¡Pilotos Deathmatch!

A los ingleses pocas cosas les gustan más que los docudramas, qué os voy a contar que no haya dicho ya mil veces. Así que este I Fought the Law (UK), que es un lado de una historia como podría haber sido el contrario de otra, presentándonos a una madre coraje que logró un cambio en las leyes blablablabla… pues supongo que le gustará a los ingleses y, por supuesto, a los que quieran ver madres sufriendo mucho porque la justicia blablabla. Al final estas cosas acaban pareciendo películas de Lifetime sección Basado en hechos reales más o menos estiradas.

Hablando de cosas que hemos visto mil veces, este The Guest (UK) arranca con una mujer de clase alta despidiéndose -o algo- de su asistenta. Poco después convence a otra mujer de que ocupe su puesto, y comenzamos con el clásico ‘gato y ratón’. Pero, claro, hecho de una manera tan ridícula que es difícil saber si es que ya han pillado los rieles de lo formuláico o no quieren ni esforzarse. Un ejemplo tonto: La Señora le dice a la Asistenta que el pabellón para invitados no se usa, no hay nadie ahí nunca y no hace falta que se acerque a limpiar allí. Cuando la segunda mira para allá ve como una mano retira una cortina y hay lo que parece una cabeza de alguien mirando. ¡Como si fuera esto los payasos de la tele! Así que bueno, al menos al hacerlo la BBC y no Netflix es un poco menos para tener de fondo mientras haces cualquier otra cosa, pero solo un poco menos. Porque ya hemos llegado a ese punto en el que estas cosas no parecen tener solución.

Es curioso cómo muchas veces lo que funciona es hacer lo de siempre pero hacerlo bien. Un clásico bien ejecutado, como es el caso de Lynley (UK), significa que no va a ofrecer ningún giro pero que, además, no le hace falta. Una pareja de detectives distinta entre sí, un asesinato en un sitio campestre que de para hacer planos bucólicos, y hora y media por caso. Películitas de investigación que para los franceses son Asesinato en… y que aquí tenemos en una versión UK más cercana a estos que a Midsommer, pero tampoco muy distintos. No es más. Pero, y esto es lo importante, tampoco es menos. Los investigadores principales están bien como equipo y con el jefe, el drama personal está en niveles razonables -al menos de momento parecen haber dejado las partes más complicadas de los libros de Elizabeth George fuera de escena para ‘simplificarlo’- y la investigación es lo que les interesa. A veces no se pide más, porque tampoco se pide menos.

Juntar a un actor acusado de manera reiterada de acoso sexual y a una actriz que interpreta a la ex-agente de un país genocida parece que no es la mejor idea, NCIS: Tony & Ziva (USA) demuestra que tampoco tenían nada que contar. Pero los personajes de la ficción tenían seguidores así que podían moverlos a una chorrada de espías y problemas que no se agarra por ningún lado. Pero que está pensada más para buscar ese público irreflexivo que quiere a sus personajes favoritos que a cualquier otra gente nueva. Luego se sorprenderán de que el público no está interesado en estas propuestas.

No tengo nada bueno que decir de The Paper (USA) porque incluso el poco tiempo que dura se me ha hecho larguísimo, lleno de todo tipo de cretinos, con un humor pedestre y copias de cosas que hemos visto mil veces mejor hechas. Solo eso -jugar a ver qué han saqueado de series muy superiores como Abbot Elementary – ha logrado mantenerme un mínimo de cordura ante la tortura que ha sido sufrir todo este piloto. Confío en que dure muchos años para que así sus responsables estén ocupados sin tiempo de hacer más pilotos. Nunca, a ser posible.

Esto de The Runarounds (USA) es una chorradita de adolescentes que quieren tener una banda que podría haber sido de Disney o Nickelodeon si hubieran decidido ir a por un público cinco años mayor. Es hilarante verles intentar que creamos que estos son ‘adolescentes normales’ cuando siguen con la clásica americanización, quizá no sean modelos de ropa interior pero sí que lo son de catálogos del supermercado de su pueblo, uno los compara con los adolescentes normales que sacan los ingleses cada vez que les da la gana y no puede más que maravillarse de lo metida que tienen la idealización icónica en USA. Por lo demás, como decía, la clásica chorradita de un grupo de chavales que les gusta la música y quieren montar un grupo. Ya no estamos en los tiempos de California Dreams pero porque ahora hay más cámaras y dineros. Aunque sea solo porque, como digo, esta es una serie de Prime. Aunque por espíritu podría haber sido de otros mucho sitios.

Hablando de caras b, este Suga (O)(PB) parece un spin-off de esas series de moteros que tuvimos hace unos años. Un poco más sórdida, quizá, pero tampoco demasiado. Simplemente la demostración de que entre lo que se considera más sórdido en Europa y en USA no es lo mismo. Supongo que habrá a quien este submundo dentro del género criminal le parezca interesante. Todo lo del honor, la familia y las motos. El tener que elegir entre una empresa criminal en la que parece que se habla mucho de honor pero hay sobre todo traición, y una familia que ha sufrido todo eso -claro- así que, bueno, si alguien quiere una versión más oscura y descarnada -y con un reparto menos bueno, añadiré- de Sons of Anarchy supongo que por fin ha llegado su oportunidad.

 

Como si alguien en el centro cultural hubiera decidido montar una representación teatral de una de las películas de asesinatos de Hallmark, esta The Sunshine Murders (UK) llega con una serie de actrices que parecen estar hablando en su segundo idioma, un guión ciertamente limitado y la sensación de que necesitaban más dinero. En parte, supongo, porque esta serie de asesinatos es neozelandesa pero se mueve entre Chipre y Grecia, con una granjera de ovejas que viaja a Atenas a buscar a su padre y se acaba encontrando a una hermanastra que es inspectora de policía. O detective. O algo así. Total, que resuelven asesinatos y buscan a su padre, ¿qué más podrían pedir? Quiero decir, además de más presupuesto.


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