Vida de Tropo

Un aspecto interesante -al menos para mí- de los tropos es esa característica que hace que funcionen gracias a lo que podríamos llamar su propia fuerza interna. No se trata de que algo resulte convincente o razonable para el público por la manera en que se realiza -que es algo que siempre ayuda- tanto como porque al ser un uso común y aceptado parece que se autovalida.

Más aún, algunos son sinceramente esperados por la audiencia dentro del tipo de género en el que se esté y casi parece más notable cuando se saltan sin mayor explicación que cuando se usan o se subvierten señalando lo estúpido de su uso. Es decir: Tienes a Mr. Malvado que tiene retenido y en posición desvalida al Héroe, ¿cómo impedir el Discurso de explicación de planes? No ya el discurso en sí sino la referencia al mismo, como parte misma del juego.

No solo estas tres posibilidades concurren cuando estamos ante algo tan conocido, también existe a posibilidad de hacer un lampshade hanging y, simplemente, señalar que se está usando un tropo para dejar claro que es por eso que se usa. En ocasiones eso implica pasar al dominio de Lo Meta, ofreciendo un guiño al espectador que reconoce el hecho de ficción que tiene una obra. En ocasiones incluso buscando una motivación interna para justificarlo, de manera que la explicación dentro de su mundo sirva, a la vez, para los que estamos fuera. Pero dejemos Lo Meta para otra ocasión.

La evolución de los mismos parece clara, sobre todo cuanto más ridículo sea: Primero se convierten en lugares comunes, luego son parodiados cuando no directamente satirizados, hasta que llega el momento en que su misma ausencia se convierte en parte de la gracia, en un punto dejan de ser utilizados o mencionados siquiera porque todo el mundo deja de esperarlo, y entonces regresan -cuando lo hacen- como una forma de chiste auto-paródico, generalmente como comentario del mismo tropo y para que quede claro que se conoce a los clásicos.

Por si no ha quedado claro: El asesino es el mayordomo. Una forma sencilla de cerrar una novela criminal. Hasta que empieza a ser ridícula la falta de control de los contratadores de mayordomos. Y, quizá, que ya no hay tantos como solía. Así que pasa a ser un comentario/ chiste sobre todo un tipo de narrativa criminal, al margen de que sea más o menos justo asegurar que pasaba habitualmente. Y de ahí a su desaparición, que hace que cuando tengamos un mayordomo entre los sospechosos -o su posibilidad- funcione más como recuperación de un viejo tropo que, en muchas ocasiones, regresa de manera humorística.

No es que sea siempre tan sencillo, claro. Por ejemplo, la obesidad como símbolo de riqueza. Ya no es algo tan inmediato, entre otras cosas debido a que la alimentación actual está como está, pero eso no significa que si vas a tener a un señor gordo, con chistera y fumando puros alguien vaya a dejar de saber de quién hablas. Solo pensará que vienes de un pasado remoto en el que las chisteras aún se compran. Mientras, en la actualidad, se buscará la forma de representar ese mismo tipo de personaje sin necesidad de sacar a su Entrenador Personal.

Mientras tanto la vida de esos Tropos, que se podría llegar a definir como Vivos, Muertos y No-Muertos (o Caballos No-Muertos que diría TVTropes) logra aún un cuarto aspecto con los Unicornios No-Muertos. Es decir, aquellos lugares comunes que aparecen generalmente para ser satirizados pero que en realidad nunca funcionaron como tal en un principio. El uso en el futuro de píldoras de comida, por ejemplo, que no era usado tanto en la narración como reflejaba las evoluciones para astronautas, generalmente en artículos de intención futurista, logrando que precisamente los escritores de ficción se entretuvieran riéndose o satirizando estos aspectos.

Todo acaba reduciéndose a la mirada humorística y el diálogo con el momento actual, así que en cualquier momento aparecerán los autores que usaban tropos cuando no los conocía nadie, pero que ahora ya son un lugar común. Lo importante, en cualquier caso, es saber que también los tropos tienen sus propios ciclos.