¡Libros que Llegan! Carnés, «La quinta estación», Reynolds y más

Es llegar la Feria del Libro de Madrid y que parezcan aflorar los libros, no sé si como exóticas plantas o como el granizo. Ambas cosas -bueno, dentro de un orden- se podrán encontrar estos días en la Feria. Y, además, un buen montón de libros. Aunque para verlos lo único que hace falta es decir aquello de…

¡Que entre la pila!

Trece cuentos de Luisa Carnés, ed. Hoja de Lata

Si el año pasado fue una alegría Tea Rooms este toca recibir un libro de cuentos variados que incluyen desde monjas a presas republicanas, denuncias de la segregación racial estadounidenses o retratos del exilio mexicano. Un poco de todo de una autora que es un placer recuperar.

La quinta estación de N.K. Jemisin, ed. Ediciones B

¡Otra feliz recuperación! Quizá sea por el Premio Hugo, quizá por ese movimiento que parece estar habiendo para recuperar y valorar a autoras en activo en todo tipo de géneros. Lo importante es que volvemos a tener aquí a Jemisin tras una mala experiencia con Minotauro en el que se publicaron sólo dos libros de una trilogía. Estoy seguro de que esta vez la cosa será muy distinta pues, aunque aquí tenemos también la primera historia de una trilogía, los tiempos han cambiado y las buenas historias, como esta en el que la misma tierra parece revelarse y las traiciones y venganzas abundan, parecen tenerlo más sencillo para, al menos, lograr la publicidad que merecen.

Como un golpe de rayo de Simon Reynolds, ed. Caja Negra
Espero no pecar de entusiasta diciendo que Simon Reynolds es un grande del análisis cultural musical, autor de Postpunk, Energy Flash o Retromanía entre otros, sus análisis sobre la música y su contexto cultural -tanto el recibido como el influido- son siempre motivo de celebración. En esta ocasión le toca al Glam, a su condición de artificio cultural y ruptura pero también al de creación de una nueva teatralidad unida a una ambigüedad que hacía más implícitas unas ideas que fueron evolucionando, como siempre, no por donde se habían plantado sino por dónde el mercado encontraba más utilidad: Por el lado del espectáculo total y la controversia publicitaria. Como decía al principio, quizá es por el entusiasmo pero cualquier nuevo libro de Reynolds es más que bienvenido.

Aviso de muerte de Sophie Hénaff, ed. Alfaguara

¡Ay, Hénaff! Que alegría recibir nuevas novelas de esta autora, de ese grupo de extraños y excéntricos que forma la brigada de Anne Capestan. De nuevo son inevitables las comparaciones con Fred Vargas y en hincapié en el tono más ligero de esta. De nuevo crímenes en el presente y en el pasado, una gran construcción y mucha diversión. Ojalá mantenga el tono y podamos leerla durante años.

La muerte espera en Herons Park de Christiana Brand, ed. Siruela

Inglaterra en guerra, una operación intrascendente, una muerte que parece fortuita pero extraña pero que se demuestra provocada y ofrece un auténtico misterio, ¿quién pudo hacerlo y cómo? Alrededor de una mesa de operaciones tres médicos y tres enfermeras tuvieron la oportunidad aunque parece que ninguno tuvo el motivo. Así que esta ingeniosa novela negra, llevada al cine en los cuarenta con enorme éxito en una película que tendría por título español Verde es el peligro, es todo un monumento a aquella época, a aquella manera de crear misterios y a una manera de entenderlos que estaba a punto de cambiar. ¡Un clasicazo!

Cowboy Song de Graeme Thomson, ed. Es Pop

La vida del que sería cantante principal de Thin Lizzy, entre otras muchas cosas, fue una vida corta pero intensa llena de azares que van desde su concepción por una adolescente católica y una inmigrante guyanés, criado con penurias en una barriada de Dublín entre múltiples influencias culturales que iban propulsando su carisma según iba montando bandas y logrando cada vez más repercusión, hasta lograr primero el éxito y después la muerte. Un repaso con la colaboración de la familia pero no por ello dulcificado, precisamente porque en las contradicciones y sombras entre la persona y el personaje es en donde más significado se puede encontrar a su historia.

– Los cautivos de Elmore Leonard, ed. Valdemar

Relatos del Oeste de Elmore Leonard, si es que tampoco hace falta decir mucho más. A Leonard a estas alturas le conocemos todos, y este es ya el tercer volumen de su obra western que edita Valdemar. Así que tomároslo más como aviso y recomendación que como algo en lo que haga falta mucha más insistencia.

– Rotundamente negra de Shirley Campbell Barr, ed. Torremozas

Recibir novedades en poesía de autores como esta costarricense que se centra en sus raíces afrodescendientes y en su posición como mujer para tratar de explicar y explicarse en una realidad social que es aún hoy hostil se convierte por motivos obvios en una buena noticia. El tipo de cosas para la que también sirve la poesía, o debería de servir.

La bestia en la jungla de Henry James, ed. Valdemar

Que en las casi mil páginas de este volumen no haya entrado la obra corta de Henry James nos puede decir mucho del autor. Precisamente por eso resulta tan interesante la presentación de esta selección de relatos que quizá llegue un poco tarde para su centenario pero que sin duda agradará a todos los lectores que querían una visión más completa de su trabajo no novelístico.

Guía del seriéfilo galáctico de Marina Such, ed. Plan B

Presupongo que a Marina Such (@MissMacGuffin) la conocemos todos los que leemos en español sobre series. Y que la iniciativa de la creación de Fuera de Series tampoco nos pilla por sorpresa, así que ver que se inaugura una colección sobre televisión con un libro escrito por ella parece una buena noticia.

Zombis de Philippe Charlier, ed. Melusina

Un libro sobre zombies que no es tanto un libro de terror como uno de antropología, porque una cosa es que ahora los encontremos en todas partes pero buscar el punto de partida, el lugar del que salen y su explicación cultural en ese contexto puede ser algo menos peliculero pero no por ello menos interesante. Sobre todo en un contexto tan complejo como el de Haití.

