¡Pilotos Deathmatch!

Es agradable ver cómo intentan a veces darle un giro a lo de siempre. En el caso de The Assassin (UK) lo de siempre es una historia de un antiguo asesino que se ve enfrentado por su pasado cuando una situación hace que salga de su retiro. Pero aquí las cosas son ‘un poco’ distintas. Un poco porque en realidad sigue siendo parecido y tampoco es tan novedoso, además de tirar de mucho actor de tele, pero es distinto porque aquí tenemos a una mujer de mediana edad que vive en Grecia, a la que su hijo va a visitar, y que se ve metido con ella en el follón. Como si alguien pensara que a este tipo habitual de película lo que le hacía falta era más Mamma Mía. Así que aunque haya humor y relaciones maternofiliales también hay acción, más en forma de justificación para la excusa argumental que otra cosa. Por suerte está llevado de manera aceptable y tiene actores competentes, Keeley Hawes claramente se lo está pasando en grande, Freddie Highmore está un poco fuera de papel como su abotargado hijo -y bastante insufrible- pero sabe lo que se hace, y hay más caras conocidas de la tele apareciendo. Así que para unas tardes de verano puede valer.

No tengo muy claro qué quería Netflix con Geleceğe Mektuplar (O)(TU), posiblemente tener otra serie turca en su fondo, pero el punto de partida -una mujer descubre que la persona que creía que era su madre biológica no lo era, lo hace gracias a la carta que le escribió su madre biológica hace años, cuando era una alumna de su madre no-biológica- acaba llevando a lo que parece una serie estudiantil de unos jóvenes que son amigos -pero cualquiera diría que no se soportan- y su profesora -que pese a ser el nexo en realidad sale poco- mientras en el presente la joven intenta investigar para descubrir quienes son sus padres. Al final hay muchos personajes poco interesantes, no tenemos claro qué nos quiere contar y muchas de las excusas van más allá de lo peregrino -la madre tenía hace ya veintitantos años problemas de memoria así que crea diarios, lo que significa no solo que resulta poco creíble toda la historia de que la madre lleve años disimulando, también que la protagonista no salte directamente a la parte de su nacimiento en lugar de tanta chorrada- pero supongo que habrá fanses de las series turcas a las que todo esto -incluyendo los ‘amigos’ llamando gorda a una del grupo a cada ocasión- les parecerá razonable. O algo.

Starz encarga The Hunting Wives (USA) a Lionsgate, cuando eran parte del mismo conglomerado. La separación de las empresas hace que la segunda saque la serie a la venta. Y acaba en Netflix. Así que ahora tienen una serie que es muy Starz (tetas teteantes y el resto del paquete adolescente ‘si tiene sexo es algo adulto’) para algo que, en lo que llevo visto, parece que quería ser Mujeres Desesperadas para la Era TRUMP! (es decir, en un contexto en el que aún no estamos 100% en El Cuento de la Criada pero sí en pleno Get Out Stepford) Supongo que el género es Telenovela Camp de Ricos, todo es exagerado, empezando por un Dylan McDermot Mulroney que hace una especie de Elon Musk Cowboy que es difícil saber si alguien le ha dicho que no es una parodia.Malin Åkerman se lo pasa en grande con la ‘sutileza cero’ de la serie, y hay una cierta cantidad de gente con talento (Chrissy Metz, por ejemplo) dando vueltas sin que sepamos bien por o para qué. Y, por algún motivo, una joven desaparecida. Que imagino que o será un tema de la historia o la previa para que desaparezca otra, tanto da. Así que realmente no sé si encajará mucho en Netflix… Pero supongo que lo más entretenido será ver cómo impacta en el ‘streaming’. Más que la serie que, ya os digo, es como todo lo que quiere ser reflejo de la ‘Era TRUMP!’. Versiones demasiado aparatosas y a medio cocer de éxitos conocidos.

Reconozco que puse Mandala Murders (O)(IN) asumiendo que se trataría de la típica serie de asesinatos en un pueblo pequeño. Lo último que esperaba era abrir con lo que parece una versión de Frankenstein con una joya mágica y maquinaria y la gente del pueblo alrededor del castillo con antorchas.  Seguir con un salto temporal y un cadáver que recuerda a Patricio Estrella, y pasarnos el capítulo con saltos temporales, intrigas políticas y líos familiares. No sé si la seguiré viendo porque, en fin, 50 minutos me siguen pareciendo muchos minutos -aunque por lo visto es el capítulo más largo- pero entre esta desvergüenza y tanto trasfondo ‘pulp’ -además de haberme sorprendido- ya se merece al menos una felicitación.

Encantadoramente animada -o algo- esta My Melody & Kuromi (O)(JP) no parece tener tanto de trama como de oportunidad de mostrar estas encantadoras bolas de…¿algodón? A saber. Pero creo que queda lo suficientemente mono, y está claro que el uso de las expresiones encima lo hace más ‘moldeable’. Dándoles más posibilidades expresivas. Como digo, no creo que la historia sorprenda en exceso, pero sí que confío en que sea todo lo suficientemente agradable como para dedicarle un rato.

Uf. Rangeen (O)(IN) es… bueno… una serie sobre un tipo que descubre que su mujer ha contratado a un gigoló y, en venganza, decide trabajar él también de gigoló. Si os parece que no tiene sentido imaginad esto durante una hora y pico. Ah, no, que dura 45 minutos pero logra parecer el doble de tiempo. Tiene mucho mérito que los gigolos no sean precisamente guapos, y que todo el drama de pareja, familiar, etc… Vamos a dejarlo en que no es gran cosa.

El empeño en lograr que Teurigeo (O)(CS) -o 트리거 o Trigger o Gatillo o…- sea lo más sórdido posible hace que todo el piloto centrado en mostrar a los policías -y dejar claro que estos son buenos aunque haya mucha corrupción, que es lo típico con los surcoreanos- y en asegurar que en Corea del Sur es casi imposible tener armas. Por supuesto lo siguiente es sacar balaceras, tras mostrar que la sociedad es sórdida. Muy sórdida. Y todos son los culpables, o algo. Tanto da. Sospecho que hace falta un ánimo muy concreto para vérsela.

Yo diría que este Try: Urineun Gijeokyi Dwenda (O)(CS), o 트라이 : 우리는 기적이 된다 o The Winning Try o La Jugada Ganadora o…, es uno de los ejemplos más claros de spokon que se me ocurre. Es decir, un drama deportivo de buen fondo y bastante encanto, no ofrece nada novedoso ni casi nada que no veamos venir. Pero supongo que a veces lo que necesitas es algo que tener de fondo mientras trabajas.

Aunque nunca se haya publicado en España, el libro de Esi Edugyan Washington Black (USA) tuvo suficiente peso como para que a Sterling K. Brown le apeteciera hacer una serie y quedarse con un papel secundario. El resultado es… peculiar. Dos espacios temporales, un interés por los ‘inventos’ y la esclavitud como elemento vertebrador. Lo que significa que incluso en los intentos de ‘aligerar’ la historia tenemos el recuerdo de que no es un asunto ligero, y tampoco es que los momentos dramáticos logren acabar de funcionar. Supongo que la tarea era más difícil de lo que parecía. Pero aún puede acabar bien, aún pueden publicar en España el libro.

 


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