¡Libros que Salen! Dunn, «Los crímenes del burlesque», Myeong-kwan y más.

¡Que entre la pila!

Los crímenes del burlesque de Gypsy Rose Lee, ed. Hoja de Lata

Una alegría encontrarme con esta recuperación, quizá haya quien no conozca la historia de Gypsy Rose Lee o su preeminencia primero como bailarina y luego como inspiración del musical Gypsy. No estando en contra reconozco que a mí me interesa también como autora, aunque solo escribiera cuatro libros. De los que uno era una obra de teatro, otro las memorias que darían lugar al musical y los otros dos… los otros dos son dos novelas policíacas. De las cuales la primera es este The G-String Murders que dio lugar a la película conocida en España como La estrella del Variedades, una historia de asesinatos, burlesque, bastante humor y un arma particular. Tampoco puedo pedirle más a un libro. Quizá una portada menos horrorosa. Bueno, y que escriban correctamente el nombre de la autora. Pero poco más.

En la encrucijada de Nell Dunn, ed. Contra

Un libro fundamental del realismo social sesentero británico este que nos trae contra, con una serie de escenas breves interconectadas que van contándonos la vida de tres jóvenes que trabajan en la misma fábrica, en un barrio obrero, y en el que se habla de sus problemáticas, sus vidas y todo lo que es relevante para ellas, desde los problemas de trabajo a los chanchullos para seguir adelante. Con su lenguaje coloquial acaba siendo una ventana a la realidad de los sesenta.

Ballena de Cheon Myeong-kwan, ed. Shiro
Con elementos de historia y fantasía, con un tono que mezcla la fábula y la novela moderna, este relato multigeneracional surcoreano ambientado en una rempota aldea en la que ver a una ballena cambia a una mujer, su hija muda se comunica con sus elefantes y una mujer tuerta controla abejas con un silbato. Así que no es tanto que fuera candidata al Booker internacinal como el humor retorcido, la sorpresa y la originalidad de esta propuesta surcoreana.

A pedazos de Hanif Kureishi, ed. Anagrama

Kureishi, autor de El buda de los suburbios -aunque conocido también por el guión de Mi hermosa lavandería-, cuenta en este libro una historia propia, real y dolorosa, cómo una caída en unas vacaciones en Roma en 2022 le dejó parapléjico, su dura realidad diaria, su búsqueda de alguna mejoría, sus relaciones con médicos y pacientes, pero también sus memorias de infancia, literatura y cine, que hacen que la reflexión sobre la vida y el oficio de vayan colando entre el duelo de su nueva realidad.

Kenkaku Shōbai (Vocación de Samurai) de Shōtarō Ikenami, ed. QuaterniUno de los títulos más representativos del chanbara, esas novelas históricas de acción y a venturas, que en este caso transcurre en la época Edo. Con un padre y un hijos samuráis, a cargo de un dōjō , pero también de intentar preservar la paz en mitad de una época turbulenta. Esta sería la primera de las novelas de esa serie.

La novela de Ernesto y Celestina de Daniel Pennac con ilustraciones de Benjamin Renner, ed. Algar

Es curioso cómo dan vueltas las cosas. Por ejemplo, los álbumes ilustrados de Ernesto y Celestina, unas obras de la belga Gabrielle Vincent en los que se nos narra la relación de amistad entre un oso y una ratona, que viven en sociedades separadas. Pequeños relatos que tuvieron tanto éxito que se acabó sacando una película de animación. En la que colaboró Daniel Pennac. Lo que llevó no solo a la creación de un libro basado en la película, también en esta obra, este libro ilustrado por Benjamin Renner, que no ha acabado en Kalandraka como los álbumes sino que se ha ido a Algar. Una novela sobre su historia que logra mantener el encanto de los álbumes originales y aprovechar a Pennac.

Nos leemos.


Puestos a hacer cosas de ‘señores con dinero’ -al menos con una cantidad suficiente de dinero como para no importarles hacer el tonto- este Aski Hatirla (TU) por lo menos entra en la categoría de Amor y Lujo. O Drama amoroso y Lujo. A saber. Pero bueno, cosas peores hemos visto. Supongo.

Comenzamos los genéricos de la semana con Countdown (USA), una serie de acción -al menos teóricamente- en la que ni todo el carisma que Jensen Ackles puede intentar lanzar logra salvar esto que podría ser un spin-off de la saga FBI. Sí, así de mal.

En uno de esos claros ejemplos de ‘esto tiene que salir de un Webtoon’ tenemos Gyeon-uwa Seonnyeo (O)(CS), o 견우와 선녀 o Head Over Heels o El hada y el pastor o…, sobre una chica que además es sacerdotisa o algo así… el caso es que hay un chico que está maldito y ella promete ayudarle, pero resulta que ya ha pasado antes por esto y no salió bien. Y, además, el chico es su nuevo compañero de clase pero como cuando hace sus cosas chamánicas ella lleva un velo no la reconoce. ¡Ah, otra posibilidad de distintos usos de efectos visuales y de sonido, graciosas aventuras y una duración absolutamente innecesaria! Así que supongo que tendrá sus fanes.

Tengo un problema con Ironheart (USA). Se resume en ‘hay cosas que no están mal pero tienen de fondo el más gandul de los equipos de guionistas’. Como demuestra que deciden ir del punto A al punto B tirando recto y sin preocuparse por que tenga un mínimo de sentido lo que están contando. Cada vez que hace falta algo en la serie -que es muy a menudo- colocan allí las piezas. Pero sin molestarse no ya en poner el trabajo para que el paso de A a B tenga sentido -no digamos ya que añada algo a la historia-, es que ni el mínimo de mostrarlo en B y hacer alusiones a cómo llegó ahí desde A. Directamente deciden coger una excusa y fingir que nadie nota nada. Aquí comenzamos por pasar de una universidad a tener que trabajar para un hampón de tres al cuarto. Lo justifica con que la universidad no le daba dinero suficiente y eso acaba llevando a que vuelva a casa. Algo increíble con alguien que 1) tiene acceso a la familia real de Wakanda, 2) tiene un prototipo de armadura funcional, 3) está rodeada de organizaciones y políticos, de héroes y villanos, que se dedican a pagar por esas cosas. Así que explicarlo o gestionarlo daría mucho juego. Pero, claro. El problema es que la desgana con la que acometen hasta la más sencilla de las tareas se deja ver por todo lo demás. Da igual que sea dejando que Eric André haga lo que le de la gana o haciendo que la capa de The Hood sea lo más estúpido que se haya visto en Disney últimamente. El tipo de decisión que ves mientras esperas que haga algo. Pero cuando tu serie superheróica se puede comparar desfavorablemente con The Cape es que hay pocas posibilidades de que salgan de aquí seis temporadas y una película.