Carta sobre el entusiasmo & «Sensus Communis» de Anthony Shaftesbury, ed. Acantilado

En esta breve obra se habla a favor de la tolerancia y en contra de los integrismos religiosos, y se hace no solo desde el ensayo y la reflexión sino -además- desde el humor. Una forma inteligente y necesaria de entrar a un debate y convencer enarbolando el bien común por parte de uno de los filósofos ingleses más importantes de finales del S XVII.

El diario de la dama Izumi de Shikibu Izumi, ed. Satori

Poética e inesperada, al historia de esta cortesana que va desde su pena por la muerte de un joven amante hasta el desarrollo de una nueva historia de amor que causó conmoción en el momento nos sirve no solo como delicada historia romántica, también para entender el mundo que veían aquellas damas japonesas en el que tenían que moverse con exquisito cuidado. Un clásico, por tanto, tanto en lo poético como en lo social.

El padre Brown al completo de G. K. Chesterton, ed. Valdemar

Otro tomarral importante, reuniendo en esta ocasión todos los relatos de Chesterton y su Padre Brown. Que quizá no lo veáis como regalo de comunión, pero mira, la idea queda.

Círculo cerrado de Viveca Sten, ed. Maeva

La recuperación de las novelas negras de Viveca Sten permite mantener el flujo de autores nórdicos con éxito dentro de la editorial, así que si os apetece leer sobre estocolmo y sus regatas ahora tenéis la oportunidad.

Casandra y el lobo de Margarita Karapanou, ed. Ardicia

Esta narradora griega realiza una particular visión de la infancia a través de unos cuentos perturbadores, con mucha presencia de la sensualidad y la sexualidad así como de la ruptura con el orden establecido. Una obra distinta presentada en pequeñas dosis que sientan mejor dosificadas.

El sueño de Sultana de Rokey Sakhawat Hossain, ed. Palabrero

Curiosa iniciativa esta de Palabrero. Un cuadernos de espiral -una libreta- de página rallada que en sus primeras veintipoco páginas tienen el relato que da nombre de una autora que es interesante descubrir. Quizá el formato nos choque, pero la intención -el intento- merece cuanto menos un saludo.

Escrito en el agua de Paula Hawkins, ed. PlanetaY como es Feria Planeta ha sacado su apuesta.

– Rendición de Ray Loriga, ed. Alfaguara

Y Alfaguara ha publicado su último Premio.

Vincent de Barbara Stok, ed. Salamandra Graphic

Una versión en cómic con un estilo tirando a naïf que, sin embargo, no esconde por debajo del trato agradable los problemas a los que Van Gogh se enfrentaba y sus enfrentamientos con la gente que le rodeaba. Una obra, por tanto, curiosa.

Don Romualdo de Natascha Rosenberg y Margarita del Mazo, ed. Tres Tigres Tristes

Una divertida historia sobre una cita en la ciudad en la que podrás ir viendo en las ilustraciones lo que el texto no revela hasta el final.

– Marcelina en la cocina de Gracia Iglesias y Sara Sánchez, ed. Jaguar

Divertido y ocurrente, este cuento sobre una jirafa que decide cocinar casi de cualquiera manera ofrece una historia en verso que realza lo hilarante de los elementos que van siendo añadidos al particular potaje.

Soy Ninja de Celia Sacido, ed. Tres Tigres Tristes

magnífica y sencilla, esta historia de ninjas (o de ninja) es toda una demsotración de humor y posibilidades desde una pequeña premisa para ir a dormir y una imaginación desbordada.

¡Croac! de Fran Pintadera y Guridi, ed. Libre Albedrío

Guiridi es un gran ilustrador, no creo que eso sorprenda a nadie, Así que una obra minimalista como esta, en la que el tramoyaje de Fran Pintadera que nos presentan a una rana, a una hoja, o a muchas hojas y muchas ranas, todas tras lo mismo. Así, con lo mínimo, se consigue una pequeña revolución festiva y bulliciosa.

Cantidad, ¿eh? Y variedad, también. Con el lío que hay montado normalmente eso presagiaría que la semana próxima fuéramos a más, pero no lo tengo yo tan claro, al verdad. Últimamente estas cosas no funcionan como debían. Aún así no os preocupéis que la semana que viene aún queda alguna cosa por salir como Oso vs. Tiburón. Pero eso, como de costumbre, será la semana próxima. Mientras tanto… ¡Nos leemos!


Quizá no haya sido la mejor de las semanas, pero lo de Dirty Dancing (USA) ha tenido mérito. La ABC decidió hacer un lío fastuoso. En lugar de un musical en directo decidió coger el musical que adaptaba la película y hacerlo grabado, pero no como un musical en diferido sino como telefilme. Por si el revoltijo no fuera suficientemente malo llega la segunda parte con una elección de actores que vamos a decir que podía haber estado algo más acertada. Abigail Breslin, que está estupenda en Scream Queens, está espantosa como Baby, Colt Prattes puede ser bailarín profesional que si me dicen que es modelo de ropa interior me lo creo más y Debra Messing parece que se acaba de despertar de la siesta. Solo Nicole Scherzinger parece empeñada en darlo todo, a saber por qué, mientras que al menos Katey Sagal parece que se lo está pasando en grande. El resultado es, en fin, el peor episodio de Lip Sync Battle hasta la fecha, uno en el que el gran perdedor es el público.

