripes diré antes… ¡Al tajo!

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Por supuesto lo importante esta semana, casi lo único, es la puesta a disposición por parte de Netflix de The Get Down (USA), la nueva invención de Baz Luhrmann (Y Stephen Adly Guirgis, que parece que ganar el Pulitzer a obra teatral no significa que te vayan a recordar) que entra casi por méritos propios en el campo de la paradoja: Luhrmann es australiano de Sydney e hijo de australianos, los de Guirgis son un egipcio y una irlandés-americana que dieron nacimiento a este neoyorquino. Y, con eso y todo, cuentan la historia de la comunidad negra e hispana del sur de Bronx y su implicación en la creación y desarrollo de una industria musical a la vez popular (La música Disco, como se nos va recordando) y alternativa (Las del rap, hip-hop, etc…) con toda una serie de vasos comunicantes entre ella y la cultura popular setentera (artes marciales y blaxpoitation) así como la típica trastienda (drogas, corruptelas, violencia…) de estas historias. De modo que lo que se gana en la parte creativa (tanto en la estética y recreación como en el apartado musical) se lastra por una historia que suena tan poco creíble como mil veces escuchada en una suerte de Glee con ínfulas sociales que termina de ser rematada por las prolepsis  (quizá lo más flojo de todo) en las que vemos a Daveed Diggs pero oímos a otra persona (por lo visto: Nas). No es una mala obra de por sí, solo tremendamente convencional, con un ritmo a ratos exasperante por su manía de reincidir en temas e historias que ya hemos visto, con unos personajes muchas veces menos interesantes de los que ellos se creen (y una historia de amor central que es como para darse cabezazos contra la pared) y el habitual problema con el desarrollo de personajes femeninos también en las producciones de Netflix. Una vez dicho eso y teniendo en cuenta que del episodio pilotos a los otros cinco capítulos hay una historia completamente distinta, como si Luhrmann hubiera decidido que su capítulo era un telefilme para ver si se da paso a la serie sin recordar que eso ya no es lo habitual y que además está en Netflix, el resumen viene a ser que si te gustan las series musicales (compararla con Vynil es lanzarle un golpe bajo a la HBO, casi mejor Nashville) o la recreación de esa época o ver a Jimmy Smits pasándoselo en grande -si no el mejor, en un reparto con actores como Giancarlo Esposito con el que parece haberse intercambiado el papel, es sin duda el que más parece estar disfrutando- entonces puedes ponértela aunque sea de fondo. Y, mira, lo mismo se te pega alguna de las canciones. Dudoso pero no imposible.

Se nota lo poco que me interesan los deportes en que esta semana he tenido otro de esos momentos de ¿Pero yo no había hablado de esto?. Concretamente de Jamie Johnson (UK), serie juvenil de fútbol con efectos especiales oliverybeniescos que, supongo, a los chavales de la edad y blablabla les interesará. Al fin y al cabo es el canal público promoviendo el deporte.


En agosto las semanas son tranquilas. Espero. Pero de momento seguimos teniendo novedades. Como este Borderline (UK) que es una comedia de Channel 5 que parece tirar mucho de improvisación para hacer humor sobre los trabajadores de las aduanas de un aeropuerto, desde las fuerzas de seguridad a la sección burocrática pasando por los que trabajan con las maletas. El resultado no es gran cosa pero supongo que al menos lo han intentado.

No suelo hablar de especiales de stand-up pero con la llegada de Netflix y dado el cómico que es creo que de David Cross: Making America Great Again (USA) se pueden decir un par de cosas. La primera, que ayuda a recordarnos que Netflix tiene una buena galería de especiales que podríamos comparar con el uso de los mismos en los inicios  -y no solo- de la HBO. La segunda, recordar que muchos cómicos a los que es más habitual ver en series o películas – y muchos de sus guionistas- salen de circuitos de comedia que incluyen el stand up, la improvisación y otros géneros cómicos. De ahí que vuelvan de vez en cuando. Finalmente, el especial en si… bueno, tiene algunos aciertos pero me temo que está lejos del nivel general de Cross.

Terminemos con un desastre total: Van Helsing (USA) es una de las peores series que el canal ha sacado en los últimos años. Intenta seguir el rumbo de Z Nation (No creo que ni ellos crean que pueden acercarse a TWD) solo que con vampiros. Pero el resultado logra acercarse más a la insípida Dominion. Aunque si alguna vez has creído necesitado pensar lo que habría ocurrido si Daybreakers hubiera sido una serie al final, ero una bastante peor que la película. O si lo hubiera sido Van Helsing, también peor que la película… Bueno, supongo que esto tiene que tener algún público.