Supongo que Lafangey – Sapne, Dosti, Duniya (O)(IN) es una de esas obras que hablan de una generación que se encuentra perdida, con un muy entrañable trío principal, que busca el corazón por encima de lo demás y que fía en el teórico carisma de uno de ellos -es de suponer que el más conocido del grupo, supongo- mucho de lo que supondremos que es la magia que tratan de transmitir. Y, sin embargo, lo consiguen hasta cierto punto. No es que acabe de funcionar, o de entenderse, pero es cierto que se puede comprender lo que hacen o por qué lo hacen, y caen bien pese a todo lo que tenían para no hacerlo. No es el más original de los dramas -nunca lo es- pero es un buen punto de partida.

Sobre el papel -bueno, sobre la sinopsis- Smoke (USA) debería haber sido una interesante serie de investigación con los bomberos detrás de pirómanos. En la realidad se trata de una de las más aburridas piezas de estirar la nada para conseguir menos aún a cambio. Y mira que parecía difícil teniendo en cuenta que hay dos investigadores de vida tumultuosa enfrentándose a dos pirómanos a la vez. Pues nada, hace que las series surcoreanas o españolas parezcan tener una duración razonable. No sé si es que tienen que rellenar más capítulos que ganas de trabajar tienen, o si es que han pensando que la gente lo que quiere es desesperarse con unas series con una trama más lenta que la de un salvapantallas, pero en cualquier caso no se me ocurre cómo han podido perpetrar algo tan malo. Mira que parecía sencillo.

Hablando de series malas. He tenido que ir a mirar porque Transaction (UK) parecía una serie tránsfoba. Pero no, es que su creadora y actriz y más cosas es así, doy por hecho que considera que ser insufrible es divertido y que al resto las personas y personajes que aparecen aquí les hará gracia.A mí no me parece ni mínimamente interesante, y no solo porque todo -de la realización a la interpretación- parezca estar por debajo de los niveles exigibles a unos aficionados, sino ADEMÁS de por eso.


¡Libros que Salen! Crispin, «Estadísticas Anormales», Oyeyemi y más.

¡Que entre la pila!

Demasiados coches fúnebres de Edmund Crispin, ed. Impedimenta

Si pensabas que no volveríamos a ver a Impedimenta editando un libro de Crispin que sepas que ya somos dos. Tras publicar prácticamente uno al año en 2017 la publicación de Enterrado por placer parecía haber acabado con la buena racha. Ahora, cinco años más tarde, quién sabe si por el interés renovado en el murder mystery tradicional, la novela problema, el cozy y todo lo demás, bien porque una nueva serie de lectores hayan descubierto La juguetería errante… tanto nos da. Lo importante es que hay libro nuevo y en él Gervase Fen se encuentra envuelto en una película sobre Pope (El poeta). Por supuesto habrá un cadáver, una identidad misteriosa a su alrededor y hechos violentos que le animen -como si hiciera falta- a intervenir. Porque el mundo del espectáculo es un objetivo para el misterio y humor de Crispin.

Estadísticas anormales de Max Booth III, ed. La Biblioteca de Carfax

Hace unos años Carfax publicó Tenemos que hacer algo dentro de su colección Demeter, y ahora lleva a su colección general una nueva obra de Max Booth III. En este caso un recopilatorio de relatos -bastante oscuros, por cierto-, 13 nada menos. Muchos de ellos centrados en la experiencia de la infancia y la familia como fuente de conflicto. Por la propia familia, por las decisiones, por el azar. Múltiples historias para poder variar un poco los temas, asuntos y la cantidad de violencia o depravación. Claro.

Pan de jengibre de Helen Oyeyemi, ed. Acantilado

Una nueva obra de Oyeyemi siempre será bien recibida. En este caso nos encontramos con una madre y su hija. Aparentemente personas normales, una madre trabajadora y su hija colegiala. Pero quizá no lo sean tanto, sobre todo porque la madre hace un pan de jengibre muy popular en La Lejana Tierra. Y de donde salió por algo que pasó. Por eso cuando su hija, ya adolescente, decida reencontrar a la amiga de su madre junto con la que pasaron estas cosas iremos descubriendo la verdad sobre la madre, sobre esa Tierra Lejana y, por supuesto, sobre ese Pan de Jengibre tan presente en los cuentos infantiles ingleses.

El asesinato de los Aosawa de Riku Onda, ed. Salamandra

De Riku Onda habíamos visto publicada en España Abejas y truenos lejanos, una novela más literaria y costumbrista. Aquí, sin embargo, tenemos una de sus novelas criminales, la primera que escribiera su autora. Con el centro en un envenenamiento masivo en los setenta, durante la celebración de cumpleaños de una importante familia de la zona. Vagamente basado en un incidente real en los ’40s -y en un poema- se trata de una particular en tanto que no hay exactamente una investigación del incidente tanto como distintos puntos de vista y varios cabos sueltos y ambigüedades. Todo esto contado, además, con la ayuda de una narración de los hechos originales, de la investigación posterior treinta años después que da lugar a un libro y de la historia en ese ‘presente’ tras su publicación en el que se habla de ambas. Teniendo en cuenta que hablamos de un libro de 2005 mi duda es si esta vez sí que lo habrán traducido del japonés.

Oráculo de Thomas Olde Heuvelt, ed. Nocturna

La nueva obra de Olde Heuvelt recupera al especialista en ocultismo Robert Grim para ponerle en otra investigación. Porque cuando aparece un barco del S. XVIII varado en una pradera lo único que esperaba la gente del pueblo cercano es que comenzarán a desaparecer personas. Así que será a él a quien le toque descubrir qué pasa con ese barco… y si algo ha despertado bajo el mar.

Crónicas del tatuaje japonés de Yori Moriarty, ed. Satori

El irezumi, el tatuaje japonés, tiene toda una historia y unas dinámicas detrás, de ahí la decisión de Satori de publicar este libro y del tatuador de Gijón Yori Moriarty de escribirlo para poner de relieve todos esos vínculos, maestros e historia.

El topo dorado (Un atlas de las criaturas más extraordinarias del planeta) de Katherine Rundell, ed. Folioscopio

Un atlas con los animales más peculiares de la tierra parece suficientemente claro, pero todo puede tener más capas porque aquí no solo aprenderemos sobre esa fauna sorprendente, también sobre su contexto, su lugar de origen, sus necesidades, y cómo son puestas en peligro por la acción de la raza humana, ayudándonos así no solo a conocerlos mejor, también a implicarnos en su preservación.