Hablando de calamidades, I’m Diying Up Here (USA) parece tomar todas las decisiones posibles para lograr no ser ni documental ni ficción. Para el que no lo sepa, por si acaso, es la adaptación de un libro del mismo nombre sobre la generación de cómicos de stand-up de los ’70s. Que como punto de partida puede ser interesante aunque extraño. Por varias razones. Empezando porque aunque en los últimos años parece haber habido un incremento en el interés por la historia de la comedia en USA es aún una cosa hasta cierto punto lateral y que no llega ni a los propios cómicos actuales de manera global. (Que ya son algunos más de los que se preocupan por ello aquí, pero esa es otra guerra.) El caso es que esa historia parecería perfecta para contar precisamente eso. Las subidas y bajadas de un montón de personas reales. Lo que sucedió con Steve Martin, Sandra BernhardRobin Williams o Freddie Prinze, sus relaciones con la generación anterior: Mort Sahl, Joan RiversWoody Allen, Richard PryorBob Newhart, Dick Gregory… Y eso ya sin entrar más en los caminos de la comedia hecha por mujeres o minorías. Podrían, incluso, haberse decidido por poner como personajes principales a Letterman y Leno y hacer que estos momentos, en los que se conocieron y se hicieron amigos, cada uno con su estilo propio, fueran pavimentando aquella legendaria enemistad. Pero resulta que en lugar de eso decidieron incluir personajes no-reales. Bueno, pensé, quizá para tener un drama que poder manejar a gusto. Cuál ha sido mi sorpresa al ponerme a ver la serie y encontrarme con que, resumiendo, son historias que ya conozco. Historias del libro y de otros libros similares que he léido, libros de historia de la comedia, entrevistas, crónicas históricas… que aquí se han integrado. Historias adaptadas por aquello del dramatismo. Pero historias que ya conocemos. Así que… ¿Qué sentido tiene que Mitzi Shore se enmascare muy ligeramente como Goldie? ¿Para qué crear una falsa sensación de diversidad en un mundo que era en realidad diverso? ¿Qué se pretende mezclando a personas falsas en situaciones reales? Porque lo que todo eso logra es que nada suena a real. Varias tramas y tipos de cómicos, los años ’70 como fondo, y lo único que consigues es un drama al uso en la que por mucho que haya actores intentando tirar del texto (Melissa Leo, Alfred Molina, Clark Duke…) suena todo intrascendente, aburrido, rutinario. Nada que te haga regresar. Quizá por el exceso de personajes, quizá por estas decisiones, tanto da. El error de concepto no parece tener ya mucha solución y la serie parece dirigirse a donde The Newsroom o Vynil fueron antes. Así que no me extrañaría que ficharan a una actriz llamada Olivia. ¡Poco más!

Es curioso cómo funciona esto de la televisión. Resulta que lanzan Kat & Alfie: Redwater (UK) como una suerte de spin-off de EastEnders, uno de sus telenovelas clásicas -aunque no al nivel de los realmente antiguos, pero nos entendemos- pero no como  telenovela sino como suerte de formato híbrido. Por un lado está claro de dónde viene, pero por el otro tienen decidido que a donde va es a una miniserie de ese misterio rural que tanto gusta a los británicos. Y el caso es que el resultado debería agradar a todo el mundo. No hay que saberse la vida de estos dos al dedillo pero sospecho que ayuda mucho. Aunque sea solo a estar preparado para un punto de inicia un tanto loco –Kat dio a luz hace años a un hijo cuyo parto no ha recordado hasta hace poco- y algunas situaciones extra-melodramáticas. Pero puede verse sin saber mucho más porque la idea de pueblo lleno de misterios siempre es un punto de partida agradecido y si además cuentas con buenos actores -y aquí tienen a una Fionnula Flanagan en estado de gracia- el principio lo tienes hecho. Luego ya habrá que ver para dónde va tirando la historia pero, mira, como manera de revitalizar series o crear extensiones de las mismas no me parece mala idea.


Por contra Loch Ness (UK) parecía partir de una buena premisa para ese mismo noir rural inglés, y no sé aún cómo o por qué, pese a tener de creador a Stephen Brady -que ya demostró que podía jugar con la ambigüedad y el misterio en Fortitude– y de principales protagonistas a Siobhan Finneran y Laura Fraser (en teoría al revés, pero) parecía una cosa hecha. Pero la verdad es que el piloto logra hacer menos por el caso y sus actores que por convencerte de que se podía haber contado lo mismo en menos tiempo, con menos silencios y tiempos muertos y cosas que presupongo tenían alguna utilidad en la cabeza del que los puso ahí que no fuera disipar el ritmo y la presión. No sé si se logrará recuperar en los siguientes capítulos pero desde luego es un inicio poco prometedor para lo que podría haber sido una de las series del año. En fin.

Por motivos que no tengo claros parece que nadie se ha molestado en sacar material del mismo.

Seguimos con Paula (UK), una serie cuyo mayor problema es esa mezcla de estar absolutamente convencida de su inteligencia, de modo que la protagonista parece alternar tomar decisiones poco sensatas sin motivo alguno con que ocurran muchos hechos que -esperemos- acaben teniendo explicación pero que de momento solo están por estar y para que pienses que algo pasa o va a pasar. La combinación de ambos factores y un rodaje que se dedica a ser dramático en todo lo que puede por poco dramática que pueda parecer una situación lleva hasta el ridículo y un poco más la serie entera, y ese es el problema. Que una cosa es forzar un poco el drama y otro llevarlo a tal extremo que es difícil tomárselo en serio. Ay, Paula, si al menos te hubieras tirado por el locurón.


Terminamos esta poco satisfactoria semana -en lo que a pilotos se refiere- con White Gold (UK) que es una serie cómica -o eso dicen ellos- sobre vendedores de ventanas en los años setenta que si te recuerda poderosamente a The Inbetweeners, pese a tener a ese chico protagonista que estuvo en aquella serie americana, probablemente sea por la cantidad de personal técnico y artístico que comparten. A partir de ahí puedo decir que si no me hacía ninguna gracia el bro-humor estilo inglés -es decir, bros regocijándose de dar pena- no hay ningún motivo real por el que añadir un autor principal nuevo y ponerla en los setenta vaya a funcionar. Al menos no para mí.


¡Libros que Llegan! Matsumto, «Televisión», McCarthy y más

Seguimos acercándonos a la Feria del Libro de Madrid y, sin embargo, el número de novedades de interés ha logrado mantenerse controlado. No quiero ni saber lo que esto puede significar para el día que decidan abrir las compuertas y soltarlo todo; pero de momento por mí bien porque así podemos ir viendo con más tranquilidad lo que sale. Así que vamos a aprovechar y darle a aquello de…

¡Que entre la pila!
La chica de Kyushu de Seicho Matsumoto, ed. Libros del Asteroide

No sé si habrá mucho lector que recuerde El expreso de Tokio, aunque espero que sí. Su forma de crear por un lado un misterio tradicional -un misterio de horarios, coartadas y ferrocarriles, de hecho-  y por el otro de meter una obra negra con reflexión sobre la maldad humana. Algo aprecido es lo que nos espera en esta novedad, aunque en este caso sea con un abogado de por medio y lo que podríamos considerar un crimen judicial. Novela negra japonesa de la mano de uno de sus más destacados representantes, ¿cómo no os la vamos a recomendar?