Impresiones y paisajes de España y Portugal (Crónica 1902-1936) de Federico García Lorca y Miguel de Unamuno, ed. Aventuras Literarias

Dos autores bien distintos unidos por un punto en común. O dos, si contamos que ambos están libres de derechos. Y es que fueron grands amantes de España y Portugal, dedicaron textos, crónicas, cartas y comentarios a diversos puntos de ambos países que tan bien conocieron y tanto recorrieron. Así que parece una buena oportunidad este nuevo ilustradísimo mapa de Aventuras Literarias bien como obra artística, bien como recordatorio e, incluso, para poder organizar alguna ruta. Al gusto.

Neo Faust de Osamu Tezuka, ed. Planeta Cómic

Pues ya tenemos otra, una de las versiones -asumo que la más reciente- de Fausto que hizo Tezuka. Dentro de esa biblioteca de autor que le están creando.

Nos leemos.


Este Hell Motel (USA) es lo que pasa cuando tú ibas a hacer la sexta temporada de Slasher, te dicen que no, que si tienes otra cosa para hacer, y presentas el TOTALMENTE DIFERENTE guión para Hell Motel. Y cuela. O, al menos, en Shudder decidieron fingir que colaba -porque se esconden poco tanto en los modos y maneras de firmar como en los actores recurrentes de la serie- para sacar como seri nueva lo que parece claro que era la siguiente de la antología. Que, al fin y al cabo, no deja de funcionar de una manera similar a las anteriores. Reunir en un espacio más o menos amplio -un pueblo en la primera y la quinta, un campamento en la segunda, un mega-apartamento en la tercera, una mansión en una isla en la cuarta- a un grupo de personajes… y empezar a matarlos. Para lo bueno y para lo malo, sabemos que buscarán muertes impactantes y que son despiadados,, qué le vamos a hacer, lo ‘edgy’ es parte del precio a pagar; en el lado bueno, han ido buscando maneras de darle vueltas al asunto, algo que aquí se demuestra en la gestión de lo que podríamos llamar la distancia temporal: Un par de mujeres reabren un motel de carretera convertido en una especie de ‘resort’ de vacaciones con una particular idea detrás: Cerró por ser escenario de unos sangrientos crímenes. Para su reapertura, 30 años más tarde, cuentan con un variado grupo de personajes: una actriz (la protagonista de las películas adaptándolo, para su salto a la fama y la infamia), un académico (que estudia el efecto de los true-crimes en la mente), un podcaster (que sobrevivió a una masacre), una mujer (que se acuesta con asesinos), un artista (que hace obras badas en escenas del crimen famosas) y, por supuesto, un practicante (de lo espiritual y lo oculto)… A estos seis hay que sumar a las dos dueñas del hotel, al cocinero y a dos ‘invitados inesperados’. ¿Cómo es que hemos terminado con 11 personas en lugar de las tradicionales 10 ó 13? A saber. Pero bueno, la premisa es interesante y se nota cierta voluntad de tirar p’alante con algunos cambios. Dudo que con la duración actual de las series sea posible que no se estanque en algún momento, pero al menos es algo. Aunque no deje de ser otra temporada de Slasher más… con una nueva máscara.

De entre los numerosos problemas que tiene Murder Most Puzzling (UK) uno no es realmente suyo: Llegar no-tan-poco después que Ludwig. Es inevitable hacer comparaciones. Y es más inevitable aún que pierda en las mismas. No porque Ludwig no tenga su espacio para la mejora, sino por lo fácil que hacía parecer muchas cosas que no lo son. No es, claro, el único problema. Hay una suerte de desconexión entre el personaje principal y todo lo demás, como si alguien hubiera pensado que soltar a un personaje de un cozy crime en medio de algo más oscuro, serio, no sórdido tampoco pero digamos que el contraste es mayor. Lo es también porque no logran hacer creíble ni que la lleven a la investigación ni que se quede en ella. Y porque con las cosas del personaje que usan -un misterio propio, oscuro- no acaban ni de interesar ni de hacer que pueda tirar de todo el asunto. Más aún cuando el misterio en sí tampoco da mucho más de sí. No porque sea necesariamente malo, sino porque da la sensación de que se olvidan a ratos de él. Y la trama romántica que meten logra que las de Hallmark parezcan un prodigio de manejo de los tiempos. La sensación general que deja es que estaba a medio desarrollar cuando alguien decidió acelerar las cosas. Sea por el éxito de Ludwig, sea porque Channel 5 -esa empresa- quería una nueva serie de Murder Mysteries, sea por lo que sea. Ojalá logren ponerlo a punto -parece que la primera temporada serán tres casos en telefilmes de hora y media- pero me temo que para eso tendrá que haber una segunda temporada, a la que ya veremos si llega.

Podríamos decir que lo bueno y lo malo de Outrageous (UK) van de la mano con su decisión central: Hacer una serie sobre las hermanas Mitford. Eso significa que vamos a asistir de cerca a una serie de acontecimientos más o menos históricos, muchos relacionados con el fascismo, también que hay muchos personajes -eran seis hermanas y un hermano, de partida- y que varias de sus peripecias van más allá de lo increíble. Dentro de eso, lo que tenemos es una serie de época razonablemente competente en presentarlas y en distinguirlas. En retratar un momento y una época. Y en mostrarnos muchos de los caminos que se van a recorrer. Es difícil saber si -a futuros- se tomarán libertades con unos caminos tan documentados como los de este grupo particular de hermanas. Así que… supongo que todo depende de lo que te gusten las series ‘de época’ y lo que te interesen ellas.

Es una lástima que detrás de esta serie, The Waterfront (USA), esté Kevin Williamson. Porque no hay absolutamente nada de él en este piloto. Más aún, el genérico de Organización Criminal y Drama de Ricos es tan previsible, plano y aburrido que es difícil pensar que hay algún tipo de persona detrás, mucho menos alguien que ha demostrado tener tanta capacidad en el pasado. Pero esta es una serie genérica e intercambiable, uno de esos estrenos que Netflix sirve a casi dos o tres por semana, y que es difícil incluso distinguir en la memoria en cuanto han pasado quince días. Lo más intrigante que tiene es saber si tirarán por el lado de la Organización Criminal o por la del Drama de Ricos. Desde luego está claro que lo primero será lo que alimente lo segundo, al revés no parece tan fácil porque para eso los personajes tendrían que ser entes que hicieran cosas. Y no parece el caso, en absoluto. Espero que este genérico signifique que Williamson esté dedicándose a algún otro proyecto en el que pueda ser más ‘él’. Porque incluso su flojísimo remake como serie de Time After Time tenía más personalidad que esto. Empiezo a sospechar que Netflix ha decidido que su futuro es dedicarse al la creación en cadena de ruido blanco para cuando la gente está haciendo cosas pero quiere tener la tele encendida. Porque sus estrenos recientes no tienen mucha más explicación.