Hombre en el espacio de Tom McCarthy, ed. Pálido Fuego

Tras Residuos y la más reciente Satin Island parece que el nombre de McCarthy empieza a ser más conocido si no por El Gran Público al menos por Cierto Público. Lo importante es que podamos seguir leyendo sus obras en España, más aún si como en esta contrasta y confunde originales y copias y totalitarismos con democracias. Porque a veces no es tan fácil distinguir.

Televisión de María Cabrera, ed. Caballo de Troya

Usar el desmantelamiento de algo público como fondo de una historia y también como reflexión o referencia tiene un cierto interés, que sea la televisión comunitaria madrileña -me pregunto si habrá alguna obra similar con la valenciana- le añade un punto de novedad, de distinción ante lo habitual, y de oportunidad de mirar en la trastienda de algo tan cotidiano y casi-misterioso. Es una pena, para quien esto escribe, que no haya más trastienda de esa voladura controlada pero entiendo que la historia que se quería contar era la de un par de esas personas atrapadas en la demolición y su relación mutua y con los familiares. Por lo menos alguien ha elegido hablar de esta demolición, aunque sea de fondo.

El hombre del traje negro de Stephen King con ilustraciones de Ana Juan, ed. Nórdica

El relato de King es fácil que lo conozcáis, al fin y al cabo ganó premios y es uno de los más difundidos probablemente por ese mismo motivo. Lo que no habéis visto aún es la edición que ha montado Nórdica para que merezca la pena pagar el precio que le han puesto: No sólo han incluido el relato de Hawthorne al que King homenajeaba, también han usado tintas, añadido ilustraciones -de Ana Juan nada menos-, redondeado las esquinas y buscado más modos, maneras y motivos para justificarse ante uno mismo el pago del precio.

La fruta más negra de Wallace Thurman, ed. Defausta

¡Nueva colección de Defausta! Esta vez centrada en el Renacimiento de Harlem y en sus Problemas raciales. Los internos más allá de los externos. Una obra curiosa y diferente sobre un momento clave para el paso de la cultura afroamericana.

Connerland de Laura Fernández, ed. Literatura Random House

Vuelve Laura Fernández, con cambio de editorial de por medio,  y lo hace con un homenaje y celebración a los escritores de fantástico que no es solo fantástico, a los problemas de no saber bien si la muerte es eso o si estás viviendo algún tipo de episodio, a las maniobras editoriales y todo aquello que rodea a los escritores, especialmente cuando parece que por fin se les va a poder sacar dinero. ¡Humor, ciencia ficción y metaliteratura!
Un misterio de altos vuelos de Kerry Greenwood, ed. Siruela

¡Más Miss Fisher! Esta vez con aviones de por medio además de los secuestradores, disputas familiares, juergas con los amigos y, sobre todo, el disfrute que encuentra en su nueva ocupación como detective privada. ¡Que se note que es una detective diferente!

El vendido de Paul Beatty, ed. MalPaso

Un premio Man Booker parece garantizar la publicación. Que la obra sea una comedia sobre los conflictos raciales quizá también ayude. Pero lo que es seguro es que logrará hacer ruido. Ya veremos cuál.

Recordarán tu nombre de Lorenzo Silva, ed. Destino

Sí, la apuesta del G. Planeta de este mes es la novedad de Silva. Que está en su vertiente de novela histórica más que en el de la negra, sea dicho todo.

Cuentos de hadas japoneses de Grace James, ed. Satori

Nacida y educada en Japón a finales del S. XIX hasta su entrada en la adolescencia, Grace James vivió entre esas historias y decidió recopilarlas ya a su vuelta a Reino Unido. De ahí sale esta colección de casi 40 cuentos para los más pequeños entresacados de la tradición oral japonesa y que Satori ha decidido embellecer -como en ellos es costumbre- en esta ocasión con la inclusión de una cuarentena de láminas de la época que ilustran los cuentos incluidos.

Yokai Attack! de VV.AA., ed. Quaterni

Por su parte Quaterni ha decidido lanzar esta guía de Yokais japoneses que solo puedo calificar como desenfadada. Una obra que compensa su pequeño tamaño con muchísima información y material gráfico antiguo y moderno. Supongo que ha salido para aprovechar la popularidad actual de los monstruitos por motivos audiovisuales, pero yo estoy encantado.

Luces Nocturnas de Lorena Álvarez, ed. Astiberri

Excelentemente ilustrado, uno de esos cómics que en teoría son para los más pequeños pero que alegran a cualquiera que lo tenga en las manos simplemente por la fuerza y fluidez al contarlo. ¡Hay que verlo por dentro!

Mundo de zumbados (Desastre & Total 4) de Stephan Pastis, ed. RBA

Pastis continúa viendo publicada en España su loca creación infantil/juvenil y yo sigo alegrándome de que al menos algo suyo nos llegue.

Harper y el paraguas mágico de Cerrie Burnell y Laura Ellen Anderson, ed. La Galera

Paraguas mágicos, gatos desaparecidos, niños que se unen para investigar… parece un buen punto de partida para una obra infantil/juvenil. Y, además, las ilustraciones siempre dan puntos extra.

Topito terremoto de Anna Llenas, ed. Beascoa

Efectivamente, la autora de El monstruo de colores tiene libro nuevo. Esta vez ha decidido hablar de los niños con más actividad que atención, o algo así. Veremos si hay reacciones.