A veces parece que vivimos en un ‘todo el rato lo mismo’ perpetuo, pero lo cierto es que este We Were Liars (USA) no nos da ni eso. Reconozco haber leído el libro en que se basa hace una década, cuando salió en mitad de un movimiento de thriller juvenil que nos dejó buenos libros y buenas autoras. Este no era uno de ellos. Aburrido, previsible y convencido de su propia inteligencia, difícil de soportar como novela romántica, imposible de tomar en serio como misterio. Si tuviera que definir al libro diría que era una mala película de Hallmark que trata de presentarse como una de Lifetime. El problema es que la adaptación a serie no solo no mejor sino que incluso empeora todo esto. Muy claramente el misterio central no le interesa a nadie, que estén repitiendo machaconamente «We Were Liars» -a veces casi como si fuera una parodia- tampoco ayuda, y que todo lo que hagan sea insistir en el romance adolescente y en el drama de ricos insoportables de los adultos… parece más una adaptación hecha en una reunión de ejecutivos que una obra real. Lo peor es que parece que a nadie le interesara lo suficiente la serie como para decidir un tono o un rumbo, no digamos ya para buscar una manera de hacer funcionar como mezcla de cosas. Así que no importa mucho que ‘sean mentirosos’, pero es insoportable que ‘sean insulsos’.

 


¡Libros que Salen! King, «Mentiras a doble filo», Schwab y más

¡Que entre la pila!

No Tengas Miedo de Stephen King, ed. Plaza & Janés

Ha costado hasta elegir el título en español pero aquí tenemos la nueva novela de King protagonizada por Holly Black. Con dos hilos, uno de un asesino y varias venganzas, otra es la de una mujer siendo acosada. Y ya sabemos que acabará uniéndose.

Que entierren nuestros huesos en la medianoche de V.E. Schwab, ed. Umbriel

En lugar de ser el libro de cocina con peor título del mundo resulta que lo nuevo de Schwab nos trae huesos plantados, muchachas con sus vidas entretejidas y, por lo visto ‘vampiras lesbianas tóxicas’. Así que supongo que lo mínimo es informar de ello.

Mentiras a doble filo de Freya Marske, ed. Umbriel

Más allá de la oportunidad de haberlo llamado Duelo de sables, estamos ante un libro nuevo de Freya Marske -Al margen de la serie de El último juramento que le están publicando en VR-. En este caso se trata de una mezcla entre novela de capa y aventuras con romántica. Con el heredero de un negocio familia que tiene que intentar salvar del desastre y un espadachín experimentado de oscuro pasado, por supuesto hay una boda por conveniencia, misterios, intrigas y, sobre todo, mentiras que tendrán que aclarar si quieren que triunfe el amor. Que vamos a suponer que querrán.

Una anciana encantadora… y letal (Cozy Mystery) de Helene Tursten, ed. Alma
Asesinato en el Brightwell (Cozy Mystery) de Ashley Weaver, ed. Alma
Orgullo, prejuicio y veneno (Cozy Mystery) de Elizabeth Blake, ed. Alma
Vecinos cotillas (Cozy Mystery) de Freya Sampson, ed. Alma

¡Aquí llega una nueva sartenada de ‘cozy crime’ de Alma! Y lo hace abriendo cuatro series nuevas. Que se ve que sacar nuevas funciona mejor que continuar con las antiguas. Sea como sea esta vez tenemos lo siguiente: La ‘elderly lady de Helen Tursten es sueca. Sí, son libros suecos. A saber desde qué idioma han sacado esto, la verdad. No solo eso, también parece que estaremos en el ‘otro lado’ del crimen con esta anciana que parece saber que, a veces, un pequeño asesinato ayuda. En cuanto a la Amory Ames de Ashley Weave, tenemos a una joven infelizmente casada, en los años ’30, decidida a tomarse algo de tiempo para descansar y encontrando, por supuesto, un cadáver. Y no cualquiera. Así que le tocará ponerse a buscar al culpable. Pasando a la de Elizabeth Blake, nos encontramos con un club de lectura de tacitas, la Jane Austen Society, ligada a una librería y, por supuesto, con sus pequeñas desavenencias internas que se ven atravesadas por un asesinato. ¿A quién no le ha pasado? Por último los Vecinos cotillas de Freya Sampson, de momento los únicos que no han visto continuar su libro -pero es que es de 2024-, pero que nos presenta a los vecinos de un edificio, especialmente a dos de ellas, que se enfrenten a la demolición del mismo y a una serie de extraños sucesos que parecen buscar precisamente eso. No es que haya un asesinato ‘exactamente’ pero los elementos de misterio están ahí, por debajo de los ‘cozy’. Así que ya veis, una buena cantidad de nuevas propuestas. A ver lo que se pega a la pared.

El palacio rojo de June Hur, ed. Wonderbooks

June Hur es conocida, sobre todo, por sus novelas de misterios históricos. Y dentro de ellas la más conocida es esta por la que ganó el premio Edgar a mejor novela juvenil de misterio. Porque eso es lo que tenemos, una historia en la Corea de mediados del S XVIII, con una jovencísima enfermera de palacio real decidida a demostrar que su mentora no ha sido la responsable de una serie de muertes de mujeres. Algo que tiene que hacer con cuidado porque los sospechosos son, claro, muy poderosos. Por suerte habrá un inspector que parecerá estar de su lado, y así poder ofrecernos una historia con misterios, historia, amor y reflexiones sobre la lealtad y la justicia.

Experimento: ¿Puede un accidente de camino a la escuela terminar en beso? de Shintaro Kago, ed. Ponent Mon

Continuando con lo ya visto en Cuerpos extraños y Ciudades e infraestructuras, tenemos una nueva tanda de historietas cortas de Kago. Como siempre explotando las rarezas de la vida cotidiana hasta sus extremos más grotescos, cargada de humor negro y, por supuesto, una inquietud que emana del disgusto y la perversidad de estas ocurrencias.

El cantar de Renardo de Joan Sfar, ed. Fulgencio Pimentel

Con un personaje principal protagonista de multitud de fábulas antropomórficas utilizado para que Sfar haga algo de sátira social mezclando personajes reales y fantásticos para hablar de la Europa medieval tanto como de la actual.