Como veis, y como nos gusta, un poco de todo esta semana. Y teniendo en cuenta que para la que viene nos esperan novedades de N. K. Jemisin, Luisa Carnés o Sophie Henaff, otros relatos western de Elmore Leonard, la llegada de Christianna Brand, la biografía de Philip Lynott o  la recuperación de Shikibu Izumi y de Shaftesbury, parece un buen momento para aprovechar la calma y leer lo que ya ha salido. Así que, como todas las semanas, os espero aquí la que viene y, mientras tanto… ¡Nos leemos!


La semana de los upfronts ha sido un poco más movida que la anterior pero tampoco demasiado. Aunque, eso sí, esta vez han sido los propios estadounidenses los que han buscado la manera de hacer interesante la segunda semana de finales de series. Bueno, hacer interesante o sacar lo que tienen por ahí sin acaba de emitir. Porque al pobre Downward Dog (USA) han tardado tanto en sacarlo que estrenarlo ahora parece más un indicativo de lo mucho que les da igual que de las posibilidades que puede tener de sobrevivir. Y es una lástima, al menos hasta cierto punto, porque una serie con (sobre) un perro que habla puede parecer un clásico de las tiras de prensa y, ciertamente, no es mucho original lo que tiene que ofrecer, aunque sí un trabajo que quizá solo sea aceptable pero que ya es bastante. Un trabajo que, de hecho, permitía que la serie creciera. Pero se ve que no toca, mala suerte y a ver en la siguiente.

Netflix sigue repartiendo sus esfuerzo de contenido y esta semana toca regreso de serie y novedad de no-ficción. Concretamente el documental de true crimen The Keepers (USA) que ya puestos en hablar de monjas, asesinatos, abusos dentro de la iglesia católica y todo tipo de material relacionado. Así que, bueno, el género fue muy popular el año pasado, es lógico que intenten seguir con él. Y supongo que si eres de sus fanes te interesará. Al menos aún no han llegado al momento de meter extraterrestres y nazis por medio.

En cuanto a Year Million (USA), podríamos decir que es un docudrama. Mezcla de especulación científica y documentación de las bases en las que se mueve, el estilo tirando a optimista en el futuro de la humanidad consigue al menos crear una diferencia con lo que suelen ser este tipo de programas. Ahora, más vale tener muchas ganas de ver esas proyecciones de futuro más que un análisis de la actualidad o de cómo se ha llegado hasta allí. Supongo que irá por ganas.


¡Libros que Llegan! Ngũgĩ wa Thiong’o, «El misterio de Pegram», Dennis Potter y más

Una semana que podría ser tranquila. O haberlo sido. O algo. Al final ha sido razonablemente tranquilar si excepcionamos…algunas cosas.. ¿Excepcionamos es una palabra? Bueno, tanto da. Una semana como esta lo importante es que sigan saliendo libros. Así que…¡Venga!

¡Que entre la pila!

Desplazar el centro de Ngũgĩ wa Thiong’o, ed. Rayo Verde
No llores, pequeño de Ngũgĩ wa Thiong’o, ed. Kailas
Un grano de trigo / El diablo en la cruz de Ngũgĩ wa Thiong’o, ed. DeBolsillo

¡Enorme semana para Ngũgĩ wa Thiong’o! No hay como acercarse por el país a uno de los principales puntos de visibilidad intelectual para que a uno le recuperan, publiquen y muevan los libros. Así que aprovechando que el keniata y -permitidme- Eterno Candidato Al Nobel estuvo el pasado miércoles por aquí y eso fue motivo más que suficiente para que en lugar de a finales de septiembre y principios de octubre pudiéramos tener ya esta semanas unos cuantos de sus libros, como la recuperación en formato de bolsillo de un par de sus novelas, una aún encontrable en Txalaparta y otra casi desaparecida en Zanzibar.

Unámosle a esas afortunadas recuperaciones dos inéditos que son siempre de agradecer. Desplazar el centro, en Rayo Verde, es un ensayo sobre la necesidad de dejar de permitir la hegemonía cultural de los occidentales ricos e incluir tanto a los pobres como a las creaciones e historias de todo el mundo. Una obra en la línea de su Descolonizar la mente que, de nuevo, aborda la necesidad de una descolonización que no es solo de lo geográfico sino, sobre todo, de lo impuesto desde arriba.

Finalmente lo que podríamos considerar una rareza, la publicación en España de su primera novela, casi juvenil en su contenido y en el tema: Dos hermanos jóvenes soñando en su futuro y luego enfrentándose a su realidad. El anuncio de muchos de sus temas, de un claro fondo real -quizá incluso biográfico- y, por supuesto, un inicio para su literatura.

¡A ver si este año le dan el Nobel de una vez!

El escondite de Dennis Potter, ed. Libros Walden

¡Dennis Potter! Uno de los más importantes creadores televisivos ve publicada en España una novela (u otra, que también estuvo Ojosnegros) que juega con el metalenguaje y con la misma novelística en al menos tres niveles. Los personajes de la novela, el autor en la novela y el autor real. Todo ello para contar una historia que puede ser más o menos cierta pero que logra parecer razonablemente falsa.

El misterio de Pegram (Los otros Sherlock Holmes) de VV.AA., ed. La Biblioteca del Laberinto

Una vez más Francisco Arellano recupera una buena cantidad de historias para hacer una antología temática, esta vez con los exploits de Sherlock Holmes como excusa. Así que un placer para sus seguidores, vaya. De ambos.

No, mamá, no de Verity Bargate, ed. Alba

Dentro de la extensa cantidad de problemas con madres que estamos teniendo este año parece que la aparente enajenación y los conflictos de género que hace unas décadas hubieran servido para hacer películas de asesinatos ahora sirve para mostrar los problemas de una mujer o de aquellos a su alrededor, no está claro hacia dónde prefieren lanzar.

Diario de Sintra de W.C. Auden, Cristopher Isherwood y Stpehen Spender, ed. Gallo Nero

Tres grandes escritores, una escapada con ideas utópicas y el relato entre un libro de viajes exteriores y uno interior, puesto que los tres autores ingleses se encontraría en Portugal, en Sintra, entre 1935 y 1936, comentando las historias que se les ocurrían pero también la situación política que iban viviendo en el país vecino y en todo el mundo.