Los monstruos con escoba de Annemarie Riley Guertin y Shauna Lynn Panczyszyn, ed. Picarona

Sencillísimo libro para los más pequeños en el que cinco criaturas montan en escobas mientras hacen ruidos, una versión ‘de Halloween’ del clásico Las ruedas del autobús para darle un toque divertido y… monstruoso.

Nos leemos.


Después de ver el piloto de Aniela (O)(PO) sólo puedo pensar en que hay algún tipo de conspiración para que cada vez que uno vea a alguien con dinero decida de inmediato dispararle. No es que yo necesitara mucho para convencerme y, desde luego, no necesitaba este espantajo que confunde poner a un personaje espantoso en el centro y que eso lo convierta en algo divertido, igual que los intentos de redención -lo que se ve y lo que se promete- no podrían darme lo mismo. Lo único que me ha quedado claro de esto es que en Netflix no se ven las series antes de estrenarlas. Porque el único elemento redentor que se me ocurre para esta serie es el Fuego purificador.

La especialidad de Acorn de policíacos agradables se demuestra de nuevo con este Art Detectives (UK)  que sigue una pauta conocida de sobra: Un personaje central que es un investigador especializado -en arte en esta ocasión, sí, ya sé, os quedáis muertos de la sorpresa-, más un ayudante con el que pueda tener cierta química, y ponerle en medio de un asesinato misterioso. A ratos parece una adaptación de L’art du crime -la serie francesa que lleva 8 temporadas para un total de 24 capítulos a lo largo de 8 años- en la que hubieran decidido cambiarlo todo y, finalmente, cambiarle el nombre. Pero, en realidad, podría ser también una serie de película de la sección de muertitos de Hallmark. En cualquier caso, no está lejos del Death Valley de hace unas semanas, quizá esta sea menos cómica y más ‘centrada’, más Hallmark, como decía, pero logra ofrecer una obra competente en todos los campos, y con posibilidades de mejorar. Así que lo tomaré como un éxito, aunque sea mínimo.

No tengo claro qué pretendían con este BETH (UK), quizá lo montarán a partir de unos papeles sueltos que se dejaron con Black Mirror, o algo así. Porque lo que apunta este despropósito es que tiene grandes ideas para una series que no solo es lo de siempre, además tarda mucho más de lo que deberían en contar nada. Así que sabemos que algo oscuro está sucediendo, pero no parecen tener nada que decir, así que se dedican a marear la perdiz. Y, claro… No.

Si os digo que Tosca Musk, la hermana de Elon, tiene un servicio de streaming propio posiblemente penséis que alucino. Pues esto no es ni lo peor. Se llama Passionflix, se centra en adaptaciones de obras pasionales, en este caso deThe Black Dagger Brotherhood (USA), que se mueve entre querer ser porno y no poder pasar de culos y tetas. Y lo hace con una falta de pericia que nos ofrece algunos de los peores pelucones de la última década, unos efectos especiales a medio camino entre los programas de regalo de las revistas de informática de finales de los noventa y las manualidades con plastilina, y esto no llega ni a cubrir alguno de los aspectos más ridículos de un piloto que hace que, en comparación, el de The Lair parezca una obra avant-garde con valores de producción de HBO.

Hablando de incompetencia, creo que Divorced Sistas (USA) marca un record hasta para Tyler Perry. No solo logra otra versión de lo que él cree que son dramas, además logra montarlo entero con distintas variedades de ‘dos personas sentadas hablando’. Parece mentira que alguien que ha creado culebrones sea tan incapaz de filmar de una manera que no resulte insufrible, así que o le han recortado mucho el presupuesto -que puede ser- o no le apetecía esforzarse lo más mínimo. Que normalmente las series de Perry no son gran cosa, pero parece mentira que se haya quedado en esto, especialmente teniendo la CBS Beyond the Gates que hace las cosas mucho mejor con claramente mucho menos presupuesto. En fin, está siendo una semana.

No tengo muy claro de dónde sale este The Kollective (O)(PB). Vale, sí, de Paises Bajos… ¿pero esto es una producción real? Quiero decir, ¿cómo estamos seguro de que este canto a los reporteros ciudadanos no es en realidad un trabajo de final de curso? Porque lo parece. Vale, tiene más dinero, pero también está claro que se quiere lucir tanto contando ‘historias importantes’ como haciendo alardes de cómo contarlo. Ninguna de las dos cosas son malas por sí -bueno, la primera un poco- pero dejan claro que es importante para ellos lucirse y, lamentablemente, acaba convertido en otro de esos momentos en los que el estilo parece importarles más que la sustancia. Porque por mucho que nos quieran contar cosas ‘trascendentales’ lo cierto es que ni esos dramas ni, desde luego, parte periodística logran importar gran cosa. Otra vez será, y con mejor guión -espero-.

Es posible que antes de hablar de Mentiras La Serie (O)(MX) tenga que explicar un par de cosas. La primera es que es la adaptación de un musical. Lo segundo es que es un musical enormemente exitoso. Tanto que ha visto como con cierta frecuencia se le da una vuelta al formato. Hemos tenido, sobre todo, el muy exitoso MentiDrags, pero también versiones en las que se cuenta la historia desde una de sus protagonistas principales, se cambia el tono, se hace en concierto o, incluso, se vota entre el público el final. Esto es porque, sorprendentemente, es un musical muy bien montado. Un ‘jukebox‘ musical a partir de canciones ochenteras mexicanas -más o menos- que se sostiene gracias a que la excusa argumental abraza el ‘camp’ desde el primer minuto, y no duda en abrazar lo ridículo de su premisa cada vez que puede. La premisa es que cuatro mujeres reciben una llamada de teléfonos, la mujer que las llama se identifica como la prima de un hombre con el que las cuatro están conectadas. Cuando llegan a la dirección se sorprenden de verse unas a otras, pero más aún al descubrir que el hombre está muerto y que una de ellas es la asesina. La historia está llena de giros despendolados, y de temazos. Así que, ¿qué sentido tiene convertirla en una serie de ocho capítulos? Pues poco. Pero por su propio estilo podría haber salido bien. No lo ha hecho, pero podría haber funcionado. Y no funciona porque se empeñan en meterle cambios, darle más importancia al único personaje masculino, eliminar momentos, tramas y hasta personajes. En resumen, convierten la verbena mamarracha que era el musical en… dios sabe qué. Probablemente una muy autocomplaciente y convencida-de-su-inteligencia versión en la que intentan enmendarle la plana a los responsables de la obra. Y ese es siempre un error. Uno de tantos, porque la obra está llena de problemas, errores, desaciertos y una incapacidad de saber qué hacer con una formula que lleva años funcionando sobre las tablas que resulta casi sorprendente que esta serie sea la peor de las múltiples versiones del musical. Pero aquí estamos. Con una serie que estira la duración de la obra hasta más allá del doble, para conseguir mostrar menos de la mitad. Destrozando la coralidad de la obra a cambio de… nada… y demostrando que no saber coreaografiar un número musical no quita para seguir insistiendo una y otra vez. Del final de la serie no hablo, no solo porque tenga como tres o cuatro, también porque demuestra cómo lo entendieron todo al revés. Así que lo único para lo que espero que sirva esta serie es para que la gente se anime a ver cualquiera de los mil montajes originales.