El cielo robado de Andrea Camilleri, ed. Gatopardo

Otra fabulación de Camilleri con base histórica, con Renoir de fondo y una historia de entendimiento pero sobre todo de amor, amor cultural y también romántico, claro, en la línea de las obra más históricas del autor.

El lado oscuro de Andreu Martín, ed. Menoscuarto

Pues aquí tenemos a Andreu Martín haciendo bolsilibros. Lástima que el punto de partida de la colección -no digamos ya el precio- no sea el mejor de los posibles. PERO. Sigue siendo un libro suyo, y teniendo más tablas que cualquier otro autor en activo. Así que… eso.

La historia de Martín Caparrós, ed. Anagrama

Uno de los grandes lanzamientos hispanos de la editorial para este año, o eso esperan ellos, es este tomarraco. Así que… eso.

Mierda de música de VV.AA., ed. Blackie Books

Si un libro vende mucho por su título es lógico que el exploit no tarde mucho en llegar, aunque sea juntando a la pandillita para sacar lo más parecido que se nos ocurra. Incluso aunque haya que plastificarlo.

Si es amor, no duele de Pamela Palenciano, ed. Alfaguara

Tras meses ofreciéndolo como un monólogo teatral parece que ha llegado el momento de que esta historia de malos tratos y violencia psicológica llegue al papel. Y en una colección juvenil para que llegue a la mayor cantidad posible de ese público.

El arte de Charlie Chan Hock Chye de Sonny Liew, ed. Dibbuks y Amok Ediciones

Magnífico cómic con múltiples estilos y registros que pone a un dibujante en el centro de una historia que sirve para explicarla la de Singapur. Hay que felicitar entusiásticamente a Amok ediciones por esta su primera publicación.

La gran aventura humana de Miguel Brieva, ed. Reservoir Books

Brieva aprovecha que está a sueldo de Penguin Random House para marcarse una historia de la humanidad desde su particular perspectiva.

El pedo más grande del mundo de Rafael Ordóñez y Laure Du Faÿ, ed. Nubeocho

Chistes de pedos ya desde pequeños. Eso y unos dibujos sencillos son las dos bazas principales de un cuento tan divertido como este.

Tres pequeños monos de Quentin Blake y Emma Chichester Clark, ed. Siruela

Blake nos trae, con ayuda de Chichester Clark, la historia de una mujer a cargo de tres monos notablemente traviesos, y lo que pasa cuando parecen haberse tranquilizado.

Exit de VV.AA., ed. Pastel de Luna

Creo que aquí tendremos disparidad de opiniones. A mí personalmente me ha encantado, no tanto por el estilo flip-book que le hace tener dos principios como porque los múltiples laberintos que se han reunido en este álbum logran ser completamente diferentes gracias a reunir a una extensa y notable cantidad de dibujantes que ofrece cada uno un laberinto según su estilo. Un libro difícil de repetir.

Y esto ha sido todo por esta semana. Que no parece que dejen de pasar cosas raras. Pero al menos van saliendo libros, hay variedad, en fin… todo lo que hace que merezca la pena seguir sacando estos listados. Ah, sí, para la semana que viene novedades de Seicho Matsumoto, Tom McCarthy, Kerry Greenwood o Paul Beatty entre otros. Pero, como decimos siempre, eso será la semana próxima. Mientras tanto… ¡Nos leemos!


Se nota que está tranquila la cosa con el final de temporada y la llegada de los Upfronts en que no tenemos novedades estadounienses, y casi mejor. Un par de novedades solo, inglesas ambas, la primera es King Charles III (UK), adaptación de la obra del mismo nombre. A medio camino entre la política ficción y la ficción a secas, más que de anticipación histórica podríamos hablar de una mezcla de thriller y drama familiar en el que la familia resultan ser los Windsors. Pero, claro, una cosa es que sea esa familia y otra que la represente. De manera muy divertida la historia se aparta de cualquier posibilidad de retratar a esa familia y, a al vez, los medios afines la crucifican por hablar de ellos. De modo que la obra resultante es estupenda, muy recomendable… siempre y cuando no le des mucha importancia a aquellos seres reales que -para bien y para mal- la inspiran. ¡Las contradicciones de la ficción!

Como no todo puede ser bueno, resulta que de dos estrenos la otra es poco menos que original. Y eso que Loaded (UK) ya parte como adaptación de la israelí Mesudarim pero en realidad es imposible no mencionar Silicon Valley. Una versión extendida que parte ya de un éxito en una de esas empresas tecnológicas y cómo lo que parecería el inicio de una vida tranquila y millonaria es solo una puerta para nuevos problemas. Ya que esos problemas interesen, que lo hagan los personajes o que sea algo más que un collar nuevo para los perros de siempre… es tema distinto. (Lo que estaba claro es que el material no era original, solo había que buscar de dónde) Y, claro, para ver una comedia que intenta ser distinta y acaba siendo tan lo de siempre, con tanto bro-humor… pues eso, que vaya necesidad había. Y con eso y todo no dudo de que tendrá sus seguidores.


¡Libros que Llegan! Joe Hill, «Carter», Elia Barceló y más

Las primeras semanas de mes siempre son interesantes. Así que aquí estamos, tras el Día del Libro y en dirección a la Feria del Libro, en ese mes entre medias, recibiendo novedades y, sobre todo, autores interesantes. Porque esta semana casi podría ser reducida a sus autores. Pero no nos paremos ahí, vayamos también a los libros y, por supuesto, a todo lo que nos llega cuando decimos aquello de…

¡Que entre la pila!

Fuego de Joe Hill, ed. Nocturna

Joe Hill es -debería ser- ya un nombre reconocible. No sé cómo habrá ido la cosa para que haya acabado pasando de publicar en PRH a Nocturna pero debo felicitar a la segunda por la incorporación. En cuanto a la obra en sí, creo que con algo más de ochocientas páginas se puede decir que es un novelón sin mucho problema. Uno que mezcla ideas propias de una obra apocalítpica/distópica -habrá quien diga que de infectados, pero claro- con algo de suspense y, quizá, fantástico de poderes. En fin, que espero mucho de esta novela.