Sencilla, agradable y un poco más larga de lo que debería de ser, esta Not a Box (USA) nos ofrece capítulos separados en dos historias de unos 15 minutos cada una, es razonablemente original, tiene un dibujo como de álbum ilustrado y, la verdad, funcionaría mejor como cortos de unos 5 minutos, 10 máximo, porque con 15 da la sensación de que llega un momento en el que ni ellos quieren estar ahí explorando posibilidades. Y eso es algo a tener en cuenta para un formato infantil como este. Pero muy bonita, eso sí.

No sé cuántos monos durante cuánto tiempo harían falta para encontrar algo bueno que decir de El Novicio Rebelde (O)(CO), que muy claramente intenta saquear de un par de ideas –Nunca fuimos ángeles, sobre todo, aunque posiblemente Irreverent les pille más cerca- para mostrar un personaje de pillo que acaba haciéndose pasar por cura y supliendo su falta de cabeza y conocimiento con… no sé, ¿vulgaridad? La verdad es que tener al actor principal con un diente pintado de negro y pintas más propias del Jaimito de Alvaro Vitali… No ayuda. El resto tampoco, por supuesto, ni los actores, ni los guiones, ni los nombres de los personajes. Todo se reparte entre lo que es viejo y lo que es rancio, en el mejor de los casos. Pero supongo que podría tener su interés, desde un punto de vista antropológico.

Cómo será la semana que este genérico de serie fantástica que es Revival (CA) no me ha parecido ni tan mala. Solo es previsible hasta niveles absurdos, mientras usa a los zombies-que-no-son-zombies y sus problemáticas de la manera que su éxito a mediados de los ’00s nos hizo conocer. Pero más allá de ser una serie que nos conocemos -y, por tanto, podemos tener de fondo mientras cualquier otra cosa- por lo menos no es un desastre completo. Sólo un poco de rutina, un poco de rancho.

Debe de ser por el mes, porque en la BBC han estrenado este What It Feels Like for a Girl (UK) que parece tener mejores intenciones que cabeza para organizar u ofrecer lo que tiene. Es una lástima porque en años anteriores hemos tenido series queer tan interesantes como In Our Blood o Lost Boys and Fairies -bueno, y Juice, pero esa iba por otro lado- y esta tiene un esqueleto que podría haber seguido también. pero supongo que entre que está basada en una biografía -por improbable que sea lo que nos cuenta- y que lo es de una activista y personalidad de UK -relativamente joven, y por tanto aún en activo, pese a todo- así que la situación acaba siendo un tanto caótica, a ratos confusa por los bandazos en todo lo que nos quieren contar y cómo nos lo quiere contar. Pero bueno, al menos lo intentan.


¡Libros que Salen! Jenkins Reid, «Me insultan y yo les tiro un beso», Bermejo y más

¡Que entre la pila!

Atmosphere de Taylor Jenkins Reid, ed. Stefano

Los éxitos de Taylor Jenkins Reid -como Los siete maridos de Evelyn Hugo o Todos quieren a Daisy Jones– han abierto lo suficiente su público como para que veamos normal que este libro se centre en el centro de las misiones españoles de los años ’80. Astrofísicas, pilotos, especialistas, ingenieras y más de las personas cuyas vidas entrelazadas y amores se recortan contra el propio universo. Otra cosa es esta decisión de que la primera edición salga con tapa dura y cantos pintados.

Conocerlo es amarlo. Las entrevistas de Cairo de Victoria Bermejo, ed. Efe Eme

La revista Cairo fue una de las de referencia para el cómic en aquel inicio de los años ochenta, con una apuesta por la línea clara tanto como por la modernidad. Y allí se publicaron estas entrevistas, a los colaboradores de todo aquello. Es cierto que hablamos de entrevistas con más de cuarenta años, pero también que la gente a la que se le hacen son poco menos que la plana mayor de lo que en España hemos tenido en el género: Coll, Daniel Torres, Gallardo, Guillem Cifré, Ignacio Molina, Micharmut, Mique Beltrán, Montesol, Pere Joan, Ramón de España, Roger, Sento y Tha. Así que ojalá una continuación con entrevistas a los responsables sobre lo que significó poner en marcha el proyecto o colaborar con él. Pero de momento va a salir este libro, que también es una opción interesante.

Me insultan y yo les tiro un beso de VV.AA., ed. Bellaterra

Las infancias y adolescencias queer tienen unas vivencias propias, a partir de vínculos, deseos y resistencias, bien por lo que se muestra, lo que se esconde y lo que se vive por ambos motivos. De ahí que este conjunto de vivencias, reflexiones y comentarios sirve para mostrar todos esos puntos de vista que reivindican una infancia, adolescencia y juventud en las que no se vean amenazadas estas disidencias por la normatividad. Y es que hay muchas experiencias y todas merecen respeto.

Loch Down Abbey de Beth Cowan-Erskine, ed. RBA

Es evidente que la autora pensó que hacer un ‘cozy crime’ en el entorno de no-qué-va-a-ser-esto-la-serie era una buena idea, aunque sea solo porque rápidamente entendemos que son las vidas de los de arriba y abajo las que estarán centrada en esta muerte misteriosa, la investigación extraoficial y las descripciones de la casa. Sobre todo mientras los de arriba parezcan no hacer nada y los de abajo estén siempre atareados.

La conspiración del circo Moscardi de Edward Maston, ed. Alma
Peón de combate de Edward Maston, ed. Alma

Alma recupera -casi diría que ‘recuerda’- las dos series que abrió de Edward Maston, sus ‘cozy crimes’ históricos -aunque estén dentro del paraguas de Crimen y Misterio. En fin. En este caso con la segunda novela de la saga de El Detective del Ferrocarril (que es en realidad es la 14 de la saga, dado que la anterior fue la 13 al menos algo mantienen) en el que un descarrilamiento cerca de un circo y un cadáver en el bosque lanzan una investigación que indaga si se ha tratado de un sabotaje, de un asesinato o de qué. En cuanto a la saga de Detective en tiempos de guerra, ambientada en la primera guerra mundial, en esta segunda novela -que lo es- de la saga nos encontramos a un grupo de jóvenes que se han rebelado contra la ley de reclutamiento. Uno de ellos aparece asesinado. Y, por supuesto, toca tanto investigar como hablar de la guerra. Lo esperable en estos casos. Y eso se puede aplicar a todo.

Capturo el castillo de Dodie Smith, ed. Trotalibros

Screenshot

Editado hace un par de décadas en Salamandra como El castillo soñado, este clásico juvenil de Dodie Smith con una familia que, digamos, se encuentra inmersa en una variación de la vida bohemia, habitando un castillo destartalado y sin tener muy claro qué hacer ante la falta de dinero. Por supuesto no es lo único que sucede porque la posesión del castillo y varias vivencias harán que esta historia -encantadora en su mayoría pero también quizá propia de su contexto- se convierta en su propio tipo de clásico británico. Muy británico.

Paracuellos (Edición total) de Carlos Giménez, ed. Reservoir Gráfica

Quizá os sorprenda, pero este es el recopilatorio con todas las partes -las antiguas, las nuevas- del cómic Paracuellos de Carlos Giménez, sobre unos chavales en el Auxilio Social de la postguerra. Reunido en un único volumen ideal para regalar a los que os pregunten: ¿Y Paracuellos qué? Pues aquí está, recopilado.

El Gran Lobo Feroz investiga los cuentos de hadas de Catherine Cawthorne y Sara Ogilvie, ed.Picarona

Un curioso álbum este, porque tenemos al Gran Lobo Feroz como protagonista. Primero contando algunos de los cuentos clásicos, a su manera, en un par de páginas. Y en el par de páginas siguientes ‘comprobando‘ los hechos científicos, dando datos y haciendo observaciones más o menos burlonas. De esta manera no solo responde a los porqués que puedan tener sus jóvenes lectores, también anima a reflexionar y muestra otro punto de vista. Además de unas divertidas ilustraciones de Sara Ogilvie como acompañamiento.

Picopaco de MocculereMojca Novak, ed. SM

La eslovena Mojca Novak, también conocida como Mocculere, presenta en este álbum ilustrado sobre un pájaro carpintero, las casas que construía y cómo servían no solo para vivir, también para construir una comunidad tras una gran tormenta. Una historia encantadora con un dibujo a la par.

Nos leemos.


Comenzamos el repaso semanal con esta Chespirito: Sin querer queriendo (O)(MX) que intenta ofrecer una aproximación a su figura central compensando con la cercanía y el deseo de convertirlo en algo entrañable el, a la vez, no querer obviar algunas partes… más que ‘oscuras’ creo que diré ‘menos claras’. Y, sobre todo, una organización temporal un tanto complicada de justificar en la que vamos a saltos delante y detrás de la línea temporal sin acabar de tener claro qué es lo que se pretende con ellos. Voy a suponer, y me parece mucho, que ofrecernos miradas a personas y personajes de la etapa más conocida de Roberto Gómez Bolaños -la de El Chavo del 8 sobre todo, pero también de El Chapulín Colorado– para que así el resto de la historia -su paso de trabajar en una fábrica de tornillos a vivir de escribir, su llegada a la televisión como ‘guionista’, sus historias familiares y amorosas- que son el centro de esta historia que nos cuentan, nos ‘molesten’ menos. Es una decisión peculiar porque entiendo -y, de nuevo, quizá es mucho entender- que si te pones con una biografía -basada, además, en la autobiografía del personaje central- lo que probablemente te esperes sea ese orden cronológico que pueda empezar en cualquier momento, antes que tanto ir y venir. Pero bueno, vamos a asumir que este es un trabajo hecho desde el amor -que, desde luego, lo parece- y lo que no han sabido bien es cómo organizarlo, aunque sí transmitirlo.

Primero lo negativo, no me puedo creer que alguien use un formato de 90 minutos para un episodio piloto que no sea un telefilme. Porque este Gusboi (O)(CS), o 굿보이 o Good Boy o Un chico ejemplar o, te deja a medias después de noventa minutos, en mitad de un ‘gran enfrentamiento’. Más allá de eso diré que es una idea peculiar -casi parece sacada de un webtoon- que, sin embargo, logran sacar adelante. Una serie de policías con un pasado como medallistas olímpico, cada uno con sus vidas y contextos, y una cierta sensación de ser perdedores a los que usan con finalidad promocional o incluso menos. Por supuesto hay una variedad de registros, el protagonista -el único con una medalla de oro- era boxeador, la chica barra el interés romántico (solo hay uno en este grupo de cinco, por supuesto) era tiradora, el rival hacía esgrima -estos dos tienen medalla de plata, por supuesto-, y los dos complementarios que son casi secundarios cómicos hicieron lucha y lanzamiento de disco -y, obviamente, fueron medalla de bronce-. Pero así logran un poco de cada. Y organizan lo que realmente les interesa, la parte policíaca, llena de tramas y personajes pero con algo claro que no dudan en pasarse los primeros quince minutos desarrollando -y luego cada vez que tienen una oportunidad- y que es: La policía en Corea del Sur es MUY corrupta, inepta, llena de chanchullos, más ocupada en su propia supervivencia que en hacer su trabajo, y CORRUPTA. Dos por hecho que habrá algún arco que acabará ‘limpiando a los malos’, pero puede ser una de las series policíacas más empeñadas en dejarte claro que la policía no está limpia que se me ocurren. La verdad es que también parece una película reconvertida a serie, pero bueno, que es una buena serie pese a seguir los estándares habituales de la narración surcoreana y, especialmente, tener esos capítulos interminables.

Otra serie surcoreana, Gwangjang (O)(CS) o 광장 o Mercy for None o Sin piedad para nadie o…,pero esta vez de unos 45 minutos. Menos mal. Se trata de una serie de… bueno, el centro es una organización criminal -o varias, según se mire- pero la verdad es que son los momentos de… llamémoslo ‘acción’ los que le da algo de variedad e interés. No todos igual de bien o de logrados, pero al menos no es solo las quejas y luchas habituales. No es, la verdad, ninguna cosa del otro mundo, ni la trama general – el ex-miembro de una pandilla reconvertida en empresa (que abandonó haciéndose a propósito una grave lesión) regresa a las calles tras la muerte de su hermano, decidido a vengarse de los responsables. El problema es que detrás de esto hay toda una trama de intereses y corrupciones empresariales, políticas, policiales y -por supuesto- de bandas. Este sí que seguro que fue un webcómic, pero, como digo, para tener de fondo sirve.