El color del silencio de Elia Barceló, ed. Roca

¡Otro feliz regreso! Elia Barceló ha tenido una extensa, variada y a ratos complicada historia editorial, pero siempre ha demostrado ser una estupenda escritora con un especial talento para el fantástico. Lo primero sigue demostrándose aquí, de lo segundo tenemos apenas un guiño en lo que puede ser lo mejor de la novela. Pero, claro, el julianavarrismo es posible que venda más. Y si eso significa darle una estabilidad y que escriba más obras… me quejaré sólo un poco. De momento es un buen inicio tenerla en esta historia con varios momentos temporales -incluso aunque incluya esos ahora tan de moda Fascistas de Buen Corazón– y con un par de secretos que incluyen un asesinato. ¡El tipo de obra que parece hecha para regalar! Así que ahora a ver si hay suerte y vuelve al fantástico.

Carter de Ted Lewis, ed. Sajalín

Puede que sean violentas y problemáticas, pero las novelas de Ted Lewis sobre Jack Carter -que dieron lugar a las películas que acaban con esa emblemática portada- pueden ser todo eso y, además, sórdidas y aún así valer la pena por la enorme fuerza, alimentada por ira, que las hace moverse. Así que aprovechad para, ya sabéis… Get Carter!

En busca de New Babylon de Dominique Scali, ed. Hoja de Lata

Una nueva aproximación al western ahora que parece haber habido un interés renacido. Así que aquí tenemos bandidos, jóvenes ingenuas, prostíbulos, reverendos y un estilo moderno deudor pero también dejando atrás a McCarthy y haciendo del juego temporal otra señal. Poliédrica del Oeste, allá vamos.

Trincheras permanentes de Carolina León, ed. Pepitas de Calabaza

Llámalo política, activismo, militancia, tanto da… y por el otro lado están los cuidados o la gestión de afectos o como se suponga que haya que llamarlo ahora. Y, por supuesto, esas dos ideas acaban encontrándose y -como era inevitable- colisionando. Así que aquí estamos ahora, con un libro que es como mirar un choque de trenes, intentando descubrir qué ha podido pasar.

Enterrado por placer de Edmund Crispin, ed. Impedimenta

Más interesado por la parte intelectual que por la humana de los asesinatos, los misterios en los que Edmund Crispin se va encontrando siempre garantizan un punto de locura. Más aún según si la trama decide ser más wodehousiana, como es este caso. Porque incluir una trama central con una carrera política y sumarle delirios psiquiátricos y una trama de chantajes llena de oscuros secretos garantiza que el descontrol va a ir creciendo exponencialmente mientras se intenta encontrar al culpable del crimen. Así que esta vez el humor inglés está incluso más presente que el mystery.

La luna en las minas de Rosa Ribas, ed. Siruela

Vuelve Rosa Ribas, esta vez con una historia más melodramática. Un hombre que se nos presenta como maldito, una equivalencia con los lobos y una historia con un toque atemporal que, sin embargo, parece localizada. Al final Ribas vuelve a hablar e la emigración de la alienación ante lo extranjero, e lo extraño entendido también como lo que parece de fuera, más aún cuando la excusa de enterrarse en la mina en otro país está relacionado con ese acercamiento a lo que sucede incluso a los hombres de corazón puro cuando florece el matalobos y brilla la luna de otoño.

El demonio del movimiento de Stefan Grabinski, ed. ValdemarPor fin llegan a España las obras del autor polaco, un clásico de inicios del S XX en su país, en el que trata desde la extrañeza signos del progreso como el tren. Así que aquí está esta imprescindible antología de rarezas, algunas con un matiz más sexual, otras más psicológico, e incluso ambas. Y es que siempre es un buen momento para descubrir a un nuevo autor.
El valle asesino de Frank Westerman, ed. Siruela

En Camerún el 21 de agosto de 1986 murieron en una extensa región todos los series vivos. Todos los animales, fueran monos, gallinas, reses…  y más de mil setecientos humanos. Esta súbita extinción sin aparente violencia lleva a Westerman a investigar el caso no solo para descubrir qué pudo suceder -ofreciendo una solución que parece realmente plausible- y cuál pudo haber sido el motivo científico tras el suceso, también y sobre todo para seguir el rastro a la leyenda que se creó a su alrededor. De esta manera a la primera parte científica se  contrapone una segunda mitológica que sirve para demostrar cómo funciona la creación y difusión de mitos apartados de cualquier análisis científico. Hasta el punto de que parece que al final nuestra capacidad para la sugestión y el misterio pesa más que los datos reales al analizar los hechos.

Los años del terror de Lawrence Wright, ed. Debate

Suele ser interesante lo que Lawrence Wright tiene que decir, lo era cuando hablaba de cienciología y también en sus artículos ganadores del Pulitzer sobre terrorismo y Oriente Medio. Así que podemos considerar este libro como una nueva obra sobre asuntos ya tratados en La Torre Elevada, esta vez centrándose en la evolución de los distintos modelos terroristas en la zona y muy especialmente en el de Al-Qaeda. Encontrando incluso algún hueco para hablar de otros temas como la industria del cine en Siria.

Cazadores de nazis de Andrew Nagorski, ed. Turner

Completo y muy interesante, este repaso a la historia de las personas que se han dedicado a perseguir a los nazis huidos por medio mundo y de algunos de los jueces que se han encargado de sus casos, mostrando un ejemplo de tenacidad que a menudo se ha dividido en discusiones sobre si lo que buscaban era justicia, venganza o una mezcla de ambas. Unos temas que pueden servirnos para entender las repercusiones de un suceso como ese a través de los años y hacernos pensar en su evolución.

La luz de la noche de Graham Moore, ed. Lumen

La lucha por la electricidad, o la batalla jurídica por eso mismo. Con Paul Cravath, el abogado de Tesla contra Edison. A partir de ahí Graham Moore crea otra obra con clara intención cinematográfica pero muy entretenidos para los fanes de esta bronca intelectual -como creación y como derechos-.