En algún momento alguno de los fachas de Great American Pure Flix pensó que lo que hacía falta era un Barrio Sésamo que no fuera diverso, inclusivo o enseñara valores. Quiero decir, que no enseñara los de la compasión, la igualdad o la variedad. En su lugar hacía falta un contra-programa, algo así como Barrio Gentifricado en el que solo hubiera blancos, cis, heteros, católicos, y lo que se nos vaya ocurriendo. El tipo de programa que puedes ponerle a los niños cuando vuelven de los maristas y quieres que se sienten, pero ellos se niegan. Total, que todo este espanto acabó dando lugar a Iggy and Mr. Kirk (USA), que podría haber sido un creppypasta, pero no tenemos suerte y existe de verdad.

Asumiré que parte del problema es mío, porque Pushers (UK) parte de un especial para la iniciativa llamada Comedy Blaps en la que se presentaban distintos cortos, pilotos o lo que fuera, con la idea de que si lograban reconocimiento e interés se pudieran sacar las series. Dentro de esto se encontraba Disability Benefits, sobre una mujer con parálisis cerebral a la que el recorte de ayudas lleva a crear un… vamos a llamarlo pequeño imperio de la droga. Por supuesto todo desde un humor centrado en que la gente con discapacidad suele ser o mirada desde la condescendencia o desde la invisibilización, lo que les permite en teoría organizar esto. Pero que rápidamente desciende al humor más burdo, incluido el escatológico, para intentar… no sé, supongo que hacer reír. A mí no me ha hecho ninguna gracia pero, de nuevo, puede que sea culpa mía. Al menos en parte.

Parece que no hay más trailer.
En lo que parece ser llegar en mitad de una serie de novelas, esta Sara – la donna nell’ombra (O)(IT) adapta una obra de misterio, con bastantes agentes secretos sin que parezca que la trama principal los necesita, con una mujer -antigua agente- que busca respuestas sobre la muerte de su hijo. A veces da la sensación de que Netflix ha optado por este tipo de obras en lugar de por películas contando lo mismo porque así tiene a su público más tiempo enganchado, no tanto porque la historia lo requiera. Porque lo cierto es que en este caso termina el piloto y queda la sensación de haber rascado solo lo que se supone que nos quieren contar. Que para las, digamos, primeras páginas de una novela puede estar bien, pero para el piloto de una serie… pues en fin. Ah, eso sí, nos encontramos por segunda vez en poco tiempo con una investigadora cuya mayor diferencia es que puede leer los labios. Aquí mucho menos creíble que en Code of Silence, también os diré. Pero bueno, eso, más miniseries para acompañar la plancha. De ropa o de oreja.

El espanto este de Stick (USA) tiene todos los problemas y tics que llevan años con Owen Wilson protagonizando o co-protagonizando cosas… sin llegar a tener éxito nunca. Y es que intentar vender otra vez más la historia de un perdedor que era muy bueno hasta que tuvo un problema y entonces la gente no quiso confiar en él y él perdió lo que le hacía bueno y blablabla… en fin, no. Menos aún teniendo en cuenta tanto el contexto del actor -que ya podría haber optado por una aproximación más directa si esto fuera el problema- como los modelos dentro de la narrativa clásica de perdedor con bla encuentra un grupo / persona al que está convertido de poder convertir en ganador. Supongo que en Apple habrán tenido en cuenta tanto de quién es amigo como lo bien que les haya podido ir en este tipo de obras, pero… no. Claramente no. Ni es divertida, ni logra la emoción de una película de Hallmark, ni parece que ese otro jugador joven le interese lo más mínimo a la historia. Es sorprendente el número de lecciones que podrían haber sacado de los miles de historias similares que hay como para encontrarnos metidos en esta cosa a mayor gloria de alguien que no parece entender más que la autocompasión.

Casi podría copiar lo dicho antes sobre la serie italiana en este australiana, porque Netflix saca otra de sus series (¿mini-series?) de misterio con The Survivors (AU) y aunque la trama sea distinta el fondo es el mismo. La trama aquí es que un relativamente-joven vuelve con su mujer y su hijo recién nacido -más o menos- a su pueblecito. En el que años atrás estuvo envuelto en una muerte misteriosa. Ahora se encuentra viendo cómo han cambiado las cosas, reconectando, intentando que su mujer se sienta bienvenida…. blablabla. En esas aparece una joven que quiere investigar esa muerte. Como las cosas funcionan como funcionan es casi inevitable que tengamos un nuevo cadáver, que todo parezca precipitarse y que, por supuesto, el tipo en el centro se encuentre… pues la verdad es que tampoco lo veo claro. Lo cierto es que si la mujer fuera la protagonista creo que la historia ganaría. He ido a mirar y Jane Harper es la autora del libro, así que supongo que será otra de las veces en las que le aplican el rodillo a sus libros para que entren en este molde que, como digo, es el problema. Demasiados capítulos para poca trama, reiteraciones, subrayados, nada que destaque, más pensado para tener de fondo que para prestarle atención porque si le prestas atención acabas desesperándote.

Es sorprendente encontrarte series de animación como esta Wylde Pak (USA) en la que la animación es lo que mejor funciona pero los guiones parecen haber pasado por algún tipo de turbulencias internas y ahora mismo es complicado explicar qué es lo que está pasando. No porque no se pueda explicar con cierta sencillez -una niña espera pasar un gran verano liberando una habitación de su casa para convertirla en su centro de videojuegos, en lugar de eso se encuentra con la llegada de su hermanastro que la ocupa- sino porque todas las decisiones parecen erróneas todo el rato. Los dos hermanos parecen tener la misma edad pero nadie se molesta ni en explicar eso ni en explicar exactamente el follón familiar en el que andan. Igual que no se explica el negocio de mascotas de los padres o por qué ocupaba una habitación de una casa familiar, no digamos ya por qué la niña necesitaba dos habitaciones, la suya y la de los videojuegos. La aparición del hermano -que debería d ser considerado también el co-protagonista aunque la propia serie no parezca considerarlo así aunque, a la vez, le dediquen mucho espacio- resulta igual de confusa. Es decir, se nos explica -y muestra- cómo estaba viviendo con su madre hasta ese momento en el que decide -la madre- que es muy peligroso lo que llevan una cantidad indeterminada de años haciendo -sin decirnos cómo estaban antes- y… en fin, que sí pero no. Posiblemente el piloto sea el peor capítulo, porque está claro a dónde quieren llegar, pero si no saben cómo llegar a las cosas… no me deja muy tranquilo sus capacidades como serie. En fin, ojalá saber más de la trastienda porque tiene pinta de ser mucho más interesante.