Orgullo y Prejuicio de Jane Austen con ilustraciones de María Hesse, ed. Alfaguara

La famosa obra de Jane Austen pero con ilustraciones de María Hesse. De modo que se pueda regalar a los fanes de lo uno, de lo otro y, sobre todo, a esos intermedios. Luego ya podéis echarle un ojo a las ilustraciones y decidir.

 Querida tía Agatha de Berta Martín Vidal, ed. Thule

Estupenda historia, sobre todo gracias a sus imaginativas ilustraciones, en las que se nos narra la carta de unas jóvenes a su tía en contraposición con lo que las imágenes nos van mostrando. Bello.

Tom O’Clock de Sir Steve Stevenson, ed. La Galera

Nueva serie de Sir Steve Stevenson. Así que si estamos ya todos convencidos con Agatha Mystery ahora tenemos la posibilidad de conocer a Tom O’Clock y sus dos amigos, que van viajando a diferentes épocas para resolver problemas temporales. Sí, los agentes temporales están de moda, qué os voy a contar. Así que pasamos de la geografía a la historia. Todo bien, y las ilustraciones acompañan estupendamente.

Bueno, pues aquí estamos. Una semana después y, como casi siempre, con mucha variedad y calidad y todas esas cosas. También como casi siempre podemos ir agradeciendo que también la próxima semana vayamos a seguir recibiendo novedades interesantes como las esperadas y retrasadas de Ngũgĩ wa Thiong’o, además de el libro de Verity Bergate, un Camilleri histórico, lo nuevo de Miguel Brieva. Pero para eso -también como de costumbre- aún queda al menos una semana. Así que aprovechemos mientras tanto para leer estas novedades y, hasta entonces… ¡Nos leemos!


Lo bueno de American Gods (USA) es que el día en que Bryan Fuller no haga una serie… bonita… visualmente atractiva al menos, aunque eso no signifique lo mismo… ese día habré perdido la esperanza en él. Al menos en lo que de él sé que puedo esperar. También una cierta forma de enfocar una historia y elegir actores. Supongo que su voto de confianza en Ricky Whittle merecería que le diera yo uno, pero no se me ocurre ningún motivo razonable para hacerlo. Su Sombra es… en fin… Es. De hecho, solo McShane parece dedicado por completo a hacer interesante el asunto. Menos mal que tiene un impresionante reparto de secundarios pendientes, con un poco de suerte eso hará más tolerable la pieza de papel equivalente a dos medias novelas que se convirtieron en una excesivamente larga que Gaiman dio para adaptar. En fin, supongo que la gente que sea capaz de reunir la paciencia creará algún tipo de culto en torno a ella. Yo creo que me limitaré a mirarla de cuando en cuando y pensar en lo bonito que trabaja Fuller. Si solo tuviera algo interesante que contar.

Trato de entender que haya podido suceder este Handsome (USA). Tantos años con Lifetime y Hallmark realizando películas de misterio uno pensaría que una empresa como Netflix sería capaz de realizar algo tan básico. Cierto es que las películas que además de misterio buscan humor son algo más complejas, pero es que esta falla miserablemente en ambos aspectos. Deja muy claro desde su mismo inicio que pasa de cualquier intento de jugar con el misterio y deja incluso más claro que cualquier intento de humor será abortado. Parece increíble que le den un papel a Amy Sedaris y logren que parezca estar en una película completamente distinta, pero es que casi cada actor está a lo suyo y precisamente el que menos a gusto parece estar es el gruionista, director y protagonista del asunto. El resultado, esperable, de una película de suspense y humor que no tiene ni suspense ni humor es muy obviamente el aburrimiento. Así que solo puedo esperar que comiencen a echarle un ojo a los telefilmes que están haciendo las cadenas convencionales. Quizá así se les pegue algo.

Qué le gusta a los ingleses las series de época, aunque es cierto que en Jamestown (UK) se nota el dinero que han invertido para que no se note que en trama no anda muy lejos de ser  un drama al estilo telenovela como, digamos, El secreto del Puente Viejo.  Mucho lío de romance y alguna historietilla de fondo de organización territorial pero poco más. La riqueza de la producción, las escenas de paisajes vacíos y muchedumbres humanas, no llega a cubrir el problema de una historia estirada, unos actores… bueno… que están -Ver a Burn Gorman haciendo de malvado siempre es agradable, ojalá alguna vez le dejen ser malvado de una manera creativa-  y, en general, la sensación de que es una producción más para rellenar horas que para contar una historia.

Es cuanto a Not the White House Correspondents’ Dinner (USA), que podéis ver entero ahí abajo, podemos tomarlo como un Very Special de Samantha Bee y su Full Frontal y también como una muestra de sus puntos débiles. Es curioso como este salirse de lo habitual puede servir más para eso que para iluminar los fuertes, pero el discurso hillary-céntrico -incluyendo las cargas contra cualquier que se metiera con ella u osara cuestionarla y especialmente sonrojante en su línea temporal alternativa- y sus problemas para tratar con la prensa menos oficialista o, incluso, con la forma en la que la oficialista mete la pata. Quizá el mejor segmento propio -contemos a parte este cold open– es precisamente el repaso a la CNN por no hacer su trabajo. Y, sin embargo, su interacción con Jack Trapper deshace buena parte de esa buena idea. Al final uno -o, al menos, yo- no puede dejar de pensar en lo que podría haber sido esto hecho por John Oliver. Iba a decir que también por Stephen Colbert o Seth Meyers, pero ya sabemos cómo acabaron aquellas dos ocasiones. Pero esto es Samantha Bee, esperemos que para el año que viene tengamos otro de estos, e incluso mejor.

Al menos Superheroes Decoded (USA) demuestra que sigue habiendo un interés por la parte más teórica de los superhéroes, incluso cuando mucho de lo que se nos cuente parezca ser parte de un reciclado de la historia del medio entendida menos como un medio, menos como un medio en un país concreto, menos aún como un medio en un país concreto en un trasfondo determinado. Así que aquí estamos de nuevo, hablando de superhéroes americanos, intentando divulgar sobre el tema y, como en tantos otros de estos documentales, agradeciendo que las grabaciones interesantes salven la papeleta.